Alegato contra la guerra

28 Oct

Antes de comenzar la conferencia de apertura de la Quinta Edición del Congreso Recrea Academy en la ciudad de Guadalajara (México), pedí a los asistentes un minuto de silencio por las víctimas de la guerra entre Palestina e Israel. Los educadores y educadoras no podemos mirar para otro lado. No podemos cruzarnos de brazos como si nada pasara. No podemos encogernos de hombros como si nada tuviera que ver con nosotros.

Fue impresionante ver a una multitud de siete mil personas meterse en esa caja invisible de silencio hecha con materiales de rechazo, de dolor, de indignación y de condena.  Después de escuchar mi breve alocución se pusieron de pie para recordar, sobre todo, a los niños y a las niñas. No solo a los que mueren en los bombardeos sino a los que seguirán viviendo con el horror en la mente y en el corazón. Quedarán marcados por el terror para siempre. “No hay  bandera lo suficientemente larga para cubrir la vergüenza de matar a gente inocente”, dijo Howard  Zinn.

El ataque terrorista por sorpresa de Hamas a Israel (milagrosamente no detectado por los sofisticados sistemas de vigilancia israelíes) suscitó una reacción de inusitada violencia. “Pagará un precio que nunca ha conocido”, dijo (e hizo) el primer Ministro Benjamin Netanyahu. Miles de personas han muerto en Israel y miles de personas han muerto en la franja de Gaza. Suma y sigue.

Otra guerra. Qué horror. Después de casi dos años de contienda en Ucrania estalla este horrible conflicto. No aprendemos. Después de tantos años de historia seguimos instalados en esta terrible irracionalidad: dirimir los conflictos en el campo de batalla. El que más muertos  cause en el bando contrario es quien gana, quien tiene razón.  Qué horror. Qué error. Decía Henry Miller que “cada guerra es una destrucción del espíritu humano”.

Cuesta creer que las imágenes que entran en las casas a través de los televisores son el fruto de decisiones que proceden de seres humanos racionales. ¿Cómo es posible que se denomine a nuestra especie como homo sapiens? Otros desastres (volcanes en erupción, tornados, danas, pestes, terremotos, tsunamis…) son fenómenos inevitables que causan destrucción y muerte.  La guerra es el fruto de decisiones desquiciadas. Y, además, están impregnadas de sentimientos de odio que se acrecientan y multiplican con la destrucción y la  derrota. Y con la sádica administración de la victoria.

Cuesta pensar que los miles y miles de millones que cuestan las armas de guerra podrían haberse destinado a salvar vidas, curar enfermedades, crear escuelas, hacer hospitales, acabar con el hambre, investigar la curación de enfermedades…

Todavía, después de tantos siglos de guerras, no hemos entendido que el ojo por ojo y diente por diente nos lleva a la destrucción total. “En la guerra no hay soldados ilesos”, dijo José Narosky. ¿Qué más necesitamos para  darnos cuenta de que no hay nadie que gane una guerra? “La primera víctima de la guerra es la verdad”, decía Hiram Warren Johnson.

Si los grandes triunfadores del sistema educativo, que son quienes gobiernan los pueblos, no están especialmente empeñados en que desparezca del mundo la miseria, la ignorancia, la injustica, el hambre, la dominación, el trabajo y el matrimonio infantil… ¿por qué hablamos de éxito del sistema educativo?

Si quienes gobiernan el mundo desprecian la palabra, la negociación y la diplomacia y pretenden solucionar los conflictos con bombas, misiles, tanques, aviones y fusiles…¿por qué pensamos que funcionaron los sistemas de enseñanza?

Si esas personas que gobiernan y deciden meter el mundo es tantos horrores, han sido elegidas por los votantes, ¿qué aprendieron esos electores y electoras en la escuela y qué les enseñamos? No parece lógico que  se vote a corruptos si se ha aprendido a pensar y parece imposible que se vote a personas crueles que nos lleven a la guerra si se ha aprendido a convivir.

Por eso, este alegato contra la guerra se convierte en una interpelación a la escuela. Porque tanto los electores como los gobernantes han tenido muchos años de escolaridad. ¿Qué hicieron en las aulas? ¿Qué aprendieron? ¿Qué les enseñamos? ¿Qué ha pasado con los programas de educación para la paz, si alguna vez los hubo?

Quizás le esté atribuyendo a la escuela un poder que no tiene. Porque hay muchos otros agentes educativos en la sociedad: las familias, los medios de comunicación, las organizaciones gubernamentales… Sin embargo, quiero pensar que el epicentro de la educación se encuentra en la escuela.

¿Qué aprendieron estos líderes en la escuela? ¿Oyeron hablar alguna vez de educación para la paz? ¿Pensaron alguna vez en la importancia de la palabra, del diálogo, de la negociación para solucionar los conflictos? ¿Aprendieron que todos los seres humanos, sea cual sea su raza, su sexo, su edad, su credo… son depositarios de una dignidad indiscutible y de unos derechos inalienables?

