Las lecciones no están solo en los libros. Lo que tenemos que enseñar y aprender no es solo el cuerpo de conocimientos que ofrece el curriculum. Se pueden (deben) enseñar y aprender muchas otras cosas relacionadas con el saber sentir, con el saber estar y con el saber ser.
Recuerdo ahora el excelente libro de mi añorado Eduardo Galeano “Patas arriba. La escuela del mundo al revés”. Nunca he sabido a ciencia cierta si el subtítulo hace referencia a la escuela del mundo al revéso a la escuela del mundo al revés.En cualquier caso se trata de un hermoso e impactante libro con el siguiente programa de estudios (que, en realidad, es el índice temático de la obra): la escuela del mundo al revés, cátedras del miedo, seminario de ética, clases magistrales de impunidad, pedagogía de la soledad y la contraescuela. Viene a decir Galeano que la vida es una escuela con un perverso curriculum que aprendemos de forma subrepticia. A través de los nefastos ejemplos que se encuentran en las estructuras injustas y en los comportamientos corruptos aprendemos el miedo, la injusticia, el dolor, el racismo, el machismo y la impunidad.
Me sorprendió, la primera vez que me asomé a este libro, leer el siguiente relato en la página 155. Se titula Vidas ejemplares. “A finales de los años 80, todos los jóvenes españoles querían ser como él. Las encuestas coincidían: esta estrella del mundo financiero español, rey Midas de la Banca, había eclipsado al Cid Campeador y a Don Quijote y era el modelo de las nuevas generaciones. Acróbata del salto alto en la escala social, había llegado desde un pueblecito de Galicia hasta las cumbres del poder y del éxito. Las lectoras de las revistas del corazón lo elegían por unanimidad: el español más atractivo, el marido ideal. Siempre sonriente, el pelo engominado, parecía recién salido de la tintorería cuando leía balances o bailaba sevillanas o navegaba por el Mediterráneo. Quiero ser Mario Conde, se titulaba la canción de moda.
Diez años después, en 1997, el fiscal pidió cuarenta y cuatro años de cárcel para Mario Conde, lo que no era mucho para quien había cometido el mayor fraude financiero de la historia de España”.
Un día fue Mario Conde, en pleno esplendor, a pronunciar una conferencia en mi Universidad. No asistí. Veía a los jóvenes estudiantes correr apresurados a conseguir un lugar en el paraninfo. Me pareció un acto obsceno. Yo estaba indignado por aquella ceremonia y aquel boato. Por aquella efervescencia juvenil propiciada y bendecida por la autoridad académica. Tuve un fuerte conflicto con un guarda de seguridad que me impedía aparcar en un lugar del campus para reservar espacio a la comitiva del prócer. Iba a trabajar en mi despacho y no podía hacerlo porque todo se había dispuesto para la magnificencia y la seguridad del acto “académico”.
Me molestaba que la Universidad se incorporase a ese clamor social. Y me pregunté por los modelos de persona que la sociedad (y, en este caso, la Universidad) les ofrecía a los jóvenes y a las jóvenes estudiantes. ¿Como quién deberían ser? ¿A quién deberían parecerse? Pues muy claro: tenían que parecerse a Mario Conde.
En la propuesta de modelos, la escuela y la familia desempeñan un papel preponderante. Deberían encontrar en nosotros actuaciones y actitudes que les condujesen a construir modelos de ciudadanía. Y criterios para discernir cuándo hay propuestas ejemplares y cuándo prestidigitación engañosa.
Deberíamos conseguir, en primer lugar, ayudarles a descubrir las trampas de los modelos presentados por la vía de la seducción. Sin análisis, sin mostrar el imprescindible esfuerzo, sin reparar en el cumplimiento o quebrantamiento de los valores, sin pensar en quienes en las mismas circunstancias nunca llegan, sin hacer ver las zancadillas que reciben las mujeres para alcanzar el éxito…Y, en segundo lugar, deberíamos presentar modelos que puedan imitar y que estén basados en valores.
