Para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres (igualdad de oportunidades, de derechos, de dignidad, de trato…) es preciso revisar nuestra concepción de masculinidad. Las mujeres han luchado y siguen luchando por la igualad y por la autonomía, y nosotros tenemos la obligación moral de revisar los patrones de la masculinidad para generar una vida en común más justa y armoniosa.
Acabo de leer un libro que me ha regalado una querida amiga. Un regalo que he agradecido por tres motivos. Es un libro, aborda un tema de gran actualidad (todavía no ha finalizado la pandemia y ya se nos ofrecen reflexiones sobre su influencia sobre nuestra identidad) y el tema que aborda es de gran interés.
El libro se titula “La vida en común”. Título que se explicita un poco más con el siguiente subtítulo: “Los hombres (que deberíamos ser) después del coronavirus”. Y aclaro: habla de los varones, no utiliza el término hombres en sentido genérico, es decir, referido a hombres y a mujeres. Su autor es Octavio Salazar Benítez, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba. Octavio es miembro de la comisión de igualdad de dicha Universidad y ha participado en la redacción de su I y II Plan de Igualdad, así como de su Protocolo contra el acoso sexual y por razón de sexo. En 2018 escribió otro libro titulado “El hombre que no deberíamos ser”.
He dicho que se trata de un libro que aborda un tema importante. ¿Qué efectos ha tenido (está teniendo) la pandemia en nuestra condición masculina? Cuestión de gran calado porque hablamos muchas veces de la transformación que están realizando las mujeres, de su empoderamiento, de su nueva identidad, pero pocas veces pensamos en la nueva masculinidad que se nos exige desde la conquista de la igualdad. Para que lleguemos a compartir una vida plena en igualdad, una vida armoniosa y solidaria, es preciso que nosotros reflexionemos profundamente sobre nuestras concepciones, actitudes y comportamientos de hombres.
Es muy importante desarrollar la capacidad de analizar lo que nos sucede. Todos estamos viviendo similares experiencias ante la pandemia, pero solo algunos son capaces de analizar con rigor lo que sucede. Y bien se sabe que una cosa es lo que pasa y otra la interpretación de lo que pasa. Ahí está este libro, como ejemplo. O el de Boaventura Sousa Santos, al que alguna vez he hecho referencia en este mismo espacio, titulado “La cruel pedagogía del virus”. Y también el de Daniel Innerarity con este ambicioso título: “Pandemocracia: una filosofía de la crisis del coronavirus”. Una cosa es la realidad, otra la vivencia que tenemos de ella y otra diferente la capacidad de metacognición, la elaboración escrita y la difusión del análisis. Son de agradecer estas aportaciones a la comprensión de la realidad humana en un contexto tan cargado de ansiedad e incertidumbre.
El autor va repasando cuestiones que, a medida que vas leyendo, consideras de cajón, de extraordinaria obviedad. Por ejemplo, los hombres, habituados a movernos en el campo de lo público hemos tenido que permanecer encerrados en el ámbito privado del hogar. “Esta crisis de la masculinidad tradicional, dice Salazar, está en la base de muchas de las reacciones machistas que se están produciendo en todo el mundo y que tienen como principales protagonistas a hombres que se resisten a abandonar su papel tradicional, que defienden la familia de toda la vida y que ven como una amenaza para su estatus que las mujeres se incorporen a lo público”.
Habla el autor de la pandemia en la sombra para referirse al dolor y la angustia que han tenido que padecer las mujeres que se han visto obligadas a compartir la casa durante tantos días con su maltratador. No es difícil imaginar la angustia, la tensión, la dureza de esa cruel y opresora convivencia.
Salazar analiza la influencia que ha tenido la pandemia en nuestra condición de varones. Y yo espero que la reflexión, la convivencia, el diálogo y las condiciones que hemos tenido que afrontar nos hayan hecho mirarnos al espejo para ver cómo somos. Y espero también que esa imagen que nos ha devuelto el espejo nos muestre los rasgos de identificación que tenemos que mejorar.
La indudable existencia de la violencia de género ha de ser sustituida por la presencia de otras actitudes más próximas a la igualdad y al cuidado. Es necesario buscar un nuevo humanismo, basado en la reciprocidad que produzca un profundo cambio en las relaciones de género.
