Treinta y uno de diciembre. ¿Un año más o un año menos? Es igual y no es igual. Pensar y sentir que tenemos un año más encierra una visión optimista. Lo hemos vivido, lo hemos disfrutado o lo hemos sobrellevado pero, afortunadamente lo tenemos ya en la mochila de la vida. Pensar y sentir que tenemos un año menos desvela una actitud pesimista, negativa. Lamentablemente hemos consumido un año de los que nos quedan. Y cada vez quedan menos.
Las campanadas de fin de año son un eficaz recordatorio de que el tiempo pasa. Dejamos atrás el año 2022 y se abren las puertas del nuevo año. Hay un estallido de júbilo cuando escuchamos las doce campanadas porque seguimos vivos y entramos en la nueva etapa que, culturalmente, dividimos en doce meses.
El tiempo pasa inexorablemente y deja sus huellas en nuestro cuerpo y en nuestra mente. ¿No te ha pasado alguna vez que has mirado a una persona de tu edad y has pensado que tú no puedes parecer tan viejo?
Dos amigos se encuentran después de muchos años sin verse. Y uno le dice al otro mirándole fijamente a la cara:
- Déjame que vea cómo estoy.
No dice cómo estás sino como estoy. Porque piensa que la cara del amigo va a servirle de espejo. Todo el mundo sabe que el tiempo nunca pasa en balde. Nos miramos todos los días en el espejo. No pasan años sin vernos y, de pronto, encontramos en el espejo un rostro desconocido. Los cambios son imperceptibles pero inexorables.
Hace poco que he conocido esta simpática historia que la relata la protagonita: Mi nombre es Alicia. Ya tengo acumuladas muchas Nocheviejas. No hace muchos días estaba sentada en la sala de espera de un dentista. Era mi primera cita con él. En la pared estaba colgado su diploma, con su nombre completo y sus dos apellidos. De repente, recordé a un muchacho alto, buen mozo, pelo negro, que tenía el mismo nombre y apellidos y que estaba en mi clase de Santa María del Bosque cuarenta años atrás. ¿Podría ser el mismo chico del cual yo estaba secretamente enamorada?
Después de verle en el consultorio, rápidamente deseché estos pensamientos. Era un hombre calvo, su escaso pelo estaba canoso, su cara estaba llena de arrugas y parecía muy viejo para ser mi compañero de clase.
Después de revisarme la boca, por si sonaba la flauta, le pregunté si se había graduado en Santa María del Bosque. Y me llevé la gran sorpresa.
- Sí, sí, respondió con cierto orgullo.
Sorprendida, le pregunté:
– ¿ En qué año te graduaste?
– En 1980. ¿Por qué me lo preguntas?
Entonces yo le dije:
- Porque tú estabas en mi clase.
Me miró detenidamente. Y entonces, ese feo, calvo, arrugado, gordo, canoso, decrépito e hijo de puta, me preguntó:
- ¿Y de qué me dabas clase?
Creo que las mujeres están más presionadas por la imagen que ven en el espejo cuando se miran cada mañana. Es el tributo que tienen que pagar por la tiranía de la belleza. La presión social es muy poderosa. Las mujeres se sienten presionadas por la exigencia de presentar siempre una imagen atractiva.
Cuando nos dicen que estamos bien conservados, nos están recordando que tenemos la edad de estar en conserva. Nunca oiremos esta expresión destinada a un joven o a una joven de quince años. Estar bien conservado quiere decir que, para la gran cantidad de años acumulados, no estás tan decrépito como debieras.
Pasamos media vida deseando ser mayores. Y la otra media añorando la etapa en la que no habíamos llegado a la edad adulta.
En el excelente libro de Ziv titulado “El sentido del humor” se cuenta una anécdota atribuida al escritor francés Edmond Rostand. Se cuenta de él que el día que cumplió su ochenta cumpleaños se miró en el espejo y mientras lo hacía, dijo: “Desde luego, los espejos ya no son lo que eran”.
