Papás y Papas

11 Nov
El Papa, Benedicto XVI
La semana pasada hablábamos de papás, ésta vamos a hablar de Papas. Cuando la nueva ortografía nos quite la tilde, notaremos menos la diferencia, por lo que urge dejar pronto y bien clara, dicha dicotomía. No es lo mismo, pues, ser papá que ser Papa; el Papa es padre de la madre Iglesia pero no tiene hijos carnales, dado el voto de castidad que suscriben todos los cargos del clero católico, sea más o menos observado. Esto no quita para que algunos clérigos hayan sembrado de progenie clandestina esos mundos de Dios, vistiendo y desvistiendo la sotana a placer como el fundador de los Legionarios de Cristo. Tampoco que otras personalidades eclesiásticas, sin ser padres biológicos, hayan mantenido relaciones demasiado estrechas con los niños y no precisamente como de padre a hijo –excepción hecha del ya mencionado, Marcial Maciel, quien fue capaz de meter todos los posibles matices de la perversión en el mismo saco-. Por estas incursiones carnales de los padres espirituales en la infancia, le han salido al Vaticano muchos Cardenales. Será que algunos canónigos tergiversan los textos evangélicos sin leer la letra pequeña como mandan las biblias canónicas, pero no hace falta ser doctor en Teología para intuir que cuando Jesucristo dijo, “Que los niños se acerquen a mí”, se refería a otro tipo de acercamientos.
Si es cierto que nuestro actual Papa, Benedicto XVI, no sabía nada de los trapicheos que han ido urdiendo las ovejas descarriadas de su rebaño, le pasará un poco como a Felipe González, dios ateo en un largo tramo de la política española, que se entera de los escándalos que protagonizan sus correligionarios, sólo cuando saltan a la prensa. Hubiera convenido que Su Santidad pusiera más atención a objeto de tapar ese sumidero por el que ha ido cayendo el ya maltrecho prestigio de su institución. Por fieles que sean los fieles no es lícito pedirles que comulguen con ruedas de molino. Razón que, sumada a otras, explica que la comitiva de festejos de bienvenida al Papa se haya visto tan mermada en su reciente visita a España, más secundada por policías que por devotos. Nada de que extrañarse, por otra parte, pues si a las masas no las mueven ni los sindicatos al reclamo de un trabajo más digno o simplemente un trabajo, cuestión vital en la tierra, menos las va a mover el Pontífice bajo la promesa de una plaza en el cielo, que, cada vez se está poniendo más difícil con la exclusión terminante de homosexuales y mujeres emancipadas. En una sociedad que, por exigencias del guión y del futuro, se dirige hacia modos de convivencia alternativos, un discurso que intenta recuperar el modelo de familia decimonónica –la mujer, con la pata quebrada y en casa y el gay de vuelta al armario- no despierta grandes entusiasmos. También, como hemos dicho antes, por lo que tiene de contradicción; si la Iglesia es una familia, está claro que se trata de un hogar monoparental; pues, así que se llame Madre Iglesia y todo, el cabeza de familia es sólo un Papa.
Ciertamente, y es una hipótesis sin malicia, al Vaticano tal vez le haría falta un toque femenino. Alguien que se quede en casa, arreglando las flores de los floreros, encargando un menú casero con sabor a Mamma y zurciendo los dobladillos de las casullas cardenalicias. A fuerza de viril, el Vaticano se está volviendo demasiado marcial y guerrillero, sin que pueda mitigarlo la dulzura de una de esas mujeres de su casa, que ahora intenta recuperar el Papa.
Dios me libre de intentar enmendarle la plana a una institución tan sagrada y milenaria, pero, si, en una hipótesis visionaria, me hubiesen consultado sobre el diseño de tal estado, habría puesto al lado del Papa a una Papisa. Para un jefe de estado que viaje no hay mayor apoyo que el de una señora que desvíe la atención de los periodistas. Así, ahora, estaríamos comentando los tocados, atuendos y accesorios de la Papisa, en lugar de centrarnos tanto en la acritud de las declaraciones del Papa. Por lo demás, siendo una señora prudente, habría podido tirarle de la manga en el avión –“Contrólate, Bene, por favor”- antes de que rompiese a tachar al pueblo hispano de anticlericalista. Y tampoco es eso. Dado el grado de analfabetismo al que estamos llegando, no es probable que tantas personas sean algo que no saben ni lo que significa. Lo que pasa es que la gente ya no cree en nada; ni en la Iglesia, ni en los políticos ni en los sindicatos. Ni en que les escuchen, ni en que los salven. Más que un estado laico, somos un país decepcionado.
Dicho esto, sin embargo, convendré con el Papa en lo peligroso que es que el mundo se vuelva ateo. Si, a estas alturas, no nos salva Dios, sálvese quien pueda.

32 respuestas a «Papás y Papas»

  1. Dios, como siempre, no moverá un dedo por nosotros porque sencillamente no existe (salvo en la cabeza de los que creen en él, que, sin duda es existir) y ni siquiera lo necesitamos. Sólo nosotros -con humanidad, solidaridad, serenidad y firmeza, sinceridad, confianza, responsabilidad, dignidad, respeto, verdad, etc.- podemos salvarnos, e incluso seremos capaces de ser felices, con fundamento. Te quiero

  2. Permíteme, colega de los foros Lola, que discrepe de tu discurso, que se suma de manera facilona a la crítica a la Iglesia. Por cierto, el recurso y el chistecito a la cita bíblica me parece algo pobre. Pero bueno, son los tiempos laicos que corren. Y por cierto, ¿escribirías algo criticando la paderastia en el Islam dando nombres y apellidos? Me parece que no, ¿verdad? Es la hipocresía de los tiempos actuales. Ah, y no olvides a Cáritas, esos sí que dejan que los niños pobres se acerquen a ellos.

