Porque me gusta regañar a los niños

7 Oct

Mi querida amiga argentina Silvia Otero me envía la foto de un folio en el que figuran dos preguntas consecutivas y sus respectivas respuestas. La destinataria de las  preguntas y autora de las respuestas es una niña cuya edad desconozco por completo.  Tanto las preguntas como las respuestas están escritas a mano por ella:

La primera pregunta dice:

  • ¿En qué te gustaría trabajar?

La respuesta es muy clara y muy concisa:

  • De maestra.

La segunda pregunta trata de explorar los motivos por los que  ha hecho la elección:

  • ¿Por qué?

La respuesta refleja en pocas palabras cuál es la principal  causa de su deseo:

– Porque me gusta regañar a los niños.

Esta explicación nos muestra claramente qué concepción tiene esta niña sobre lo que significa ser maestra. Y la tiene porque, casi con toda seguridad,  es la experiencia que ella ha vivido. Entiende que el cometido más peculiar e importante de una maestra es regañar a los niños y a las niñas.

La anécdota me lleva a plantear algunas reflexiones sobre  los motivos que  llevan a las personas a elegir la tarea docente. Los motivos que configuran la elección muestran la concepción que el interesado tiene sobre la tarea que quiere realizar. La niña de la anécdota considera lo que para ella es esencial en el trabajo de una maestra: regañar a los niños. En consonancia con esa concepción, ella  formula el principal motivo de su aspiración.

Se hace muchas veces referencia al concepto de vocación, cuya semántica tiene connotaciones religiosas. Según esta acepción, el término vocare significa llamar y el que llama a las personas para una determinada tarea es Dios. Por supuesto, no se dice de qué forma se produce esa llamada. ¿Qué sentido tiene esta explicación para los agnósticos? ¿A ellos nadie les llama? Concibo la vocación como el conjunto de circunstancias  (personales y sociales) que hace atractiva una tarea. Nos sentimos invitados por la vida o por la historia a hacer algo.

La pensadora malagueña María Zambrano, en su artículo “La vocación de maestro”, para aclarar el significado del término, nos dice que la voz que llama, si es oída y seguida, requiere entrega y dedicación lo que supone, por una parte, ofrecerse hacia el exterior, salir afuera y, por otra, cierto ensimismamiento, hacia adentro. La vocación es mediadora entre los distintos planos de la persona, y entre la persona y la sociedad. Según lo cual, la vocación tiene una fuerte naturaleza social.

Maestro o magister, cuyo origen etimológico está en el vocablo magis que significa “lo más”, es más que el aprendiz o el artesano, incluso más que el licenciado o el  doctor. Ministro o minister, que procede de minus, es  “lo menos”. El maestro (la maestra) es un mediador; el maestro como tal transmite algo (verdad, belleza, ciencia…), pero además facilita el crecimiento del otro y su integración.

Algunos han soñado desde pequeños con un determinado oficio, otros  han ido variando hasta la elección y hay quien ha dejado que otros decidan por ellos. Qué interesante asunto el de conocer cómo se fragua una elección tan importante. Un amigo, profesor de una Universidad catalana decía de niño cuando le preguntaban por lo que quería ser de mayor:

– Por la mañana obispo y por la tarde torero,

Voy a clasificar los motivos en cuatro grandes bloques, aunque las fronteras entre uno y otro no siempre sean claras. El primero es el de los motivos que califico de  pedagógicamente ricos. Hay quien desea acceder a la profesión docente para participar en un proyecto colegiado  consistente en enseñar a pensar y enseñar a convivir. La tarea es ayudar a que las personas  desarrollen plenamente todas sus capacidades intelectuales, emocionales, artísticas, psicológicas, éticas… y, a través de esas personas bien formadas, construir una sociedad mejor.

Denomino el segundo bloque como el de los motivos pedagógicamente pobres. Son legítimos,  pero tienen poco calado, poca profundidad, poca calidad. Las personas que tienen estos motivos desean trabajar en la enseñanza a cambio de un sueldo.  El deseo está despojado de pasión, de  trascendencia, de compromiso social. Hay quien quiere dedicarse a la enseñanza porque algo hay que hacer en la vida, porque de algo hay que vivir…  Le da igual ser docente que trabajar en un despacho de abogados o en una farmacia. Recuerdo que hace años les pregunté a mis alumnos de primero de pedagogía por qué estaban matriculados en la carrera. Uno de ellos respondió:

– Porque era la ventanilla que tenía la fila  más corta.

