Cuando fuimos los peripatéticos

30 Jun

El título de este artículo se corresponde con el de una novela del guionista Héctor Lozano, que acaba de publicarse en Planeta (abril de 2018) y cuya lectura ha suscitado en mí un enorme interés. Diré por qué.

En primer lugar porque refleja con rigor y riqueza la vida de los estudiantes, los profesores y las familias de un Instituto de Enseñanza Secundaria de Barcelona que, en la novela, se llama Àngel Guimarà. El autor conoce bien la micropolítica de las instituciones escolares, la relación de la familia con la escuela, la problemática de la comunicación de los hijos con sus padres, las dinámicas vitales de los adolescentes y las adolescentes (bien distintas, por cierto) y el lenguaje que suelen utilizar los jóvenes en las comunicaciones.

En segundo lugar porque toda la trama está recorrida por la presencia de un singular profesor de filosofía, de sesenta años, llamado Merlí Bergeron. Un profesor atípico, heterodoxo, innovador, apasionado, que encandila a sus alumnos y alumnas llevando a sus vidas las teorías de los grandes filósofos. Un profesor que da lecciones de vida, dentro y fuera del aula.

En tercer lugar, porque se puede ver de manera palmaria que el curriculum puede acercarse a la vida, a los problemas, a las preocupaciones y a los intereses de los estudiantes. El libro va siguiendo un itinerario filosófico que responde más a los demandas de los estudiantes que a la cronología histórica de los pensadores clásicos y modernos. Casi todos los títulos de los capítulos llevan el nombre de filósofos consagrados: Los peripatéticos (que es el nombre de los alumnos y alumnas del grupo), Platón, Aristóteles, Maquiavelo, Sócrates, Shopenhauer, Foucault, Epicuro, Los escépticos, Los sofistas, David Hume, Nietzsche, Giordano Bruno, Los presocráticos, Kant, Montaigne, Judith Butler, Descartes, Zizek, Albert Camus, Hanna Arendt, Kierkegaard, Plotino, Heidegger, Hegel… Es muy interesante ver cómo las teorías de los grandes de la filosofía son aplicadas a la comprensión de la realidad y a la iluminación de los problemas del mundo y de las personas.

En cuarto lugar porque se hace una radiografía de los problemas y las preocupaciones de la adolescencia: las amistades apasionadas, las rupturas dramáticas, los enamoramientos incontrolados, la asistencia y las clases del Instituto, la homosexualidad como opción vital, la maternidad prematura, las relaciones conflictivas con un padre autoritario, la preocupación por el futuro, la relación con el profesorado, las fiestas desenfrenadas, la muerte de un padre y de dos profesores, el encuentro con el alcohol y con la droga, el bulling de estudiantes y de profesores… Todo ello pasado por la coctelera del liderazgo de un docente singular que se acaba convirtiendo en un guía espiritual.

En quinto lugar porque me parece estupenda la estructura narrativa. En 317 páginas cuenta la historia retrospectivamente Bruno Bergeron, el hijo de Merlí, que ha tenido una vida difícil por la separación de sus padres y que un buen día ve entrar a su padre en la clase al grito de “Me llamo Merlí y quiero que os empalméis con la filosofía”. Bruno le cuenta a su hermana, Mina, cómo era su padre, tanto en lo profesional (el mejor profesor del mundo) como en lo personal. El libro incluye algunas notas que Bruno le dirige a Mina y que se van intercalando entre los capítulos, rompiendo la monotonía del relato. No diré por qué Mina no llega a conocer a su padre. Considero una obligación no romper la trama del relato.

Un conjunto de 36 personajes que acaban siendo entrañables va tejiendo con sus historias un tapiz de enorme colorido. Iván, con su agorafobia que acaba superando gracias a Merlí; Bruno, hijo de Merlí y Bárbara, homosexual que coquetea con Pol Rubio (el mejor estudiante, que acaba siendo profesor de filosofía) y que se va a vivir con Nicola a Roma; Marc Vilaseca, el gracioso de la clase y amigo de todos; Gina, madre de Gerard y presidenta del AMPA, que acaba siendo pareja de Merlí y madre de Gina; Joan que mantiene un relación conflictiva con su padre Jaume, un abogado de carácter autoritario; Oksana que da a luz un hijo en una edad imposible; la exótica Carmina Calduch, madre de Merlí y abuela de Bruno; Toni, director del Instituto, serio, responsable y conciliador; Coralina, profesora de historia, estricta e irónica, que mantiene una relación conflictiva con Merlí …

El escenario de la acción es la ciudad de Barcelona ya que en ella está radicado el Instituto que es el micromundo de esta historia. Y, cuando Bruno se traslada a Roma para vivir con su madre ante la llamada de un amor homosexual, también la Ciudad Eterna es contexto de la acción de esta interesante novela.