Son pocos quienes deciden declarar una guerra.  No conozco un plebiscito en el que pueblo haya votado sí a la guerra. “Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan a los hijos a la tumba” (Heródoto de Halicarnaso). Estoy seguro de que no ganaría nunca el referéndum del sí a la guerra. Los pocos que deciden declarar la guerra van a permanecer en retaguardia y, casi con seguridad, se van a librar de la muerte. Ellos envían a su pueblo a las trincheras, ellos mandan a su pueblo a la muerte para que defienda la patria. “La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran”.

Mi amigo José Antonio Binaburo, dedicó muchas horas y muchas ilusiones al desarrollo de un estupendo programa que operaba en las escuelas andaluzas bajo el lema “La escuela espacio de paz”.

No es fácil trabajar cada día en la escuela en estas ideas y sentimientos bajo el ruido aterrador de los bombardeos. El ruido que producen las bombas llega a los oídos de nuestros alumnos y alumnas con tanta fuerza que les impide oír nuestras palabras sobre la paz.

En nuestro país tenemos un expresidente del gobierno que todavía no ha perdido perdón al mundo ni a las víctimas por habernos metido en la guerra de Irak utilizando una solemne mentira que repitió, no cabe duda que a sabiendas, hasta la saciedad: existen armas de destrucción masiva en Irak. Y no las había. Cuántas veces gritamos en las calles, en las plazas, en las escuelas, en las televisiones NO A LA GUERRA? ¿De qué sirvió aquel clamor más que para desgañitarnos y desesperarnos?

He contado alguna vez que, en plena guerra del Golfo, un Instituto de Sevilla me pidió una conferencia sobre educación para la paz. Salí de mi casa en coche y, en el desplazamiento por carretera, me sobrevolaron los aviones que, desde la base americana de Rota, iban a la guerra. Estuve a punto de dar la vuelta y regresar. Porque pensé:  ¿qué les voy a decir con sentido a estos chicos sin que se me caiga la cara de vergüenza?, ¿cómo voy a explicar que la guerra es una forma irracional e injusta de resolver los conflictos cuando la empleaban los poderosos de la tierra?, ¿por qué los gritos del pueblo no habían detenido el horror?, ¿por qué se utilizaban las armas pudiendo utilizar las palabras?

Creo que una guerra como la que ha estallado, destruye miles y miles de horas de trabajo, de educación y de solidaridad  practicadas en la escuela durante décadas. Habrá que seguir trabajando por esta causa hasta erradicar de nuestro mundo esta horrible realidad. La reflexión cotidiana, la práctica de la solidaridad.

Habrá que practicar “La Pedagogía del mutuo aprecio”, como reza el título del hermoso libro del profesor mexicano Antonio Paoli. Dice el autor, con quien he tenido la oportunidad de dialogar estos días, que “nuestro propósito central es promover el mutuo aprecio. Este es el objetivo principal de toda pedagogía. El afán de nuestro quehacer es que cada uno se convierta en el horizonte del enaltecimiento de otro”.

¿Cómo funciona la escuela en un país en guerra? Alternando las horas de refugio con las horas de  aprendizaje, viendo cómo las bombas aniquilan las palabras, comprobando cada día que faltan algunos niños y algunas niñas que ya nunca podrán volver.  ¿Qué sentido tiene en ellas  la educación para la paz?

 La guerra destruye todas las utopías. Es necesario volver a reconstruirlas, volver a creer que es posible una convivencia armoniosa e inteligente. “La humanidad debe poner un final a la guerra antes de que la guerra ponga un final a la humanidad”. Y será la educación para la paz quien ponga el punto final a la guerra.

29 respuestas a «Alegato contra la guerra»

  1. Querido Miguel Ángel.

    Espero y deseo que sigas bien y por casa también.

    El artículo que hoy nos presentas, como siempre, es de plena actualidad pero en este caso, he de confesarte que leerlo me hace emocionarme aún más si cabe. Ver a madres y a padres palestinos con sus hijos en brazos asesinados me estremece y me hace pensar por qué ellos y no yo. Qué afortunado me siento -debemos sentirnos a pesar de todo- de vivir en una democracia (con sus imperfecciones) pero en paz. Desde esta “tranquilidad” no debemos quedar impasibles.

    Estos días vuelve a la palestra, si es que alguna vez se fue, un argot bélico que me hace reflexionar muchísimo: incursiones aéreas y terrestres, bombas inteligentes, fuego amigo, daños colaterales, blancos, ataque preventivo, etc. ¡Cómo se pervierte la palabra para usarla, precisamente, en contra de su principal uso!

    Ningún acto terrorista es justificable y debe ser perseguido, pero buscando a sus autores, no al pueblo con el que intencionadamente se les identifica. Por ser claro: Hamas no es Gaza/Palestina; ni ISIS las comunidades islámicas; como tampoco lo fueron ETA y el pueblo vasco; Terra Lliure y el pueblo catalán o el MPAIAC y el pueblo canario, etc. A pesar de lo que a veces se ha pretendido asociar, distinguir esto es clave para no caer en el error de confundir intencionadamente y, lo que vemos desde hace casi un mes, provocar el terror y un genocidio en el pueblo palestino (o continuarlo). Me cuesta creer también que el pueblo israelí se identifica completamente con lo que hacen sus gobernantes.