Hay un tercer grupo de motivos a los que calificaré de enajenantes. Los tienen aquellas personas que  han sido empujadas por otras hacia la profesión docente. Otros han elegido la profesión por ellas. Puede ser el hijo de un matrimonio de maestros que desea que su vástago siga los pasos  de los progenitores. Puede ser el novio o la novia o un amigo quien tome la decisión por el interesado. En este bloque incluyo a aquellos que cursan la carrera docente porque no pudieron  hacer la que realmente deseaban. La nota de corte les obligó a renunciar a sus deseos. Hay muchos alumnos y alumnas que acaban cursando el Grado de Infantil y de Primaria porque han salido rebotados de otras opciones con nota de corte más elevada. A ellos les digo que ya que no pudieron hacer lo que amaban siempre podrán amar lo que hacen.

A propósito de esa modalidad  de motivos cuento la historia de la botadura de un barco. Las autoridades, la banda municipal y el público contemplan cómo se estrella la botella de champán sobre el casco del barco. Un niño, corriendo delante de otro que le perseguía, tropieza y cae al   agua. La profundidad es muy grand. Nadie se atreve a lanzarse. Los padres del niño lloran desconsolados y piden  ayuda porque ellos no saben nadar, De pronto, un hombre vestido se lanza al agua. En medido de un silencio dominado por la angustia un hombre se lanza vestido al agua, con gran esfuerzo consigue sacarlo sano y salvo. La gente grita:

  • El héroe, el salvador, arriesgó su vida para salvar al niño.

Y el hombre, completamente empapado, se dirige a quien tiene al lado y le susurra al oído:

– Me gustaría saber quién ha sido el desgraciado que me ha empujado y me ha tirado  agua.

A quienes han llegado por ese camino a la profesión  docente les aconsejo que  ya que están en el agua, que sigan ahí y que salven a los niños.

En el cuarto grupo incluyo los motivos espurios: tener buenas vacaciones, no trabajar mucho y poder dar explicaciones interesadas sobre el fracaso. Esta es una de las profesiones en las que es fácil atribuir al prójimo el propio fracaso:  los alumnos no han aprendido porque son torpes, vagos, están mal preparados, no están motivados, tienen problemas, sus familias no les ayudan… A este bloque pertenecen aquellas personas con taras psicológicas  que se refugian en una profesión en la que puede ejercerse el poder. Pienso en los cínicos y en los sádicos. ¿Qué le pasa a un sádico que maneja a su antojo los mecanismos de la evaluación?  Pues que tiene un terreno abonado para hacer sufrir, para amenazar, para exigir, para tomar represalias, para humillar,  para castigar…

La calidad de los motivos influye de manera determinante en la trayectoria profesional. De todos modos, se puede comenzar por motivos pobres y enriquecerlos con una práctica comprometida o a la inversa: se puede  iniciar la tarea por motivos ricos y empobrecerlos con un ejercicio profesional nefasto.

Sostengo que para ejercer esta profesión habría que seleccionar a las personas más valiosas de una sociedad, no digo solo las más inteligentes. Porque es una profesión que se basa en la comunicación  generosa y  amorosa que ayuda a crecer a los alumnos y las alumnas. El docente va a trabajar con niños y jóvenes, no con materiales físicos o químicos inanimados. En cualquier profesión, el mejor profesional es el que mejor manipula los materiales con los que trabaja, en esta es el que más y mejor los libera.

Estas reflexiones tienen tres destinatarios preferentes: los políticos que toman decisiones sobre los procesos de selección del profesorado, los profesionales que forman a los futuros maestros y maestras  y los interesados que eligen la docencia cuando deciden lo que quieren hacer y ser en la vida. Pero también están dirigidas a cualquier ciudadano o ciudadana que esté comprometido con la construcción de una sociedad más hermosa, más justa y más habitable. Porque en la educación está la clave de la mejora de la sociedad.

30 respuestas a «Porque me gusta regañar a los niños»

  1. Querido Miguel Ángel.

    Espero y deseo que sigas bien y por casa también.

    Qué manera más bonita de comenzar un fin de semana, reflexionando sobre la docencia.

    Enhorabuena por el artículo y, especialmente, por destacar de una manera muy clara los “motivos” por los que se llega, se estudia, se aterriza, se opta (podrían ser muchos verbos los que emplear) por esta profesión. He sentido como propios las circunstancias que expresas pues creo que hay ejemplos de todas ellas que nos recuerdan a personas con nombres y apellidos. No obstante, sí pondría en valor justamente a aquellos que llegan (o llegamos a la profesión) por motivos diferentes como puede ser la imposibilidad económica (no la académica) de estudiar lo que quieren.

