Hace algunos años, hablé en este mismo espacio de una interesante experiencia educativa que encontré en el Hostal Acuarela de Burgos. El artículo se titulaba “Pequeños amos (y amas) de casa”. Allí explicaba la iniciativa que había puesto en marcha Ana Sandro, gerente del Hostal, comunicadora social y emprendedora de vocación.
Preocupada por las cuestiones relacionadas con la igualdad, puso en marcha un proyecto en el que un grupo de niños y niñas de algún colegio realizaba en el Hostal tareas domésticas de índole diverso. Allí aprendían los niños y las niñas, en equipo, a planchar una camisa, a hacer una cama, a limpiar un espejo, a quitar el polvo, a tender la ropa. La pretensión era conseguir que los niños y las niñas dejasen de pensar que esas tareas son consustanciales a las mujeres, que hay que hacerlas en la casa y que se pueden y deben hacer con gusto y perfección.
El trabajo doméstico ha sido durante siglos patrimonio exclusivo de la mujer. Lo ha sido y casi lo sigue siendo. Nosotros, los varones, en el mejor de los casos, echamos una mano, colaboramos un poco. No es nuestra responsabilidad, nuestra obligación. Si somos sensibles y buenos compañeros, ayudamos un poco. Nos asomamos a la cocina y decimos:
– ¿Te echo una mano?
Pero la responsabilidad, la planificación y el trabajo duro de la casa, son propiedad casi exclusiva de la mujer. Aun hoy. Por eso llamamos a la mujer “ama de casa”, es decir, deshaciendo el eufemismo, sirvienta.
Como, por otra parte, cuando nos ponemos manos a la obra, al no tener mucha destreza, acabamos haciendo las tareas de manera poco satisfactoria, somos expulsados de la cocina de manera un tanto destemplada:
– Déjalo, así no lo tengo que hacer dos veces.
El doble trabajo de la mujer ha acabado siendo una condena y no una liberación. Además del trabajo que ya tenía, ahora tiene otro fuera de la casa.
En el libro que presentaré este próximo mes de mayo en la ciudad de Rosario (editorial Homo Sapiens), titulado “Contra el sexismo. Textos y prácticas por la igualdad para la escuela y el aula”, he incluido algunas imágenes para avivar la reflexión. En una de ellas se ve a un hombre sentado cómodamente en el sofá de su casa. Tiene al lado el maletín de ejecutivo. Ha llegado a casa después del trabajo y espera la llegada de su mujer. En la imagen se ve que ella entra en la casa llevando un maletín de ejecutiva. Se ve que realiza un trabajo similar al de su marido. Cuando éste la ve entrar, exclama alborozado:
– ¡Por fin! ¿Qué hay para cenar?
Ella llega mas tarde que él. Probablemente ha trabajado más. Él ha llegado antes, pero no prepara la cena sino que espera a quien tiene encomendada en la familia la tarea de hacerlo.
Recuerdo una viñeta de Forges en la que se ve al marido gritando lleno de alegría: ¡Domingoooooo! A su lado, se puede contemplar a la esposa con el delantal puesto, barriendo la casa, el niño en brazos y atendiendo la preparación de la comida. Quino, a través de Mafalda, nos recuerda con frecuencia esta esclavitud de la mujer. En una de sus viñetas, la mamá., inmersa en taras domésticas, pregunta a Mafalda qué tal le ha ido en la escuela. Mafalda contesta que muy bien, que ha aprendido muchas cosas. Y entonces Mafalda le dice: “Y a vos, mamá? ¿Qué tal te ha ido en este antro de rutina?
Cuando el marido se jubila, se jubila. Cuando la mujer lo hace, solo lo puede hacer a medias porque la casa sigue abierta y funcionando. La casa siempre la está reclamando.
Ana Sancho ha comercializado unos guantes de limpieza de color amarillo que se venden en una atractiva cajita que tiene el título “El poder del guante”. La he llamado para felicitarla por la iniciativa. Aquel proyecto del que hablé en sus inicios sigue creciendo y perfeccionándose. Bromeé con ella diciendo que a su iniciativa sobre la comercialización de guante se le podía aplicar aquel lema que circuló profusamente a propósito del uso del preservativo: “Póntelo, pónselo”.
Tengo delante la caja que acabo de recibir. Me he puesto los guantes. Tienen talla única. Ana me dice que los niños y las niñas se los colocan en las manos con rapidez y alegría. Se familiarizan (niños y niñas) con una práctica necesaria. Digo necesaria porque las tareas domésticas no son un deporte opcional sino una práctica indispensable. Hay que vivir en un entorno limpio, sano y hermoso. No es igual vivir en una cuadra que en un lugar acogedor. Nosotros hacemos los espacios y los espacios nos hacen a nosotros.
