Un puente de plata al pasado

28 Sep

 

Los días 24 y 25 de septiembre he tenido la suerte de vivir dos experiencias emocionantes. Recordar, etimológicamente, es volver a pasar por el corazón. Una de ellas tuvo lugar en la Facultad (mejor dicho, en el edificio donde estaba albergada en aquel entonces) en la que cursé la especialidad de Pedagogía y en la que luego fui profesor durante diez años. La otra, en el Colegio Ntra. Sra. de la Vega del que fui primer Director Pedagógico desde 1980 a 1984.

Por el puente del recuerdo retrocedí casi  medio siglo hacia el pasado para encontrarme con escenarios, personas y  vivencias que, aunque lejanas en el tiempo,   siguen muy presentes en mi mente y en mi corazón. Qué emocionante es soplar sobre el rescoldo de los recuerdos hasta encender la llama  de los sentimientos más profundos.

Comenzaré por la primera.  Estudié los dos años de la especialidad  (había realizado lo que se llamaban “cursos comunes” en la Universidad de Oviedo) en la Facultad de Filosofía y Letras de la Complutense, en un edificio que todos conocíamos como “la caja de cerillas”. Hoy es la Facultad de Geografía e Historia. Eran los últimos años del franquismo. La policía patrullaba por los pasillos de la Facultad y los conflictos eran constantes: asambleas,  manifestaciones, carreras y algún porrazo que otro. Yo era delegado de curso y mi DNI estaba más  en la Comisaría de Policía que en mi bolsillo. Luego fui durante diez años un PNN (Profesor No Numerario) con muchas ilusiones de cambio y una lucha persistente para conseguir derechos fundamentales que la política, también la universitaria, nos negaba. Allí me doctoré con premio extraordinario después de tres años de investigación al amparo de una beca del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Fruto de aquella tesis fue mi libro “Imagen y Educación”, publicado por la Editorial Anaya en1984.

Volví a pisar aquellos pasillos donde tantas veces corrí delante de la policía, pasé por la cafetería donde se produjeron tantas conversaciones apasionadas y visité aquellas aulas y salones en los que pasé tantas horas dialogando, investigando, enseñando y, sobre todo, aprendiendo

Pues bien, allí impartí, el día 24, la conferencia de  apertura de la XXXIX Edición de la Universidad de Otoño, organizada por el Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid: “Enseñar o el oficio de aprender”. Tenía delante un grupo de doscientos profesores y profesoras que me escuchaban atentos y me daban la lección  más profunda: querían aprender y mejorar sus prácticas. Suelo decir que hay dos tipos de personas,: las inteligentes, que aprenden siempre  y las otras que tratan de enseñar a todas horas. Gracias.

La segunda experiencia tuvo lugar el día 25 en el Colegio Ntra. Sra. de la Vega. Fui su primer Director Pedagógico. Año 1980. Un empresario que tenía dos centros en Madrid me hace la oferta de montar una experiencia educativa con total libertad en un Colegio nuevo. La ilusión de un pedagogo. Como amante y defensor de la escuela pública tuve algunas dudas pero, realizadas algunas consultas, opté por asumir ese apasionante reto. Lo primero que tenía que hacer era elegir la plantilla docente. La clave del éxito o del fracaso. Meses de julio y agosto íntegros estudiando expedientes y realizando entrevistas exhaustivas. Había más de mil solicitudes para 30 plazas.

Luego había que armar el proyecto con la nueva plantilla. Cuántas horas. Cuántas ilusiones. Cuántas ideas.  Cuántos documentos. Cuánta pasión.

Aún recuerdo la cara del primer niño cuando atravesó el umbral de la puerta el primer día del primer año de apertura del Centro. Quince de septiembre. Pensé en los miles de alumnos y alumnas que vendrían después.

