Decisivo plan de pensiones

17 Sep

                  He oído decir a muchos docentes jubilados y jubiladas que siguen sintiéndose docentes después de haber finalizado su vida laboral. No me extraña. Porque ser maestro o profesor es una forma de ser y de estar en el mundo, una forma de ver la vida y de relacionarse con las personas.

                   Ser docente durante años deja una impronta imborrable siempre que se haya ejercido la profesión con un máximo (yo diría que también con un mínimo) de pasión, de entusiasmo y de coraje.

                   Muchas veces me sorprendo mí mismo haciendo sugerencias didácticas. Si llamo por teléfono y pregunto por alguien y me contestan que “está reunido”, pido disculpas por explicar que se trata de una expresión incorrecta. “Estar reunido” significa tener todas las partes unidas. Lo correcto es decir “está en una reunión”, le digo. Alguien lo puede considerar una impertinencia, lo sé. Y por eso me disculpo. Si entro en un restaurante, pregunto por los baños y me dicen que están “detrás suyo”, le explico al camarero que “suyo” es un posesivo y que lo correcto es decir que “están detrás de ti”. Y cuando me preguntan por el correo electrónico y digo que es arrebol@uma.es, me atrevo a preguntar:

  • ¿Sabe lo que son los arreboles?

Nadie me ha dicho que sí. Y entonces lo aclaro:

  • Pues son las nubes rojas del atardecer. Por eso cuando uno se pone colorado se dice que tiene el rostro arrebolado.

Son tics de profesor. Quizás alguien lo interprete como petulancia. Por eso siempre me apresuro a pedir disculpas. La verdad es que siempre, pero siempre siempre, me han dicho que muchas gracias, que es hermoso aprender y que todos los días se aprende algo nuevo. Si algún día me sueltan un exabrupto, me lo tendré bien merecido.

Seguimos siendo docentes, a pesar de haber dejado las aulas, porque todo el mundo es un aula donde se puede enseñar y aprender. Y por seso seguimos leyendo, seguimos preocupados por el saber y exigiéndonos un comportamiento ejemplar.

        Los asistentes a una conferencia organizada por la Cámara Municipal de Almada (a un pasito de Lisboa) que impartí el pasado martes, aplaudieron una cita de Emilio Lledó que, después de su jubilación, al abandonar la docencia, dijo que había dejado atrás una “fuente inagotable de felicidad y de vida”. Qué diferente a la actitud de quien, cuando llega la hora de irse, no solo anticipa el momento, si la ley se lo permite, sino que lo vive como la liberación de un gran sufrimiento y de una gran desgracia.

        María Zambrano, nuestra malagueña María Zambrano, en su ensayo “La vocación de maestro, dice: “La vocación, por tanto, es una acción trascendente del ser, una salida, si podemos decir del ser humano, de sus propios confines para ir a verterse más allá, Es un recogerse para luego volcarse; un ensimismarse para manifestarse con mayor plenitud”. Se es maestro o maestra. Y, por consiguiente, se es siempre. No se deja de ser por abandonar el oficio.

          Tengo una especial fascinación por los libros que, ya desde el título, hablan de bibliotecas, de librerías, de libreros y de libros. Por eso he leído en un solo día (entre aviones, aeropuertos y resquicios de descanso, la tercera edición de “El hombre que paseaba con libros”, obra de Carsten Henn (alemán nacido en Colonia en 1973). Un libro que acaba de ver la luz en España.

           Me gusta leer en libros con soporte de papel. Me gusta su tacto, su olor, su forma, el hecho de pasar las páginas. En ningún ebook encontraremos nunca un pétalo de rosa perfectamente planchado. Tengo la costumbre de ir anotando aquello que me llama la atención en una hoja que me sirve de marcapáginas. Escribo el comienzo de la frase, la página y, con una flechita, indico si está situada arriba, en medio o debajo. Eso me permite su fácil localización. He gastado mucho tiempo tratando de localizar una frase que me había interesado en un libro. Y casi lo he tenido que volver a leer entero para encontrarla.  Pues bien, de pocos libros he tomado tantas notas. Dice el antiguo propietario de la librería “A las puertas”, epicentro de la novela a la que me estoy refiriendo: “No es importante qué se lee, sino que se lea”.