En la caja que contiene los guantes puede leerse: “Las tareas del hogar no entienden de género, edad o status social. La igualdad está en tus manos”. Y a continuación, explicita, la finalidad que inspiró la iniciativa: “Para educar la igualdad potenciando el trabajo en equipo, la conciliación, la autonomía personal, el respeto, la organización, la solidaridad y al autoestima”.
Ana Sancho hace muchas más cosas por esta causa : organiza circuitos por la igualdad en los que, mediante talleres rotativos, los niños y las niñas aprenden a realizar tareas domésticas diversas. Tiene también una página web (https://pequenosamosdecasa.com/) en la que se pueden visualizar tutoriales para aprender a realizar bien las tarea de la casa. Porque hay una diferencia enorme entre hacer las cosas de cualquier manera y hacerlas con pulcritud y perfección. Ella muestra, por ejemplo, tres formas de hacer la cama: método del fantasma, método del rulo y método del zig-zag. Hay que verlos. Muestra de forma precisa y práctica cómo planchar un pantalón, una camisa, un jersey y una camisita. Explica cómo limpiar el polvo, el wáter, la mampara de la ducha, la vitrocerámica, el lavabo o la alfombra. Y así avanza el catálogo de de tareas domesticas, casi infinitas: tender la ropa, doblar una camiseta, poner la lavadora, barrer, cambiar la bombilla de una lámpara…
Todas estas cosas no se hacen solas, aunque lo parezca. Hay unas manos mágicas e incansables que lo hacen de manera casi invisible. Casi siempre las manos de una mujer. Todas estas innumerables cosas se pueden hacer de manera cuidadosa o de cualquier manera. Ellas las hacen con mimo y perfección. Es la hora de los varones.
Cuando, hace ahora treinta y nueve años, era yo director pedagógico del Colegio La Vega (Madrid), pusimos en marcha un proyecto para la coeducacion del alumnado (y la nuestra, claro). Estuvimos un año entero analizando las pautas sexistas de nuestras concepciones, actitudes y prácticas. Quedamos impresionados de lo profundas que eran las raíces del sexismo.
Uno de los aspectos que fundamentaron el proyecto (la experiencia se plasmó en un libro titulado Coeducar en escuela. Por una enseñanza no sexista y liberadora, editado por Zero-Zyx) fue una exploración sobre las actitudes sexistas que estaban ya instaladas en las mentes de nuestros escolares.
Les pedimos a los más pequeños que dibujasen a los miembros de la familia haciendo algo. Los resultados fueron espectaculares. Lo explicaban con toda sencillez y claridad: mamá limpia los platos o hace la comida, papá lee el periódico o ve la televisión. Esa era una respuesta repetida.
A los medianos les pedimos que contestasen a una pregunta: ¿de quién crees que son propias estas tareas? Las tareas tenían que ver con las ocupaciones domésticas: fregar el suelo, hacer la comida, limpiar el polvo, planchar la ropa, poner la mesa, barrer el suelo, hacer la compra… La respuesta tenía tres opciones: mujer, hombre, ambos. Ya se supone de qué tipo eran las respuestas.
En el proyecto estaba inmersa toda la comunidad. Los profesores y las profesoras, las familias, el personal de administración y servicios. Una vez más es preciso recordar el sabio proverbio africano: hace falta un pueblo entero para educar a un niño.
APRECIADO y ADMIRADO MAESTRO y AMIGO MIGUEL-ÁNGEL:
Un saludo afectuoso para ti, para Carla y Lourdes, y para tus lectores y lectoras.
El artículo que nos ofreces hoy es un gran regalo, pues interpela a TODOS (hombres y pequeños y pequeñas). «La igualdad está en tus manos» supone no solo un lema o frase hecha, todavía más: una llamada para actuar consecuentemente en pro de este objetivo clamoroso. Como siempre, detectar y fulminar los estereotipos machistas, y programar una educación igualitaria en todos los niveles es el germen y el fundamento para lograr la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.
Nos explicas varias experiencias bastante ilustrativas: la del Hostal Acuarela -que conozco- y la del Colegio La Vega. La coeducación no es solo asunto de la institución escolar, sino que es responsabilidad de toda la sociedad (instituciones, comercios, organismos públicos y privados, etc.).
