Con el freno de mano puesto

19 Mar

Atrapados por la guerra, la pandemia, la erupción de un volcán, la inflación  galopante, la subida del precio de la luz y de los carburantes, el desabastecimiento de los mercados… y otros males mayores, corremos el riesgo de olvidar problemas psicológicos que pasan inadvertidos. Uno de ellos es el de la autoestima de nuestros niños, niñas  y jóvenes.

Hace unos días recibí un largo mensaje de Cristina Gutiérrez-Lestón, directora de la experiencia educativa La Granja, que comenzó hace años en Barcelona y ahora ha llegado también a Madrid. La Granja es una experiencia de alto nivel educativo que trabaja las emociones de niños y jóvenes en un espacio de ocio situado en plena naturaleza. Miles de niños y de jóvenes han pasado por esta vivencia que tiene el cielo por techo y echa sus raíces en el terreno de las emociones.

En el mensaje  plantea Cristina una cuestión de enorme importancia: muchos niños y jóvenes de hoy muestran una inquietante baja autoestima. Es un fenómeno preocupante por todo lo que significa y por las consecuencias que ese hecho tiene para la infancia y la juventud. Dice Maxwel Maltz que la baja autoestima  es como conducir por la vida con el freno de mano puesto.

Cristina comparte en su comunicado algunos casos con los que se encuentra en su trabajo:  “Yo no soy importante, ni soy amiga mía. No me merezco tratarme bien porque no lo valgo”, dice Anna, una niña de 10 años. Anna, además, añadió: “a veces me hago una bolita en la cama y lloro en silencio, y no quiero que nadie me escuche”.

“Me odio a mí mismo: no me gusto físicamente, ni mi comportamiento ni como soy. Tengo un corazón blando, pero lo protejo con una capa de piedra dura y negra”, confiesa Javi, un niño de 10 años. 

“Yo, cuando me enfado conmigo, voy al espejo y me insulto. Y me critico mirándome directamente a los ojos. En la escuela estoy más alegre, pero por dentro sufro siempre”, dice Sara, 9 años 

Dice Cristina: “Es lo que ahora nos encontramos prácticamente cada día los profesionales de La Granja: bajísima autoestima. Nuestro proyecto de ocio educativo se transformó hace 18 años, en un espacio donde, además, se entrenaban las competencias emocionales de niños, jóvenes y docentes (con una metodología avalada por el Grupo de Investigación en Orientación Psicopedagógica de la Universidad de Barcelona). Ya entonces, las carencias emocionales que veíamos en los niños/as, debidos en buena parte a la sobreprotección, hicieron que nos  replanteáramos nuestro proyecto educativo, por donde cada año pasan más de 20.000 alumnos de escuelas públicas y privadas”. 

Nos alegra, añade Cristina, el nuevo Real Decreto del Ministerio de Educación para fomentar la autoestima en infantil el próximo curso, pero no es suficiente. En los 38 años que llevo trabajando con niños/as, nunca he visto lo que me encuentro cada día y con una intensidad que empieza a rayar la patología mental de manera global; una ansiedad que los ahoga, un estrés que los hace andar sin sentido, también un desánimo y una apatía que no les permite sonreír (una chica de 13 años me dijo ayer “yo no sé sonreír”). También vemos mucha rabia sin regulación que los hace pegarse e insultarse como una nueva forma de relacionarse, y por supuesto un miedo atroz, de aquel que paraliza.

Además, la tristeza lleva a muchos a la autolesión y el aislamiento, junto con notable y profunda baja autoestima y desconexión con uno mismo.  Soy positiva y paciente, pero ahora es necesario y urgente que los medios nos ayudéis a los educadores en esta especie de lucha que tenemos para la salud emocional, haciendo programas o secciones serias y con periodicidad, y en espacios con una alta audiencia para que las herramientas para afrontar estos problemas en casa o en el aula, o en el trabajo, puedan llegar a toda la sociedad”.

Los seres humanos disfrutamos de una asombrosa aptitud para observarnos, analizarnos y valorarnos interiormente. La introspección es una maravillosa cualidad de la especie humana. El concepto de uno mismo se forja desde la infancia.

Cuando hablamos de alta autoestima es necesario diferenciar la autoestima saludable o constructiva basada en cualidades que fomentan el sano bienestar del individuo y de los demás, de la autoestima narcisista o destructiva que se alimenta del sentimiento de superioridad o de poder sobre el prójimo.