    Por no extenderme, comparto contigo la inquietud, la reflexión profunda y hasta el lamento de sobre qué hacemos mal en la escuela y en la sociedad para que pase esto, para que siga pasando. Qué poco hemos aprendido y cuánto tenemos que seguir trabajando para abordar, de verdad, un currículo y unas prácticas educativas que nos humanicen.

    De vera que estos días pienso mucho en las palabras que Maruja Torres, gran conocedora de este ámbito, repite sin cesar en sus redes sociales, difundiendo imágenes de la guerra entre Israel y Palestina, ¡Hasta que nos sangren los ojos! Y pienso en este “lema” como algo necesario porque nos insensibilizamos y hacemos cotidiano lo que no es. Hasta se deja de hablar de la guerra de Ucrania, que aún persiste desde hace casi dos años, como de otros conflictos que siguen en nuestro mundo (Afganistán, Irak, Armenia y Azerbaiyán, Yemen, Etiopia, República Democrática del Congo, Haití, etc.). Hasta la ONU reconoce que vivimos una era conflictos y violencia.

    Acabo, porque escribir es la forma de desahogar muchos sentimientos. Debemos repensar la escuela al menos para contribuir en el día a día a un mundo mejor. Como diría Eduardo Galeano “Son cosas chiquitas. (…) Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable” (Ser como ellos y otros artículos, 1990).

    Con permiso de @Mejorana y sus preciosas viñetas semanales que acompañan tus artículos, acabo invitando a mirar y pensar la viñeta que El Roto publicó ayer en El País: https://elpais.com/opinion/2023-10-27/el-roto.html

    A seguir y gracias por tus palabras.

    Un cálido y fuerte abrazo.
    Alejandro

    • Querido Alejandro:
      Qué impresionante la viñeta de El Roto. Qué pregunta más intrigante, más estremecedora. Esos niños inocentes pueden convertirse en enemigos implacables, en personas crueles capaces de matarse y de destruirse. ¿Cómo explicar ese proceso? Lo he pensado muchas veces mientras veo jugar o dialogar a los niños…
      Cada guerra tiene una justificación, una explicación, un inicio que pretende darle un sentido. El problema es que la guerra solo causa horrores.
      Me pregunto también por la justicia internacional. ¿Qué pasa con la ONU y los organismos internacionales?
      Creo que la educación para la paz, ha de ser un objetivo prioritario.
      Comparto admiración por Maruja Torres.
      Gracias por tu interesante y rico comentario.
      Un abrazo muy grande, mi madrugador amigo.
      MÄS

  2. Buenas Miguel Ángel!
    Nos unimos contigo al No a la Guerra!
    Gracias por tu denuncia.
    Nos hubiese encantado que en Méjico hubiesen asistido 7002 personas y aprovechar para darte un abrazote. Tiene que ser una experiencia digna de ver!
    Hoy te saludamos y te desayunamos desde Valencia. Un congreso sobre Sociedad, derechos y extrema derecha. La sombra del capitalismo en el s.XXI. Interesantísimo!
    Cómo nos encantaría dialogar contigo en vivo.
    Un fuerte abrazo con mucho cariño.
    Ahora toca descansar después de dos viajes tan cercanos. Cuídate!!

    • Queridos amigos Miguel y Gema:
      No creo que haya otra pareja con un olfato como el vuestro.
      Ahora a Valencia.
      Han sido unos días frenéticos, que no van a parar. Ahora me espera un viaje relámpago a Martorell y otro a México para llegar a la ciudad de Villahermosa.
      Aquí he tenido a un grupo de Chile. Aterricé a las y y a las 6 estábamos trabajando. Después los traje a todos a casa para comer unas pizzas.
      El tema de esta semana es abrumador.
      MIRA LA VIÑETA DE EL ROTO EN EL COMENTARIO DE ALEJANDRO.
      Un gran abrazo.
      Y mil gracias por leer y escribir allí donde estéis.
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  3. Querido Miguel Ángel:
    Qué hermoso alegato en pro de la paz, del diálogo, del NO a la guerra y que utopía por la que hay que luchar para que un día sea realidad, de lo contrario la realidad será el fin de la especie humana y de toda vida en la tierra.
    Has dicho tantas verdades que los halcones de la guerra simplemente dirán: qué ingenuo.
    Los que hacen las guerras siempre dicen que es para que haya la paz, su paz, su modo de entender las cosas, es decir, imponer su dictadura, semilla de otra guerra.
    Todas las guerras tienen su origen en injusticias, en ambiciones de poder.
    Todos sabemos la historia de opresión de Israel sobre el pueblo palestino que no acabará hasta que Israel tenga lo que cree que Dios le ha dado. Las injusticias no resueltas son las causas de las guerras. A mi modo de ver, la ONU, pierde su poder y autoridad al tener los más poderosos el derecho de veto. De que sirven sus condenas si el condenado se las pasa por el forro?
    De hecho nadie en el pueblo quiere las guerras, como dices, solo las hacen los poderosos que no van a ellas. Esos son los que necesitan educación para la paz.
    Me gusta la Sra. Yolanda Díaz por lo mucho que habla del diálogo hasta la extenuación.
    Las guerras no arreglan nada, lo destruyen todo y ponen las semillas para otra guerra.
    Si quieres la paz, destruye las armas de guerra y la injusticia.
    Parece mentira que seamos tan ciegos a la historia.
    Un gran abrazo, Miguel Ángel, y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Me ha encantado la sensatez de tu comentario.
      Si se hiciera un referendum para iniciar una guerra, nunca sería ganador el sí.
      Acabo de escuchar en televisión que la muerte de civiles en Gaza está siendo insoportable. Es que la guerra es insoportable. Es difícil explicar cómo no hemos aprendido que ese es un camino equivocado.
      Creo que la educación para la paz está en la base de las soluciones.
      Un abrazo muy grande, querido amigo.
      Y gracias renovadas por estar ahí cada sábado.
      MÁS

