Al rincón de pensar

2 Jul

Estábamos cenando en un estupendo restaurante de Valencia cuando Javier Muñoz, un amigo recién estrenado, en la sobremesa compartida con María Ángeles, formadora como él en Kapta Estrategias, nos cuenta que su hija Belén, con tres añitos, después de tener una  pelea con un compañero de clase, recibió la orden de ir al rincón de pensar. Pasados unos minutos, la maestra la llamó para saber a qué conclusiones le había llevado la meditación frente a la pared.

No hace falta esforzarse mucho para adivinar cuáles eran las expectativas de la profesora. Esperaba que en esos minutos hubiese llegado a las conclusiones deseadas: que estaba muy arrepentida de la violencia que había utilizado, que deseaba dar un abrazo al agredido e, incluso, pedirle perdón. Y, por supuesto, que no volvería a  pegar a  nadie sino a dialogar de forma tranquila para defender sus derechos y sus propiedades. Al rincón de pensar  se le atribuyen unas mágicas cualidades que hacen que, quien se sitúe allí durante un corto tiempo, va a acabar concluyendo que se arrepiente de la mala acción y que está dispuesto a  no repetir el comportamiento indeseable. Lo cual supondrá, al hacerlo público, una importante lección para quienes escuchan el milagroso resultado de la reflexión.

  • Belén, dinos lo que has pensado, dice la maestra, esperando la lección que la niña ha aprendido y que todos y todas van a compartir.

Para desconcierto de la maestra y sorpresa de los compañeros y compañeras de la clase, dice:

– He pensado que me devuelva el estuche y la mochila porque mañana no pienso venir.

Belén tenía su lógica. Ella prefería, al día siguiente,  estar en un lugar donde no hubiera compañeros belicosos  ni rincones de pensar y donde nadie le quitase su querido estuche y su imprescindible mochila.

¿Qué hacer ahora? Porque la situación es muy delicada. La profesora no le va a decir: pues toma tu estuche y tu mochila, siéntate y mañana no hace falta que vengas. Otra posibilidad es  decirle a Belén:

  • Ahora vas a volver al rincón, a ver si piensas de otra manera y llegas a una conclusión que me guste más. Porque, por no pensar de una forma rigurosa, has llegado a una conclusión  falsa.

 Supongamos que Belén vuelve al rincón de pensar, ahora un rato más largo, porque la maestra piensa que mientras más tiempo esté, considerará que lo que ha hecho es muy negativo. A ver si ahora razona de forma deseable y se rompe así la mala repercusión que sus palabras han tenido en el grupo. Porque si todos los que van al rincón de pensar acaban razonando de esa manera, puede desencadenarse  una rebelión masiva

Me imagino a Belén en el rincón de pensar,  ahora un poco más enfadada, buscando algún nuevo argumento  para sostener la conclusión a la que había llegado. Cuando la profesora le vuelve a preguntar sobre lo que ha descubierto, no sería extraño oírla  decir:

  • Quiero que me devuelva el estuche y la mochila  ahora mismo porque deseo irme ya. (Para sus adentros se dice que no quiere pasar todo el día en el rincón de pensar y no desea concluir de otra forma).

Cuando le oí a Javier esta historia de su  hija Belén, me acordé del que fue hace ya algunos años Director General de Universidades, el profesor Miguel Ángel Quintanilla, eminente catedrático de filosofía. Un día le oÍ decir:

  • Con estas teorías que tenéis los pedagogos de que se debe razonar con los niños lo que está bien y lo que está mal y no imponerlo por la fuerza, cuando  mi hijo de cinco años hacía alguna trastada, le decía que teníamos que razonar sobre lo que había pasado. Un día que el niño acababa de hacer una buena faena, le llamé enérgicamente:
  • Ven aquí ahora mismo.

Y el niño, cruzando los brazos delante de la cabeza para protegerse, repitió varias veces, suplicando:

  • ¡Papá, razonar, no! ¡Razonar, no!