    Sin que sirva de ejemplo, pero sí una vivencia personal, creo que estoy en ese motivo adicional. Quizás sea una variante del tercer grupo de motivos. Seré breve. Al acabar COU y la selectiva, quería estudiar Ciencias Políticas y Sociología pero… ¡pobre de mí por la insularidad y la lejanía! no era un título que se ofertase en las universidades canarias. Mis padres, ya divorciados hacía años, no se pusieron de acuerdo para abordar el asunto económico que implicaba mi traslado a la península, bien a Granada o Madrid (mis preferencias) y tampoco tenía derecho a beca por los umbrales de entonces económicos. Así que, no arriesgué en ese momento y opté por estudiar Magisterio pese a las reticencias de mi madre, maestra interina con muchos kilómetros y traslados entre islas cada curso, según el centro de destino adjudicado. Su experiencia profesional, amplia pero dura por la interinidad, era el ejemplo que ella no quería que siguiera. No le hice caso.

    La suerte de ese obstáculo económico y de no seguir, precisamente, el consejo materno, se tradujo justamente en llegar a la carrera que me ha hecho ser feliz personal y profesionalmente y que tantos y buenos momentos me ha brindado. Y es que soy un firme defensor -y coincido contigo- que la vocación -en el sentido que comentas- se construye y se enriquece de una forma recíproca entre lo que “podemos dar” y lo que “el contexto nos brinda”, mediado todo ello por la capacidad de adaptación a cada momento.

    Y desde que estudié magisterio y he tenido la inmensa oportunidad de trabajar en la educación, hay unas palabras de Freire, en su obra “A la sombra de este árbol” (Ed. El Roure) que son mi ideario personal y que dicen mucho de cómo debe ser la educación y la tarea docente. Son muy conocidas pero, con tu permiso y el de quienes te leemos, no me resisto a compartirlas: “La educación, en verdad, necesita tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueños y de utopía”. (Freire, 1997; p. 34).

    A seguir… ¡Gracias por tus palabras e inspiración!
    Un cálido y fuerte abrazo desde Oviedo.

    • Querido Alejandro:
      Muchas gracias por compartir con los lectores y lectoras del blog tu experiencia personal. Muy elocuente, por cierto.
      Lo que está claro en tu trayectoria profesional es que los motivos iniciales se han ido enriqueciendo. Esa evolución tiene que ver con las circunstancias y con tu compromiso con la tarea. Porque lo importante no es lo que nos pasa sino cómo vivimos eso que nos pasa.
      El libro que citas de Freire me es muy querido porque lo estaba leyendo el día y momento en que conocí la noticia de su fallecimiento. Freire iba a venir a Málaga para ser nombrado doctor Honoris Causa.Lo cuento en el Prólogo que escribí para el libro que se publicó, hace muy poco, en el centenario de su nacimiento. Libro titulado Cien cartas a Paulo Freire de quienes pretendemos enseñar.
      Gracias de nuevo, un abrazo y muchas felicidades por el motivo que los dos conocemos.
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  2. Gracias.
    A unos alumnos/as, parecidos a esos a que te refieres, les molestaba mucho que yo les discutiera (mejor que discutiéramos) por qué no me parecía una razón fundamental cuando me decían que ellos/ellas iban a ser iguales a la maestra/o que les había tutorizado sus primeras prácticas de Magisterio.
    El problema no es solo la complejidad y/o diversidad del porqué han elegido ser maestro o maestra, es que de esa forma no se romperá fácilmente el mito hidra de la reproducción.

    • Querido Rufino:
      Hace mucho tiempo que no nos vemos pero siempre te recuerdo con el mismo afecto y admiración de siempre.
      En tu caso, y eso es lo admirable, el compromiso con la profesión ha ido creciendo y enriqueciéndose con el tiempo. Incluso, por lo que leo, después de la jubilación.
      Seguro que la experiencia te ha brindado información relevante sobre esta cuestión de los motivos.
      Se nota cuando se habla solo por intuiciones o cuando se hace desde la experiencia reflexiva.
      Un abrazo.
      Gracias por la lectura y el comentario.
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  3. Muy buenas Miguel Ángel!
    Gracias por esta carta de Amor a la Educación!
    Tratas temas que nos explotan neuronalmente en el corazón y surgen a la vez…vocare, compromiso, “estoy haciendo una catedral!”, aprender a desear lo deseable, justicia social, la P y la C de los más aPtos y la aCtitud, Frankenstein o el último de Marina..” El deseo interminable” y otras primaveras como el valor de la educacion..etc..en fin que nos da para varias vidas.
    Gracias por estas vitaminas que son una muy buena Noticia (evangelion) con dosis de denuncia profética….a veces se te pone cara de Pablo, el del caballo.
    Disfrutando como cochinillo en barro (que me perdonen los lechones por la comparación) recibe nuestros abrazos sinceros.
    Aunque nuestras hijas ya no duerman en casa…Vuestro nido es siempre puerto seguro!
    Mil abrazos 3×4

