Mi amigo Marcelo David Sosa, ex ministro de educación de la provincia de San Luis (Argentina), me regaló hace unas semanas un interesante libro de Alejandro Grimson y Emilio Tenti Fanfani, antropólogo el primero y sociólogo el segundo, que se titula “Mitomanías de la educación argentina” (Editorial Siglo XXI). Creo que hubiera sido preferible utilizar en el título la preposición “sobre” que la preposición “de”. He leído el libro de un tirón. Abordan en él los autores un tema del que ya me había ocupado hace algunos años, en un escrito titulado “Mitos y errores sobre la profesión docente”.
Comenzaré haciendo una sencilla y espero que clara distinción entre mito y mitomanía porque, como es obvio, no son lo mismo. Un mito es “un relato compartido por un significativo número de personas que explica una dimensión del mundo pero de forma errónea o poco fundamentada”. Mitomanía es la tendencia o inclinación a fabular o transformar la realidad al explicar o narrar un hecho.
Los mitos son muy perjudiciales para comprender un fenómeno complejo porque simplifican, distorsionan, falsean y enturbian el conocimiento. Y, desde esas perspectivas erróneas, se pervierte también la actitud y la acción.
El libro de Grimson y Tanti Fanfani está estructurado en diversos bloques temáticos. En cada uno de ellos analizan, con tino y claridad, los mitos más usados y dañinos. En total, 63, agrupados sobre estos ejes temáticos: 1. La decadencia educativa (6 mitos). 2. Los alumnos (3 mitos). 3. Los docentes (11 mitos). 4. Lo que la escuela debe enseñar (8 mitos). 5. La autoridad, el orden, la disciplina y la violencia escolar (9 mitos). 6. La escuela pública y la privada (3 mitos). 7. La educación y la igualdad (4 mitos). 8. Las soluciones mágicas para la educación (7 mitos). 9. El presupuesto y el federalismo (4 mitos). 10. Las universidades (8 mitos).
Dicen los autores en la introducción: “Circulan de boca en boca frases que construyen estereotipos, sin matices, sobre los docentes, los alumnos, los padres, la escuela, la nación, la pedagogía. Son fórmulas que implicas profundas simplificaciones y no dejan lugar para los grises y las relativizaciones”.
Me ha sorprendido comprobar que la inmensa mayoría de los mitos, por no decir todos, tiene plena vigencia entre nosotros y, sospecho que, en mayor o menor medida, en todos los países del mundo. ¿Quién no ha oído alguna vez decir: “La LOGSE fue un fracaso”, “estamos en el tren de cola de PISA”, “el nivel educativo ha bajado”, “ha desaparecido el esfuerzo de las aulas”, “los alumnos no se interesan por nada”, “los profesores solo quieren muchas vacaciones y poco trabajo”, “antes había más orden y disciplina”, “las familias de hoy no colaboran con la escuela”, “todo se resuelve con la educación”, “se mejora si se invierte más”…?
Esas frases hechas empobrecen el debate y lo acaban cerrando. Se dan por indiscutibles esas supuestas verdades y, como consecuencia, no se considera necesario estudiar con más profundidad la cuestión.
Las creencias versan sobre dos dimensiones diferentes, aunque complementarias,. Por una parte describen como está la realidad educativa y por otra dicen qué se debería hacer para mejorarla. Se centran en los problemas y en las soluciones. Siempre con falta de rigor. Siempre de forma simplista.
Muchas de esas frases hechas se contradicen entre sí como sucede con los refranes. Alguien decía: “A ver si se aclaran de una vez porque con eso de “a quien madruga Dios le ayuda” y “por mucho madrugar no amanece más temprano”, estoy hecho un lío y no sé a qué hora levantarme”.
Las mitomanías educativas tienden a desentenderse de la complejidad. “No es posible una sociedad sin mitos, dicen los autores de esta obra. El problema son las mitomanías, es decir, la incapacidad de reflexionar y tomar distancia respecto de esas creencias que se convierten en verdades absolutas”.
Si se profundiza un poquito, se descubre que responden a una mera conjetura, a una suposición o a la repetición de un tópico sin fundamento alguno. Se repiten en las tertulias, en las conversaciones de café, en los diálogos de amigos, en las reuniones de padres, en los pasillos de las escuelas, en las sobremesas familiares… Y pocos se atreven a contestarlas o a ponerlas en entredicho.
Es importante manejar la duda como un mecanismo protector contra las verdades absolutas que acechan en todos los dogmas, en todas las mitologías.
