He viajado a Ceuta invitado por la Unidad de Programas Educativos del Ministerio de Educación. Un hermoso viaje en helicóptero desde Málaga sobrevolando la Costa del Sol y el estrecho de Gibraltar. Y, al día siguiente, el regreso de noche con el suelo alfombrado de aguas y de luces. Pero lo más hermoso estuvo en los asistentes a las dos sesiones. Una de profesores y profesoras y otra de directivos y directivas de los colegios e institutos de la ciudad. Emocionantes actividades para mí al comprobar la expectación y la vibrante respuesta a los planteamientos que compartimos.
Al final de una de las sesiones estuve charlando con una profesora que, entre lágrimas, tuvo a bien compartir conmigo su historia. Le pedí que la escribiera para poder alertar a otros docentes verdugos y prevenir a otros alumnos y alumnas que pueden ser víctimas como ella. Afortunadamente, con su esfuerzo y su rabia, ella salió de un pozo profundo al que fue arrojada por la actitud irresponsable, insensible y cruel de quien tenía el deber de animarla y cuidarla.
Habla Watlawick de las profecías de autocumplimiento. La profecía de un suceso, dice, suele convertirse en el suceso de la profecía. Pero ella rompió el pronóstico y destrozó la profecía. Ella es ahora una maestra entusiasta que está haciendo realidad un sueño. Como ella cuenta, de niña llevaba a casa trozos de tiza y con ellos le explicaba a sus muñecos, en un teatro anticipatorio, lo que les deseaba enseñar. Le cedo la palabra a la protagonista a la vez que agradezco desde aquí la autorización explícita que me concedió para hacer pública su experiencia. Nadie lo puede contar mejor que ella.
“La vida pasa demasiado rápido a veces. Quizás sin darnos cuenta. Y cuando echamos la vista atrás vemos todo lo que hemos avanzado, todos los miedos superados, todos los fracasos convertidos en éxito.
A mis casi 28 años puedo decir que he tenido una vida bonita, pero con algunos momentos desagradables, sobre todo en mi adolescencia.
Durante años he sufrido acoso no solo en el colegio sino también en la calle. Supongo que es algo contagioso. Cuando alguien ve a un sujeto débil y sensible, lo fácil es atacar e imitar al resto.
Todo empezó en la secundaria, en el momento que pasé a primero de la E.S.O. El paso de la primaria a la secundaria siempre es algo lleno de ilusión, al menos para mí, ya que me encanta aprender cosas nuevas. Siempre me había encantado ir colegio. Pero no siempre trae buenas cosas. La etapa del desarrollo, la aparición de acné y ser una persona a la que nunca le ha gustado destacar sino mantenerse siempre en segunda fila, me pasaron factura y como ya he contado antes trajeron consigo el acoso. Yo, que era una niña de sobresaliente, empecé a bajar mis notas un poco, pero seguía siendo buena estudiante.
Llegué a segundo y mis problemas con mis compañeras iban a peor, pero nadie hacia nada. Recuerdo un día en clase con el profesor de Lengua y Literatura, estuvimos trabajando una redacción que hablaba del futuro, nos preguntaron en clase qué queríamos ser de mayores. Yo, sin ninguna duda, le dije que quería ser maestra. Siempre fue mi sueño. Recuerdo que cuando era niña robaba las tizas del colegio y me las guardaba en los bolsillos. Cuando llegaba a casa me metía en mi cuarto y pintorreaba mis armarios con cualquier cosa interesante para contarle a los muñecos. Era una adolescente llena de vida y de sueños, sueños que casi me arrebatan porque a veces las palabras duelen y te hacen pensar que no vales o que no eres capaz de hacerlo.
Empecé a bajar las notas, incluso a suspender algún examen, eso en mí era casi imposible y este profesor, este docente que sabía que su alumna no lo estaba pasando bien y que tenía sueños, se los destruyó en un minuto diciendo: “En esta clase hay gente excelente como Ana (llamémosla así) que conseguirá todo lo que se proponga y gente mediocre como fulanita (yo) que empezará pronto a suspender asignaturas y no hará nada en la vida” (Recordar este comentario en una clase donde la gente, no toda, se reía de mi, fue demoledor).
