Es urgente esperar

9 Ene

Han pasado nueve días desde que sonaron las campanadas de medianoche del día 31 de diciembre. Después de tomar las doce uvas, en un ambiente extraño (restricción de comensales, toque de queda, exigencias de desinfección, uso de mascarillas…) se produjo un aluvión de felicitaciones y de buenos deseos. Estoy seguro de que muchos de esos anhelos se centraban en la superación de la crisis, tanto por lo que respecta a la salud como a la economía particular y a la del país. Pensé que estábamos abriendo las puertas  al año de la esperanza.

Decía Aristóteles que “la esperanza es el sueño del hombre despierto”. Pues bien, es la hora de la esperanza. No solo por el proceso de vacunación que se ha iniciado felizmente sino por la conciencia que todos hemos adquirido de la gravedad de la crisis, por la experiencia que hemos acumulado en el ámbito de las decisiones políticas y por los avances de la ciencia en el conocimiento del virus.

El Diccionario de la Real Academia Española dice que la esperanza “es un sentimiento en el que se nos presenta como posible lo que deseamos”. En el  “Diccionario de los sentimientos”, de José Antonio Marina y María López Penas, se habla de la esperanza de esta elocuente manera: “Solaz de los mortales afligidos, único aliciente que en las tormentas grandes de la vida puede hacer tolerable la existencia. Es el primer y último bien del hombre…”. 

Creo que la esperanza está en la raíz de la solución de nuestros problemas. Nuestros problemas, en este momento, son: el fatalismo, el descontento, el pesimismo,  el miedo,  el cansancio y el fracaso. Pues bien:

Contra el fatalismo, esperanza.Porque el fatalismo nos pone en las manos del destino sin que nosotros podamos articular palabra. Será lo que tendrá que ser y eso que tendrá que ser no será bueno. Estamos condenados a todo tipo de determinismos: histórico, biológico, sociológico…

Contra el descontento, esperanza.Porque el descontento y la tristeza nos inmovilizan, nos maniatan, nos   dejan sin capacidad de respuesta. Han sido muchos los sinsabores, los miedos, las desgracias, pero no pueden rompernos la esperanza en que podemos vencer al virus.

Contra el pesimismo, esperanza.  Dice  Luis Rojas Marcos en su libro La fuerza del optimismo que la actitud optimista es la mitad del proceso de superación. No podremos salir de la crisis sin esperanza, ese sentimiento positivo que nos da fuerza y alegría, a partes iguales.

Contra el miedo, esperanza. El miedo ha echado raíces en la sociedad. Miedo al contagio, a la enfermedad, al contacto con los otros, al hundimiento de la economía, a la pérdida del trabajo,  a los viajes cortos y largos,  a la muerte de seres queridos, a nuestra propia muerte.

Contra el cansancio, esperanza.Son muchos meses de restricciones, de sacrificios, de renuncias, de fracaso en el intento de vencer al virus. Primera ola, segunda ola, tercera ola… Hay quien piensa que no existe solución ni siquiera a largo plazo. Pues bien, ante el cansancio,  hay que poner esperanza.

Contra el fracaso, esperanza. Hemos tenido en la lucha contra la pandemia innegables y dolorosos fracasos. Las demoras, los tanteos, las equivocaciones nos han llevado a un estancamiento desesperante… Pero, contra todo esos errores y decepciones solo hay un remedio: la esperanza de que no se vuelvan a repetir porque de ellos hemos adquirido conocimiento, experiencia y humildad.

“La esperanza es un árbol en flor que se balancea dulcemente al soplo de las ilusiones”, decía  el periodista, escritor y político español Severo Catalina. Y como tal árbol se puede cuidar o se puede abandonar y dejarle secar. Me gusta la metáfora del árbol, que desarrollé en un libro publicado en Portugal con el titulo “El árbol de la democracia”.

El árbol de la esperanza se cuida con un análisis sereno e inteligente de la realidad. Porque la esperanza no es un sentimiento ingenuo que nace del desconocimiento  y de la estupidez.

Se cuida con la responsabilidad de las acciones. Porque la esperanza se fragua en la acción, no en la inactividad, en la pasividad y en el silencio.

Se cuida con  el esfuerzo, con  el compromiso por la superación. La esperanza se conquista, se trabaja, se  forja con tesón, no es un regalo de los dioses. No espera conseguir algo quien no trabaja por conseguirlo. “Si el hombre espera aferrado a que alguien o algo ajeno a él lo haga un ser finalizado, acabado, eso ya no es actitud esperanzada sino actitud o razón perezosa, y estas dos actitudes no son afines”, dice Mario Domínguez en un artículo titulado “La filosofía como saber de la esperanza”.

