Ayer se celebró en el orbe católico la festividad de los Reyes Magos. Un día en el que en España los niños y las niñas disfrutan de los regalos que han recibido en la noche mágica del día cinco de enero. Aun recuerdo que, en mi pueblo leonés de Grajal de Campos, un hombre se subía al tejado del convento de las monjas carmelitas con un farol para indicarles el camino a los Reyes que venían de Extremo Oriente. Cuando decía con voz emocionada “ya vienen, ya vienen, ya vienen“, corríamos hacia nuestras casas para acostarnos rápidamente. Sabido es que los Reyes no traen regalos a quienes encontraban despiertos.
Después de contemplar la Cabalgata, en las calles o en la televisión, los niños y las niñas se van a la cama con el nerviosismo que suscita la magia de esos personajes de la realeza que lo saben todo, que lo pueden comprar todo, que están a la vez en todas las casas donde hay niños en el mundo y que tienen la capacidad de atender todas las peticiones, por muy extrañas que parezcan.
Con qué emoción se deja agua para los camellos, unos dulces y unas copas para los Reyes y hasta una carta que es correspondida por sus Majestades, con letra un poco deformada de uno de los cónyuges. Con qué ilusión se colocan los zapatos en la ventana o al lado de la chimenea o del árbol para que los Reyes sepan qué regalos son para quién (qué sabios son para conocer tipos y tallas).
Después de un sueño intranquilo, llega la luz del nuevo día. Y con qué ilusión se grita por la mañana al ver paquetes de colores:
– ¡Han venido, han venido, han venido!
En efecto, han dejado los regalos, los camellos han bebido el agua y los Reyes han comido los dulces y bebido la leche o las copas de licor que les han dejado sobre la mesa. Y nadie piensa que si comieran los dulces en cada casa morirían de una indigestión y los camellos reventarían si se bebiesen el agua que les dejan en cada casa.
Es tan profunda la creencia y tan plena la convicción que algunos niños confiesan haberles oído caminar e incluso hablar y haber sentido el roce de la capa de su rey favorito al pasar a su lado. Porque cada peque tiene su rey preferido, por motivos difíciles de desentrañar.
Los niños no necesitan haber leído a San Mateo ni los Evangelios Apócrifos para creer a pie juntillas esta cautivadora historia. Tampoco necesitan saber que los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar aparecieron por primera vez en el famoso mosaico del siglo VI en la basílica de San Apolinar el Nuevo en la ciudad italiana de Ravena. No les preocupa que sean Reyes, magos o astrólogos, ni que le llevaran al niño Jesús regalos tan poco prácticos.
Los adultos nos preguntamos por la enorme credulidad de los niños y de las niñas. ¿Cómo es posible que no caigan en la cuenta de que no pueden estar Melchor, Gaspar y Baltasar en todas las cabalgatas de las diferentes ciudades del país y del mundo al mismo tiempo? ¿Cómo no caen en la cuenta de que de un año para otro los Reyes sigan viviendo y repartiendo regalos. Como si el tiempo no corriera? ¿Cómo no caen en la cuenta de que estén en todas las casas y en todos los balcones del mundo en la misma noche? Y cuando hacen alguna pregunta persiguiendo la lógica, reciben una respuesta convincente e incontestable:
– Por eso. Porque son magos.
Cuando los niños y las niñas desenvuelven con emoción sus regalos, gritan agradecidos y sorprendidos a la vez:
- ¡Justo lo que había pedido!
Los móviles recogen las gestos de emoción de los niños y de las niñas abriendo sus paquetes y mostrando sus regalos. Algunos padres aprovechan la ocasión para corregir algún comportamiento relacionado con los estudios o con la vida de la familia y le dejan unos trocitos de carbón. En cualquier caso, todos se prestan, con palabras y hechos, al mantenimiento de la fantasía. Como todo es mágico, como todo se pone al servicio de la ficción, los niños y las niñas viven envueltos por la magia festiva.
Nada más elocuente para explicar la credulidad infinita de los niños y de las niñas que la historia de mi querida amiga Montse Chinchilla. Hace tiempo que me envió un precioso vídeo en el que cuenta su curiosa experiencia de niña creyente en la magia de los Reyes Magos. He visto de nuevo la grabación en la que ella misma se asombra de su credulidad ilimitada.