Me ha llegado a través de la red una de esas historias que sueles considerar verídica por el simple hecho de que te gustaría que lo fuera. En este caso porque encierra ingenio, comprensión y bondad. Una historia en la que una forma de actuar se convierte en un modelo con tanto gancho que lleva a un niño a imitar el modelo popuesto. Dice así:
Un joven se encuentra con un anciano a quien sin duda recuerda con emoción. Su antiguo maestro. Se dirige a él y, después de saludarle afectuosamente, le dice:
– ¿Se acuerda de mí?
El anciano contesta que no. Entonces el joven le dice que fue su alumno hace muchos años. El antiguo profesor le pregunta:
– ¿Qué estás haciendo?
– Soy maestro, contesta con satisfacción y orgullo.
– Ah, qué bueno, como yo durante tantos años.
– Sí, me convertí en maestro porque me inspiró a ser como usted.
El profesor le pregunta cuándo le inspiró a ser maestro. Y el alumno le cuenta la historia.
– Un día, un amigo mío, también estudiante, llegó con un hermoso reloj nuevo, decidí que lo quería para mí y se lo robé. Lo saqué de su bolsillo y lo metí en el mío. Poco después mi amigo comprobó que se lo habían quitado y se quejó a usted, querido maestro. Entonces usted se dirigió a la clase.
– Alguien ha robado el reloj de un compañero. Quien haya sido que se lo devuelva o que me lo de a mí para que yo se lo entregue.
Yo no lo devolví porque no quería hacerlo. Sentía una horrible vergüenza al mostrarme como ladrón delante de usted, de mi amigo y de los compañeros. Todos se miraban con perplejidad. Nadie dijo nada. Luego cerró usted la puerta y nos dijo a todos que nos pusiéramos de pie y que iría uno por uno para buscar el reloj en los bolsillos, en las mochilas, en los pupitres o donde fuera hasta encontrar el reloj. Pero nos dijo a todos que cerráramos los ojos, que realizaría la búsqueda exigiendo que todos tuviésemos los ojos cerrados. Todos cerramos los ojos y usted fue de bolsillo en bolsillo, buscando el reloj. Cuando llegó al mío encontró el reloj y lo tomó. Continuó usted buscando en todos y cuando terminó, dijo:
– Abran los ojos. Ya tenemos el reloj. Ya se lo he devuelto a su dueño.
– No me dijo usted nada. Nunca mencionó el episodio. Nunca dijo quién había robado el reloj. Y ese día salvó usted mi dignidad para siempre. Evitó la vergüenza que me habría producido ser acusado de ladrón delante de todos y, sobre todo, delante de mi amigo. Me sentí muy avergonzado ese día. El día en que mi dignidad se salvó gracias a usted. Porque me podían haber etiquetado todos de ser un ladrón y una mala persona. Me dio una lección moral. Recibí el mensaje. Y entendí que esto es lo que debe hacer un verdadero maestro. ¿Se acuerda de este episodio?
El profesor responde:
– Recuerdo la situación, el reloj robado, la búsqueda, el hallazgo, la devolución… Pero no te recordaba a ti porque también cerré los ojos cuando buscaba.
Enseñar es el arte de ayudar al prójimo a ser mejor. Un arte que tiene estrategias, a veces, sutiles pero siempre llenas de ingenio, de compasión, de misericordia y de amor. Enseñar es el arte de convertirse en un ejemplo no tanto por lo que se dice cuanto por lo que se siente, se hace y se es.
Hola MÁS.
De nuevo retomas el tema de los buenos modelos, de aquellos que dejan huella en el alumnado y que pueden ser motivo para ser copiados o imitados. La historias que cuentas también la he leído. No recordaba dónde. Pensé que la había leido es alguna de tus entradas semanales… Porque es del tipo de historias con las que sueles ilustrar tus comentarios.
Me quedo con dos ideas, con la que inicias el relato y con el que culminas: . “Lo que tenemos que enseñar y aprender no son solo conocimientos también lo relacionado con el saber sentir, con el saber estar y con el saber ser”. Y “Enseñar es el arte de ayudar al prójimo a ser mejor”.
