La frase que he colocado en el título es de Antonio Machado. Y la he elegido para encabezar estas líneas porque la considero cierta. Acaso más cierta hoy que nunca. Estoy viendo comportamientos inquietantes, poco racionales, que dañan al prójimo. Comportamientos que nacen de cabezas más interesadas en embestir que en pensar. Cabezas que en ocasiones ocupan puestos de responsabilidad política (y religiosa) y que, en la mayoría de los casos, están sobre los hombros de quienes somos súbditos y clientes.
La guerra que Rusia ha provocado al invadir un país contraviniendo las normas más elementales de convivencia, está causando muertes innumerables en uno y otro bando, crímenes horrendos de los invasores, destrucción de todo tipo de bienes, desastres económicos en Europa y daños psíquicos incalculables en el mundo.
El presidente Putin, en la mesa de su despacho, sentado confortablemente y protegido por miles de agentes, ha firmado un decreto para movilizar a 300.000 reservistas que tendrán que ir a luchar al frente de batalla. Él sobrevivirá al conflicto bélico que ha provocado de una manera despótica y que está generando ríos de sangre y de lágrimas.
Miles de posibles combatientes están huyendo del país. Les amenazan con no dejarles regresar. Y el gobierno ruso se plantea cerrar las fronteras a estos hipotéticos desertores. He visto las terribles imágenes de un joven que se rocía con gasolina y se prende fuego para protestar contra lo que considera un abuso de poder, una escalada irracional del terror. ¿Por qué no se levanta en masa la población para detener esta barbarie?
Y ahora, esta causa cruel, insensata e injusta ha sido bendecida por el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa. Ha dicho el jefe supremo de la iglesia y amigo del presidente Putin en un sermón pronunciado el domingo pasado, que los soldados que luchen en la guerra (y que mueran en ella) serán absueltos de todos sus pecados.
¡Milagro! Ahora resulta que matar (y morir) es un modo de redimirse, de hacer méritos para ir al cielo. Creí que había un mandamiento que obligaba a no matar. Se perdonan todos los pecados cometiendo uno más horrible que cualquier otro: acabar con la vida de seres humanos, algunos de ellos niños y niñas de corta edad.
El representante de la Iglesia Ortodoxa rusa ha comparado a los movilizados con Jesucristo, al sacrificarse con su muerte en la guerra. Son, más bien, unas pobres víctimas de los delirios imperialistas de un dictador.
Le quiero hacer algunas preguntas al reverendo Kirill: ¿Quién le ha dicho que eso es así? ¿Cómo lo sabe? ¿Cómo se puede demostrar eso que dice?¿Vale también el beneficio para los que luchan en el frente del lado de Ucrania? ¿Hay que morir en combate o basta luchar?¿Vale el beneficio para todos los combatientes de cualquier guerra, en cualquier país del mundo? Recibirán alguna consolación espiritual las esposas y los hijos de los combatientes muertos? Se le perdonarán los pecados al joven que se ha convertido en una antorcha humana para protestar contra la obligación de luchar en el frente?
El Patriarca aparece en las imágenes ataviado con sus lujosos ornamentos y con el adorno de sus atributos eclesiales. Rezará, como dice, para que no mueran más personas en la guerra. Más le valdría disuadir a su amigo Putin de sus ambiciones imperialistas. Más le valdría decir que todas esas muertes que está provocando constituyen un horrendo genocidio. Pero no. Es más fácil prometer estos espirituales e indemostrables beneficios a quienes mueran en la guerra. Permanecerá en sus dependencias, vivirá de forma confortable, desempeñará sus funciones pastorales pero no arriesgará su vida. Acabará la guerra de Ucrania y seguirá pronunciando sus sermones. Pero los que mueran en la guerra que ha alentado habrán perdido la vida y sus familias quedarán marcadas para siempre.
Una perfecta alianza. Tal para cual. Putin y Kirill, Kirill y Putin. El poder y la religión. La religión y el poder. El poder decide abrir un guerra cruel e injusta y la religión bendice la causa y alienta a quienes vayan al frente. Tal para cual, como he dicho más arriba.