    Y con respecto al amigo Holden, lamento discrepar de su afirmación de la no existencia de Dios. Y si no existiera, qué manía tenéis en negarlo, por lo que creo que su negación es una demostración más de su existencia.

    Claro que el ser humano tiene todos los conceptos positivos que comenta, hecho que no es incompatible con la existencia de un Ser Supremo.

    Un saludo.

  3. Hace un siglo, la decepción/desesperación no difería tanto la que vivimos actualmente y en la poesía se retrataba el XIX: “…siglo de masa y tropa y de suspiros amargos y de pantalones largos y de sombreros de copa. Siglo que olvidó a Platón y lapidó a Cristo vivo. Wagner, el estudiantón, le dio su homúnculo activo…” . No, si al final será Kierkegaard el ganador: “Yo no soy yo si no estoy totalmente desesperado”, que también… Claro que lo que propone para “curarse” de este estado anímico es para darle la razón al cachondo que propuso el epitafio de Richelieu: “Os quejabais de un simple cardenal; no sabéis lo que es una buena paliza”.

    Ese grado de analfabetismo e incultura que asombran a Europa, nos dejan constantes muestras de su expansión. Sin ir más lejos, no hace mucho un joven confundía al Che con una marca de horchata en un programa de radio. Pero, bromas aparte, el resultado es el esperado. ¿A quién interesa hoy la disciplina humanística? A la masa amorfa, desde luego que no. Ésta queda en manos del “homo loquax”, que ensombrece al “homo sapiens” y se asoma a la pantalla, su particular caverna discursiva. Sobrevive, tal vez , ese intemporal hombre/mujer de la calle (de la calle de la Amargura, evidentemente) recluido en su gabinete y, quién sabe, añorando Montmartre al son de los primeros acordes de La Bohême, versión italiana de la Cinquetti: “Ti riparlo di un tempo che in questo momento non ha più valore…”

    Con la Iglesia prefiero no topar en demasía, pese al viejo chiste del cura que se despedía de los parroquianos desde la ventanilla de su automóvil. Cuando lo vio un grupo de niños que jugaba próximo a la carretera, comenzaron a gritarle “¡adiós padre, adiós padre…!. El buen hombre, sacando la mano fuera del coche, les dijo, mientras acariciaba tiernamente la cabeza de un muchacho: “de casi todos, hijitos, de casi todos…”.

    Saludos

  4. Vaya, se ha borrado o han borrado mi comentario que he hecho a la colega bloguera. Espero que no censure las opiniones que difieren de la suya. Yo en mi blog sólo borro cuando hay insultos, y lógicamente no era el caso.

    Jose Manuel Leiva (botijero)

  5. Estimada señora: Usted como siempre, atacando, pero dentro de todo ese ataque usted misma a veces se tira piedras a su tejado. “Las malas lenguas, como titula” y, luego usted misma dice: “Dios me libre de intentar enmendarle la plana a una institución tan sagrada y milenaria”. Sabemos que se ha educado en un colegio de monjas y sabe que la Iglesia no es humana, sino divina, que los que la componemos, por supuesto somos hombres y mujeres pecadores, pero su fundador que fue Jesucristo, es santo, era hombre y no tenía mujer. Tenga más respeto cuando escribe y habla y piense, que a pesar de todo lo que difama del Papa y de todos los que pertenecen a la “institución tan sagrada y milenaria” como dice, también reza por usted y por muchos que le ofenden.
    ¿Por qué no se mete con el Islam? ¿Será por cobardía? A todos os pasa igual, ¡qué casualidad!

  6. Hola, José Manuel:
    No he podido aprobar antes tus comentarios, porque he estado muy liada y ni siquiera los he podido ver. Yo, como tú, sólo censuro del blog los insultos y estos bastante explícitos. Ya sé que contigo no es el caso, lo que no entiendo es por qué dices que insulto al Papa, ¿dónde he escrito yo eso en mi artículo? Por supuesto, que no insultaría al Islam, como tampoco pretendo insultar a la Madre Iglesia -católica-.

    P.D: Por cierto, que una de las cosas que hice ayer fue ir a la presentación del libro de nuestro colega Horacio Eichelbaum “El mundo del revés”. Él también te manda saludos.