Qué diferencia con el joven de veinte años que, cuando se mira en el espejo, desprecia su imagen y lamenta su suerte. Qué importante es saber envejecer con salud emocional. Y sentirse feliz de haber ido consumiendo y superando etapas de la vida. Por eso me parece que hay que celebrar los cumpleaños, cuántos más con más fuerza y motivo. Hay que se resiste a celebrar con alegría esa fecha, pero creo que la alternativa es mucho peor.
No es cuestión de la edad biológica, por consiguiente. Es cuestión de actitud. Es cuestión de autoestima. Acaba de aparecer hace unos meses un libro de Luis Rojas Marcos que se titula “Estar bien aquí y ahora”. Dice el conocido psiquiatra sevillano afincado en Nueva York: “Una autoestima favorable, estimulada por la esperanza de alcanzar las metas que nos proponemos constituye una base importante de nuestro estar bien y predice un buen nivel de satisfacción con la vida en general”.
Mi tía Carmen, hermana de mi padre, ha cumplido cien años en el pasado mes de julio. Es admirable su implacable y aleccionador optimismo. Lo digo porque estoy en estrecho contacto con muchos jóvenes. Y ya me gustaría ver en algunos de ellos ese espíritu positivo.
Si será cierto lo que digo que cuando les anuncié a mis primas que iba a hacer referencia a su madre en este artículo, de viva voz me mandó mi tía el audio que reproduzco a continuación literalmente: “Hola, Miguel Ángel, ya sé que vas a hablar algo de mí. Hombre, malo, malo, no creo que tengas mucho que decir. Y bueno, bueno, si quieres un poco se inventa y otro poco que es la verdad, Muchos besos y que todo siga como yo os deseo”. Cien años de sabiduría, de bondad y de sentido del humor. Un trípode de la salud emocional y, en parte, de la salud física.
Vuelvo al libro de Rojas Marcos, que tengo en las manos: “La importancia de la memoria autobiográfica crece con los años. Con el paso del tiempo, el futuro se contrae y se une al presente. Las personas mayores que repasan con benevolencia el ayer y se reconcilian con los conflictos o los errores que no pudieron prevenir y con las oportunidades perdidas, perciben y afrontan los retos del presente con especial tranquilidad y confianza”. Eso hace que mi tía Carmen nunca pierda la sonrisa. Admirable actitud ante la vida.
Hace algunos años leí un libro de título significativo “¿Por qué el tiempo vuela cuando nos hacemos mayores?”, de Douwe Draasisma, profesor de Historia de la Psicología en la Universidad de Groningen. La memoria autobiográfica crece con nosotros, es nuestra compañera intima. Llamamos memoria autobiogrtáfica a la parte de nuestra memoria donde almacenamos las vicisitudes de nuestra vida. “El recuerdo, escribe Cees Nooteboom en su libro Rituale, es como un perro que se tumba donde le place”.
Cuando esta noche suenen las doce campanadas iniciaremos un nuevo año. El ritual de las doce uvas pretende invocar a la suerte en la salud, en el dinero, en el trabajo, en el amor para el nuevo año. Comeré las doce uvas. ¿Por superstición? ¿Por costumbre? ¿Sin saber por qué? Cuando hablo de supersticiones me acuerdo de esta simpática anécdota. Al premio Nobel de Física Niels Borg le fueron a hacer una entrevista a su domicilio. Al finalizar la entrevista alguien le preguntó si creía que las herraduras en las puertas de las casas traían suerte a sus moradores. Como buen científico dijo tajantemente que no.
– ¿Por qué me lo pregunta?, dijo el famoso científico.
– Porque hemos visto que, en la puerta de entrada de su casa , tiene colocada una herradura.
- Ah, ya. Eso tiene una explicación. Tengo una herradura en la puerta de mi casa porque me han dicho que las herraduras en las puertas de las casas traen suerte, incluso al que no cree en ello.
Pues nada, a comer las doce uvas, por si acaso. Y a disfrutar de la entrada del nuevo año. Hoy celebramos la Nochevieja pero, si la contemplamos desde la otra parte, es también Nochenueva. Feliz 2023.