Imagino que quienes huyen de la convocatoria se llevarán sus pecados consigo y, a juicio del Patriarca, cometerán un nuevo pecado. La pequeña ventaja será que salvarán la vida. Y se librarán de causar desgracias.
Se han llevado a cabo cuatro referendos ilegales en cuat5ro territorios para que los ciudadanos y ciudadanas de Ucrania expresen su voluntad sobre la incorporación a la patria rusa. Referendos en los que los consultados iban a las urnas a punta de rifle. Referendos en los que se abrieron las urnas a los compases del himno ruso. ¿Quién puede dar valor a esos referendos? El parlamento ruso proclamará la anexión, contra el criterio del resto del mundo.
Pero no me voy a centrar solo en los líderes político y religioso que aúnan sus intereses mientras el pueblo muere. Voy a poner el foco en los súbditos. Ya sé que la información que les llega a los ciudadanos está manipulada desde el poder. Desde el comienzo no se habla de una guerra sino de unas maniobras militares. ¿Maniobras militares que siembran de muertos el país invadido?
También me inquieta lo sucedido en las elecciones italianas del pasado domingo. Me sorprende cómo pueden votar tantos millones de ciudadanos y ciudadanas a ese trío de políticos fascistas (Giorgia Meloni, Silvio Berlusconi y Matteo Salvini). Personas en sintonía con el señor Putin, que admiran a Musolini, que condenan la ideología de género, que niegan la violencia machista, que quieren elevar las fronteras del país para que no lleguen inmigrantes, que odian al colectivo LGTB, que quieren disolver Europa…
Me cuesta aceptar esos resultados. Me sorprende el éxito de la señora Meloni que, cuando estuvo en España, ayudando a la candidatura de Macarena Olona, se despachó con una arenga que puso al auditorio en pie. Dijo gritando (así parece que tiene más razón) que sí a algunas cosas y no a otras. Sí a la familia natural, no a los lobbies LGBT; sí a la identidad sexual, no a la ideología de género; sí a la cultura de la vida, no al abismo de la muerte; sí a las fronteras seguras, no a la inmigración masiva”…
Por otra parte, son una constante en los discursos de Meloni las referencias a Italia, y a la patria. Sin ir más lejos, su lema ha sido siempre, desde la fundación de Fratelli d’Italia, “Dios, patria y familia”, tres columnas ideológicas a las que apelaba el fascismo de los años 30, después de que lo acuñase en 1931 el por entonces secretario general del Partido Nacional Fascista, Giovanni Giuriati.
Me preocupa esta deriva que está viviendo el mundo, con líderes como Donald Trump, Jair Bolsonaro, Viktor Orbán, Giorgia Meloni ganando elecciones después de hacer campañas que sobrecogen a cualquier persona con un mínimo sentido de la democracia.
El populismo de Meloni hace que ofrezca respuestas simples a problemas complejos. Pero a mí lo que de verdad me sorprende es que tantas personas hagan suyo un discurso machista, xenófobo, homófobo, patriotero, antiabortista, excluyente y clasista.
El problema fundamental no es que Putin gobierne la vida y el Patriarca Killl las conciencias. El problema es por qué tantos millones de personas se muestran cómodos con los planteamientos de esos gobernantes. El problema más grave no son los tres líderes que van a gobernar Italia. El problema es que hayan ganado las elecciones gracias al voto de tantos millones de electores y electoras.
El segundo problema es preguntarse a qué escuela fueron y qué aprendieron en ella todos estos millones de ciudadanos y ciudadanas que apoyan discursos llenos de odio, de exclusión al diferente, de pensamientos fascistas.
¿Han aprendido a pensar? No digo qué pensar, sino a pensar. ¿Han pasado, como dice Paulo Freire, de una mentalidad ingenua a una mentalidad crítica? ¿Saben analizar las causas y los efectos? ¿Saben explicar lo que sucede con sus propios análisis? Evidentemente, no. Y, por otra parte, ¿han aprendido a convivir, a relacionarse, a respetar la dignidad de todos los seres humanos? Evidentemente, no.
