Es propio de los niños protestar porque la tarta que se han comido ya no siga allí. Los adolescentes creen que alguien les pondrá la tarta delante sin hacer el menor esfuerzo para conseguirla. No solo esperan que aparezca como por arte de magia, sino que lo exigen con vehemencia, como si fuera un derecho. El adulto sabe que tiene que trabajar por conseguir la tarta y que, si la come, desaparecerá de su mesa.
Me preocupa la actitud de algunos jóvenes que han convertido su vida en una plataforma de exigencia y de demandas apremiantes. Quiero esto y lo quiero ya. La frase se repite con machacona insistentica: tengo derecho, tengo derecho, tengo derecho… Claro que tenemos derechos. Y hay que exigirlos.
Pero hay quien vive como si no hubiera obligaciones, como si no hubiera que hacer esfuerzos para conseguir las cosas, como si por “la cara bonita”, todo lo que se necesita debería entregárselo la vida de forma gratuita y sin demora alguna.
Hace poco he leído, en uno de los whatsapps anónimos que te llegan en aluvión, una sencilla y simpática anécdota que me llamó la atención por el título: Las vacas no dan leche. Esta es la historia.
Un campesino, que tenía una importante vaquería, acostumbraba a decirles a sus hijos cuando eran pequeños:
– Al cumplir los 12 años os contaré el secreto de la vida.
Los niños estaban intrigados. ¿Cuál será ese gran secreto? ¿Por qué no lo podemos conocer ya si es tan importante? ¿Quién más lo conoce? ¿Y qué pasa cuando no se sabe ese secreto?
Cuando el mayor cumplió los 12 años, le preguntó ansiosamente a su padre cuál era el secreto de la vida. El padre le respondió que se lo iba a decir, pero que no debía revelárselo a sus hermanos.
– El secreto de la vida es este: Las vacas no dan leche.
– ¿Qué dices, padre?, preguntó incrédulo el muchacho. ¿Cómo que no dan leche? Pues entonces, ¿qué dan?
– Tal cual lo escuchas, hijo: Las vacas no dan leche, hay que ordeñarlas. Tienes que levantarte a las 4 de la mañana, ir al campo, caminar por el corral lleno de excrementos, ponerles un brazado de cebada y de millo, coger el sacho y raspar el estiércol hasta dejar limpio el alpende, luego atar la cola y la pata de las vacas, sentarte en el banquito, colocar el balde y hacer los movimientos adecuados para ordeñar al animal hasta sacarle toda la leche, si no, no hay leche. Ese es el secreto de la vida, las vacas no dan leche. O las ordeñas o no tienes leche.
Hay una generación que piensa que las vacas DAN leche a todas horas y que esta cae en el cartón que sale del supermercado. Que las cosas son automáticas y gratis: deseo, pido, y obtengo. O ni siquiera pido. Hay quien piensa que las vacas dan la leche. Que las cosas son automáticas y gratuitas. No, la vida no es cuestión de desear, pedir y obtener. Las cosas que uno recibe son el resultado del esfuerzo que uno hace. La felicidad es el resultado del esfuerzo. La ausencia de esfuerzo genera frustración. Es bueno compartir con los hijos, desde pequeños, este secreto de la vida. Para que no crean que el gobierno, o sus padres, o los dioses, por sus lindas caritas van a darles todo cual vaca lechera. No. Las vacas no dan leche. Hay que trabajar por ella.
Además de lo dicho, es preciso alimentar a las vacas, cuidarlas, protegerlas de las inclemencias del tiempo, curarlas cuando están enfermas, cepillarlas para que estén limpias…
A mediados del siglo XX, el compositor español Fernando García Morcillo compuso una canción que todos conocemos y que se titula “Tengo una vaca lechera”. El estribillo se ha hecho muy popular: “Tengo una vaca lechera, no es una vaca cualquiera, me da leche merengada, ay que vaca tan salada, tolón, tolón”. Aquí añadimos al regalo gratuito, un complemento singular: no es que la vaca de leche, es que, además, da leche merengada. Nos encontramos con un error un error más grave. Porque para tener leche merengada hay que hervir la leche con azúcar, canela y corteza de limón y, una vez enfriado en el congelador, hay que añadir claras de huevo batidas a punto de nieve. Así que la vaca no da leche y, menos, leche merengada. Hay que currárselo.
La canción “Señora vaca” enuncia más donativos generosos de la vaca, pero silenciando todo lo que tenemos que hacer para disponer de ellos: “Señora vaca, señora vaca/ yo le doy gracias por todo lo que nos da/ nos da la leche, el dulce de leche/ y la manteca que siempre le pongo al pan./ También el queso que es tan sano, y un yogour para mi hermano/ señora vaca, usted sabe trabajar”.
Tenemos que esforzarnos para conseguir lo que queremos. Lo mismo digo de los logros sociales. Los trabajadores estamos forzados a defender nuestros derechos laborales, de lo contrario nos quedaremos sin ellos. Y no basta que uno los pida o los defienda. Es preciso que haya unidad y perseverancia para alcanzar lo que se pretende. Un héroe no consigue o mantiene los derechos de forma aislada, aunque arriesgue la vida. Solo la suma de los esfuerzos de todos es eficaz. Recuerdo la película “La ley del silencio”, de Elia Kazan. En un duro conflicto de los trabajadores del puerto de Nueva York soluciona el problema la actitud heroica de un héroe, que interpreta el actor Marlon Brando. Elia Kazan era un director que denunciaba a sus compañeros en la caza de brujas. No iba a filmar una película rica en contenidos sociales. Hace una película tramposa. Presenta a los trabajadores como personas insolidarias, cobardes, miedosas. Nos ofrece una solución falsa.
Nuestros jóvenes no saben valorar algunas veces el esfuerzo que tienen que realizar sus padres para que ellos puedan vivir mientas estudian e, incluso, después de estudiar, ya que no es fácil encontrar trabajo. El porcentaje de paro juvenil en España, roza el cuarenta por ciento, un porcentaje insoportable y vergonzoso.