Montse nació en Priego de Córdoba, un hermoso pueblo de la subbética cordobesa. Sus padres tenían una tienda en la que vendían, entre otras cosas, juguetes. Rosi, su madre, a quien yo he conocido después de abandonar su trabajo de recadera real, gobernaba aquella operación que repartía ilusiones a las familias del pueblo.
Cuenta Montse que en el mes de diciembre llegaba a su casa un camión lleno de juguetes. Ella y sus hermanos los colocaban con cuidado en diversos lugares de la casa, convenientemente catalogados.
Las familias se acercaban a la tienda con las cartas que habían escrito los niños y las niñas solicitando los regalos que les iban a entregar a sus hijos y a sus hijas. Los hermanos confeccionaban los pedidos. El padre colocaba una etiqueta con el número correspondiente a cada familia. Cuando los clientes iban a recoger su encargo, los hermanos localizaban la etiqueta correspondiente.
Uno se pregunta cómo esa niña, con 5, 6 y 7 años escribía su carta a los Reyes, la echaba en el buzón de Correos de la plaza del pueblo (le llaman El Paseíllo) y recibía sus regalos en la mañana del día 6, sin pensar en que esos juguetes habían llegado en el mismo camión y en las mismas cajas de las que habían salido los juguetes que ella había envuelto, etiquetado y localizado.
Cuando escuché sus palabras en la grabación me asombraba del poder de las creencias. Ella misma lo decía. ¿Cómo funciona la mente de los niños y de las niñas ante las historias que les cuentas los mayores?
No sé cómo se enteró Montse de la realidad, no sé cómo se rompió ese sueño, no sé ni quién ni cómo ni cuándo pinchó el globo de su creencia. En su caso, la frase que más veces ha roto el ensueño habría tenido un significado más contundente:
– Los Reyes son los padres… de Montse.
Alguien que conocía que iba a contar esta historia, me ha dicho hoy: Y muchos años después descubrí que los Reyes no eran los padres. Los padres eran el regalo.
Circulan cartas por la red para explicar a los niños y las niñas de forma no traumática el paso de la fantasía a la realidad. Nosotros utilizamos una de ellas, pero fue totalmente ineficaz. La decepción fue morrocotuda y, además, nos ganamos el reproche por poner punto final a un hermoso sueño.
Aunque todos tengamos que vivir esa desilusión, creo que es hermoso mantener esta tradición. Una tradición que es como un cuento fantástico hecho realidad en la noche del cinco de enero, un cuento en el que participa toda la sociedad: telediarios, cabalgatas, comercios…todo puesto al servicio de esta mágica historia.
Se trata de una tradición que tiene, como todo en la vida, sus aristas.
Hay niños que tienen un tsunami de regalos. Algunos les duran el tiempo que se tarda en desenvolverlos. Porque hay que abrir otro y otro y otro… Regalos de los padres, de los abuelos, de los tíos, de los primos… Regalos sin límite.
Hay otros que no tienen la suerte de ver satisfechos ni los mínimos deseos. He aquí otra comprobación de la brecha que está abierta (y que crece sin cesar en nuestra cultura neoliberal) entre ricos y pobres, entre afortunados y desafortunados.
Y aunque quienes critican todo lo que viene del Ministerio de Consumo y del Ministerio de Igualdad, se burlen de la propuesta para eliminar el sexismo en los juguetes, creo que tienen quienes presiden esos Ministerios: hay que luchar contra el sexismo en todas sus formas. Es sexista reírse de un niño porque le gusta jugar con una muñeca. O llamar marimacho a una niña porque le gusta jugar al fútbol o conducir un camión.
Cómo no pensar en los niños y en las niñas de Ucrania. Allí no son los Reyes quienes reparten juguetes, ya lo sé. Lo cierto es que los niños y las niñas ucranianos van a vivir estas fechas entre el estallido de las bombas y el sonido de las sirenas. Sus regalos serán el frío, el miedo y la destrucción. Qué atroz Navidad, fruto del capricho de un Herodes redivivo.
Muy buenas Miguel Ángel!
La tradición de la noche de Reyes también nos encanta; la vivimos en familia cuidando los detalles que ya son costumbre en casa. María, nuestra hija mayor (26 añitos) viene a dormir a casa esa noche y nos despertamos juntos a compartir detalles, abrir regalos y a desayunar el roscón vegano y otros productos navideños.