Dice Fhillipe Perrenoud, en un breve y sustancioso artículo titulado “La escuela no sirve para nada”, que un gobernante puede despreciar a su pueblo y ser aclamado en las siguientes elecciones.
Se dice que hay que respetar las ideas de todos. No. A quien hay que respetar es a las personas, pero no son respetables las ideas fascistas. Respeto a los líderes italianos que gobernarán el país y también a sus votantes, pero no puedo respetar un discurso que considero inspirado en el odio.
Querido Miguel Ángel:
Para mi modo de pensar, qué magnífico artículo!!
Cómo estoy totalmente en la línea de lo que expones, poco tengo que decir. Las religiones, como instituciones se han vuelto acomodaticias con el poder político para ser partícipes de ese poder.
Lo que ha dicho el cabeza de la Iglesia Ortodoxa es lo justo para dar de esquinazo a esa Iglesia, lo mismo que lo que hizo la española con Franco. Personalmente, desde niño me enseñaron que la Iglesia era el conjunto de creyentes. A esa me uno y rechazo todas las iglesias y sus templos donde comen la cabeza dirigiendo el pensamiento.
A los que quieren hacer de su nación un gran imperio basta decirles que miren como han acabado en la historia todas esas ambiciones: Hitler, Napoleón, Roma, el Imperio español. Cuánta muerte, cuánto dolor, cuánta destrucción inútil!
Ya está bien de levantar murallas a los hambrientos y desesperados de la vida! Lo que se debe hacer es levantar sus miserables países y dar esperanza a las personas. Se acabaría la emigración y favorecería el comercio. Si el dinero que se emplea para que no vengan se empleara para desarrollar su país, quizás quedarían resueltas las emigraciones masivas. Las guerras provocadas por las ambiciones humanas son la gran lacra del mundo.
Qué verdad la frase del encabezamiento!
No pensamos y si pensamos, cómo podemos adherirnos a lo inmoral, a la mentira. En nuestra política tenemos demasiados ejemplos.
Con todo, el mundo, aunque a tropezones, sigue adelante. Eso nos debe dar esperanza. En la buena educación está la salvación.
Un gran abrazo y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Tu comentario me ha resuelto una duda que tuve al escribir el artículo. Pensé escribir dos, uno sobre la guerra de Ucrania (centrado en la alianza PORDER-RELIGIÓN) y otro sobre las elecciones en Italia. Al unirlos, uno se come al otro. Debería haberlos separado. Bueno, de los errores se aprende.
Los dos hechos tienen ese denominador común que quise resaltar en el título. Embestir contra el más débil, contra el diferente, contra el inmigrante, contra el indefenso… El atropello del poder. Y los aplausos de la gente a quienes mandan y segregan discursos llenos de odio.
Gracias por tus sensatas e inteligentes palabras.
Una vez más, un abrazo.
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“Poderoso caballero Don dinero “
El negocio de las armas es sin duda uno de los más grandes del mundo y paradójicamente da de comer a cientos de miles de familias.
Los pueblos pobres del mundo estamos acostumbrados a los permanentes abusos de poder de quienes manejan los hilos de los intereses mundiales.
Yo sueño que un día habrá una revolución del amor y habrá una tierra nueva y todos seremos compañeros de camino. No sólo la sueño , la llevo practicando aquí dónde me toca vivir, todos los días, cada día.
La vida es bella.
Hagamos el amor y no la guerra.
Querida Vero:
Lamentablemente tu hermoso comentario se había ido a la bandeja de spam. Afortunadamente lo he rescatado y lo he hecho público.
Hay que guerras porque hay poder, ambición, estupidez y crueldad. Pero también hay guerras porque hay que mantener el negocio armamentístico.
Ojalá llegue pronto ese mundo que describes y que practicas cada día.
El camino es que cada uno lo haga realidad en su día a día.
Besos y gracias por escribir.
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Querido Maestro!
!Pedazo de artículo nos ha mostrado hoy!
Nos ha hecho abrir los ojos a ese cruel enfrentamiento de Rusia a Ucrania.
Poco hay que añadir a lo que ya ha dicho.