Escribí “Yo te educo, tú me educas” (1982) recogiendo las vivencias de mi primer año de director. El libro se volvió a editar en Málaga  (1999) y se tradujo al portugués con el título “Uma pedagogía da libertaçao. Crónica sentimental de una experiencia” (Editorial ASA, 2002).

Luego publicamos (ahora en plural, “Coeducar en la escuela. Por una enseñanza no sexista y liberadora” (1984). (Inolvidable editorial Zero Zyx). Fue uno de los primeros libros aparecidos sobre esta cuestión en España.

Para uso interno publicamos  en 1983 un “Libro de estilo” con algunas ideas y sugerencias interesantes. Por ejemplo, vimos que en 42 palabras se cometían más del  noventa por ciento de los errores ortográficos. Allí constan esas palabras junto a muchas otras iniciativas, como acuerdos comunes de todo el profesorado para  corregir errores y propiciar la buena escritura

La historia de mi compromiso en el Colegio terminó el cuarto año cuando el titular del centro me exigió, de la noche a la mañana,  dejar el cargo a causa de una ridícula razón de incompatibilidad con mi docencia en la Facultad de Educación.

– Sé que no voy a encontrar un director como tú, pero no puedes seguir, me dijo el titular del centro.

Fue un duro desgarro. La comunidad educativa me escribió, al saber que ya no seguía,  un poema que sé de memoria y que siempre me emociona cuando lo recuerdo. Lo he reproducido íntegramente en mi libro “Las feromonas de la manzana. El valor educativo de la dirección”. La tres últimas estrofas dicen así:

“(…) Si al levantarse él lo aplastan/ levantémonos con las manos limpias/ y cortemos las manos sucias/ que lo aplastaron.

Si una siniestra estera/ le tienden a los pies/ pisémosla todos con furia/ hasta en convertirla en seda.

Si la tristeza te invade el corazón, compañero/ al haberte arrancado tan cruelmente de nosotros,/ ¿qué temes, amigo,/ si todos estamos contigo?”.

Y, al comenzar el curso siguiente, otros 25 profesores y profesoras fueron también despedidos. Se quedaron sin trabajo de forma injusta  y dolorosa.

He estado en ese colegio para impartir la conferencia de clausura de un curso de profesores y profesoras de Infantil y Primaria, organizado también por el Colegio de Doctores y Licenciados. Asistieron algunos profesores y profesoras de aquella primera plantilla (queridos Carmen Gallego, Carmen Sánchez, Concha, Pilar, Maxi, Mercedes, Antonio, Víctor…), todavía en activo, rebosantes de ilusión y de afectos.

Recorrí los pasillos, los patios, las salas de reuniones, mi antiguo despacho, la cafetería, el comedor… de la mano amable del actual Director Leopoldo Cea. Cuántas experiencias acumuladas, cuántas emociones revividas, cuántas personas recordadas. Incluidlos quienes se fueron  con la mayoría para siempre, querida Vicky Heras, querido Paco Quintanilla.

Después de abrir mi corazón al auditorio  recuperando aquellas vivencias, pronuncié la conferencia “La evaluación como aprendizaje”. Hubo largos aplausos que agradecí emocionado. La actual titular del Centro, María Jesús Casado, tuvo la gentileza de nombrarme, en aquel mismo momento,  Director Emérito del Colegio. Mil gracias. Aunque creo que quienes merecen verdaderamente la condición de Eméritos son aquellos  magníficos 25 profesores y profesoras que se quedaron en la calle después de haber dejado la piel en el tajo de aquel hermoso proyecto.

Me gustó y me honró que el Decano del Colegio de Doctores y Licenciados, Roberto Salmerón, presidiese y asistiese íntegramente a  las dos conferencias. Eso es predicar con el ejemplo.

La memoria es la sustancia de la vida. Han sido dos experiencias emocionantes que he podido vivir al  transitar por un puente de plata hacia un pasado ya lejano en el tiempo, pero muy vivo en mi corazón. Por él he vuelto de nuevo al presente con la carga de todas aquellas emociones. Enriquecido por la memoria. Gracias a mi amigo Darío Pérez Bodeguero que ha sido el arquitecto que diseñó y construyó este hermoso puente.