El estado de opinión se construye sobre frases hechas, sobre eslóganes, sobre estereotipos. En definitiva, sobre falsedades y simplificaciones. Se hacen unas generalizaciones (me sorprende que los autores no trabajen más con esta idea de la generalización) que desvirtúan la realidad. Y, además, con frecuencia, conducen a un estado de ánimo negativo y pesimista sobre la realidad.
Voy a elegir tres mitos para que lector se haga una idea del planteamiento de los autores y, sobre todo, de la necesidad de desmontar esas falsedades que hacen tanto daño.
Primer mito: Las escuelas privadas son mejores que las públicas. Pues si, un mito. Cuando los alumnos de las escuelas privadas obtienen mejores resultados en pruebas estandarizadas no es porque estas escuelas tengan una mayor calidad de la enseñanza sino porque han seleccionado previamente a los mejores alumnos, a los hijos de familias más cultas, con más medios, con más expectativas. “La evidencia empírica disponible, dicen los autores de la obra citada, indica que no se aprende más en las escuelas privadas”.
Segundo mito: La docencia es un oficio para mujeres. A primera vista esta afirmación no parece un mito sino un hecho. Otra cosa es la idea de que así debería ser. Este mito recoge la idea de que la escuela es una extensión del hogar y de que las mujeres tienen cualidades naturales para hacerse cargo de la primera educación. Según este mito no sería de hombres ejercer el oficio de la enseñanza. “Sobra decir que, cuando en una sociedad machista determinado oficio u ocupación se define como “para mujeres”, eso quiere decir que es un oficio subordinado, menos importante que las ocupaciones de los varones”, dicen Grimson y Tenti Fanfani. A medida que se asciende en el nivel educativo la feminización disminuye o incluso llega a revertirse.
Tercer mito: A los alumnos de hoy no les interesa nada. Este mito que manejan interesadamente muchos docentes no responde a la realidad. Cuando un docente lo da por bueno dirigirá su enseñanza hacia aquellos que muestras interés. Por lo tanto si los chicos no aprenden lo que deben, dicen Grimson y Tantoi Fanfani, es porque no estudian, y si no estudian es porque no tienen interés por aprender. En términos generales el argumento es correcto. Pero el nudo del problema radica en saber si el maestro y la escuela sólo tienen el deber de enseñar o bien deben contribuir a suscitar el interés y la curiosidad de los jóvenes alumnos por la cultura y el conocimiento”.
Detrás de esos estereotipos se esconden la pereza mental, los intereses egoístas y la actitud servil hacia a las ideologías. Algunos confunden pereza de pensamiento con firmes convicciones. ¿Cómo se desmontan los mitos? Con más estudio, con más investigación, con más rigor en el análisis, con más honestidad, con más exigencia en la búsqueda de la verdad. Así sea.
Lo siento Miguel Ángel.
Otra vez lo has vuelto a hacer, o te la han jugado.
Aureliano, cuando tenga tiempo, y por la parte que le toca, te va a machacar.
Querido José Antonio:
Nos a qué te refieres. Por lo que dice Aureliano en su comentario sospecho ue te refieres a la ilustración. Yo la veo más que adecuada.
El proceso de búsqueda fue muy sencillo. Pedí en google IMAGENES SOBRE MITOMANIAS. Y ALLÍ HABÑIA VARIAS VON PERSONAJES DE NARIZ ALARGADA. Ella clásica imagen del mentiroso al que le cree la nariz.Y los mitos que anuncia son mentiras.
Otras veces busco en Free digital photos.
Las ilustraciones (como expliqué en mi libro Imagen y Educación) tienen denotación connotación. Es decir las imágenes dicen y a las imágenes les hacemos decir.
En un texto puede tener funciones múltiples: acompañar, ejemplificar, aclarar, repetir, enfatizar, adornar…
Yo no veo en ella una mala elección.
Suponiendo que sea esa tu objeción.
De cualquier manera, me gustaría tener tu opinión.
Un abrazo.