Decía Sófocles que el éxito depende del esfuerzo. Y el esfuerzo está en nuestras manos, no en las manos de los demás. “Las personas se hacen más fuertes, dice Sidney J. Phillips, al darse cuenta de que la mano ayudante que necesitan está al final de su propio brazo”.
Se necesita esfuerzo perseverante para tener éxito en el estudio, para encontrar un trabajo, para hacer próspero un negocio, para mantener el cuerpo sano, para cultivar las amistades, para superar un fracaso, para alcanzar las metas. No suele llegar el éxito con solo pedirlo, envuelto papel de regalo. La naturaleza ofrece comida a los pájaros para que alimenten a sus crías, pero no se la echa en el nido.
No se trata de esforzarse por esforzarse. Se trata, a mi juicio, de que el esfuerzo esté bien orientado hacia fines saludables, hacia la consecución de objetivos posibles y exigentes. Quiero decir que no es igual estar motivado para hacer el esfuerzo que ser obligado de manera violenta e irracional a realizarlo. En el interesante libro de Daniel Kahneman “Pensar rápido, pensar despacio acabo de leer: “El placer que encontrábamos en trabajar juntos nos hizo excepcionalmente pacientes; es mucho más fácil esforzarse por encontrar la perfección cuando nunca se está aburrido”.
El presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt pronunció esta frase lapidaria: “¡Suda y te salvarás!”. Te salvarás de la molicie, de la pereza, del aburrimiento, de la inacción, de la abulia, de la irresponsabilidad y del fracaso. Porque, como decía Grandhi: “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado; un esfuerzo total es una victoria completa”.
Buenas Miguel Ángel!
Comienzas el año hablándonos de la necesidad del esfuerzo, jeje, haciendo amigos.
Reflexionar y defender el Esfuerzo para fines saludables en nuestra sociedad liquida- gaseosa donde cualquier deseo se convierte en derecho creo que no está a la moda…perdona pero te falta una “ing”
Mejor hablar del “esfuerting” sin necesidad de esfuerzo o no nos lo compran.
Desde que nos levantamos..cuantas cosas con solo un botón. Luz, agua, café caliente, tostadas…hasta el coche lo arranco con un botón…y así nos va.
De verdad y sin coña. Gracias por la enseñanza, Gran Lama boquerón! porque a veces pensamos y creemos que la vaca si Da leche y además merengada.
Mil abrazos.
Pd: Ahora con gran “esfuerzo” tocaré un botón y mandaré el comentario a tu precioso y necesario artículo…ufff
Querido Miguel, querida Gema:
Nunca había ni siquiera soñado que alguien Gran Lama boquerón. Una hipérbole ingeniosa.
Es verdad lo que dices de los botones. Para todo hay un botón. Qué fácil. Qué cómodo. Qué rápido.
El esfuerzo nos será necesario muchas veces pero, al no estar entrenados, es fácil que nos superen las circunstancias adversas.
Sugerente también lo del “ing”.
Da gusto encontrarse por la mañana con un comentario escrito a las 7.56. ¿Cuánto duermes?
Un abrazo en el que quepan las dos familias.
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Querido Miguel Ángel:
No puede ser más cierto todo lo que nos dices, pero eso no les gusta oírlo a muchos de los jóvenes de hoy, a los que cuando les comentas el esfuerzo que nos supuso a los de nuestra generación conseguir el trabajo que tenemos hoy, nos responden “En tu tiempo era más fácil ” y se quedan tan panchos. Ciertamente los jóvenes de hoy en día lo tienen difícil porque la competencia es mayor debido a que la democratización de la educación ha conllevado un mayor número de chicos y chicas con una formación magnífica, pero no porque el esfuerzo que se necesita realizar para alcanzarla sea menor: en el ámbito de la formación al que me refiero, en todos los tiempos ha habido gran esfuerzo por parte de todos los padres y madres, que sacrificaban todo tipo de necesidades, muchas veces básicas, para atender los gastos que suponían la situación de estudio de sus hijos; los estudiantes renunciaban a salir con los amigos para preparar las tareas académicas o para destinar la pequeña asignación económica que les podían asignar sus padres para comprar algún libro o sacar algunas fotocopias…
El esfuerzo es un valor y abarca todas las esferas de la vida; con esfuerzo y constancia hay mayores posibilidades de alcanzar metas en la vida y de sentirnos felices y orgullosos por haber tenido el coraje necesario de luchar para alcanzar nuestros logros, sean estos de la índole que sean.
Me preguntabas por mis hijos la última vez, y te puedo decir con orgullo de madre que Laura tiene su destino en el juzgado de Pozoblanco y se siente muy feliz; Manuel está hasta final de curso en un instituto de Jaén impartiendo clases en el Ciclo Superior de Actividad Física y del Deporte, muy contento también.
Como siempre, muchas gracias por tu artículo y un beso grande.
María Ángeles Peláez
Querida María Angeles:
Pues sí que es para estar orgullosa. No solo por lo que han conseguido a su edad sino por cómo son como personas. Enhorabuena. También yo siento orgullo de esa parja de magníficas personas y magníficos profesionales.
Se hace poco hincapié en la necesidad del esfuerzo y del sacrificio.
Sé que es un discurso antipático pero sumamente necesario.
Me hablaste del esfuerzo de Laura para alcanzar su objetivo. NI fue cuestión de un día ni de un año…
Muchos besos.
Muchas gracias por tu aportación.
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Querido Miguel Ángel:
Buen artículo para comenzar bien el año: no se nos dan las cosas, hay que ganarlas. Eso parece que va en contra de lo que hoy se dice y piensa una parte de la población: tengo derecho a una vivienda, a la energía para calentarme en invierno y refrescarme en verano, a que la sociedad me dé el alimento que no me da por el trabajo que tampoco me dan, y así…
Bien dices que ni la vaca nos da, ni la tierra nos da ( Don Quintiliano podia decir muchas cosas) bueno, la tierra da si le damos nuestro esfuerzo.