26 respuestas a «Un puente de plata al pasado»

  1. QUERIDO AMIGO Y MAESTRO MIGUEL-ÁNGEL:
    Un saludo entrañable para ti, para Carla y Lourdes, y para tus lectores y lectoras.
    Tu artículo de hoy me ha conmovido especialmente por la carga emotiva y emocionante de los contenidos del texto. Hoy nos has abierto, como siempre, las «entretelas de tu corazón» (versos del Cid) con la exposición reflexiva a propósito del recuerdo indeleble de esas dos responsabilidades ejercidas en tu etapa madrileña. Hoy nos no nos has ofrecido argumentos lógicos, los propios de la razón; has vertebrado el texto con las razones del corazón.
    Sin pasado no hay presente. Siempre digo que es bueno y conveniente encontrarse y reencontrarse con nosotros mismos y con las personas con las que compartimos vivencias, experiencias… Es un ejercicio mental (y emocional) muy saludable. Quien olvida su pasado, sus raíces, los lugares y los tiempos por los que transitó su vida se traiciona y traiciona. Lo propio para el pasado colectivo, la memoria histórica de un pueblo (nos comentas las persecuciones policiales ocurridas en la Complutense durante la etapa tardofranquista). Hay que tender puentes -tal vez de oro- entre nuestro presente y lo mejor de nuestro pasado…personal y colectivo.
    Gracias, pues, por este artículo que rezuma un profundo lirismo emocional; gracias por tu ejemplaridad demostrada con tus actuaciones y compromisos del ayer y del hoy; y, sobre todo, muchas gracias por tu gran persona.
    ¡Feliz fin de semana!

    • Querido Carlos:
      Tú bates todos los récords de tiempo y de finura estilística y emocional: una hora y 22 minutos después de hacerse público texto ya estaba leído el texto y enviado el comentario. ¿Es que no duermes?
      Sé que este artículo es, quizás, más importante para mí que para mis lectores y lectoras. Porque se trata de mi propia historia, de traer al presente todos aquellos recuerdos, tan importantes para mí. Y ya sé que no argumentación sólida sobre un tema sino abundancia de emociones sobre dos experiencias correlativas de pasado y presente.
      Creo que también puede ser un recuerdo emocionante para quienes compartimos aquellas historias. Ya ves que algunos ya no las pueden contar.
      Sí se puede concluir que todo lo que hacemos sigue ahí, grabado en la mente y el corazón.
      Gracias por tu diligencia, por tus ideas, por tus sentimientos y por tu buen decir.
      Un abrazo.
      Buen fin de semana para los dos.
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      • QUERIDO MIGUEL-ÁNGEL:
        Un abrazo fuerte.
        Ciertamente, he redactado el comentario a unas horas intempestivas…
        Me reconforta leerte en los momentos de cierto insomnio…
        Con gratitud.
        Carlos

  2. Querido amigo y maestro:

    No te imaginas la alegría compartida gracias a tu artículo de esta semana. Conocía parte de la historia, sobre todo por tu libro «Yo te educo, tú me educas». También sé lo que significan para ti Vicky Heras, Paco Quintanilla, los magníficos docentes que fueron injustamente despedidos… (Me importan los que te importan). Los sigues «re-cordando». Tienes un corazón excepcional, extremadamente generoso.

    ¡Qué maravilla! ¡Qué generosidad también la demostrada por Dña. María Jesús Casado y el Colegio Nuestra Señora de la Vega al nombrarte Director Emérito! El tiempo lo pone todo en su sitio. Me emociona que te haya hecho justicia.

    Ítaca…

    ¡Un abrazo enorme, enhorabuena y muchísimas gracias por compartir estos presentes!

