Orígenes : la Aurora de la Humanidad

3 Mar

Cualquiera de las manifestaciones artísticas del ser humano puede contener una amplia serie de preguntas. Algunas de dichas preguntas no nos conducen al arte, sino que nos devuelven al punto de partida, que ya no es que en realidad nos preguntemos sobre el arte, sino sobre el propio ser que sobre el arte se formula preguntas : sobre nosotros, sobre los seres humanos, que somos los que en definitiva hacemos eso que llamamos “Arte”. Pero pasemos a lo que es en este momento el centro de nuestra indagación : ¿hacia dónde dirige su mirada esa mítica deidad que nos regaló el pintor Herbert James Draper?

Digamos que ese rostro sobre el que nos estamos centrando es el de La Aurora mítica de romanos y griegos clásicos, esa que los textos poéticos describen en el siglo XVII con “rosados dedos”, como leemos en Cervantes, por ejemplo, entre otros muchos escritores de su época. La divinidad a la que ahí representaba H. J. Draper a través de su modelo vivo (Florence, -o Florrie- Bird) tiene una larga historia en la cultura occidental desde sus inicios greco-latinos, y muy posiblemente también antes, quiero decir : antes que griego o romanos se ocuparan de este y otros mitos : la aurora de la humanidad se pierde en sus orígenes.

Pero nosotros ahora nos quedamos en una pregunta que puede parecer “casi sin sentido”, de tan simple como es : ¿adónde mira la diosa de rosados dedos? ( : ¿adónde miraba la mujer modelo del pintor?). Podemos decir que su mirada se dirige a algo que está a nuestras espaldas : el que contempla el cuadro no se siente mirado por la imagen en él representada, como ocurre con otras muchas obras de la gran pintura de los siglos clásicos : los miramos, a los rostros en esos cuadros representados, y nos sentimos mirados por ellos.

Aquí, con Eos, esto es, La Aurora de rosados dedos, con Florence Bird posando como El Amanecer en sus propias puertas, no ocurre eso, no sentimos que nos mire. Sus ojos dirigen su mirada más allá de nosotros. Vuelva el lector a la imagen del rostro ahí arriba representado, y respóndase a sí mismo si se siente mirado por la joven retratada o si esa mirada, más bien, nos pasa como por encima. O nos atraviesa sin vernos, para decirlo con mayor dureza. Pero…, ¿dureza? ¿Por qué decimos “dureza”?

Eso es algo que vamos a ver de inmediato.

 

 

3 respuestas a «Orígenes : la Aurora de la Humanidad»

  1. Nuestra intención en el texto de ahora va más allá del rostro de esa Aurora de la Humanidad que fue en la obra de Herbert James Draper su modelos Florence Bird. Nosotros iremos hasta los Orígenes de nuestros antepasados, nos trataremos de remontar unos (al menos) 800.000 años, tal vez un millón de años. Y como muy poco, hablaremos de los hombres del valle del Neander (los neanderthales) y de los del período conocido como Auriñaciense.
    Pero todo a su tiempo.

  2. Se sabe que la vida para los hombres del valle del Neander(tal) y sus coetáneos somos sapiens era de extrema dureza la mayoría del tiempo. Sobre estas cosas trataremos en los próximos textos, que seguirán al de hoy.

  3. La Aurora de la Humanidad se puede buscar en la Historia, pero esta tiene varios caminos : genética, arqueología, arte y creación de útiles diversos… Esto no impide que la búsqueda se realice por todos esos caminos y en realidad lo que hagamos sea reunir datos procedentes de distintas disciplinas científicas y con el conjunto acabar de re-hacer el puzzle (podemos decirlo así a modo de metáfora) y llegar a conocer completamente nuestra historia desde sus inicios.
    Este texto de hoy es un modo de partir en nuestro camino desde los ámbitos de La Mitología, tratada o tomada como tema, por el Arte.

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