Las guerras son lo más injusto que hay en la tierra. Por mucho que quieran defender es horrible las consecuencias que traen.
Sin tener mucho que ver, yo me acuerdo de las numerosas guerras familiares que existen.
Se tira de una cuerda unos y otros, haciendo mucho daño , con el único fin de un interés económico.
Las personas mayores son monedas de cambio. Si me das dinero, me interesas, sino te mando directo a una residencia.
Con todos mis respeto a ellas , yo no quiero que me lleven a ninguna.
Se ha perdido la comunicación, el sentarse a hablar, la sensatez, la escucha al otro, la honestidad, el valor de las personas y todo es una guerra de egos y de intereses.
Hay que distinguir en la vida lo útil y lo valioso.
Lo valioso llena todo tu ser, sobrepasa todo lo material y llena tu corazón de paz, lo más necesario en estos momentos.
Lo valioso no es tener dinero, es tener
afectos.
.Me siento triste por todo lo concerniente a las guerras, ojalá se acaben lo más pronto posible.
Ya sin más me despido con un cordial saludo para todos.
Qué pasen una semana feliz y leve!
Quieranse mucho es la única manera de sobrevivir en este absurdo mundo.
Besitos
Querida Loly:
Sí, hay guerras con armas y guerras con actitudes.
En ambas se destruye al prójimo.
Creo que es importante, como dice Verónica, que cada uno sea un constructor de paz y de amor en su vida diaria.
Y no debemos olvidar la obligación de levantar la voz para denunciar los crímenes de guerra.
Besos y feliz semana, como tú siempre nos deseas.
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Sr. Santos Guerra, comparto y valoro la mayor parte de su extenso y bien argumentado articulo, aunque, personalmente tengo claro que el triunfo de ciertos extremismos nace del fracaso de gobernantes que proclamando ideologías en las que muchos hemos creido, y seguimos creyendo, han traicionado los principios mas nobles que las sustentan.
Estimado Antonio:
Estoy de acuerdo en que el éxito de la ultraderecha tiene unas explicaciones en las que no he entrado. Y una de ellas es la que tú apuntas.Hablas de traicionar los principios. Cierto. Y también fragmentar las opciones de izquierda de un manera torpe y vergonzosa.
Saludos y gracias por tu opinión.
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Muy buenas Miguel Ángel:
Difíciles momentos los que estamos viviendo. No hacemos otra cosa que avanzar en los efectos más negativos de la posmodernidad. Me acuerdo de una cita de Lipovetsky que decía: “No nos hallamos en una sociedad que ha sobrepasado la modernidad, sino en una modernidad superlativa”. Entre sus características, un mundo cargado de incertidumbre.
Si miramos un poco hacia atrás, tan solo en estos dos últimos años, hemos vivido erupciones volcánicas, pandemias globales, guerras… que han sumido en desasosiego a la ciudadanía, produciendo automáticamente un repliegue hacia espacios de seguridad. La mezcla e hibridación producida por los efectos del siglo XXI dentro de esta ciudadanía global, junto a las diferencias culturales, de pensamiento, de hábitos, etc. están provocando en los personas de a pié dejarse llevar por mensajes simples y populistas que inciden directamente sobre ese sentimiento de inestabilidad emocional.
Gracias de nuevo Miguel Ángel por seguir ahí día a día compartiendo reflexiones.
Un abrazo enorme.
Marcos A. Ruiz.
Querido amigo:
Me ha alegrado muchísimo verte por aquí.
Mi gratitud es para ti por seguir leyéndome y por aportar tu interesante opinión, que suscribo íntegramente.
Una erupción volcánica y, quizás, la pandemia, han tenido causas naturales. Pero una guerra es fruto de la irracionalidad y de la crueldad humana. Casi no se puede creer que las horribles imágenes que vemos cada día sean consecuencia de la voluntad humana. Qué decir si la pandemia hubiera tenido origen en una planificación deliberada. Estamos volviéndonos estúpidos e insensibles.
Un gran abrazo.
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Hay dos grandes temas en el artículo.