Dicho esto para ser maestro o maestra hay que ser una persona honesta, tener empátia por los niños y niñas, disponer de un gran ingenio, poseer abundantes estrategias para solucionar conclictos sociales y favorecer el desarrollo emocional del alumnado,… Si, además, dominas la ortografía, el cálculo matemático, los conocimientos del mundo científico, las artes plásticas y musicales, dominas varios idiomas, conoces y prácticas diferentes teorías del aprendizaje…. Y por si acaso, eres un buen agente financiero, un animador sociocultural, un agente de viajes, un asistente sanitario, un carpintero, un fontanero, un calefactor, un confidente, un padre/madre… Pues entonces serás un buen maestro o maestra.
Infinitas competencias se le requieren al docente… ¡Difífil trabajo éste!
De ahí que, aunque no se pueda brillar en todas estas competencias, el profesorado merece un gran respeto. ¿En qué otra profesión se exige tanto?
Buen finde….
Querido Juan Carlos:
Tus palabras sobre las competencias del maestro me han recordado un texto de Manuel Rivas que tomé de un artículo suyo titulado Amor y odio en las aulas.
Lo reproduzco a continuación porque tiene su miga:
Escribe Manuel Rivas: “Mucha gente todavía considera que los maestros de hoy viven como marqueses y que se quejan de vicio, quizá por la idea de que trabajar para el Estado es una especie de bicoca perfecta. Pero si a mí me dan a escoger entre una expedición “Al filo de lo imposible” y un jardín de infancia, lo tengo claro. Me voy al Everest por el lado más duro. Ser enseñante no solamente requiere una cualificación académica. Un buen profesor o maestro tiene que tener el carisma del Presidente del Gobierno, lo que ciertamente está a su alcance; la autoridad de un conserje, lo que ya resulta más difícil y las habilidades combinadas de un psicólogo, un payaso, un disc jockey, un pinche de cocina, un puericultor, un maestro budista y un comandante de la Kfor. Conozco a una profesora que sólo desarmó a sus alumnos cuando demostró tener unos conocimientos futbolísticos inusuales, lo que le permitió abordar con éxito la evolución de las especies”.
Gracias por haber abierto la puerta de los comentarios de esta semana.Eres un madrugador de fin de semana porque a las 9 y pico ya estaba leído el artículo y enviado el comentario. Da gusto tener lectores tan diligentes. Y tan inmersos en la profesión. Es una característica que valoro mucho de tus comentarios. Escribes desde dentro de la profesión, desde una práctica comprometida y entusiasta. Es de agradecer.
Me he permitido hacer dos correcciones en tu texto. Una sintáctica y otra ortográfica.
– En lugar de “no son solo conocimientos…”, habías escrito “son son solo conocimientos…”.
– La otra, en el último párrafo, un desliz que cualquiera puede tener.
Un fuerte abrazo, querido amigo.
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Gracias por las correcciones. Tú sabes muy bien que cuando uno escribe rápido y con el móvil puede salir publicado cualquier cosa. Me da la impresión que a ti te pasa lo que a mí. Nos cuesta releer lo que escribimos…
Magnífico relato sobre el valor de ser siempre ejemplo para nuestro alumnado. Y pongo el énfasis en el SIEMPRE.
Gracias, maestro!!
Querida Susana:
Gracias pro la lectura y por la molestia que te has tomado al enviar un comentario.
Da gusto ver a personas comprometidas como tú desde la escuela y desde la acción política. Sé de tus desvelos por la educación en tus tareas municipales.
Besos.
MÁS
Magnífico artículo e impresionante la lección del reloj robado.
Entiendo que la fundamental misión del educador debe ser hacer buenas personas, con todo lo que la palabra “buenas” significa: un buen profesor debe, ante todo, amar a todos sus alumnos; un buen profesor no debe humillar nunca a sus alumnos, aunque sean díscolos; un buen profesor debe ser un paradigma de buena conducta, es decir, justo, honesto, ejemplar, crítico, es el modelo constante en el que se miran sus alumnos. Pongo un solo ejemplo de lo que no se debe hacer y que vi hacerlo a diario. Los profesores, según llegábamos al colegio, nos íbamos a la sala de profesores. Cuando sonaba el timbre para subir a las aulas los alumnos subían y un gran número de profesores seguían su charla subiendo tarde. ¿Qué autoridad tenían para exigir puntualidad a sus alumnos?