De tus vivencias como director pedagógico, coincidimos en este diagnóstico: las hondas raíces del sexismo. Recuerdo mi etapa como profesor del IES «Adaja» (Arévalo, Ávila): la entonces directora me propuso -siendo yo consejero escolar- que asumiese la responsabilidad de coordinador de igualdad. Impliqué a toda la comunidad educativa y a personas y organismos del entorno. Trabajamos la igualdad y la educación. Detectamos estereotipos, roles y mitos muy interiorizados y arraigados en alumnos, padres y profesores. Abordamos el lenguaje sexista y la sensibilización y prevención de la violencia de género, entre otros.
Me alarmé y preocupé, especialmente, a causa de ciertos estereotipos machistas de gran parte de mis compañeros profesores (otros sobresalían por su ejemplaridad). También algunos alumnos mostraban tales ideas preconcebidas machistas.
La experiencia resultó extremadamente favorable para todos y todas. Aprendí de las personas, de la normativa y de las actividades…
¡Feliz fin de semana y de votaciones!
Querido Carlos:
Merece la pena escribir algunos artículos solo para que generen comentarios como el tuyo.
Sé de tú compromiso con la causa de la igualdad, no solo como persona y ciudadano sino como educador.
No sé de qué conoces el Hostal Acuarela. ¿Conoces también a Ana Sancho?
Acabo de llamarla para decirle que he hablado de nuevo sobre su ejemplar experiencia.
Es probable que en el próximo artículo te dedique algunas líneas.
Aver si cuaja.
Un gran abrazo y…¡a votar, que es un deber y un derecho democrático!
MÁS
QUERIDO MIGUEL-ÁNGEL: Un saludo cordialísimo junto a mi gratitud por tu amable y elogiosa respuesta a mi sencillo y sentido comentario.
Me ruborizo ante la información de que me dedicarás unas palabras en tu próximo artículo…No creo ser merecedor de ellas. En fin, «magister dixit»…
Os deseo a Carla, a Lourdes y a ti un buen fin de semana.
Por cierto, posiblemente me matricule en el I Congreso Internacional de Educación Crítica e Inclusiva (León, 28 de septiembre). Una buena excusa para vernos en tu noble tierra natal.
Abrazos
Querido Carlos:
Allí nos veremos.
Iré desde Madrid, porque los días anteriores al Congreso de León tengo dos experiencias MARAVILLOSAS en la capital (que no lo capital).
Una en la Facultad donde me formé y luego impartí clases durante diez años. Y en el Colegio La Vega del que fui director durante 4 años. Tengo mucha ilusión en volver a estar en esos dos lugares. Se trata de conferencias organizadas por el Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid.
Todo lo que escriba de ti es más que merecido.
Un abrazo.
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Querido Maestro!
Hoy me va a permitir, plasmar un poema que tuve la osadía de leer, en un encuentro de poesías realizado por el área de cultura del ayuntamiento del pueblo donde vivo, que habla de las conquistas de las mujeres.
No es mío, mas quisiera yo, es de Ida Vitale, la actual premio Cervantes.
Me llamó la atención porque es un resumen poético de lo que debemos ser las mujeres:
«Fortuna.
Por años, disfrutar del error y de su enmienda, haber podido hablar, caminar libre, no existir mutilada, no entrar o sí en Iglesias, leer, oír la música querida, ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.
No desfilar ya nunca y no admitir palabras que pongan en la sangre limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto en el puente de la mirada.
Ser humana y mujer, ni más ni menos.
A mi me llegó la vitalidad de esta mujer a sus 95 años, su respeto por la libertad ajena, su manera de anteponerse a los tiempos, su arte de crear sensibilidades y su optimismo.
Mujeres así necesitamos hoy en día como ejemplos para vivir como queramos no como nos impongan.
Besitos para todos.
Querida Lola:
No conocía este poema de Ida Vitale.
Qué gran poema.
Qué hermosas y profundas palabras.
Qué gran mujer.
Me emocionó verla recibir el premio con esos espléndidos 95 años.
Tienes razón al decir que mujeres como ésta iluminan el camino de la humanidad.
Gracias por compartir el poema.
Besos.
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Miguel Ángel, una vez más me quedo sin palabras al leerte. ¡Qué maravilla ! Cómo agradecerte que desde el comienzo del proyecto me apoyaras y creyeras en él y más aún después de 4 años reciba este Regalo. ¡Gracias, gracias y más gracias! . Sin duda es esperanzador el futuro, seguimos avanzando y con iniciativas así sin duda lo impulsamos. Pequeños Amos de Casa nace como respuesta a un problema social y se centra en dar importancia a lo cotidiano. Momento de visibilizar las tareas del hogar y compartirlas. Desde aquí con todo mi cariño os animo a conseguir el Poder del Guante y uniros así al movimiento #IgualdadON (www.igualdadON.com) de http://www.pequeñosamosdecasa.com.