Los dos extremos son nocivos. La autoestima destructiva nos lleva a la depresión y, en última instancia, al suicidio. El otro extremo nos lleva a la petulancia y al narcisismo. El alcalde Nueva York, Edward I. Koch, en una entrevista realizada en la televisión, dijo al periodista: “¡Pero basta ya de mí!  Hablemos de ti… ¿Qué piensas de mí?”.  Es un grave error considerarse el ombligo del mundo.

Luis Rojas Marcos publicó hace algunos años un libro titulado “La autoestima. Nuestra fuerza secreta”. Define la autoestima como “el sentimiento, placentero de afecto o desagradable de repulsa, que acompaña a la valoración global que hacemos de nosotros mismos”.

William James es el primer investigador que analizó metódicamente el fenómeno de la autoestima. Sus ideas, plasmadas en 1980 en un texto pionero (Principios de psicología),  han servido durante un siglo de modelo a todos los estudiosos de esta capacidad única de los seres humanos.

James sostenía  que a la hora de valorarnos solemos manejar tres componentes. El primero y más importante es el “yo espiritual”. Este componente se refiere a nuestras facultades mentales, las creencias,  y las inclinaciones más íntimas, nuestro estilo de pensar, de sentir y de actuar. En definitiva, los rasgos de nuestra personalidad.  En segundo lugar, el “yo social”, las cualidades o defectos que reconocen en nosotros los demás, y la buena o mala reputación que tenemos en nuestro entorno social. El “yo material” es el tercer componente e incluye nuestra imagen corporal, las riquezas, el patrimonio económico y las propiedades que son importantes para nosotros.

Vivimos una época en la que los medios nos presentan a los triunfadores, a los que tienen éxito, a los que han llegado a la cumbre del deporte, de la canción, del dinero, de la belleza, de la política… ¿Qué es, al lado de estos semidioses, un joven que no tiene dinero, ni trabajo, ni fama, ni poder, ni  presente, ni futuro?

Hay que pensar en la manera de fortalecer la autoestima. ¿Qué podemos hacer los adultos, padres y madres, y también el profesorado?  Existe una amplísima bibliografía sobre el tema. Tengo delante una docena de libros: “Cómo educar la autoestima”, de José Antonio Alcántara; “Educar en la autoestima”, de María José Quiles; “La autoestima”, de Christophe André…

Es importante lo que nosotros pensamos de nuestros hijos o alumnos. Nosotros somos el espejo en el que se miran. Cargar de reproches, de descalificaciones, de desprecios, es  el mejor modo de destruir un buen autoconcepto.

Es preciso evitar las profecías de autocumplimiento: Tú no vales, tú no sirves, tú nunca podrás, tú nunca llegarás, tú nunca aprenderás, tú nunca serás… La profecía de un suceso se suele convertir en el suceso de la profecía.

Es necesario cultivar la asertividad. Ayudarle a tomar conscientemente  las decisiones por sí mismo, que se responsabilice de las consecuencias, que tenga libertad para equivocarse.

Conviene ayudar a que se acepte a sí mismo: su imagen, su origen, sus capacidades, su forma de ser y de relacionarse, su propia historia, con sus éxitos y sus fracasos.

No hay que hacer comparaciones destructivas. Siempre habrá otro más listo, más guapo, más fuerte, más competente, más simpático, más sociable, más atractivo… Cuando el punto de comparación es un hermano, la situación se agrava.

Hay  que saber gestionar los errores, de modo que sean fuente de aprendizaje y no de desaliento. Es importante que no se humille a quien cometa una equivocación.

Es bueno fijar unos objetivos alcanzables para poder lanzarse, desde el logro, a nuevas metas. Por eso es importante que se ajusten los fines a los medios de que se dispone.

Sobre todo,  hay que manifestar afecto y cariño de una forma auténtica, persistente y clara. De esa forma puede entender, que es digno de amor porque es como es.

Una cuestión decisiva la de la autoestima. “De todos los juicios que hacemos  a lo largo de la vida, ninguno es tan relevante como el que hacemos sobre nosotros mismos. Porque este juicio es el motor de nuestra existencia”, dice Nathaniel Branden en su libro “Honrando el yo”. ¡A la tarea!