    • Querido Juan Miguel:
      Tienes toda la razón, pero también hay emoción (que agradezco) en tus palabras.
      Aquella fue una historia cargada de ilusión en unos años y machada de forma torpe y cruel.
      NO había vuelto a pisar aquel centro. Era como una pesadilla. Volver allí, estar con algunos de los protagonistas, volver a estar en aquel despacho en el que pa´se tantísimas horas (en Yo te educo, tú me educas digo «Mi despacho se ha convertido en la casa de todos…»), impartir una conferencia en aquel salón de actos…) y, sobre todo, recibir el título de DIRECTOR EMÉRITO han sanado aquella herida que aun estaba sangrando. Me impresionó recibir ese nombramiento.
      Gracias, Juan Miguel, por estar ahí siempre.
      Un gran abrazo para tu familia.
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  3. El artículo me ha llevado a pensar en cómo integramos el pasado en el presente. Lo que somos hoy dependen buena parte, de lo que hemos venido siendo. A algunos el pasado les ayuda a tener un mejor presente y a otros les condiciona para destruirlo.
    Veo, en las dos historias que cuentas, dos constantes: una, relacionada con la educación, que ha sido el eje de tus ocupaciones. La otra, la presencia de los sentimientos puestos en la tarea.
    No me extraña que fueran emocionantes ambos encuentros, aunque veo en el segundo vetas de dolor ante aquella actuación del titular que acabó con el proyecto al cesar al director y, después, al grueso de la plantilla.
    Qué importante es la memoria.
    Un abrazo

    • Querida Marta:
      Gracias por tu comentario en el que has descubierto y reconocido el dolor de aquella ruptura. Fue brutal. Yo no sé cómo se le escapó el escándalo a la prensa, aunque sé que la revista Interviú tuvo preparado un amplísimo reportaje. No sé muy bien por qué se paró todo aquello. Aunque tengo mis teorías. Cesar al director y no renovar el contrato a 25 profesores es un escándalo monumental. Si prende en la prensa hubiera sido una noticia de mucho calado.
      En esa conferencia, al recibir el título de Director Emérito se echó un poco de aceite en la herida. Pero a mi me duelen todos aquellos docentes. Algunos estuvieron allí. No habían vuelto al colegio desde entonces.
      Un cordial saludo.
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  4. Querido Maestro!
    Empezamos el otoño con añoranzas,tristezas y como usted con recuerdos,muchos recuerdos del pasado.
    Los recuerdos a veces nos hacen sonreír con alegría pero también nos hacen enmudecer de la pena que llevamos por dentro.
    La vida está hecha de pequeños retazos que marcan nuestro andar por el tiempo que a veces con signos de gratitud nos ayudan a andar por la vida y seguir viviendo.
    ¿Quién no recuerda unos hechos que acontecieron y que nos marcan para siempre?
    ¿Quién no siente las vibraciones que provocaron en su interior los más dulces de los besos?
    ¿Quién con un abrazo no viajó a lugares eternos?
    ¿Quién no vio las hojas caídas, los colores marrones de esta hermosa estación y no se adentró al infinito de los sueños?
    ¡Todos tenemos recuerdos!
    Los suyos son de experiencias en grandes colaboraciones y trabajos,en la elaboración de libros y en lo que le aportaron las relaciones personales.
    ¡Todo nos influye, todo nos hace lo que somos!
    Hay que pararse, en este mundo loco y sin sentido para poner a flote los grandes recuerdos que habitan en nuestra memoria y nos engrandecen como personas.
    ¡Muchas gracias por permitirnos entrar en el mundo de sus recuerdos!
    Hermoso Otoño para todos.