De aquel tiempo en que se escribió ” ganarás el pan con el sudor de tu frente” que era muy válida en aquel tiempo, se ha corrido mucho y ha cambiado el mundo. Somos muchos y parece que no hay trabajo para todos. Antes lo resolvían desplazándose, matando a los residentes y ocupando sus tierras. Hoy se hace parecido: se hacen guerras, se invaden territorios con riquezas y se hacen con ellas.
Los seres humanos huyen de la muerte y de la miseria a países estables. No se les acepta, quieren trabajar, pero no lo logran. Aquí tenemos las dos caras de la moneda: hay quien quiere y no puede, merecen todo el apoyo. Hay quien puede y no quiere. Merecen todo nuestro rechazo.
La realidad es que el esfuerzo es fuente de alegría, la vagancia de frustración.
Los Servicios Sociales son los que tienen hoy la misión de dar el pan o la azada.
Un abrazo, Miguel Ángel, y saludos a todos.
Querido Joaquín, querido amigo de tantos años:
Tú has iluminado otra cara de la realidad, que les la de aquellos que quieren esforzarse y no encuentran donde. Po eso, el problema que yo he descrito tiene otra cara que es la justicia social, la equidad.¿Qué pasa con quienes son víctimas de una injusta distribución de los bienes, de unas estructuras injustas, de unas políticas que favorecen a los que más tienen.
Gracias por plantear esta cuestión tan importante, que tiene una perspectiva complementaria a la que yo he expuesto en el artículo.Hay quienes se esfuerzan hasta matarse y son castigados por una sociedad instalada en el individualismo, la competitividad, la desigualdad y la injusticia.
Un gran abrazo.
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Querido Miguel Angel
Soy Valentina de Chile y al leer tu columna debo reconocer que en un principio el titulo me desorientó un poco sobre lo que podria verter su contenido pero al transitar en la lectura he ido sintiendo que alguien ha transcrito mis pensamientos. No puedo estar mas de acuerdo con lo que señalas y agregaria que las vacas n9 dan leche, el agua no lava , la casa no se limpia. Uyyy un sin fin de cosas. Temas que suelen ser parte del las conversaciones azarosas y poco dulces de la cotidianidad dentro de la flia. Eso mismo me ha pasado como profesora cdo alumnos me indican que no estan de acuerdo con su nota pues debieron esforxarse mucho y le dedicaron harto tiempo a la tarea para obtener tal calificación. Ante lo cual acojo el sentir pero indico que lo que se valoraba (publicado desde un principio en la rúbrica) no es el esfuerzo (del cual no tengo dudas) si no otris aspectos. Pero al igual que cuando escucho que ya se lavaran los platos usados, los que solo se juntan, no tiene acogida. Ello me vuelve a plantear la pregunta de y qué pasa con los derechos las responsabilidades y la otra cara de la moneda???
Un dilema que ante actuales paradigmas pareciera ser yo primero..pero se puede ser primero y único???. Estoy por los derechos, avanzar, crecer pero ello imica al igual wue cuando se crece autonomia e independecia va si o si con responsabilidad. Agradezco como siempre la columna con la pregunta de donde ubicamos el argumento para abrir realmente la reflexion, discusion y apertura para avanzar en multiples miradas??
Un gran abrazo
Valentina
Querida Valentina:
Es cierto que tenemos derechos pero, incluso para ejercerlos, es necesario exigir con valentía y esfuerzo que sean respetados por quienes tienen poder.
Tenemos derechos y obligaciones. Nuestras obligaciones son una parte de los derechos del prójimo.
Es en el diálogo, en la reflexión compartida, en el debate donde podemos abrirnos a nuevas perspectivas.
Besos y gracias por tu aportación.
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La verdad, querido Miguel ANgel, es que coincido en que tenemos derechos y que hay que exigirlos. Incluso me atrevería a indicar que los profesores formadores lo tenemos como parte de lo que modelamos en la sala de clases. Sin embargo, he llegado a sentir que la manera en que ahora se ven estos difiere mucho de aquello. Es como Usted señalaba algo que se asume como un mármol que me pertenece como bloque inamovible sin yo tener que hacer nada para moverlo, cuidarlo. Incluso Si esto molesta al otro (limite de mi derechos donde empiezan los del otro) pareciera ser problema del otro y no una responsabilidad mía. es que dejamos de mirar la realidad con los ojos de observadores y observados. A veces pareciera haber mucho determinismo. Uno que trasciende a conversaciones, diálogos que de pronto abruptamente pueden ser interrumpidos por los jóvenes pues no les parece, sin más. En fin. Sin duda la educación y la vida nos pide equilibrio, homeostasis pero la realidad pareciera indicar que esta hace un buen rato está más bien en los extremos. Son ocupaciones y reflexiones de las que intento aprendr para cual Quilote volver a la carga y ver la forma de conquistar espacios compartidos, de convivencia, respeto y derechos.
Un gran abrazo
Valentina
Querida Valentina:
Muchas gracias por el envío de este estupendo comentario.
Todo lo aprendemos entre todos.
Los profesores tenemos un doble motivo para practicar de manera perseverante el esfuerzo por ser mejores: por nosotros mismos y por el ejemplo que debemos dar a los alumnos y alumnas.
Besos.
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Querido Miguel Angel
Mucho agradeceria si puedes compartirme correo o whats up para consultarte por articulos o investigaciones desde la incorporacion de lo emocional en el ambito universitario. Solo si es posible, si no lo comprendo
Bendiciones y abrazo
Valentina
Querida Valentina:
Claro que es posible.
Puedes escribir al blog o a mi correo: arrebol@uma.es
Teléfono: 34-647745515.
Besos.
MÁS
Mil gracias. Muchas bendiciones
Valentina
Hola, Miguel Ángel.
Un enorme placer el saludarte al cabo de treinta tantos años, aunque leo con fruición casi todos tus artículos de opinión. ¿Porqué será?
Tu artículo sobre la necesidad de ganarnos el pan como resultado de nuestro esfuerzo es oro de ley en cuanto al mensaje, y además gratificante por lo ameno de su lectura.
