Ese príncipe que fui

13 Jul

Ese príncipe que fui
Ese príncipe que fui

Picaresca a la española

En pleno desarrollo del franquismo, años 60, el señor Grau de la clase alta catalana descubre casi por casualidad que es el último descendiente español de Moctezuma II, algo no del todo incierto pues es conocido que en el siglo XVI, una hija de Moctezuma, la princesa Xiapaguazin, es raptada por un noble español, Juan de Grau que había participado en la conquista de México junto con Hernán Cortés, y se la trae hasta sus dominios en el Pirineo de Lérida.

Hasta que aquí todo tendría además de tintes históricos, un cierto halo romántico, pero la historia que Jordi nos cuenta derrocha ironía, humor, picaresca, cierto poso oscuro propio de la sociedad de la época y del régimen y ternura.

Nuestro protagonista alterado por el conocimiento de su pasado noble, pierde literalmente la cabeza y funda por su cuenta y riesgo una casa nobiliaria ficticia que le sirve para vender títulos y medallas a millonarios del régimen franquista. El tema se le va de las manos cuando inmerso en fiestas, alcohol y soberbia empieza a vender tierras allende los mares de los supuestos títulos que vende aunque fuera éstas sólo a título honorífico. Esta avaricia y el exceso en el que comienza a vivir termina por desencadenar una serie de denuncias que acabaran con su prestigio y le harán terminar sus días en México, prácticamente solo, rememorando lo que fue y lo que pudo haber sido.

Deciros a estas alturas las lindezas de la prosa de Jordi es casi absurdo. Rica en adjetivos y sinónimos, el vocabulario colorista de Soler adquiere una tremenda agilidad con el uso de las coordinadas, si a eso le añadimos la intertextualidad literaria, el aderezo estupendo de historia, ciertas reflexiones sobre personajes como Cela, Franco o Fraga y lo completamos con humor inglés tendremos el excelente resultado de esta novela que se hace muy amena en la lectura.

Aun así tiene la exquisita virtud de hacer una crítica social de la época con una suave elegancia, arremetiendo no sólo con la diplomacia extranjera actual y sus relaciones con Latinoamérica sino con el concepto en sí y con la visión caduca que se tiene de aquel continente.

Con el mismo tono de humor que acompaña todo el relato, Jordi nos hará reflexionar sobre el origen de la nobleza, sus miras y objetivos, el alcance y sus formas, el proceso de deterioro, la fragilidad de la estructura social y la ignorancia de España en general sobre aquellas antiguas colonias españolas.

Recomendado para los amantes de la historia colonial y de la historia moderna sin ser por ello un libro histórico y a los que gusten de las historias de la picaresca española, en este caso casi contemporáneas.

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