21 respuestas a «Con el freno de mano puesto»

  1. Un saludos desde Chile estimado profesor, y con respecto a su escrito justamente había escrito algo sobre lo que nosotros estamos viviendo en Chile, espero sirva:

    Estamos observando violencia en los colegios, estudiantes peleando, ánimos malogrados y desregulados, pero ¿no habíamos pensado en esto? ¿No sabíamos lo que pasaría?. Después de dos años sin vernos, somos todos extraños en el colegio, tanto docentes, como asistentes de la educación, estudiantado y apoderados. Lo que necesitábamos este año después de tanto tiempo de lejanía es volver a abrazarnos, a charlar, a tener talleres sentados en el pasto, profesores, asistentes, directivos, padres, madres, estudiantes. Todos necesitamos volver a hablar, volver a establecer acuerdos de convivencia, tener espacios de bienestar, recuperar el tiempo ido durante la pandemia. Necesitábamos este año para hablar de lo doloroso que fue, de lo que perdimos, de los que extrañamos. Necesitábamos todo, menos normas, menos mas contenidos, menos horarios inacabables. Necesitábamos al otro, al lado, para mirarlo a los ojos y decirle que extrañábamos la compañía en el colegio, que necesitamos de todos para mejorar la educación, pero tomados de la mano, abrazados del alma…Hoy tenemos violencia, tenemos odio, tenemos miedos…

    • Querido Javier:
      Esto que describes es la antiescuela. Qué inquietante descripción. No sé que profundidad y qué extensión tiene tu diagnóstico pero es para no dormir. Porque la escuela es el espacio del encuentro, del abra<o, de la solidaridad y de la paz.
      Acabamos de publicar un libro en Homo Sapiens titulado ¿QUÉ ESCUELA PARA LA POSTPANDEMIA? Mi capítulo se titula UNA PANTALLA NO ES UNA ESCUELA. Hago hincapié en lo que tú dices. La escuela es comunicación, es encuentro, es abrazo, es paz, es encuentro. Por encima de normas y de contenidos y de horarios.
      Un gran abrazo.
      Y gracias.
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      • Querido Miguel Ángel, mientras te escribo estas líneas, acaba de llegarme un en vivo de una turba de estudiantes que terminó en un apuñalamiento de ellos. Cada semana desde que comenzaron las clases presenciales ha habido un incidente similar entre estudiantes. En mi propio establecimiento, donde me desempeño, los chicos como nunca, han discutido a golpes, se amenazan por rrss y un sin número de actos que van en contra de todo lo que creemos como colegio. Como bien dice ud, es para no dormir. Y esa es la realidad actual en Chile.
        Los psicólogos avisaron, pero del ministerio de educación no existe una comisión experta de salud mental, que es donde la real crisis está ahora.
        Gracias como siempre por compartir palabras que resuenan e inspiran con nosotros

        • Querida Susana:
          Qué situación más preocupante. Qué importante es conocer lo que pasa para poder actuar de una manera efectiva.
          Como dices, la salud mental es de una importancia decisiva. Pero solo nos ocupamos de lo material y de lo intelectual. Lo que pasa dentro de la mente y el corazón de los estudiantes es como si no existiera y, si existe, como si no nos importara.
          Hay que hacer un plan de emergencia para hacer frente a la forma de comunicación entre los jóvenes. Y eso pasa por revisar los pilares de la autoestima.
          Muchos besos.
          Muchas gracias.
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  2. Buenas Miguel Ángel!
    Muy interesante el artículo para que estemos atentos a la salud Emocional y en especial a la autoestima. Te lo agradezco en especial porque al ser alérgico a la soberbia y al narcisismo siempre voy con el freno de mano cuando formamos en autoestima. Hay mucho material para trabajar como también muestras pero encontrar espacios y tiempos en casa y en la escuela resulta cada vez más complicado. Estoy ahora metido en un caballo de Troya con un proyecto de formación de tutoras y tutores de Secundaria en horario escolar sobre habilidades y competencias socio-Emocionales para el aula que ya comentaremos porque me interesa tamizarlo por tus neuronas y corazón. Es corto y sencillo de explicar pero me gusta cuando la vida me da hacerlo mirando a los ojos de los Sabios.
    En espera del regalo del cinco de abril en Málaga recibe un fortísimo abrazo.
    Besos de Gema y toda nuestra Familia.