  7. “el Vaticano se está volviendo demasiado marcial y guerrillero”…

    ¿marcial?…

    para eso estaba, porque ya ha muerto y “Q.E.P.D.” si es que puede…

    Marcial Maciel “Degollado”!!!…

    http://es.wikipedia.org/wiki/Marcial_Maciel

    ¿guerrillero?…

    para guerrillero estaba el “Che Guevara”!!!…

    http://es.wikipedia.org/wiki/Ernesto_Guevara

    Las RELIGIONES se basan en MENTIRAS y a base de estas mentiras meterle MIEDO a la gente, son peores que delicuentes, ¿como han conseguido tanta riqueza?…, ¿porque no venden todo el oro del Vaticano y se lo dan a los pobres?…, por no hablar o mejor dicho escribir acerca de las vejaciones hacia sus feligreses, partiendo de la palabra “PEDERASTA”!!!…

    Los maldigo a todos con un fin del Mundo de pelicula(¡si es Hollywoodense mejor!), el TIEMPO y la diosa NATURALEZA ya se encargara y se cargara a todos vosotros, ¡se los aseguro!…

  8. Señor Jose Manuel Leiva, usted en su blog no sólo borra comentarios que no insultan a nadie, sino que además se atreve a introducir en ellos (los comentarios de otras personas) palabras, frases y párrafos de su propia cosecha, manipulándolos y viciándolos, ¿Cree usted que hacer eso está bien? En mi opinión, usted es una persona en la que no se puede confiar y bastante desvergonzada.

  9. Estimada compañera Lola:
    Creo que sí has insultado al Santo Padre y a la Iglesia como institución. No sé si habrá sido tu intención, pero tu texto (dentro de la lógicas prisas de escritura de un blog) está plagado de sorna e ironía, haciendo juegos de palabras con cuestiones sagradas, pero bueno que eres libre para escribirlo y yo para criticarlo, pero que no eres nada original con esta cuestión que la vemos todos los días en Buenafuente y el Guallomin, caricatos del régimen progre nacional, que luego se arrodillan o se ponen de perfil cuando hay una noticia negativa del Islam, que haberlas las hay, por desgracia, y en especial en lo relativo a las mujeres y los menores de edad.

    Ya sé que los católicos somos ahora el pimpampun, lo que demuestra que somos molestos y no pasamos desapercibidos, ya que la tibieza no conduce a ningún lado.

    Con respecto a Ernesto Guevara, decirle que su pobreza argumental (que vendan el Vaticano, echen abajo la columnata de Bernini y hagan un aparcamiento con un Mac Donald) no merece ni respuesta. Ves, Lola, con escritos como el tuyo das carnaza a estos comentarios tan impresentables. Por cierto hoy en prensa se hace mención a las facturas sombra de la Diócesis malacitana. Muy interesante.

    Un saludo de tu vecino de blog.

  10. Sr González, con el debido respeto y consideración a su persona , credo y cargos que represente , hace apenas quince años, países adscritos a la OTAN (por si alguien no lo sabe, los nuestros, pilotos y soldaditos españoles de la cristiana España también iban) de confesión católica o protestante, se aliaron con los islamistas de Alia Itzetvegovic, (a la sazón, presidente de Bosnia, islamista de pro, autor de la Declaración Islámica de 1970, donde reniega de la democracia y enaltece al Islam como única forma de gobierno, con lo que ello conlleva) para masacrar, sobre todo, civiles en Serbia, nación cristiana de confesión ortodoxa, demonizando a los habitantes de este país y poniéndolos, a los ojos del mundo, como “pueblo proscrito”. No hay derecho. El político italiano, Massimo D’Alema puso el dedo en la llaga: “Por primera vez en la historia europea, naciones cristianas han peleado entre sí para entregar una parte de ellas (Kosovo) a los musulmanes. No traerá buenas consecuencias para nadie. “

    OTAN e islamistas, todos juntos, en unión , defendiendo ¿qué bandera, qué tradición…?. Habrá que decir, con Alberti: Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos. Por otro lado, tampoco veo insultos de Lola hacia nadie en su escrito. Como mucho, ironía filosófica. Y esa siempre fue inocua (no inicua, como la quieren ver algunos).

    Saludos

  11. Señor José Manuel Leiva, usted en su blog no sólo borra comentarios que no insultan a nadie, sino que además se atreve a introducir en ellos (los comentarios de otras personas) palabras, frases y párrafos de su propia cosecha, manipulándolos y viciándolos, ¿Cree usted que hacer eso está bien?

    Por demás, hay gente que se siente insultada al escuchar decir que los burros no vuelan; y es que hay gente para todo.

  12. ¿Y yo, que suscribo en todo el artículo de esta señora, que soy, un bicho raro? ¡Hay que ver cómo se pone “de los nervios” el personal en cuanto se les roza un poquito!
    Como no tienen razones para rebatir ciertos argumentos, echan mano del “socorrido” tema del Islam para defender lo indefendible; señores si se habla de ustedes es porque dan motivos más que sobrados, así que no desvíen la atención del personal hacia el “y tú, más” porque el hecho de que haya chorizos no nos autoriza a robar, ni el que existan asesinos a matar -y de eso saben ustedes un rato largo; no tienen más que recordar, sin ir más lejos, el periodo 1936-1975 del pasado siglo, o remontarse a las Cruzadas y la “Santa” Inquisición- así que tómense unas tilas bien cargadas y aflojen un poco la tensión, que les va a dar un “telele”. Ya que invocan a Jesús de Nazaret recuerden ésto: “Aprended todos de mí, que soy manso y humilde de corazón”. Y esto otro: “Un mandamiento nuevo os doy: que os ameis unos a otros como yo os he amado”. ¿Sabeis por dónde van los tiros, no? Pues a ver si os lo leeis de vez en cuando, que tampoco es tan voluminoso el Nuevo Testamento como para no poder leerlo hasta en la cama; un poco de humildad para no ver siempre la paja en el ojo ajeno, que vuestra viga es muy grande.

