Entre el cosmos comprimido de la fraseología española y su refranero, uno descubre que nuestra cultura está cimentada en buena parte sobre la cosificación de los animales. Cuando alguien no tiene oficio, o no sabe en qué emplear su tiempo, se dice que, en lugar de dedicarse a matar perros por ahí, se ha puesto a estudiar artes gráficas, por poner algo. La gran vena cultura hispánica brota, sobre todo, de sus raíces rurales. Salvo atisbos concretos de industrialización y, por tanto, civilidad, España ha sido tierra de ganapanes y campesinos hasta casi los finales del siglo XX. Ya lo he escrito alguna vez, en algún lugar del que no me acuerdo, yo no creo en las bondades de la naturaleza y, menos aún en que ésta modifique para bien el carácter depredador del ser humano. La relación entre el hombre rural, o el marinero con su medio, se basa en la sangre el sudor y las lágrimas. Queda poco espacio para consideraciones piadosas con los animales o con esos escenarios a los que hay que arrebatar el pan nuestro de cada día. El hombre que acude al supermercado no guarda rencor a la fruta, al paquete de leche o a los filetes de carne. Alberga otras tensiones en exceso distintas a aquel que implora lluvias y conduce el arado bajo el sol con la esperanza de que sus rezos hayan sido escuchados por los santos del lugar. Desde ese punto de vista, la naturaleza es un ente dañino que envía malas hierbas, plagas y alimañas. La naturaleza en esos términos debe ser sometida incluso con un proceder sádico. Si algo no sirve que arda. Durante los años cincuenta casi se exterminó al lobo ibérico porque interfería en unos espacios que el hombre consideraba suyos. Igual sucedió con águilas, buitres o zorros. Todo ser vivo que no estaba en un corral debía ser disecado. Los hábitat rurales suelen ser una exaltación de la muerte. La caza aún pervive contra una naturaleza expoliada y dañada. El patrimonio ecológico que pertenece a todo el pueblo español es esquilmado para que unos pocos se diviertan y otros obtengan beneficios mediante una actividad que se basa en matar por placer. La civilización es urbana.
Durante este mes de febrero finalizan ciertas temporadas de caza, y se abre la veda a las matanzas y abandonos de galgos. Una concepción de los seres vivos como simples instrumentos. Si el martillo no me sirve lo arrojo a la basura. Uno de los más claros ejemplos de que el brutalismo aún pervive en amplios pedregales de esta tierra de Caín, como la bautizó Don Antonio Machado. Si eso hacen con sus perros, imaginen a solas con una escopeta en las manos y cualquier animal, por protegido que esté, al fondo de la mirilla. No encuentro ninguna justificación para que continúe la caza en nuestras tierras ya bien entrado el siglo XXI. Los asesinatos y toruras periódicos de los perros cinegéticos se producen por la ineptitud y connivencia de los gobiernos estatal y regionales con esta bárbara y luctuosa costumbre. Igual que fueron realizados censos ganaderos para reclamar fondos a la UE, deben ser identificados estos perros y sus dueños con el único fin de imponer la civilidad y las luces en unas parcelas de nuestra sociedad que permanecen ancladas al cerrilismo. No creo en el buen salvaje que tanto mitificó Rousseau. O quizás no creo en el buen salvaje celtíbero expuesto en películas como “Nobleza baturra” y otros daños colaterales de mi niñez. La mirada comprensiva y respetuosa hacia la naturaleza procede desde la urbanidad. Osos y ciervos despellejados por pura invocación de la muerte, demuestran que las escopetas y rifles nunca están en buenas manos. Los galgos que durante estos días serán colgados en árboles, muertos de hambre y sed, arrojados desde coches en marcha o, en el mejor de los casos, abandonados junto a albergues, son la prueba silenciosa y estilizada de esa animalidad extrema que aún habita nuestros campos y nuestro idioma. En efecto, todavía perduran entre nosotros quienes cuando no saben qué hacer, en lugar de abrir un libro, prefieren matar a su propio perro, o cualquier otra cosa de esas que se mueven y tienen sentimientos y vida. No, el campo embrutece al hombre.