La lectura del libro me ha remitido de forma casi inevitable a mi experiencia como profesor de Filosofía en el Instituto San Pelayo de Tui (Pontevedra) en los estertores del franquismo.

Tenía problemas constantes con el comisario de policía que un día sí y otro también me llamaba a casa para acusarme de no seguir fielmente las tesis del libro de texto. Recuerdo que un día me llamó para preguntarme si era cierto que había criticado “los sindicatos verticales”. Le dije que era completamente cierto.

– ¿Qué es lo que dice su libro de texto?
– Sé lo que dice, señor comisario, pero mi tarea no es que repitan lo que dice el libro sino que sepan criticarlo.

Un ejercicio intolerable de intromisión y un permanente asedio a la libertad de cátedra. Otros tiempos que afortunadamente ya pasaron y parecen de una época y un país desconocidos.

Emocionantes debates sobre la libertad en un etapa en la que los estudiantes la estaban descubriendo, cadenas de porqués en busca de explicaciones que pocas veces aparecían de forma meridiana, trabajos de investigación desentrañando textos que obligaban a pensar, lecturas que abrían sus mentes a nuevas concepciones. (Querida Chis Oliveira, cómo no acordarme de ti al leer este libro, a ti que acabaste siendo no solo filósofa sino profesora de filosofía, eximia didacta de la asignatura, autora de interesantes libros y feminista convencida y convincente).

La obra, escrita inicialmente en catalán, ha sido traducida al castellano por Josep Escarré. Muy bien traducida., por cierto. Y, aunque no la he visto, ha sido convertida en una serie de televisión (“Merlí”, creada por la productora Veranda TV) que tiene como eje la forma de ser, de sentir, de pensar y de vivir del profesor de filosofía Merlí Bergeron. Se emitió en tres temporadas en TV3 y posteriormente en La Sexta con buen resultado de audiencia. (Me dijeron el pasado miércoles en Bilbao que la están emitiendo en euskera en la televisión vasca). Los guiones de la serie, por lo que he leído, difieren en algunas partes del contenido del libro y añaden algunas dimensiones como las relacionadas con la dinámica entre los profesores y las profesoras del instituto.

Me ha gustado esta obra. Me ha gustado la reflexión sobre lo que sucede en esa etapa crítica de la vida en la que los adolescentes se asoman a la vida. Y, especialmente me ha gustado que se haya hecho desde la perspectiva escolar, desde el ámbito que tantas veces se muestra alejado de la vida. Y me ha gustado especialmente el compromiso de un docente al que le preocupan las personas, más allá y más acá de la dictadura de las disciplinas. Un docente que dice que, al entrar en el aula, no es que no encuentre problemas sino que se le borran todos los problemas con los que llega a ella. Magnífica actitud.

25 respuestas a «Cuando fuimos los peripatéticos»

  1. “Cuando despertó, el dinosaurio seguía allí”, escribió Augusto Monterroso, el gran escritor guatemalteco, aunque hondureño de nacimiento, cuando deseó plasmar el cuento más breve de todos los que hubieran visto la luz en las páginas impresas. Y lo logró.

    “Cuando desperté de la larga siesta, El Adarve seguía allí”, es lo que pensé cuando el dios Morfeo me dio una tregua para que, en este tiempo de vigilia, pudiera enlazar con el último y lejano texto remitido.

    Aclaro, antes de continuar, que admiro a los grandes escritores guatemaltecos: el citado Monterroso y Rodrigo Rey Rosa, porque, aparte de disfrutar de su magnífica narrativa, me hacen recordar los años en los que era portavoz en Andalucía del Comité de Solidaridad de Guatemala. Tiempo de esperanzas y de luchas, años inolvidables.

    ***

    En esta ocasión, Miguel Ángel nos habla de un libro que despierta mi curiosidad e interés, dado que, según apunta, es una novela basada en un profesor de filosofía en un instituto de Barcelona. Entiendo que, para crear un personaje singular e imaginativo, el autor de la novela tenga que acudir a un filósofo (también podría ser uno de arte o de literatura, por ejemplo), pero lo que me resulta difícil de entender es que por el texto transiten tantos nombres de pensadores, desde los presocráticos hasta el esloveno Slavoj Žižek, autor prolífico del que se ha publicado gran parte de sus obras en castellano.