Se cuida con la unión de todos los intentos, de todos los esfuerzos, de todas las acciones de superación. Creo que la esperanza es cuna conquista colectiva. Saldremos de la pandemia unidos, no disgregados, por eso se habla de la inmunidad de rebaño.

Se cuida con el riesgo.  Porque el progreso y la superación nos hacen asumir algunos riesgos que debemos afrontar con valentía. Vacunarse exige la asunción de algún riesgo.Decía Jorge Guillén que cuando uno pierde la esperanza se vuelve reaccionario.

Se cuida con una actitud positiva ante la vida, la historia, la política, las personas y nosotros mismos. Una actitud positiva que no deben minar algunas evidencias nefastas: falta de unidad de los partidos en la lucha contra la pandemia, falta de transparencia en la información, bulos y fake news de enorme toxicidad, comportamientos irresponsables de algunos ciudadanos y ciudadanas, 

Sería estupendo que, de la misma forma que la canción “Resistiré” del Dúo Dinámico se convirtió en el himno de la fase de confinamiento domiciliar, ahora tengamos como himno la hermosa canción del cantante argentino  Diego Torres  titulada “Color esperanza”.

“Sé qué hay en tus ojos con solo mirar/ Que estás cansado de andar y de andar/ Y caminar/ Girando siempre en un lugar/ Sé que las ventanas se pueden abrir/ Cambiar el aire/ Depende de ti/ Te ayudará./ Vale la pena una vez más/ Saber que se puede/ Querer que se pueda/ Quitarse los miedos/ Sacarlos afuera/ Pintarse la cara/ Color esperanza/ Tentar al futuro/ Con el corazón.

Es mejor perderse que nunca embarcar/ Mejor tentarse a dejar de intentar/ Aunque ya ves/ Que no es tan fácil empezar/ Sé que lo imposible se puede lograr/ Que la tristeza algún día se irá/ Y así será/ La vida cambia y cambiará/ Sentirás/ Que el alma vuela/ Por cantar una vez más”.

André Malraux decía que la esperanza es la fuerza de la revolución. En este momento es urgente esperar. En los comienzos del año nuevo es apremiante que cultivamos juntos la esperanza.

Siglo XXI Editores publicó en 1993 un libro de Paulo Freire titulado “Pedagogía de la esperanza. Un reencuentro con la pedagogía del oprimido”. Sin esperanza no podemos  hacer frente a la liberación y a la superación de  las situaciones críticas. Dice Paulo Freire en las primeras páginas del citado libro: “Como programa, la desesperanza nos inmoviliza y nos hace sucumbir al fatalismo en que no es posible reunir las fuerzas indispensables para el embate recreador del mundo. No soy esperanzado por pura terquedad, sino por imperativo existencial e histórico”.

Hago votos porque la pedagogía de la esperanza gane terreno a la desesperación, al desaliento y al pesimismo. Una buena parte del reto está en nuestras manos.

34 respuestas a «Es urgente esperar»

  1. Muy buenas Magíster!
    Precioso artículo, profundo y práctico.
    Alimenta nuestra esperanza personal y colectiva. Gracias.
    Creo que es un acierto la metáfora del árbol de la esperanza que debe cuidarse con inteligencia, responsabilidad, acción, esfuerzo, compromiso..etc. Muy buena reflexión.
    Coincido con Freire que la esperanza es un compromiso histórico y existencial pero hay momentos que necesito abrazar a la terca esperanza, viendo el patio….
    Sin llegar al extremo de un amigo que dice :
    » De todas las virtudes que tengo..Que No son pocas, en la que más destaco es en la humildad» y se quedó tan pancho…sin llegar a eso, creo que la esperanza es de los árboles que más cuido y va fenomenal. Una esperanza con buena brújula para llegar a buenos puertos ( la necesidad de trabajar también nuestras utopías) En esto, estoy más tranquilo, ya que tenerte a ti, como compañero de camino nos da un plus y una garantía de éxito! Y encima se va tan agustito que no sabes cómo te lo agradecemos Dr.del Bienestar.
    Además hoy le pones música, jeje, en fin no dejas de sorprendernos. Gracias.
    Un fuerte abrazo sincero y querido para ti, Lourdes y Carla.