El gran problema que tenemos es que el mensaje sólo puede calar si la población tiene el suficiente nivel educativo. Pero, ¿ese nivel necesario cuándo llegará? ¿de la mano de qué gobierno? ¿dónde están los políticos con el nivel que requiere el otro nivel?
En 48 años de democracia, nuestro sistema educativo (y esto tú lo sabes mejor que nadie) no deja de dar bandazos en función de la ideología de turno, y lo único que tenemos claro es que ningún político tiene interés alguno en facilitar al ciudadano un plan educativo coherente y consistente. No les interesa. No les interesa nada que no les suponga réditos a corto plazo.
Como no des con la tecla, apañados estamos con tu mensaje, su difusión y su calado.
Hace treinta y tantos años tuve el placer de instalarte un equipamiento de cocina.
Un cordialísimo abrazo. José Antonio Martín
Querido José Antonio:
Qué grata sorpresa.
Y cuánta gratitud al saber que lees algunos artículos que he escrito. No todos los días se reciben noticias tan gratas.No existe un artículo si no hay unos ojos que quieran leerlo.
No recuerdo de qué cocina se trata. ¿En Calle El Greco de La Cala del Moral?
En cuanto al texto tienes razón en la crítica a los bandazos políticos de las leyes y a la incapacidad para alcanzar un pacto por la educación.
Gracias por tu aportación.
Ha sido una sorpresa y una alegría encontrarte por aquí.
Un abrazo.
MÁS
PD: No sé si sigues todavía en tu trabajo o ya te has jubilado.
Apreciado Miguel Ángel.
Si no me equivoco, te instalé la cocina en Cerrado de Calderón, pero, dada la lejanía en el tiempo, disculpa si no he acertado. Posiblemente ayude el recordar vagamente que tenías un vecino rey del acoso y de la incordia.
Y, sí, ya estoy jubilado y disfrutando de esta novedosa etapa.
Para rematar el comentario a tu artículo, la gravísima carencia de estos tiempos, que da origen a muchos de los grandes problemas que tenemos se condensa en estas palabras: FALTA DE VALORES. No por archisabido, menos relevante y decisivo.
Con afecto. José Antonio Martín Becerra.
Estimado José Antonio:
Pues ya está localizado el lugar: Calle El Greco, nº 3. Urbanización El Cantal. La Cala del moral.
Ahí he tenido una vecina que nos hizo la vida imposible de forma totalmente inexplicable. Ahora tiene la casa alquilada.
Pues nada, a disfrutar de esta etapa que puede ser gratificante y llena de satisfacciones.
De acuerdo con lo que apuntas sobre la necesidad de que la vida esté regida por valores.
Un abrazo.
MÁS
Me ha alegrado mucho verte por esta plaza virtual.
Buenas, me ha gustado el texto, aunque me parece algo condescendiente hacia los jóvenes, los cuales únicamente aparecen como objetivo vejatorio debido a su dependencia actual, me parece que se deja algo de crítica social al depurar responsabilidades de esa manera, ya que los jóvenes no quieren tener esta dependencia económica, pero mientras estudian o antes de un primer empleo que les dé algo de experiencia laboral, es inevitable, hay quien dice que deberían estudiar y trabajar, o que quien no trabaja ya habiendo terminado los estudios es porque quiere, pero quien dice esto no ha estudiado y trabajado, o ha olvidado lo mal que se pasa, el agotamiento y la falta de tiempo, lo mismo para la persona en desempleo, al empezar parecen vacaciones, pasadas dos a tres semanas estás ansioso por trabajar pero siguen impidiéndotelo, en estos tiempos que se requieren títulos a mansalva para poder entrar sin experiencia laboral a un empleo “mínimamente digno” (refiriéndome a pagado en ocasiones en negro y, con suerte, raspando el SMI), y que se requiere experiencia laboral previa para un puesto realmente decente, considero que lo último que debemos hacer es azuzar a quienes se están esforzando por llegar a tener trabajo algún día de esta manera, cuando está claro que son las empresas las que controlan el empleo al decidir si contratan o no, deberíamos estar forzando a las empresas a dar empleo a la gente en masa, y no culpando a la gente desempleada y dependiente
Un saludo
Estimado David:
COMPLETAMENTE DE ACUERDO, COMO YA LE HE DICHO A JOAQUÍN EN UN COMENTARIO ANTERIOR.
Tienes toda la razón. El problema que yo plantea tiene otra cara, que es la que tú apuntas.
¿Qué pasa con los que quieren esforzarse en trabajar Y NO ENCUENTRAN NADA O LO QUE ENCUENTRAN ES UNA MISERIA VEJATORIA?
Hay que revisar el sistema porque, efectivamente, el para juvenil en nuestro país, como he dicho muchas veces, es injusto y cruel.
Un gran abrazo y gracias.
MÁS
Querido Maestro:
Hoy pido perdón por ser la rezagada del grupo.
No ha sido dejadez ha sido más bien estar ocupada por asuntos que requerían toda mi atención.
Habla en su comentario de esfuerzos, no puedo estar más de acuerdo.
Mi vida ha sido luchar y trabajar en conseguir grandes desafíos.
Soy el miembro mayor de un familia muy pobre y eso me ha llevado a poner todo mi esfuerzo en querer salir de esa horrenda situación. Tenía pocos derechos y muchas obligaciones.
Esa situación me ha llevado a ser como soy.
Reconozco que el esfuerzo ha merecido la pena y valoro enormemente todo lo conseguido.
Me hace muy feliz cualquier dulce momento, la proximidad de un ser querido, unas manos que se acerquen y me sostengan cuando esté caída, una sonrisa que me despierta cuando esté dormida, un abrazo que me levante el ánimo, una llamada que me aseguren que existo, un te quiero en boca de un niño.
¡Qué poco se necesita para llenar tu corazón de esperanza!
La vida me lleno de lecciones que yo aproveché para que mi camino se llenara de fe y afectos en las buenas personas, que la hay.
