Si quieres ir rápido ve solo, pero si quieres llegar lejos búscate un buen equipo. Campeones, la última peli de Fesser, ganadora del Premio Goya a la Mejor Película 2019, es una historia que, por encima de todo, te cuenta que juntos somos mejores, invencibles, únicos, campeones…
Campeones es un peli necesaria, una peli que hay que ver, que más que premios ha tenido logros y que ha conectado mundos: el mundo de las personas con capacidades diferentes con los demás, que ha conectado a generaciones, emociones, aplausos, sensibilidad, verdad, que ha conectado a todos y que ha conectado al público con la Academia del Cine, por fin… Más de 3 millones de espectadores, 20 millones de euros de recaudación y cantidad de premios y nominaciones.
El cine, como la tele, la radio, como esta columna, como la vida, tiene que buscar la verdad. Al público, usted y yo, nosotros, ya no nos interesa la impostura y la distancia: me lo decía un cómico amigo, Chico Requena, hace tiempo: “quieren la verdad, Roberto, nada más”.
Entiendo a aquellos que puedan decir que no es una gran peli, que les resulta ñona y predecible pero, por una vez, las cosas tiene que salir más del corazón y menos de la cabeza. Campeones es una peli diferente porque surgió sin el apoyo de televisiones privadas, con un único nombre famoso en el reparto, Javier Gutiérrez, y con una temática compleja: un entrenador dirigiendo un equipo de baloncesto formado por jugadores con discapacidad intelectual.
La verdad necesaria que nos cambia. Esa es la clave que, parafraseando, a Fesser, el director, queda mejor: “Antes de empezar la peli los llamábamos “discapacitados intelectuales”, luego “personas con discapacidad”, y más tarde, al final del trabajo, hablábamos de “personas con capacidades diferentes”. Hoy tenemos un nuevo término, más preciso, que es el de “campeones”.
Campeones son ellos y somos nosotros, cuando nos damos cuenta de que todos somos distintos y extraordinarios cuando, en definitiva, nos aceptamos. Como lo hace el protagonista, Javier Gutiérrez, un actor de 10, La isla mínima o El autor, que en esta peli hace de todos nosotros, con todas nuestras miradas, que aprende y se equivoca hasta llegar a la escena final donde ve que ha cambiado, que ya es otro.
Y luego llega Jesús Vidal, premio actor revelación, y nos rompe a todos, en la entrega de su Goya 2019, con un discurso de verdad, inolvidable y emocionante, que habló de inclusión, diversidad y visibilidad. «Queridos padres, a mí sí me hubiera gustado tener un hijo como yo, porque tengo unos padres como vosotros «. Grande, genial, ejemplar, sin filtros, de verdad, otra vez, una verdad necesaria, incontestable.
Campeones es, en definitiva, una peli valiente, divertida, llena de humor y seriedad, llena de equilibrio, personal, sin filtros, una peli audaz y necesaria, diferente que se merecía llegar, al menos, aquí y lo ha conseguido. Ni diferentes, ni distintos: Campeones…, y una lección, para terminar, por encima de las otras: soñar es gratis.