    Por cierto, que de Žižek quisiera comentar una pequeña anécdota. Hace unos años, tuve dos alumnas de Eslovenia en un curso de “Taller de pintura en tela”. Ambas, aparte de ser dos chicas muy inteligentes, se apreciaba que no eran de nuestro país por ser delgadas, altas, rubias y con los ojos azules, rasgos que no son los característicos de las alumnas andaluzas.

    En cierta ocasión, y dado que poseían un nivel aceptable del español, les hablé de este filósofo. Se miraron entre sí sin que supieran a quién me refería. Opté por escribírselo en la pizarra. Al momento soltaron una risa espontánea que me dejó un tanto descolocado.

    “Aureliano, es que no se pronuncia “cicek”, como tú haces, sino “yiyek”, puesto que la “z” con ese pequeño ángulo encima se pronuncia de forma similar a la “y” griega española cuando va delante de una vocal”.

    Les agradecí mucho la aclaración, pues ya sabía pronunciar correctamente el apellido de un filósofo marxista, bastante heterodoxo, al que admiro y que tiene una cultura desbordante.

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    He hecho referencia al libro que comenta Miguel Ángel, pero no entro a opinar en el campo de los adolescentes, dado que no los conozco como profesor, por lo que las opiniones que yo pueda verter sobre ellos provienen de las charlas que mantengo con amigos jóvenes que tienen hijos o hijas de esas edades. Sé que es una edad de transición de la niñez a la juventud, con todas las dificultades emocionales que ello conlleva. También, que el profesorado tiene que armarse de enorme paciencia para llevar sus clases; pero sobre los adolescentes prefiero escuchar.

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    Dentro de unos días tendremos una reunión de la Comisión de Biblioteca de la Facultad. Aunque no está en el orden del día, expondré la idea de crear un Club de Lectura entre el profesorado y el alumnado que desee participar en esta experiencia.

    La primera vez que tuve noticias de la formación de un club de lectura fue en Suiza, en una comida que tuvimos con mi familia de allí y los amigos suizos. Me comentaron que era de lectura de obras en castellano, puesto que todos hablaban español, incluso los nativos de este país que formaban parte del citado club, y que, aunque residían en distintos lugares, una vez al mes se reunían en distintos sitios, residencia de cada uno de ellos, para debatir la obra que habían elegido.

    Por mi parte, será una propuesta para revitalizar el mundo del libro, que se encuentra en un período crítico. Esto me lo ha confirmado Vargas Llosa en su obra “La civilización del espectáculo”, libro que utilicé en un artículo a favor de la creación de un Estado laico en nuestro país, ya que sus argumentos eran claros y convincentes.

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    En el mes de julio saldrá el número 100 de la revista Azagala, que se publica en mi pueblo de origen, Alburquerque (Badajoz), aunque su difusión es amplia, ya que se distribuye por suscripción por distintos puntos de la geografía española. La creamos entre su actual director y un grupo de amigos. En mi caso, aparecía como presidente del Colectivo Cultural Tres Castillos, asociación que la edita.

    La revista fue una respuesta al despotismo del alcalde del pueblo, así como un medio por el cual divulgar los trabajos de la Asociación para la Defensa del Patrimonio, de la que también formo parte, ya que las acciones se centraban en la defensa del Castillo de Luna, quizás la fortaleza más importante de Extremadura.

    El artículo que escribo en esta ocasión se titula “La vida es un largo río”. En él hago un recorrido tomando como punto de partida una fotografía en blanco y negro en la que me veo con mi familia y mi padre cogiéndome en sus brazos, pues no debía tener todavía el año. Lo cierro con otra foto de mi hijo Abel con el niño recién nacido, que con toda ternura también lo acoge en sus brazos. Y en medio, los relatos de las vidas de Azagala y de Adepa, dos grandes batallas ganadas al despotismo y al clientelismo que se dan en mi tierra.

    ***

    En la última entrega de El Adarve se habla del silencio y de sus posibles significados. ¿Qué sería la vida sin silencio, sin intimidad? Seguro que volveríamos a la sociedad que describía George Orwell en “1984”, tomando como referencia el estalinismo al que detestaba.

    Bueno, acercándonos a nuestros días, Carlos Castilla del Pino desarrollaba gran parte de su teoría del sujeto apuntando que sus acciones, físicas o mentales, las lleva a cabo en tres espacios: el público, el privado y el íntimo.