  13. Estimado Holden.

    Tenga cuidado con los adjetivos, que los carga el diablo. Los tres primeros usados por Vd. me recuerdan a un antiguo anuncio televisivo de producto femenino desechable. Es la riqueza del lenguaje que el elogio también puede significar todo lo contrario.

    Un saludo.

  14. Hola, José Manuel:
    Está claro que no le ha gustado mi artículo, aunque sigo sin entender por qué piensa que he insultado al Papa. ¿Podrías citarme una frase en concreto donde le haya descalificado?
    Gracias.

  15. Estimada vecina bloguera Lola.

    Aclararte que en ningún momento me he posicionado sobre si me gusta el artículo o no. Lo que dice el mismo, seguro que no, aparte de no gustarme, me ha herido y sobre todo me ha decepcionado. Con respecto al estilo y la forma ya es otro cantar,y entraríamos en un debate que no viene ahora a cuento.

    Me solicitas que te diga en qué frase has descalificado al Papa. Pues bien, te respondo.

    Tu descalificación o insulto no ha sido explícito o concreto como lo haría Buenafuente (en su pestilente publirreportajillo que supongo habrás visto como tantos millones de televidentes y luego repetido en internet), más al contrario has lanzado una serie de frases que insultan a todos los católicos, y el Papa se incluye como uno más, su cabeza visible.

    Corto y pego para ponerte ejemplos, ya que tú me lo pides, aunque los comentarios de texto siempre me han aburrido:

    1.- … el voto de castidad que suscriben todos los cargos del clero católico, sea más o menos observado. Esto no quita para que algunos clérigos hayan sembrado de progenie clandestina esos mundos de Dios, vistiendo y desvistiendo la sotana a placer…

    Así, creas una sombra de duda generalizando con un uso gratuito de la sotana como vestimenta de culto y distinción.

    2.- -…. Por estas incursiones carnales de los padres espirituales en la infancia, le han salido al Vaticano muchos Cardenales….

    Segundo tirito con bromita incluida. Reconozco que el doble sentido de la palabra cardenales tiene su arte, aunque poca originalidad.

    3.-…. que cuando Jesucristo dijo, “Que los niños se acerquen a mí”, se refería a otro tipo de acercamientos….

    Más de lo mismo.

    4.- … Hubiera convenido que Su Santidad pusiera más atención a objeto de tapar ese sumidero por el que ha ido cayendo el ya maltrecho prestigio de su institución….

    Aquí haces una observación gratuita sin una base científica y cuestionas su actuación.

    5.- … visita a España, más secundada por policías que por devotos….

    Totalmente incierto, más aún si olvidas los que lo hemos seguido por tv.

    6.- …. En una sociedad que, por exigencias del guión y del futuro, se dirige hacia modos de convivencia alternativos, un discurso que intenta recuperar el modelo de familia decimonónica –la mujer, con la pata quebrada y en casa y el gay de vuelta al armario- no despierta grandes entusiasmos…..

    Aquí estás manipulando y sacando frases de contexto, y tú lo sabes.

    En fin, me tengo que ir al curro.

    En resumen, atacas a la persona, creas una sombra de duda, sacas inmundicias (como las hay en todas los colectivos habidos y por haber) pero sobre todo, le quitas una cucharada del plato de lentejas al casi millón de personas que comen gracias a Cáritas, ya que esto puede ir minando en mucha gente.

    Pero que conste que para nada cuestiono tu libertad de expresión, ahora es penoso que alguno se quede sin comer por ello.

    Recibe un cordial saludo.

    Jose Manuel Leiva.

  16. Con respecto a lo que dice el lector Juan José Ramos, pienso que está en su perfecto derecho a opinar lo que le plazca, y no por eso es un bicho raro. Más al contrario, a los que se nos mira así en algunos ámbitos es a los que opinamos defendiendo a la Institución.

    Permítame, por otro lado, que le aclare que en mi caso para nada “estoy de los nervios”, a lo sumo algo somnoliento a estas horas. Además, acudir a las nulas críticas al Islas u otras religiones o paises es un ejemplo nítido de la hipocresía de ciertos progres, y que conste que no lo digo por Vd. ya que no tengo el gusto de conocerle.

    Eso sí, no me haga, por favor, equilibrios históricos, remontándose a las Cruzadas. Aquí y ahora estamos en el siglo XXI, y eso sí, le recuerdo que en la última frase del Franquismo la Iglesia tuvo un papel muy claro en la evolución hacia la Democracia. Aquí bien cerquita, el Cardenal Herrera Oria se las tuvo con más de un ministro (de los de entonces no los blanditos de ahora) por la construcción de una viviendas y defendiendo la lucha contra la miseria en “su Málaga”. Muy interesante la biografía de este Cardenal, poco apegado al Régimen. Por tanto, las generalizaciones una vez más, son falsas, incluida esta misma.

    Un saludo.

  17. No hay razón alguna para que, hoy día, los fieles de la Iglesia Católica Española (digo española sin incluir la Iglesia Católica Vasca, que esa ya es otra)se pongan a la altura de los fanáticos del Islam (pongamos el recurrente episodio de las viñetas de Mahoma a modo de ejemplo) y se sientan molestos por un inocente escrito.