Por cierto, se me ha olvidado comentar que debido a este bullying desarrollé un trastorno compulsivo que consistía en que cuando me daba ansiedad cogía mi goma de borrar y me ponía a manosearla compulsivamente. Cuando me veían las niñas de mi clase, (porque por aquel entonces el colegio solo era femenino) se oía a una decir: miradla, ya está otra vez con la gomita.
Volviendo a la historia principal, el profesor me acaba de decir que soy mediocre y que seguramente no haga nada en la vida. Me vengo abajo, pero aguanto las, lágrimas me aferro a mi goma y dejo pasar las horas y los días pensando que un día esa profecía iba a ser autocumplida.
Llegué a cuarto de E.S.O. y me quedaron para junio tres asignaturas. Era excelente en mi casa, todo lo sabía hacer bien. Pero mi inseguridad en clase era tan grande que no daba pico en bolo y me quedaba en blanco casi siempre. Además, desarrollé una ansiedad que a día de hoy sigo arrastrando. Solo un maestro era capaz de ayudarme sin decir nada. El resto parecía que no quería darse cuenta que en clase no estaba bien; mejor dicho, no me trataban bien.
Llegamos a junio, aprobé las asignaturas y pude pasar un verano tranquilo, pero lo bueno, mi racha buena estaba por llegar. Por suerte, las niñas que había en mi clase eran de familias de un nivel socioeconómico alto, y todas (sobre todo la que más se reían de mi) se fueron a un centro privado a hacer bachiller. Como mis padres no podían permitírselo a mí me llevaron a un instituto público cerca de casa. Siempre lo digo y lo seguiré diciendo, fueron los dos mejores años de mi vida, volví a ser yo, volví a mis buenas notas, empecé a participar en clase. Me di cuenta de que mi luz, que yo creía fundida, simplemente estaba apagada y se volvió a encender, esta vez con mucha más fuerza. Terminé bachillerato con una media de 9´38 y selectividad con un 8’6. Podría haber elegido cualquier carrera, pero elegí magisterio porque era mi sueño, no me imagino a día de hoy trabajando de otra cosa, creo que es la carrera más bonita del mundo. Cuando llegué a las prácticas, elegí el cole donde estuve siempre, porque es un buen colegio a pesar de mi historia. El psicólogo me dijo que era raro que quisiera volver a un sitio donde lo pasé tan mal. Mi respuesta fue: quiero demostrar que valía para esto.
Antes de terminar mi carrera empecé a trabajar en una academia de inglés. El año pasado fue mi primer año de tutora en un colegio en el que sigo contratada a día de hoy.
Soy insegura, valiente y feliz.
Nunca dejéis que fundan vuestra luz. Ni dejéis a vuestros niños que se fundan. Termino con una cita de Louis L. Hay: “Enseña con amor porque no sabes de qué tormentas vienen tus alumnos. A veces, el único lugar seguro que los alumnos tienen es cuando están contigo y tu ejemplo.”
Gracias mamá, papá y hermana por no dejarme caer. (Mis padres no conocían esta historia hasta hoy, nunca tuve fuerzas suficientes para contárselo, ya lo estaban pasando bastante mal por mi situación)”.
Se dirige luego a mí para agradecer la inspiración y “por darme voz para contar mi historia”. No hay de qué. Yo solo he actuado de notario. Solo tengo palabras de reconocimiento, de admiración y de afecto para quien supo darme una hermosa y valiente lección de vida.
Maestro: Siempre me acuerdo que tengo un dedo corazón y no lo uso mucho, solo cuando es necesario.
Querido Rufino:
Cuando se producen estas historias me acuerdo de aquella alumna, de su respuesta y del artículo que publiqué en La pedagogia contra Fran kenstein.
Ya ves que sigue habiendo desdichados profetas.
Gracias por estar ahí.
Un abrazo.
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Querido Maestro!
La historia de esta chica no ha hecho más que recordarme mis épocas pasadas de acoso y derribo.
Yo también sufrí crueldad en la escuela y en la calle por parte de algunos chicos que me hacían sentir rasgos de inferioridad.