Lo que el niño quería decir era algo así: dame un castigo de cumplimiento rápido y no me hagas sentir incoherente, desaprensivo y mala persona. No me quites un tiempo precioso que puedo dedicar al juego en lugar de sentirme abrumado por un discurso largo, aburrido y humillante.

Y es que en esto de los castigos o las reconvenciones damos muchas cosas por sentadas. Y en educación casi nunca sucede que si A, entonces B. Lo que realmente pasa es que si A, entonces B, quizás.

Padres y educadores hemos de actuar con tacto y equilibrio. Y, por supuesto con amor. Corremos el peligro de actuar con la ley del péndulo. Ahora en un extremo y luego en el otro. De una actitud autoritaria e irracional como la de aquel padre que le decía al hermano mayor: “vete a ver lo que hace el niño y prohíbeselo” a una permisividad absoluta que les permite a los niños y a las niñas hacer siempre lo que les de la gana.

Los niños y las niñas tienen que tener consistencia normativa, tienen que saber a qué atenerse, tienen que saber que hay buenos y malos comportamientos, que han de respetarse los derechos de todos y no solo los suyos. Tienen que saber  que existen normas para el bien común y que han de ser respetadas y que tienen derechos, pero también obligaciones.

Cuántas veces pensamos: si damos un castigo severo a un alumno por una falta que ha cometido, todos los demás escarmentarán. Y eso, ¿cómo se sabe? Porque, en algunos casos, en lugar de detestar el mal comportamiento del compañero castigado, lo que hacen es admirarlo como si de un héroe se tratase. No les dan ganas de no imitar el mal comportamiento sino que desean adquirir el coraje de imitarlo. Bueno, de imitarlo y  de no ser descubiertos.

Por otra parte, no todos los niños y las niñas son iguales. Un reproche que a un alumno le estimula, a otro le desalienta. Un castigo que a uno le corrige despierta en otro un odio indestructible a quien le ha castigado.

¿Qué es lo que quiero decir con estas dos anécdotas? En primer lugar, que cada caso es único e irrepetible, que cada persona reacciona de manera diferente y no siempre de la forma esperada. Hay que conocer bien a los alumnos y a las alumnas porque no todos reaccionan de la misma manera a los mismos estímulos.

En segundo lugar, hay que poner en tela de juicio nuestras actuaciones. Porque no siempre producen los efectos deseados.  Y, a veces, generan efectos nocivos  indeseables.

En tercer lugar hay que seguir observando y analizando a través del tiempo las consecuencias que tienen nuestras decisiones. ¿Qué se pretende conseguir? ¿Cómo y cuándo se espera el logro deseado? Si no se consigue, ¿por qué se ha producido el fracaso? Solo así podremos aprender, solo así podremos mejorar.

He hablado de tiempo y plazos porque a veces pensamos que una intervención nuestra, seguida de una promesa de corrección por parte del infractor, ya resuelve el problema para siempre. Y no. Y, a veces, nos desesperamos:

La impaciencia no es buena consejera. ¿No me prometiste ayer que no ibas a decir nunca más  una mentira?, decimos indignados ante un nuevo  engaño. Claro que lo dijo. Y es probable que lo dijera sinceramente, plenamente convencido. Pero ha vuelto a mentir. Y lo hará ma siguiente con una cestita a recoger las manzanas?n el jardmpos, tienen sus ritmos. ¿Qu aconfesar algunos ás veces. Lo cual no quiere decir que cada vez que promete corregirse no sea sincero. ¿No se van a confesar algunos adultos creyentes cada semana? ¿Qué pasa? ¿No se habían arrepentido? Claro que sí. Pero han vuelto a pecar. Una semana tras otra. Y son adultos.

La impaciencia nos acucia, pero los procesos requieren sus tiempos, tienen sus ritmos. ¿Qué pensaríamos de alguien que planta una semilla de manzano en el jardín y va al día siguiente con una cestita a recoger las manzanas y, al no ver los frutos, destruye la semilla porque no sirve para nada? Qué error, diríamos. Habrá que regar y proteger y cuidar y podar…y esperar con optimismo que algún día tendremos manzanas.