    • Querida Loly:
      Añadiré una pregunta más a los que tú nos haces:
      ¿cómo manejamos los recuerdos de las vivencias que hemos tenido? Hay formas de recuperar el pasado enfermizas, dañinas, demoledoras.
      Cuando utilizamos el pasado para enturbiar y arruinar el presente, nos equivocamos.
      Creo que tú eres un ejemplo de lo contrario. Cuando hablas de tu pasado siempre consigues hacer mejor el presente.
      Depende mucho uno postura u otra postura del signo de acontecimientos que hemos vivido. Es más fácil utilizarlos bien cuando han sido positivos. Pero también de los recuerdos negativos podemos aprender. También depende de la actual actitud que tengamos hacia nosotros mismos y hacia la vida
      Besos y gracias.
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  5. Querido Miguel Ángel, qué hermoso artículo, qué recuerdos más extraordinarios por las circunstancias extraordinarias que los produjeron. Qué situaciones tan extrañas hacen que lo que va de maravilla lo conviertan, por no sé qué razones, en un desastre. La vida a veces nos ofrece lo inexplicable.
    Tu valía la conozco desde niño. Los recuerdos del pasado me llevaron a saber de ti. Te reconozco como persona siempre dispuesta a ayudar, sencilla -como los sabios del artículo anterior- y siempre con un humor y simpatía a prueba de todo.
    Disculpa que lance al blog cosas personales de quien creo que conoce tu pasado más que el presente, pero ya sabes, el presente, creo, es la escritura de nuestro pasado.
    Me alegro por esas experiencias maravillosas, y por todos los reconocimientos, porque creo que te los mereces.
    Un abrazo y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Efectivamente, tú conoces muchas claves de mi pasado. Nos conocimos cuando éramos unos niños.
      Con los ladrillos del pasado vamos construyendo el presente.
      Recuperar el pasado, volver a él, puede ser un modo de reafirmarte en el presente.
      Ya desde hace un año, cuando me dijeron cuáles serían las sedes de estas dos conferencias, empecé a sentir la emoción que ahora me ha desbordado.
      Gracias por tu amistad de tantos años.
      Un abrazo.
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  6. Estimado profesor Santos Guerra.
    Que maravillo disfrutar su narrativa, su pase por la universidad (aun cuando de ella no se ha marchado), sus pasos por el centro escolar, las batallas expresadas en alcances del equipo docente que le acompaño hasta llegar hasta al rencuento con lo vivido y experimentado, Los personajes, instituciones y geografía cambian sin embargo se remiten los sin sabores, logros y reflexiones, considero que de alguna manera ese puente nos sirve para repensar cómo cambiar las cosas, posiblete la utopía sigue siendo la herramienta para repensar el mundo que vivimos.
    Williams macias.

    • Querido Williams:
      Ser persona es tener una utopía.
      Creo que hay que caminar siempre hacia ella, aunque nunca lleguemos a tocarla, como sucede con el horizonte.
      Sí, de la Universidad ya me he ido porque me he jubilado obligatoriamente. Me gusta decir que la jubilación debería ser un derecho, pero no una obligación. Yo hubiera seguido encantado. Pedí la condición de emérito, me la dieron y ya la he agotado. Ahora la ley ya no te permite seguir con un contrato.
      El puente hacia el pasado te permite recordar y traer al presente experiencias que has vivido. Y, por supuesto, nos permite reflexionar y aprender.
      Un abrazo y gracias por tu participación.
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  7. Estimados lectores y lectoras:
    Llevamos un día en el que no se podía acceder al blog.
    Hablé con los técnicos de La Opinión ayer por la mañana para comunicarles el problema que había. Por la noche seguía el problema y no se podía entrar. Quizá por ese motivo no han entrado comentarios.
    Pido disculpas a quienes hayan entrado en estas horas y no hay podido ni leer ni escribir.
    Ya hay vía libre.
    Un cordial saludo.
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  8. «…Conejo Superior de Investigaciones Científicas». Ese Conejo deber ser la leche…. 🙂

    Sería cusioso conocer los motivos reales por los que os echaron del Colegio Ntra. Sra. de la Vega. ¿Cuál sería el motivo para cambiar el concepto pedagógico e ideológico de colegio de sus inicios (si es que se camabió, me imagino que sí) para que después de tanto solo cuatro años los propietarios dieran carpetazo? Tambié es de suponer que el nuevo profesorado debería poseer un perfil distinto a los vuestros, de lo contrario no tendría razón un cambio tan radical.