Y pienso como ella que eso es algo tan doloroso que es difícil de sacartelo de tus adentros.
A mi también me sirvió de aliciente para superarme cada día y trabajar para salir adelante y luchar por mis sueños, conseguí ser maestra de primaria.
A las personas buenas también le pasan cosas malas.
Porque el destino es arbitrario, el mundo ciego y el egoísmo muy afilado.
La gente buena resurge cada día, es discreta pero luminosa, silenciosa pero alegre, humilde pero inmensa , como su propio corazón.
Y quién piensa con el corazón no entiende de maldades ni desprecios ni de frías razones.
Actuar con el corazón nos define y nos hace auténticas personas.
«El único signo de superioridad que conozco es la bondad».
Un grano de bondad vale la pena y vale la alegría y vale más que una tonelada de intelecto.
Me siento tremendamente afortunada por qué todo lo malo que recibí me convirtió en la persona que soy ahora.
Espero que estas pequeñas notas le sirvan a esa chica de aliciente para seguir adelante y consiguir sueños que no son imposibles.
Sin más me despido con un gran abrazo para todos.
Querida Loly:
Es uno de los comentarios más hermosos que has escrito y tiene una peculiaridad que no se puede pasar por alta. Habla de ti, de tu historia, de tu capacidad de superación.
Además de decir cosas importantes las has dicho de una manera precisa y bonita.
Enhorabuena por haber tenido esa fuerza que te ha hecho superar las zancadillas.
Tu comentario de hoy es para aprenderlo de memoria.
Muchas gracias.
Besos y adelante.
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¡Qué daño hacen profecías y prejuicios? ¿Qué dolor producen acosos y derribos? (como indica Loly).
Que haya niños y niñas acosadores es un problema, pero desde la escuela se puede actuar, siempre que tengamos los ojos abiertos a las sutiles respuestas de los acosados/as, que suelen tragarse sus sentimientos para sí. Que haya docentes proféticos y con perjuicios es más grave porque es dificil cambiar sus actitudes.
Buen finde para todos y todas.
P.A. Ánimo para esta profesora Caballa
Querido Juan Carlos:
Quienes están pagados por la sociedad para animar, ayudar, motivar y hacer crecer, utilizan su poder para desanimar y machacar.Qué triste.
Me impresionó el caso de esta maestra. Le ha durado hasta hoy día aquel terrible pronóstico. Afortunadamente no le impidió seguir su camino y acabó siendo maestra.Para ello tuvo que desoír y rechazar aquellas palabras fatídicas. Se pronuncian en un minuto y duran toda la vida.
Tenemos una gran responsabilidad los docentes.
Un gran abrazo.
Y gracias por tu participación.
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¡Qué daño hacen profecías y prejuicios! ¡Qué dolor producen acosos y derribos! No eran preguntas sino exclamaciones. Me la ha jugado el móvil.
Querido Juan Carlos:
Conociéndote, no tenía la mwnor duda.
Un abrazo.
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Emocionante historia.
Quiero transmitir a la profesora y protagonista de esta experiencia mi felicitación porque fue capaz de superar la zancadilla que le puso la vida. Y, es más: me parece que esa zancadilla la hizo ir más de prisa hacia donde quería ir.
Enhorabuena.
Querida María:
Imagino que la protagonista habrá leído el artículo, ya que estaba esperando su aparición. Ella me contó la historia y yo le pedí autorización para difundirla. Y, como nadie la podía contar mejor que ella, le pedí que la escribiese.
Lo que no sé es si leerá tu comentario y se animará a conectarlo.
Por eso soy yo quien te da las gracias en su nombre por la felicitaciòn que la has enviado.
Besos y gracias.
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Las profecías no terminan.
Yo no sé cómo puede haber un profesor capaz de decir esas cosas a una alumna.
¡Con la de veces que se han equivocado los que las han hecho!
Y cuando se han cumplido, ¡que responsabilidad la de penar si ha podido ser por nuestra culpa.
Magnífica esta historia que nos ha contado. Gracias por compartirla.
Estimado Jesús:
Ya ves que no.