    • Querido Miguel, querida Gema:
      Siempre son hermosos, ricos y emocionantes vuestros comentarios.
      El tema de hoy no ha sido investigado con profundidad.
      No he visto en ninguna librería El deseo interminable. No sé si alguna vez te dije que tengo amistad no solo con J.Antonio sino también María de la Válgoma, su pareja,
      a quien conocí antes de que estuvieran juntos. Ella era muy amiga de José María Cabodevilla a quien yo también conocí y leí. Estoy seguro de que cono©es su obra.
      En un mes y medio tengo que ir a México ¡¡¡tres veces!!! Viajes cortos e intensos.
      También estaré en Oviedo entre dos de ellos.
      Ahora Carla ya no protesta porque no le afectan mis ausencias. Un día me dijo:
      – Papá, tus viajes me van a arruinar la vida.
      Un abrazo gigante en el que quepamos todos y todas.
      Gracias.
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  4. Hola Miguel Ángel.

    A mi no me gusta regañar a los niños y niñas, pero tengo que hacerlo en ocasiones. Tal y como concluyes el artículo de hoy, la educación es tarea de todos los ciudadanos. Y nuestros alumnos y alumnas vienen de casa con “piedras” muy grandes en sus mochilas… Y esas piedras condicionan el aprendizaje del propio niño/a y el de los compañeros y compañeras.

    Generalmente regañamos a los que, o bien no suelen se regañados en casa y están acostumbrados a hacer lo que quieren, o por el contrario, a los que están hartos de ser regañados, éstos están ya inmunizados y los regaños les resbalan.

    Ante las mil y una circunstancia que envuelve a nuestro alumnado, el maestro o maestra debe conocer muy bien a sus alumnos porque cada uno tendrá una respuesta en función de las mismas. Generalmente es más útil y motivador el halago o el refuerzo positivo que la regañina o el castigo. Sin embargo tenemos tendencia a usar lo segundo. Sólo hay que decirle a un alumno/a qué bien has hecho tal cosa para que rápidamente salten otros para que también les halagues sus trabajos o sus acciones. El reconocimiento de los actos bien hechos suele evitar tener que regañar y facilita el ambiente de clase.

    Como tú dices, yo fui uno al que empujaron al mar, y aquí sigo nadando e intentando salvar niños…
    Espero que así sea.

    Un abrazo.

    • Querido Juan Carlos:
      Pues ya ves, nunca hubiera imaginado que pertenecieras al tercer grupo, pero estoy seguro de que cada día estás salvando vidas.
      Creo que hay que poner límites y hacer correcciones, como dices. A veces porque nadie corrige en la casa. Otras veces porque hay que hacerlo para que sepan que las acciones tienen consecuencias.
      De todos modos, comparto contigo la idea de que el elogio es más eficaz que la reprensión.
      Lo que me llamó la atención de la respuesta de la niña de la anécdota es que lo que de verdad le gustaba era regañar a los niños.
      Un gran abrazo.
      Y gracias por tu comentario que, como siempre, nace de la simbiosis de la práctica y la teorìa.
      MÁS

    • Estimado Dr Santos Guerra. Me comunico desde Tucumán, Argentina. Lo he escuchado con mucho gusto en el congreso de Psicología de la UNT hace unos años. De esas conferencias que uno atesora. Estoy haciendo una tesina sobre alfabetización inicial. Usted tendría algunos artículos sobre el tema para recomendarme? O si puede ayudarme al respecto se lo agradecería muchísimo. Saber cuál es su opinión me interesa mucho. Mi email es mjosesuarez@huertotucuman.edu.ar

      Muchísimas gracias!!!! Un abrazo afectuoso

  5. Querido Maestro:
    Siguiendo con su genial artículo,le llamo Maestro, porque lo considero lo más!
    Una persona que durante años me ha ayudado a crecer, a mejorar la autoestima, a creer en mí, a quererme, a perseguir mis sueños.
    !Creo que he sido maestra desde que empecé a vivir!
    Era una sensación especial la que sentía al enseñar. Siempre me atraían los casos más difíciles, los más vulnerables, los que necesitaba un apoyo emocional.
    Actuaba con el corazón porque me pueden los sentimientos.
    !El destino no me hizo muchos favores!
    No voy de víctima, solo que me han podido mis circunstancias.
    El miedo a veces se ha convertido en un mal aliado.
    El sentirme desamparada, sin apoyo, quizas tomé el camino equivocado.
    !Pero mi vocación es eterna!
    Me siento profundamente orgullosa cuando mi hijo le comenta a mi nieto, “la abuela es maestra”.
    Fué una profesión elegida por el deseo de dar a los demás lo que llevo dentro de mi.
    Ahora me toca ejercer con mis nietos, ayudándoles a salir adelante y llenarlos de los más grandes valores.
    En mi trayectoria vital y profesional, he visto de todo.
    Profesionales que no deberían estar allí y que habrían causado mucho daño a los alumnos, vaticinando su futuro.
    !Quien se desvivía por enseñar y aprender!
    Si de algo no me he arrepentido en mi vida, es de mi profesión.
    Gracias por esta gran reflexión, que me ha hecho considerar lo afortunada que soy.
    Y sin más me despido con un cordial abrazo para todos.
    !Qué la semana os sea feliz y leve!
    Muchos besos.