    A mediados del siglo XVIII, en pleno “Siglo de la Ilustración” o “Siglo de las Luces”, la Inquisición obligó a Tomás Iriarte a retractarse del poema “La Barca de Simón”, crítico con la Iglesia, o atenerse a las consecuencias. Entonces era comprensible:

    «La barca de Simón»

    Tuvo Simón una barca
    no más que de pescador,
    y no más que como barca,
    a sus hijos la dejó.

    Mas ellos tanto pescaron
    e hicieron tanto doblón,
    que ya tuvieron a menos
    no mandar buque mayor.

    La barca pasó a jabeque,
    luego a fragata pasó;
    de aquí a navío de guerra,
    y asustó con su cañón.

    Mas ya roto y viejo el casco
    de tormentas que sufrió,
    se va pudriendo en el puerto.
    ¡Lo que va de ayer a hoy!

    Mil veces lo han carenado,
    y al cabo será mejor
    desecharle, y contentarnos
    con la barca de Simón.

    Tal parece que, en ocasiones, se haya estancado el tiempo. Yo también me quedo con la simple barca de Simón.

    Saludos

  18. Saludo, estimado lector.

    Creo que las alusiones que hacemos sobre las nulas o ínfimas críticas al Islam no van en la línea de compararnos una religiones con otras, y el talante ante las críticas. Más al contrario, esta comparación se basa en el doble rasero y en la censura previa del miedo a criticar un ápice de esta querida religión que también tiene tradición e historia e España, aunque minoritaria frente a la Católica. Todo pensamiento o creencia merece un respeto (siempre que esté en el ámbito constitucional) pero está claro que no es así y pocos chistes veo que haga el Guallomin sobre imanes y mezquitas, pero sí lo hace de curas, monjas y seminarios.

    No creo que los que defendemos el Catolicismo estemos anclados en el pasado. Por contra, hacemos uso de nuestra libertad de expresión para condenar el injusto ataque de muchos medios y la hipocresía de no usar una misma vara de medir. Ya sabe, amigo, cada crítica injusta o desenfocada puede ser una cucharada menos lentejas para alguien. Y a los datos me remito.

    Los que formamos parte de la Iglesia de manera activa somos gente actual, moderna y para nada anclada en nada, a lo sumo en el Amor a Dios y al prójimo. No cree, por favor estereotipos falsos.

    Un saludo.

  19. Como en la viña del Señor, hay de todo, sr. Leiva, con predominio del color gris: Si no, qué me dice de estos tanguillos, encontrados por esos foros (de Dios):

    Tanguillos del Cohetero

    De aquellos desalmados que visto en Gaza bombardeaban,
    con misiles y cohetes, la Natividad Cristiana,
    fue la cosa más graciosa, que en mi vida he visto yo.
    Disparaban sin tregua los coheteros
    sobre gentes dormidas, sin distinción de razas ni credos,
    ellos cumplen las normas de su señor
    que es nazi-islamista y muy traidor.

    El viejo Yahvé, que nunca se duerme,
    pega un “sandaliaso” y despierta su gente,
    “¡vamos tos p’arriba, no sus dáis cuenta,
    tenemos al nazi en la misma puerta..!.”

    Las Doce Tribus se elevan
    gritando venganza y guerra,
    que somos el Cid de España
    haciendo rodar cabezas,
    en el Desierto del Nèguev
    se ultiman los nucleares,
    que no se echen p’alante
    Irán ni Siria, que ya les vale,
    o la bomba de Hiroshima fue un petardo de carnavales.

    La segunda parte del tanguillo ironiza con el silencio cómplice de que hacían gala tanto el gobierno español como el propio Vaticano y la CE ante los ataques continuados de los miembros de Hamás contra la población civil de Israel:

    La contundente respuesta de las defensas israelitas
    pone los pelos de punta a la España Socialista,
    la Prensa del Movimiento y hasta la Roma Papal.
    Allá en Gaza quedaban los coheteros
    con los cacharros rotos y “magullaos” por todo el cuerpo,
    preguntan a su jefe que hay de cobrar,
    “sois tos unos chapuzas, no hay na de na…”

    Se quedan de piedra y mu entristecios
    ante la respuesta del jefe ladino,
    y el cabo encargao de los coheteros
    maldice su suerte escupiendo al suelo:

    “Si por arriesgar mi vida
    y la de todos mis hombres
    no pagas lo “estipulao”
    metiéndolo en un sobre,
    la próxima vez que quieras
    matar a los israelitas
    te vas con tu amigo el griego
    que te la meta a contrapelo
    y le llevas a tu hermana
    que le chanele francés del bueno”

    Pozí que…

    Saludos

  20. me estoy metiendo en un sembrao que no es el mío pero,bueno,que me parece a mí que con el muro vivíamos mejor.noramala que todos los necesitados de cuadrículas quedan con las vergüenzas al aire y entre ecologías,buenismos,anticlericalismo situacionista,feminismo de púlpito progre y tres o cuatro que ni imaginar puedo no se da a basto abastos suficientes.luego queda eso de explicarle al otro lo que el otro en su otrez ha querido decir.y entre guasas y veras ya está aquí la navidad.ea,felices fiestas.el Papa dice cosas de Papa,los papás han dimitido o practican en la clandestinidad(el padre que ejerce,ése sí que es un bicho raro para el común) y, polisemia bendita, papa es patata y curda y suerte y mediocre.también.gracias lola.y la compaña.