Enhorabuena por tu nuevo libro, deseando poder disfrutarlo. Con mucho cariño. Ana
Querida Ana:
Me ha encantado verte por aquí.
Tú eres la protagonista de la experiencia y del artículo. Las felicitaciones han de ser para ti.
No solo por la iniciativa que tuviste sino por mantenerla y enriquecerla con el tiempo. Es fácil hacer algo, pero no lo es tanto perseverar. Porque en toda iniciativa que se ponga en marcha hay dificultades y estoy seguro de que tú las estás sabiendo superar.
Espero que cuaje la difusión de tus guantes. Ya ves que he elegido una foto en la que aparecen los guantes amarillos. Dudé en elegir para el título El poder del guante o el que al fin quedó.
Gracias por los enlaces.
Besos y enhorabuena.
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Qué alegría Miguel Ángel me da el verte y leerte aunque solo sea a través de tus publicaciones.
Conservo 2 yo te educo, tu me educas» el de la primera edición, lo que aprendí en esos años en » La Vega» contigo y el resto de compañeros me dejó huella.
Querida Maje:
Qué alegría me has dado tú al verte por aquí. Espero que participes con más frecuencia.
Me gustaría saber qué es de tu vida.
En septiembre voy a vivir una experiencia maravillosa. Volveré al Colegio de La Vega para impartir una conferencia organizada por el Colegio de Doctores y Licenciados.
La verdad es que me hace muchísima ilusión.
Tendrá lugar el 28 de septiembre.
¿Podrás estar?
Besos.
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Personalmente siempre he entendido y entiendo que en una pareja si los dos trabajan fuera de casa los dos deben trabajar dentro. No es necesario el reparto de actuaciones, poco a poco cada uno va tomando aquellas para las que se siente más cómodo.
Esto es cuestión de convicciones, y ahí entra de pleno la educación y la práctica colabora desde niños. Las mujeres, en general, creo que se han educado como más propicias a llevar la batuta en las cosas del hogar. Creo que eso perjudica lo que ellas mismas reivindican. Lo mismo, en sentido contrario, podemos decir de los hombres. La mujer puede manejar un taladro lo mismo que el hombre y el hombre lo mismo la escoba que la mujer. Las diferenciaciones, creo que están en nuestras cabezas metidas en siglos de mala educación.
Desde mi niñez los roles de la mujer han cambiado, creo, una barbaridad. Es el camino a seguir.
Artículos como el tuyo, Miguel Ángel, dan un aldabonazo a nuestras conciencias para acelerar lo que siempre hubiera de ser lo normal, máxime cuando la pareja se cimienta en el amor: La igualdad.
Saludos a todos.
Querido amigo Joaquín:
Estoy seguro de que tú eres un hombre comprometido con las tareas domésticas.
Aunque fuimos educados en utnambiente machista, la evolución del pensamiento y las costumbres nos han hecho abrir los ojos ante la discriminación que suene para la mujer trabajar dentro y fuera de la casa.
Estoy contigo en que hay muchas cosas que han cambiado, a pesar de que ha habido siglos de adoctrinamiento androcéntrico.
Un gran abrazo.
MÁS
Imagino que ya habrás votado.A ver lo que nos deparan las urnas. Parece que la participación ha sido alta. O más alta que anteriores comicios.
Es cierto, Miguel Ángel, que hay un amplio sector masculino cuyas ideas en el ámbito familiar es la de “colaborar”. No obstante, tengo que apuntar, no solo por las investigaciones que llevo a cabo, sino también por el conocimiento directo, que la “revolución feminista” está calando en las generaciones más jóvenes, de modo que tanto ellos como ellas asumen que las responsabilidades doméstica y familiares les pertenecen a ambos dos, de manera que se reparten los trabajos con la convicción de que uno no es el “cabeza de familia” y la otra “ama de casa”, tal como la ideología y el lenguaje dominantes han estado insistiendo durante generaciones.
Para que veamos cómo va calando en los más pequeños este concepto de igualdad de derechos en ambos géneros, este fin de semana he publicado en la red de diarios digitales de Andalucía “Camino hacia la igualdad”, en la que los escolares, niños y niñas, representan similares trabajos para el hombre y la mujer, tras haberles pedido en la clase que dibujaran a un hombre y una mujer trabajando.