    • Querido Miguel, querida Gema:
      Muchas gracias por tu comentario, que siempre me alienta a pensar en un próximo artículo.
      Mi esperanza crece al saber que lo que escribo puede ser leído por personas como vosotros.
      No hay nada mejor para reflexionar que tener que escribir. Te hace pensar, buscar y reflexionar. Pero, claro, no existe un artículo si no hay unos ojos que quieran leerlo.
      Lo de Dr. del Bienestar es un halago más digno de tu generosidad que de mis méritos. Ma hace pensar en lo que me decia hace unos días una profesora de una alumna suya que quería ser Doctora en personas.
      Un gran abrazo duradero para el 2021.
      Y mil gracias, de nuevo.
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      • Gracias Doctor por mencionar mi pequeña experiencia educativa, pero con tantísima emoción. Hermoso articulo; necesito releer, para un disfrute doble. La pedagogía de la esperanza!!

        • Querida María:
          Me encantó la experiencia que me conraste. Es magnífica. Quizás algún día escriba sobre ella.
          Todos deberíamos ser doctores y doctoras en personas.
          Una buena especialización.
          Si agradezco la lectura, mucho más la relectura, que anuncias.

          Un beso y feli Año 2021, cargado de esperanza.
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  2. Querido Miguel Ángel:

    Antes de dejar mi opinión, quiero desearte un muy feliz y esperanzado 2021, y por supuesto, también a todos los lectores.

    Decías la semana pasada que solo la ciencia nos traerá la esperanza. Y es cierto, pero incompleto. Te olvidas de Dios.

    Dios es la esperanza. Contra el fatalismo, el descontento, el pesimismo, el miedo, el cansancio y el fracaso (por solo mencionar lo que tú mencionas), más Dios.

    Porque Dios es amor y sabiduría, es nuestro creador y guía. De los políticos, que toman decisiones, y de los científicos, que investigan, también. Dios nos da y Dios nos quita, estamos en sus manos, que son nuestras manos.

    De ahí lo de a Dios rogando y con el mazo dando. De ahí lo de la investigación, el estudio, la búsqueda de soluciones, la acción. Dios nos dotó de esas capacidades y es un pecado desperdiciarlas. Dios nos dotó de curiosidad y de ganas de vivir. De fuerza para buscar siempre la supervivencia.

    Dios nos dotó de esperanza, pues nos dio la vida y vive en nosotros. Debemos vivir honrándole y haciendo que se sienta orgulloso de nosotros.

    Un fuerte abrazo para todos y todas. Y tranquilos, que año de nieves, año de bienes.

    • Querido José Antonio:
      Felicidades también para ti y para los tuyos en este nuevo año, en el que espero se abran las puertas de la normalización de la vida.
      Me has dejado mudo con tu comentario.
      Solo tengo admiración y respeto hacia un creyente que espera de Dios todo lo bueno.Ya digo. ADMIRACIÓN Y RESPETO.
      Yo pongo mis esperanzas en lo que nosotros hagamos unos por otros. Yo tengo fe en que los seres humanos podamos vivir como una fraternidad y podamos construir un mundo hermoso y habitable en el que todos y todas quepan.
      Espero un mundo mejor construido con nuestras manos.
      Un gran abrazo.
      Gracias por leer y por escribir.
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      PD: Ya sabes que me gusta verte por aquí.

    • Querido Miguel Ángel:
      Muchas gracias por tus palabras, “hacedoras” de esperanza.
      Siempre que te leemos, el optimismo esperanzador nos motiva a hacer un poco mejor lo que hacemos.
      Muchas gracias y que sea un provechoso año 2021.
      Un abrazo desde San Luis, Argentina.
      Marcelo