             Uno de los personajes a los que el protagonista, Carl Kollhoff, viejo librero, lleva los libros a domicilio es una maestra jubilada, cuyo nombre ficticio, de un personaje literario, es señora Calzaslargas.  En uno de los pasajes de la obra se puede leer:

“- He sido profesora de primaria toda mi vida, Y, aunque ya no trabaje en la escuela, lo sigo siendo. Eso no se quita.

  • ¿Como si la profesión se le hubiera quedado pegada?, dijo la pequeña Shasha.
  • Dicho así suena un poco desagradable, respondió la señora Calzaslargas con un mohín. Es más bien como un anillo elegante que ya no pasa por los nudillos y no se puede sacar. En ocasiones sientes que está ahí, pero la mayoría de las veces no lo notas en absoluto. En cambio, los demás sí que lo ven.

Shasha se fijó sin querer en los dedos arrugados de la anciana, cargados de anillos. Al parecer, había impartido muchas asignaturas”.

          Se trata de una profesora especial que, en otra parte de la novela dice: “¿Sabes?, echo mucho de menos a mis alumnos. Sobre todo, a los malos, porque es a los que podía enseñarles más cosas”.

         Quiero contar una ingeniosa estratagema que urden Carl Kollhoff y Shasha con la señora Calzaslargas. Uno de los clientes del librero (de nombre literario Hércules) es analfabeto y, por motivos obvios, lo oculta celosamente. Deciden convertirle en profesor de un supuesto niño que no sabe leer ni escribir. He aquí el plan:

“- Soy profesora de primaria, – Hércules inclinó la cabeza hacia abajo, como un boxeador que espera un duro golpe-. Y uno de mis alumnos no sabe leer ni escribir, es analfabeto.

  • No veo cómo puedo ayudarla yo con eso. Yo trabajo en la construcción, dijo Hércules.
  • El problema es que no me respeta. He desarrollado un método excelente para que aprenda a leer y a escribir, pero ya soy una mujer mayor. Joven de corazón, eso sí. Pero él me encuentra… poco moderna. Por eso necesito a alguien guay por el que sienta respeto. El chico es un gran fan de un héroe de cine de acción de color verde, con músculos como cordilleras. Lo idolatra. Le conté mi problema al señor Kollhoff y a él se le ocurrió pedirle ayuda a usted.
  • Bueno…
  • Por supuesto, primero tendría que enseñarle yo misma mi sistema para que usted pudiera transmitírselo a él. No pienso dejarlo solo. Pero la verdad es que es un poco tedioso, no le voy a engañar. Tenemos que repasar letra por letra, ya que he desarrollado frases nemotécnicas especiales para cada una. –La señora Calzaslargas miró a Hércules que se estaba amasando los nudillos-. Entendería que se negara, claro, porque una propuesta así, de sopetón… Estoy segura de que tiene muchas otras cosas que hacer. Es solo por este alumno, ¿sabe? Lo aprecio mucho, es un buen chico Solo que nadie le ha enseñado a leer ni a escribir como dios manda, y no quiero que eso le arruine la vida.

         Hércules dijo:

  • Le voy a confesar una cosa. Es una gran idea ¿Qué clase de imbécil sería si dijera que no? Me apunto. Pero le advierto que haré muchas preguntas para asegurarme de que lo hago bien. Tendrá que enseñarme como si yo fuera el niño. Porque yo, cuando hago algo, me entrego al cien por cien. Me parece genial poder ayudar a los pequeños a que aprendan el alfabeto”.

         Esta maestra de ficción se sigue sintiendo maestra, como tantas otras en la realidad, porque fue feliz cuando ejercía, porque hizo su trabajo con amor a quienes menos sabían, porque cada día fue colocando en la hucha de la vida unas monedas de satisfacción.

        Viviremos la jubilación como si fuera el eco de la vida anterior. Por eso es importante que sea magnífica, hermosa, apasionante, a pesar de las dificultades. Pienso que, igual que existen los planes económicos de pensiones, que nos garantizan una vida más tranquila y más segura, podríamos pensar en planes de pensiones de carácter profesional. Diariamente podemos hacer una pequeña aportación y, ocasionalmente, alguna de mayor envergadura. Aportaciones de ilusión, de esfuerzo, de pasión, de amor por lo que se enseña y por aquellos y aquellas a quienes se enseña. Vivir la profesión con autenticidad y alegría es un modo de garantizarse una vida feliz de jubilados y jubiladas. ¿Por qué no abrir ya un plan de pensiones pedagógico?