La investigación se llevó en 40 centros, por lo que el resultado fue más amplio que el que muestro a partir del número de dibujos que he incorporado en el artículo.
Esto nos hace ver que tanto los aprendizajes en la familia como en los colegios en los que se les coeduca van dando sus frutos.
Adjunto uno de los enlaces por si se desea leer el artículo.
http://www.baenadigital.com/2019/04/aureliano-sainz-camino-hacia-la-igualdad.html
***
Hoy, 28 de abril, todos debemos ir a votar. Todos, libremente, podemos respaldar nuestro criterio electoral; pero no sería razonable que quienes seguimos El Adarve apoyáramos, directa o indirectamente, una opción de extrema derecha que va en contra de los valores que aquí, de un modo u otro, defendemos.
Querido Aureliano:
Cuando mencionaba en el artículo la exploración que hicimos con los niños de Infantil del colegio La Vega, me acordaba de tus investigaciones. Estaba seguro de que este cambio del que hablas se habría producido.
El cambio, como dice Joaquín, se ha dado en los dos sentidos. Ahora las mujeres también se han acercado a las tareas del bricolage familiar.
Soy votante de la izquierda desde siempre. En un artículo de hace años, cuando era seguro después del gobierno de Zapatero, de que iba a arrasar la derecha, yo escribí en el blog: POR QUÉ VOTARÉ A LA IZQUIERDA. Aportaba, si mal no recuerdo, 11 razones. Algún lector me dijo que estaba de cuerdo con mis 11 principios pero que le sorprendía por qué había ganado derecha. Para responder a su inquietud, escribÍ POR QUÉ GANÓ LA DERECHA. Ambos textos están en este blog.
Un gran abrazo y muchas gracias.
MÁS
Amigo Miguel Ángel, yo y mi familia siempre votamos. Es lo primero que hice de buena mañana. Mis tendencias en política bien las conoces.
Aureliano, tranquilo, somos muchos los que caminamos en la misma dirección. Si somos mayoría, hoy lo sabremos. Siempre acepto la mayoría, aunque no siempre me gusta.
Hermosos y elocuentes dibujos. Hay muchas cosas buenas en el mundo, una de ellas es el gran salto por la igualdad de la mujer.
Saludos.
Querido Joaquín:
Estoy convencido de que la revolución más importante de la historia es la que está conquistado la mujer a través de la conquista de la igualdad.
Lo explica muy bienJosé Antonio Marina a través de su libro LA LUCHA POR LA DIGNIDAD.
Ahora bien, yo pienso que la bandera de esa lucha le corresponde llevarla a la mujer.De lo contrario, podrían pensar con razón toda razón: quienes durante tantos años nos han oprimido, ¿qué interés tienen ahora en liberarnos?
Un abrazo.
MÁS
Querido Miguel Ángel:
A vueltas con la igualdad de hombres y mujeres. Una vez más, y no será la última pues no es algo que se explica, se trata, se comprende y queda zanjado para siempre. Podemos comprobar que se ha avanzado, pero queda todo por andar.
Hace unos poquitos días veníamos en un viaje corto en coche cinco machirulos. Salió el tema. En lo poquito que pudimos opinar, me di cuenta de eso, de que queda todo por andar, de que nos sentimos atacados, indefensos e incluso discriminados. (Por si no quedó claro, quiero recalcar que los que íbamos en el coche éramos cinco hombres).
Como no quiero alargarme, voy a utilizar los dibujos de mi querido abuelo Aureliano para decir un par de cosas más sobre la igualdad entre hombres y mujeres y, de paso, chincharle un poco.
Querido Aureliano, tu artículo se titula “Camino hacia la igualdad”, y yo sí creo que caminamos, que conocemos el camino, pero estamos en el kilómetro tres de un camino que, realmente, no sé qué distancia tiene ni el tiempo que nos va a llevar andarlo hasta alcanzar esa igualdad.
Tampoco sé las ganas que tenemos (hombres y mujeres) de andarlo. Si las ganas o la convicción son escasas, el tiempo se alargará.
A lo que voy. Si me presentaras para comentar el dibujo del niño de diez años, un hombre y una mujer haciendo deporte, te diría que es un jugador de fútbol y una jugadora de fútbol.
Tú dices: “Una variante aparece en este que acabamos de ver, y que fue realizado por un niño de 10 años. En la lámina nos muestra a un joven jugando al fútbol, al tiempo que en el lado derecho aparece una jugadora de balonmano.”