  4. Miguel Ángel.

    Después de cientos de años seguimos haciendo guerras por motivos religiosos, por ideales políticos, por intereses económicos, para almacenar más poder, para defender una patria… ¡Qué fácil es convencer al pueblo para coger un fusil…! Es cierto, la escuela no está cumpliendo con un compromiso por la razón, la verdad y la paz. Algo falla cuando los que deciden y declaran la guerra, que habrán ido a la escuela supongo, poco han aprendido o han aprendido otras cosas distintas a las que se debieran haber aprendido. Quizás porque el poder de la escuela es dinamitado por otros poderes más poderosos (sirva este juego de palabras).

    Miramos al futuro, hablamos del siglo XXI, pero en muchos aspectos estamos repitiendo lo que han hecho otras civilizaciones anteriores supuestamente menos avanzadas y educadas… ¿Habrá un gen de la guerra en el cromosoma humano?

    Un abrazo de paz.

    • Querido Juan Carlos:
      Buena pregunta para cerrar el comentario. Quiero pensar que la respuesta es NEGATIVA. No está en los genes.Está en la cultura. Sería tremendo aceptar un determinismo biológico que nos condenase a utilizarlas armas contra nuestros semejantes.
      Y claro, en la cultura, una parte fundamental es la educación.
      No sé si hacemos algo mal en la escuela o si dejamos de hacer algo. (Ya sé que hay otros factores que influyen en la formación del ser humano).
      Probablemente el curriculum esté centrado en contenidos disciplinares y menos en trabajar con actitudes y valores.
      Un gran abrazo y gracias por tus palabras.
      MÁS

  5. Estimado maestro
    Empiezo comentándole que respecto al libro le he escrito hace unos dias un correo a su correo . Espero maestro lo pueda revisar.
    Por otro lado me gustó mucho su artículo porque me invitó a reflexionar sobre la guerra y sus inhumanass consecuencias . Estoy convencido de que la educacion nos debe servir para enseñarnos a respetarnos y apreciarnos mutuamente y que debemos APRENDER a pensar en el bienestar de todos y no solo en mi interés personal , lo que resulta tan dificil para gobernantes que llenos de odio y venganza solo piensan en su interes personal o de grupo y buscar imponer sus argumentos por medio de las armas terminando con la vida de miles y miles de inocentes.
    Por eso la próxima semana reflexionaré con mis alumnos sobre las consecuencias de la guerra y la importancia de promover la paz. Gracias maestro .Un abrazo.

    • Estimado Eduardo.
      El día 24 de octubre recibí un correo en el que me dices que has realizado tú la tarea de reducir la extensión. Creo que era eso lo que pedía la Editorial. Una vez finalizada la tarea, envía el libro a Homo Sapiens.
      Creo que si hacéis directamente la negociación (y no a través de mí ( se aligera el proceso.
      Hoy llamaré a Perico para otras cuestiones y le preguntaré cómo va el asunto.
      Aunque la educación no es el único medio que nos ayuda a vivir en paz (también está la justicia internacional, la acción política, los medios de comunicación…)sí creo que es el más importante.
      Me parece estupenda esa propuesta de trabajo con los alumnos y las alumnas de tu clase.
      Un abrazo.
      MÁS

  6. ¡Queridísimo Profesor, muchísimas gracias por tu aportación, con tus palabras agrandas nuestr@s corazones!
    ¡Qué maravilla de reflexión!
    Desde hace unas semanas, compatibilizo mi trabajo como conductor en la EMT con el privilegio de ser Profesor en el Grado de Educación Infantil en la UNED en el centro asociado de Málaga.
    Con tu permiso me encantaría compartir con mis queridos Alumn@s su artículo.
    Un abrazo con todo mi afecto.