31 respuestas a «Decisivo plan de pensiones»

  1. Querido Miguel Ángel:
    Bien conocido es tu amor por la educación a la que dedicaste el tiempo en tu vida laboral y a la que lo sigues dedicando en tu jubilación. Un dia te dije: tú nunca te jubilarás. No se trataba de adivinanza o suposición, era evidente.
    Sí que es verdad que los que hemos estado en el terreno educativo cuarenta o más años, es imposible borrar esa impronta. Es semejante a lo que me impresionó en Pompeya en una de sus calles: habían pasado tantos carros por ella que las rodadas habían hecho un surco sobre la dura piedra a lo largo de ella. Toda acción repetitiva, y más si se hace con entusiasmo, es imposible que no deje su huella.
    Ese sentido pedagógico que lleva uno incrustado, entre otras cosas, a mí me sirve, aunque no lo quiero, para irritar algún hijo con mis observaciones y consejos. A veces me dicen: padre, que ya ando por los cuarenta años, ya sé de sobra lo que tengo que hacer. Que razón tienen!
    Miguel Ángel, eso que dices que haces al leer libros también lo hago, en la hoja de señalización también escribo frases interesantes o la página que lo tiene. A mí me sirven para pensar, a ti para enriquecernos. Gracias por ello.
    En fin, que como dices, la huella de educador permanece para siempre.
    Un abrazo y saludos a todos.

    • QUERIDO JOAQUÍN:
      Aunque no haya estado a tu lado en muchas etapas de tu vida profesional docente, sé cómo te has dedicado a ella y cómo has respetado y querido a tus alumnos y alumnas. Y ellos a ti. Porque uno desempeña el oficio como es. Y de eso sí tengo evidencias tuyas.
      LOs educadores dejan huella y la forma de ejercer la profesión también deja huella en ellos.
      La idea del PPP (Plan de Pensiones Pedagógico) se me ocurrió mientras escribía el artículo que, en principio, iba a titularse COMO UN ANILLO ELEGANTE, a propósito de la idea de que seguimos siendo maestros después de habernos jubilado.
      Recuerdo que Carla me dijo un día en la piscina, ya hace algunos años: Papá, tú nunca te subes el tren de la jubilación. Y parece que sigue siendo así.
      Muchas gracias por estar siempre al quite.
      Un abrazo.
      MÁS

  2. QUÉ BONITA IDEA. UN PLAN DE PENSIONES PEDAGÓGICO.
    De esa manera trabajaríamos no solo para el presente sino para el futuro.
    Y, además, qué real es lo que se plantea como tesis. Tal como sea la profesión, así será la jubilación.
    Cuando terminas la vida laboral, si estás llena de buenos recuerdos y de experiencias magníficas, los seguirás disfrutando durante toda la vida.
    Muchas gracias.

    • Querida Raquel:
      Le acabo de decir a Joaquín que la idea del PPP (Plan de Pensiones Pedagógico) se me ocurrió mientras escribía el artículo que, inicialmente, iba a centrarse en el hecho de que seguimos siendo maestros o profesores de por vida. Porque eres profesor no por lo que sabes sino por cómo eres y cómo te relacionas con los demás.
      Y no dejamos de ser lo que somos. Solo dejamos de hacer algunas cosas que hacíamos.
      La regadera que Isabel ha colocado al lado del árbol es un símbolo de los cuidados que necesita la planta de nuestra profesión. Regar diariamente sería ir haciendo anotaciones al Plan de Pensiones.
      Besos.
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  3. Querido arrebol.

    Como si se tratara del famoso desodorante, el olor a maestro/a, a algunos, no nos abandona, perdura fuera del horario escolar… Yo no suelo ser tan preciso como tú a la hora de corregir expresiones mal dichas, posiblemente porque yo tampoco sea un gran ejemplo. Pero sí que me gusta enseñar aspectos de los que tengo alguna idea, o al menos experiencia. El suave aroma del desodorante me acompaña siempre…

    En cuanto a la jubilación, es algo que empiezo a plantearme. Sabes muy bien que los docentes que cumplimos con una serie de condiciones podemos jubilarnos, de momento, a los 60. Eso supone haber estado, al menos, 35 años de servicio… Para alguien como yo la docencia no sólo se ha desarrollado en la escuela sino que, además, he estado preparando durante muchos años a opositores de mi especialidad… Si decido jubilarme a los 60, seguro que echaré de menos mis clases y a mis alumnos y alumnas, pero, aún recuerdo las palabras de un director mío: «Fuera de la escuela hay también vida». Por cierto, es el director que te invitó en la inauguración de las nuevas instalaciones de mi colegio y que falleció, desafortunadamente, meses antes de jubilarse.