    • Querida Loly, querida maestra:
      Como bien dices y bien le dice tu hijo a tu nieto: “la abuela es maestra”. Se es maestra. No se deja nunca de serlo.
      Y tú estás incluida en el primer bloque de motivos: quisiste desde pequeña, por lo que dices, enseñar a los niños y a las niñas, ayudarles a crecer.
      También sucede lo que cuentas. hay maestros y maestras que son mercenarios. Hacen un trabajo a cambio de un sueldo sin poner en la tarea ni pasión ni sentimiento ni amor.
      Habría que elegir para esta profesión cuyos profesionales van a trabajar con la mente y el corazón de los niños y las niñas a las mejores personas de un país.
      Gracia por tus generosas palabras.
      Besos y feliz semana.
      MÁS

  6. Estimado Miguel:

    Muy buenas tardes por acá en Chile, que aguijón mas profundo has clavado en mi ser, con tu artículo de hoy. Digo esto porque siempre he pensado que a diferencia de la cultura japonesa, en nuestra cultura, el ser maestro es una profesión algo desprestigiada, vilipendiada, a veces ridiculizada, todo esto porque nos obligaron a creer que el ser médico, ingeniero, abogado o arquitecto, era tener un nivel superior, cualquier otra disciplina estaba peldaños mas abajo en lo cognitivo, intelectual, trascendente, etc.
    Cuan alejado de la realidad social, emocional y vital.
    Toda persona que desarrolle una actividad cualquiera que sea, requiere de un guía, maestro, mentor, formador y dependerá de esta persona los caminos que tome en su vida, las decisiones futuras que le acompañen.
    Como, se dice por ahí, un arquitecto si se equivoca, coloca otra ventana y superado, un médico si se equivoca, le colocamos tierra al muerto, un abogado, la cárcel para el error, el maestro si se equivoca hace malos médicos, malos abogados, malos arquitectos, malas personas,
    La palabra vocación como tu bien lo indicas, tiene su raíz en el mundo creyente, pero la mirada que hay que darle a la etimología de la palabra es que va más allá de un “llamado”, va más allá que tener pasión, va más allá que el compromiso, tener vocación es sentir en carne propia, que aquello que yo puedo entregar a un otro, puede ser la tabla de salvación para un naufrago.
    El problema no radica en como se llega a ser maestro, radica en que el mundo consumista, neoliberal, ha realzado todas esas profesiones u oficios donde el primer lugar se le confiere a la cantidad de dinero que soy capaza de obtener con mi quehacer profesional Entonces categorizamos los accesos al mundo de educación superior con esa escala, los puntajes de acceso para las carreras tradicionales, son los puntajes altos, corresponden al mundo inteligente, los puntajes menores a esas carreras que son de adorno o males necesarios, olvidando que todos deben pasar por un profesor o maestro para alcanzar la cima de lo que se haya colocado como meta.
    Si quieres cosechar pronto, siembra trigo, si quieres cosechar con algo mas de espera, siembra árboles, si quieres cosechar para toda la vida forma personas.
    Elegir ser maestro, es o debiera ser, una decisión profunda, con sentido de Amor, es decir sin egoísmo, entendiendo que aquello que tu construyas será el arquitecto social del futuro, debemos ser nosotros los que nos dedicamos a la docencia, los que alcemos la voz, nos hagamos respetar y comuniquemos al mundo que lo hacemos por vocación, por darnos al otro y esto le da sentido a mi vida y construyo, si lo hiciera sólo por el dinero, da lo mismo formar futuros Hitler, Pinochet, o tantos otros, que arrasan con la vida humana en post de una visión personal, con rasgos de narcicismo maligno.
    Cada vez que me preguntan porqué me dedico a la docencia superior, yo respondo porque cuando mis hijos me digan papá que hicistes por nosotros, yo lke diré intenté cambiar el mundo y no existe causa mas noble