La palabra autoridad proviene del verbo latino auctor, augere, que significa hacer crecer. Quien machaca, silencia, castiga, anula y humilla, tendrá poder, pero no tiene autoridad. Y. ¿cómo se gana esa autoridad?  Con el ejemplo, la responsabilidad, la coherencia, la paciencia, la constancia y el amor.

Los adultos insistimos mucho en que no se puede confundir libertad con libertinaje. Nos acordamos menos de decir que no se puede confundir autoridad con autoritarismo. Para saber más sobre estas cuestiones ahí está el libro de José Antonio Marina “La recuperación de la autoridad. Crítica de la educación permisiva y de la educación autoritaria”. Que aproveche.

27 respuestas a «Al rincón de pensar»

  1. Querido Maestro!
    Hoy estoy llena de ilusión y amor porque anoche fui a la graduación de mi nieto de 3 años , Mario. Ya pasa de la guardería al colegio.
    Todo un acontecimiento lleno de risas, algún llanto, de colores y de ilusión.
    Una fiesta donde comprobé como de constante en el tiempo tiene que ser la educación.
    Como niños tan pequeños tienen un corazón tan grande.
    Como la suma de muchos principios hacen grande a una persona. Y que esos pequeños llegarán a ser ilustres después de ir al rincón de pensar, asumiendo cada uno su personalidad.
    En este punto de reflexión me gustaría decirle que Mario es un niño con altas capacidades.
    Y como pedagogo me gustaría, si es posible, contar con su experiencia en estos temas.
    Tiene un lectura fluida con solo 3 años y medio. Es más vivo que un relámpago.
    Me da algo de miedo, porque en este mundo todo lo que se salga de la normalidad es una situación difícil.
    Yo voy a estar aquí para ayudarlo, con los pocos conocimientos y lo que sé.
    Pero tanto niño que vi en la fiesta, con tanta ilusión y con tanto poder de sorpresa ante la mirada de los adultos que estábamos allí, me llena de ilusión porque seguro conformarán un mundo mejor.
    A eso me aferro, porque pensar en la violencia que hay, me desgarra el alma.
    Los niños son el futuro más cercano y más tierno donde agarrarse para conseguir la alegría de vivir.
    Y ya sin más deseando mucha felicidad y paz para todos me despido hasta el próximo sábado.
    ¡Qué la semana os sea leve!
    Besitos.

    • Querida Loly:
      Enhorabuena a Mario por este paso que habéis celebrado con tanta alegría.
      Qué importante para estos niños y niñas es la educación, es la escuela y la familia trabajando al unísono.
      Hace algunos años dirigí una tesis doctoral sobre un alumnos con altas capacidades. Fue una experiencia magnífica.
      No me preocupa tanto la etiqueta como el conocimiento y la respuesta a las peculiaridades de cada uno.
      Tenemos que acompañarlos para que crezcan de forma sana y, sí, para que hagan mejor este mundo nuestro.
      Besos.
      Gracias por compartir esta hermosa experiencia de tu nieto.
      MÁS

  2. Hola Miguel Ángel.

    Corrige estos párrafos que se te han desconfigurado:

    “Cuando le oí a Javier esta historia de su hija Belén, me acordé del que fue hace ya algunos años Director General de Universidades, el profesor Miguel Ángel Quintanilla, eminente catedrático de filosofía. Un día le oEn primer lugar, roe se tratase. mal la profdsora: puestoma tu estuche u tu mochile, siestras deisiones.. ¿Qus est Un castigo quí decir:”

    “Y lo hará ma siguiente con una cestita a recoger las manzanas?n el jardmpos, tienen sus ritmos. ¿Qu aconfesar algunos ás veces. Lo cual no quiere decir que cada vez que promete corregirse no sea sincero”.

