Un nuevo 15M, una nueva pequeña gran revolución, pero bien: los jóvenes, indolentes e imparables, se manifiestan contra el cambio climático en más de 40 ciudades de España. Saben que su futuro está en juego y nos avisan, nos alertan, gritan… Siguen los pasos de la joven activista sueca Greta Thunberg. Siempre alguien tiene que dar el primer paso. Hablo con Álex, mi hija, y con sus amigas, que también tienen 15 años como Greta, y con sus amigas, y me hace un resumen concluyente: “No hay planeta B”. No tengo más preguntas. 89 estados de todo el mundo, 40 ciudades en España. Espero que solo sea el principio de una gran ola imparable, inabarcable, indeleble, joven y refrescante
Una isla, imaginad: una Isla de Plástico, también conocida como Isla de Basura o IslaTóxica, es una zona del océano Pacífico Norte cubierta de desechos marinos. Se estima que tiene un tamaño de 1.400.000 km². Tres veces España. El área puede contener cerca de 100 millones de toneladas de desechos. Se cree que el 80% de esa basura proviene de zonas terrestres y el 20% de barcos del océano. La Isla de Plástico es la metáfora perfecta de lo que somos, de hacia dónde vamos, de nuestra propia inacción. En verdad, no hay que imaginar: la Isla de Plástico es una realidad. Todo está conectado, todos estamos conectados.
La contaminación del aire causa ya 8,8 millones de muertes al año en el mundo, según un estudio que hemos conocido esta semana; solo en Europa la contaminación atmosférica reduce la esperanza de vida en más de dos años; por ejemplo, Australia ya no tendrá invierno para 2050 por el calentamiento global… Nos alarma, nos preocupa quizás, pero no nos importa. Si, realmente, nos importase haríamos algo. Los jóvenes de todo el mundo quieren hacer algo. Escuchémosles.
Decenas de colectivos de jóvenes españoles agrupados bajo el nombre de Juventud por el Clima se han sumado a la convocatoria de huelga estudiantil internacional contra el cambio climático que, este viernes, 15M, han secundado más de 1.000 ciudades de 89 países de todo el mundo. La idea se inspira en la activista juvenil sueca Greta Thunberg que, con tan solo 15 años, comenzó el pasado verano a protestar frente al parlamento de Suecia con el objeto de reclamar medidas políticas urgentes contra el calentamiento global.
La isla de plástico, como una metáfora a pequeña escala, de lo que somos; nosotros, lo que somos, como una metáfora del mundo en el que vivimos. Si nos hicieran un análisis de sangre hoy mismo, y lo comparásemos con la analítica de uno de nuestros abuelos, encontraríamos más de 200 sustancias químicas diferentes. Sustancias tóxicas a las que estamos expuestos, que ingerimos, respiramos, sustancias que filtramos a los ríos, que contaminan nuestros mares, que llegan a los oceános convirtiéndose en una gran Isla de Plástico. Otra vez, la metáfora, rozando la paradoja.
Todo está conectado, todos estamos conectados. Los jóvenes son el futuro y la solución. Podemos cambiar las cosas antes de que sea necesario, o esperar a que sea demasiado tarde. Recuerdo a Joseph Conrad cuando decía aquello de “recuerdo mi juventud y aquel sentimiento que nunca más volverá; el sentimiento de que yo podría durar más que todo, más que el mar, más que la tierra, más que todos los hombres”. Los jóvenes se paran, dicen NO, su futuro, el nuestro está en un punto de retorno..
No es que nuestra casa se puede quemar, es que ya se está incendiando. El nuevo informe sobre las Perspectivas del Medio Ambiente, elaborado por Naciones Unidas y presentado el pasado jueves en Nairobi, alerta de la desaparición de la capa de hielo del Ártico, el aumento de las muertes por contaminación del aire en las ciudades y la extensión del desierto en amplias regiones de la Tierra. Nos quemamos, o apagamos el fuego o tendremos que saltar por la ventana.