Y andar por este mundo enseñando y aprendiendo que es la mejor manera de estar.
Saludos a todos en este nuevo año y espero que los reyes hayan llenado vuestro espíritu de lo más esencial, la ilusión de vivir.
¡Qué la semana os sea leve y feliz!
Querida Loly:
No, por Dios. No tienes que pedir disculpas.Tenemos toda la semana por delante.
Estoy seguro de que el esfuerzo que has tenido que hacer en la vida para salir adelante te ha fortalecido y te ha hecho saber dar valor a las cosas.
Y no solo te ha hecho más fuerte, también te ha hecho más sensible.
Cuando se tiene todo y cuando todo se tiene fácilmente, se corre el peligro de no valorar nada.
Besos y gracias.
MÁS
Buenas Miguel Ángel, muy buena la reflexión de esta semana. Estoy totalmente de acuerdo con el enfoque desde el que ha tocado el tema. A raíz de los comentarios anteriores también me surgen algunas ideas sobre las que poder reflexionar. En la sociedad actual, vemos a diario como en el sistema en el que vivimos, en muchas ocasiones no es necesario un esfuerzo extraordinario para conseguir una vida acomodada (véase en personajes públicos de televisión o en redes sociales). Pienso que este hecho junto a los ya tratados en los comentarios, puede llevarlos a dudar sobre la importancia del esfuerzo. Un saludo.
Querida María:
Lo que pasa, a mi juicio, es que la televisión solo presenta a los triunfadores, pero no lo que han tenido que esforzarse para llegar a serlo.
Presenta a un futbolista, a una cantantes una modelo en la cumbre de su prestigio, pero nada sobre los sacrificios que han tenido que hacer para llegar arriba.
Es más, tampoco habla de los que han quedado en el camino, por mala suerte o por falta de padrinos o por falta de oportunidades.
Besos y gracias.
MÁS
Buenas tardes a todo el mundo.
Interesante tema, muy recurrente por importante y grave, y que he repetido a menudo por aquí aún sin que fuere ese el tema a tratar en el artículo. Ahora lo difícil no es hablar sobre ello. Ahora lo difícil es decir sin molestar a nadie. A ver, pienso que el ser humano es lo que vive en los primeros ocho años de su vida, quizá seguirá cambiando un poco hasta los 18. El que tenga un vago de 18 años en casa, le queda como único camino aguantar al vago hasta el día de defunción del aguantador del vago. Y ahora quizá venga lo más grave, al vago lo hacen así sus predecesores (padres, abuelos, tíos, vecinos, profesores, etc.). El problema es la educación de la criatura en el esfuerzo, y para ello hay que empezar antes de los 8 añitos, y no como observo a menudo, después de los 28. No digo matar al niño a trabajar. No. Digo enseñar, educar, no nos gusta, pero esta sociedad se rige por el dinero como moneda de cambio de bienes. El niño con ocho años que le dice a su papá, dame cinco euros papá, el padre le dice, te voy a dar diez euros, cinco de regalo y otros cinco que te vas a ganar tú con tu esfuerzo. Cómo me los voy a ganar papá?. Llenando dos capazos de fruta de aquél árbol, o barriendo y fregando la habitación de tu hermano que solo tiene 4 añitos, o ayudándome durante toda la mañana a colocar los papeles y libros del armario (tarea aburridísima para el chiquillo de 8 años). Vaya tonterías cuenta D. Quintiliano. Ah, amigo, hay que ir haciendo estructura, si no hay estructura el edificio es débil. La primera vez, al niño o niña le costará asimilar la nueva situación, poco a poco, si es que son tan manejables a esas edades, van entrando por el aro, y pasados unos meses te aseguro que anda intentando negociar contigo cómo ganarse 20 euros que le hacen falta para tal capricho. Y así se empieza, con un tutor desde pequeñito, llevas razón D. Joaquín Alvarez, ni la vaca da leche, ni la tierra produce, ni lo niños nacen hechos celebridades; a todo hay que ponerle su esfuerzo, siempre éste, en su justa medida y a tiempo. Y esto sirve para una persona, para un perro, para un caballo, para una tomatera o para un aguacate.
Luego hay otra vertiente del vago, está el vago camuflado, que insisto, lo han hecho así sus predecesores. Hablo de la persona a la que han apoyado toda su familia para que obtenga varios títulos y másteres universitarios, se planta la criatura en 30 años y claro, como no le pagan el sueldo que él se merece, pues no trabaja. Claro es injusto, las empresas no le contratan. Pues que monte él una empresa y así contratará trabajadores y se hará rico. Le han enseñado la cultura del esfuerzo solo en la versión que ha interesado a sus padres y al propio individuo. Error, gravísimo error. La capacidad de esfuerzo hay que orientarla en la oferta y demanda de la sociedad. Por ejemplo, no entiendo qué hacen estudiando psicología 40.000 alumnos, si sabemos de antemano que van a trabajar de ello no más de 4000. Corrijo, que estudien si quieren psicología, pero de antemano han de hacerse a la idea de que tal vez tengan que trabajar de camarero o arrancando cebollinos (a mucha honra). Y así todas o casi todas las licenciaturas universitarias.
Me pongo enfermo cuando una persona me saca las cuentas de cuanto me produce la finca, de cuanto me renta, de cuanto gano, claro sin reparar en gastos y esfuerzos. Y para colmo le digo que se venga a echarme unas jornadas y me contesta que no, que si le pillan le quitan los 436 euros que le dan -por su cara bonita, sin hacer nada-. Y así hay muchos.
Me pongo todavía más enfermo cuando dicen los periódicos, y yo lo veo en el campo con mis propios ojos, que no hay personal para recoger la fruta, que tienen que venir inmigrantes, y en el mismo periódico dice que la tasa de desempleo en los jóvenes en España supera el cincuenta por ciento. En este país lo que hay es muy poca vergüenza. El que se pique, seguro que ajos come.