El primero se centra en la guerra de Ucrania y, sobre todo, el apoyo que ha tenido por parte del jefe de la iglesia ortodoxa rusa.
El segundo trata de la victoria de la ultraderecha en Italia.
En ambos casos, la gente de a pie apoya a políticos que hacen planteamientos que se basan en el odio, en la exclusión, en el rechazo de una convivencia que se base en la paz, en el respeto a todas ls personas y en la preocupación de los desfavorecidos.
Quiero expresar mi preocupación y mi rechazo frontal a los planteamiento de la ultraderecha.
No me explico cómo puede haber tantos millones de votantes de esas ideas tan terribles:
desprecio a los inmigrantes, al colectivo LGTB, a los diferentes, a los animales, al medio ambiente…
A mí me preocupa que esto pase en España, pero también me preocupa Europa y el
mundo…
Menos mal que parece que Lula da Silva va a tumbar al ultraderechista Jair Bolsonaro. en Brasil.
Saludos.
Buenas Miguel Ángel!
Me uno a tu denuncia en este fenomenal artículo; a mi también me cuesta entender como sembradores del odio pueden gobernar países. También es increíble que todavía hoy la religión justifique el horror, el fanatismo y el terrorismo. La historia está llena de ejemplos donde el poder civil y el poder religioso se retroalimentaban para conseguir sus intereses. Que se lo digan hoy a Trump, Bolsonaro, Meloni, Abascal..etc.
En fin, lo que si es doloroso y lo comparto también es el papel de la escuela.
Una repensada hace falta y es urgente.
Estoy ahora con «Pedagogía antifascista. Construir una pedagogía Inclusiva, democrática y del bien común frente al auge del fascismo y la xenofobia» de Enrique J Diez. que falta nos hace.
También voy cargado de buenos libros que me he traído del congreso internacional de Coeducación de este fin de semana con las compis de Clavico. Nuestra amiga común Amparo Tomé que pertenece a la JD de Clavico la hemos podido abrazar y está fenomenal.
Han sido tres días de locura con Gema y Miki pero ya en casa he podido disfrutar de tus palabras que siempre nos hacen reflexionar. Mil Gracias.
Espero que nos podamos ver pronto, si la comida conjunta se retrasa, una tarde puedo acercarme e invitarte a café cerca de tu casa.
Yo echo el anzuelo por si picas y me llevo el premio grande.
Abrazos fuertes de Gema y Miki a toda la familia. Espero que la mamá de Lourdes esté mejor.
Os queremos!!
Querido Miguel, querida familia:
Estaba preocupado al no aparecer por aquí durante el fin de semana.Ahora sé ya la causa. ¿Dónde se encuentra esta familia? Donde se pueda aprender y se pueda disfrutar- Qué alegría saber que Amparo sigue con la misma salud y la misma sabiduría y el mismo amor de siempre.
Creí que Lula iba a arrasar frente a Bolsonaro, creí que no iba a hacer falta la segunda vuelta, pero resulta casi increíble que hay tantos millones devotantes después de analizar el gobierno de cuatro años de este personaje… ¿Qué nos pasa?
La amenaza del uso de armas nucleares nos lleva a la misma pregunta: ¿Qué nos pasa?
La espera del encuentro ya se hace insoportable, así que volveremos al intento de repartir camino.
Un abrazo enorme. Y gracias por la amistad acrecentada.
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¿Que qué nos pasa?
Pues que estamos tontos. Tiene que ser eso, que estamos mal “asesorados”, pues otra causa seguramente sería todavía más dolorosa. (¿Maldad? ¿Egoísmo?)
Y la pregunta sería por qué estamos tontos, por qué apoyamos o buscamos malas soluciones a nuestros problemas.
Y esto en cuanto a la respuesta que damos cuando se nos pregunta. Lo de la guerra no se pregunta. A la guerra te llevan. Y te llevan a ella los que no van.
No sé pensar sobre la guerra. Pensar con lógica sobre algo irracional. Corredores humanitarios que no se respetan, muertes de civiles, violaciones y torturas, tomar pruebas para futuros juicios sobre crímenes de guerra. ¿Acaso no es toda la guerra en sí un crimen? ¿De qué nos extrañamos? ¡Es la guerra! Me impresiona ver a los causantes de tanta muerte, dolor y destrucción tan campantes, haciendo su vida normal.