Matar perros
6
Feb
Señor mío, no tiene usted ni idea de lo que es o lo que significa la caza y ser cazador, se aprovecha de su profesión para desprestigiar a un colectivo que claramente desconoce. Se puede estar a favor o en contra de la caza, pero es burdo el manifestar que los cazadores somos los culpables de que se abandonen y maten perros (galgos). Que fácil es escribir en contra de lo que no gusta, sacar las malas acciones de malas personas, aprovecharse de las mismas para desprestigiar a un colectivo, … es vergonzoso. Como hay, por suerte cada vez menos, malas personas, que desgraciadamente para el resto son cazadores, que abandonan o matan galgos, ya todo lo relacionado con lo cinejetico es malo y destructivo, pero claro, cuando usted está en verano en el chiringuito de turno, refrescándose y alegrándose la vista, no ve a esos cazadores que están poniendo bebederos en ésta España casi desértica, a los que están repartiendo comida, preparando majamos, vacunando conejos ( es el único colectivo que lucha por la recuperación del conejo de monte, base de la pirámide ecológica española y fundamental para la supervivencia de especies tan emblemáticas como el lince o las rapaces), infinidad de actuaciones de miles de cazadores, cazadores de los de verdad, cazadores que adoramos a nuestros perros, cazadores que no entendemos el salir al campo sin nuestro cánido amigo, cazdores, entraditos en canas, que lloran como un niño cuando se les muere su perro en sus brazos, … señor mío … que fácil es criticar, que fácil es criticar lo que se desconoce, que fácil es criticar lo que no gusta, que fácil es ser ecologista de chiringuito, que fácil es criticar a los demás.
Efectivamente, a nadie se le ocurre que por el hecho de existir la violencia de género dentro del matrimonio se prohíban los enlaces matrimoniales. A nadie se le pasa por la cabeza que para combatir el acoso escolar se prohíba a los niños acudir al colegio. Que hay que combatir el abandono y maltrato animal en todas sus formas. Estoy de acuerdo. La práctica de la caza es algo inherente al ser humano…..como comer carne. Ya lo dicen los antropólogos, si no fuera por esta actividad, la de comer carne y cazar todavía estaremos en los árboles; así que rechazar algo inherente al ser humano me parece de locos. Según reconoció en su día la presidenta en su momento de WWE, dijo que aunque a ella no le guste la actividad de la caza, la misma es necesaria para la conservación de la misma. Porque tristemente hoy en día cualquier especie animal que deje de tener un valor comercial está condenada tarde o temprano a su desaparición. Tampoco somos unos pocos los cazadores, sino varios millones en este país, y les podemos añadir el flujo económico y de trabajo que proporciona en el entorno rural; que favorece en muchos casos se mantengan las poblaciones de personas en el campo. Para terminar, yo compagino mi vida entre la ciudad y el campo. He de decir que mi perro me acompaña tanto en uno como en otro medio. Actualmente tiene 9 años, y a lo largo de este tiempo he visto desparecer extrañamente entre un 30 y 40 % de los perros del parque, no así sus dueños a los que sigo saludando cuando los veo por la calle; y no se trataban de perros viejos o enfermos, simplemente un día se hartaron…sobre estos no hacemos nada??? Estoy a favor de que se haga un control de los perros, tal que por ejemplo, yo tengo permiso de armas y estoy obligado a pasar la revista de las mismas cada x tiempo y si se me pasa, no tardan en requerirme para que lo haga. Pues lo mismo, cada x tiempo los dueños de «todos» los perros deberían pasar revista de sus perros, y sería muy fácil. Es obligatorio vacunar todos los años???. Pues nada los veterinarios tienen informatizados a través de su colegio los datos de nuestros perros, donde van registrando el historial de los mismos (es algo que ya estamos pagando). Pues nada tan sencillo como mandar cada x tiempo informe de dicho registro sobre que canes pasan o no los correspondientes controles, y requerirles para que den fe de vida de los mismos y sino desde las administraciones tomar las medidas oportunas.