    El espacio público es aquel que puede ser observado por los demás. Por ejemplo, en una clase, se está en un espacio público, de modo que el sujeto se atiene (o no) a las convenciones y códigos de la cultura en la que se encuentra inserto. En el privado, el sujeto se encuentra solo, por ejemplo, en la ducha; pero que puede pasar a ser conocido. Sin embargo, el íntimo es el formado por los pensamientos, emociones y sentimientos, que solo puede conocer el propio sujeto.

    Da ahí radica la complejidad de las relaciones humanas: nunca podemos penetrar en el espacio íntimo de los demás. Nunca sabemos exactamente qué representa el silencio en los otros. Solo podemos llevar a cabo posibles interpretaciones (que, por otro lado, pueden ser abiertamente erróneas).

    ***

    José Antonio, que creo accede los domingos a los artículos que publico entrando en Montilla Digital, expresa en su escrito que sonrió con el que llevaba el título “Curso de pintura para chicas jóvenes”. Y se pregunta cuál será el próximo, es decir, el que sale mañana. Se lo aclaro: se titula “Las Kellys”. En cierta medida me siento bastante satisfecho porque logro explicar las razones de esta denominación de las camareras de pisos de los hoteles (hay en internet muchas interpretaciones, algunas bastantes peregrinas).

    ***

    Bueno, voy cerrando. Escucho los pasos de Morfeo. Noto que se me acerca y me habla al oído. Me dice que ya está bien, que me he explayado suficientemente y que me he pasado del tiempo que me había permitido. Airado, insiste en que hablo demasiado y que soy un pedante y u pesado. Obedeciéndole, debo volver al estado anterior, puesto que el sueño y el silencio, que son dones suyos, no deseo perderlos.

    • Querido Aureliano:
      1. NO sabes cuánto me alegro se esta nueva presencia. NO solo por mí, claro está. También por todos los lectores y lectoras del blog. Porque el blog es el artículo y son los comentarios.
      2. Lo curioso del libro es la habilidad que muestra el autor en aplicar las grandes teorías filosóficas a las preocupaciones y problemas de los adolescentes. El curriculum se acerca a la vida con ingenio y habilidad didáctica.
      3. Puedo ya decir algunas cosas de la adolescencia porque tengo en casa una hija de 13 años. Es curioso cómo ha abandonado la mentalidad de niña y está pasando a pensar críticamente. Haga gala de tomar decisiones autónomas: !Quiero mi habitación minimalista», nos dijo ayer.
      4.Me parece estupenda ladea del club de lectura profesores-alumnos. Yo hice una cadena de lectores en el Departamento. Sw titulaba COMPRA UNO Y LEE 25. EL día 1 de cada mes la cadena giraba…
      5. Enhorabuena por los cien números de vuestra revista. Leeré el articulo sobre el paso destiempo. Me parece magnìfica la idea de las dos fotos. La utiliza Julio Llamazares en Las lágrimas de San Lorenzo, su novela sobre el paso del tiempo.
      6. El Dios Morfeo tiene sus exigencias. Pero hay que despertar. Aquí siempre serás bienvenido después del sueño. Esa aportación es la mejor demostración de que tu presencia es necesaria.
      Un gran abrazo.
      Y gracias
      MAS

  2. Con permiso de Miguel Ángel:

    Antes de seguir con el curso de pintura en mi habitación, luego va a tocar hacer de kelly y poner casi todo en su sitio, quisiera pedirle a Aureliano que, si puede, le dé una patada en el trasero a Morfeo y no nos castigue con una ausencia tan larga.

    Y segundo, y ya me pongo al tajo, que luego se me echa España encima, preguntarle cuántas horas tienen sus días, pues sé que se pasa media vida leyendo, otra media caminando, escribe con vicio, trabaja en la Universidad y está metido en no sé cuántas guerras dentro y fuera de ella, sobre todo fuera. ¡ Y tiene familia, y esparcida por lugares no demasiado cercanos!

    Bienvenido, maestro arquitecto. Una alegría tropezar contigo y tus historias por aquí.

    Perdón, Miguel Ángel. Me siento un poco mal porque pienso que es una grosería dejarte (aparentemente) de lado a ti y a tu artículo. Prometo volver sobre Merlín. Solo quería y debía saludar al acalorado (por los 40°) y atareado cordobés.

    Besos para todo em mundo.