      • Querido Marcelo:
        Gracias a ti.
        Sé que cultivas y que repartes esperanza donde estás y por donde vas.
        Una esperanza dinámica, activa, comprometida con la mejora.
        Gracias por tus generosas palabras, que animan a seguir trabajando.
        Un gran abrazo.
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  3. Buenos días, Miguel Ángel.
    Hoy nos traes el tema de la esperanza. Claro que la vida sin esperanza es inimaginable. Yo creo que todo mundo tiene esperanza y que sin ella no se vive. Pongámonos en el caso de más desesperanza aparente, el suicida que quiere abandonar la vida porque le es insoportable y no espera nada de ella, pues si abandona la vida es porque tiene la esperanza de acabar con sus males.
    A lo largo de la vida, la mayoría, pasamos por situaciones muy complicadas donde cuesta ver la salida, pero creo que siempre esperamos que algo cambie.
    Respecto al virus me parece que nos confunde un exceso de esperanza de que eso ya es pasado, ya tenemos la vacuna y bajamos la guardia.
    En fin, la esperanza que tengo es que se acaben las muertes por este virus, que disminuyan los contagios y se empiece a relanzar la economía y podamos mirar la vida con más ilusión.
    En este mundo siempre hay esperanza. La desesperanza la dejo para el infierno de Dante, pero eso no es de este mundo.
    Un abrazo, Miguel Ángel. Saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Perder la esperanza es perderlo todo.
      Quien tiene esperanza, se mueve con esfuerzo para caminar hacia aquello que espera.
      Creo que lo importante del momento es que la esperanza ha de ser compartida porque toda la humanidad se encuentra metida en el mismo túnel.
      La esperanza ha sido considerada casi siempre como un sentimiento particular, de cada uno. Pero creo que hoy ha de ser un sentimiento común para salir de la crisis, no solo realmente, también anímicamente.
      Gracias por tu hermoso comentario, querido amigo.
      UN gran abrazo.
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  4. Querido Miguel Ángel:

    Saber que se puede, querer que se pueda. No es agradable ni bonito corregirte, pero entre nosotros, y antes de que se entere Diego Torres, argentino, creo que le has regalado su canción al colombiano Juanes. No quiero que se vaya a formar un conflicto en el sur de América que para eso ya tenemos al norte. Además, Juanes no necesita esta canción, ya tiene la camisa negra llena de éxitos. Y comparte premio contigo, ¿no?

    Un cariñoso abrazo.

    • Querido José Antonio:
      Por Dios, es verdad.
      De ahí ha venido la confusión. Los dos cantantes compartieron el premio conmigo, con Rafael Bisquerra y con Pilar Sordo.
      No sé cómo le he colgado la canción de uno al otro.
      Conozco bien a Diego Torres. Le pediré disculpas. Corrijo ahora mismo el error.
      Gracias por detectado.
      Es incomprensible la confusión porque lo tengo clarísimo.
      Un abrazo.
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  5. Amigo y entrañable maestro

    Cuanta tela para cortar con esto de la esperanza… maravillosas tus palabras luminosas en estos tiempos tormentosos… escuche a un viejo pedagogo y gran maestro mío don Alfredo Bisquert decir y repetir mil veces: “la esperanza es consustancial con la educación”…. veo en esta virtud un poderoso resorte o muelle en tensión con una energía vital siempre acumulada y dispuesta para pasar de potencia al acto, en un dinámica propia y particular…. en “Fratelli Tutti “ Francisco propone e invita a vivir y saborear la vida desde la esperanza misma….la sinfonía con tus palabras es tan notable querido amigo, que se amalgaman en perfecta resonancia en mi corazón…. reproduzco su Nº 55, dice el Papa: “ Invito a la esperanza, que «nos habla de una realidad que está enraizada en lo profundo del ser humano, independientemente de las circunstancias concretas y los condicionamientos históricos en que vive. Nos habla de una sed, de una aspiración, de un anhelo de plenitud, de vida lograda, de un querer tocar lo grande, lo que llena el corazón y eleva el espíritu hacia cosas grandes, como la verdad, la bondad y la belleza, la justicia y el amor. La esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna». Caminemos en esperanza.”

    Un cariño enorme…. con la esperanza del reencuento.

    Horacio

    • Querido amigo Horacio:
      Siempre me alegra verte por aquí.No solo por mí. También por los lectores y lectoras del blog que se nutrirán de tus reflexiones…
      Hace algunos años pronuncié varias conferencias en Argentina con el título LA ESPERANZA ES UN ÁRBOL. Un tema apasionante. UN sentimiento profundo que tenemos que cultivar.
      Me alegra ver la sintonía con las palabras de la encíclica Fratelli Tutti.
      Sí, albergo la esperanza de que en el 2021 podamos reencontrarnos
      Ayer hablé con el Director de Homo Sapiens para estudiar las posibilidades de nuevas actividades.
      Un gran abrazo.
      MÁS

  6. Me ha encantado el título, porque incita, remueve, por su urgencia y da al traste con la mal entendida pasividad de la esperanza. «Nosotros esperábamos» dirían los discípulos de Emaús; pero esperar d esa manera es «como sentarse a esperar, que es no esperar nada». Estamos rodeados de desesperanza que es el ingrediente fundamental de los negativistas y de los que se han confundido de utopía.
    Dice el saber popular que «el que espera desespera», pero esa desesperación es la del que debe lanzarse a esperar y «urgentemente», como dices, y no la del que abandona.
    Estupendo este aldabonazo para que no nos dejemos llevar por los cantos de las sirenas antiguas que paralizan.
    Un abrazo digital y saludos con salud.