    En tu caso, si se te puede enviar al “rincón de pensar”, no por castigo, sino porque seguro que aprovechas el tiempo en reflexionar sobre cualquier cosa que te ronde la imaginación. O también se te puede enviar al rincón, en este caso al “Rincón de la Victoria” 😉

    Mañana, me voy a mi rincón de pensar bajo la sombrilla…

    Feliz verano!, para ti y para todos los asiduos…

    • Querido Juan Carlos:
      Voy a revisar lo que ha pasado.
      Gracias por la advertencia.
      Los rincones de los que hablas siempre son gratos: a pensar y a disfrutar.
      Parece mentira que estés otra vez bajo la sombrilla.
      Que disfrutes de las vacaciones que tan bien te has ganado.
      Un abrazo.
      MÁS

  3. Querido Miguel Ángel:
    Cuanta experiencia, sensatez, conocimiento de la psicología infantil has derrochado en este artículo. Conocimiento de la psique infantil y de los adultos que cambiamos la ingenuidad, sinceridad infantil por el razonamiento interesado.
    Los niños actúan irreflexivamente. Los adultos, a veces, reflexionamos demasiado.
    Tengo dos nietos todavía niños, no necesito decir, que para mí, son lo mejor, pero añoro muchas veces lo que dices: pocas normas claras y que hay que cumplirlas. No sirve el hoy prohíbo y mañana permito.
    Como cada ser humano es único e irrepetible, debemos concluir que la educación perfecta debe ser única e irrepetible para cada ser humano. Por utópico que no quede, aunque sea real.
    Para los adultos todos los lugares son buenos para reflexionar. Yo me apunto al de la silla bajo la sombrilla y si abro los ojos el inmenso mar.
    Un gran abrazo, Miguel Ángel, y saludos a todos.
    P.D. Te diré que me ha visitado la COVID, y se ha portado conmigo pero que bien, muy bien. Por suerte ya me ha abandonado.

    • Querido Joaquín:
      Vaya, menos mal que el maldito virus te ha visitado cuando está debilitado y hace poco daño. Antes, decir que te habías contagiado te llenaba de terror.
      Una alumna mía tuvo que aprender a caminar y a escribir. Faltó poco para que se fuera al otro barrio. Ahora, con la vacuna, es otra cosa. Me alegro de que ya estés plenamente recuperado.
      Tema bien peliagudo el de este artículo.
      Javier Urra, un buen amigo, tiene un libro de título inquietante: El pequeño dictador. Cuando las víctimas son los padres.
      Un gran arado.
      Gracias por estar siempre ahí.
      MÁS

  4. Buenas Magister!
    Esta mañana temprano, después de leer en Equipo tu carta sabatina me he ido al rincón de pensar y con los líos todavía estoy en ello.
    Estamos de ruta y mañana me gustaría hacerlo con más tranquilidad porque tiene mucho calado las cosas que nos cuentas.
    De verdad, mil Gracias por no fallar.
    Besotes de tu familia vecina al oriente.

    • Querido Miguel, querida Gema:
      Los inquebrantables sois vosotros. Incluso estando de ruta, hay lectura, reflexión y escritura.
      La verdad es que este asunto tiene mucha miga.
      Del “cállate, que están hablando los mayores” al “silencio, que habla niño” hay muchos tonos intermedios.
      Feliz viaje, familia.
      No puedo dejar de daros las gracias POR CÓMO SOIS.
      MÁS