Yo diría, ¿qué modelos presenta actualmente la sociedad a nuestros jóvenes? ¿A quién dirige las críticas nuestra sociedad, a los que buscan la verdad y honestidad o a los deshonestos?
Aunque los profesores tienen libertad de cátedra y pueden expresar sus deferentes modos de ver las cosas, creo que no debe sobrepasarse el límite de lo que se considera ético.
El mundo avanza y retrocede porque las ideas que nos hemos formado sobre las cosas varía mucho de unos a otros, basta ver las que sustentan los diferentes partidos políticos que tenemos.
En la escuela siempre debe triunfar el amor, el respeto a la diversidad, la comprensión, el espíritu crítico, el buen ejemplo del educador.
Saludos a todos, en especial para ti, Miguel Ángel.
Querido Joaquín:
Gracias por tu excelente comentario.
Tienes razón en lo que dices. Esos profesores que llegan tarde pudiendo ser puntuales,¿qué autoridad tienen para exigir puntualidad a los alumnos y alumnas?
Es los que somos lo que verdaderamente influye. No lo que decimos.
Te voy a contar una pequeña experiencia que hice en el Congreso de Guadalajara el día 12 pasado. ¡¡¡5000 profesores!!! Hablando de estas cuestiones les dije que íbamos a hacer un pequeño ejercicio. Les pedí que liberasen las manos de cualquier objeto: libros, móviles, bolígrafos… Y Les sugerí que hiciesen lo que iba a pedir. La petición fue esta: ¡Cruzad los brazos! Simultáneamente a la petición yo puse mis manos detrás de la nuca. ¿Qué hicieron TODOS? PUSIERON LAS MANOS DETRÁS DE LA NUCA. No hicieron lo que les dije, hicieron lo que yo hice. Cuando se dieron cuenta de lo sucedido, se quedaron impresionados y empezaron a aplaudir. No se lo creían. Fue impresionante ver la marea de manos colocadas detrás de la cabeza. Adultos, maestros, atentos a los que se pedía. Se quedaron asombrados de lo que había pasado.
Por eso digo que no hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo.
Un gran abrazo.
Y, como siempre, muchas gracias.
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Felicidades a todos los que participáis en este blog. Sois todos y todas muy buen ejemplo, a mi entender.
En un día como hoy, felicidades especiales para Aureliano. (Él sabe por qué).
A ti, Miguel Ángel, aunque entras también en las primeras felicitaciones, te despacharé, como jefe que eres, con más amplitud espero que mañana.
(Ahora, como me he convertido en un chulito de mierda, una pregunta correctora o ignorante. “¿Cómo quién deberían ser?”, ¿No sobra una tilde?
Un abrazo.
Querido José Antonio:
Desconozco el motivo de la felicitación a Aureliano en el día de hoy. ¿Me he perdido algo?
Como sé de tu aprecio por él, me sumo al motivo porque sé que merecerá la pena.
Sobra la tilde del cómo. Gracias por la advertencia. Corrijo inmediatamente.
Un cordial saludo a la espera de tu más extenso comentario.
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QUERIDO Y ENTRAÑABLE AMIGO Y MAESTRO MIGUEL-ÁNGEL:
Una vez más, os dirijo un saludo muy afectuoso a Carla y Lourdes, a tus lectores y lectoras, y, ¡cómo no!, a ti.
El hermoso (por su forma y contenido) artículo de hoy me ha emocionado sobremanera por haber aflorado en mí el recuerdo indeleble y agradecido que debo a un maestro mío, D. Daniel Noriega Marcos, el cual me impartió clases de Lengua castellana y Literatura en los cursos de 7º y 8º de la antigua EGB (Colegio público Ponce de León, de Valladolid capital). Gracias a su valor, ejemplaridad, pedagogía y capacidad de motivación, me dije con firmeza insistente y determinación -vocacional, tal vez- que yo quería ser como don Daniel: profesor de Lengua castellana. Pasado el tiempo, nos encontramos: le expresé mi gratitud porque, en gran medida, gracias a su praxis y a su calidad y calidez humanas, yo había dedicado todo mi empeño, estudio y tiempo para ser el tipo o modelo de profesor que él representaba. Recuerdo con detalle cómo procedía D. Daniel ante la desaparición o robo de los objetos de sus alumnos: siguiendo la secuencia de actuación que refleja el caso del reloj robado. Que mis sencillas palabras sirvan de homenaje a don Daniel (ya fallecido) y a tantos y tantas maestros y maestras como él. Ejercían su labor de modo silente, con ética y dignidad: eran auténticos modelos de referencia en lo profesional y en lo humano. Al contrario que el banquero corrupto, que realizó sus estudios superiores en Deusto, con los jesuitas. El “Conde Conde condenado” canalizó y proyectó su inteligencia y su conocimiento corruptamente, trepando y pisoteando a diestro y siniestro. Me pregunto qué valores le transmitieron los jesuitas de Deusto, una institución de ideario cristiano.