    Claro que hay vida fuera del colegio, del instituto o de la universidad, tú eres el vivo ejemplo, no paras… Hay muchas otras actividades que realizar y que nos mantenga activos. Después de 35 años de cole, hay que disfrutar de otras facetas que nos brinda la vida.

    ¡Qué mal me suena cuando mi alumnado me llama «profe»! Me gustaba más cuando en los pueblos que he trabajado me decían «maestro». “Rexona no te abandona…”

    Un abrazo maestro.

    P.D. He observado que en las últimas semanas la imagen que acompañaba a tu entrada estaba hecha por alguien, supongo que del periódico, y estaba en consonancia, de forma muy concreta, con el tema tratado. Sin embargo, esta semana vuelves a situar una imagen más genérica.

    • Querido Juan Carlos:
      Empezaré por donde terminas. Las imágenes ha comenzado a hacerlas Una querida amiga y antigua alumna, que ahora es maestra en una escuela innovadora que se llama Pinolivo. Ella es la que me ha persuadido para que abra una cuenta de instagram. Yo le mando el artículo, ella lo lee y crea una imagen. Es una artista, además de una maestra fuera de serie. Esta semana le he mandado tarde el artículo y no me lo envió a tiempo.Si entras ahora, verás que ha cambiado la que `puse inicialmente
      No sabías que también ayudabas a preparar las oposiciones. .Es otra faceta en la que hacen falta personas comprometidas, aunq ue ya sé que hace falta ser pragmáticos para superar los ejercicios ante un tribunal.
      Es interesante la metáfora del desodorante que no nos abandona. Pero, claro, hay que ponérselo.
      A mí también me gusta más la palabra maestro.
      Un gran abrazo.
      Y muchas gracias Nunca escribes en vano.
      MÁS.

      • A mí me vendría muy bien una ilustradora como ella para crear las imágenes que acompañan a la portada de mi revista. Pregúntale si le interesa mi propuesta. La revista se edita cada dos meses y las imágenes podían ser alegoricas a la actividad física y el deporte. Te recuerdo el nombre EmásF. Puede buscarla en internet.

        • Querido Juan Carlos:
          Es probable que ella te lee, porque sé que entra en el blog. Pero yo la hablaré de esta colaboración. Yo creo que le hará ilusión.
          MÁS

        • Estimado JUan Carlos:
          He hablado con Isabel sobre esa posible colaboración con tu revista. Le parece estupendo.
          Voy a facilitarte su teléfono (697711096) para que puedas llamarla o escribirla por whatsapp.
          No sé si la revista tiene posibilidad de pagar algo pero, aunque no pueda hacerlo, creo que estaría dispuesta a echar una manao.
          Un abrazo.
          MAS

          • Gracias Miguel Ángel por la gestión. La revista es artesanía en pura. Sólo da trabajo, mucho trabajo altruista…

            Le daré un toque.

            un abrazo.

  4. Muy buenas Miguel Ángel!
    Tu artículo como siempre chapó!!
    Nos estamos acostumbrando al jamón de bellota 5 estrellas. Aunque hoy la lectura ha sido muy temprana a veces nos dejas sin palabras y no sé qué comentar. Como suelo decir habitualmente tienes más razón…que un Santos Guerra.
    Tengo amigos y amigas ya jubilados que no han dejado la educación y siguen colaborando en centros. Es una maravilla y un regalo.
    Ser Maestra se es siempre, el mundo es un aula parece una frase de camiseta!!
    Mil gracias por las citas y los libros que compartes, mi biblioteca te quiere y te está muy agradecida, nunca pasa hambre contigo.
    De verdad, un fortísimo abrazo.
    Te Queremos

    • Querido Miguel, querida Gema, querida familia:
      El libro me ha gustado mucho. Tanto es así que estaba con otro, lo compré en el aeropuerto de Barajas y, en unas horas, lo terminé, dejando todas las otras lecturas. El autor, que no es un escritor consagrado, ha tenido un gran éxito. (Hay un gato en la novela al que el dueño llama Perro porque tiene los comportamientos de un can).
      La estratagema de convertir a alguien en profesor para que aprenda a leer sintiéndose importante me ha parecido magnífica.
      La idea del PPP se me ocurrió mientras escribía-
      Qué buena idea la de esas escuelas que dan cabida a la colaboración de maestros/as jubilados.
      Un gran abrazo.
      A ver si concretamos y cerramos el proyecto.
      MÁS

      • Hola MIGUEL ÁNGEL SANTOS:
        estoy de acuerdo con abrir la propuesta “Plan de pensiones Pedagógico”. Es interesantísima.