  5. Querido Miguel Ángel:
    Como le ha ocurrido a otro de tus lectores, a mí también me ha dejado ya el virus, aunque con una debilidad muy grande, tanta, que me ha costado leer varias veces el artículo para medio extraer su lección.
    Belén, esta pequeña de 3 años quería su estuche y su mochila y seguir con su vida (jejeje) y tiene su lógica, claro que sí. Es muy difícil para una pequeña de esa edad compartir. Recuerdo lo que hizo mi hijo en el cole en su primer día ( yo no pude acompañarlo porque trabajaba, y lo hizo la chica que trabajaba en casa cuidándolo) y no era otra cosa que decirle a los compañeros “esto es mío y de Laura”. Laura es su hermana.
    Desde la perspectiva de la pequeña su respuesta es lógica, pero desde la perspectiva de la maestra también lo es a mí entender (qué otra cosa podría hacer en una situación que se ha planteado en un aquí y ahora que no te permite disponer de un tiempo de reflexión sobre cómo abordar el tema con esa niña en concreto).
    Pero también es cierto que hay otras ocasiones en las que conoces un poco mejor al niño o la niña y eso te permite poder responder de otro modo.
    Tarea apasionante educar a los niños y niñas tan pequeños, pero que en muchas ocasiones te sitúan en dilemas que requieren de una reflexión más profunda que la propia inmediatez de la respuesta que has de dar en el momento, sobre todo si la pelea entre iguales ha llegado a las manos.
    Muchas gracias por tus enseñanzas y reflexiones.
    Un abrazo y feliz verano.
    María Ángeles Peláez

    • Querida María Ángeles:
      Me ha preocupado esa debilidad extrema de la que me hablas. No conocía esa secuela de la Covid. Quiero pensar que se trata de una situación que, con el tiempo, irás recuperando la normalidad.
      Los temas relacionados con la convivencia entre iguales y con la autoridad educativa no responden a un único patrón. Creo que es importante conocer bien a los hijos y a los alumnos porque, como alguna vez he dicho, hay dos tipos de niños/as: los inclasificables y los de difícil clasificación.
      Hay niños dominantes y niños sumisos. Hay niños obedientes y niños díscolos…
      Qué duda cabe que otra niña hubiese dado una respuesta distinta a la que planteó Belén. Y que otro niño que no fuera Miguel hubiese reaccionado e otra manera respecto a la idea de compartir sus coosas.
      Por eso es tan difícil y a la vez tan apasionante la educación.
      Decía el humorista Perich: la educación es una tarea de mucha paciencia, sobre todo por parte de los niños.
      A ver si mejoras con rapidez.
      Besos. Gracias.
      MÁS

  6. Cuando te expresas desde la experiencia creas prácticamente un cuento y las líneas se hacen largas esperando llegar al final y la conclusión. Como siempre…un 10

  7. Querida MAS, como sabrás ya a estas alturas, el procedimiento de las oposiciones está siendo desastroso para miles de opositores que han visto sus esfuerzos y su dedicación devueltos con una nota por debajo de lo lógico…hay mucho revuelo de nuevo por el sistema y qué es lo que está pasando…Decenas de personas que han salido del examen pensando…está de 10…y luego han sacado uno 1 o un 2. Yo, afortunadamente, soy de los que, pensando en sobresaliente, he pasado a defender la programación de forma sobreviniente con un 5,5. El martes expongo al tribunal con ilusión aun sabiendo que no voy a llegar al objetivo final. Me quedo con el proceso: estudiar, leer, conocer a gente importante emocionalmente como tú y luchar por seguir educando en el aula…algún día lo conseguiré. Un saludoooo!!!

    • Querido Paco:
      No sé si te dije que hace algunos años dirigí una tesis sobre el acceso a la función docente. No hubo NI UNA SOLA OPINIÓN FAVORABLE al sistema de oposiciones: ni opositores, no miembros de tribunales, ni directores, ni inspectores, ni profesores de academias de preparación… Uno se pregunta cómo se mantiene un forma de selección tan deficiente.
      No te desanimes. Mr parece muy bien tu actitud: “algún día lo conseguiré”. Y así será. Ese día hará que felicitarte y, sobre todo, habrá que felicitar a quienes van a ser tus alumnos y alumnas.
      Un gran abrazo.
      Ya nos cuentas.
      Gracias por pasarte por aquí.
      MÁS

      • Querido MAS: a punto de terminar con la oposición te hago un resumen. Mañana presento méritos. La media de la primera parte fue de un 5,5…me quedé un tanto desanimado. Pero tras la exposición al tribunal me pusieron un 9.7!! Me encantó poder hablar de educación durante una hora con ellas…fue un momento mágico. Empecé con un cuento y acabé con una cita tuya de este blog. No accederé a la plaza pero me quedo encantado de haber participado en el proceso. Me quedo con las cosas buenas de este tiempo. Entre otras cosas haberte conocido. Un abrazo!!!

