Ser el mejor en Málaga no es difícil. No precisamente porque el nivel de la media sea bajo sino porque se concede el honor de serlo con muy pocos méritos. Recuerdo que cuando regresé de emigrado a ésta, mi ciudad, hace más de veinte años, obtuve mi primer reinado por un día, y como en otras tantas ocasiones posteriores, por cuestiones del azar. Como era joven, guapo y deportista –cualidades que aún conservo en gran medida-, me dedicaba a aplacar mi rebeldía juvenil jugando al fútbol en un campo de balonmano durante los recreos del instituto. En aquella ocasión, la fortuna hizo que un balonazo perdido rebotara en mi cara inocente y acabase dentro de la portería contraria. Me convertí en el mejor entre las risas de mis compañeros sin nariz partida. Había valido la pena. La sensación de que se te otorgue esa distinción de inmejorable en el idioma malagueño, te llena de orgullo aunque te suene a chufla. Sólo se siente algo parecido cuando invitas a una ronda en el bar de abajo y los amigos te lo agradecen con el mismo premio: Gaby, eres el mejor.
Nuestra idiosincrasia de perdedores nos lleva a un tipo de emotividades extrañas. Supongo que la culpa fue de la filoxera. Así que nos mostramos orgullosos ante el mundo y sacamos pecho lo que haga falta en cualquier circunstancia incluso desaconsejable. Nos inventamos la mejor feria del Sur de Europa, el mejor Sillicon Valley en nuestro parque tecnológico, el mejor museo picasiano del mundo o lo que haga falta sin temor a la inmodestia, acostumbrados como estamos a no pecar de soberbia por la sabiduría de nuestra experiencia, la misma que nos dice, que para mañana, nadie se acordará de la gran tontería que ha calmado, hasta la próxima, nuestra infinita vanidad.
Ahora hay otra de estas: “Málaga será centro mundial del diseño universal”. Ya puestos, lo que no entiendo es que no se diga que vamos a ser el centro interplanetario del diseño universal, que es lo mismo, pero parece aún más grande.
En este caso, será cierto. Como en el de mi balonazo. Yo metí gol, que es lo que cuenta. Y sí, Málaga meterá el suyo, convirtiéndose en el centro de atención mundial en cuanto al diseño universal se refiere, al menos durante el congreso que se celebrará del 30 de septiembre al 2 de octubre próximos en el Palacio de Ferias y Congresos, también el mejor del mundo de nuestra ciudad. Y si somos los mejores, bueno ¿y qué? Aunque, si nada cambia, a partir del 3 de octubre, ya no. Como siempre.
Aseguraron en la presentación llevada a cabo entre el alcalde, el director general de Accesibilidad Universal de la ONCE, Jesús Hernández y el concejal de Accesibilidad Universal de nuestro Ayuntamiento, Raúl López, que vendrá un centenar de expertos para debatir sobre arquitectura, construcción, mobiliario urbano, diseño industrial y urbano, automóviles, telefonía, informática, seguridad, comunicación, nuevas tecnologías, turismo, ocio, cultura, educación, empleo, salud o bienestar, tanto dentro del programa de conferencias y mesas redondas como en la zona expositiva. 300.000 euros de presupuesto y la presidencia de la Reina Doña Sofía. Ya te digo, los mejores.
Pero dicen que Raúl López es un cabezón. ¿Y si le dejaran trabajar para que intentase que en vez de los mejores del 30 al 2, fuésemos un referente importante a partir del 3 de octubre?
Voy a invitarme a unas cañas.
Los mejores.
24
Jul