    • Querido José Antonio:
      Ya ves que nuestro deseo de recuperar a Aureliano ha sido cumplido.
      El comentario explica y justifica nuestra demanda.
      Sí, me interesa tu opinión sobre Merlí (ojo, no Merlín).
      Hasta pronto.
      Un gran abrazo.
      MAS

  3. Gracias José Antonio por los ánimos.

    Lo cierto es que todas las noches le “rezo” al dios Morfeo para que me proporcione tranquilos sueños. Y lo hago leyendo de forma compulsiva, tanto que en la mesilla de noche se me acumulan libros y revistas hasta que oigo los pasos del dios griego que se me acerca y entiendo que ya puedo apagar la luz y esperar que acabe arropándome.

    Sobre las Kellys, hemos decido enviarle el artículo a la asociación de estas mujeres luchadoras, pues no hay nada más que estar en los escalones más bajos de la escala laboral para que las amenazas de despido las veas colgando sobre las cabezas.

    Para quienes tengan curiosidad de saber quiénes son las Kellys y la razón de su nombre aporto el enlace del artículo.

    http://www.montilladigital.com/2018/06/aureliano-sainz-las-kellys.html

    Pasando al artículo de Miguel Ángel, la verdad es que tengo bastante curiosidad en leerlo, tanto por el contenido del relato como por la referencia a los numerosos filósofos que el autor cita en boca del protagonista. Esperaré ir a Madrid o a Barcelona en el próximo mes para acercarme a la librería Casa del Libro y leerlo con cierta tranquilidad. Si le doy el visto bueno (desde el punto de vista filosófico, dado que sobre el narrativo me vale la referencia de Miguel Ángel) se lo regalaré a mi hijo Abel.

    Hablando de libros, en el próximo curso me voy a embarcar en escribir “El dibujo de la familia”, para dar salida a un proyecto que me resulta apasionante. Por cierto, que hay una de las emociones positivas sobre la que apenas se ha escrito: me refiero a la ternura. Pareciera que es una “emoción blanda y femenina” en la que no merece la pena entrar. Sobre ella solo tengo “Violencia y ternura” que hace años publicó el médico y ensayista gallego Juan Rof Carballo.

    ¿Y dónde quedan los adolescentes? Tal como apunté, no me atrevo a entrar en este tema, pues en las investigaciones que he llevado acaban en los preadolescentes. Sobre la adolescencia, pudiera hablar de la relación que mantienen chicos y chicas con la publicidad, pero esto es ya salirme del centro del debate o la reflexión que aquí se pretende.

    ¡Ah!, algo se me olvidaba antes de despedirme. A la asociación Europa Laica se nos ha castigado con 4.000 euros, dado que no se ha admitido la demanda que interpusimos contra la concesión de la medalla del mérito policial a la Virgen Santísima del Amor que le concedió el anterior y piadosísimo ministro del Interior Jorge Fernández Díaz. Parece ser que la Virgen cumplía todos los requisitos para que se le concediera: profesionalidad, integridad, eficacia policial… Por suerte, en 72 horas logramos recabar ese dinero entre los afiliados (los laicos, aunque no lo parezcan, son buena gente).

    Bueno, sobre medallas y otras bagatelas hablaremos en otro día.
    Un afectuoso saludo para todos.

    • Querido Aureliano:
      Me preocupa mucho la etapa de secundaria porque creo que es la más complicada del sistema educativo. Hace unos años coordine un libro titulado ADOLESCENCIA Y EDUCACIÓN. Recoge las ponencias de un Curso que dirigí en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. También me importa la adolescencia porque Carla está llamando a la puerta de esta etapa.
      Increíble lo del castigo de 4000 euros a la asociación Europa Laica. Increíble lo de la medalla a la Virgen. Acabo de leer el libro VIDA Y MILAGROS DE JESULÍN DE NAZARET. El autor es una persona que conozco personalmente: ANDRÉS VÁZQUEZ DE SOSA.
      Interesante el artículo sobre las Kellis. Decisiva su causa.
      Gracias por tu comentario y por tu artículo.
      Un abrazo.
      MAS

  4. En el escrito anterior, le daba las gracias a José Antonio, sin hacer referencia a Miguel Ángel (no había leído todavía su comentario). No creo que sea una descortesía, pues hace décadas que nos conocemos y él sabe bien “por dónde van los tiros”.

    Para darle las gracias al titular del blog, y hacerle ver que también en el dominio de Morfeo he seguido puntualmente tanto los artículos como los comentarios, quisiera hacer una pequeña aportación a “Certificado de gratitud”.

    En el artículo habla de la gran Mercedes Sosa y de la canción “Gracias a la vida”, que también conocimos a través de la voz de Joan Baez.

