Isabel Coixet: una mirada distinta, una voz única

17 Feb
"Mi Vida sin mí" de Isabel Coixet.
“Mi Vida sin mí” de Isabel Coixet.

Isabel Coixet sacando la lengua a un fotógrafo, recogiendo un premio en Cannes, en bata por casa, rodando con Sarah Polley y Ben Kingsley, con su hija, poniendo su propia voz a uno de sus anuncios de compresas -¿a qué huelen las nubes?-, en un concierto de Bunbury con Tim Robbin, recelando de los nacionalistas, rodando otra peli, dura como la espuma, siempre especial… Su mirada, su voz.

Isabel Coixet se ha convertido en la directora española con más Goyas en su haber, tras conseguir tres estatuillas, en la última gala, la Gala de las Mujeres, una gala marcada por las reivindicaciones contra los abusos y en favor de la igualdad. Al final, la mayor reivindicación vino del propio palmarés, que reconoció los trabajos de Isabel Coixet, de forma mayoritaria, por La Librería. Ahora, toca escribir sobre la Coixet, en mi opinión, una de las directoras-directores más brillantes, interesantes e internacionales de la historia del cine en español.

Pero esta historia comienza, como siempre, mucho antes. Con una mirada distinta, una voz única…, hace más de 20 años, en el  osado y complejo ejercicio de entrar en la mente de los otros, de los personajes que, al fin y al cabo, es entrar en la mente de las personas, que somos nosotros, como en juego de muñecas rusas o en un puzzle, transfiriéndonos sus almas y conectando, finalmente, con una serie de planos e historias que los directores, la mayoría, no suelen ver y que ella sí que ve.

Historias de amor, historias sin palabras, donde los silencios valen más que las palabras; historias de soledad porque la vida no es fácil, joder, y porque muchas veces estamos solos; historias sociales, comprometidas, de gente que se conecta y se desconecta en escenarios reales y poéticos; historias sencillas que llegan al fondo de las propias historias.

“Esta eres tú, los ojos cerrados, bajo la lluvia, nunca imaginaste que harías algo así (…), a ti te gusta estar así…” La primera escena de ‘Mi vida sin mí’, quizás, no estoy seguro, una de sus pelis más redondas y emocionantes, y en ella, Ann, Sarah Polley, en un plano bajo la lluvia, desafiando el frío, sintiendo el agua, y el olor y el sonido, ella, que somos todos  nosotros, quién lo iba a decir, al borde del precipicio.

Isabel Coixet rueda sin fuegos artificiales porque no los necesita, crea sencillo porque lo sencillo siempre es más poderoso, porque conoce bien la naturaleza de sus historias, y porque escribe con el espectador delante, enfrente suyo, sin intermediarios, sabiendo que nadie escribe nada para luego borrarlo y que nadie escribe para sí mismo, demostrando que lo que se escribe comienza mucho antes de sentarse uno a escribir. Coixet nos conduce siempre de lo particular a lo general, no parte de grandes principios, sino que llega a esos grandes principios tras haberse fijado en los pequeños detalles. Una lavandería, una canción, una cama deshecha, una lonja de pescado, un punto minúsculo en el oceáno, una librería, un restaurante japonés…

Y luego están sus pelis: ‘Cosas que nunca te dije’ (1996), llena de silencios, espacios y un Capuccino Commotion, please; ‘Mi vida sin mí’ (2003), o la inmensidad del final y una lista de cosas por hacer, ‘La vida secreta de las palabras’ (2005), sobre una plataforma petrolífera que conecta con todos los lugares del mundo, ‘Mapa de los sonidos de Tokio’ (2009), misteriosa, magnética, consentida… Coixet, hay que decir, tiene buen tino para los títulos de las películas.

Al parecer, en ‘La Librería’, su último trabajo, los productores le preguntaron sino sería mejor meter una historia de amor. Coixet contestó, algo así, como que “sino era suficiente la historia de amor por los libros”.

Coherencia, compromiso, originalidad, sencillez… Porque al final de eso se trata la obra de Isabel Coixet, y de eso se trata la obra de cualquiera en particular y la vida de cualquiera de nosotros en general, de hacer algo coherente, comprometido, con un discurso propio, original, directo, sin intermediarios, sencillo… Un verso libre, una mirada distinta, una voz única -que ya esperamos en su próximo film*-.

 

* Isabel Coixet rodará la historia de dos maestras gallegas, Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga, que en 1901 se casaron. Fue la primera boda lesbiana en España y y la única oficiada por la Iglesia.

*Adjunto, en Youtube, la reseñada escena de ‘Mi vida sin mí’, (2003).

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