Hola a todos (los seres humanos)
Creer que creo también es un mito. Pues la verdad que hoy defiendo no sé si me va a servir para mañana. Creo que el mito es solo una creación más del ser humano. Que afecta a toda los horizontes hacia donde éste se asome. El mito es una creación, la mayor de las veces social, en grupo, de los humanos. Aunque el mito en su inicio será alumbrado, dado a luz, por el ser humano individual. El mito es una necesidad de expresión, es una necesidad de dar conclusión al discurrir perdido y desorientado que emite cada uno de los miembros de una la sociedad. Todo mito se inició con una aseveración residual y nimia, otros la siguieron y se hizo la leyenda. El mito es un juicio, a veces erróneo, o quizá a veces se nos escape la verdadera razón del porqué llegó a ser mito. Del mito, “cuando el rio suena, agua lleva”. El ser humano anda a dos patas -las chicas con piernas-, tiene manos, habla, crea dioses, crea mitos. Evidentemente la escuela, por su agrupación de personas, en actividades de razonamiento y algo de buenos ratos de ociosidad y felicidad, reúne muy buenas condiciones para que salgan de allí muchos mitos. Por eso habrá tantos mitos en la escuela, digo yo. Igual que de una biblioteca pueden salir muchas personas eruditas, pero pocos mitos. Igual que de la Sierra Murciana, puede salir un pastor de ovejas que dicen de él que es un cazurro, pero evidentemente este buen hombre no va a crean un ciento de mitos. El ambiente crea al bicho y las capacidades imaginativo teleológicas del bicho para crear mitos.
Tengan un buen día.
Estimado Quintiliano:
Excelente comentario.
Hoy vivimos instalados en la incertidumbre. Por eso me cuesta aceptar que se den como verdades indiscutibles muchas afirmaciones que no tienen el fundamento necesario, el rigor de la demostración que ofrecen la evidencias científicas.
Muchas de esas supuestas verdades, de esos dogmas defiendes intereses.Otras son fruto de la pobreza mental. Algunas, de la ignorancia.
Un cordial saludo.
MAS
En esta ocasión, José Antonio (con cierta actitud malévola) ha dejado la mecha preparada para que yo la encienda y explote ¿la ilustración del artículo de esta semana?
Puesto que, efectivamente, he acabado la primera convocatoria de los exámenes de junio y también la dirección de los diez Trabajos Fin de Grado de este curso que he llevado, que por cierto son magníficos, me encuentro muy contento porque estoy seguro que todas las alumnas (¿qué tendré que la mayoría de los alumnos me temen?) tendrán sobresaliente y, espero, que haya alguna con matrícula de honor.
Con todo esto quiero apuntar que conviene que Miguel Ángel explique el sentido metafórico de la ilustración y su relación con el contenido del artículo. Por otro lado, no sé si él la elige o se la incorporan desde el diario La Opinión de Málaga. En mi caso, soy yo siempre el que selecciono las que acompañan a los artículos que publico los domingos en diarios digitales, aunque, posteriormente, aparecen un tratamiento de diseño informático.
Como verás, Miguel Ángel, José Antonio no se atreve a decirte que no entiende esa ilustración que abajo aparece firmada por AF. Anímale a que no se “corte” contigo.
Posdatas: Tengo varias, pero las dejo para después, pues no quiero extenderme en este primer escrito.
Querido Aureliano:
Ya sé con qué empeño y dedicación autorizas los trabajos. No me sorprende que los alumnos tengan sobresalientes y matrículas. Es esa exigencia la que les hace preferir otras tutorías más benignas.
Yo suelo elegir las ilustraciones. Y es un proceso a veces muy rápido y otras no tanto. Los criterios de elección no siempre son los mismos. En Free Digital Photos hay buenas opciones indicando en inglés el término de búsqueda. Muchas veces acudo a google.
No sé si en esta ocasión he acertado a gusto de todos. A mí me parece un opción interesante.
Desde luego que tanto José Antonio como todos los comentaristas tienen plena libertad para expresarse críticamente respecto al artículo o a la ilustración (o a ambas cosas).
Buen final de curso.
Un gran abrazo.
MAS
PD: El día 30 de junio la Facultad une organiza una despedida. A las 6, acto académico y luego una cena. No sé si quiere y/o puedes estar.
Es curioso comprobar que los ejes que más muestra de mitos recogen estos autores en su libro sea sobre los docentes, la disciplina y las univeridades. Está claro que educación todo está interrelacionado. Pero que la mayor parte de los mitos recaiga sobre la función docente debería hacernos pensar y reflexionar tal y como solicta Miguel Ángel al final del artículo. Generalmente, la mayoría de estos mitos sirven para echar balones fuera, para derivar la responsabilidad a otros, para justificar nuestra “buena” acción, para no asumir nuestros errores,…
Solicitamos a nuestro alumnado que aprenda del error, pero nosotros no nos aplicamos la misma medida. No nos la podemos adjudicar porque somos infalibles, lo hacemos todo perfecto, jamás nos equivocamos…
¿Por qué tenemos miedo a asumir errores? ¿Eso nos hace mejores? ¿En qué? En la balanza de nuestro desempeño profesional habrá de todo, en un platillo habrá que situar nuestros errores y en el otro nuestros aciertos, QUE TAMBIÉN LOS TENEMOS.