Tengo una antigua alumna y ahora querida amiga que, según su testimonio, se hizo filósofa y profesora de filosofía a raíz de sus vivencias en las clases que, sobre esta materia, impartí en el Instituto San Pelayo de Tui (Pontevedra). Chis Oliveira es una reconocida activista del feminismo. En 2019 publicó con Amada Traba Díez un importante libro titulado Amarte. Pensar el amor en el siglo XXI. En el libro encontramos interesantes pistas para la construcción de la nueva y deseable masculinidad. Dos años antes, en 2017, publicó un artículo titulado “Revisar la masculinidad, una condición para la igualdad”.
En él se puede leer: “Los chicos van asumiendo el modelo de masculinidad tradicional que comporta el tener que superar constantes pruebas que confirmen su virilidad”.
Esa masculinidad hegemónica es un constructo social, nada tiene que ver con los genes. Este modelo de masculinidad tradicional se basa en los siguientes rasgos: autosuficiencia, heroicidad (disposición al riesgo y a la lucha), diferenciación (ser hombre es, sobre todo, no ser mujer), ocultación de sentimientos (los hombres no lloran), búsqueda del éxito, competitividad con los demás, sentido de dominación, despreocupación por el cuidado…
Muchos comportamientos machistas de adolescentes son un intento de colocarse la máscara de la masculinidad dominante. Quien no la tiene es tachado de marica, nenita o calzonazos.
“Hoy ya no se puede hablar de masculinidad en singular, pues no hay una única forma de ser hombre. Desde esta perspectiva tendríamos que hacer ver que los hombres son radicalmente diversos entre sí, que hay tantas formas de ser hombre como hombres existen”. Por eso pienso que deberíamos avanzar hacia un modelo de masculinidad asentado en las emociones, en la ternura, en la sencillez, en la cercanía emocional, en la solidaridad, en la filosofía del cuidado…
Vuelvo al libro “La vida en común”, en el que podemos encontrar interesantes reflexiones sobre Los hombres nuevos, Los hombres sin público, Los hombres con reloj, Los hombres jubilosos, Los hombres heroicos, Los hombres que no aman a las mujeres, Los hombres máquina, Los hombres emocionados, Los hombres enredados, Los hombres sin púlpito, Los hombres que miran lo que miran las mujeres…
Octavio Salazar nos limpia el espejo que todos tenemos delante. Para que nos veamos claramente. Para que reflexionemos profundamente, para que aprendamos a ser mejores personas y, en este caso, mejores hombres para la vida en común. Todo ello en el contexto de la pandemia en la que estamos inmersos.
Habla también de sus experiencias personales y familiares. Por ejemplo, de cómo su padre, maestro y director de un Colegio de Primaria, vivió volcado en su profesión, en la dimensión pública de la vida. Y de cómo la jubilación y, sobre todo, el hecho de convertirse en abuelo “provocaron que en él se activaran determinados resortes que hasta entones habían permanecido inéditos o como mínimo poco utilizados”. Recuerda Salazar, a propósito de esta experiencia, algo que escuchó en una película japonesa: el mundo sería mejor si tuviéramos la posibilidad de ser abuelos antes que padres.
Querido amigo y maestro:
Revisando la concepción que propones, pienso que ha habido un cambio muy significativo en las últimas décadas. Hemos asistido en España a un momento histórico en el que se consagró el derecho de igualdad en el artículo 14 de nuestra vigente Constitución de 1978. Ello otorgó un marco legal para un desarrollo que equilibrara los derechos, sin olvidar que la fisiología de la mujer y del hombre es distinta y que la balanza legislativa ha de mantenerse también en armonía, pues de lo contrario un desequilibrio puede propiciar precisamente que la inclinación hacia cualquiera de los extremos no la mantenga justa.
Tu artículo me ha recordado un pensamiento inspirado en la cultura japonesa del Dr. Jigoro Kano (1860-1938), fundador del Judo, profesor de Educación Física, traductor, economista, etc., que en su época ya defendía una máxima que adopté hace muchos años: Jita Kyoei. Podría traducirse por “amistad y prosperidad mutua”.
Muchas gracias por el regalo de esta semana y muchas gracias una vez más por todo. Me agrada enviarte un enlace que sé que te alegrará, pues influiste en ello hace varios años y recientemente pusiste la guinda del pastel.
https://www.youtube.com/watch?v=NfoRFUmRwbU
Un gran abrazo MÁS para tu familia de parte de la mía.
Buen fin de semana a todos.
Querido Juan Miguel:
Qué madrugador. Pero tú, ¿cuándo duermes?
Me ha hecho mucha ilusión el enlace sobre el libro de Lidia.