Cuántas veces te he oído decir, querido Miguel-Ángel, que los ingenieros de la Alemania nazi que tenían los mejores expedientes académicos fueron los que diseñaron las cámaras de gas.
Te felicito por el cierre o culminación del artículo: contiene una sublime y certera definición de la enseñanza, en consonancia con la autoridad del profesor/a: “AUGERE”: `hacer crecer´, ´mejorar´).
¡Feliz fin de semana a todos y a todas!
Gracias por el tiempo dedicado a leer mi extenso, pero muy sentido comentario de hoy.
Querido Carlos:
Llega tu comentario en el mismo día y un par de horas después de recoger el envío con la preciosa foto de aquel día tan hermoso. Una gran alegría. Gracias.
No conocía la influencia de tu maestro en la decisión que condicionó profesionalmente tu vida. Imagino que él, en algún momento, conocería aquella poderosa y benéfica influencia.
Ha sido emocionante saber que un profesor excelente como tú fue “empujado” hacia tan noble y hermosa tarea por el ejemplo de un maestro cercano, sabio y comprometido.
Son las cosechas de la educación. Por eso hay que amar las sementeras. Tendrán sus frutos inexorablemente. Acaso no tan pronto como queremos, acaso no en la forma que pensamos.
Gracias por tu comentario, excelente como siempre. Sentido y veraz.
Un gran abrazo.
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Gracias a ti, a Carla y Lourdes. Recibiréis más buenas sorpresas. Os pido disculpas por no haberos dirigido unas líneas al enviaros la foto. Un abrazo. Seguimos en contacto.
Querido Carlos:
No hacían falta palabras.
A través de la foto llegaron todos los sentimientos de alegría generados por una amistad magnífica.
Abrazos y gracias.
MÁS
Amigo José Antonio: Aunque esto es un tema que queda dentro de la familia, a mi hijo Abel le suelo decir que “tiene una memoria de elefante”, ya que se acuerda de cosas que acontecieron antes de que cumpliera el año. Por ejemplo, no hace mucho me pidió que le buscara el payasito de peluche que colgaba del carrito con el que le paseábamos antes de que hubiera cumplido un año, y que, una vez localizado, se lo llevara cuando fuéramos a Barcelona. Ni que decir tiene que busqué y rebusqué hasta que se lo encontré. Ahora lo tiene colgado en una de las estanterías de su casa en el barrio de Sant Antoni. Pero lo sorprendente es que recordara y archivara en su memoria visual algo con lo que tuvo contacto antes de los tres años, puesto que por los estudios que he llevado a cabo esto es casi excepcional.
Como Abel tiene un gran sentido del humor, sobre este tema le dije que me recordaba al señor Burns de los Simpsons en uno de los capítulos en el que desencantado de la vida recordaba nostálgicamente al osito de peluche de cuando era pequeño. (Con Abel veía los Simpsons y nos partíamos de risa.)
¿Y todo esto a cuento de qué viene? Pues viene por tu felicitación, ya que tú también tienes una memoria prodigiosa, dado que eres capaz de recordar cosas que has leído hace mucho tiempo y traerlas a colación cuando uno menos se lo espera.
¿Te ha llamado la atención la portada de esta semana? ¿A que sí? Bueno no doy más pistas, pues como se escribió en las paredes parisinas en el mayo del 68: ‘La imaginación al poder’.