Por último se hizo un estudio sobre el porcentaje de perros que tenían su origen en la caza en los centros de acogida de animales abandonados y dicho porcentaje suponía entre entorno al 10%. Lo doblo y digo que son el 20%. También habría que actuar contra el 80% restante digo yo. Por eso mejor una normativa para todos que no sólo para unos pocos.
Estimados Pedro y Jesus, parecen ustedes dos personas con sentido común. Les agradecería se dieran un paseo por la «España profunda» y dieran algunas charlas a sus compañeros cazadores, esos que se jactan de todo lo que han matado durante la jornada pasándose por alto el cupo establecido. Y también a esos cazadores que crían indiscriminadamente para luego mandar a la mayoría de perros a la perrera una vez que son probados, normalmente con unos 18 meses de vida, tras ver que «no sirven», y quedarse sólo con «los que sirven». Llega febrero, el mes del abandono del galgo por excelencia. Un mes en el que, por si no lo saben se lo digo yo, se abandonan (matan, ahorcan…) 50000 galgos en España. Yo mismo llevo recogidos 6 en lo que llevamos de año y me siento además afortunado porque, antes de que los galgueros los eliminen, me llaman para que yo me los lleve. Ya nos encargaremos los demás de arreglar su irresponsabilidad y que estas pobres criaturas tenga una vida digna. Tengo amigos y familiares que, como ustedes, adoran la caza y la respetan en todos los sentidos pero, por desgracia, cada vez parecer ser una minoría la que actúa así. Cuando durante estos días se encuentren un galgo vagando por el campo o carretera, deténganse un segundo a mirarlo y recuerden: 49999 más como ese estarán buscando cómo sobrevivir porque algún insensato ha decidido que «no sirve».
Sr. Daniel, por suerte los malos cazadores, los que se saltan los cupos, los que maltratan o abandonan sus perros, los que no respetan las normas, … esos son una ínfima minoría, y los primeros que no queremos a » cazadores» de esos somos el resto. Que hay cazadores que hacen cosas horribles? Si, desgraciadamente, pero por esos no deben pagar el colectivo. Hay policías corruptos? Hay profesores pedrastas? Hay albañiles asesinos? Hay basureros maltratadores? Si, por supuesto que los hay, pero no podemos decir que la policia es corrupta, todos los profesores pedrastas, todos los albañiles asesinos, … por favor !!! Tengamos sentido común. Mire, muchos amigos e incluso mi mujer me preguntan cómo me pueden gustar tanto los animales y luego les doy caza, la respuesta es difícil, pero le puedo asegurar que no entiendo la caza sin el amor por la naturaleza, sus animales, sus plantas, sus ríos,… hoy día un CAZADOR, un verdadero cazador velará más por su coto que el 90% de los que se declaran ecologistas y luego tiran la lata en la cuneta, hoy día el más interesado en la buena salud del ecosistema es el cazador, sin animales (en densidad adecuada ) no se puede cazar. En fin, no intento convencerle, pero por lo menos que no se nos ataque a todos gratuitamente, desaprobemos y denunciemos los malos hábitos y las malas acciones, pero a esos, nosotros somos los primeros interesados. Una pregunta… cuántos perros NO cazadores se abandonan en España?
http://www.efe.com/efe/espana/sociedad/en-espana-se-abandonan-mas-de-137-000-animales-compania-cada-ano/10004-2975778
Lea un poquito, no lo digo yo, es el primer artículo que sale en Google al buscar número de perros abandonados. Al Sr. José Luis González Vera no le vendría mal leerlo, así podrá escribir otro artículo culpando a los cazadores del abandono de los 33.000 gatos. Por favor, SENTIDO COMÚN!!!
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