Lo que pasa es que durante mucho tiempo nos hará falta lo que se ha dado en llamar discriminación positiva, para compensar tantos siglos de desigualdad.
Hermoso lema: amistad y prosperidad mutua.
Gracias a ti por estar siempre ahí.
Sigamos practicando el 3×4 de la amistad entre nosotros.
Un gran abrazo.
MÁS
Muy buenas Magíster!
Felicidades por el artículo y por los libros que lees y nos recomiendas. Un faro para los que navegamos en la vida común. Gracias.
Leer y escuchar a Octavio siempre abre horizontes en las nuevas masculinidades, además es muy fácil de entender.
Me ha hecho ilusión leer hoy tu artículo porque en unos minutos nuestra Federación de Familias del alumnado de la escuela pública e Almería comenzamos nuestra jornada de Coeducación con Miguel Ángel Arconada, Marian Moreno y Carmen Ruiz Repullo..el trio de SKolae.
Voy a presentar a nuestro tocayo, nos hablará de masculinidades igualitarias y con tu escrito ya me has puesto a tono…casualidades del destino.
Mil Gracias por estar siempre y cada semana.
La droga adarve nos endulza la vida y nos hace mejores personas, no se puede pedir más a MAS.
MIL Abrazos de tu familia de Almería.
Repartelos por casa.
Os queremos un montón.
QUERIDO MIGUEL, QUERIDA GEMA:
¡Qué hermosa casualidad! Os deseo todo el éxito del mundo.
No sé si conoces (porque la editorial cerró y solo hubo una primera edición) mi libro COEDUCAR EN LA ESCUELA. POR UNA ENSEÑANZA NO SEXISTA Y LIBERADORA. ¡Año 1984! Me dijo Marina Subirats que me había adelantado por un poquito a su libro Rosa y azul. Creo que fue pionero. Ha llovido mucho y creo que deberíamos haber avanzado más rápido. Cuánto por hacer.
Ya veo que conoces a Octavio. Interesantes libros. Claros y certeros. Y oportunismo.
Me tengo que ir.
Cierro casi sin despediros con el abrazo enorme que necesito daros.
Y gracias.
MÁS
Querido Maestro!
Hoy su reflexión me ha impactado emocionalmente.
Las figuras de masculinidad me llevan a pensar y como ayer fué el día del padre, a reflexionar sobre la influencia que las figuras paterno filiales ejercen en la manera de ser de las personas.
No recuerdo, por mucho que repase la memoria, un recuerdo conciliador, de ternura, de complicidad, de afectos , de sinceridad, de apego, con mi padre.
Clama al cielo, dónde espero que esté, y que le de lugar a reflexionar sobre su comportamiento.
La masculinidad de entonces y de sus pensamientos era estar por encima y doblegar los sentimientos.
Mi madre no supo afrontar este sufrimiento. Aunque era una mujer valiente, trabajadora, llena de generosidad y de gran corazón.
He luchado siempre por qué la masculinidad de un hombre no se mide por las voces que da, las tropelías que cometa, el maltrato sin sentido y el duro calvario de la inconsciencia.
Así que mi vida ha sido una andadura en busca de la masculinidad perfecta.
Un hombre es un hombre, si ama con firmeza, si da ejemplo de equidad y sus acciones son ciertas, si la ternura está por encima de la prepotencia, si te despierta con un beso al alba, si coge tu mano y te levanta cuando tropiezas, si despiertas con un te quiero que llene de verdad tu conciencia.
Quizás todo me haya servido para darme cuenta, que aunque duro el camino lo que consuela son las recompensas.
Sin más, con mi felicitación a todos los padres,, me despido con un gran abrazo muy cordial.
Que la semana os sea leve!
Querida Loly:
Me ha causado una profunda pena lo que nos cuentas de la relación con tu padre. Porque, además de ese dolor, tendrás conocimiento de que suelen tener muchos padres una mejor relación con sus hijas. No te puedo explicar cómo es la relación mi hija… Sabes que le estoy escribiendo un diario desde el día que nació hasta ayer mismo, día del padre. Hace dos días me pidió algo que me ha conmocionado. Quiere que le escriba un tomo para cuando ya no esté yo porque dice que no sabe cómo va a seguir viviendo. Me ha estremecido. No sé si tendré valor.
Cuando viajaba le dejada un sobrecito para abrir cada día que estaba fuera.
Por eso me duele tanto leer lo que has escrito sobre tu padre.
Es cierto que la época era distinta.