    Pues bien, esa canción pertenece a la enorme folclorista chilena Violeta Parra. Y quien conoce su trayectoria personal y musical puede entender que es una canción de fondo triste de despedida de la vida (“Gracias a la vida que me ha dado tanto…”). Lo cierto es que Violeta Parra se enamoró apasionadamente de Gilbert Favre, investigador y antropólogo suizo. Cuando supo que estaba casado, no pudo con el engaño, con la traición sufrida, por lo que un día en la carpa que había creado para sus actuaciones sacó un revólver y se disparó un tiro.

    Los engaños, las traiciones de quien queremos y confiamos, pueden ser profundas, tanto que dejan en un estado de absoluto rencor a quien la ha sufrido. Para que entendamos esto, invito a que se escuche (dado que ahora es muy fácil por YouTube, vía interne) la canción de Violeta Parra “Maldigo del alto cielo”. No creo que se haya escrito y puesto voz a una canción más desoladora. Conmueve escucharla.

  5. Querido Maestro!
    Con la descripción perfecta de esa gran obra me ha llevado a rememorar en mi memoria los acuses del tiempo!
    Viví casi 11 años en otra ciudad de Cataluña,Girona!
    A pesar de que de eso hace muchísimos años recuerdo con nostalgia algunos acontecimientos importantes de mi vida, el nacimiento de mis dos hijos! Viví allí la imponente dictadura y el nacimiento de la democracia.
    Duros momentos!
    El catalán siempre fue para mi una dura batalla!
    Aún conservo amistades fraguadas con el signo de la emergente inocencia, el sentimiento del cariño, la desesperación de un lugar con características diferentes a mi lugar de procedencia.
    Estragos causados que aún recuerdo con atisbos de esperanzas, puestas en la creencia de que jamás volvería a pasar desolación y hambre!
    Mi fuerza de voluntad permitió salir airosa de esos difíciles pasajes de mi vida!
    Ahora vivo un presente sin grandes lujos como marcan mis pensamientos, pero con grandes disfrutes de los pequeños placeres!
    Espero que todos empiecen un feliz verano!
    Sin más me despido con un abrazo para todos.

    • Querida Loly:
      Da gusto encontrarse con personas a las que la historia vivida les ha hecho mejores.
      La experiencia nos da inexorablemente años, pero no necesariamente sabiduría. Para que nos de sabiduría hace falta una actitud inteligente, abierta y empática.
      Me gusta eso de que tienes «grandes disfrutes de pequeños placeres». Que sea así por mucho tiempo.
      Besos.
      Gracias.
      MAS

  6. Por cierto, Miguel Ángel, ¿a qué se refiere Carla cuando os dice que ella quiere una habitación minimalista? ¿A que tenga los mínimos elementos o a que sea mínima en cuanto a espacio?

    Te lo pregunto porque me llama la atención el uso que hace de este término, puesto que no sé si es de utilización propia o porque en su grupo de amigas/os lo emplean de una forma particular o lo haya escuchado en alguna clase.

    Lo cierto es que, en el campo de la estética o de las artes, su empleo más habitual se encuentra dentro de la música, siendo sus máximos representantes en la actualidad el estadounidense Philip Glass o el estonio Arvo Pärt (cuyas músicas, por cierto, me apasionan).

    De todos modos, hay que reconocer que la primera obra minimalista habría que situarla en 1918, cuando el pintor ruso Kasimir Malevich creó un lienzo que tituló “Cuadro blanco sobre fondo blanco”, aunque por entonces se aplicó el término de suprematismo (supremacía del matiz), término que finalmente no tuvo continuidad, aunque sí la idea en el ámbito de la composición plástica.

    También habría que hablar de minimalismo en la arquitectura, a pesar de que en este ámbito el término que empleamos es el de racionalismo (aquí no me extiendo pues me pondría muy pesado; de todos modos, podría citar al arquitecto portugués Álvaro Siza, del que volveré a comentar su obra próximamente en los diarios digitales).

    Como verás, Carla tiene un campo amplio de aplicación de “minimalismo”, aunque seguramente ella, como adolescente que se inicia, lógicamente le da su propia interpretación.

    • Querido Aureliano:
      No sé dónde ni cuándo Carla ha cargado Carla de significado el concepto minimalista. Pero sí sé lo que quiere decir con él: no que tenga su habitación el mínimo de elementos sino ningún elemento: paredes blancas (sin cuadros no adornos), estanterías vacías (nos ha costado que tenga algunos libros y un bonito mapamundi… Es decir, lo mínimo de complementos estéticos o pragmáticos.
      Tampoco sé si es un concepto que ha compartido con amigas y amigos, que tanta influencia tienen en la etapa que está empezando a vivir.
      Un cordial saludo.
      Gracias por la información.
      MAS

    • Perdón por meterme en la conversación y por salirme de tema, pero quiero aportar:

      El minimalismo en decoración/interiorismo es un estilo que reduce al mínimo los elementos decorativos, colores, etc.

