Las muchachas de Sanfrediano

10 Feb
Las muchachas de Sanfrediano
Las muchachas de Sanfrediano

Traducción: Amelia Pérez de Villar.

Vasco Pratolini

Nos vamos a Florencia de la mano de Vasco Pratolini. Un escenario que conocía perfectamente porque nació allí. Pero concretemos, vamos exactamente a Sanfrediano, un barrio popular de trabajadores humildes. Trabajadores y trabajadoras, porque la novelita que se nos presenta tiene muchas protagonistas, todas chicas, y un solo ‘alter ego’ masculino, Aldo Sernesi.

Aldo es un chico bien parecido, un donjuán, al que apodan “Bob” por su parecido con Robert Taylor. Le gustan todas las faldas, y las persigue a todas sin descanso. Cual Casanova tiene un plan establecido para enamorarlas y hacer de ellas una cadena de noviazgos, Silvana, Gina, Tosca, Mafalda, Loretta y Bice, pasan entre sus brazos con una velocidad vertiginosa, encarnando a distintos prototipos de mujeres: independientes, orgullosa, guapas, trabajadoras y apasionadas. El protagonista no contaba que se conocieran entre ellas y que comentaran sus relaciones. Lo que empieza siendo un simple comentario se transforma en un auténtico plan de venganza que nos llevará al final del libro con una solución insospechada.

A través del hilo conductor de la relación amorosa actual, iremos conociendo por capítulos a cada una de las ellas, engarzando historias amorosas en lo que llegará a convertirse en una soga que rodea el cuello de Bob, que absolutamente egocéntrico no llega a percibir el peligro.

En un lenguaje dinámico, Pratolini, nos muestra el arquetipo de mujer italiana luchadora, y celosa de su hombre. En contraposición, Aldo, es el típico vividor de todas ellas, ironizado ya en el propio apodo. El autor, amigo de Visconti, formó parte del neorrealismo cinematográfico italiano, escribiendo más de veinte guiones y el relato que nos ocupa, “Las muchachas de Sanfrediano” fue llevada al cine en 1954.

La novelita de costumbres destaca por su fina ironía y la capacidad de observación del escritor, obra ligera y ágil de leer para pasar un buen rato. Mientras que las protagonistas van adquiriendo cada vez más fuerza, naturalidad y desenvoltura veremos como la imagen de Bob se nos va convirtiendo en un personaje patético, narcisista y fatuo. El final, una acción casi trágico-cómica nos provocará más de una sonrisa y empatizaremos aún más con las chicas.

Recomendada por su ambiente italiano, y sin duda por los personajes femeninos. Muy apta como novela de refresco entre otras lecturas más arduas.

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