Lo importante es que has sabido superar todas las carencias y todas las dificultades.Eso te ha hecho fuerte.
Me gusta la definición que haces de masculinidad.
Besos.
Gracias, querida amiga, que estás ahí cada sábado.
MÁS
Qué importante tema.
La igualdad se conseguirá solo so los hombres cambian la concepción de masculinidad patriarcal por una nueva que esté asentada en la sensibilidad, en la humildad, en la ternura, en la compasión, en la solidaridad…
Me ha interesado mucho el libro de Octavio Salazar, autor al que no conocía. Efectivamente, es un tema importante y de mucha actualidad, ya que la pandemia todavía nos está condicionando la vida.
También me parece interesante el libro de ex alumna. Tiene buena pinta.
Muchas gracias al autor y a todos los comentaristas.
Saludos cordiales.
Querida María:
Gracias por tu lectura del artículo y por tu comentario. Es decir, por tu tiempo, por tu interés, por tu participación en el debate.
Me hubiera gustado entrar en más cuestiones, al hilo del libro del profesor Salazar, pero el espacio del artículo es muy limitado.
Los hombres tenemos mucho que pensar y mucho que cambiar para que llegue la igualdad.
Creo que nosotros tenemos que ser feministas.
Besos.
MÁS
El artículo me ha parecido muy interesante.
Tenemos que reflexionar sobre la concepción de la masculinidad.
Hace dos semanas apareció en el blog un artículo sobre los cantantes de regeaton. Esos chicos tienen un concepto de masculinidad muy negativo. Son machistas, prepotentes, violentos…
Lo que quiero decir es que no todo lo bueno es mejor.
Por eso es necesaria una educación emocional.
Saludos.
Gracias al autor y a los comntaristas.
Estimado José Luis:
Muchas gracias por tu amabilidad al leerme y al escribir para todos los lectores y lectoras.
Desde luego que hay modelos de masculinidad deplorables. Hoy día también.
El que venden esos cantantes me parece nefasto. El que venden lo simpatizante, votantes y militantes de Vox (que incluso niegan la existencia del sexismo) me parece también deleznable.
También hay mujeres que buscan y defienden falsos modelos de masculinidad.
Es una tarea árdua, lenta y profunda hacer el cambio que necesitamos para llegar a una convivencia más justa y armoniosa entre hombres y mujeres.
La nueva masculinidad que propongo también nos haría más felices a nosotros, los varones.
Un abrazo.
MÁS
Es curioso que un tema de tanta actualidad y de tanta importancia haya suscitado tan pocos comentarios esta semana.
El debate. que puede suscitar es profundo y tiene muchísimas dimensiones. A mí me parece esencial que, cuando se hable de feminismo, se plantee esta cuestión de la masculinidad.
Los hombres tienen una enorme y decisiva tarea en la construcción de la igualdad. Si hay sexismo, en buena medida, es porque los hombres han abusado de una situación de poder.
Por eso el tema me ha parecido superinteresante y superimportante.
Saludos cordiales
Querida María:
A mí también me ha sorprendido.
Incluso comentaristas habituales se están absteniendo.
Estoy contigo en que esta es una cuestión decisiva para la causa de la igualdad.
Ya sé que la bandera de la liberación la tienen que llevar quienes se liberan. De lo contrario, las mujeres podríais pensar: estos que han estado tantos años oprimiéndonos, ¿por que ahora quieren liberarnos?
Pero la mejora de la masculinidad repercutirá en la calidad de la convivencia manera inexorable.
También las mujeres deberían exigirla. No solo tienen que mejorar ellas sus concepciones y actitudes. Tienen que contribuir a que nosotros mejoremos.
Besos y gracias.
MÁS
Nueva Masculinidad: ¿Hombre blandengue? “Siempre he detectado al hombre blandengue… El hombre debe estar en su sitio…El hombre nunca debe de blandear porque la mujer necesita ese pedazo de tío ahí” (El Fary)
https://www.youtube.com/watch?v=M8xfzsjB2jI
Ha pasado tiempo y confieso que parece que estoy viendo un programa de humor. Lo hemos puesto a nuestra alumnado dentro de Esencia de Mujer, y lo sorprendente es que muchos adolescentes están de acuerdo. Incluso he tenido que intervenir en alguna clase porque han llamado a niñas “Lavadora”…. ¿Estamos realmente cambiando?
He querido entender e irme al significado y origen de la palabra Masculinidad.
