Según ha hecho público el PSOE, el alcalde de Málaga quería montar un museo de las gemas y se ha encontrado por el mismo precio, el museo de los perlas. Doce empresas, alguna de ellas propia del mundo de Mortadelo y Filemón, se han repartido los 5,1 millones que D. Francisco tan generosamente les adelantó para que iniciaran los trámites de apertura del negocio. Si los datos publicados por el grupo socialista municipal de Málaga son ciertos, además de que ya deberían de estar en manos de jueces, desde luego, tampoco pueden quedar fuera de monólogos de humor y de chistes. O sea, en el mejor de los casos, esto es, que nadie del Ayuntamiento de Málaga haya trincado algún billete volandero, hecho que no afirmo, nos enteramos de que D. Francisco tiene como política personal entregar 5 millones de euros por ahí antes de que le realicen cualquier trabajo. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, explicó el otro día, así a modo Arguiñano, su receta contra el déficit y las deudas, la sabiduría de la abuela, ahorro en tiempos de bonanza para gastar cuando las penurias. No hacen falta gurús de la economía de ningún signo para concluir que esta idea igual que todo puchero de la abuela sabe a gloria. El método del labrador que temeroso de las contingencias del cielo, no gastaba el beneficio de una cosecha hasta que la siguiente ya estaba vendida. Los de Bilbao dicen que nacen donde les da la gana. Los malagueños nacemos aquí y esto es lo que tenemos, un alcalde muy generoso con el dinero que no es suyo. Ahora saldrán a la luz los gastos derivados del fallido museo de los perlas, perdón de las joyas, pero yo aún recuerdo aquella pretensión de la Málaga 2016, otra ventolera munícipe que sólo sabe dios cuánto costó a esta ciudad en pagos a asesores, zorros por los recovecos de Bruselas, y demás gastos protocolarios y no sé si suntuarios, pero sí suntuosos. ¡Qué lejos queda Bilbao! ¡Qué lejos la sabiduría de la abuela! Sin embargo, el mismo ayuntamiento que pone en manos de la aristocracia empresarial 5 millones, debe 2 a quienes proveen sus servicios, con quienes no ha usado este curioso procedimiento de pago por adelantado, como seguro que hace Don Francisco con sus euros con todo aquel que le llena la nevera o le arregla el grifo en su domicilio particular.
Si este entramado que María Gámez ha expuesto ante los medios se confirmara, no revelaría sino un síntoma de la podredumbre enquistada en los proyectos de buena parte de los responsables públicos españoles. No me cabe duda de la honradez de D. Francisco de la Torre y lo escribo con toda seriedad y convencimiento. Pero ya estamos viendo que arruina lo mismo un corrupto que un manirroto aunque gaste con la mejor intención. Aconsejaban los Padres de la Iglesia que la limosna sudase en la mano antes de su entrega, la administración púbica sólo hace sudar a sus proveedores, no a cuanto listo se acerque a los despachos. Para todo hay que tener arte. El caso Noos desvela unos hábitos similares a los que describen las informaciones mostradas por los socialistas malagueños. Pagos por asesorías, por posibles informes, gastos derivados de encuentros, entrevistas y otros eufemismos contables que se resumen en el infinitivo chupar, con su suplemento, del bote. Aquí está la putrefacción de las cuentas públicas, partidas y partidas de euros corren hacia las alcantarillas, hacia la improductividad si no es en cuentas del Caribe. Un nuevo cuerpo de cortesanos ha sabido crecer a la sombra de la administración, condes de la consultora, marqueses de la asesoría, infantes del informe, barones de la comunicación. Mientras encuentren ayuntamientos y otros organismos tan dadivosos como irresponsables siempre tendrán asegurado su peluco de oro y su deportivo. Yo por lo pronto, me voy a llegar en un par de días por el despacho de D. Francisco para pedirle un adelanto de algunos cientos de miles, no soy ambicioso, porque voy a pintarle la Casona del Parque. Se la voy a poner en lila color que la mente despabila.