        Lo expones muy claro en el artículo de hoy sábado 17 de septiembre 2022. Me gustaría que fuese leído por muchos educadores y educadoras -cercanos y lejanos-. Viene bien recordar lo que somos, llevamos dentro y nos hierve… hasta el último día de nuestra existencia.

        ¡Qué bien sitúas en el espacio educativo al maestro y profesor. Primero en su aula y segundo en el aula/del/mundo como jubilado -un lugar largo y amplio para desempeñar la tarea de enseñar y aprender! ¡Es la forma auténtica de poner los puntos sobre las íes! Porque el profesor o el maestro es siempre primavera, con sus puertas siempre abiertas… o fuego o parpadeo como las estrellas que arden en las hazas del cielo…

        Qué hermoso es el contenido del artículo. Afirmo, con tristeza, que hay “profesionales de la ensseñanza” que evocan su experiencia personal, en el aula, como una carga pesada, maldita, insoportable, horrible, de cárcel gris…
        y hay otros que se lamentan cuando llega fin del trabajo, de la jubilación, que les aparta del lugar creativo y apasionante donde ha gastado sus años acompañado a alumnos y alumnas… A algunos de estos les he oído decir que ahora -después del jubileo- están más ocupados que cuando desempeñaban el oficio de docentes en los establecimientos educativos. No es lugar para citar nombres y expresiones. Sería una indiscreción por mi parte. Solo cito una persona de la que aprendí y sigo aprendiendo ininterrumpidamente desde los años como alumno, compañero de Departamento de Didáctica y Organización Escolar e investigador en el Grupo Humanidades 0365 Innovación Educativa y Perfeccionamiento del Profesor, dirigido y coordinado por él. ¿Sabes -saben- a quién me refiero? A Miguel Ángel Santos Guerra. Gracias por tu palabra pronunciada desde ese elevado adarve que me llega -que nos llega- nítida, puntual y como brisa marina.

        LAURENTINO HERAS MONTOYA
        (Profesor honorario de la UMA)

        • querido Lauren:
          Sé que eres uno de los lectores más fieles que ha tenido este blog desde su nacimiento. Y que muchísimas veces has leído el artículo en soporte de papel.
          Por eso cuando te incorporas a los también escriben. se incrementa mi gratitud, porque conozco tu enorme sensibilidad y de tu claridad de pensamiento. Conozco también tu compromiso con la educación y con la esfera de los valores.
          Sé también que, después de tu jubilación, has mantenido de forma generosa algunas tareas docentes en la Facultad,
          Tú has hecho muchas aportaciones aportaciones al Plan Pedagógico de Pensiones. Es la hora de disfrutar todo lo que has ddo.
          Me ha encantado tu comentario.
          Un gran brazo para ti y para tu familia a la que tanto aprecio.
          MÁS

  5. Querido Miguel Ángel:
    Una hermosa reflexión la que haces hoy. Es verdad que quien es maestro o maestra lo es para siempre, es un atuendo que se lleva puesto a diario y que forma parte de tu forma de estar en el mundo. En los tres últimos años se han jubilado cuatro compañeros cuatro compañeros y todas ellas lo han hecho con ilusión por vivir la nueva etapa que se abre ante ellos, pero también con lágrimas por la etapa tan importante de su vida que cierran.
    Y no es raro encontrarse con docentes que dedican parte de su tiempo de jubilados a seguir enseñando en otros lugares diferentes a la escuela: español a personas inmigrantes que desconocen nuestro idioma y han de aprenderlo para poder labrarse un futuro en nuestro país; a enseñar el manejo del ordenador a personas que sufren la brecha digital…
    Enseñar es una tarea muy noble que contribuye a que las personas que se han dedicado y se dedican a ella, sientan que si vida ha estado llena.
    Tú sigues llenando tu vida con la educación y nosotros, tus lectores te damos las gracias por ello.
    Un abrazo
    María Ángeles Peláez

