Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos. Lo otro es individualismo y una estepa nevada, vacía y solitaria en facebook. Vamos, bostezo y nada. Unidos, juntos, muy juntos, por algo, a través de algo, para algo, para ser mejores… Pero, ¡!CUIDADO!!
Este fin de semana, hemos celebrado en La Cala del Moral la Gala Solidaria Promesas Cumplidas. Un acto en el que pretendimos juntar muchos kilos de comida para el Economato Social y dinero para la Fundación Vicente Ferrer. Amigos, artistas, gente buena, unidos por una buena causa.
Escribió Octavio Paz que “las utopía del siglo XIX fueron los campos de concentración del siglo XX”. Debemos tener cuidado, sí. Me asustan las grandes palabras, las palabras abstractas, que se escapan de las manos. Detrás de palabras como solidaridad, prójimo, humanidad, sólo hay ideología y abstracción. Los mayores errores de la historia se han producido por un malentendido altruismo. Ante las grandes abstracciones sociales, siempre hay que quedarse con las personas concretas.
Sí, me quedo con las personas y con sus nombre, con las caras felices de los vecinos y amigos que vinieron a acompañarnos este sábado, con sus satisfacción al entrar en el teatro, con sus kilos de comida a cambio de una entrada, sabiendo que un pequeño grano de arena se volvía a colocar en la playa de la pobreza extrema que nos está dejando este tiempo.
La humanidad abstracta me importa un pimiento y sólo me interesan las llamadas que nos hacemos entre sí seres humanos concretos, que tejen una red expansiva de voces que se alimenta por todo el mundo,voces que llega a todos, que son de todos. Como nos aclaró Wittgenstein, después de aclararse él mismo, “el significado de una palabra, en muchos casos, es su uso en el lenguaje”.
Me quedo con las personas y sus nombres, con los amigos, artistas geniales, que dejaron su trabajo o su descanso para pasar la tarde-noche del sábado en un acto de generosidad ejemplar, haciendo algo bello, haciendo música, baile, magia, humor… festejando que, a pesar de todo, seguimos adelante, siempre adelante.
Humanidad, solidaridad, progreso son hermosas palabras que se han usado, y se siguen usando, como herramientas -toda palabra es una herramienta, como un condón o una cuchara- para construir y justificar el terror. ¿Cómo no desconfiar, entonces, de esas palabras-herramientas? No se fíen de las palabras, fiénse de las personas que tienen cerca, hablen con ellas, rían mucho, abracen, cedan, ayuden, mejoren y tejan una red expansiva de voces que se alimente por todo el mundo, que llegue a todos.
*Nota 1: apunto aquí algunos de los nombres de las gentes que hicieron posible una noche mágica y solidaria como la del sábado: primero, Bosco Vida, ideólogo de la cosa y arquitecto del sentimiento; y después, Marta del Castillo, que se nos puso malita, recién llegada desde Madrid, y no pudo bailar; y todos los demás: Eduardo Bandera, Ernesto y Pico, Tatiana Saceda, Guapa XL Nanai, Carlos Bravo, Grupo Merced, Tahmir, la Compañía El Farol… A todos los de Ayuntamiento de Rincón de la Victoria, a Borja Ortiz, concejal, por apoyar la iniciativa, y, por supuesto, a todos los que nos ayusdastéis en crear una montaña de futuro… Gema, Teresa, Celia, Nadia…