Bueno, saltando a otra cuestión, también quiero decirte que ha sido un alivio ver que el sorprendente ascenso del Partido del Odio ha dado lugar a salten todas las alarmas y, por fin, se hayan puesto de acuerdo las dos izquierdas mayoritarias para configurar el nuevo Gobierno. Espero que todo vaya bien: esto es lo que me dijo un gran amigo, Esteban Santos, cuando me llamó desde Alburquerque para charlar sobre el próximo encuentro que tendremos los miembros de la Asociación para la Defensa del Patrimonio y, lógicamente, quería contarme que este acuerdo le había levantado el ánimo que lo tenía alicaído (Esteban es un obrero, militante del Partido Comunista de toda su vida, una persona cordial y entrañable. Puedes entrar en Azagala y ver la carta que no hace mucho le escribí defendiéndolo de los ataques de un personaje del que me ahorro los calificativos.)
Un abrazo, y ponle una gran vela al patrón de Galicia para que interceda y finalmente podamos ver un horizonte de justicia en este país que tan necesitado está de la misma. Yo no creo en los milagros, pero por si acaso…
Estimado Aureliano:
Creo que un día, cuando te oí hablar de tu amigo Esteban, te dije que mi padre tenía ese nombre. Como supondrás, tan querido.
Pero hoy me he vuelto a sorprender porque tu amigo también lleva su primer apellido. Me ha impactado ver escrito ESTEBAN SANTOS.
También hago votos porque se forme pronto un gobierno progresista.
Saludos.
MÄS
Estimado Aureliano:
Te había oído hablar de tu amigo Estaban. Creo qu te dije que era el nombre de mi padre. Como supondrás, un nombre querido.
Hoy veo que se apellida Santos, como él. Me ha chocado ver citado a otro ESTEBAN SANTOS.
También hago votos por la formación de un gobiernos de izquierdas.
Espero que la realidad desinfle las pretensiones de Vox.
Saludos.
MÁS
Querido Maestro!
Hoy hago mi comentario un poco tarde tenía asuntos que resolver!
Yo igual que usted leí el texto del reloj robado y me sorprendió de la actuación del profesor.
Cuanto se tiene que valorar la profesión para actuar de esa manera no querer hacer daño mejor hacer el bien.
Eso pasa no solo en educación sino también en la vida social y familiar.
Pero le digo no todos actuamos haciendo uso de los mejores valores.
Hay quien el dinero, la avaricia, la superioridad los absorben y actúan con las más crueles maldades.
¡Jamás haría algo semejante, no tengo malicia en mis genes!
Quizás me sienta diferente que el resto del mundo porque amo con fervor a todos mis semejantes y además soy feliz por ello.
¡Me llena en lo más profundo de mi ser ayudar a otro!
Quizás seamos auténticos desconocidos, raros, diferentes pero lleno de valores y de sentimientos de complicidad con los que nos necesitan.
¡Así soy y así seré hasta que me vaya a otro mundo, no quiero cambiar!
Aunque parte del mundo te ofrece otros perversos ejemplos para pecar.
Siempre me ha ido bien tener esos pensamientos y solo me engancha aquello que me hace sentirme feliz.
A estas alturas de mi vida no aspiro a tener cosas materiales sino a tener relaciones sanas y afectivas.
Lo demás no importa!
Sin más deseando lo mejor del mundo para todos me despido con un cordial saludo.
Querida Loly:
Nunca es tarde.
Siempre es buena hora para decir las cosas buenas que dices.
Ojalá hubiera muchas personas con los pensamientos, las actitudes y los comportamientos que tú tienes.
Gracias por estar siempre ahí con tus pslabras y tu ejemplo.
Besos.
MÁS
Ojalá hubiera muchas personas con las actitudes
La cara y la cruz de la moneda. Lo negativo y lo positivo.
Y me ha parecido estupendo mostrar este contraste. Porque influimos para bien y par mal.
Lo que en estos dos casos se ve claramente es que no hay asesora posible.
Los malos ejemplos arrastran a la maldad, los buenos influyen positivamente.
Claro que siempre queda la libertad del individuo. Hay personas buenas que han tenido malos ejemplos y a la inversa. Saludos y gracias.
Querida Paula:
Tienes razón. La inteligencia y la libertad de los individuos, tantas veces manifestadas, hacen que no todo ejemplo positivo o negativo sean seguidos.