    • Querido josem:
      Siempre me alegra verte pir aquí. Por mí y por todos los lectores y lectoras de El Adarve.
      Porque de tus comentarios siempre se aprende.
      Rezumas sabiduría e infundes es poeranza.
      Gracias.
      Un abrazo.
      MÁS

  7. Querido Maestro!
    La esperanza es lo último que se pierde y yo no lo voy a perder en mi vida.
    Estamos inmerso en una situación complicada ahora con la borrasca Filomena que nos está helando de frío todo el país.
    Y claro esto afecta a todo el mundo pero a los más desvalidos, los carentes de recursos, aún más.
    Gente que se ha quedado sin energía eléctrica y se van a morir no del covid sino del frío.
    Jornada intensa y difícil en las carreteras y en las zonas más pobres de las grandes urbes.
    Y ahí que esperanzas tienen?
    Estamos deshumanizados ?
    Hay mucha gente que ayuda pero otros pasan de largo haciendo de su capa un sallo.
    Le cuento una experiencia que vivimos hace unos días.
    Un hombre mayor se cae en la calle y con un montón de gente en el lugar nadie se acerca a ayudarle a levantarse,solo una persona reaccionó y se acercó para ayudarle.
    Estamos haciéndonos seres sin aprecio sin afectos y sin corazón?
    No consigo creer que eso suceda!
    Tengo esperanzas que algo nos cambie las ideas.
    Que miremos al horizonte y nos devuelva las esencias , el sentido de la ayuda en las acciones más sencillas y necesarias.
    Estamos inmersos en muchos desafíos que hay que solventar con mucha prudencia.
    Somos seres que necesitamos cercanía y que se nos quiera y ese amor es el que hace que reaccionemos haciendo bien y extendiendo nuestras manos para que otros puedan cogerlas.
    Cuidado con el frío y no salgan de casa!
    Y sin nada más me despido con un cordial saludo para todos

    • Querida Loly:
      Me parece magnífico tu recuerdo de los más pobres, de los más vulnerables, de los sin techo…
      El hecho que cuentas es terrible. ¿Qué mundo estamos haciendo?
      En este temporal los pobres sufren, pasan hambre y frío…
      Tenemos que constuir un mundo más habitable para todos y para todas.
      Pocos se acuerdan de los que Paulo Freire llamaba los desheredados de la tierra.
      Sé que eres una persona de esperanza y que siembra esperanza a su alrededor.
      Si todos fuésemos como tú el mundo sería un psraíso.
      Besos.
      Gracias.
      MÁS

  8. Querido Dr. Miguel Ángel:
    Gracias por compartir su columna, son reflexiones q hoy impactan en una sociedad q avanza en la desesperanza. Cada día es un riesgo y por lo tanto, cada día es un motivo q hoy no parece valorarse. Es tiempo de solidarizarnos con nosotros mismos, con los otros, con la naturaleza , no importa q el mañana sea incierto. Tenemos miedo , pero hay q vivir con la esperanza de un nuevo amanecer q parece iluminarlo la próxima vacuna.
    Un abrazo y mucha salud para Ud. y los suyos.

    • Querida Indira:
      Mil gracias por leerme y pir enviar este hermoso comentario.
      Siempre anima saber que esa paloma que sueltas cada sábado lleva el mensaje a alguien que lo recibe, lo valora y lo agradece.
      Os deseo lo mejor para este nuevo año. Me gustaría que, juntos, lo llenemos de esperanza.
      Besos.
      Gracias
      Saludos a Eduardo.

  9. Querido Miguel Ángel…
    La esperanza es lo que nos mantuvo vivos.
    La esperanza es la que nos permitió continuar.
    La esperanza es nos llevó a reinventarnos.
    La esperanza, la esperanza, la esperanza… Lo último que debemos perder, la que no debemos poner en tela de juicio y como bien dices tú, mucho está en nuestras manos.
    Primero, en no perderla.
    Segundo, en buscar la forma de seguir cultivandola.
    Sabemos que no hay profesión que logre lo que la nuestra logra, que es el poder llegar a cientos de personas, pero lo más importante; que cuando mejor lo hacemos y sobre todo con el corazón, trasciende en el tiempo de generaciones en generaciones.
    Ojalá seamos capaces de decir que muchos de los esperanzados sean en parte granito lo que que sembramos, y que tengamos las ganas y fuerzas de seguir sembrando esperanza en el corazón de nuestros alumnos, para que algún día, los que los rodeen puedan cosechar en ellos esperanza y más esperanza.
    Hagamos lo necesario y hasta lo imposible, para que seamos los culpables por medio de la pedagogía de la esperanza, de infectar a toda la humanidad de ESPERANZA, de que se viralice tan fuerte y rápido que nunca se encuentre una vacuna contra ella.
    Gracias mi querido amigo, por hacernos volar, reflexionar, por darnos esperanzas, por trascender en lo que haces.