Masculinidad, según la RAE : cualidad de masculino o masculina (1. Perteneciente al varón.2. Propio del varón o que posee características atribuidas a él. 3. Dicho de un ser dotado de órganos para fecundar.4. Perteneciente o relativo al género masculino…). Como las definiciones que me da la RAE no me aclaran realmente a lo que se refiere masculinidad: ¿Son características atribuida a él? ¿Quién las atribuye? ¿Los genes, la sociedad…? ¿Si no se posee órganos para fecundar ya no es masculino? ¿Una mujer puede ser masculina?
En mi afán por encontrar respuestas busqué Varón, que me deja como al principio. Varón:1.Persona del sexo masculino.2. m. Hombre que ha llegado a la edad viril.3. m. Hombre de respeto, autoridad u otras cualidades (buen varón: Hombre juicioso, docto y experimentado/santo varón: 1. m. Hombre de gran bondad.2. m. Hombre ingenuo, condescendiente).¿Existe la expresión santa Mujer?
También busqué el origen de la palabra masculino. Este vocablo etimológicamente es de origen latino bajo denominación «masculīnus» forma influído de «mascŭlus» que quiere decir macho. ¿Cuáles son las características propias de un macho?
Encontré un artículo Masculinidad- Feminidad. “ Una de las maneras de concebir a la masculinidad y a la feminidad es como la autopercepción en una serie de características de personalidad. Durante muchos años se consideró a la masculinidad y a la feminidad como una única dimensión, con dos polos, que hacía posible clasificar a una persona en un determinado punto de ese continuo. Es decir, ésta podía ser en mayor o menor grado masculina o femenina, pero nunca las dos cosas a la vez. Asimismo, los roles sexuales estaban rígidamente ligados al sexo biológico, de manera que el ser masculino o femenino dependía básicamente de ser hombre o mujer. Sin embargo, esta concepción empezó a ser cuestionada, surgiendo en la década de los setenta una nueva concepción de la masculinidad y feminidad como dos dimensiones independientes, de tal forma que las personas obtienen puntuación por separado en cada una de ellas. Fruto de esta nueva concepción nació el concepto de “androginia” para designar a aquellas personas que presentan en igual medida rasgos masculinos y femeninos. En esta nueva concepción, la masculinidad y la feminidad representan dos conjuntos de habilidades conductuales y competencias interpersonales que los individuos -independientemente de su sexo- usan para relacionarse con su medio (Kelly y Worell, 1977). Desde esta perspectiva, hombres y mujeres son mucho más parecidos en su psicología de lo que tradicionalmente se asumía (Orloffsky y Stake, 1981)”
Trabajando con mi alumnado “Esencia de Mujer” pudimos observar que cuando le pones la imagen de un bebé y le dices que construya su historia. Lo primero que preguntan es si es niño o niña. ¿La historia de una persona cambia realmente por unos genitales? ¿Debería ser así?
Con mi alumnado hemos hecho un Homenaje al Día de la Mujer (8 de Marzo) y con tablas de madera hemos escrito frases de Mujeres y nuestra intención inicial era resaltar a todas aquellas Mujeres que han estado durante mucho tiempo silenciadas, pero claro, una alumna encuentra esta frase “”¡No corras, ve despacio, que adonde tienes que ir es a ti solo! (Juan Ramón Jiménez).
Me encantó… pero cuando comprobamos que no era de Mujer, se generó un debate ¿Se debería incluir?. Decidimos incluirla y poner como título a nuestro Mural “Mujeres y Hombres Buenos”. 8 de Marzo. Se generó un nuevo debate…”si es el Día de la Mujer es de la Mujer”. Mi respuesta fue. Es el Día de la Mujer para recordar a todas las Mujeres que lucharon y murieron para defender Derechos humanos fundamentados en la igualdad y por todas aquellas personas que siguen luchando para llegar a esa igualdad, que es evidente que no se encuentra en todos los ámbitos de la vida . Pero actualmente tanto Hombres como Mujeres están luchando por esa igualdad (Claro no todos los hombres, ni tampoco todas las mujeres). Debemos evitar extremos y asumir características que antiguamente se asumían como propias de Mujeres o Hombres, debemos defender los Derechos humanos de las personas. https://www.youtube.com/watch?v=0228mfBzZEk
Así que le canto a los valientes
Que llevan por bandera la verdad
A quienes son capaces de sentirse en la piel de los demás
Los que no participan de las injusticias
No miran a otro la’o
Los que no se acomodan
Los que riegan siempre su raíz…Rozalén
PD: Gracias Miguel Ángel por tus reflexiones que nos enriquecen. Esta vez estuve a punto de no participar porque estoy hasta las 9:30 con sesiones de evaluación, desbordada, y como siempre termino muy triste por lo que en ella sigo escuchando con respecto a un alumnado, que no debemos olvidar están viviendo una pandemia que les está y les seguirá afectando a lo largo de toda su vida. Un fuerte abrazo
Querida María José:
Pues me alegro mucho de que te hayas decidido.