      Por la descripción que hace MAS, Carla quiso decorar solamente con cosas esenciales y funcionales, con poca variedad de cosas, etc… así que parece que sí conoce bien el significado de lo que pide 😉

      • Para oki:
        Nunca nos salimos del tema. Porque de todo podemos hablar y escribir.
        Gracias por participar. Nadie es un intruso en este blog.
        No sé si Carla tiene claro el concepto, lo que sí tienes claras son sus preferencias. No quiere pocos elementos, no quiere ninguno.
        Al menos en su cuarto.
        Sabemos que la casa sería otra si dependiese de ella.
        No quiere ni cuadros de pintores conocidos. Ni siquiera los que pinta su mamá.
        Un abrazo. Y gracias.
        MAS

  7. Interesante libro, al parecer. Voy leerlo en cuanto pueda. Como profesor de secundaria m,e interesa mucho este tipo de experiencia, aunque sean noveladas.
    Por lo que he leído se trata de un tipo de profesor con capacidad de liderazgo que se lleva de calle a sus alumnos.
    Y, lo que más me ha llamado la atención, el Instituto es el eje de la iluminación de la vida de esos adolescente.
    Gracias por la información.
    Cordiales aludos.

    • Querida Rufina:
      Si tre interesa esa etapa de la enseñanza en el sistema educativo, el libro te será de gran interés.
      Se lle bien y es estimulante para descubrir una forma de entender el curriculum al servicio de los intereses y de las preocupaciones de los alumnos y de las alumnas.
      Yolo leí de un tirón.
      Besos y gracias por leerme y por escribir.
      MAS

  8. El libro que comentas me ha recordado la película «El club de los poetas muertos».
    Ya sé que son contextos distintos, tanto geográfica como temporalmente, pero el espíritu de ese profesor es el de la película (qué pena al recordar el suicidio de William Robins).
    Me pregunto cómo enojan esas experiencias en un sistema educativo conservador y alérgico a las innovaciones.
    El problema es el carácter aislado de esas experiencias. ¿No cree?
    Saludos

    • Querida Marta:
      Planteas una gran cuestión (como sucede con la película que citas).
      ¿Qué entronque tienen estas experiencias individualistas en el PROYECTO DE CENTRO?
      ¿EXISTE SOLO AFÁN DE LUCIMIENTO PERSONAL?
      No podemos olvidar que la verdadera eficacia está en el proyecto de escuela.
      ¿Qué pasa con los demás profesores y profesoras? ¿Qué pasa con el equipo directivo?
      Y, sobre todo, ¿qué sucede cuando este profesor singular se muere o se va?
      Besos y gracias.
      MAS

  9. Por lo que nos cuentas, Miguel Ángel, creo que a Carla le encantaría vivir en una casa que le hubiera proyectado Alberto Campo Baeza, genial arquitecto y catedrático de Proyectos de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, al tiempo que escritor dentro del campo de la edificación.

    Dado que llevo una serie en los diarios digitales sobre Arquitectura, el siguiente artículo, dentro de esta línea, se lo dedicaré a este magnífico arquitecto español. Aunque habrá que esperar un poco, puesto que el próximo domingo comenzaré una pequeña serie de cuatro artículos dedicados al estudio de los roles familiares a partir de dibujos que realizaron escolares de Primaria en sus clases.

    Esto se debe a que, en este curso que se cierra, a los alumnos del Grado de Educación Primaria que estudian la asignatura “Educación Plástica y Visual” les planteé como trabajo de investigación que fueran a centros escolares de primero hasta sexto cursos y, en la clase de Plástica, pidieran que “Dibujaran una familia haciendo cosas”.

    La finalidad de este trabajo era, por un lado, iniciarlos en la investigación educativa y, por otro, averiguar los distintos modelos familiares que se dan en la actual sociedad, junto al conocimiento de los roles que se desarrollan en ellos.

    El resultado es algo así como 700 dibujos o escenas familiares representadas libremente y obtenidas en unos 40 centros, lo que puede ser la base para un trabajo de investigación global de gran interés.