Excelente Miguel Ángel.
Toda la suerte para ti y tu familia en el 2023.
Un abrazo enorme.
Marcos A. Ruiz.
Querido Marcos:
Felicidades también para ti en este nuevo año que comienza esta noche.
A ver si te abre las puertas de la inspección educativa.
Hace falta gente como tú en esas funciones.
Un abrazo.
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Muy Buenas Miguel Ángel!
Cerrar el año con un artículo tan redonditamente bueno es un placer. Mil Gracias. Sabiduría, bondad y Humor!!!
Te llevas el Óscar de Mejores anécdotas.
Con tus acertadisimas anécdotas y las viñetas de Tonucci ya me puedo ir a una isla a meditar varias vidas…para luego volver,Claro.
En casa,al Cronos (tiempo objetivo) le damos relativa importancia; es al Kayros (tiempo subjetivo, tiempo emocionalmente vivido) es el que cuidamos más. Para nosotros y par las demás personas.
Gracias por las citas, los libros recomendados, por siempre estar “al otro lado ” y contestar todos los comentarios…menuda siembra compañero!!!
Hoy especialmente un saludo entrañable a la tía Carmen.
Nosotras también tomaremos hoy las uvas por tradición ..y por si acaso, jeje; este año desde la ciudad del Cid os mandamos unos Super Abrazotes a toda la Familia.
Os Queremos!!
Querido Miguel, querida Gema, querida familia:
¿Qué hacéis vosotros por esas tierras? Estéis donde estéis os tenemos presentes uy os deseamos un nuevo año lleno de felicidad.
A vr si en el 2023 se va esta maldita guerra y se ahuyentes algunos de las miserias que castigan a los más débiles y a los más pobres.-
Creo que este año verá la luz mi libro LAS EMOCIONES DE LA PROFESIÓN DOCENTE. En él hay un huequecito para vosotros. No es de extrañar si hablo de las alegrías que alimentan el corazón.
Mi tía Carmen os bendice de las alturas de su edad centenaria.
A por las uvas. A por el año. A por la felicidad de todos y de todas.
Un gran abrazo teñido de gratitud y buenos deseos.
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Querido Miguel Ángel:
El optimismo como el pesimismo son contagiosos. Como siempre te he conocido optimista nos has brindado este artículo lleno de optimismo frente al paso del tiempo, de la vida. Tu tía Carmen que a sus cien años pueda enviarte ese mensaje ya dice mucho.
Cabalgamos en el tiempo y esa carrera va dejando sus huellas en nosotros, aceptar lo inevitable es una buena estrategia de vida.
A veces miro mi foto de 1976, cuando me casé, y después me miró en el espejo y me digo: ese soy yo?
Hablando del tiempo diré que cuando era joven me parecía que nunca llegaría a la jubilación. Cuando se iba acercando pensaba: qué será eso de pasar un año sin tener que preparar las clases, no ir al colegio y no tener obligaciones laborales? Pues todo llega. Feliz me sentí dando clase y feliz me siento jubilado. Mira por donde el cuento religioso del paraíso terrenal lo tengo ahora en la jubilación. También diré que el cielo me da muchas cosas que acompañan para eso.
Bueno, hoy que se cierra un año he abierto algo mi corazón.
Amigo Miguel Ángel, que tengas tú y tu familia un nuevo año muy feliz, deseo que amplio a todos, y que nos podamos felicitar después de dar otra vuelta al sol.
Querido Joaquín:
Quién nos diría en Venta de Baños que íbamos a escribirnos a estas edades y en estas situaciones familiares.
Recuerdo que cuando hablaban de una persona de 60 años me parecía que ya no había posibilidad de cumplir más. Y aquí esa edad no era alcanzable para mi. Pero, ya ves dónde estamos.
Admirable actitud la tuya. La resumes muy bien esas dos frases: feliz en el trabajo y feliz en la jubilación.