    • Querido Miguel, querida Gema:
      No sé si has leído el comentario de Javier. Qué inquietante.
      Me interesará ver ese proyecto.
      Acabo de ver un libro titulado ELOGIO DE LA TUTORÍA de un gran amago argentino llamado Daniel Prieto y otros dos autores.
      Me gusta mucho un libro de SM que prologué no hace mucho y que se titula HABILIDADES PARA LA VIDA. Tiene muchos materiales para trabajar en las aulas.
      Aquí el sabio eres tú.
      Besos para Gema y paRa la familia.
      Me ha escrito Paco Olvera. Hermosa cita.
      Un abrazo de Málaga a Almería en que quepamos todos y todas.
      Infinitas gracias.
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  3. Querido Maestro:
    Hoy toca un tema difícil.
    No tener autoestima es algo tremendamente duro.
    Me pregunto, ¿Cómo se puede vivir con eso?
    No puedo decir más que es un camino complicado, lleno de baches y laberintos dónde es difícil divisar la luz.
    Quizás lo que me ha salvado del hundimiento total es haber tenido en mi vida a mi abuela, una mujer llena de amor y de ejemplaridad.
    La autoestima es algo vital.
    Es la energía que vive en ti y que te hace sobrevivir a cada catástrofe que pasa en tu vida.
    He leído y reeleido libros de autoauyuda.
    He buscado ayuda psicológica en personas que han pasado por lo mismo.
    He mirado siempre adelante en el camino.
    He compartido mis creencias,mis capacidades mis conocimientos con gentes para que le sirva de ayuda.
    He creído en el alma buena de los humanos.
    He aprendido de mis errores.
    He tratado de cambiar mis pensamientos negativos y volverlos positivos.
    He luchado para mantener un vínculo de amistad y amor conmigo misma.
    A pesar de todo y de todos he creído en mi y he empezado a quererme.
    ¡Un gran desafío!
    He aprendido a seguir adelante, a crecer y a mejorar en mis actuaciones.
    Y sigo día a día, con los pies en la tierra , aguantando los bofetones de la vida y disfrutando de estar viva.

    ¡Hoy día del padre me siento alagada de poder felicitarle por ser un padre excelente!
    Y a todos los que hoy celebren su día.
    Y ya sin más me despido con un gran abrazo para todos.
    ¡Disfruten de una leve semana!
    Muchos besos.

    • Querida Loly:
      Cuando alguien nos quiere de manera incondicional (es el caso de tu abuela) se fortalece la autoestima. Nos quieren porque nos consideran importantes.
      Y muchas cosas que cuentas de tu historia son importantes para que la autoestima no se destruya: superar las adversidades, aprender de los errores,, mantener buenos vínculos con las personas… Y, en alguna ocasión, también es bueno contar con ayuda externa.
      Gracias por la felicitación por el Día del padre. Es una importante responsabilidad. Yo le sigo escribiendo el Diario que empezó el día que nació. Se titula Déjame que te cuente. Voy por el tomo X.
      Besos, gracias y feliz semana.
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  4. Buenas tardes estimado Miguel;

    Lamentablemente hoy por hoy y desde hace ya muchos años, la televisión, la internet y muchos dispositivos tecnológicos han atrapado a nuestros hijos e hijas, presentándoles ídolos con características y componentes que malamente podríamos llamar referentes positivos en etapa de formación, esto mismo sumado al tiempo que han pasado privados de una vida social debido a la pandemia, nos ha arrojado como resultado niños, jóvenes y adultos poco tolerantes, con evidente baja autoestima, que buscan la aceptación, respeto y atención de sus pares a como de lugar, como señalas en tus palabras, con el freno de mano en sus vidas.
    Como docentes y como instituciones educativas, debemos practicar a diario con estas generaciones el autoanálisis, el respeto y amor por sí mismos, la reflexión colectiva de nuestra sociedad y que es lo que buscamos y nos fijamos como meta para nuestro futuro, metas que nos hagan superarnos como seres particulares, pero teniendo siempre presente que somos miembros de una colectividad en la cual todos y cada uno de nosotros sumamos día a día para una vida en armonía, amor, tolerancia y felicidad, donde la construcción del aprendizaje vaya más allá de teorías y conocimientos, sumando valores, experiencias, alegría, anhelos y amor por la naturaleza.
    Como lo planteabas en tu post de la semana anterior, debemos tener una escucha activa para con nuestros niños y niñas, que nos permita conocer sus deseos, intereses y problemáticas. Mal que mal ¿a cuántas generaciones de infantes conocemos que hayan atravesado una pandemia?. La tolerancia debemos demostrarla con el ejemplo y buscar incansablemente un diálogo reflexivo que nos permita aunar visiones y ser mejores.
    Gracias estimado Miguel Ángel Santos Guerra por estos espacios para expresarnos y por las maravillosas ideas, experiencias y enseñanzas que nos compartes.

    • Querido Jonathan:
      Haces un interesante comentario uniendo los dos ´últimos artículos del blog. Tengo que agradecerte la reflexión que haces, con la que estoy plenamente de acuerdo.
      – De acuerdo con los peligrosos influjos de los modelos que proponen los medios por la vía de la seducción (mientras nosotros presentamos modelos por la vía de la argumentación).
      – De acuerdo con la necesidad de que los educadores y las escuelas nos ocupemos de l educación emocional.
      – Hay que pensar en las secuelas de la pandemia en la configuración psicológica de los niños/as y jóvenes.
      Muchas gracias por tu aportación.
      Un abrazo.
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  5. Cuestión de extraordinaria importancia y que es cierto que se olvida ante los graves problemas que tiene la sociedad.
    Es un riesgo que los problemas de esta naturaleza queden olvidados por otros más apremiantes.
    Sin embargo, yo creo que son estas cuestiones las más importantes para la felicidad de las personas.
    Inquietante descripción del problema la que hace una profesional que está en contacto con miles de niños y de niñas.

