Seguir a Álvaro Carrero no es fácil. Camina siempre con unos pasos largos y algo desbaratados, y la cabeza siempre adelantada, como si quisiera alcanzar a alguna de sus ideas que van varios metros por delante del resto o como si todavía no hubiera renunciado a estar en varios sitios a la vez. Seguirlo no es fácil, ya os digo, porque siempre está tramando algo, macerando una idea loca, un montaje, un corto, una nueva producción… A Álvaro Carrero le conocí en el despacho de un directivo de televisión. Ninguno de los dos sabíamos que íbamos a estar allí, fue una encerrona, y tras aquel día apenas nos hemos separado una semana. Debo decir que es uno de mis grandes amigos y entrevistar a un amigo no es fácil. Con el entrevistado se debe mantener una distancia, unos hilos de cortesía, una moderación, pero con Carrero, yo siempre le llamo Carrero, todo eso salta por los aires en cualquier momento. Le pregunto, ¿por dónde empezamos?, y él contesta: por el principio, claro, por el big bang.
– ¿Cómo se te ocurre “En ocasiones veo a Umberto?
– Tenía la idea desde hace varios años pero como otras que se van quedando ahí, pasando por mi cabeza, sin rumbo… Accidentalmente, en septiembre del año pasado, el Teatro Alameda me pidió una comedia y me enganché al proyecto como jamás lo había sentido.
– Pero, al principio, no querías dirigir, se trataba sólo de escribir un texto…
– Sí, pero de pronto me sentí preparado, como cuando sabes que quieres ser padre, tú sabes, y me dije “yo puedo montar esto”, con respeto, claro, pero sin frenarme.
– No te estarás haciendo mayor… Has empezado a dirigir cortos, ahora teatro…
– Yo vengo de la interpretación. De la dirección he ido absorbiendo poco a poco, cada vez me llamaba más la atención ese proceso, el universo del director, y otra vez, de repente he visto que yo podía proteger mis propias ideas.
– ¿Cuál es la parte que más disfrutas?
– La de la dirección de actores…
– Los que te conocemos, ¿vamos a ver a Álvaro Carrero en este montaje o te has alejado de lo que eres?
– Yo creo que sí. Vengo de hacer “Se ha escribido un crimen”, que era más una sucesión de sketches, un auténtico disparate, y esto es una verdadera obra de teatro. Creo que lo que van a ver es una comedia de entretenimiento con un poco de pinza.
– Tengo entendido que te has esforzado mucho en los personajes femeninos.
– El trabajo de las dos actrices lo he blindado especialmente. Creo que podréis ver todos los registros posibles de una actriz encima de un escenario.
– Eres un nuevo Almodovar con las chicas…
– Ha sido intencionado, pero lo mejor es que Natalia Roig y Virginia Muñoz están espectaculares.
– Ya que hablamos del elenco, defíneme a los actores con una palabra, ¿Natalia Roig?
– Es un 4×4.
– ¿Virginia Muñoz?
– Es el estilo, la elegancia escénica.
– ¿Salva Reina “Chuki”?
– Dinamita.
– Ignacio, Nacho… (Hace una larga pausa, piensa, repiensa, busca las palabras justas, Carrero tiene una historia común y fantástica con Nacho llena de anécdotas divertidísimas desde el Japón a la Playa de Rincón de la Victoria… Por fin, lo dice).
– Nacho tiene esa escuela de actor antiguo combinado con algo muy transgresor en su forma de trabajar. Provoca siempre una explosión por esa combinación entre algo retro y moderno.
– ¿No has echado de menos actuar? ¿Por qué te lo has tenido que plantear?
– Mi parte más actoral sí que me lo pedía pero ha sido clave ver mi propio montaje desde fuera. La suerte, en este aspecto, es que Nacho y Natalia dejarán la obra por otros proyectos en Madrid, y nos incorporaremos Mara Guil y yo.
– Le ponemos una comedia, venga, nos la jugamos, antes de la que pongan otros…
– No sé, comedia para todos los públicos. En verdad, me gustaría que fuera como “El Golpe”, una de mis pelis favoritas en la que no te partes de risa pero te lo pasas pipa. Una comedia para tres generaciones. Al fin y al cabo, somos padres e hijos y esa tecla me gusta.
– Entre tú y yo, ¿estás cagado?
– No, no… (nos reímos) Respeto sí pero, sabes, tengo la sensación de que lo quería hacer está hecho.
– El año pasado ganaste una Biznaga de Plata por tu cortometraje “Abrefácil”, este año estrenas, escribiendo y dirigiendo en el Alameda, estás en un puno de inflexión en tu carrera…
– Sí, se trata de probar en un mundo como éste que es tan inestable. También entiendo que tiene un punto de maddurez. Los años me están dando la posibilidad e contar historias.
– Lo de “Abrefácil” ha sido muy bonito, ¿no?
– No para de circular por certámenes y de ganar premios. Fue un trabajo con cero pretensiones. No esperaba nada y todo lo que he recibido ha resultado excesivo.
– ¿Habrá más trabajos en el cine?
– Sí, tíoooo… (pone la voz de Robert de Niro que tanto noss gusta), y no habrá uno sino dos cortos: Play y La Fila.
– Dos cortos, Carrero, no nos estaremos viniendo arriba…
– Sí, sí (risas, otra vez), en serio, porque uno es bastante fácil de realizar y el otro es algo con más pretensión, con más financiación, pero me quiero divertir mucho haciéndolo como un juguete que me voy a regalar a mí mismo…
– Me comentaste algo de un documental también…
– Sí, pero de este tema prefiero no hablar todavía.
– …y teatro, ya estarás tramando algo, me temo…
– Acertaste, ya tengo otra idea, y a mediados de noviembre empezaremos los primeros ensayos de un monólogo teatral dramático para Miguel Guardiola, el Rubio, con dirección de Virginia Muñoz
– ….y cómo no, tus Monólogos de El Club de la Comedia…
– Mira, el fin de semana pasado fue total, en Madrid, en el Rialto, con más de mil personas, y sigo ahí trabajando en los textos.
– Te has quitado de las redes sociales…
– En principio, fue un poco de osadía, me sentí bastante dependiente, y esa pregunta me hizo sentir incómodo y decidí cometer la osadía de que nada me tenga atado en mi vida. He vuelto con un pseudónimo, Arubaro San, pero ya no es lo mismo.
– Y Rincón de la Victoria,, es verdad que te vas a ir a vivir a Málaga…
– No, no, soy rinconero a tope con la Cope, rincón for ever and ever. Ya son 15 años viviendo allí, lo sabes y muchas veces lo compartimos juntos porque los que venimos de fuera lo valoramos de otra manera.
– ¿Qué es lo que más te gusta?
– La calidad de vida. Rincón de la Victoria es como cuando juegas al Pollito Inglés y dices: casa.
– ¿Te pregunatrías algo a ti mismo?
– No, jamás.
– ¿Volverás a El Despertador de Radio Victoria?
– Sí, y lo sabes…, y porque me gustaría consolidar ese trabajo en mi vida, me parece la mejor versión que podemos hacer de radio y porque lo disfruto muchísimo.