Ojalá puedas decirlo durante muchos años más.
Bien te lo mereces.
Un gran abrazo lleno de afecto y gratitud.
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Querido Maestro:
Hoy es un día increíblemente hermoso porque he vivido muchas experiencias y emociones desde este blog.
Agradezco enormemente su constantes y positivas respuestas a mis sencillos comentarios que me han hecho crecer en humildad.
Adoro llegar aquí, al último día del año, con el mismo entusiasmo que recibí el primero.
Porque tenga más grande el espíritu viajero de la conciencia y la dignidad, más grande mi amor propio y por los demás y enorme las ganas de seguir viviendo.
Hay muchas cosas que agradecer y muchas personas que han estado en mi vida para hacerme brillar y florecer.
He sentido mucha luz cuando la adversidad tocaba a mi puerta y muchas manos que me apretaban y no me dejaban caer.
La vida te la da la gente buena que te hace vibrar y brillar.
Los años pasan para todos y espero tener la lucidez que manifiesta tu tía con tantos años.
No tengo más que agradecer a todos los comentaristas y a ti, las aportaciones de grandes ideas, de divertidas anécdotas, de interesantes relatos, en una palabra de geniales vivencias.
!Hay mucho amor en este blog!
El que yo os deseo para que podáis vivir el próximo año con la máxima ilusión.
Y ya sin más deseando una cercana noche y un feliz año nuevo, me despido con gran regocijo en mi alma.
!Feliz año, que os sea leve!
Querida Loly:
Pasito a paso hemos llegado hasta este último día del año.
Ojalá puedas celebrar la llegada de un nuevo año muchas veces más.
Me alegro de que sábado tras sábado, durante todo este año, hayas estado presente en este blog.
Gracias `por dejar cada semana en tus comentarios una semilla de esperanza, de ilusión, de superación y de simpatía.
Te deseo todo lo mejor para 2023.
Un gran abrazo.
NÁS
Como siempre, inspirador.
Querido Rafael:
Breve pero muy importante.
Muchas gracias por esas tres significativas palabras.
Un gran abrazo y Feliz 2023.
MÄS
Buenos dias estimado maestro
Gracias por su articulo. Coincido que sin duda hay que saber envejecer y tener la actitud correcta. Me parece que lo más importante es que durante nuestra vida hayamos podido servir y ayudar a los demás con quienes nos hemos relacionado y que hayamos dejado en ellos un recuerdo y un ejemplo de valores tan importantes como la honestidad, la constancia y la generosidad.. Gracias maestro por las reflexiones y enseñanzas que cada sábado nos comparte en sus artículos.. Que vengan mucho más el próximo año y muchos libros más también, porque con el paso de los años hay más sabiduría para compartir. Un abrazo a la distancia.
Querido Eduardo:
A ver si en el nuevo año ven la luz nuestros libros.
Será una forma de contribuir deforma sencilla a la mejora de esta sociedad nuestra, en la que tanta falta hacen los valores.
Envío hasta Ecuador una felicitación sincera y entusiasta, brindando por el nuevo año.
Un abrazo.
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Hola anecdotero.
Con qué fidelidad y claridad adornas siempre tus comentarios en base a anécdotas y citas!!!
Aún recuerdo algunos de tus comentarios en tiempos de pandemia en donde pensabas que las cosas iban a cambiar a mejor, debían de cambiar tras ese periodo tan oscuro que vivimos… Pero la triste realidad nos llevó a la rutina de siempre: nuevas guerras, se mantiene la violencia de género, el egoísmo e individualismo sigue imperando a sus anchas, nuestros políticos radicalizan sus posturas, los de los otros tampoco dan señales alentadoras, la vida está más cara, los recursos energéticos y las materias primas van escaseando,…
Empezamos cada año deseando lo mejor a los demás, augurando que el nuevo año mejore el anterior, pero difícilmente estos cambios se producen. Y a pesar de todas estas tristes realidades, aquí seguimos, mirándonos al espejo, viendo como los otros van envejeciendo, que no es poco… Porque así es la vida, con sus penurias, pero también con sus alegrías. Como dice el spot de Antonio Banderas, hay que vivir las pequeñas alegrías, porque las pequeñas alegrías son la alegría.