  21. De todos modos, José Manuel, no creo haber afirmado -o sugerido- nada que no esté suficientemente probado. Me limito a criticar lo criticable y, por ello, sólo tiene que ofenderse quien sea susceptible de culpa. Los inocentes, estén dentro o fuera de la Iglesia, no tienen por qué sentirse aludidos ¿verdad?

  22. Quisiera que los comentaristas lean en la Wikipedia estas biografias, me gustaria saber vuestra opinion:

    http://es.wikipedia.org/wiki/Bartolom%C3%A9_de_las_Casas

    “Citas

    * “Que os ofrezco a vos y a ellos al diablo”
    o En respuesta a Pánfilo de Narváez

    Brevísima relación de la destrucción de las Indias

    * “… una india enferma, viendo que no podía huir de los perros, que no la hiciesen pedazos como hacían a los otros, tomó una soga y atose al pie un niño que tenía de un año y ahorcóse de una viga, e no lo hizo tan presto que no llegaran los perros y despedazaron el niño, aunque antes que acabase de morir lo bautizó un fraile.”

    * “Cuando se salían los españoles de aquel reino dijo uno a un hijo de un señor de cierto pueblo o provincia que se fuese con él; dijo el niño que no quería dejar su tierra. Responde el español: “Vete conmigo; si no, cortarte he las orejas.” Dice el muchacho que no. Saca un puñal e córtale una oreja y después la otra. Y diciéndole el muchacho que no quería dejar su tierra, córtale las narices, riendo y como si le diera un repelón no más.”

    * “En este reino o en una provincia de la Nueva España, yendo cierto español con sus perros a caza de venados o de conejos, un día, no hallando qué cazar, parescióle que tenían hambre los perros, y toma un muchacho chiquito a su madre e con un puñal córtale a tarazones los brazos y las piernas, dando a cada perro su parte; y después de comidos aquellos tarazones échales todo el corpecito en el suelo a todos juntos.”

    http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Pablo_II

    II: ¿Por qué tantas religiones?

    [JPII] Pero si el Dios que está en los cielos, que ha salvado y undo, es Uno solo y es El que se ha revelado en Jesucristo, ¿por qué ha permitido tantas religiones?

    ¿Por qué hacernos tan ardua la búsqueda de la verdad en medio de una selva de cultos, creencias, revelaciones, diferentes maneras de fe, que siempre, y aún hoy, crecen en todos los pueblos?

    Juan Pablo II Responde:

    Usted habla de «tantas religiones». Yo, en cambio, intentaré mostrar qué es lo que constituye para estas religiones el elemento común fundamental y la raíz común.

    El Concilio definió las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas en la Declaración conciliar que comienza con las palabras Nostra aetate («En nuestro tiempo»). Es un documento conciso y, sin embargo, muy rico. Se halla contenida en él la auténtica transmisión de la tradición; cuanto se dice en él corresponde a lo que pensaban los Padres de la Iglesia desde los tiempos más antiguos.

    La Revelación cristiana, desde su inicio, ha mirado la historia espiritual del hombre de una manera en la que entran en cierto modo todas las religiones, mostrando así la unidad del género humano ante el eterno y último destino del hombre. La declaración conciliar habla de esa unidad al referirse a la propensión, típica de nuestro tiempo, de acercar y unir la humanidad, gracias a los medios de que dispone la civilización actual. La Iglesia considera el empeño en pro de esta unidad una de sus tareas: «Todos los pueblos forman una comunidad, tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todo el género humano sobre la faz de la tierra; y tienen también un solo fin último, Dios, cuya providencia, manifestación de bondad y designios de salvación se extienden a todos. […] Los hombres esperan de las diversas religiones la respuesta a los recónditos enigmas de la condición humana, que ayer como hoy turban profundamente el corazón del hombre: la naturaleza del hombre, el sentido y el fin de nuestra vida, el bien y el pecado, el origen y el fin del dolor, el camino para conseguir la verdadera felicidad, la muerte, el juicio y la retribución después de la muerte y, finalmente, el último e inefable misterio que envuelve nuestra existencia, de donde procedemos y hacia el que nos dirigimos. Desde la antiguedad hasta nuestros días, se halla en los diversos pueblos una cierta sensibilidad de aquella misteriosa fuerza que está presente en el curso de las cosas y en los acontecimientos de la vida humana, y a veces también se reconoce la Suprema Divinidad y también al Padre. Sensibilidad y conocimiento que impregnan la vida de un íntimo sentido religioso. Junto a eso, las religiones, relacionadas con el progreso de la cultura, se esfuerzan en responder a las mismas cuestiones con nociones más precisas y con un lenguaje más elaborado» (Nostra aetate, 1-2).

    Y aquí la declaración conciliar nos conduce hacia el Extremo Oriente. En primer lugar al este asiático, un continente en el cual la actividad misionera de la Iglesia, iniciada desde los tiempos apostólicos, ha conseguido unos frutos, hay que reconocerlo, modestísimos. Es sabido que solamente un reducido tanto por ciento de la población, en el que es el continente más grande del mundo, confiesa a Cristo.

