Decir hasta pronto es volver a vernos. Aquí ponemos el punto y seguido. Así Es Rincón de la Victoria, el único periódico en papel de nuestro municipio, tras 33 números, se retira. Es una retirada tranquila, reposada, personal…, sin traumas ni daños colaterales.
Me preguntan, unos y otros, porqué nos vamos. Nos vamos, cada uno con lo suyo, sin ruidos ni aspavientos, como llegamos, sin presiones, con hambre, y con la certeza de haber hecho bien el trabajo. Nada más. Nos vamos.
Hemos hecho un trabajo honesto y comprometido, una labor periodística libre, sin presiones políticas o publicitarias. Hemos hecho lo que hemos querido hacer -joder, y ya por eso todo ha merecido la pena-, denunciado, criticado, ponderado, y lo hemos hecho sin cobijos de grupos políticos o de poder, con toda la independencia posible y con toda la profesionalidad exigible.
Escribo estas líneas del tirón. Quiero volcar lo que pienso de forma automática, sin retórica. Es un post urgente.
En mi caso, dejo este barco, me retiro por indisposición de agendas. Afortunadamente, los proyectos profesionales se han ido sumando, amontonando, tele, radio, y no hay día para más. Uno trabaja y lo hace lo mejor que puede y, después, sin tú decidirlo, llegan las propuestas y tienes que elegir. Esta temporada no hay sitio para más. Me hubiera gustado seguir aquí pero no es posible. Me voy, maldita sea, porque el día solo tiene 24 horas. Luego, cada uno de mis compañeros, cada cual, tiene sus razones y argumentos.
De cualquier forma, Así Es Rincón de la Victoria me ha reconciliado tanto, todo este tiempo, estos 16 meses, con mi profesión. Me ha dado la posibilidad de volver a escribir noticias, como hice hace años, recuperando las ganas por contar historias, ejercitando el músculo de la redacción periodística, llenando Words en blanco, hablando con rinconeros que me contaban sus relatos… Ha sido apasionante, uno de los proyectos más bellos, interesantes y románticos que hemos vivido jamás.
Así Es Rincón de la Victoria me ha dado también la posibilidad de conocer a un grupo de periodistas de verdad. Gente con ganas de cambiar las cosas, cada uno de su madre y de su padre, cada cual con sus ideas, pero todos honestos con su labor y responsables en el fondo y en la forma. Un equipo que se ha convertido en una pequeña familia, con sus disciplinas, envites, con los cierres a flor de piel sobre pijamas de nubes.
Sabéis: una de las cosas que más he disfrutado eran las pequeñas francas discusiones sobre cómo enfocar una noticia, cómo titular una portada, como colocar las comas… Discusiones que tenían todo el sentido y que siempre ganaba alguien que tenía razón…, y otro terminaba aceptando gustoso la derrota.
David, Vito, Kiko, Carmen, Nadia… Gracias. Habéis hecho que esta aventura merezca tanto la pena.
Decir hasta pronto es volver a vernos. Nos vamos, sí, pero quién sabe si alguna vez, dentro de poco, volvemos a la carga con más historias, denunciando, aportando ese plus de democracia que es la prensa libre y responsable, asumiendo que se puede escribir con la esperanza de que alguien, en algún lugar, antes de que sea muy tarde, te pueda leer.
(Gracias a todos los lectores, a los anunciantes, a todos los que nos habéis apoyado tanto…)