Yo me baso en dos detalles. El número colocado en pantalón y camiseta, el siete y el uno, y que ambos tienen botas con tacos, botas de fútbol. Ella es portera de fútbol (suelen ser el número uno), coge el balón con las manos. Que no te despiste la portería blanca y roja. La del hombre también es blanca y azul. Los patios de los colegios las suelen tener así. Además, son más bonitas a colores. Él podría ser perfectamente CR7, camiseta de Portugal, corte de pelo moderno,
Ahora, Aureliano, quiero usar dos frases tuyas para luego aportar una posibilidad basándome en lo listos que son niños y niñas y lo rápido que aprenden a saber responder en la escuela, a responder a actividades escolares que se les plantean en esos recintos.
“Posiblemente, vea que en su casa este trabajo es compartido, por lo que le parece de lo más natural representar a un hombre y a una mujer planchando.”
“Si tenemos en cuenta que el dibujo se realizó en una ciudad en la que no había minas, uno tiende a pensar que esto fuera el resultado de la educación en la igualdad que se impartía en el colegio.”
Aureliano, lo que opinas sobre los mineros podría aplicarse a los planchadores. Digo que podría, no que fuese así. Y es que , como dije, una cosa es la teoría, la respuesta conveniente o políticamente correcta y otra si de verdad está interiorizada y pasa a formar parte de la persona. Una cosa es saber lo que hay que hacer y otra hacerlo, y hacerlo porque sale de dentro, porque se es.
Queda mucho, muchísimo.
“La igualdad está en tus manos”, la igualdad está en nuestras manos, las de ellos y las de ellas. La igualdad está en la educación. Y la educación debe estar en todas partes, en todos los ámbitos. (Incluidos Licenciados y doctores, política y medios).
Un beso para ti, Aureliano. Otro para Miguel Ángel. Y un buen montón de ellos para el resto de vecinos y vecinas de El Adarve. Y sí, soy un hombre, un hombre besucón.
Querido José Antonio:
El problema es el COMO SI QUISIÉRAMOS…
Me explico. Una cosa es querer de verdad y otra escomo si quisiéramos.
En una conferencia pedí que todos cerrasen los ojos. Les dije que imaginasen vivamente que estaba entrando en la sala una serpiente muy venenosa, de un metro de longitud, colores vivos y lengua bífida…
Les pedí que inaginasen cómo avanzaba hasta llegar delante de ellos… Entences propuse que abriesen los ojos. Y concluí: NADIE SE HA MOVIDO LUEGO NADIE SE LO HA CREÍDO.
Es COMO SI VINIERA LA SERPIENTE…
A veces sucede eso en esta cuestión: es como si creyésemos en la igualdad.
Besos y abrazos.
Y gracias.
MÁS
Saludos a todos. Estupendo artículo Dr. Santos Guerra y maravillosa la iniciativa de la Srita Ana. Dr Santos Guerra gracias por valorar a las mujeres. Recuerdo que mencionó una ocasión que de lo que nos separa, buscar los puntos en común. Me parece que lo común en torno a realizar tareas domésticas, sin duda es que todos nos cansamos. El cansancio se incrementa con solo pensar lo que espera en casa cuando terminas el día exhausta. La fábrica de lo que deben ser y hacer los hombres y las mujeres, necesita cerrar. Le reconozco a Usted y a muchos que valoren y apoyen a las mujeres. El eje radica en cómo se piensa la diferencia. Gracias Dr. por los análisis.
Querida Lourdes:
Gracias a ti por este comentario.
Primero por haber leído el artículo y segundo por haberlo valorado.
Sois las mujeres las que habéis conseguido dar pasos hacia la liberación.
Nosotros también tenemos nuestra tarea en esa causa, que es la gran causa de la humanidad.
Ahora bien, la bandera de la liberación es vuestra.
Besos y gracias.
MÁS
Gracias Joaquín por los comentarios favorables acerca del artículo “Caminando hacia la igualdad”.
Lo cierto es que desde que me incorporé a la docencia universitaria, ya hace un montón de años, el estudio, las investigaciones y las publicaciones acerca del dibujo del escolar siempre han estado presentes en mis trabajos. Por otro lado, nunca imaginé que esta sería una línea prioritaria dentro de mis investigaciones. Tampoco pensé que mi vocación docente se encaminaría dentro de la formación de maestros y maestras. En realidad, fue un hecho casual el que trabajando como arquitecto en Sevilla me llamaran al estudio para decirme que había libre dos plazas en el área de Educación Artística de la Universidad de Córdoba, al tiempo que me indicaban que si estaba interesado podría presentar la solicitud, pues quien entonces era catedrático del área mostraba gran interés en que pudiera incorporarse un arquitecto.