    • Querido Mille:
      Encantado de que compartas el artículo con tus alumnos y alumnas. NO necesitas mi permiso. Me parece estupendo y te agradezco que difundas mis ideas y sentimientos.
      Es magnífico que combines tu trabajo en la EMT con las tareas docentes. Yo fui durante varios años tutor de la UNED en Madrid.
      Te deseo lo mejor en todos los aspectos de tu vida.
      Un gran abrazo.
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  7. Estuve en Guadalajara y esa experiencia me permitió reflexionar sobre la “calidad de la educación”, que puede tener numerosos rostros y posibilidades, pero en ninguna de esas posibilidades cabe la guerra.

    • Estimado Carlos:
      Tienes razón. No es que no quepa la guerra en una concepción de la vida auténticamente educativa. Es que esa concepción exige un compromiso con la paz.
      La escuela es un espacio de paz y un taller donde se preparan las estrategias intelectuales y morales para conseguir la paz en el mundo.
      Educar para la paz es una exigencia ineludible.
      Un gran abrazo.
      MÁS

  8. Querido Miguel Ángel:
    Qué maravilloso tú artículo de hoy, aunque es tremendo que hayas tenido que hacer un alegato de NO A LA GUERRA en pleno siglo XXI. Cómo es posible que esté ocurriendo ésto?
    Siento un inmenso dolor cuando veo imágenes y oigo testimonios de personas civiles, que son las que están sufriendo las durísimas consecuencias de las decisiones de un descerebrado Benjamín Netanyahu que no tiene ni siquiera la capacidad de diferenciar que una cosa es el pueblo palestino y otra diferente el grupo terrorista de Hamas. Quizás aprendió poco en la escuela…o quizás su corazón sea de piedra.
    Un abrazo
    María Ángeles Peláez

    • Querida María Ángeles:
      Siempre me alegra saber de ti.
      Hace unos días, en Guadalajara (México) hablé de la experiencia que nos ha unido para siempre. Qué corazón tan grande el tuyo.
      Tengo pendiente hacerte una llamada para saber cómo vas avanzando.
      Qué descorazonador cómo se desencadenan en el mundo los estallidos de guerra. Cuánto dolor, cuánto desastre, cuánta injusticia. A mí me conmueven especialmente los niños y las niñas que mueren y que sufren las consecuencias de por vida.
      Besos y hasta prontito.
      MÁS

  9. Estimado Miguel:

    Muy buenos días, desde acá Chile.
    Tu artículo de hoy me llevó a reflexionar y conectarme con un video de un coterráneo tuyo, me refiero al periodista Luis Fernández Pimentel.
    El dice en un video que se llama Reflexión “La paradoja de la Vida”, ahí cita frases como: ” Hoy tenemos casas más grandes y familias más pequeñas”, “Más licenciaturas, pero menos sentido común”, “Más conocimiento pero menos juicios”, “Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores”, “Hablamos demasiado, amamos muy poco y mentimos con demasiada frecuencia”, “Tenemos edificios más altos, pero temperamentos más cortos”, ” Hemos conquistado el espacio exterior, pero no el interior”, en fin, es innumerable la lista de contrasentidos y paradojas que están en nuestro quehacer cotidiano.
    Por lo mismo tratar de entender la estupidez humana que posibilita una guerra, colocando miles de argumentos para justificar ante la opinión pública, que mis actos para dar muerte a un otro válido, son coherentes, sólo acrecientan la destrucción de los valores, de la esencia de nosotros y nos transformamos en animales que como lo dice Yuval Noah Harari, pasamos de Humanos a Dioses.
    Podemos estar de acuerdo a no, en ideas, pero cuando esa idea me dice que debo matar a un otro, aparece el hombre de la edad de piedra, se fue al tacho la evolución, el cerebro pensante y solo prima el constructo de que mi verdad y mis actos son valederos en aras de un sentido muy particular de justicia.
    Como tu muy bien lo manifiestas, si en cada acto terrorista perseguimos sólo al causante o ideólogo de esa forma brutal de imponerse, ahí realmente actuaremos en justicia, pero cuando lo hacemos eliminando una población completa, somos tan o más terroristas, no se puede aceptar el concepto de daños colaterales, que atrocidad más grande este concepto. (El fin justifica los medios).
    LLevemoslo hoy a la realidad política de América del Sur, y escuchemos las atrocidades que plantea la derecha en Chile y en la nación vecina Argentina, con un personaje psicótico llamado Miley, que lamentablemente le hace honor a su apellido, “Suley” es la que vale, todos los demás están equivocados. Utiliza tal agresividad en sus discursos o referencias hacia los otros, que no me extrañaría que si fuese presidente, al poco tiempo estaríamos en guerra. Lo digo por como se refiere a nuestro presidente y nuestros políticos gobernantes hoy en día.
    En fin no se donde nos perdimos como sociedad mundo, pero si se, que si no seguimos haciendo crecer el Amor por el otro, la compasión y el diálogo, los que creemos en esta forma de vida, habremos sucumbido más temprano que tarde, así que fuerza, ánimo y no desfallecer.