    Te envío un gran y cálido abrazo Jujeño a la distancias, lleno de esperanza súper contagiosa y sin antídotos… Esperanzado de que pronto vuelva a ser en presencia.

    • Querido Rodrigo:
      Gracias por este precioso comentario.
      Comparto contigo la idea de que la educación es la profesión de la esperanza.
      El fatalismo es su mayor enemigo, como dice Paulo Freire.
      Un gran abrazo desde España para ti y para los tuyos.
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  10. ¡Querido Amigo!
    Yo soy una de esas personas que esperan cada sábado, el mensaje de tu paloma.
    Hoy me ha llenado de esperanza, me ha hecho más fuerte. Algo que es de agradecer en los tiempos que corren.
    Soy bastante miedosa y me aterra la situación que estamos viviendo, pero considero muy acertados tus argumentos sobre la esperanza. Me han hecho pensar mucho y recordar los cientos de veces que he cantado la canción “Color esperanza”. Siempre la canté pensando en la superación del cáncer, pero hoy, gracias a ti, la canto pensando en mis miedos, en los miedos de los demás, en el dolor y la incertidumbre que se está viviendo y convencida de que, como muy bien dices, es urgente esperar, creer que se puede y yo voy a pintarme la cara color esperanza.
    Sabes que te sigo, que te leo, que te admiro y que te quiero muchísimo desde que Lourdes te trajo a mi vida, pero nunca había escrito por aquí. Hoy no sé porqué, pero he sentido la necesidad de hacerlo y de darte las gracias públicamente, por todo lo que nos das.
    Que no nos falte la esperanza, ni tus palomas mensajeras.

    • Querida amiga Mari:
      Qué sorpresa y qué alegría.
      Esta semana me has hecho tú el regalo con este comentario tan hermoso.
      El comentario de la persona ideal que quieres que te lea: sensible, inteligente, comprensiva, esperanzada…
      En ningún más deseable quieres que se pose la poaloma mensajera: un corazón gigante y maravilloso, de los que hacen el mundo más habitable.
      Besos para los mayores, los medianos y los peques.
      Y gracias por esta alegría.
      MÁS

  11. Buenos días a todo el mundo.

    Cogno con Filomena. Estaba podando y reponiendo las cepas de vid y Filomena me ha echado para adentro a cubierto. Me quito la ropa mojada y abro el blog del Sr. Guerra, y vaya, vaya, veintitantos comentarios ya, y es Domingo, apenas un día después de que el relato de la Esperanza se publicara en el blog. Y porque no aparecen los leídos, que serán muchos más. Es fácil argumentar que Filomena está haciendo más por la cultura que todos los políticos juntos en los últimos 40 años. El COVID también está haciendo mucho por la cultura, las librerías vendiendo más libros que nunca. Algo bueno tendrá la pandemia también. A lo que iba sobre la esperanza, que suelta uno la azada y las tijeras de podar, y como con una fuerza inusitada que depositaron las herramientas en el subconsciente, es coger carrerilla y se lía uno a decir palabrejas en el teclado para no decir nada. Estoy en ello, perdón por la demora. Al hilo de la respuesta del Sr. Lema (Don José Antonio), uno muy malo, perdón, saben de aquel que pedía todos los días a Dios:

    – Dios mío, que me toque la lotería.

    Así, todos los días, y a toda hora, y ya con más de sesenta años se le aparece Dios y le dice:

    – Pero hijo mío, saca por lo menos un décimo.