    Tengo que aclarar que a la clase le informé que del conjunto podría salir un estudio significativo que yo pudiera llevar adelante. Por otro lado, que a todos ellos les devolvería cada uno de sus trabajos (como habitualmente hago) con los dibujos originales que los escolares les hubieran realizado para que los conserven, puesto que son trabajos extensos y que en el futuro les podrán servir, sea como modelo de Trabajo Fin de Grado o de Máster. A todos les pareció razonable lo indicado y se prestaron con gran interés a llevar a cabo esta nueva propuesta.

    Apunto estas circunstancias porque hay casos en los que docentes universitarios se quedan con los trabajos del alumnado para publicaciones personales. Esto, que lo conozco desde que accedí a la universidad, siempre me ha parecido un abuso y una falta de ética, que, por desgracia, no ha desaparecido con el paso del tiempo (aunque la posibilidad de la escritura por ordenador la redujo, dado que los estudiantes autores de los trabajos los tienen escritos en sus propios archivos informáticos).

    Bueno, voy cerrando: es una lástima que en el blog no se puedan ver imágenes, ya que adjuntaría fotografías de la denominada Casa Gaspar que Alberto Campo Baeza proyectó, entre 1990 y 1992, en la pequeña localidad de Zahora (Cádiz), dado que es de una austeridad y belleza exquisitas, y que seguro encantaría a Carla.

    • Querido Aureliano:
      Planteas dos cuestiones, ambas de gran interés e importancia.
      – Una relacionada con los espacios. Creo que las personas hacemos los espacios y los espacios nos hacen a las personas. Me interesa mucho el tema. Hace ya años dirigí dos tesis sobre el espacio escolar. Dieron lugar a sendos libros. Una tesis trataba sobre la estética del espacio escolar. La otra sobre su etnografía.
      Hace poco, en el encuentro de APFRATO un arquitecto sedujo a todos los asistentes con sus teorías y sus construcciones, de las que mostró numerosos ejemplos. Magníficos, por cierto, a mi juicio.
      – La otra cuestión aborda el tema del dibujo infantil, tema que llevas estudiando muchos años. Y haces hincapié en el peligro e convertir a los alumnos y alumnas en mano de obra gratuita. Cuánta razón tienes. Y cuán buen hacer.
      Le contaré a Carla algunas de nuestras disquisiciones, aunque a ella le interese más la dimensión pragmática del asunto.-
      Un abrazo y gracias.
      (Desde Bétera. Valencia).
      MAS

  10. No conocía ni el libro ni la serie, pero ha llamado poderosamente la atención el artículo que habla del libro. Lo leeré en cuanto pueda. Porque, como se dice en el texto, ase centra en una etapa problemática de la vida a la que, en este caso, el Instituto da una respuesta satisfactoria y eficaz. Qué maravilla.
    He agradecido que no se desvele la incógnita de por qué la hermana de Bruno no conoció a su padre. Ha sido respetuoso con el lector.
    Me ha parecido magnífico el retrato de ese profesor que cautiva, arrastra, ayuda y acerca el curriculum a la vida de los estudiantes.
    Gracias por la información sobre el libro.
    Gracias por el artículo.

    • Querida Raquel:
      Es un placer compartir con lectores como tú estos hallazgos. Yo no conocía la serie Merlí. Vi el libro en el aeropuerto De Santiago. Leí el contenido de la contraportada y me pareció una novela atractiva por el contenido y el enfoque. Luego la lectura me resultó apasionante. Acaso por haber sido yo, como digo en el artículo, profesor de filosofía.
      Lo que he ocultado permite mantener el interés en la lectura. Es una incógnita que te va asaltando cada vez de forma más fuerte al leer el libro. Solo al final sabes lo que pasó.
      Gracias por leer el artículo y gracias por aportar el comentario.
      Besos.
      MAS

  11. Buenas tardes a todos por diversas situaciones me he apartado del blog por un tiempo pero he vuelto a leer tan rico comentario y tan amenas las opiniones. Me han hecho dar ganas de leer el libro y de hecho que lo aré. un cariño para todos.

  12. ¡Hola! Solo quería hacer dos anotaciones. La primera de ellas es que el libro está basado en la serie y no al revés, ya que el «libro» que Bruno escribe a Mina es a consecuencia de porqué no puede ésta conocer a su padre y esto se ve previamente en la serie. Aún no me lo he leido, pero por lo que cuenta tiene la misma estructura que la serie: un filósofo por capítulo. Y segundo, hay confusión con algunos nombres en el post jeje.

    Posdata: está en marcha un spin-off de la serie ya que uno de los peripatéticos decide estudiar Filosofía.

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