Tanto para ti como para los comentaristas, deseo que sigamos mirándonos al espejo muchos años más. Que la salud y la felicidad nos vayan dando infinidad de pequeñas alegrías…
Un abrazo.
Querido Juan Carlos:
Te contesto en la tarde del primer día del año.Un año que espero sea feliz para ti y para los tuyos.
La experiencia no nos hace automáticamente mejores o peores. LO que nos hace mejores o peores es la forma de reaccionar ante la experiencia.Unos reaccionan bien y otros mal. Y a otros les deja en la indiferencia.
Ojalá que el nuevo año nos ofrezca la oportunidad de seguir aprendiendo, compartiendo y mejorando la convivencia.
UNO DE LOS REGALOS QUE ESPERO DEL NUEVO AÑO ES EL FINAL DE LA GUERRA DE UCRANIA.
ES un horror y una vergüenza.
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Estimado Miguel Ángel.
En primer lugar quería desearte un feliz año 2023 para toda tu familia, incluida tu tía Carmen a la que le deseo mucha salud y que continúe con ese optimismo al que haces referencia.
El tiempo pasa para todos, es verdad. Cuanto estrenamos año como hoy, sentir que se ha cumplido un año más o un año menos hasta el fin de nuestra vida depende de la actitud que tengamos y el optimismo con el que afrontamos nuestra realidad.
Cada vez que tengo vacaciones me gusta leer y ahora estoy con un libro titulado “Vivir la vida con sentido” de Victor Küppers. Me está gustando mucho, especialmente porque comprendes que la actitud que tienes en tu vida determina y mucho cómo la vives. Esta afirmación se relaciona con tu artículo así que gracias por haberlo escrito y gracias por compartirlo en tu blog cada semana.
Como hace varios años, hoy comparto contigo y con todos los lectores del blog un video que cada año grabamos con mucho cariño para felicitar la Navidad a todas las familias del centro educativo donde trabajo. Este es, espero que os guste a todos.
https://fb.watch/hN6BX4L0bO/
Feliz año a todos.
Un abrazo desde Ronda.
Querido Juan Francisco:
Gracias`por ese simpático vídeo de tu comunidad educativa. Es una bonita iniciativa. Seguro que los niños y las niñas disfrutaron haciendo la grabación.
Gracias por la felicitación. Estoy seguro que mi tía Carmen leerá tu comentario y agradecerá tu felicitación.
Gracias también por compartir la lectura que estás haciendo. No lo podemos leer todo, así que siempre viene bien saber lo que le está gustando a otras personas.
Deseo para ti, pata tu familia, para tu comunidad educativa y para sociedad rondeña toda la felicidad imaginable.
Un gran abrazo.
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El ejemplo de tu tía Carmen es admirable.
Con cien años, qué lucidez y qué sentido del humor.
Ya les gustaría a muchos jóvenes de 20 años tener esa actitud ante la vida.
Ha empezado el nuevo año. Ojalá que llenemos ese recipiente de buenas acciones.
Feliz Año a todos los lectores de este blog.
Querida Raquel:
Quiero agradecerte (a ti ya todos los que habéis hecho referencia a mi querida tía Carmen) el recuerdo, los elogios y los buenos deseos que la habéis dirigido.
Sí, creo que ella es un ejemplo extraordinario de cómo caminar por la vida. Con bondad, con generosidad, con optimismo, con buen humor.
Ojalá que atravesemos este nuevo año con ilusión, coraje y buenas acciones.
Besos. Feliz Año.
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Feliz Año Nuevo a todos y a todas.
La anécdota del dentista es fantástica. El tiempo pasa para todos. Pero cada uno lo vive de una manera. Existe el tiempo subjetivo, que no coincide con el tiempo objetivo del reloj.
A edades más altas, las agujas del reloj corren más de prisa.