    • Querida María Ángeles:
      Yo también conozco docentes jubilados que entregan generosamente su tiempo y su conocimientos de forma altruista.
      Y la sociedad debería aprovechar ese enorme capital.
      Pero hablo también del sentimiento de sentirse docente, aunque hayas terminado la vida profesional.
      Esa idea fue la que provocó el artículo. Y una vez en él, se me ocurrió la idea del PPP (Plan de Pensiones Pedagógico).
      Como te conozco, sé que tú haces aportaciones diarias a ese Plan. Te dará, ya desde ahora, muchas satisfacciones.
      Besos y gracias.
      MAS

  6. Para algunos de nosotros, el olor a profesor persiste después del horario escolar, como si fuera el conocido desodorante. No suelo reparar expresiones mutiladas con la misma precisión que tú, quizás porque no soy un excelente ejemplo. Pero disfruto impartiendo conocimientos sobre temas sobre los que al menos tengo algo de experiencia. Siempre tengo una agradable fragancia desodorante conmigo. basketball stars

    • Querida Carmen (supongo que re has equivocado al escribir el nombre):
      Tienes razón. También cuando estamos en activo seguimos siendo docentes cuando no estamos en horario laboral. Ya ves que yo hablo de que ese perfume sigue después de la jubilación.
      No entiendo tu frase «no suelo reparar expresiones mutiladas con la misma precisión que tú».
      Muchas gracias por tu testimonio.
      Besos.
      MÁS

  7. Un idea muy original la del Plan de Pensiones Pedagógico.
    Cuando leí el título no tenía ni idea de qué se trataba.
    Creo que es una idea magnífica. Hacer aportaciones de dedicación entusiasta a la tarea que realizamos en las aulas.
    La jubilación sera más feliz si hemos vivido intensamente la profesión.
    Está muy bien elegido el adjetivo que encabeza el título.
    Muchas gracias por el artículo y por los comentarios.

  8. Querido Maestro:
    Hoy soy la más rezagada del grupo.
    Un problemilla en el ojo operado me ha impedido leer su extraordinario comentario sobre la profesión más humana del mundo, ser maestra.
    Sin duda me estremezco al leer con tanto amor las palabras que dedica a una profesión que considero que es de vocación.
    Creo que nací siendo maestra y moriré con el mismo pensamiento.
    Ahora la puedo ejercer con mis nietos, mis auténticos tesoros, todo lo que siento por esta maravillosa profesión.
    !Ojalá pueda trasmitirle todo el amor que hay dentro de mí.!
    Ya sin más disculpándome por mi retraso en leerle, me despido con un gran abrazo para todos.
    !Qué la semana sea feliz y leve!
    Muchos besos.

    • Querida Loly:
      Espero que el problema de tu ojo se haya solucionado completamente.
      No te preocupes por cuándo lees y escribes. Siéntete libre para hacerlo o no hacerlo y para hacerlo EN EL MOMENTO QUE PUEDAS O QUIERAS:
      Estoy seguro de que has vivido intensamente tu profesión y que te sigues sintiendo maestra, ante tus nietos y ante todo el mundo.
      Tu HAS SIDO Y ERES una maestra.
      Besos y gracias.
      MÁS