    Esto no significa que la tarea misionera de la Iglesia haya sido desatendida. Todo lo contrario, el esfuerzo ha sido y es cada vez más intenso. Pero la tradición de culturas muy antiguas, anteriores al cristianismo, sigue siendo en Oriente muy fuerte. Si bien la fe en Cristo tiene acceso a los corazones y a las mentes, la imagen de la vida en las sociedades occidentales (en las sociedades que se llaman «cristianas»), que es más bien un antitestimonio, supone un notable obstáculo para la aceptación del Evangelio. Más de una vez se refirió a eso el Mahatma Gandhi, indio e hindú, a su manera profundamente evangélico y, sin embargo, desilusionado por cómo el cristianismo se manifestaba en la vida política y social de las naciones. ¿Podía un hombre que combatía por la liberación de su gran nación de la dependencia colonial, aceptar el cristianismo en la forma que le era presentado precisamente por las potencias coloniales?

    El Concilio Vaticano II ha sido consciente de tales dificultades. Por eso, la declaración sobre las relaciones de la Iglesia con el hinduismo y con las otras religiones del Extremo Oriente es tan importante. Leemos: «En el hinduismo los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía; buscan la liberación de las angustias de nuestra condición, sea mediante formas de vida ascética, sea a través de la profunda meditación, sea en el refugio en Dios con amor y confianza. En el budismo, según sus varias escuelas, se reconoce la radical insuficiencia de este mundo mudable y se enseña un camino por el que los hombres, con corazón devoto y confiado, se hagan capaces de adquirir el estado de liberación perfecta o de llegar al estado de suprema iluminación por medio de su propio esfuerzo, o con la ayuda venida de lo alto» (Nostra aetate, 2).

    Más adelante el Concilio recuerda que «la Iglesia católica no rechaza nada de cuanto hay de verdadero y santo en estas religiones. Considera con sincero respeto esos modos de obrar y de vivir, esos preceptos y esas doctrinas que si bien en muchos puntos difieren de lo que ella cree y propone, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. Pero Ella anuncia y tiene la obligación de anunciar a Cristo, que es ..camino, verdad y vida» (Juan 14,6), en quien los hombres deben encontrar la plenitud de la vida religiosa y en quien Dios ha reconciliado Consigo mismo todas las cosas» (Nostra aetate, 2).

    Las palabras del Concilio nos llevan a la convicción, desde hace tanto tiempo enraizada en la tradición, de la existencia de los llamados semina Verbi («semillas del Verbo»), presentes en todas las religiones. Consciente de eso, la Iglesia procura reconocerlos en estas grandes tradiciones del Extremo Oriente, para trazar, sobre el fondo de las necesidades del mundo contemporáneo, una especie de camino común. Podemos afirmar que, aquí, la posición del Concilio está inspirada por una solicitud verdaderamente universal. La Iglesia se deja guiar por la fe de que Dios Creador quiere salvar a todos en Jesucristo, único mediador entre Dios y los hombres, porque los ha redimido a todos. El Misterio pascual está igualmente abierto a todos los hombres y, en él, para todos está abierto también el camino hacia la salvación eterna.

    En otro pasaje el Concilio dirá que el Espíritu Santo obra eficazmente también fuera del organismo visible de la Iglesia (cfr. Lumen gentium,13). Y obra precisamente sobre la base de estos semina Verbi, que constituyen una especie de raíz soteriológica común a todas las religiones.

    He tenido ocasión de convencerme de eso en numerosas ocasiones, tanto visitando los países del Extremo Oriente como en los encuentros con los representantes de esas religiones, especialmente durante el histórico encuentro de Asís, en el cual nos reunimos para rezar por la paz.

    Así pues, en vez de sorprenderse de que la Providencia permita tal variedad de religiones, deberíamos más bien maravillarnos de los numerosos elementos comunes que se encuentran en ellas.

    Llegados a este punto sería oportuno recordar todas las religiones primitivas, las religiones de tipo animista, que ponen en primer plano el culto a los antepasados. Parece que quienes las practican se encuentren especialmente cerca del cristianismo. Con ellos, también la actividad misionera de la Iglesia halla más fácilmente un lenguaje común. ¿Hay, quizá, en esta veneración a los antepasados una cierta preparación para la fe cristiana en la comunión de los santos, por la que todos los creyentes -vivos o muertos- forman una única comunidad, un único cuerpo? La fe en la comunión de los santos es, en definitiva, fe en Cristo, que es la única fuente de vida y de santidad para todos. No hay nada de extraño, pues, en que los animistas africanos y asiáticos se conviertan con relativa facilidad en confesores de Cristo, oponiendo menos resistencia que los representantes de las grandes religiones del Extremo Oriente.

    Estas últimas -también según la presentación que hace de ellas el Concilio- poseen carácter de sistema. Son sistemas cultuales y, al mismo tiempo, sistemas éticos, con un notable énfasis en lo que es el bien y en lo que es el mal. A ellas pertenecen ciertamente tanto el confucionismo chino como el taoísmo; Tao quiere decir verdad eterna -algo semejante al Verbo cristiano-, que se refleja en los actos del hombre mediante la verdad y el bien morales. Las religiones del Extremo Oriente han supuesto una gran contribución en la historia de la moralidad y de la cultura, han formado la conciencia de identidad nacional en los habitantes de China, India, Japón, Tíbet, y también en los pueblos del sudeste de Asia o de los archipiélagos del océano Pacífico.

    Algunos de estos pueblos tienen culturas que se remontan a épocas muy lejanas. Los indígenas australianos se enorgullecen de tener una historia de varias decenas de miles de años, y su tradición étnica y religiosa es más antigua que la de Abraham y Moisés.