    Un abrazo.

    • Querido Juan Carlos:
      Los motivos reales fueron muy claros, aunque de forma explícita se apuntaron otros.
      Lo que dijo el titular fue que se exigía exclusividad legal para la dirección. Y yo tenia una clase en la Facultad. No era cierto. Podían compatibilizarse perfectamente ambas tareas.
      La realidad es que había un pulso de la dirección pedagógica con la titularidad. La gota que colmó el vaso fue que que me negué a acudir a una manifestación contra la LODE a la que el titular exigía que acudiera. Perdí el pulso, como no podía ser de otro modo. Un Director puede estar del lado de la comunidad o del lado del poder. Si te pones del lado de la comunidad, lo puedes pagar.
      El Colegio bajó de 1700 alumnos a menos de la mitad. El proyecto educativo se hundió. Yo elegí a todos los profesores por criterios pedagógicos, luego se eligió a a profesores más dóciles. El conflicto fue tremendo. Yo acudí a la Moncloa y Mariano Pérez Galán me dijo que el despedido era como si fuese el de un trabajador de El Corte Inglés. Yo argumentaba que había un proyecto pedagógico y muchas familias perjudicadas… Hubo una huelga en la que familias y alumnos se negaron a entrar…
      Con el nombramiento de Director Emérito aquella herida ha cicatrizado.
      Un abrazo y gracias.
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      PD: Ya maté al Conejo. Gracias.

      • El proyecto educativo desapareció al irme yo del colegio y al despedir a la mayoría de mi plantilla. Por eso yo defendía en la Moncloa ante el Secretario de Educación que no se podía aceptar el despido.
        Aquel titular hizo concertado el colegio,luego lo vendió y ese nuevo propietario lo volvió a vender.
        ES UNA LARGA HISTORIA.
        No sé cómo va ahora.
        Un abrazo.
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  9. Es cierto, Miguel Ángel, que el regreso al pasado es motivo para que vuelvan al presente esas recónditas emociones que quedaron archivadas en la memoria y en el corazón, y que, la mayor parte de las veces, retornan al presente como imágenes teñidas de un cierto tono púrpura.

    Y si evoco este color es porque hay algo de nostalgia de los tiempos que vivimos con tanta intensidad que deseamos asirnos a esas vivencias como si los espacios por los que transitamos estuvieran impregnados de aquellas imágenes que dejaron huellas en nuestras retinas.

    Puntualizo sobre la palabra nostalgia para diferenciarla de melancolía. En este segundo caso los recuerdos asoman cargados de un velo de tristeza que nos hacen sentir víctimas de un tiempo inmisericorde, como si nuestro destino nos condujera a ser meras “estelas en el mar”, como dijo el poeta sevillano Antonio Machado.

    La nostalgia, en cambio, puede ser creativa, puede ser un acicate para hacer girar la brújula de la mirada de nuevo hacia el horizonte, hacia nuevos retos cargados de todo el saber acumulado por los años.

    ¡Y qué decir, cuando esos retos son compartidos por otros a los que queremos, por otros en los que confiamos plenamente, dado que hemos compartidos esperanzas, ilusiones, desafíos y luchas con ellos!

    Esto último te lo digo relacionándolo con lo que apunté la semana pasada, en el sentido de que me desplazaría a mi tierra de origen, Alburquerque, para verme con los compañeros y compañeras de la Asociación para la Defensa del Patrimonio. Magníficas personas y grandes amigos, con ese tipo de amistad que se ha forjado en la generosidad, el respeto y el afecto.