Por entonces cayó en mis manos el libro “Desarrollo de la capacidad creadora” del psicólogo estadounidense Viktor Lowenfeld, de origen austríaco, que se especializó en la pedagogía del arte de los escolares, a pesar de que inicialmente trabajó en su país de origen con niños ciegos.
Este libro fue un auténtico revulsivo en el campo de la enseñanza de las artes plásticas, pues cambiaba de paradigma educativo al centrarse en las capacidades creativas de los escolares para llevar adelante las orientaciones pedagógicas.
De modo similar a Jean Piaget, que, en sus estudios de los procesos psicológicos y cognitivos infantiles, planteaba estadios evolutivos, Lowenfeld lo hacía también dentro de las artes plásticas -dibujo, pintura y escultura- desde los inicios de la infancia hasta la culminación de la adolescencia.
Fíjate que, habiéndose publicado en Nueva York, en el año 1947, ha tenido múltiples ediciones. La última en español fue en el año 2008, en la editorial Síntesis, apareciendo revisado y actualizado en algunos conceptos. La obra y su autor se convirtieron en unos verdaderos referentes de la educación artística con sólidas propuestas pedagógicas.
Si me he extendido en este tema es porque la creatividad humana resulta ser una cualidad que todos poseemos, cada uno en ámbitos diferenciados, por lo que es necesario conocer las de los alumnos y alumnas para que puedan afianzarse y desarrollarse en ellas. Esto tan evidente para quienes trabajamos dentro algunas disciplinas contradice abiertamente los postulados de los “antipedagogos”, que volvieron a aparecer en este blog en un artículo referido a la autoridad del docente, y en el que no quise entrar a polemizar porque sus planteamientos van más allá de la enseñanza: se adscriben a los postulados de la sociedad neoliberal, y esto entra ya en el campo del pensamiento social
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Gracias José Antonio por eso de “abuelo Aureliano”. La verdad es que Flora y yo estamos encantados con nuestro nieto: disfrutamos un montón con el niño cuando vamos a Barcelona, ciudad que ya ha desplazado a Madrid en nuestros frecuentes viajes (Flora es de Madrid y tiene a la mayor parte de su familia en esta ciudad).
Por cierto, ¿por qué utilizas esa palabra, que a mí me chirría mucho, de “machirulo”? Como “feminazi” son palabrejas que han surgido alrededor del feminismo y del movimiento en favor de la igualdad de géneros: una con la intención de autoflagelarse o sustituir, de manera no muy fuerte, a machista y la otra con la finalidad de descalificar a las y los feministas (ya que hombres, aunque no lo parezca, también los hay).
Así pues, no creo que los hombres tengamos que avergonzarnos de serlo, por mucho que se pretenda ahora hacernos creer que somos machistas ‘per se’. Vivimos en una sociedad patriarcal y muchos no nos identificamos con esos valores de dominio y poder sobre las mujeres. También vivimos en una sociedad capitalista y depredadora con la naturaleza con la que no nos identificamos y buscamos transformarla.
Bueno, después del sermón que te he echado, te indico que los dibujos que me sirven para llevar adelante las investigaciones con los estudiantes de Magisterio se realizan en la hora la Plástica, por lo que no es posible ir más allá de las escenas que nos plasman los escolares, aunque, en ocasiones se completa con algunas breves preguntas. De todos modos, estoy enormemente agradecido que tantos colegios nos permitan llevar adelante estos trabajos.
Cuando en el aula se les presenta la propuesta del tema, se les indica que no se preocupen si el dibujo está muy bien hecho; que, por otro lado, no va a ser puntuado; y que hagan con toda libertad lo que ellos y ellas imaginan.
No tienen, pues, que ser “políticamente correctos” en sus escenas. Es más, y dado que tienes el libro “El arte infantil”, en el mismo explico que, en el enfoque naturalista, los escolares se expresan con total libertad en aquellas temáticas que emocionalmente están implicados, puesto que no saben que a través del dibujo están manifestando sus sentimientos más profundos, aquellos que verbalmente no contarían.
Bueno, amigo de Galicia, me voy despidiendo. Y como señal de paz te invitaría a que por YouTube escucharas la bella canción de Graham Nash “Teach your children” (“Enseña a tus hijos”), que siempre ha sido una de mis favoritas del trío estadounidense Crosby, Stills & Nash. Me imagino que en esto de educar a los hijos sacarías la mejor calificación.