    Como se decía en el tiempo de los hippies, “Haz el Amor y no la Guerra”.

    Un abrazo gigante para ti y todos los que leen este artículo.
    Enrique

    • Estimado Enrique:
      El viernes pasado impartí en Málaga una conferencia a los integrantes de una pasantía de profesores chilenos. Después les invité a compartir unas pizzas en mi casa.
      Fue una agradable experiencia.
      El tema de la guerra es difícil de entender. Está cargado de irracionalidad, de brutalidad, de injusticia. La muerte de personas inocentes no tiene justificación alguna. La destrucción material y psicológica no tiene límites. Las consecuencias de la guerra son catastróficas. ¿Cómo no lo hemos descubierto en tantos siglos de historia y de guerras?
      La solución tiene que venir de la educación, de la formación de seres humanos cargados de razón y de ética.
      Por otra parte, el orden internacional, tiene que crear los órganos necesarios para imponer la justicia.
      Conozco la situación Argentina. No se explica fácilmente que el 50% de los jóvenes votasen a Javier Milei en la primera ronda.
      Tenemos que comprometernos con la educación para la paz. Tuve un amigo, ya fallecido, cuya obra en favor de la educación para la paz fue aextraorinaria. Se llamaba Jesús Jares. Sus libros sobre el tema son un tesoro.
      Un abrazo y gracias por el comentario.
      MÁS

  10. Querido Maestro:
    ! Qué desgarrador artículo!
    ! Qué cruel y horrible es la guerra!
    !Qué impacto tan tremendo provoca en la vida de todos, esté sin sentido!
    Las imágenes de crueldad absoluta con los niños, con las mujeres incluso estando embarazadas, con los ancianos, con los enfermos, no llevan a pensar y a preguntar,? hasta donde puede llegar la maldad?
    Una se llega a cuestionar hasta que grado de inconsciencia nos lleva, el creerse con signos de superioridad, con elevado poder, con creencias absurdas de posesión de la verdad.
    Queremos la paz, ya lo manifesté hace muchos años en un poema propio que leí en unas actividades realizadas en el centro donde trabajaba.
    Llevo tiempo luchando por la paz del mundo y por mí paz interior.
    Las dos iguales de importantes en un mundo tan complejo de entender.
    Yo pienso que una gota no hace un mar, pero ayuda que éste sea más grande, más hermoso y que tenga más caudal .
    Y ya sin más, deseando que el viaje a México te llene de satisfacción, me despido con un abrazo infinito para todos.
    ! Que la semana os sea feliz y leve!
    Muchos besos.

    • Querida Loly:
      Tienes razón al denunciar la irracionalidad y la injusticia de la guerra.
      Las víctimas inocentes nos llenan de dolor y de indignación.
      Creo que la educación para la paz (como cuentas que hacías en tu colegio) es el mejor camino.
      La experiencia de México ha sido maravillosa. Más de 7000 profesores y profesoras se reunieron en la EXPO de Guadalajara. Un recinto inmenso.
      Ver a esa multitud aplaudir de pie la conferencia te llena de satisfacción y gratitud.
      La próxima semana tengo otro viaje a este país. Esta vez a una ciudad que se llama Villahermosa.
      Besos y feliz semana.
      Gracias por estar siempre aportando ideas y sentimientos.
      MÁS

  11. Magnífico, verdaderamente.
    Es cierto que la Escuela es un actor más en la Educación para Paz y no el único. En manos está del profesorado que esa pequeña ventana que se abre a cómo resolver los conflictos mediante la palabra pueda ser determinante. Como dice Miguel Ángel, en las guerras pierden los pueblos de ambos contendientes. El aparato propagandístico elimina primero las razones contra la guerra. Luego la fuerza militar, amansada la opinión pública, produce la eliminación física del “enemigo”. Y cuando se desvelan las mentiras de la propaganda, caso de la guerra del Golfo, es cuando realmente podemos parar una guerra. No es la instrucción lo esencial en la Escuela; es el sentido crítico que impulsa a la insumisión y al compromiso con la verdad. En la Alemania nazi tan importante como los mecanismos de exterminio eran los mecanismos de adoctrinamiento del ministerio de Peopaganda. Y, de acuerdo con la teoría marxista, la escuela es ese otro poder del Estado que reproduce un modo de producción determinado. En democracia puede romperse este determinismo. De ahí que el optimismo de Santos Guerra, el mío y el el de tantos otros, esté plenamente justificado.