    Así, los doce años que hemos compartido han sido inolvidables, de modo que el trabajo y la lucha llevados a cabo por gente de distintas generaciones acabaron consolidándose en unas relaciones que, inicialmente, partían de ser buenos camaradas para transformarse en lazos de sincera amistad.

    Puesto que en esta ocasión el encuentro estaba motivado por el homenaje que queríamos rendir al historiador británico Edward Cooper, quien tanto nos ayudó en la defensa del castillo de Alburquerque (sin lugar a duda, la mejor fortaleza de Extremadura), quisimos cerrarlo con un artículo, aparecido en la revista Azagala y cuyo enlace adjunto.

    http://www.revistaazagala.org/index.php/2019/10/02/recordando-a-edward-cooper/?fbclid=IwAR2o_wG3inES0sGvW34BpMWdjaHVVPF_FKj2AZFpEK6NKTcQgNgjJUmCl30

    Se lo enviaremos por correo electrónico a este gran hispanista con residencia en Londres, para que tenga constancia del cariño y admiración que le profesamos. De igual modo, su aparición en El Adarve es motivo para entender que el pasado y el futuro pueden unirse cuando un proyecto es compartido con entusiasmo.

    • Querido Auereliano:
      Mi enhorabuena a vuestro grupo por luchar contra viento y marea contra tantos intereses y tanta insensibilidad.
      No conocía castillólogo Edward Cooper. Y no sé si, entre los castillos estudiados en España, se encuentra el de Grajal de Campos. Un hermoso e imponente castillo que se encuentra en unas magníficas condiciones.
      Esa vuelta y esa defensa del pasado merece mi admiración y mi elogió.
      He leido el hermoso artículo de Azalaga. Me ha encantado.
      Tranmite a tus compañeros y amigos de Defensa del Patrimonio mi afecto y mi aplauso. Ya veo que hay personas mayores y jóvenes.
      Interesante la diferencia que haces entre nostalgia y melancolía.
      Que la vuelta al pasado nos haga mejores personas y mejores ciudadanos.
      Gracias.
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  10. Querido Miguel Ángel:
    El tiempo es nuestro compañero de viaje y todo lo cura. Es más, tiene la virtualidad de encontrar un espacio para las emociones, los pensamientos y las personas.
    Nuestro encuentro con motivo de tus conferencias en la entonces Facultad de Pedagogía, hoy de Geografía e Historia, de la Universidad Complutense de Madrid, y en tu querido Colegio «Nuestra Señora de la Vega», fue para mí como un viaje lleno de sentimientos que rememora nuestro pasado y a la vez la oportunidad de compartir con Lourdes y contigo, no un mero ejercicio de la memoria, sino una invasión de imágenes, palabras, sensaciones y vivencias de aquel que fuimos y que se instalaron definitivamente en nosotros creando una gran amistad en lo personal y en lo profesional.
    Has sembrado mucho en el terreno educativo en nuestro país, España, y de qué manera lo has sabido proyectar a Hispanoamérica, y lo has hecho de manera constante y admirable.
    Son muchos los reconocimientos que has recibido por esa tu ardua tarea pedagógica. Pero especialmente entrañable, espontáneo, merecido y afectivo, el que te otorgó la titular del CC «Nuestra Señora de la Vega» de Madrid, María Jesús Casado, al nombrarte «Director Emérito» del mismo, tras tu conferencia de clausura del curso de formación a todo su profesorado.
    Miguel Ángel, te seguimos cada semana en tu Blog «El Adarve». Cada artículo de los sábados es todo un tratado de pedagogía, una reflexión para nuestra práctica docente y para nuestra vida personal y familiar, y su lectura nos ayuda a llevar una semana estupenda.
    Un fuerte abrazo de tu amigo Darío, el arquitecto, como tú dices, que diseñó y construyó este hermoso puente de plata al pasado.

