Plus Ultra

24 Feb

Hace días nos sorprendimos con la noticia de la Cofradía del Cautivo y los regulares. Mi enhorabuena por la decisión, valiente y solidaria. Quien les escribe no tiene ninguna animadversión a la representación militar que acompañan a las hermandades malagueñas. Es tradición las que los suman y los años les avalan. España sólo se aúna bajo su bandera sin vergüenza ni rencillas con el deporte, a diferencia p. ej. de EE.UU. que llevan el patriotismo a gala y no supone ningún ridículo ni se asocia directamente con ningún ideal político. Los militares que procesionan en Semana Santa son profesionales y es una buena forma de darse a conocer a través de estos servicios ahora que los colores se difuminan en autonomías. Máxime cuando venimos observando que en las tropas hay también ciudadanos españoles que provienen de otros continentes. Pero la reflexión que quiero hacerles llegar es el debate que abre la noticia. Traer a la tropa cuesta dinero, el justo, pues no hay fin lucrativo -desplazamiento y alojamiento-, y las cofradías como el resto de la sociedad están en crisis. No hay dinero para estos gastos. Y si hay, muchas veces es en detrimento de otras partidas de los presupuestos cofrades. Si los militares que vienen son en su mayoría hermanos honorarios, me pregunto: ¿Qué pasaría si el resto de hermanos honorarios de colegios profesionales necesitaran esta ayuda económica?  ¿Se imaginan el caos? Hay que ser valiente para afrontar este tipo de decisiones porque sea cual sea, será criticada. La unión ideal entre cofradías y militares sería que vinieran, sí, pero sin suponer un gravamen. Mientras estamos en época de vacas flacas, creo es más humano –y ellos que realizan acciones humanitarias en su casi totalidad lo entenderían-  ayudar socialmente en otras direcciones. Ser hermano mayor honorario, es como su nombre indica, un honor, tanto para la cofradía como para el grupo humano que es nombrado, sea militar o colegiado. Es una distinción. Y las distinciones son a posteriori de algún hecho acometido. Los honores ni se compran ni se pagan y menos como están las cosas.

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