Bueno, bah, a qué seguir dando la brasa, soy un afortunado, en casa convive una chica muy joven, licenciada en derecho, mi mejor ayudante de campo, a la que se le da de bien todo lo referente a árboles, sobre todo la poda, el injerto, el abonado, el riego; y además parece que solo se pone seria cuando le planteo algún problema relacionado con el derecho civil o fiscal.
Que tengan buena tarde.
Estimado D. Quintiliano:
Conozco desde hace tiempo, tu forma de pensar sobre este asunto.
CORPARTO DE PE A PA TU IDEA SOBRE LA EEUCACIÓN EN/PARA/CON EL ESFUERZO.
Los ejemplos son claros y precisos. Y empezar desde la infancia.
Oí a un chico en Oviedo (hace muchos años) decir a su padre: Trabaja, cabrón, que trabajas para mí.
Hay una faceta del estudio que no es conseguir trabajo sino formarse como persona.
Pero, efectivamente, hay que trabajar para vivir, par comer, para vestir, para tener acceso a la cultura…
Ya veo que la licenciada en derecho sigue aprendiendo y trabajando con provecho. No se le caen los anillos. Es admirable.
Un cordial saludo y gracias por tu esforzado comentario.
Bien sabes que no das la brasa.
MÁS
Querido Miguel Ángel:
¡Qué susto me he llevado cuando abrí el artículo y me tropecé cara a cara con las pintas! ¡Creí que por un despiste se me habría olvidado cerrar el portón de la cuadra, o lo consiguieron abrir ellas, que tienen tiempo y son muy curiosas y listas! (La primera vez no sería). El caso es que las vi libres y revoloteando como pajaritos por la pradera, para alegría de ecologistas.
Recuperado del susto inicial, pensando en el posible contenido del artículo, se me fue la cabeza al asunto Garzón, sus macrogranjas y la calidad de la carne, más que nada, por la actualidad, las mentiras e intereses políticos, económicos, ambientales, …
Las cosas no iban por ahí, las cosas iban de curro, de dar el callo, de sudar, de cansarte para poder descansar y ponerte de nuevo a ello.
Deberes y derechos. Motivación, voluntad, esfuerzo. Ética, justicia social, cooperación, convivencia, inteligencia emocional.
No puedo estar más de acuerdo, el título lo deja claro. Las vacas no dan leche, dan trabajo. Y, con este, dan de comer a muchas familias. A las dueñas de la explotación y a las que llegan sus productos.
He empleado la palabra explotación, porque estas vacas viven en una explotación ganadera, más grande o más pequeña. En todas ellas la intención es la misma, producir un bien, generar riqueza. Pero los efectos secundarios que conllevan unas u otras explotaciones (todos y todas estudiamos de pequeñitos, qué tipos de ganadería existen) son distintos tanto para el lugar en donde se instalan como para las personas que viven de ello.
Cualquier actividad humana que penséis, en la que trabajen asalariados, o exista algo (cosa) o alguien (animal) del que tirar de la teta, es una explotación.
Dice el diccionario que explotar es utilizar abusivamente en provecho propio el trabajo o las cualidades de otra persona. Y de esto tuvimos y tenemos mucho. Mucho abuso.
Pero, aunque le quitemos el abusivamente, yo les sigo llamando explotaciones. Y no solo se explota a personas, claramente también a animales, y a la naturaleza en general, incluido el sol.
Hay que seguir explotando. Hay que trabajar de forma inteligente. La palabra clave es sostenible. Sé que todos somos gente con intereses, y está bien que se defiendan, pero no de cualquier forma. No se puede engañar a sabiendas, no se puede mentir, no se puede dañar lo que debe permanecer, no todo vale para sacar un poquito más.
Siento no centrarme en un único tema, el de la semana, pero me estoy acordando de aquel alumno que ante una pregunta que no se sabía muy bien la respuesta, acabó llevándose el agua a su molino. Entonces, para cerrar diré que si pienso en animales, la mayoría son presas y depredadores. Las personas somos explotados y explotadores. No somos tan distintos de una vaca. (A vaquiña polo seu precio).
Como diría Quintiliano, perdón por la brasa. ¡Uff, esos limones! Un abrazo para todo el mundo. ( Ahora que lo pienso, debería preguntar a Quintiliano si conoce a algún bicho que se coma al ómicron este, que nadie lo va a llorar al cabrón explotador)
Querido José Antonio:
Qué comienzo más simpático y oportuno. Se ve estás en este tema, que sabes más que yo de explotaciones y de vacas.
No hay que ceñirse al tema del artículo, claro que no. Aparte de que a cada uno le lleva el texto a una parte distinta.
Ha sido curioso que tu comentario haya llegado menos de una hora después del de Don Quintiliano, al que oportunamente te refieres.
Claro que se explota a personas y animales. Ese es otro tema que tenemos ahora sobre el tapete.Cuánta agresividad y cuánta irracionalidad sobre el Ministro Garzón.
No está contra los ganaderos de este país, ni contra la ganadería en general.. Qué manera de convertir en un arma unas declaraciones que son de sentido común, en las que está de acuerdo la UE e incluso muchos de quienes critican…Cuando el dedo señala la luna, el necio mira la mano.
Un gran abrazo.
Y gracias.
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Una vez más, Santos Guerra, nos hace reflexionar acerca de una tesela del mosaico de la educación. El esfuerzo, al que se refieren algunas Leyes Orgánicas de Educación, es inherente al desarrollo humano… “que cayendo cada instante, sobre una roca una gota, la rompe, aunque sea diamante”. Pero no siempre es fácil sostener el esfuerzo, a veces los desafíos de la vida son mayores que las fuerzas disponibles.
Y, como en educación todo hay que rodearlo de palabras, estará bien hablar con los niños y niñas de este tema, hacerles ver que el esfuerzo nos ayuda a superar retos… y, también estará bien, hacerles ver que, el esfuerzo nunca es en vano, porque incluso el error implica aprendizaje.
Y, para terminar, recordar que, en esta fiesta del esfuerzo, no sólo está invitado el alumnado… el profesorado, las familias, la administración, la sociedad… también deben bailar en esta fiesta.