    • Querido arquitecto.
      Me ha sorprendido y alegrado mucho tu presencia en el blog.
      Sé que lo leas cada semana, sin fallar ni una sola.
      Sé que utilizas los artículos en tus clases y que hablar elogiosamente de este humilde blog.
      MUCHAS GRACIAS.
      Te he llamado arquitecto del puente al pasado porque, en efecto, tú fuiste su artífice. No solo para diseñarlo sino para construirlo e, incluso, para transitarlo a mi lado.
      Fueron dos días inolvidables.
      Gracias, amigo.
      Un abrazo.
      MÁS

  11. Efectivamente, Miguel Ángel. El castillo de Grajal de Campos aparece en la obra ‘Castillos de España’, de tres extensos volúmenes, coordinada por el hispanista británico Edward Cooper. Además, lo hace en 5 páginas, dos de ellas correspondientes a una magnífica fotografía a doble página.

    Puesto que el castillo de los condes de Grajal corresponde a comienzos del siglo XVI, su estructura es cuadrangular, con gruesos cubos cilíndricos en las cuatro esquinas. Es un castillo de llano y su estructura responde al uso de la artillería que por entonces ya existía como armamento bélico.

    Su forma tiene bastante similitud con la del castillo de La Calahorra, en la provincia de Granada, ya que también se construye a principios de ese siglo.

    Por cierto, en una de las fotografías asoma la iglesia del pueblo, que, imagino, te traerá grandes recuerdos de tu infancia.

    Para cerrar, te puedo decir que España está poblada de castillos, aunque son pocos los que se conservan en perfecto estado. Esto nos indica que esos ‘patriotas’ que salen con multitud de banderas a la calle para decirnos lo mucho que aman el país para nada se interesan del inmenso Patrimonio que hemos heredado de nuestros antepasados. Nada que ver con la vecina Portugal, por remitirme a un país cercano, o con Francia, Suiza, Alemania… cuyos castillos se encuentran reconocidos como bienes públicos, por lo que la restauración y conservación son permanentes.

    En fin, que ese patriotismo no deja de ser reaccionarismo de cartón piedra.

    • Querido Aureliano:
      Trataré de hacerme con la obra de Edward Cooper o, por lo menos, de consultarla. Tengo varios libros sobre la historia del pueblo y, como es lógico, allí aparece la historia del castillo del siglo XVI. Por cierto, tiene un cañón que (y eso siempre me ha llamado mucho la atención) está mirando al pueblo. Tiene su gracia, porque lo suyo sería que estuviera enfilado hacia los posibles invasores, no hacia los habitantes del pueblo. Misterios de la logística.
      Claro que me emociona ver la torre de la iglesia de mi pueblo, que posee una característica muy curiosa (especialmente para un arquitecto): la planta tiene 5 esquinas y, si se le añadiera una más, tendría solo cuatro. Un alcalde me ha explicado cuál fue el motivo que llevó al arquitecto a modificar el diseño inicial.
      Un cordial saludo y gracias por la información.
      MÁS

  12. Querido Miguel Angel, mi nombre es Francisco. Fui alumno suyo en la Facultad de CC.EE de la Universidad de Málaga en la promoción de 2001-2004 (Maestro de Educación Especial). Aunque sigo siendo un aprendiz de Maestro. Desde que le conocí no he podido dejar de leer sus libros, artículos, entrevistas, etc… El ponerme en contacto con usted, es porque, no localizo el libro: Evaluar con el corazón. De los ríos de las teorías al mar de la práctica Homo Sapiens Ediciones. 2017. He intentado localizarlo pero me es imposible. Si he escuchado en youtube, algunas conferencias que ha dado, pero me gustaría hacerme con algún ejemplar. Aprovecho este blog, por si pudiéramos ponernos en contacto.
    Un fuerte abrazo.
    Francisco

    • Querido Francisco:
      Hay un modo sencillo y rápido de hacerse con el libro.
      Llama al distribuidor de Homo Sapiens. Se llama Pablo: 696798462. Es amable y eficaz
      Un abrazo y muchas gracias.
      MÁS

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