Es comprensible el poder de la Magia para convencer a niñas y a niños, algo que entra en la normalidad, pero lo que me resulta ya curioso es como funciona en nuestro cerebro adulto el pensamiento mágico.
En la economía, en la religión, en la política, en teorías conspiranoicas..etc
Gracias a tu artículo tengo en la manos el libro “Religión sin Magia” del teólogo JL Herrero del Pozo y otro del Psicólogo Ramón Nogueras ” Por Qué Creemos en Mierdas” en especial el Cap. 1: Somos seres Racionales (de los que toman raciones en los bares) buenas introducciones sobre el pensamiento mágico y como funciona nuestro cerebro crédulo.
Felicidades por el primer artículo sabatino del 2023 y Gracias por compartir.
Esperamos con ilusión tu próximo libro que saldrá pronto.
Feliz 2023 en Familia y muchos abrazos y besos de tu familia Almeriense.
Querida familia “monárquica”:
Yo también de estos Reyes. Es una fantástica historia en la que TODA LA SOCIEDAD PARTICIPA. Los telediarios anuncian la llegada (por barco, por tierra…) de sus Majestades, personajes relevantes de la localidad se disfrazan para la obra de teatro más gigantesca que se pueda imaginar, los funcionarios de correos se hacen cargo de las cartas echadas en los buzones… Y mis queridos amigos almerienses reciben a María para vivir juntos la amanecida del día de Reyes. Todo para alimentar esa historia fantástica llena de ilusión y de afecto.
Qué buenas recomendaciones para leer. Lo de “seres racionales” es fantástico. Qué buen título para un artículo: SOMOS SERES RACIONALES…
Qué familia más hermosa.
Os deseo toda la felicidad del mundo para este recién estrenado 2023.
Gracias por ser como sois.
Un gran abrazo 3×4.
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Querido Maestro:
!Dejemos a los niños y niñas vivir esos sueños, esas fantasias, esas creencias en los reyes magos!
Tiempo tendrán en darse cuenta de la terrible y cruel realidad que vivimos con la guerra y sus consecuencias.
Cuando pienso en mi niñez, llena de pobreza y carencias de todo tipo, solo sonrió y me llena de alegría una muñeca, que me trajo mi madre como regalo de reyes, de pelo moreno y vestido rojo.
Es el único recuerdo material grato de mi infancia.
Ahora los chicos tienen tantas cosas, tantos juguetes que no le dan importancia a nada.
Una dura realidad que se nos hace difícil de entender cuando vemos las caras de satisfacción de los niños ucranianos con tan sólo un regalo de reyes.
De mi época infantil solo recuerdo el amor que sentía por mí abuela, que para mí fue mi mejor maestra.
Querido Miguel Angel yo he pedido este año salud para todas las personas y que se acabe esta cruel guerra.
Espero que esos magos reyes me lo concedan y la creencia de que existen personas buenas en esta tierra.
Me encantó todo su relato y deseo en este nuevo año poder seguir leyendo sus ejemplarizantes historias.
Y ya sin más, con mis deseos de felicidad para todos, me despido hasta la próxima semana, que os sea leve.
Muchos besos.
Querida Loly:
Sí, hay mucha diferencia entre lo que vivimos nosotros y lo que viven hoy muchos niños. No les da tiempo a jugar con todos los juguetes que les regala la familia y los amigos. Ya ves cómo recuerdas tú aquella muñeca que te reglaron por Reyes.
Qé decir de las diferencias entre los afortunados y los desafortunados. Cómo no acordarse de los probles y, sobre todo, cómo ni pensar en los niños y las niñas de Ucrania.
Ojalá que el próximo año podamos seguir disfrutando de paz y de salud.
Besos y gracias por estar ahí desde el primer sábado del nuevo año.
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Querido Miguel A. y seguidores
Feliz año nuevo y que la MAGIA DE LOS REYES no se pierda nunca.
Me ha encantado leerte, como siempre, me inspiras y aprendo disfrutando de la lectura.
Volver a recordar este vídeo postpandemia 2021/22 y tus reflexiones son siempre acertadas.
Dejo el enlace al video de la Magia de los Reyes Magos.
🤗
https://youtu.be/tNK9_clyjSA
Dice mi madre, la “recadera” de los REYES en Priego, que te diga que muchos vecinos ayudaban con el camión 🚚 y que lo pasaban muy, muy bien.