Querida Paqui:
Por supuesto que el esfuerzo no es solamente una exigencia propia de niños y jóvenes. Efectivamente, como dices, también interpela al mundo de los adultos. No solo por la fuerza del ejemplo sino por la necesidad que tenemos de un esfuerzo PERSEVERANTE.
Interesante tu metáfora de la tesela y el mosaico.
Gracias por leerme y por escribir.
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Buenos días Miguel Ángel
Me ha parecido muy interesante la reflexión, la que, en absoluto, podría imaginar que iba a ir por esos derroteros tras leer el título. Pondría el foco en la influencia que ejercen las fuentes de las que beben nuestrxs adolescentes: youtubers/influencers que muestran siempre la mejor versión de sí mismos tanto física como emocionalmente sin aparente esfuerzo, la música más escuchada te cuenta cómo esxs cantantes tienen los bolsillos cargados de “billetes de 100” que gastan en lugares idílicos junto a personas ideales, unos medios de información que no hace hueco en sus principales noticias al adolescente inquieto, etc. El papá, la mamá, el maestro o la maestra que pretende rellenar de funcionalidad la palabra esfuerzo para con el adolescente, no es más que una lucha de David con Goliat. Como bien apuntas, el “entre todos” tiene más logros que el “yo”, por lo es fundamental que familias y escuelas construyan una alternativa a la vida aburrida, con opciones de esfuerzos útiles y, por qué no, atractivos.
Estimado Francisco:
No me extraña que el titulo y la ilustración te llevasen a otros terrenos, especialmente en estos días en los que el debate sobre las macrogranjas está sobre el tapete.
De acuerdo en que influencers y youtubers presentan solo la cara buena, la cara feliz, la cara del éxito… Lo mismo sucede en televisión.
El esfuerzo no tiene buena prensa.
De acuerdo en que la educación es un quehacer de toda la sociedad. Hace falta un pueblo entero para educar a un niño.
Un abrazo y gracias.
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Buenas Miguel Ángel, muy buena la reflexión para empezar el año.
Como actual opositora, estoy totalmente de acuerdo con el enfoque que le ha dado a su comentario.
Nada regalan en la vida, la suerte no existe (o eso me han hecho creer), solo el esfuerzo y el trabajo constante. Así es, o así debería ser siempre. Nuestra sociedad nos ha creado el “falso sueño” de que, saliendo en los medios de comunicación, redes sociales, inventando un personaje o una estrategia, los famosos “influencer” que nos aseguran poder hacernos ricos y famosos en un momento. Con todo eso, lamentablemente hemos perdido el valor del esfuerzo, ya no creemos en él.
Pensamos que ganarse la vida con esfuerzo día a día es una estupidez, y soñamos con una lotería basada en la mentira, en el engaño o en la falta de respeto hacia nosotros mismos o hacia los demás. Muchos quieren ese minuto de gloria que les haga conseguirlo todo en un momento, conseguir cosas materiales…
Queremos todo a corto plazo porque lo saboreamos más rápido, pero bien es cierto que los grandes éxitos se van cultivando con el paso del tiempo como estoy aprendiendo en mi etapa actual de opositora.
Cada vez más personas optan por opositar en un cuerpo público del Estado como alternativa laboral debido a la inestabilidad y precariedad ocupacional que rodea especialmente a nuestro país.
Pero…no es oro todo lo que reluce. Preparar una oposición no es un camino fácil y más aún cuando el estudio se compagina con una la vida laboral. A pesar de que los opositores saben que parte de su éxito reside en echarle horas, horas y horas, monotonía, soledad, decir “no” a mil y un planes de ocio y disfrute, etc., no todo el mundo consigue su objetivo y conseguir su plaza.
Por ello, concluyo afirmando que no, no…las vacas no dan leche.
Todo en la vida es esfuerzo, constancia y perseverancia.
Un cordial saludo.
Macarena.
Querida Macarena:
Lo primero que quiero decirte es que ojalá tu esfuerzo de hoy te lleve al éxito en la oposición.
Tú estás viviendo la verdad que he pretendido plantear en el artículo. Sin el esfuerzo del estudio sería muy difícil tener éxito en una oposición.
Además en una oposición ni siquiera está garantizado el éxito como pasa en un examen que todos pueden aprobar. En la oposición es seguro que no hay plazas para todos.
En ese caso, hay que ser perseverante.
Y, luego, cuando lo consigas (OJALÁ SEA ESTA VEZ) habrá que hacer otro tipo de esfuerzos para poder ser una profesional competente.
Muchos besos.
Mucha suerte.
Muchas gracias.
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Hola esforzado Miguel Ángel.
No iba a comentar nada esta semana, no se me ocurría nada que pudiera aportar algo que ya no se hubiera dicho con anterioridad. Y es que esta semana he leído interesantes comentarios que ilustran tu artículo, en especial de los asiduos…
Dice Paqui Llamas que: “…el esfuerzo nunca es en vano, porque incluso el error implica aprendizaje.” Y quisiera sacarle un poco de “hilo a esta madeja”…
Efectivamente, de los errores también se aprende, posiblemente mucho más que de los aciertos, incluso diría que son aprendizajes más sólidos y duraderos. Pero de la afirmación de que el esfuerzo nunca es en vano, no estoy del todo de acuerdo… ¡Cuánto esfuerzo estéril se malgasta en muchas ocasiones en la escuela! Y digo estéril porque no sirve para nada, sólo para hacer perder el tiempo de nuestro alumnado, especialmente cuando hacemos referencia a deberes. A veces, ayudando a mi hija, con los deberes, observo actividades totalmente inocuas, sin sentido alguno…
En educación también hay que pensar en la eficacia y no malgastar el tiempo en aspectos inútiles… Más aún cuando, en la actualidad, los niños y niñas necesitan jugar. Entiéndase jugar en el sentido que le dan autores como Piaget, es decir, como elemento favorecedor del desarrollo integral del individuo.