    • Estimado Antonio:
      Tu comentario me ha parecido magnífico. La disección del proceso bélico es clara y certera.
      Los pueblos, que padecen las guerras, cuando están educados, tienen capacidad de análisis y buscan estrategias de disuasorias, El poder, como dices, tiene las suyas.
      Efectivamente, mi optimismo, el tuyo y el de muchas personas que creemos en el ser humano y en su pleno desarrollo alcanzado por la educación tiene que sostener la esperanza.
      Un abrazo y muchas gracias por tu interesante aportación.
      MÁS

  12. Querido Miguel Ángel,
    Me parece curioso cuanto menos, el artista homónimo creaba arte donde la belleza humana era apreciada, endiosada, incluso. Sin embargo, en estos últimos tiempos solo podemos apreciar el corazón marchito (si es que tienen) de muchos.
    Soy alumno de Educación Infantil en la UNED. Durante la clase de esta tarde nos recomendaron este artículo y, como alguien que ha estado implicado estas últimas semanas en la situación palestina, vine en cuanto pude a leerlo.
    Primero, me gustaría agradecerle a usted y a todos los presentes por ese minuto de silencio. Sin una sola gota de la maravillosa cultura palestina en mi sangre, pero siendo un ser humano más en este mundo, gracias.
    Estoy completamente de acuerdo con lo que escribe, sin embargo, y, si es posible, me gustaría dar mi opinión en cuanto a un par de detalles.
    Usted se refiere a este escenario que por desgracia nos toca vivir en pleno siglo xxi como “guerra” sin embargo, siento que siquiera tal concepto puede ser usado. Esto no es una guerra. Es un genocidio, una limpieza étnica.
    Tiempo atrás los judíos llegaban a Palestina, huyendo del Holocausto y el horror vivido en Europa. Llegaban en barcos con una gran pancarta donde se podía leer: “Los alemanes acabaron con nuestras familias, por favor, no acaben ustedes con nuestras esperanzas”. Quien les diría a todas esas víctimas de la Alemania nazi que en un futuro próximo ellos mismos serían el reflejo de la gente que los encerró en campos de concentración, que les robó la vida.
    En el 48 ocurrió la Nakba, palabra árabe que puede traducirse como catástrofe. Tierras robadas, hogares robados, cientos de miles de palestinos obligados a partir al extranjero en calidad de refugiados, otros tantos asesinados. Nace Israel.
    Poco a poco Palestina se redujo a Cisjordania y la Franja de Gaza, hoy, una prisión, un campo de exterminio frente a nuestros ojos.
    Corría el año 2000 cuando un pequeño palestino de 15 años, de nombre Faris Odeh, enfrentaba a los tanques israelíes con simples piedras en su mano. Grotesca alegoría de David y Goliat, este niño buscaba la libertad con algo tan pequeño entre sus manos, tan, por desgracia, inútil. Sin embargo, este David no corrió con tanta suerte, pues su sangre es una de las tantas que mancha la bandera de Israel. Un disparo en el cuello. No a un militar armado, siquiera a un adulto, a un niño cuyo único crimen fue buscar la libertad para él mismo y para su gente.
    Israel se defiende bajo la excusa de atacar a Hamas, sin embargo, han bombardeado hospitales, escuelas, ambulancias, hogares. Han bombardeado todo, excepto a Hamas. Miles de personas inocentes han perdido la vida, y creo de gran importancia recordar que un alto porcentaje de la población de Gaza son niños. ¿Qué han hecho para merecer tan horrible destino?
    Como futuro docente de Educación Infantil y, sobre todo, como ser humano, destaco dos escenas que recientemente han hecho añicos mi corazón, mi alma.
    La primera, una publicación en una red social. La fotografía de un pequeño, parece de 3 o 4 años, luce adorable. En el pie de foto puede leerse: “Haced saber a todo el mundo que hemos enterrado el cuerpo de mi primo, el niño mártir llamado (…), sin cabeza. Su cabeza sigue bajo los escombros.”
    La segunda escena, una publicación del Ministerio de Educación de Gaza. Puede leerse:
    “Urgente.
    Ministerio de Educación en Gaza:
    Oficialmente, el año académico 2023/2024 ha concluido porque todos los estudiantes han sido asesinados.”
    ¿Cómo debe sentirse?, ¿Cómo deben sentirse todos esos docentes, familiares, amigos, vecinos? Por mucho que Palestina no abandone mi mente ni un solo instante, por mucho que llore, soy incapaz de sentir una mínima parte de su sufrimiento, soy incapaz de estar muerto en vida.
    Quiero agradecer a Palestina y a su gente por darme la lección más importante que jamás he recibido. La que no he recibido en la escuela, en el instituto o en la universidad. Quiero agradecer a Palestina por enseñarme a vivir. Quiero agradecer a Palestina por enseñarme a valorar lo verdaderamente importante: Tener a mi familia a salvo conmigo, un hogar, un plato de comida, un vaso de agua y electricidad. Lo demás, sobra.