    • Estimado colega:
      Qué magnífico comentario.
      Efectivamente, la sociedad no ha valorado adecuadamente la profesión docente. Cuando un estudiante o una estudiante con un expediente extraordinario dice que quiere dedicarse a la enseñanza, le dicen que por qué va a desperdiciar esas notas.
      No se suele pensar que esta es una profesión IMPORTANTE (la más importante que se le ha encomendado al ser humano en la historia porque consiste en trabajar con la mente y el corazón de los niños y de los jóvenes), DIFÍCIL (los “materiales” con los que que trabaja un maestro no responden a leyes y, además, cada alumno/a es diferente a cualquier otro) y APASIONANTE (porque se asienta en la comunicación entre personas).
      Me ha gustado que te sientas orgulloso de tu profesión ante tus hijos. Sabrás que Paulo Freire decía que la educación no cambia el mundo sino que cambia a las personas que van a mejorar el mundo. La historia de la humanidad es una larga carrera entre la educación y la catástrofe.
      Mu©has gracias por la lectura del artículo, por la valoración tan positiva y por el comentario tan enriquecedor.
      Un abrazo.
      MÁS

      • Estimado Miguel:

        Algo que se me quedó en el tintero y es importante declararlo, no olvidar que yo me inicié en la medicina, después de 17 años de ejercicio pasé a la ingeniería y estoy en la docencia por opción, por vocación, por elección y porqué en esta actividad, el lucro como tal, no existe. Existen honorarios, sueldos o como quieras llamarle, pero el que se dedica a esta noble tarea, lo hace sólo por el pago de ver como las personas cambian, se modelan, se transforman y realizan su aporte a la sociedad desde las elecciones que cada cual decida, pero tu habrás sido parte de esa historia en forma innegable, quedará para siempre y le acompañará en cada toma de decisiones que realice.
        Un abrazo mi estimado Miguel, pronto nos reencontraremos en el Master.

        Atentamente Enrique

        • Estimado Enrique:
          Es cierto que quien hacerse rico no debería abrazar esta profesión. La riqueza es de otro tipo.
          No conocía las circunstancias que te habían conducido a la docencia.
          Hace unos años, después de una conferencia que impartí en Malargüe (Argentina) se me acercó un asistente y me dijo:
          – Profesor, soy un converso.
          – ¿Cómo un converso?
          – Es que soy ingeniero pero he leído sus libros sobre educación y me he convertido.Soy Director de una escuela y quiero que sea elPadrino Pedagógico…
          En este blog hay un artículo que se titula Ingenieros del alma, concepto que aplico a los educadores.
          Después dirigí una tesis en Santiago que sobre ingenieros habían decidido pasarse a la docencia universitaria.
          En cuanto a la medicina quiero compartir contigo que trabajé durante muchos años en procesos de formación de médicos.Estoy preparando un libro sobre esas experiencias.
          Se titulará, probablemente: ¿Me toma el pulso, doctor?
          Gracias por compartir tu experiencia vital.
          Un abrazo.
          MÁS

  7. Estimado Miguel:

    Muy buenas tardes por acá en Chile, que aguijón mas profundo has clavado en mi ser, con tu artículo de hoy. Digo esto porque siempre he pensado que a diferencia de la cultura japonesa, en nuestra cultura, el ser maestro es una profesión algo desprestigiada, vilipendiada, a veces ridiculizada, todo esto porque nos obligaron a creer que el ser médico, ingeniero, abogado o arquitecto, era tener un nivel superior, cualquier otra disciplina estaba peldaños mas abajo en lo cognitivo, intelectual, trascendente, etc.
    Cuan alejado de la realidad social, emocional y vital.
    Toda persona que desarrolle una actividad cualquiera que sea, requiere de un guía, maestro, mentor, formador y dependerá de esta persona los caminos que tome en su vida, las decisiones futuras que le acompañen.
    Como, se dice por ahí, un arquitecto si se equivoca, coloca otra ventana y superado, un médico si se equivoca, le colocamos tierra al muerto, un abogado, la cárcel para el error, el maestro si se equivoca hace malos médicos, malos abogados, malos arquitectos, malas personas,
    La palabra vocación como tu bien lo indicas, tiene su raíz en el mundo creyente, pero la mirada que hay que darle a la etimología de la palabra es que va más allá de un “llamado”, va más allá que tener pasión, va más allá que el compromiso, tener vocación es sentir en carne propia, que aquello que yo puedo entregar a un otro, puede ser la tabla de salvación para un naufrago.
    El problema no radica en como se llega a ser maestro, radica en que el mundo consumista, neoliberal, ha realzado todas esas profesiones u oficios donde el primer lugar se le confiere a la cantidad de dinero que soy capaza de obtener con mi quehacer profesional Entonces categorizamos los accesos al mundo de educación superior con esa escala, los puntajes de acceso para las carreras tradicionales, son los puntajes altos, corresponden al mundo inteligente, los puntajes menores a esas carreras que son de adorno o males necesarios, olvidando que todos deben pasar por un profesor o maestro para alcanzar la cima de lo que se haya colocado como meta.
    Si quieres cosechar pronto, siembra trigo, si quieres cosechar con algo mas de espera, siembra árboles, si quieres cosechar para toda la vida forma personas.
    Elegir ser maestro, es o debiera ser, una decisión profunda, con sentido de Amor, es decir sin egoísmo, entendiendo que aquello que tu construyas será el arquitecto social del futuro, debemos ser nosotros los que nos dedicamos a la docencia, los que alcemos la voz, nos hagamos respetar y comuniquemos al mundo que lo hacemos por vocación, por darnos al otro y esto le da sentido a mi vida y construyo, si lo hiciera sólo por el dinero, da lo mismo formar futuros Hitler, Pinochet, o tantos otros, que arrasan con la vida humana en post de una visión personal, con rasgos de narcicismo maligno.
    Cada vez que me preguntan porqué me dedico a la docencia superior, yo respondo porque cuando mis hijos me digan papá que hiciste por nosotros, yo les diré, intenté cambiar el mundo y no existe causa mas noble que dar la vida por ustedes y todos los que se cruzaron en mi camino.