Querida Marta:
Bergson hablaba del tiempo subjetivo. Decía que un azucarillo en un vaso de agua no se disuelve a la misma velocidad para el sediento que para el saciado.
Todos sabemos que los 5 últimos minutos de un partido no pasan a la misma velocidad para el equipo que gana que para el equipo que pierde. Para el que gana se hacen eternos y para el que pierde y desea empatar pasan velozmente.
Para los niños el tiempo pasa muy lentamente. Para los mayores, el tiempo avanza velozmente.
Lo importante es llenar el tiempo de bondad.
Gracias. Bwsos.
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Precioso artículo. Todos nos miramos en el espejo varias veces al día. De forma paulatina vamos viendo el deterioro que causa el paso de los años. Pero, como es casi imperceptible, no lo notamos. Solo cuando vemos fotografías de hace años vemos la diferencia. Lo importante es vivir el paso del tiempo de forma sana y feliz.
Querida María:
Gracias por leer y por valorar el artículo.
Es muy importante el arte de envejecer. A unos la edad les va haciendo más sabios, más humildes, más optimistas, más bondadosos y a otros les va haciendo más cínicos, más cáusticos, más pesimistas, más torpes y más malos. ¿De qué depende? De nuestra actitud. Podemos tener ayudas o sufrir zancadillas pero, lo más importante es cómo afrontamos la realidad.
Besos. Feliz Año.
Qué buen ejemplo el de tu tía Carmen. Parece increíble ese audio que te manda cuando le dicen que vas a decir algo de ella.Ingenioso, simpático, clarividente con sentido del humor.
Tiene que ser una persona increíble.
Quiero que l trasmitas mi felicitación para este año nuevo y para muchos más.
Feliz año a todos los lectores y lectoras del blog. Y, sobre todo, a quien nos ha regalado un artículo todos los sábados sin excepción del 2022.
Querida Marta:
Creo que sus hijas le leerán tu comentario a su madre.
Pero yo te agradezco tus palabras de elogio porque realmente se las merece por su talante, por su historia, por su sabiduría y por su gracia y optimismo.
Da gusto mirar hacia arriba de tu árbol genealógico y ver esos ejemplos de vida.
Pensé que la tesis teórica del artículo tenía su mejor demostración en la historia vital de mi tía Carmen.
El paso del tiempo nos destruye pero también, en un sentido más profundo, nos construye.
Feliz Año para todos. Especiales, Marta, para ti.
Besos.
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El tiempo nunca se para.
Ya estamos en el cuarto día del año. El tiempo es un continuum que nosotros dividimos en partes: lustros, años, meses, semanas, días…
En nosotros deja sus rastros, envejeciendo nuestros cuerpos y nuestros rostros.
Hay que saber envejecer.
Qué buen ejemplo el de la tía Carmen. Ha cumplido cien años pero su espíritu es optimista.
Querida Sandra:
Ya casi hay que felicitar el año con efectos retroactivos.
El paso del tiempo deja también efectos en nuestro espíritu, no solo en nuestro cuerpo. Lo que pasa es que en el cuerpo se produce un deterioro, pro no necesariamente se produce deterioro en nuestro espíritu. A unos les deteriora y a otros (como sucede con mi tía Carmen) les hace mejores. Porque lo que nos marca no es el paso del tiempo sino CÓMO VIVIMOS EL PASO DEL TIEMPO.
BESOS Y GRACIAS en estos primeros días del año.
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Estoy enviando este comentario desde instagram para comprobar si quienes me siguen pueden enviar sus mensajes sobre el artìculo.
En realidad yo aber la cienta paea difundie los artìculos.
Saludoa.
Parece que sí, que es posible enviar un comentario desde Instagram, aunque este ha llegado a papelera, de donde lo he rescatado.
Es probable que habitualmente, como pasa con todos, vaya al lugar adecuado.
PARA LOS QUE LEÁIS EL ARTÍCULO EN INSTAGRAM.
