Miércoles de pasión. Futbolera. Se preguntaban los medios de comunicación dedicados a rellenar páginas y más páginas sobre fútbol, si se cansarían los aficionados de tanto duelo entre Real Madrid y Barcelona con las aguas mil de por medio. Y visto lo visto, no será así. Yo creo que los cuatro o cinco partidos del siglo que cada año nos enganchan al televisor, esta vez podrían señalarse como del milenio, por lo menos, y no sé a qué esperan los periódicos que más se venden en el país de la roja más conservadora para señalarlos así. Los partidos más importantes hasta la próxima glaciación, deberían decir. Y es que la liga de Fútbol Profesional ha debido de ser la que haciendo un estudio de mercado, ha llevado a la contratación de ese director de marketing que ha conseguido que en pocos meses los aficionados más conformistas se tornen furibundos rocieros tras un trofeo glorioso, exacerbados todos por el traductor con más títulos por centímetro cuadrado conocido.
A mí no me la dan. El guión está hecho. Podrán llamarme conspiranoico pero pronto iré al programa de Iker Jiménez a demostrar al mundo que la culpa de que en el bar de abajo los aficionados del Real Madrid y Barcelona que tan sanamente se pinchaban a la hora de cobrar la porra semanal del jamón y la botella de güisqui escocés y que ahora no se hablan ni para felicitarse el señorío, la tiene la LFP. Y voy más allá. Indagando en mi retorcimiento, no me extrañaría que fuesen los bancos y las entidades financieras quienes dominaran a la Liga y que fueran estos los que hubiesen montado este tinglado para que los españoles no mirásemos a Islandia. O si no los bancos, Zapatero, el liberalista económico y obediente siguiendo órdenes europeas del que guarda en su caja fuerte esas cosas tóxicas que dicen. Escribiré un libro próximamente sobre el tema que estará entre los más vendidos en las ferias del misterio y que les aconsejo lo regalen en navidad a sus más o menos allegados.
Pero lo que a mí me afecta, poco tiene que ver con que uno de esos jovencitos multimillonarios de pantalón corto meta o no un gol, sino que las predicciones meteorológicas señalan que hoy, miércoles, glorioso, de la pasión y toda la parafernalia santa que se precie, será el día en que haya menos probabilidades de precipitaciones en Málaga, según el Instituto Nacional de Meteorología, en torno al 30%. Y todos a los que nos enseñaron que lo importante era participar, lo del juego limpio y demás tonterías que no dan dinero, estaremos encerrados en los bares, quejándonos del árbitro, del calendario y de si se trata de un juego de once contra once o no, en vez de viendo al pregonero y sus hermanos en procesión ida por dentro. Miércoles de pasión y de gloria, con los estandartes del Madrid o Barcelona sin fusionar y sin que les caiga el cielo sobre la cabeza. ¿Dónde celebrarán la victoria? ¿Se cruzarán con la Expiración?
Y mañana será otro día, para pedir perdón por nuestros pecados en casita. El de pobreza el primero, seguido del de inocencia. Con un 100% de probabilidades de precipitaciones sobre el Jueves Santo, la legión y la cabra. Con algunos contentos de haber logrado un trofeo más, pues lo harán suyo, otros, esperando revancha de champions y todos dando un pasito atrás en nuestra recuperación económica pues las previsiones de ocupación hotelera se habrán ido al traste. Cosas que pasan con las industrias de sol y los empeñados en adorarlas sobre todas las cosas.
Que gane el mejor, que perder siempre nos tocará a los mismos.