(Llevo tanto tiempo sin pasearme por el barrio con una presencia en forma de opinión escrita que vuelve a aparecer mi característica timidez, y esta me impide saludar de manera familiar y sentida. Sirvan estos últimos renglones para ello, y también para despedirme deseando a todos los educadores un bonito y fructífero curso).
Querido José Antonio:
¡BIENVENIDO!
Ya sabes que se te echa de menos por aquí.
La guerra siempre es irracional e injusta. Por eso me ha parecido de un cinismo insoportable la promesa del jefe de la iglesia ortodoxa rusa. Bendecir la guerra es algo por que la misma guerra.
No sé cómo se puede soportar tanta desolación. Las imágenes no se pueden digerir. ¿Qué será la realidad?
Hay que buscar las raíces de estos males.
Espero que tu despedida sea para un período más que breve.
Un gran abrazo.
Quiero suponer que estás bien.
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PD: Si has dado un vistazo a los comentarios, habrás visto que no aparece desde hace muchísimo tiempo Don Quintiliano. Pero no tengo forma de saber de él-
El gran fracaso de la educación… es una frase que muchas veces se instala en mis pensamientos, al vivir la cotidianidad, mirar hacia dentro y fuera de nuestra comunidad, observar los comportamientos indiferentes, hostiles, soberbios, poco éticos, irresponsables, egoístas, inimaginablemente humanos, en los que parece solo privilegiarse el individualismo, la superioridad, la aparente y tonta idea del estar bien, y que obviamente no incluye al otro.
Si bien es cierto, los gobiernos vitorean que la educación cada vez alcanza a mayor porcentaje de la población, tal vez es cierto, pero solo son cifras alegres y mentirosas (autoengaño), parece que tenemos una educación que absorbe y contiene a la niñez y juventud, pero no una que facilite y construya la conciencia crítica, que vivifique los valores humanos, que (en términos de Freire) haga que este mundo feo sea más bonito.
Por tanto, todo está puesto para poner en el escenario cosas como la «guerra», aun cuando sea una de las representaciones más viles de las decisiones humanas, personas matando gente por ideologías racistas e intolerantes… Pero lamentablemente, no solo es la «guerra» en aquellas latitudes, existen «pequeñas guerras» cerca de nosotros, con gente secuestrada, obligada a adherirse a filas de los que tienen poder y que se convierten en cosas sustituibles; gente desaparecida por defender a otros y su derecho a vivir y gobiernos que aun presumiendo no ser de ultraderecha, protegen a las instituciones que les son convenientes (ejército e iglesias) y que convierten sus discursos izquierdistas en dogmas que las masas toman como único, correcto, posible y como lo mejor, eclipsando la mente y la capacidad de discernir y de actuar.
El fracaso de la educación y para los educadores de convicción, el gran reto de hacer que aunque sea, se mueva un grano de arena y la esperanza, que ese grano mueva a su vez otro.
Ojala el planeta espere a que la humanidad decida actuar con humanidad y coloque al centro de discursos y acciones políticas, económicas, sociales, ambientales, etc., al ser humano y su entorno, ambos con el mismo derecho a vivir.
Nota: más de una vez mi pensamiento ha reaccionado a tus palabras y las palabras de los que escriben, pero no me he animado a escribir por telarañas mentales, supongo. Y aunque tarde he leído este maravilloso artículo, sin duda alguna, la movilidad mental y emocional llego a mis manos y dedos para movilizar a su vez el teclado.
Gracias por este espacio, por permitirme saber que hay muchos más con los que uno tiene coincidencias sustanciales y que son a su vez, opciones de vida en este mundo.
Querida Nubia:
En primer lugar, muchas gracias por entrar en este blog y por leer artículos y comentarios.
Es una pena que no te hayas decidido a escribir porque, por este comentario, se ve claramente que tienes cosas interesantes que decir.