Un abrazo, y un día de estos apareceré por las tierras gallegas que hace tiempo no visito.
Estimado Aureliano:
Aunque tu comentario va dirigido a Joaquín y a José Antonio, permíteme desearte un buen viaje a Galicia. Viví varios años en la tierra gallega y acabé completamente enamorado de ella: de sus gentes, de su geografía, de sus costumbres, de su belleza admirable, de su embrujo…
Yo también viajaré esta tarde a Argentina: estaré en ocho ciudades diferentes para impartir algunas conferencias y presentar mi nuevo libro CONTRA EL SEXISMO. TEXTOS Y PRÁCTICAS POR LA IGUALDAD PARA LA ESCUELA Y EL AULA.
Un gran abrazo y gracias por tu comentario.
MÁS
Amigo Miguel Ángel: Veo que sigues «arruinando la vida de Carla».
¡Lo tuyo no tiene remedio!
Querido Aureliano:
Es cierto, amigo.
Esta mañana me ha dicho: que vuelvas vivo.
¿Qué regalo quieres que te traiga?
– Que vuelvas sano y salvo.
Lo intentaré, claro.
Un abrazo.
MÁS
Tras leer este artículo, puedo decir que estoy totalmente de acuerdo con las ideas que se exponen en él. Es importante que a día de hoy se siga luchando y reivindicando la igualdad no solo en el ámbito laboral, sino también en el doméstico, haciendo partícipes tanto a hombres como mujeres del cuidado del hogar y de los hijos. Me congratula saber que hay personas que persiguen esta lucha a grandes escalas, a través de talleres, charlas, etc.
Querida Laura:
Gracias, en primer lugar por la lectura del artículo. También por su valoración.
Y, sobre todo, gracias por haberte tomado la molestia y el tiempo para escribir el comentario.
Y las mujeres hacen bricolage en esos talleres. Es estupendo.
Besos.
MÁS
Me parece magnífico que se aborde este tema, ya que actualmente hablar de géneros y de su igualdad resulta de fundamental importancia por el impacto que ejerce en el desarrollo de los hombres y de las mujeres. Así como esto puede ayudar a la construcción de una educación basada en el principio de igualdad en los más jóvenes, haciéndolos crecer en unas sociedades más respetuosas y equitativas con el ser humano.
¡Una entrada brillante!
Soy Ana, alumna del máster de Investigación e Innovación en Educación Infantil y Primaria de la Región de Murcia.
De todas sus entradas, ésta me ha parecido bastante interesante y útil para la época en la que nos encontramos, una época que considero de “cambio”.
Estoy a favor, que en los centros y sobre todo a estas edades se les enseñe a los niños valores como los que ha reflejado en la entrada, pues incluso niños tan pequeños pueden hacerle reflexionar a los familiares, en este caso, a los padres, y así poder conseguir acabar con los estereotipos machistas, tener una educación igualitaria y poder lograr la igualdad entre hombres y mujeres, puesto que algunos estudios muestran que la desigualdad de género en el hogar aún es parte del día a día y que si bien la responsabilidad está más compartida en las familias, esto no es lo que se refleja en la mayoría de los hogares.
Querida Ana:
¡Un comentario brillante!
Los valores se pueden inculcar desde las edades más tempranas.
La igualdad es uno de los valores que sustentan una sociedad justa.
Y, como dices, la escuela es una de las instancias donde esos valores pueden (y deben) cultivarse.
También la familia, por supuesto.
Y la sociedad en general a través de los medios de comunicación, de las organizaciones, de las estructuras políticas.
Recuerda: Hace falta un pueblo entero para educar a un niño.
Besos y gracias.
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Estimado maestro:
El artículo ofrecido es de mucha importancia, el mundo en el que vivimos hoy en día se puede visualizar el machismo en el trabajo del hogar en los trabajos compartidos y hasta en las músicas que escuchamos. El trabajo del hogar y el más importante se debe compartir así les enseñamos a nuestros hijos que por ser hombres no pueden ayudar hacer la cama o lavar los platos que usa. En muchas familias se enseña a las niñas atender y a los niños a ser atendidos, debemos educar con ejemplos a nuestros hijos desde niños en la igualdad.
Querida Katty:
Tienes toda la razón.
La familia es la principal escuela para esos aprendizajes.
Y el ejemplo es la principal forma de aprendizaje, como decía Bandura cuando hablaba del aprendizaje vicario.
Besos y gracias.
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