No no fuera así, todos imitaríamos los malos o los buenos ejemplos. Y es cierto lo que dices: del padres ejemplares han salido hijos delincuentes. Y a la inversa, de padres delincuentes, han surgido hijos ejemplares.
No es menos cierto que es más fácil que el buen ejemplo genere una disposición emocional positiva hacia el buen comportamiento.
Besos y gracias.
MÁS
En todas las esferas de la sociedad influyen los comportamientos.
– En la política
– En las escuelas
– En las familias
– En los medios de comunicación
Me gustaría que fuera obligatorio comenzar los telediarios, los periódicos y los programas de radio con hechos ejemplares. Porque los hay. Y muchos. Pero se cuentan casi solo y en primer lugar los escándalos: violaciones de manadas, asesinatos, terrorismo, secuestros…
¿Por qué no darle más protagonismo bien?
Saludos,
Querida Noelia:
Lo he pensado y propuesto algunas veces. ¿Por qué no hacer más visible lo bueno que existe? ¿Por qué la noticia se entiende como algo catastrófico, perverso o desgraciado?
No sé si se piensa que esas malas acciones van a despertar un interés mayor, más a captar la atención de manera más intensa y prolongada.
Me gustaría que se mostrasen las acciones heroicas, los comportamientos generosos, las actitudes compasivas de muchas personas y de muchas instituciones.
Sería una forma de dar importancia a la bondad y de hacer patentes esos modelos que, por desconocimiento no surten su efecto aunque existan.Besos y gracias por la iniciativa que suscribo plenamente.
Podría hacerse también en las clases. Comenzar haciendo explícitos hechos admirables.
El escritor argentino Alejandro Spiegel escribió hace años un hermoso libro sobre héroes cotidianos.
MÁS
Me preocupa mucho quiénes son los modelos que eligen los jóvenes, por qué motivos los eligen y de qué manera tratan de imitarlos.
Me preocupa también cómo actúa la información para proponer esos modelos. Porque frecuentemente lo que se presenta com o criterio es el enriquecimiento fácil y rápido, la fama, el poder…
Cuando se ofrecen modelos a través de personas ejemplares, que tienen fortaleza, perseverancia, generosidad, esfuerzo y ganas de hacer el bien la atracción no es tan fuerte.
Las personas de éxito que ofrece la televisión son gente joven, guapa, delgada, con fama alcanzada de manera fácil…
Es muy grande la tentación porque frecuentemente ese es un camino equivocado.
Un cordial saludo a todos los comentaristas.
Querida Rebeca:
El problema es que las personas con valores: el científico qu trabaja con esfuerzo diariamente, el escritor que dedica su tiempo a crear obras importantes, el médico que acude cada mañana al centro de salud, el profesor que va a dar clase todos los días… NO SON NOTICIA, NO SE HACEN FAMOSOS, NO SE HACEN RICOS, ACASO NI SON GUAPOS…
TAMBIÉN AÍ ME PREOCUPAN LOS MODELOS JUVENILES. Entre otras cosas porque tengo una hija de 14 años.
He aquí el círculo vicioso que hay que romper: tienen unos valores que les hacen buscar ídolos falsos y los ídolos falsos les hacen formar ese cuadro de valores.
¿Por dónde se rompe? Yo creo que hay que inculcar verdaderos valores y, desde ellos, potenciar los modelos congruentes.
Besos y gracias.
MÁS
Querido Miguel Ángel:
“Enseñar es el arte de ayudar al prójimo a ser mejor.” Eso se dice, y yo te preguntaría si aprender también es un arte. Porque yo he escuchado a más de un profesor decir eso a algún alumno (avispado y extrovertido), ¡pero qué artista eres!
Realmente escribo porque quería desearte buenas noches, después de estar callejeando por El Adarve desde la calle 17-8-19 hasta la 27-9-19. Ha sido un paseo tranquilo por las calles principales y sus travesías, por las avenidas y por los callejones sin salida. Unas más iluminadas y otras en penumbra o totalmente a oscuras, lo cual las convierte en más enigmáticas a veces, o en casi intransitables. Por eso lo de la calma, para no tropezar.
Bueno, ya que estoy, quiero contestar a Aureliano, aunque debería dejarlo ahí, queda bonito, la imaginación al poder.