    Un abrazo Miguel

      • Hola Miguel:

        Muy buenos días, efectivamente tuve un corte de luz y duplique el envío porque estaba incompleto al momento de suceder o indicado.
        Entonces quedó duplicado.
        Un abrazo.
        Enrique Pérez

  8. Estimado Miguel Ángel :
    Otra acertadísima reflexión, traes hoy a debate.
    Qué importante es para el ser humano poder acceder justamente a su verdadera vocación, donde pueda desarrollar mejor todo su potencial, con beneficio (más que el económico) para su propia realización y felicidad y para la de los otros, con los que interactúe.
    Y más importante en el caso de los educadores, de los que depende en gran medida, el futuro de los alumnos.
    Tengo escuchado que, en los países nórdicos, el ingreso en las carreras docentes tiene unos baremos de acceso bastante altos, pues gozan de una consideración y prestigio superiores a los que les otorgamos aquí.
    Pero, cuántas veces las circunstancias de corte de nota, disponibilidad, cercanías, económicas… o del “largo de la cola” en la ventanilla correspondiente, nos llevan por otros caminos.
    Para los que todavía no lo tenían claro, aún recuerdo la dedicación del profe de Filosofía, aproximándonos a aquellos sencillos tests de orientación universitaria, que obtenían un resultado sobre aptitudes “sólo orientativo”, decía, “so’lo una pequeña herramienta más de ayuda”.
    Afortunadamente, hoy existen muchas más carreras, más opciones profesionales y más facilidades para llegar a ellas. Sólo tienen que aprovecharlas, quienes todavía están a tiempo.
    Gracias por traer estos interesantes temas.
    Un abrazo, maestro.

    • Querido Angel:
      Hay países, no solo nórdicos, como Finlandia en los que se da mucho valor ala carrera docente.
      Hace años visité el sistema educativo cubano. Si un joven quería ser químico, se iba a la Facultad de Química pero si quería ser profesor de Química, tenía que ir al
      Instituto Pedagógico de Química. Pero, lo más importante: para entrar en la Facultad de Química había que tener 92 puntos sobre cien, per para entrar en el Instituto Pedagógico hacían falta 98. Es decir, los mejores a la enseñanza.
      Es import<te reflexionar sobre estas cuestiones, tanto por lo que se refiere a los interesados como a los responsables de la política educativa.
      La sociedad tiene que valorar con más fuerza la profesión docente.
      Un gran abrazo.
      Gracias por tu comentario.
      MÁS

  9. Importante cuestión la de los motivos. Poco estudiada, creo yo.
    Una cuestión que interpela a cada persona sobre todo lo que conduce hacia una carrera y una profesión.
    Interpela también a los responsables del sistema educativo y, por supuesto, a quienes trabajan en la formación de docentes.
    Hay que poner el foco en esta cuestión que casi nunca se tiene en cuenta.