Y, como has recurrido a canciones relacionadas con la ganadería bovina, incluyo una más, la cantaba El Fary, “El torito Guapo”, decía el estribillo: “Vaya torito, ay torito guapo, tiene botines y no va descalzo” 🙂
Querido Juan Carlos:
Pues me alegro de que te hayas decidido a escribir.
Lo que dice Paqui es cierto, a mi juicio, porque el esfuerzo realizado, aunque no consiga el fin pretendido, es en sí un beneficio. Nos hace fuertes.
Si el esfuerzo puede aprovecharse, mejor Tú hablas de esfuerzos estériles en la escuela. Es cierto, sería mejor dedicar el esfuerzo y el tiempo a logros que tuvieran interés e importancia.
Un gran abrazo.
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Te entiendo Juan Carlos, y comparto contigo esa idea, la realidad es “caleidoscópica” y compleja… y ese matiz a mi comentario es oportuno. Yo también he contemplado, con estupor, a mi hija haciendo de deberes una división con veinte cifras en el dividendo. Muy triste este tipo de situaciones… por supuesto, le prohibí que hiciera ese cálculo absurdo.
Buenas tardes Miguel Ángel, gracias por recordarnos la importancia del esfuerzo, a veces los adultos no dejamos a los más pequeños esforzarse, cometiendo de forma inconsciente un grave error.
Veo en el día a día como nuestros niños y niñas nos exigen esa tarta, y quizás cocinarla con ellos sea la mejor opción, seguramente tendrá mejor sabor.
Sin duda alguna le contaré a mi niña la anécdota de las Vacas no Dan leche.
Querida Asun:
Pues me encanta saber que le contarás a tu niña la historia de que las vacas no dan leche.
La sobreprotección es una trampa muy dañina. Decimos que les queremos y que por eso les hacemos la vida más fácil. Pero hacer las cosas por ellos, dárselo todo hecho, evitarles cualquier riesgo y cualquier esfuerzo es impedir su crecimiento.
Besos.
Gracias.
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Cuando yo tenia 16 años descubri el rincón del vago, en internet.Cuánto daño hizo a mi generación, y a las futuras, mucho más; porque a esta pagina se le suman mas condicionantes que hacen que los niños de hoy no amen los libros, el estudio o el trabajo. Es nuestra labor motivar a nuestros alumnos y hacer resaltar los medios por encima de los resultados. A MIS NIÑOS les dedico mi duro trabajo diario…todo lo hago por ellos y porque tengo en mi mano a los medicos,arquitectos, astronautas,bomberos,pilotos, mantecaderos,ingenieros,y hasta posibles gobernantes…Todo lo hago por y para ellos…porque ademas son El FUTURO y el presente.¿acaso a ti no te gustaria que te operara el mejor medico? Uno no se hace buen medico en un dia…
Querida Noelia:
Desde luego que el rincón del vago ha sido una trampa desastrosa para muchos alumnos y alumnas.
Intuyo detrás de tus palabras que está escribiendo una profesional comprometida y competente.
Como docentes tenemos una gran responsabilidad en la formación nuestros niños y jovenes.
Mucho éxito en la tarea.
Besos y gracias.
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Me encanta tu blog y es la primera vez que escribo un comentario en uno. Al recibir respuesta…me genera conexion…me has enganchado…Querria preguntarte algo acerca del esfuerzo pero primero quiero exponerte el contexto del dilema que tengo.Soy la mayor de tres hermanos y el menor es unico de los tres que no estudio carrera¿como puedo generar una motivacion en el para que estudie la ESO?el dice que ya es tarde y que no tiene tiempo…yo le ayudaria, sin duda, pero debe nacerle una fuerza que le implique mas voluntad que aburrimiento el estudiar.No se como hacer que arranque pues si lo consigo, se que la rueda …rodaia sola,todo es empezar y tengo que dar con la clave.gracias siempre a ti.Tenemos mucha suerte, has abierto una via que es un sueño hecho realidad para una persona con dos dedos de frente que le guste la lectura y/ o la educacion.De corazon…gracias Miguel Angel y buen miercoles tengas mañana.
Querida Noelia:
Muchas gracias por tus generosas palabras y por tus hermosos sentimientos.
Y me alegra que te enganches al blog.
Es estupendo el reto que te has puesto de que tu hermano menor avancen sus estudios.
NUNCA ES TARDE PARA APRENDER.
SOLO HAY AHORA EN LA VIDA.
APRENDER ES APASIONANTE.
SI YO QUIERO, PUEDO.
Te pido que leas el artículo que escribí el día 16 de noviembre de 2013 en este blog. Se titula El taxista de Granada. Es un caso ejemplar que puedes contar a tu hermano.
Ya me cuentas.
Besos.
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Buenos Miguel Ángel, me ha encantado la reflexión que nos planteas para empezar el año. Estoy opositando por primera vez y no puedo estar más de acuerdo con su comentario.
Dicen que el esfuerzo es la clave del éxito, y aunque también he experimentado en ocasiones que el esfuerzo no da el fruto esperado, sostengo que sin esfuerzo, trabajo y sacrificio no conseguimos nada. Vivimos en la sociedad del “quiero y lo quiero ahora”, pero al final recibimos lo que sembramos y sin esfuerzo no obtendremos nada de lo deseado.
Llevo por bandera un refrán español y un proverbio francés: “El que la sigue, la consigue” y “Petit a petit l’oiseau fait son nid”. Poco a poco el pájaro hace su nido porque a fuerza de paciencia y perseverancia se acaba realizando una tarea compleja.
Un saludo.
Querida María Jesús:
Ojalá que tu esfuerzo en la preparación de las oposiciones tenga el éxito que te mereces. Pero, como dices, no siempre el ´esfuerzo tiene la recompensa deseada. No habrá sido inútil el esfuerzo porque habrás aprendido y porque en un nuevo intento será más fácil conseguir lo que se persigue.Y el esfuerzo, en sí, es educativo. Yr hace fuerte.
Sí, es cierto que la cultura en la que vivimos tiene como lema el yo-yo ya-ya.
Estupendas tus banderas.
Besos.
Gracias por leer y escribir.
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