    Pues así opino yo de la esperanza, Dios ayuda, pero por si acaso está demasiado ocupado en tanto trabajo, es bueno poner todo lo que podamos de nuestra parte. La esperanza es la espera de un resultado positivo. La esperanza de aprobar una asignatura es mucho mayor cuando se le han dedicado 100 horas de estudio que cuando se le han dedicado 10. La esperanza de recolectar buena fruta es mucho mayor cuando he estado pendiente del riego, del alimento de la planta, del fungicida, del acaricida, y de todo lo demás, además con un poco de cariño; si me he desentendido o no llevo un orden en lo que necesita, qué le puedo pedir a la esperanza. Igual en todo, contra el covid, poco podemos hacer en participar activamente en la vacuna, pero hombre, en vez de irte a pasear a la Calle Larios de Málaga en pleno bullicio de gentes, hombre, vete a buscar espárragos a la Sierra de Antequera, dónde quizá el más cercano posible contagiador sea un cabrero que está a siete lomas de ti. Seguro, seguro que la esperanza de no coger el covid trata mejor al esparraguero que al paseante. Gracias por su artículo Sr. Guerra; a los contertulios, gracias también, con más tiempo les leeré cuando anochezca, me voy otra vez a la calle que parece que clarea la lluvia.

    Que tengan buen día.

    • Estimado Don Quintiliano:
      Me dice el Director del periódico que por cada uno que escribe hay mil que leen. No sé cómo hacen ese cálculo.
      Si fuese así, estaría encantado con el número de lectores y lectoras. Hay que tener en cuenta que se lee mucho entrec profesores de América Latina. Estoy muy agradecido.
      Cierto que el de esta semana está teniendo mayor respuesta.
      Muy acertados los dos ejemplos que pones sobre la esperanza: el examen y la cosecha. La esperanaza a mi juicio es activa, no pasiva. Si esperamos llegar a un sitio tenemos que caminar, no sentarnos.
      La esperanza se construye, no es un ragalo de los dioses.
      Un gran abrazo.
      Y gracias por alternar poda y escritura.
      MÁS
      PD: Dejo a JA la respuesta a su referencia.

  12. La Esperanza: ¿Esperar para qué? Preguntas y respuestas que necesitamos para darle sentido a la espera. Encontrar el objetivo en la vida nos dota para seguir esperando, sabiendo lo que estamos esperando y contribuyendo para que el tiempo sea fructífero para que nuestra vida tenga sentido. Freire, en la Pedagogía de la Esperanza, nos pone de manifiesto la necesidad de la utopía y de la esperanza Habla de la esperanza como una necesidad que nos mueve, lo que nos marca una dirección. Sin embargo, dice que, aunque necesaria, no es suficiente para transformar la realidad. La desesperanza nos anula y para vencerla hay que analizar el por qué de esa desesperanza”.

    “La esperanza puede ser una fuerza muy poderosa. Tal vez no haya magia real en ella, pero cuando sabemos lo que deseamos y lo sostenemos como una luz en nuestro interior, podemos hacer que las cosas sucedan, casi como si fuera verdadera magia. Laini Taylor”

    Estoy viendo con mi Hija la Película “Los Juegos del Hambre”, me ha sobrecogido y me ha dolido mucho lo que he visto, porque más allá de una película de ficción hay una esencia real: el hambre que muchos pasan en el mundo y otros que “necesitan vomitar para seguir comiendo”. La película gira en torno a la Esperanza y el que maneja el control, el presidente Snow, es consciente del poder de la Esperanza: “ La esperanza es lo único más fuerte que el miedo. Una pequeña dosis de esperanza es efectiva, mucha es peligrosa. Una chispa está bien, siempre y cuando esté contenida”. También se hace un homenaje a las personas que transmiten Esperanza y luchan por ella y como a lo largo de la historia muchos han sido perseguidos/as: “«Se ha convertido en un faro de esperanza para ellos. Tiene que ser eliminada».

    La Pedagogía del oprimido se ha convertido en la denuncia de las múltiples máscaras que la dominación usa y recupera. Esa denuncia es, además, testimonio del esfuerzo callado y generoso de muchos que, en todo el mundo, impiden que la esperanza muera.” “La Pedagógía de la Esperanza es una prueba de fortaleza de parte de una generación que resistió al sometimiento y que extrajo de las vicisitudes y de las persecuciones el constante coraje para trabajar en la transformación social”.