    • Querida Marta:
      Estoy de acuerdo contigo en que es una cuestión de gran calado. Son los motivos lo que ha dirigido la historia. Voy a leer un libro sobe esta cuestión. Un libro de J.Antonio Marina titulado El deseo interminable. El subtítulo es muy clarificador: Las claves emocionales de la historia.
      Hay que investigar y tener en cuenta esta cuestión tanto en la elección como en la formación y en el desarrollo profesional.
      Besos.
      Gracias por tu aportación.
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  10. Estimado Dr Santos Guerra. Me comunico desde Tucumán, Argentina. Lo he escuchado con mucho gusto en el congreso de Psicología de la UNT hace unos años. De esas conferencias que uno atesora. Estoy haciendo una tesina sobre alfabetización inicial. Usted tendría algunos artículos sobre el tema para recomendarme? O si puede ayudarme al respecto se lo agradecería muchísimo. Saber cuál es su opinión me interesa mucho. Mi email es mjosesuarez@huertotucuman.edu.ar

    Muchísimas gracias!!!! Un abrazo afectuoso

    • Querida María José:
      Gracias por tus generosas palabras.
      No soy un especialista en el tema por el que me preguntas.
      De memoria, aunque creo que conocerás la obra escrita y el trabajo práctico, me permito citar a Paulo Freire.
      También han escrito sobre este interesante tema Vigotsky, Ignacio Martín Baró y Berta Braslavsky…
      Probablemente los conozcas a todos.
      Un abrazo.
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  11. Mi estimado Miguel Ángel, siempre es un placer reencontrarnos contigo en estas lecturas; con temas incisivos de la realidad, que nos invitan a reflexionar profundamente. No quería dejar de pasar más días sin contarte que finalicé la Licenciatura en Educación, y que te he citado en mi trabajo final de graduación. La Doctora en Educación que estuvo evaluando mi defensa oral de tesis, se doctoró teniéndolo a ud. como profesor ; lo cual ha sido una emoción para mí. Desde San Luis, Argentina le envío un fuerte abrazo, deseando reencontrarnos pronto.

    • Querida Bibiana:
      En primer lugar, felicidades por la finalización de la Licenciatura. Es una magnífica noticia. Supone esfuerzo, interés y tiempo. Es una alegría sabr que algo te pude a ayudar a conseguirlo. Qué alegría también saber que quien evaluó tu trabajo haya sido alumna mía.Es lo que tiene cumplir ya más de 80 años.
      Ayer estuve en contacto con Marcelo Sosa que fue Ministro de Educación de San Luis y ahora es Rector de la Universidad Nacional de Villa Mercedes. Un gran amigo.
      Lo dicho, querida Bibiana: MUCHAS FELICIDADES.
      Besos.
      Gracias por compartir tan buena noticia conmigo.
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  12. Coincido con la importancia de seleccionar docentes comprometidos y valiosos. En este sentido, creo que la formación de los futuros maestros también desempeña un papel fundamental. Sería beneficioso fortalecer los programas de formación para enfocarse en el desarrollo de habilidades pedagógicas sólidas, la empatía y la comprensión de las necesidades individuales de los estudiantes. Además, la sociedad en su conjunto debería reconocer la labor docente como una tarea vital para la construcción de un futuro más prometedor, valorando y apoyando a aquellos que eligen dedicar sus vidas a la educación.

    • Querida Alba:
      Estoy completamente de acuerdo con las ideas que planteas en tu comentario.
      – La tarea de educar es la más importante y compleja.
      – Tienen que realizarla los mejores ciudadanos y ciudadanas de un paìs.
      – La política, las familias y la sociedad tienen que valorar la tarea y defender a los profesionales.
      Muchos besos.
      Muchas gxracias.
      MÁS

  13. Tras la lectura y comprensión del blog, coincido con el autor, ya que considero importante seleccionar a maestros que estén comprometidos con la educación y que puedan desarrollar su potencial. Desde mi punto de vista sería beneficioso reforzar los programas de formación de habilidades pedagógicas como es la empatía.
    Me gustaría destacar la manera clara con lo que exponen el autor los motivos por lo que se llega a estudiar en esta profesión como puede ser la imposibilidad económica de estudiar lo que quieren, es decir, que la economía familiar no permita el acceso a la carrera deseada. Desde mi punto de vista este blog se trata de una reflexión, que importante es para el ser humano poder acceder a su verdadera vocación, donde va a desarrollar su profesión lo mejor que pueda conteniendo consigo una satisfacción.

    • Querida Andrea:
      Aunque no se ha estudiado mucho, creo que es muy importante el conjunto de criterios que conducen a una persona a elegir la profesión docente como ocupación preferente en la vida. Es una cuestión compleja, pero decisiva. Ya sé que se pueden modificar los motivos iniciales pero son fundamentales para el ejercicio de la profesión.
      También son importantes los criterios que maneja la administración para seleccionar a los docentes., sobre en la escuela pública, ya que los convierte en funcionarios, lo que supone una dedicación vitalicia. Tampoco en este aspecto se ha investigado lo necesario. Pero está claro que para esas tareas tan importantes deben ser legidos los mejores ciudadanos y ciudadanas de un país.
      Besos y gracias por participar.
      MÁS

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