  9. Estimado Dr. Santos Guerra
    El ser maestro o maestra, es una profesión de tiempo completo.
    Precisamente ayer hablaba con mis alumnos sobre la importancia de la profesión y que por ser precisamente una de tiempo completo, debemos cuidar que la representemos dignamente. Un consejo que le doy siempre a mis alumnos, que desde el momento que eligieron ser docentes, deben de cuidar hasta lo que publican en sus redes personales, porque de aquí en adelante se convierten en servidores del pueblo y la sociedad nos estará evaluando constantemente.
    En un estudio que llevó a cabo por Judith Rich Harris, mencionó en sus conclusiones que los niños no ven como ejemplo a sus maestros, inclusive no nos consideran parte de su mundo, sino que el niño ve como ejemplo a su igual que está unos años arriba que él. Es decir, a sus compañeros que están un grado o dos más adelante. Este estudio derrumba lo que siempre habíamos pensado, que los maestros y maestras somos el ejemplo de los estudiantes…por eso siempre debemos vigilar la forma en la que nos comportamos, vestimos y hablamos.
    Despues de leer el estudio completo, llegué a la conclusión de que no importan los resultados de la Psicóloga Rich Harris, seguiré portándome de tal manera que mis alumnos me respeten y yo a ellos, seguiré entregándome en cada clase con amor por la enseñanza como le he tratado de hacer desde el primer día que empecé la tarea de enseñar, seré respetuoso, atento, educado, honesto, puntual y comprometido, porque así quiero que mis alumnos también lo sean.. como si la vida de mis estudiantes dependiera enteramente de lo que haga o deje de hacer en el aula. Para los docentes de corazón, seremos siempre el ejemplo para nuestros alumnos y ese es el motor que muchos nos mueve y seguiremos enseñando aunque dejemos las aulas, porque como bien dice usted… ser docente es un estilo de vida.
    Hace poco me encontré con mi maestra de 4to grado de primaria, tendrá como 20 años que se jubiló y sin pensarlo la saludé diciéndole maestra…
    El ser maestro o maestra no es un título que se quite y se ponga… se pone y ahí queda para siempre y es responsabilidad de cada cual refrendarlo de manera positiva o arrastrarlo como un lastre.
    Me admiro de las nuevas generaciones de maestros que estamos formando, que aún no terminan sus estudios y ya están sacando cuentas para cuando se jubilarán y empiezan a despotricar por el salario y las prestaciones, aún sin ser parte del sistema. Siempre lo he dicho, que cada quien decide como tomará el quehacer docente, podemos pasar toda la vida quejándonos del sistema, tristes, enojados o tomamos la decisión de disfrutar lo que hacemos con las cosas buenas y aprendiendo de las no tan buenas.
    Lo mencionó Victor Frank «El hombre en busca de sentido» cuando le preguntaron que si como le hizo para sobrevivir a los campos de concentración y dijo «Todo me pueden quitar, menos la forma en la que yo reacciono a lo que me hacen, eso lo decido yo»
    Saludos cordiales.

    • Estimado Misael:
      Gracias por tu interesante comentario.
      Creo que es cierto que los pares de más edad tienen una fuerte influencia sobre las personas, pero no se puede decir que los adultos no influyan también. Todos conocemos alumnos que han elegido unos estudios y una profesión por la influencia de sus maestros.
      También a mí me preocupa que los jóvenes maestros y las jóvenes maestras abandonen pronto las mejores ilusiones y se conviertan en mercenarios preocupados solo por el sueldo, las vacaciones y la jubilación. Qué triste para sus alumnos… Y también para ellos.
      Interesante cita de Víctor Frank.
      Un cordial saludo y muchas gracias por la participación.
      MÁS

      • Gracias por compartir sus textos, pero sobre todo gracias por tomarse el tiempo de leernos y contestarnos.
        La frase completa de Víctor Frank es esta:
        “Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.
        “Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino”.
        Saludos cordiales.

        • Estimado Misael:
          Es un placer dialogar con los comentaristas del blog.
          Me gusta un libro de Luis Rojas Marcos titulado SUPERAR LA ADVERSIDAD.
          Me gusta decir que existe una ciencia y un arte muy importantes en la vida: Convertir dos signos menos en un signo más,
          Un cordial saludo.
          MÁS

  10. Estimado Miguel Ángel
    soy docente y soy jubilada. Tal como usted lo expresa nunca dejaré de ser docente. Amo enseñar. Algunas veces hago lo que usted hace. Por ejemplo , en ocasiones cuando un estudiante solicita algo dice «por casualidad no tiene una goma? y yo respondo: no, por casualidad no la tengo , la tengo porque la compré. O dicen me presta una hoja? . Yo le pregunto ¿vas a devolverla?, responde ,no. Entonces debes decir me da una hoja.
    Es maravilloso enseñar. Usted lo hace siempre y yo disfruto de ello.
    Saludos

    • Querida María Rosa:
      Ya veo que eres de las que ha ido creando un buen Plan de Pensiones Pedagógico. Disfrutaste de tu tarea y ahora sigues haciéndolo sintiéndote maestra. Porque maestra SE ES. Y de maestra se ejerce.
      Me ha alegrado mucho conocer tu testimonio.
      Besos y gracias.
      MÁS

  11. Muchas gracias, Miguel Angel; this is part of what I learned thanks to you at Flich. Learning to grow. Reflection from the transcendental so that life does not pass us by unnoticed. I’m currently working on a study about the importance of considering socioemotional factors in university judgment. Nobody can deny that learning is a continuous and negative process that must be overcome in order for us to truly grow as integral beings. If you have any relevant articles, I’d appreciate it if you could send them to me.
    A warm greeting

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