¡¡Ayyyy, cómo me gusta!!. Carmen y Carmina. 11 ños de diferencia pero el mismo optimismo. Mucho tenemos que aprender de esa generación. Cómo diría mi abuela Carmen: ” ¡¡ Buena veta!!” ( haiendo alusión a la buena madera).
Ojalá herede un poco de las Cármenes.
Estoy de acuerdo en eso de …” Los espejos ya no son lo que eran!!!” jajaja, pero contenta. Respetan todavía.
Un beso muy fuerte de norte a sur, Miguel Ängel. Que el 2023 facilite el reencuentro.
Querida María:
Qué hermosa coincidencia. Así que tu madre se llama Carmina y tiene, como me decías, 89 añitos. Qué hermosa lección de vida.
Deséale a tu madre de mi parte un hermoso 2023. Y a por muchos más, hasta alcanzar a su tocaya leonesa por lo menos. De uno en uno, pero muchos
Guardo un hermoso recuerdo de tu Colegio.
Recuerdos para todos tus colegas.
Un beso para ti.
Felices Reyes.
Y gracias por escribir.
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Le deseo una maravilloso año 2023 y los que vegan mi estimado Dr. Santos Guerra.
Efectivamente, habemos muchos que en lugar de sumar años, quisiéremos restarle. El paso del tiempo es inevitable, pero como mencionó Sigmund Freud, “Lo más bonito de la vida, es aprender a vivir cada etapa como seres humanos, no pretender ser jóven cuando se es viejo, ni viejo cuando se es jóven”.
Me preocupa mucho que la niñez sea una etapa cada vez más corta. Nuestros niños viven un mundo en donde todo lo que hay a su alrededor, lo que ven y escuchan, los hacen perder la inocencia de ser niño. Como padre lucho por extender lo más que se pueda esta etapa tan bella con mi hijo. Tiene 11 años y le hizo su carta a Santa. Es un niño muy maduro en su forma de hablar y comportarse, y sigue siendo un niño, pidió juguetes y juega con ellos. Quiero que disfruter esta etapa lo más que se pueda, mientras lo preparo poco a poco para enfrentarse a la vida. No hay apuro, es un contacto inevitable.
Me encantaron las historias que contó en este artículo, porque acabo de vivir algo muy parecido. Me gusta jugar basquetbol, pero tengo mucho tiempo sin jugar en alguna liga. Este año me invitaron a jugar en la liga veterana (jugadores de más de 39 años) y dije está bien para empezar, voy a jugar con puros viejitos. No será muy demandante y poco a poco voy agarrar ritmo, de hecho pensé en no jugar demasiado intenso, no vaya a ser que me corran de la liga, por ser muy superior. Ayer jugué mi primer juego y miré que todos los que jugaban eran los de mi generación, pero a diferencia de mí, ellos nunca han dejado de jugar y nos han dado la paliza de nuestra vida. Nos ganaron por 40 puntos de ventaja y llegué a la conclusión de que yo también envejecí. Me dijo un amigo que me encontré en el juego, que me había metido en la liga más fuerte, porque todos siguen jugando en otras ligas más superiores y ahora por edad, también juegan en la veterana.
Me reí a carcajadas cuando leí historia del dentista, porque me identifiqué con esa señora.
Los años nos restan vida, pero nos dan experiencia para vivir mejor.
Un abrazo mi estimado Dr. Santos Guerra. Por un año de bendiciones para usted y para tod@s.
Querido Misael:
Un gran abrazo desde España a México.
Interesante tu experiencia deportiva. Una buena lección de la vida.
Lo malo no es envejecer, sino envejecer mal. Y eso, en buena parte, depende de nuestra actitud ante la vida.
Hermosa edad la de tu hijo. Y hermosa actitud la tuya para que tenga una infancia larga y feliz.
Acabo de escribir el artículo para el sábado y algo dice sobre la infancia que puede ser significativo para ti.
Un gran abrazo para tu hijo, a quien deseo un feliz 2023.
Y a ti, muchas gracias por este hermoso comentario.
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