Me hallo imbuido en el bienestar entrañable del chisporroteo de mi hogar, entre lucecitas absurdas triunfantes, ojos dulces de almendra que me miran para que caiga en su tentación, villancicos eunucos y una mantita trepadora de sofá que no me suelta, así que no me decido a usar la parte de asombro que me toca de la Calle Larios adornada. Lo siento por la señora Porras, que sé que se esfuerza en que nuestra vida durante los próximos días se parezca a un anuncio navideño de lotería tristón con una pizca de esperanza a la vuelta de la esquina. Pero no. Me quedaré en casa. Definitivamente. Esta vez, también. Y ahorraré el dinero que no iba a gastarme, viendo un programa democrático en la tele. Porque, si no lo saben -es un chiste- habrá elecciones próximamente y en la Sexta hacen proselitismo del amor a la política. Algo cae. Un debate a dos o a tres, con Ferreras o Ana Pastor subjetivando, Inda o Marhuenda sacando de quicio, o alguno que otro de los regeneradores del sistema, dando lecciones pueriles sobre cómo hacerse joven de repente. Le doy al seis. ¿Lo ven? Otra vez está Pedro Sánchez afirmando que Rajoy no es una persona decente. ¡Ruiz!, le dice Rajoy. Ruiz, mezzquino, delezzznable, mizzzzerable, zzzzz… Disculpen un momento, que llaman a la puerta. Ya estoy de vuelta y tengo que confesarles que he debido quedarme dormido entre la tercera y la cuarta línea de esta columna, cuando me abrazaba a la manta constrictor, o tal vez más adelante, no sabría decirles qué momento aburrido de la perorata elegí para desfallecer… El caso es que, o he perdido la cabeza, o esto es una divertida pesadilla de buenos deseos, porque ha venido a visitarme un tal Benerozer y dice que me va a llevar a conocer al fantasma de las navidades pasadas. ¡Yupi!
Estamos en el Museo Carmen Thyssen. No sé, no entiendo bien. Íbamos a ver algo de un delfín venido a menos pero aquí sólo veo cuadros de gitanas y bandoleros. Ningún pescaíto. Hablo flojito porque nunca hay nadie y da corte el eco. Se nos ha acercado a darnos la mano el señor Ferrer, muy amable y comedido hasta en los sueños, pero aparte de eso, nada que reseñar. Voy a aprovechar, eso sí, para hacer una comprita en el entorno Thyssen este que se han inventado ahora, tras el fracaso del Soho, ya que el dinerito de los sonámbulos sospecho que puede ser de pega, como en el monopoly, y de ese sí que debe quedarme algo.
Menudo descuento. Cargadito de regalos, toca el fantasma de las navidades presentes. Mi amigo Ebenerozer, o como sea, me ha traído ahora a ver a Cassá. ¿Alguien me lo explica? Dice Cassá que los malagueños “notarán en sus bolsillos” el año que viene la oposición responsable que está llevando a cabo Ciudadanos en Málaga. Asegura que han sido decisivos para bajar la tarifa del agua, abaratar el bono de la EMT y ahorrar 10 millones en impuestos. Este no es fantasma, digo alcalde, sólo en mis sueños, también en los suyos…
Y nos queda el de las navidades futuras. A ver con quién me sorprenden ahora. Nos acercamos a un señor barrendero. Es ¡Luis Verde! con un mono de Limasa. El capitán de Nuevas Generaciones, fenomenal ex-concejal de Juventud, reconvertido a director de área, distrito o lo que haga falta, experto en motos acuáticas, kayak y fiestas de la espuma. Su problemilla es que no fue elegido en las últimas elecciones y, las cosas de Paco, les aconsejó a los que se quedaban fuera del equipo que se buscaran su futuro laboral en otro sitio. Me dice Luis que como sus 1.300 compañeros, y por resolución judicial, va a cobrar de nuevo la paga de productividad (1.341 euros), descansará todos los fines de semana, disfrutará las vacaciones entre junio y septiembre, podrá trabajar los festivos –140 euros por día– y que recibirá un uniforme en abril para el verano y otro en octubre para el invierno. Va a estar de guapo… Zzz… ¿guapo? ¿Pedro Sánchezzzz? ¿Qué hora es? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago viendo en la sexta otro resumen del debate entre Rajoy y Pedro Sánchez? Ebenezer, ¿estás ahí?