Muchas personas me insisten en que de vez en cuando toque este tema para tratar de evitar que se mantengan en las aulas.
Sería malo que alguien de la calle le tendiese una trampa a un niño o a una niña, pero que lo haga quien es pagado por la sociedad para que lo motive y anime, es un delito.
Un abrazo y gracias por leer y escribir.
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¡Gracias Miguel Ángel por darle voz a este testimonio de superación!
Porque casos como estos son tan frecuentes como dolorosos, pero creo que estos últimos tiempos ha habido un gran avance: Al escuchar las voces de quienes sufren bullying y acoso, los docentes tenemos más herramientas y los ojos más abiertos para detectar el dolor escondido en el corazón de un alumno.
Sin embargo… qué pasa cuando el dolor está en el corazón del docente, y en lugar de corregir sigue reproduciendo el esquema generando el dolor en sus alumnos?
Querida Candela:
Gracias a ti por tu interesante y certero comentario.
Tienes razón. No es fácil explicar por qué tiene que producirse este dolor, causado por quien tiene el deber de curar y de dar felicidad.
Malo es el dolor causado por el bullying pero el que causémoslos profesores es especialmente dañino.
Ojalá que estos testimonios nos ayuden a evitar que sigan produciéndose este tipo agresiones.
Besos.
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Saludos Dr. Santos, a todos los lectores y comentaristas. Sin duda, el artículo de la semana nos regala una experiencia difícil de olvidar y las derivaciones que causa el ser víctimas de violencia, algunas con éxitos y otros no corren la misma suerte. De igual manera, la narración se conecta con la práctica de la evaluación en la escuela: el énfasis en el reino de lo cognitivo, sumado a entregas de programas, tiempos… Así también, la buena noticia los académicos algunos los piensan, otros más lo manifiestan y otros ya tienen practica en tener cuidado de que la experiencia de emociones en el proceso del ciclo escolar sea de felicidad, y no desdicha para los estudiantes por la huella de recuerdo que queda para toda la vida. Ante este relato, no en vano el porcentaje de alumnos que abandona la escuela … Si se consiguen unas excelentes calificaciones en las materias, pero se descuida en acciones el trato, la autoestima, la solidaridad, el aprecio, habrá que cuestionar el efecto secundario de la práctica educativa escolar, personal de los estudiantes, que aunque no se hubieran pretendido alcanzar, se cultivaron. No se trata solamente de mejorar el rendimiento, sino de interrogarse por los valores que desprende esta práctica. Justamente vuelvo a retomar el texto de su autoría que data del 2010, Dr Santos, que lleva por título, “Una pretensión problemática: educar para los valores y preparar para la vida, publicado en la Revista de educación. Me despido reconociendo el valor de la experiencia que aporto el artículo.
Querida Lourdes:
Me alegra siempre recibir desde México estos comentarios tuyos.
Sé que proceden de una persona que ama la educación. Por eso siempre son aprovechables.
Es cierto que la evaluación, cuando se empobrece y pervierte, es un fenómeno que permite hacer este tipo de profecías sobre los alumnos y las alumnas.
Gracias por leerme en este artículo y en el que comentas de la Revista de Educación.
Besos.
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Hermosa historia de superación.
En lugar de hundirse y desalentarse esta mujer reaccionó de manera fuerte y segura para hacer realidad su sueño.
No solamente ha ganado ella con su esfuerzo, han ganado los alumnos que tiene ya que estoy segura de que será una maestra estupenda.
Lo malo de estas historias es que algunas no acaban bien porque las víctimas acaban haciendo caso a sus verdugos.
Saludos.
Querida María Jesús:
El artículo tenía como finalidad persuadir a los docentes de la importancia de su tarea. Pero también felicitar a la protagonista por la reacción que tuvo. No se desalentó y ahora es una excelente maestra.
Hay otras que no acaban tan bien.Porque el oprimido acaba metiendo en su cabeza los esquemas del opresor.
Gracias por leerme y por escribirnos.
Saludos.
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Quiero felicitar a esa maestra por la lección que nos ha dado.
Su vida es un ejemplo que pueden imitar todos aquellos que se encuentren con dificultades y obstáculos en vida.