Un abrazo. Mañana te escribo más.
Querida Montse:
Me ha alegrado mucho leer tu mensaje a altas horas de la noche.
El artículo nació de tu vídeo y de tu experiencia. Es más tuyo que mío.
Es estupendo que los lectores y lectoras puedan escuchar tus palabras sobre La Magia de los Reyes Magos que, en realidad, es la magia de la imaginación de los niños.
Ya veo que tu madre repartía felicidad a manos llenas.
Por eso ella es un regalo.
Besos y hasta mañana.
Y gracias por el vídeo, por la lectura, por el comentario y por ser tú.
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Hola, Miguel Ángel:
El día de los Reyes Magos solemos decir, qué te han traído los Reyes? Como adultos debiéramos preguntar los hombres, qué te ha traído la Reina? (Entiéndase la de tu casa)
Las creencias son adhesiones no demostrables, pero a las que uno se puede adherir por cierta racionalidad. Hablo del ser adulto y reflexivo.
Los niños es otro mundo. Su credibilidad, su inocencia, su falta de raciocinio y de maldad es lo que los hace tan queridos.
La magia que tiene lo desconocido es enorme. No es lo mismo decir a un niño, mira el día 6 de enero tus papás te traerán los regalos que pidas, que decirles que unos Reyes Magos te traerán lo que les pidas. La magia está en lo desconocido.
Mi infancia fue de tiempos duros. También venían los Reyes, con un juguete y sencillo. Tengo en mi mente un sueño infantil del dia de Reyes en el que soñé con tal viveza en los Reyes que ha quedado en mi no como un sueño sino como una visión realista de ellos.
Hoy, en gran parte de nuestro mundo desarrollado, los Reyes es una lluvia de juguetes: Papa Noel, Cagatió, Reyes, cumpleaños y cualquier evento. Tengo mis dudas de si es educativo.
Lo que si sé és que en la mente de los niños quedan gravados estos días mágicos y no se olvidan en toda nuestra vida. La magia de las creencias, sean las que sean , es un buen elixir para andar el camino de la vida.
Miguel Ángel, que tu Reina se haya acordado de ti. Yo quité el encanto diciendo lo que quería, y eso vino.
Un abrazo y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Cuando escuché el relato de Montse, creí que no había mayor demostración de credulidad. Ella misma hacía los paquetes y seguía llevando con toda la fe del mundo su carta al buzón de correos.
La verdad es que es montaje increíble de toda la sociedad para alimentar la magia y cultivar la imaginación de los niños y de las niñas.
A nosotros nos robaron una parte de la infancia, bien sabes tú quiénes.
Comparto contigo la preocupación por el exceso de juguetes de muchos de nuestros niños. Hace algunos años escribí sobre esta cuestión.
Aunque no soy monárquico, también he tenido Reinas.
Un gran abrazo de comienzo de año.
Gracias por este primer comentario del año.
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Que hermoso artículo. Lleno de ternura hacia la infancia , con algunas recomendaciones de interés para los padres y con un recuerdo emotivo para los niños y niñas de Ucrania. Qué Navidad han tenido esas pobres criaturas: frío, destrucción y muerte. Ni la tregua se ha respetado por parte de quienes la ofrecieron.
Gracias a Montse que ha escrito un comentario sobre un artículo en el que se cuenta su curiosa e increíble historia.
Querida Raquel:
Gracias por tu comentario que, de forma sucinta, resume el contenido del artículo.
No sé si has escuchado el video de Montse. Cuando me lo envió no daba crédito. ¿Cómo era posible que una niña que confecciona y reparte los regalos de Reyes a los niños del pueblo no piense que los suyos también llegaron en aquel camión? Esa es la magia de creencia, el poder de la imaginación y de la ilusión.
Cómo no acordarnos de los niños y niñas de Ucrania¿ ¿Qué Navidades han tenido? Frío, destrucción y muerte. Mientras el tirano asiste a los oficios religiososde la Navidad. NO han respetado ni la tregua que han propuesto.
Feliz año, ya con efectos retroactivos.
Y gracias por leer y escribir.
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Buen día desde México, mi estimado Dr. Santos Guerra.
Bien me dijo en los comnetarios del artículo de la semana pasada, que este escrito me iba a interesar.