    Si es posible, me gustaría compartir en este medio un par de sitios donde pueden realizarse donaciones para Gaza y otras poblaciones afectadas por la maldad humana, así como algunas tiendas para apoyar el negocio palestino (estos mismos realizan donaciones gracias a los productos vendidos).
    Donaciones:
    https://droplets.donorsupport.co/page/GazaEmergency?fbclid=PAAableUi-pKguJnwgpwqYs20OeC7ojZDhYP1c5igGX0efl55XWuKaBpjwC9k_aem_Afk0nqv3AGNmqT95Y7nL67Wa-ZMyCEMhmfnm6jHeQ3aSpUP4BB4MPD-oPMZ5HJS (🇵🇸)
    https://afrp.org/product/donate-to-medical-mission/ (🇵🇸)
    https://afrp.org/product/donate-to-women-to-women/ (🇵🇸)
    https://upaconnect.org/ (🇵🇸)
    https://islamic-relief.org/contact-us/ (🇵🇸)
    https://www.pcrf.net/ (🇵🇸)
    https://www.ifrc.org/ (🇵🇸)
    https://www.qcharity.org/ar/qa
    https://unrwa.es/ (🇵🇸)
    https://www.unrwa.org/where-we-work (🇵🇸)
    https://humanappeal.es/campa%C3%B1as/emergencia-en-gaza (🇵🇸)
    https://gofund.me/fb1ea6f6 (🇵🇸)
    https://uhrp.org/donate/ (Uyghurs en China)
    https://www.saveuighur.org/donate/ (Uyghurs en China)
    https://www.warchild.org.uk/donate-democratic-republic-congo (🇨🇩)
    https://www.savethechildren.org/us/where-we-work/democratic-republic-of-congo (🇨🇩)
    https://www.savethechildren.org/us/where-we-work/sudan (🇸🇩)

    No pongo más, ya que haría eterno este comentario.

    Negocios palestinos:
    https://www.paliroots.com/?p=ryswEwFYu
    https://kuvrd.ca/?ref=amwomenmag
    https://westbankapparel.com/
    https://www.purepali.com/
    https://westbankhoodie.com/collections/all-products-2?page=4
    https://anat-international.com/
    https://deerah.co/collections/accessories
    https://nolcollective.com/
    https://watanpalestine.com/
    https://meeraadnan.com/
    https://www.holylandboutique.com/
    https://www.etsy.com/shop/baladystitchshop
    https://nadinekhalili.com/
    https://www.sunbula.org/
    https://fyrouzi.com/
    https://handmadepalestine.com/
    https://www.darzah.org/
    https://www.kufiya.org/
    https://hirbawiusa.com/

    Creadores de contenido que recomiendo:
    @motaz_azaiza
    @wizard_bisan1
    @byplestia
    Héroes de la vida real, se encuentran en la Franja de Gaza informando al mundo de la realidad.
    Pido también, de corazón, evitar seguir dando dinero a aquellas marcas y comercios que financian y apoyan moralmente este genocidio, así como observar bien los productos a la hora de comprarlos y evitar los códigos de barra asociados a Israel (puede saberse mediante los tres primeros números). Toda esta información puede encontrarse en Internet con tan solo una breve búsqueda. No la escribo directamente aquí en caso de que pudiera meterme en algún problema, como suele decirse, mejor prevenir que curar.

    Del río al mar, Palestina se liberará.
    La República Democrática del Congo se liberará.
    La población Uyghur se liberará.
    Sudán se liberará.
    Los nativos de diferentes partes del mundo se liberarán.
    La humanidad se liberará.

    • Estimado Dante:
      Me parece estupendo que escribas tomando posición en este conflicto bélico.
      No es igual estar de un lado que en otro. Como no es igual estar con Ucrania que estar con Rusia.
      Creo que es importante tu punto de vista, que en buena medida comparto.
      Es importante analizar el conflicto desde su inicio. Mo se puede entrar en una película a mitad de la proyección e ignorar todo lo que ha sucedido desde el comienzo.
      Yo no entré en ese análisis pero creo que es justo hacerlo. La reacción de Netanyahu ha sido de tal brutalidad que la guerra se ha convertido en un genocidio.
      Tremenda la imagen de Faris Odeh. Qué significativa.
      Gracias por toda la información que nos brindas.
      Un cordial saludo.
      MÁS

  13. Ni Hamás ni el gobierno israelí tienen justificación ninguna. Entretanto, miles de inocentes muriendo. Es terror para hoy y terror para el fúturo, violencia engendrando aún más violencia que la mucha que ya había históricamente. Y supongo que habrá más de uno que estará haciendo buenos negocios con tantas muertes, con la venta de armas. Una gran pena.

    • Querido Luis:
      Cuántas verdades en tan pocas líneas.
      Suscribo íntegramente tu comentario. Hay que lEvantar la voz para decir lo que has dicho. A todas horas. Con fuerza y contundencia. Hay que acabar con tantas muertes de inocentes. Hay que poner fin al genocidio. Y hay que condenar, como haces, la violencia de Hamás.
      Y, por supuesto, hay que condenar el negocio de la guerra. Es indecente convertir el dolor y la muerte en dinero.
      Un abrazo y gracia por plantear ideas tan claras y verdaderas. Hay que poner fin a la guerra. Hay que educar par la paz.
      MÁS

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