Robert Bryndza arranca una saga policial con Te veré bajo el hielo, novela publicada en España por la editorial Roca y que tiene como protagonista a la inspectora Erika Foster
Con esta novela comienza una saga de prometedores casos policiales con Erika Foster como protagonista. Una inspectora que como en casi todos los thrillers viene marcada por el pasado pero al cual ha sabido sobreponerse y se ha convertido en una mujer fuerte y luchadora. La historia comienza sin preámbulos en las primeras páginas, directamente estaremos inmersos en la aparición de un cadáver bajo un lago de hielo. Una chica que nos mira desde su congelación. Las circunstancias se complican cuando el equipo de Foster averigua que la joven es la hija de un reputado político de la cámara de los lores. La investigación encontrará muchos obstáculos para su desarrollo porque la poderosa familia influyente de la fallecida hará todo lo posible para evitar todos los detalles aunque poco a poco comenzarán a conocerse la vida y los secretos más escabrosos de la joven que llevarán a Erika a relacionarlos con otros casos de jóvenes desaparecidas.
El autor de la novela refleja dos estratos de la sociedad de una forma muy marcada, por un lado el mundo político y su connivencia con el poder cuyas ramas llegan al intento del control de la información no solo a nivel periodístico sino también al esclarecimiento policial. Por otro lado seremos testigos de los suburbios, la llamada escoria de la sociedad, tramas de prostitución, red ilegal de mujeres para su comercio, alcohol, drogas y mafias.
La protagonista tiene a su alrededor una serie de personajes secundarios cuyos rasgos son fácilmente identificativos y hacen que se produzca cierta empatía o antipatía con ellos, en cuanto a los demonios personales que marcan a Erika es de suponer que aunque el autor los explica hallaremos más detalles si continúa esta posible saga policiaca.
Un thriller policíaco que no baja el ritmo en ningún momento y cuyo bombardeo de información para manejar todos los datos se hace de forma secuencial y ordenada, lo que hará del disfrute de más de un lector.
Narrada en tercera persona por un narrador omnisciente conoceremos todos y cada uno de los pensamientos y opiniones de los personajes con los que se hilvana la obra, incluido los pensamientos del asesino a quien no conoceremos hasta el final. Con una prosa ágil y rápida, llena de diálogos se consiguen encajar todas las piezas del puzle y acabar descubriendo el misterio.
Recomendado para los amantes de los thrillers policíacos, para una lectura fresca y rápida de cara al verano y las vacaciones y para todos los que gustan comenzar una serie de novelas autoconclusivas que forman parte de un conjunto. fronteras por todos sus flancos. En cuanto al español castellano, Dorren advierte una particularidad en la que posiblemente no caigamos pero sí lo hacen frecuentemente nuestros interlocutores de otras lenguas: somos metralletas parlantes. Pronunciamos las sílabas a una velocidad mayor que otros. Una media de 7,82 sílabas por segundo, frente a las 6,17 de los anglohablantes o las 5,97 de los alemanes. Un kalashnikov dispara diez tiros por segundo, recuerda Dorren.