Y lo agradezco doblemente porque suele trabajo que conllevan ls evaluaciones.
También sé lo que sufrís ls orientadoras/es ante algunas actitudes de docentes en esas sesiones.
Tengo una larga experiencia a través de mi mujer que ha sido orientadora desde 1992..
El comentario que han enviado no tiene desperdicio.
Además de estar muy trabajado el comentario, encierra cuestiones de extraordinaria relevancia, sobre masculinidad y feminidad, sobre sexo y género, sobre genética y cultura… A mí me gusta mucho el lapidario título del libro de Levontin y Rose: NO ESTÁ EN LOS GENES.
(Por cierto, el libro de mi ex alumna Chis Oliveira -Amarte- es excelente).
Cada día estoy más convencido de que el feminismo es cuestión de hombres y mujeres.
Ya veo que has currado el tema para el día 8 de marzo. Gracias por compartir la experiencia y los testimonios.
Gracias también por los enlaces. Siempre enriqueces. Porque tú enriqueces.
Hay comentarios que aportan tanto o más que el artículo que les ha dado pie.
Muchos besos.
Mucho ánimo.
Muchas gracias.
MÁS
Querido profesor,
Quizás vivimos una etapa de tantos cambios que la sociedad espera absorta a que el tiempo siga transcurriendo. Por eso, quizás, la clave esté en saber que el tiempo se nos escurre entre los dedos.
Me ha parecido interesantísimo el artículo, más sabiendo de su procedencia. Por eso mismo, pienso en voz alta: quizás la masculinidad sea dar todo tus iguales, quizás la masculinidad sea también la sensación proteccionista de cuidar al indefenso, y quizás también la masculinidad sea también descolgar un teléfono para teclear y llamar al que en ese momento más lo necesita (por ejemplo, cuando fallece tu padre).
Resulta emocionante leer entre líneas su pasión docente, incombustible, y aprender tanto en enseñanzas de breve longitud. Me quedo con la parte “moral” de la definición de masculinidad: con independencia de su connotación, el objetivo del ser humano debiera ser convertirse en una buena persona.
Un fuerte abrazo.
Querido Norberto:
Gracias por la lectura del artículo y por este magnífico comentario.
Es de los que enriquecen y ayudan a lo pensar.
Tus aproximaciones al concepto de masculinidad son excelentes.
Sabes mejor que nadie por qué me ha emocionado tanto una de ellas.
La profesión docente no puede desempeñarse plenamente sin pasión.
Me ha encantado verte por este humilde blog.
Muchas gracias de nuevo.
Y que se repita la visita.
Y un abrazo.
MÁS
Tema de gran interés, actualidad y complejidad.
Tenemos que profundizar en esta cuestión, tanto hombres como mujeres.
Porque la construcción de la masculinidad y de la feminidad es fundamental para los procesos de identificación y de comunicación.
Lo que creo que es seguro es que las formas de entender la masculinidad tradicional ha sido pernicioso para todos y para todas.
Gracias.
Querida Marta:
En el libro La vida en común, que cito en el artículo, hay un capítulo dedicado a una persona que todos conocemos en este paìs y que el autor considera un ejemplo de la nueva masculinidad. Habla de Fernando Simón.Lo ve como un hombre tierno, sencillo, nada prepotente, tranquilo, que habla con serenidad, tranquilidad, que reconoce los errores, que no grita, que viste de forma sencilla, que no es nada engreído, que habla de sentimientos, que tiene valores…
Un cordial saludo.
Y gracias.
MÁS
Enhorabuena por el artículo.
Me ha hecho pensar.
Es un tema de plena actualidad.
Y de mucho debate.
Tengo más claro lo que no es que lo que debe ser.
Estimado José María:
Nada hay más satisfactorio para un autor que un lector diga que su artículo le ha hecho pensar.
Gracias por leer y por decirme lo que te ha pasado después de hacerlo.
Un abrazo.
MÁS a altas horas de la noche.
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