    • Querida Raquel:
      Gracias por tu aportación.
      Ma parece importantísimo el problema que plantea mi amiga Cristina. Ella tiene mucha experiencia y trata con muchos niños y jóvenes.
      Es alarmante la situación.
      La escuela y la familia tienen que afrontar este problema, que requiere observación atenta e intervención. sensible e inteligente.
      Besos.
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  6. Acabo de escuchar en un telediario que muchos adolescentes no quieren quitarse la mascarilla porque se avergüenzan de sus facciones, de sus granos, de su imagen…
    Ha visto varias entrevistas y ellos mismos hacían alusión a esa sensación de vergüenza y de escasa aceptación de sí mismos.
    ¿Cómo no nos damos cuenta de estos problemas de autoestima? ¿Y cómo nos cruzamos de brazos ante ellos?
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  7. Con todos estos desastres que estamos viviendo (la pandemia, la guerra, los desastres naturales…) tendremos que pensar en las repercusiones mentales y afectivas que van a sufrir nuestros niños y nuestros jóvenes.
    Las personas no somos máquinas: tenemos sentimientos hacia nosotros mismos, hacia los demás y hacia el mundo…
    ¿Qué les está pasando?
    Me ha parecido curiosa la reacción de los adolescentes ante la retirada de la mascarilla.

    • Estimado Javier:
      Es que la escuela siempre ha sido el reino0 de lo cognitivo. Solo ha interesado lo que saben los profesores/as y los alumnos/as. Por eso todo lo relativo a los afectos es silenciado o ignorado. Sin embargo, es en ese terreno donde se echan las raíces de la felicidad.
      Creo que es fundamental que la familia y la escuela se preocupen por la educación emocional de hijos y alumnos.
      Cuidar la autoestima, conocer las emociones, expresarlas, compartirlas… Tareas necesarias y siempre urgentes.
      Un cordial saludo y gracias.
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  8. Me ha gustado la metáfora del título. Circular con el freno de mano puesto impide avanzar de firma adecuada y hace daño al vehículo.
    Quien no tiene buena autoestima se siente mal consigo mismo y tiene malas relaciones con los demás.
    El que tiene mala autoestima piensa que si no se quiere a sí mismo cómo le van a querer los demás.

    • Querida Mónica:
      Gracias por compartir tus interesantes ideas, tan claras como ciertas.
      Ojalá nos ocupemos más en las familias y en las escuelas del desarrollo emocional de nuestros hijos/as y alumnos/as.
      Lo primero que hace falta es conocerlos bieny ganar su confianza.
      Besos.
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  9. Con tantos problemas graves que padecemos, se nos escapan estas realidades que parecen de escasa importancia.
    PERO NO.
    Esas realidades psicológicas son las que hacen felices o desgraciadas alas personas, especialmente a los niños y jóvenes.
    Queremos darles cosas, pero se nos olvida preguntarles si son felices.

    • Estimado Juan:
      Estoy de acuerdo contigo en que, cuando estamos viviendo problemas tan graves (guerra, erupción volcánica, pandemia, huelgas, inflación, desabastecimiento…), parece que lo único importante es seguir vivos.
      Pero se trata de estar vivos siendo felices, no desgraciados,
      Por eso hace falta preocuparse por el desarrollo emocional de nuestros hijos y alumnos.
      Un abrazo.
      Y gracias.
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  10. Importante artículo.
    Parece que, al lado de la guerra, este tipo de cuestiones no tiene importancia..
    Sin embargo, de este tipo de asuntos depende la felicidad o la desgracia de muchas personas.
    No solo hacen daño las balas.
    No aceptarte a ti mismo te convierte en tu enemigo. Un enemigo que está dentro de ti.

    • Querida Sandra:
      Lo explicas con mucha claridad. En esa guerra psicológica, el enemigo que te destruye eres tú mismo.
      Es muy triste.
      Porque a veces los adultos contribuimos a destruir la autoestima de nuestros hijos/as y alumnos/as.
      En los telediarios solo se habla de la guerra de las balas y de las bombas, pero hay personas que sufren por motivos más sutiles que se nops escapan de las manos.
      Gracias.
      Besos.
      MÁS

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