“¿Te ha llamado la atención la portada de esta semana? ¿A que sí? Bueno no doy más pistas, pues como se escribió en las paredes parisinas en el mayo del 68: ‘La imaginación al poder’.” (Aureliano).
Primero decirte que, por desgracia, “esa cosa de la que usted me habla”, (la buena memoria) yo no la tengo. Como siempre pido tu comentario sobre la ilustración de la semana, hizo que pensaras que me refería a ella. Y también me ha llamado la atención, pero no era eso. (Ahora me toca imaginar a mí). (“Menos es más”, ¿a que sí?).
Yo te felicitaba por la fecha (lo estaba viendo en las noticias), y está relacionado con el motivo que suele provocar tus viajes (reales o telefónicos) a Alburquerque. (Yo creo que ahora te lo dejo a huevo). (Es ver la noticia y me has venido a la cabeza. Lo mismo me pasa con lo del Museo del Prado en la tele).
Bueno, ya. A dormir. Buenas noches a ambos. (No sé por qué mejor no os doy los buenos días. Una, no son horas para nadie, y menos para leer chorradas. Dos, ya tenéis una edad como para estar despiertos.
Abrazos.
Querido José Antonio:
He visto tu comentario por la mañana, por eso no lo he podido disfrutar como saludo de buenas noches. Lo escribiste a a la 1.10, hora a la que todavía estaba levantado, pero en la que no revisé las entradas.
1. Haces una buena pregunta. ¿Cuál es el papel del que aprende? Porque el aprendiz es el protagonista del aprendizaje. Creo que hay que trasladar el foco de la didáctica: hay que pasarlo del que enseña al que aprende. No tiene mucho sentido decir que enseñamos muy bien si los estudiantes no aprenden. Y ellos tienen una gran responsabilidad en la calidad de ese proceso.La más alta.
2. Da gusto tener lectores como tú, que no solo leen apresuradamente el último artículo sino que se dedican a transitar por el barrio (a hora y a deshora) para recorrer sus calles, aun con el riesgo que señalas de que algunas estén oscuras e intransitables.
3. Respecto a los comentarios que le haces a Aureliano, no puedo opinar con mucha precisión porque no tengo todas las claves del diálogo.
Es probable que con este comentario tuyo se cierre la semana.
Hablando de malos ejemplos, con el principio del fin de los desdichados ERES. Es más triste, para mi, la corrupción de la izquierda. Más imperdonable. Cuánto daño.
Saludos y gracias por tus paseos nocturnos.
MÁS
Esta anécdota es bastante curiosa a la vez que real, los profesores siempre nos sirven de ejemplo, nos ayudan y educan para que podamos ser personas competentes y valiosas porque además de impartir lecciones sobre todos los ámbitos académicos, educar al fin y al cabo consiste en formar a personas responsables y comprometidas, enseñando siempre a los alumnos el buen camino. Por ello ser profesor no es una tarea nada fácil, simplemente es digna de admirar.
Querida Cristina:
Creo que los profesores deberían ser un ejemplo, pero algunas veces no lo son.
Porque no saben o porque no quieren.
A veces también porque creen que su tarea es solo impartir conocimientos.
Yo digo que los alumnos aprenden A sus profesores, no solo DE ellos.
Besos y gracias.
MÁS
Realmente los profesores deben impartir en sus clases lecciones más allá del aspecto académico, ya que para eso los profesores son educadores y por ello deben educar al educando de forma correcta, de manera que puedan impartir unos valores y dar ejemplo, como es en el caso del reloj robado, el profesor da una lección a un alumno que marcará su vida por completo, eso deben provocar todos los profesores y profesoras del mundo.
Al igual que la familia debe impartir ciertos valores que serán inescrutables para la vida de cualquier persona, la escuela también debe ser así y tener como objetivo formar a ciudadanos responsables y comprometidos con la sociedad.
Querida Cristina:
Como te decía en el comentario anterior, no hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo.
Y eso, como trato de explicar en el artículo, pasa con las buenas y con las malas influencias.
De ahí la alta responsabilidad de lka tarea de educar.
Besos y gracias por la lectura y el nuevo comentario.
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