Concuerdo con usted, en la magia que encierran estas tradiciones y que debemos preservarlas. Es lamentable que existan tantos conflictos de diversas índoles, bélicos- políticos, religiosos, económicos, culturales etc… que no permitan que muchas familias no tengan una razón para festejar.
Me parece muy interesante como es el festejo de los Reyes magos en España. En mi región, es en navidad donde los niños hacen su carta y reciben su regalo.
Estas tradiciones sin lugar a dudas nos hicieron y nos hacen soñar y eso es lo que los niños necesitan, saber que nada es imposible. Muchos padres están en contra de estas tradiciones y desmitifican a estos personajes fantástico aludiendo a que no es bueno que los niños creean esas cosas, pensando que eso los hace madurar más rápido y según ellos, desarrollan habilidades para enfrentarse al mundo real. Queremos apurar su madurez, haciéndolos que ya no sueñen, que ya no piensen como niños, acortando esta hermosa etapa, tan necesaria para tener una vida feliz y plena.
No deberiámos tener ningún apuro para que los niños crezcan y se enfrenten a la vida, porque eso es un paso inevitable. Mejor debemos luchar para que nuestros niños sigan soñando, sigan creyendo en la magia y el misterio que encierran estas tradiciones, porque así desarrollan su creatividad.
Hoy en día, se es muy poco tiempo niño, pero queremos ser jóvenes eternamente, eludiendo las responsabilidades de la madurez.
Estos últimos escritos que usted nos ha compartido, que mencionan la guerra en Ucrania, me ha hecho reflexionar sobre los horrores de la guerra; deberíamos hablar más de eso en nuestras escuelas, no para hacer apología del sufrimientos, sino para revelar lo cruda e inhumana que es y hagamos conciencia sobre sus estragos y tratemos de evitarla.
Saludos cordiales mi estimado Dr.
Querido Misael:
Coincidimos en que esa ilusión con la viven los niños y las niñas de corta edad es un regalo de la vida. Basta ver sus ojos mientras pasan los carrozas de los Reyes en la cabalgata del día 5 por la noche, basta contemplar la emoción con la que escriben la carta a los Reyes, basta ver la alegría y gratitud con la abten los regalos ne la mañana del lunes, para dar buena esta tradición.
Sé que puede haber tradiciones discutibles, por ejemplo las que suponen daño y muerte de animales, esas tradiciones tienen que se revisadas con el avance de la ´ética. Pero esta de la que estamos hablando solo trae felicidad.
En todo momento tenemos que condenar la guerra pero en estas fechas de gran alegría para los niños y las niñas se hace más evidente la dureza del conflicto que machaca a tantos inocentes, especialmente a los pequeños.
Gracias, querido amigo, por tu hermoso comentario.
Un gran abrazo.
Y feliz año 2023 para ti, para tu familia y para el mundo.
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Preciso artículo.
Me ha encantado la experiencia de Montse. Parece increíble que ell creyese en los Reyes a pesar de todas las evidencia. Ella empaquetaba los regalos y no caía en la cuenta de que los suyos habían llegado en el mismo camión.
La noche del 5 de enero es la noche más bonita del año para los niños: no es solamente por los regalos. Es todo, por la magia, por la ilusión, por la creencia en los Reyes.
Les contamos muchos otros cuentos a los niños. Todo ficción. Este es el más elaborado ya que en él participa toda la sociedad, como dices.
Estimado Mario:
Comprobar la inmensa alegría e ilusión que viven los niños y las niñas en la noche de Reyes justifica esta enorme fabulación.
Más pronto o más tarde, terminará esa creencia, pero creo que es inocua esa desilusión.
Bien se podría aplicar al caso el refrán español: “que me quiten lo bailao”.
Sin embargo, los adultos también nos hacemos regalos en esa fecha.
Un abrazo y muchas gracias.
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Me ha gustado que hayas dedicado la última parte del artículo a los niños y a las niñas de Ucrania. Acostumbrados a las noticias después de más de trescientos días de horror, nos vamos olvidando de las víctimas.
Los niños tienen derecho a una infancia feliz. Con un frío de menos veinte grados, con el miedo a la muerte, con la falta de alimentos…¡qué lejos han estado de vivir una Navidad pacífica y feliz!
La humanidad no puede mirar para otra parte.