        • Querido Paco:
          Buena experiencia porque tú la haces buena.
          El día 31 de diciembre de 2010 publiqué un artículo en este blog titulado TODO ES PARA BIEN.
          ME GUSTAN LAS PERSONAS POSITIVAS COMO TÚ. De todo aprenden y de todo disfrutan. Hasta de un proceso tn ingrato e injusto como este. Incluso de dos signos menos son capaces de sacar un signo más.
          Gracias por la cita mía que utilizaste. Ojalá también haya sido para bien.
          Cuando alguien aprueba oposiciones suele decir que lo deseable es que no solo se pudiera felicitar al opositor sino que se pudiera felicitar a los alumnos y alumnas ue van a pasar por sus manos, por su mente y por su corazón.
          Un gran abrazo.
          Ha sido una gran suerte que te hayas incorporado a este veterano blog, que va camino de los 20 años.
          MÁS

  8. El rincón de pensar existe en muchas aulas. El problema está en que quienes mandamos a los niños al rincón esperamos que salgan del rincón arrepentidos y avergonzados. El problema es que, como sucedió en el caso de BELÉN, las conclusiones del razonamiento no sean las esperadas.
    He ido al rincón, he pensado … y quiero irme de aquí. ¿Qué hacemos entonces? El recurso ha fallado.

    • Querida Raquel:
      El problema que ha sobrevenido con la reacción de Raquel es que la reflexión frente al rincón no ha funcionado como se pretendía.No sé que hizo la profesora de Belén. Pudo ser de alguna de estas formas:
      – Está bien. Siéntate en tu sitio y sigue pensando.
      – Sigue pensando (hasta que llegues a la conclusión deseada).
      . Pide perdón a tus compañeros.
      – Mañana hablaré con tus padres.
      – No vengas a clase hasta que soluciones en el problema.
      – Estás castigada y no sales al patio…
      Creo que el problema es que no seguimos observando y analizando lo que sucede con nuestras intervenciones. No sabemos con certeza lo que sucede como resultados de nuestros silencios, de nuestras palabras y de nuestras decisiones.
      Besos.
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  9. Qué gracia la reacción de Belén. Y cuánta filosofía encierra.
    La disciplina escolar es una exigencia que ha de ponerse al servicio del respeto y del aprendizaje. Pero hay muchas ocasiones en que se exige la disciplina como si fuese un fin en sí misma.
    Belén no quiere volver a un lugar en el que se la pone frente a un rincón. Supongo que ella se sintió castigada.

    • Querida Mónica:
      Me gustaría saber cómo reacciona AHORA Belén después de tantos años de aquello. Han pasado más de veinte años y es interesante saber cómo vive ella ahora aquella reacción. Está claro que en la familia lo recuerdan como un gesto llamativo. Es decir, como un gesto que nace de una personalidad fuerte, que no se deja avasallar.
      Si logro información al respecto, la compartiré contigo y con los lectores y lectoras del blog.
      Besos.
      MÁS

  10. La historia de Belén tiene su gracia y, como se dice en el artículo, interesantes significados.Se sale de las expectativas de la docente. Se espera de ella otra reacción.
    Y está bien que sepamos que no todas las personas reaccionamos igual ante los mismos estímulos. Sw espera de ella que salga arrepentida, pero no es así. Ella reacciona de una
    manera transgresora pero no sabemos cómo reacciono la profesora.
    No podemos esperar que todos reaccionen de la misma manera y, menos aún, de la manera que esperamos o deseamos.