Por eso quiero animarte expreses tus ideas y las compartas con nosotros.
Me uno a tus deseos de que la humanidad coloque al ser humano en el centro de sus discursos y acciones.
Besos y gracias, pues.
MÁS
Gracias Mtro. por tus palabras, son motivantes.
Por supuesto, espero compartir mis ideas con todos ustedes.
Saludos fraternos,
Nubia
Querida Nubia
Muchas gracias por leer el artículo y por el comentario que has enviado.
Nos encantará compartir tus ideas y tus sentimientos.
Besos.
MÁS
Muy interesante tema Dr. Santos Guerra.
EU fue uno de los primeros países que estructuró un curriculum educativo a finales de del siglo 19 y principios del 20. Vio que através de un currículum fundamentado en la teoría conductista, podía moldear las mentes de las personas y hacerlos actuar de acuerdo a sus propios intereses. De esta manera formó los grandes ejércitos que ha ocupado en sus mil batallas en contra de las libertades de los demás. Pese a que pregonamos una educación sin violencia, muchos países siguen educando para la guerra, como también podemos decir de Rusia.
Es lamentable lo que pasa en Ucrania, pero también en los otros países donde la guerra es permanente, como Yemen, Somalia, Irak, entre otros… podemos decir que estos países tienen una educación más pobre y por eso es dificil hacerlos caer en razón, pero la misma regla no aplica para Rusia, que ostenta un buen patrimonio cultural y educativo, pero la ambición del poder de sus dirigentes puede más que la vida de las masas. Es curioso que las más grandes guerras de la humanidad tengan trasfondos religiosos. En nuestro país (México) la independencia y la revolución tuvieron muchos actores religiosos y que podemos decir de la Segunda Guerra Mundial… siempre utilizamos la espada en nombre de un dios.
Nuestra educación no ha podido vencer el poder eclesiástico, por más criticos y libertadores que sean nuestros modelos educativos. Uno de nuestros más ilustres presidentes Don Benito Juárez dijo «Entre los individuos, como entre las naciones, el derecho al respeto ajeno, es la paz»; Debemos enseñar en nuestras escuelas el derecho al respeto ajeno, a dejar de querer arrebatar a palos lo que no nos pertenece. Si queremos algo, debemos trabajar para conseguirlo dignamente.
Es fácil iniciar una guerra, lo dificil es terminarla… Putín y Kirill están en sus oficinas, sin esquivar ni una sola salva, mientras el pueblo se bate entre la vida y muerte. Desde la trinchera más segura donde se encuentran hoy estos dirigentes, es fácil mantener una guerra por tiempos indefinidos. Si así hubiera sido en la antiguedad Gengis Khan habría muerto de viejo, pero no sería recordado.
Rusia y el Kremlin dictan la forma en la que se tiene que educar al pueblo, para mantenerlo ignorante y solícito a sus necesidades. De esta manera los ciudadanos festejan las decisiones de sus dirigentes aunque eso conlleve a su muerte o al despojo de sus vienes.
Tenemos muchas opiniones encontradas sobre lo que está pasando en Rusia, pero hay una máxima que tenemos que poner por encima de todo esto; aprender a respetarnos unos a otros y dejar la codicia del poder.
Saludos cordiales.
Querido Misael:
Interesante comentario.
Hay tres elementos muy importantes en tu él: PODER, RELIGIÓN Y EDUCACIÓN.
La alianza del poder y la religión lleva a esta situación que estamos soportando. El poder, movido por la ambición, declara una guerra que machaca las libertades y la autonomía del pueblo. A costa de muchas muertes y de mucho dolor. Contra todas las leyes que regulan el orden internacional. Y la iglesia bendice la guerra y premia a los que mueren.
Solamente la educación nos puede salvar de estas alianzas y de estas catástrofes. Porque la educación nos hace personas críticas y personas afincadas en los valores:LIBERTAD, JUSTICIA, SOLIDARIDAD, RESPETO A LA DIGNIDAD DE TODOS LOS SERES HUMANOS…
UN GRAN ABRAZO.
Y gracias por compartir tus ideas.
MAS