Imaginen que en España cada ocho horas se violase a un político, o a negro, o a un jugador de fútbol. Imagen que todos los días hubiese agresiones sexuales a un católico, a un periodista, a juez. Imaginen que se menospreciase, se cosificase, se discriminase a los cuerpos de seguridad del estado, a todos los universitarios, a cualquiera. Pues bien, en nuestro país esto ocurre a cada instante, todos los días: violaciones, agresiones sexuales, menosprecio, cosificación, discriminación…, con mujeres. Sí, con mujeres. 1.127 violaciones al año, una violación cada ocho horas, y ese es el dato de las violaciones denunciadas. Según informes, de cada seis violaciones sólo se denuncia una.
Creímos que lo improbable sería imposible. En algún momento, todos pensamos que Trump caería, que todo era una locura, una broma de mal gusto, que no podría llegar más lejos. En la Convención de Cleveland, en medio de la campaña, en una de sus escalas en Detroit, en otro escándalo… Lo mejor del chiste venía al final que, en verdad, es otro principio. Mi amigo Manuel Azuaga, el Maestro Azuaga, apunta en su muro de Facebook una frase de Voltaire: “cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es casi incurable”.
En Granada, Leonard Cohen hacía yoga y bebía vino. Paseaba tranquilo por la Alpujarra y se reunía con Enrique Morente. Hablaban y se admiraban. Grabó frente a Alhambra, Take this Waltz, gran himno del siglo XX, y se hacía pequeño, frente al aire de Sierra Nevada y el quejío de los gitanos, dentro de un elegante abrigo negro comprado en Boston.
Paranoia, rabia, fanatismo, incultura, extremismo político o religioso…, intentamos explicar algo que no entendemos. El antiguo terrorismo perseguía unos objetivos propagandísticos y sus líderes nunca traspasaron ciertos límites. El nuevo terrorismo es poliédrico, tiene muchos grupos, con motivos obvios e inexplicables, absolutamente destructivo e indiscriminado, que puede causar millones de muertos y daños materiales colosales y, sobre todo, meternos miedo.
El Día Mundial de la Libertad de Prensa no es un tópico, ni un mero protocolo, es una llamada de atención al gremio de periodistas, a todas las instituciones y a la sociedad en general. La prensa libre, no es un regalo, es un derecho adquirido, justo y pertinente.
Las primeras imágenes de los atentados de Bruselas aparecieron en un timeline de Twitter a los pocos segundos. Medios de todo el mundo comenzaron a difundir un vídeo grabado con un terminal móvil. El ruido de la explosión, la polvareda irrespirable, las caras desencajadas confundidas… Ahora todo se ve, todo se replica. Es la era global. El siglo XXI.
Su voz desgarradora, sus letras innovadoras y su estética absolutamente rompedora le han convertido definitivamente en una leyenda. Todo eso es cierto, pero uno se queda con sus pequeñas historias cotidianas. Cuando Nadia estaba embarazada de nuestra primera hija, nos pasamos el embarazo escuchando a David Bowie. En casa, en el coche, en los auriculares: “we can be heroes, just for one day”. Sostengo que algo de lo que es mi hija Alex, y no es poca cosa, se lo debemos a Heroes.
Nuestros políticos utilizan cada movimiento, palabra, exigencia, como un acto de campaña. No se trata de salvar el país sino de salvarse ellos. La actividad parlamentaria se ha convertido en un acto fallido, sesiones en diferido, ruedas de prensa sin preguntas, investiduras que no invisten… Sabemos el guión, conocemos a los actores y hemos visto ya más de una vez el final de la peli, y aún así pretenden que nos emocionemos.
2016 acaba con un exterminio público, el de Alepo, pónganse a cubierto o salgan a la calle, bienvenidos al último genocidio de la historia.