Gracias a ella por contarlo y gracias al autor por haberlo compartido con los lectores y lectoras del Adarve.
Gracias.
Querido Marcelo:
Espero que ella te lea.
La verdad es que merece esa felicitación.
Casi nunca se hace pública una situación de este tipo. Mucha gente se la guarda y la soporta en silencia. Ella ha tenido la valentía de abrir su corazón y de compartirla con nosotros.
Qué responsabilidad la de los profesores. UNA SOLA FRASE FUE SUFICIENTE PARA MACHACAR A UNA ALUMNA.
A ELLA LE MARCÓ LA VIDA.
Afortunadamente se salvó de la profecía. Con su actitud valiente la destruyó.
Un abrazo y gracias.
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Miguel Angel que buen relato, que buena historia, siempre que como profesores comentemos cosas de nuestros alumnos deben ser positivas, motivantes, alentadoras y este tipo de sentencias que provocan daño y frustración. Aun cuando pareciera que no, esto todavía pasa y debemos denunciar a este tipo de mal llamados profesores para que no hagan mas daño!
Te dejo un abrazo con mucho cariño y gratitud por tus enseñanzas en tus viajes a Colombia!
Estimado Javier:
Qué alegría verte por aquí.
Siempre recuerdo con cariño y gratitud mis viajes a Colombia.
Muchas gracia por leer y valorar positivamente el artículo.
Un abrazo para ti y oara tu familia.
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Buenas tardes, hoy he asistido a su charla en el colegio Mirasur,soy madre de un niño de este colegio. Me he sentido muy muy identificada con los olmos… tuve una profesora que me hizo repetir curso, hacía que me pusiera la nota que me decía en su cuaderno de notas a bolígrafo para no poder borrarse nunca más … el cero lo mantenías siempre…. si me caía decía que era tonta hasta para andar etc…. pero yo la saque el dedo..corazón. Estudie FP, y carrera universitaria…. y empecé otra….
Cuando tuve que buscar colegio para mi hijo ahora de infantil me vinieron todos estos recuerdos..los revivi… y di muchas vueltas en mi cabeza hasta elegir uno.
Encantada de haberle visto y escuchado. Gracias.
Querida Eva: Enhorabuena por haber salido con energía y optimismo de ese túnel en el que te metió esa profesora. No supo respetar las claves de su profesión que son las de AYUDAR, MOTIVAR, ESTIMULAR, IMPULSAR Y QUERER A LOS ALUMNOS Y ALUMNAS.
Me he alegrado mucho de que me hayas escrito. Y agradezco de corazón el hermoso testimonio que nos brindas a todos los lectores y lectoras del blog.
Te deseo lo mejor para tu hijo. Creo que lo tienes en buenas manos. He visto que en el Colegio hay un ambiente estupendo y mucho compromiso y deseo de mejorar.
Besos, ánimos y gracias.
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Triste historia que lamentablemete se sigue repitiendo. Hola Miguel Angel. Está claro que como tu mismo escribiste. La Escuela que aprende necesita transformarse. Programas descontextualizados no están consiguiendo que el alumnado se nutra de valores. Los que piensam sobre adoctrinamiento no son conscientes que la Escuela no les enseñó a ser libres…les enseñó a seguir tendencias y opiniones…Desde Estepona hemos presentado un proyecto de imvestigación para cambiat y mejorar y que tengamos una Escuela adaptada al presente y no anclada en el pasado , clave funsamental para conseguir la igualdad y la atención a la diversisad Te invitamos para que oarticipes con nosotros. misiontriplem@gmail.com
Querida María José:
Gracias por tus palabras.
Me interesaré por vuestro proyecto.
Tiene muy buena pinta.
Besos.
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Gracias Miguel Ángel esperamos contar contigo. la Diversidad nos enriquece…que me ha dolido la vista el verlo con b….Eres nuestra brújula …GRACIAS
Querida María José:
No te preocupes. A todos se nos escapa un gazapo. Ya está corregido.
Pensé hacerlo al terminar la lectura y me puse a contestar varios comentarios.
Ojalá podamos vernos.
Besos y… adelante.
Hace falta gente como vosotros y vosotras.
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