    Cristo vino al mundo para todos estos pueblos, los ha redimido a todos y tiene ciertamente Sus caminos para llegar a cada uno de ellos, en la actual etapa escatológica de la historia de la salvación. De hecho, en aquellas regiones muchos Lo aceptan y muchos más tienen en Él una fe implícita (cfr. Hebreos 11,6).

    Capítulo 13 del libro “Cruzando el umbral de la esperanza” Ed. Plaza Janés.

  23. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha garantizado este domingo desde Viladecans que no hará “las leyes que quiere el Papa”. Zapatero lo ha dicho después de las críticas implícitas que Benedicto XVI hizo en su visita a Barcelona a las políticas del gobierno español, con leyes como las de los matrimonios homosexuales o la del aborto

    Rodríguez Zapatero ha arremetido contra el presidente del PP, Mariano Rajoy, y contra el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, por haber dicho que “no estuvo a la altura” por no ir a la misa del Papa. “¿Pero qué quiere Rajoy, que hagamos las leyes que quiere el Papa? No, haremos las leyes que quiere el Parlamento y los ciudadanos de este país, para todos y con igualdad”, ha afirmado.

    Para el presidente español, “la gran mayoría de los ciudadanos quieren ser libres y que nadie les imponga una moral”, ya que “la moral se le ha de imponer cada uno libremente”. “No ha habido décadas y décadas en este país habiendo siempre de aceptar las leyes y los códigos de conducta de todo tipo de una determinada forma de ver la vida y la religión?”, ha dicho.

  24. Sí, Lola, pero usted dice verdades y eso es muy peligroso, pues, puede significar (ser) una cucharada menos de lentejas para alguien (y a los datos me remito). Pida usted perdón inmediatamente, y rece doscientos padres nuestros esta noche antes de acostarse. Hágalo por los pobres, esas personas que tanto necesita la iglesia para subsistir.

  25. Muy fácil instalarse en la ironía, amigo lobo estepario, cuando tenemos las necesidades cubiertas y podemos pagar un adsl.

    Además, confunde Vd. el sentido de la penitencia. El rezar nunca es un castigo sino una gracia divina. Si quiere expiar algún pecado (caso de que los tenga y así los considere, como haberse recreado en la muerte de alguna ovejita) mejor hace Vd. una obra benéfica con Caritas, que seguro será bien empleada.

    Un saludo y a llenarle el plato a los necesitados, ah y no sólo en Navidad, que ahora es cuando se mone “de moda”.

  26. Existe, a mi modesto parecer, ese punto de desencuentro, insalvable aún a día de hoy, entre el discurso cerrado, total, de la Iglesia (arca que salva del diluvio, que da cuenta de todo y sabe siempre lo que hay que hacer y por qué; discurso que explica, justifica o recomienda. Que sabe. Aquí todas las bazas están ya jugadas y sabemos los resultados: paraíso perdido, salvación futura, llegada del Mesías, Juicio Final…) y la ironía filosófica . Ésta es azar, gozo por la novedad, “alegre horror” de saber que todo es nuevo: insiste y reclama a cada momento “la diferencia”…Es como ese nadador que disfruta flotando entre la superficie y el abismo porque se sabe océano, tormenta, bonanza…Que prefiere ahogarse en mar abierto a salvarse en la clausura de un arca…Así se me representa el discurso de Lola y su mala (que no maligna) lengua. Insisto, es mi opinión, tan aleatoria como otra cualquiera.

    Witold Gombrowicz, eterno inmaduro e irónico, consideraba toda forma de identidad colectiva como imposición (injusta e inevitable) sobre el individuo y su libertad. Por eso intentaba “darle la vuelta a todo”, incluso a lo más intrascendente:

    “Apareció un pájaro en los cielos…altísimo e inmóvil…¿Habrá sido un buitre, un halcón o un águila? No, un gorrión seguro que no era, pero por el solo hecho de no ser un gorrión se convertía en un no-gorrión y por ser un no-gorrión era también, un poco, un gorrión…”

    Saludos

  27. Querido Winspector:

    Lo del gorrión es otra de sus genialidades, magnífica como siempre, por eso -también- de la homofonía con “gorrón”. Se dice que hubo una clase eclesiástica -por supuesto, me refiero a la peor- algo “gorrona” de los ricos. Lo del chocolate y los picatostes, ya sabes. Sigue así. Besos.
    Lola.

  28. Chapeau, Lola. Leyendo algunos de estos comentarios, me doy cuenta de que el sentido del humor (del bueno, claro está) se ha perdido en España… Como tantas otras cosas, me perdí ese momento, aunque bien pensado – y al contrario de muchos otros cambios acontecidos en este país – no puedo, en este caso, añadir ‘por desgracia’. (Admirado Luis G. Berlanga: ‘Where art thou?).

  29. Efectivamente, lectora Rosa Montes, Berlanga y sus colaboradores eran unos genios que en pleno franquismo desarrollaron un sentido del humor inteligente, crítico pero a la vez respetuoso, todo lo contrario que la bufonada televisiva actual.

    La escena de la boda “pobre” de El Verdugo, cuando apagan las velas y retiran los candelabros es infinitamente más crítica que cualquier video laico del Buenafuente y su troupe.

    Un saludo.

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