    • Querido Javier:
      Pues sí, también sería interesante saber cómo reaccionó la profesora ante la salida de Belén porque hay profesores con poco sentido del humor y suelen responder de forma agresiva ante contestaciones de este tipo.
      Es importante tener capacidad de reacción ante ese tipo de salidas.
      los diálogos sobre la disciplina son interesantes y merecen ser estudiados.
      Un abrazo.
      Gracias.
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  11. La disciplina en la escuela es un fenómeno complejo.
    Lo primero que hay que pensar es por qué es importante y necesaria la disciplina.
    Lo segundo es cómo se puede conseguir.
    Y lo tercero es cómo actuar cuando se producen actos de indisciplina.

    • Querida Sandra:
      Tres puntos importantes.
      Hablamos de una disciplina educativa, no militar. Es fruto del diálogo, de la convicción, del respeto a los demás.
      Se trata de una disciplina que educa, que forma, que ayuda.
      Y no se consigue con el miedo, con el castigo, por la fuerza.
      ¿Qué pasa cuando están solos, cuando no están vigilados?
      Se trata de aprender a ser responsables.
      Besos. Gracias.
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  12. Buena tarde Dr. Santos Guerra.
    Su texto me hizo recordar cuando no hace poco algunos docentes, enviaban a la esquina con una orejas de burro en la cabeza a los alumnos que no hacían la tarea, sin pensar siquiera en las razones por las que no la hicieron: problemas en casa, falta de organización del tiempo no entendieron etc… pero dando por hecho que no la hicieron porque simplemente no quisieron.
    Lo que las nuevas y no tan nuevas formas de ver el aprendizaje y de generar verdaderos ambientes de trabajo nos han enseñado, es el sin fin de problemas de autoestima, emocionales y actitudinales que desencadena este tipo de acciones en los niños, que se encuentran muy lejos de ser formativas, como comunmente pensaban y piensan aún ciertos docentes. En alguna ocasión me tocó ir a observar a los practicantes de mi escuela cuando estaban dando clases en una escuela primaria. La primer parte de la clase la estaba dirigiendo la maestra titular y tenía una manera muy curiosa de hacer que los alumnos llegaran puntuales a clases… si un alumn@ llegaba tarde, le cantaban una canción que decía que se le habían pegado las cobijas y cosas así. En esa ocasión la víctima fue una niña, que llegó tarde y tuvo que cruzar todo el salón de esquina a esquina, escuchando dicha canción, hasta llegar a su butaca. Se sentó a un lado mío y cuando lo hizo, quise dirigirle la palabra para plaricar con ella, pero al verme se le llenaron sus ojos de lágrimas y se agachó en llanto.
    Lo que la niña acababa de pasar fue algo que marcó mi forma de ver la educación. Es una lección aprendida y compartida con todos mis alumnos. Desconocemos las luchas emocionales que cada persona trae, por lo tanto no tenemos derecho a actuar con displicencia pensando que lo que hacemos es inofensivo.
    Cuando la niña se clamó, le pregunté porque había llegado tarde y me dijo que su papá trabaja de noche y la deja con sus abuelos porque su mamá la abandonó y llegó tarde por ella porque tiene que cruzar la ciudad.
    Cuando nos atrevemos a voltear la vista y ponemos atención a todas las historias de vida de nuestros alumnos, nos damos cuenta que nos falta mucho por aprender y hacer.
    Muchas gracias por recordarnos que tenemos cambiar la forma de pensar y que sin nuestra ayuda, muchos niños no lograran alcanzar sus metas. Si no podemos garantizarles que les vaya bien en la vida, por lo menos hagamos agradable el espacio de tiempo que convicimos con ellos y ayudemos a que desarrollen las herramientas para que puedan alcanzar sus sueños.

    • Estimado Misael:
      El diálogo es muy importante en la educación.
      El ejemplo que compartes con nosotros es aleccionador.
      Castigar a la niña con una canción humillante es un ejercicio de sadismo.
      No es así como se aprende la responsabilidad. Porque lo que produce como respuesta ese castigo es rabia, dolor y humillación.
      Muchas gracias por tu participación.
      Un gran abrazo.
      MÁS

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