Método para escribir columnismo pop

Hace unos días una octogenaria y amable mujer de Ardales, que al parecer me lee con agrado en los descansos de sus clases de internet para mayores, me dijo: Roberto, hijo, ¿podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, o a exagerar, que haces columnismo pop? La pregunta inspira las siguientes líneas.

Conclusión 1: mis postulados literarios no existen. Tan solo cuando escribo de encargo, que es la mayoría de las veces que mis textos se hacen públicos, mis propuestas se limitan a una suerte de lanzamientos a canasta sin mayor pretensión. Tiro y fallo; tiro y fallo; tiro y fallo; tiro y fallo… No suelo acertar. En verdad, nunca he acertado. Nunca. Eso creo, y lo digo sin falsa modestia. El método, que ya digo no existe, tiene algo -de existir- de involuntario, de pasional, digamos de poético, sin pensar en el resultado final del mismo, sin reflexión, ausente de consecuencias ulteriores… Necesito que sea un texto lúdico y urgente, que nunca me lleve más de una hora, que sea algo así como un método sin método, jugando con todos los elemento de mi rutina, entre lo verosímil e lo inédito.

Conclusión 2: no reniego de nada. Todo me vale. Un vídeo de Youtube, la poesía de Pessoa, las fotos que hace Álex, mi hija mayor, con el móvil de su madre, una canción de Mika P. Hinson, un mechero roto e, incluso, las bolsas del Mercadona y los imanes de las neveras, claro. Todo es necesario y poético, todo es susceptible de erigirse en metáfora si resulta plausible. Digamos que un código de barras contiene más belleza y fuerza que la mayoría de los blogs del mundo.

Conclusión 3: he dejado de ser un iluminado, no me apetece nada serlo, se acabó, con todo el respeto a mis amigos iluminados.

Conclusión 4: creo en la literatura multifuncional. Al igual que mientras escribo este post, he consultado mis dos cuentas de facebook, mi e-mail personal, mis dos e-mails de trabajo, varias palabras en el diccionario online de la RAE, algunos periódicos digitales y un volumen en papel de Antonio Escohotado, en Espasa, al igual que he hecho todo esto, digo, creo en una literatura activa, llena de pestañas, salidas de emergencia y ranuras. Somos seres del siglo XXI, interactivos y multifuncionales, por lo tanto, el columnismo pop debe ser igual, o sea del siglo XXI, interactivo y multifuncional.

Conclusión 5: creo en el plagio y en el doping. La originalidad a estas alturas de la vida está en reescribir algo de otra manera, darle una vuelta y verlo desde otra óptica, sin mayores pretensiones ni bajezas. No hablo sólo de control C-control V, hablo de revisar lo brillante y personalizar. Sobre el doping me limitaré a citar a Baudelaire, Poe, De Quincey, Doyle, Huxley… Nada más.

Conclusión 6 y final globalizante, se me acaba el tiempo: como le preguntaron a Malory, ¿por qué los hombres escalan montañas? Respondo: porque están ahí. Nada más. Buena semana.

Nota final: las bolsas pequeñas de Mercadona costaban 0.02 €; las grandes 0.10 €; las bolsas rafia 0.60 €. Lo memoricé hace tiempo. Ahora bien, no sé, si a día de hoy, han subido o bajado.