Querida Marta:
Quienes declaran una guerra, como ha hecho Putin pretendiendo anexionarse a Ucrania, saben de sobra los males que van a sobrevenir. Saben que van a morir niños y niñas. Saben que van a fallecer padres y madres de criaturas condenadas a la orfandad. Saben que los pequeños que sobrevivan al conflicto arrastrarán de por vida las imágenes más atroces. Incluso los niños y niñas que ven en la televisión imágenes de la guerra, quedarán marcados para siempre.
Tiene que hacerse justicia. Estos crímenes contra la infancia tiene que ser detenidos y, si no es posible, tiene que ser juzgados.
Educar para la paz es una tarea tan urgente como necesaria.
Besos y muchas gracias por tu comentario.
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Hay dos cuestiones que no se han comentado y que para mi son importantes: me refiero al tsunami de regalos (me ha gustado la metáfora del tsunami porque es muy elocuente) y el problema del sexismo en los juguetes.
Creo que hay que trabajar los criterios educativos de los juguetes. No debe existir un único criterio para la compra que es el antojo del niño. Y menos el de la moda. Se pone un juguete de moda y hay que comprarlo. Tampoco es buena la comparación: tener más que…
Cada vez hay menos juguetes que ayudan a pensar además de divertirse.
Querida Elena:
La sobreabundancia hace que no se acabe valorando nada. La atención es tan fugaz que apenas si se destinan unos segundos a ver el nuevo juguete.
Hay muy pocos juguetes construidos por los niños.
Y muchos son de uso individual y no permiten la interacción con hermanos o amigos.
No me gustan los juguetes bélicos,
Y, como digo en el artículo, hay que tener en cuenta la perspectiva sexista.
Es importante, como dices, manejar criterios educativos para la compra pero también para el uso y para la conservación y el cuidado de las cosas.
Besos y muchas gracias por dar tu opinión.
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Me encantó leerte. Qué gran verdad llevas. Yo soy partidaria de no decir nada y que disfruten de la magia todo lo que puedan. Es maravilloso ver sus ojitos al despertar a la mañana siguiente
Para “chupeteros”:
No solamente es la emoción de esa mañana. Es toda la preparación: la carta, la cabalgata, las noticias en la televisión, la espera de la visita (preparar el agua para los camellos, dejar un vaso de leche para los Reyes, colocar los zapatos debajo del árbol, irse a la cama con unos nervios a flor de piel… Es una experiencia fabulosa.
Es, aunque menor, como la magia del ratoncito Pérez…
Nosotros inventamos un Hada de los chupetes para quitarle el chupete a nuestra hija Carla. Sobre esta experiencia publiqué en Homo Sapiens un cuento que se titula CARLA Y EL HADA DE LOS CHUPETES.
Gracias `por el comentatio.
Saludos cordiales.
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Voy a dirigirme a Montse porque quiero darle las gracias por el relato que hace sobre su experiencia infantil. Por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. No me extraña que a MÁs le haya cautivado ese relato y lo hay convertido en un artículo. Es asombroso que ella no cayera en la cuenta de que loa Reyes (suyos y del pueblo) eran sus padres. Por eso me ha parecido muy bien puesto el título que, al inicio, me dejó intrigado.
Yo también viví la mágica noche de Reyes con mucha ilusión hasta que un compañero de Colegio me quitó la venda. No es que le creyese al principio. Para mí estaba muy claro que se equivocaba, pero el que otros niños le diesen la razón hizo que desmontase mi creencia.
Gracias, Montse.
Estimado José:
Aunque tu comentario es para Montse, quiero unirme a la felicitación que le haces a mi amiga. Su relato es emocionante e increíble. Un año tras otro palpando evidencias tan claras, pero la ilusión, la imaginación ganando la batalla a la realidad. ¿Cómo dejar de hacer felices a los niños y a las niñas con este cuento, con esta historia?
Saludos.
MÁS
Interesante artículo, lleno de ternura con los niños.
Creo que hay tres partes diferentes: la primera tiene que ver von la magia de los Reyes, con el ritual, con la imaginación, con la creencia, con la credulidad de los niños (como se ve en la historia de Montse). La segunda parte tiene que ver con los criterios pedagógicos que hay
tener en relación a la elección y al uso de juguetes y la tercera se refiere a los niños de Ucrania. Creo que los tres son importantes, pero me ha gustado la referencia a la guerra. Es inadmisible en Navidad y fuera de ella.