    Bonita Metáfora de Severo Catalina que mencionas“La esperanza es un árbol en flor que se balancea dulcemente al soplo de las ilusiones.”
    “A veces nuestro destino semeja un árbol frutal en invierno. ¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán? Mas esperamos que así sea, y sabemos que así será.”Goethe.
    Marta Soto hace una versión de Libre de Nilo Bravo, que considero que es un canto también a la Esperanza, de lo que podemos encontrar detrás de los muros que nos pone la vida y que todos tenemos la capacidad de atravesar. Muros que definen algunas Escuelas, muros que separan de la realidad y alejan de la vida.
    https://www.youtube.com/watch?v=4ZjKWBtLBhQ

    La Solidaridad y la Esperanza van unidas. “No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy”. Gregorio Marañón. Durante estas Navidades hemos querido estar cerca de personas que siguen manteniendo la Esperanza de vivir y mejorar el mundo, personas que en la última etapa de su vida, ven limitados sus sueños e ilusiones y que, sin embargo, no pierden la esperanza, ni la sonrisa.
    http://misionesdegrupo.blogspot.com/2020/12/la-esencia-de-la-navidad-la-solidaridad.html
    La Escuela necesita profesionales esperanzadores, profesionales que, como dice Freinet, no se paren en la encrucijada de los caminos. “No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos” (Freinet).

    Como tú bien dices, necesitamos “Conocimiento, ética y Esperanza” , porque viajar hacia “el futuro necesita Riesgos y Esperanza” y disfrutar de cada pequeño éxito, que es un abrazo a la esperanza.

    Conservo mi Esperanza a pesar de los acontecimietos que nos azotan día a día, esperanza en la ciencia, en las personas, en la vida, en una Escuela libre para ser y sentir y con altas dosis de Esperanza, porque “Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.” John Fitzgerald Kennedy.

    Gracias Miguel Ángel. Os he leído, pero he necesitado un tiempo de parada, un tiempo para vivenciar emociones que no pude vivir y que me han hecho liberarme un poco de la pena, con la esperanza de que, mientras todo perdure en el recuerdo, nadie se va del todo. La Esperanza también más allá de la muerte.

    • Querida María José:
      Yo te estaba esperando.
      Sabía que volverías con otro comentario que es, más bien, un artículo.
      Me he alegrado mucho al ver de nuevo tu nombre.
      Sé por lo que has pasado en las primeras navidades de la gran ausencia. Pero, como dices, la esperanza sigue viva.
      Ahí estás tú de nuevo, sembrando los comentarios de ideas, sentimientos, citas, experiencias (magnífica la que cuentas) y canciones.
      Creo que podría saber quién escribe este comentario sin que lo hubieras firmado.
      Ahí está tu compromiso, tu ilusión, tu pasión por la escuela, tu amor a la libertad…
      Ahí estás tú.
      Muchas gracias por el regreso.
      Y nunca te sientas obligada. Ten libertad para escribir y para no escribir.
      Besos.
      FELIZ AÑO 2021, cuajado de esperanza para ti y para los tuyos.
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      • Preciosas palabras me regalas siempre . No puedes imaginarte todo lo que me reconfortan. Me encanta formar parte de alguna manera de tus reflexiones. Me ilusiona leerte cada sábado, me encanta escribirte y me satisface enormemente tus respuestas. No se puede pedir más. Gracias y en este año intentaré no faltar ninguna semana. Un fuerte abrazo para ti y los tuyos.

        • Querida María José:
          ¿Ves por qué te echaba de menos?
          Todo lo aprendemos entre todos.
          En tus comentario hay «algo» que impregna la escritura. Creo que es la paso´ñon por lo que haces, por lo que crees, por lo que esperas.
          Hace algunos años (2010) escribí PASIÓN POR LA ESCUELA. Sus páginas son un espejo en el que te veo reflejada.
          (Por cierto, sospecho que tu hija será una estupenda comentarista de las películas).
          Gracias por estar de nuevo AHÍ.
          Besos. FUERZA: ESPERANZA.
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    • Estimado Claudiano:
      Así es.
      Lo explica muy bien Paulo Freire en su libro PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA.
      La educación se basa en la esperanza de que el ser humano puede aprender, en que el ser humano puede mejorar. Y en la esperanza de que el ser humano mejorado puede cambiar el mundo.
      Gracias.
      Un abrazo.
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  13. Vaya tema el de la esperanza. Y qué buen enfoque. Y pensaba en la esperanza como una actitud pasiva. Esperar era para mí algo así como estar sentado esperanzo. Me ha gustado esa idea de que la esperanza es activa y exige trabajo.
    Pues nada, a trabajar para que todo mejore.

    • Querida Raquel:
      Ahí está la clave.
      La esperanza se construye, se fragua, se trabaja.
      Si espero llegar a Roma caminando, tengo que ponerme en marcha.
      El momento en el que nos encontramos exige que practiquemos la pedagogía de la esperanza.
      Gracias por leerme y por escribir.
      Besos.
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