No se trata de advertir errorres para meter el dedo en la llaga. Al contrario, se aprende tanto de los errores como de los aciertos. Debemos analizar nuestras experiencias negativas y positivas y determinar, en el primer caso las causas e intentar darle respuesta para mejorar el futuro, sólo así se irá mejorando, de lo contrario tenderemos a repetir nuestros errores de forma cíclica.
Y también, se aprende de los aciertos, que sin duda son muchos los que, afortunadamente, se producen en las prácticas educativas de la mayoría de los docentes. A veces, estas buenas prácticas pasan inadvertidas… El análisis y determinación de las buenas prácticas también han de registrase para que se tome conciencia de ellas y se consoliden.
Al final de curso, cuando los docentes están sumamente cansados, cuando en los colegios se trabajan a 28-30 grados con una humeda relativa muy alta fruto de la condensación de los vapores de agua de todos los que convivimos en el aula, cuando es momento de realizar memorias y proponer propuestas de mejora para el curso que viene, rompo una lanza por el buen trabajo desarrollado por la mayoría de los docentes y también debemos hacer autocrítica porque nos queda mucho que aprender y enseñar.
Saludos.
P.D. Que la metira hace que crezca la nariz no es un mito, es un cuento, no un cuento chino, sino italiano…
Querido Juan Carlos:
Interesante y aleccionador comentario.
Tú vas a ima cuestión más importante que la que yo planteo en el artículo. Yo hablo de mitos y tú te preguntas por las causas de las que suben, por los motivos que los inspiran. Apuntas algunos. Otros pueden radicar den la pereza mental. Yo sigo que algunos confunden pereza de pensamiento con firmes convicciones, Otras veces parten de los intereses, como cuando se dice que la encelan privada es mejor que la pública. Algunos mitos se fundamentan en errores que se dan por verdades por pura comodidad.
Un gran abrazo en este caluroso final de curso.
MAS
Buenos días a todos! este sábado no voy a emitir mi parecer sobre el artículo, lo he leído varias veces, he internalizado su contenido y tengo algunos mitos por aclarar…
un cariño feliz fin de semana
Querida Marisa:
Me sorprende que el tema de hoy no te haya inspirado algún comentario de un tipo o de otro. Hay tantos mitos que ahora pienso que muchas de nuestras afirmaciones son fruto de la mitomanía más que del rigor del análisis o las evidencias de la investigación.
El libro de Grimson y Tati Fanfani me ha ayudado mucho a reflexionar sobre el contenido de muchos discursos sobre la educación.
Besos y gracias.
MAS
Amigo Miguel Ángel.
Uno de los temas que echo en falta en el blog es la posibilidad de incorporar imágenes o dibujos que sirvieran de temas de debates, puesto que los lenguajes visuales, tal como bien sabes, forman parte de la cultura humana y, no digamos, en la sociedad actual en la que estamos inmersos.
Me vas, pues, a permitir que aporte el enlace del último artículo que he publicado con el título de “La familia digital”, ya que el tema tratado sería de gran interés profundizarlo y conectarlo con el significado de los cambios que se han introducido en las relaciones familiares a partir del uso, por todos sus miembros, de móviles smartphones o “inteligentes” (¡vaya palabra!).
http://www.doshermanasdiariodigital.com/2017/06/aureliano-sainz-la-familia-digital.html
Por otro lado, y puesto que parece que me contradigo, en el artículo anterior expresaba la desazón o dudas “hamletianas” que me ofrecen esos pequeños grupos de algunas asignaturas cuyo objetivo de sus componentes es “pasar” del modo que les ofrezca el menor esfuerzo posible. Y la razón es que los conozco bien, pues de modo regular me aprendo el nombre de todos mis alumnos y alumnas (tengo una buena memoria visual) y dado que llevo el aprendizaje y la evaluación continua y formativa, indicaba que sabía que no iban a aprender más, pues ellos/ellas acudían esporádicamente al aula. En fin, que al final les aprobé con 5, a partir de los trabajos que habían realizado.
Como todo no van a ser penas, indico que este año, en sentido contrario, he tenido un excelente grupo en la asignatura que llevo de Educación Primaria, por lo que he disfrutado enormemente con ellos. Y tal como he manifestado, el grupo de alumnas de TFG ha sido magnífico: inteligentes, trabajadoras, responsables… vamos, el alumnado que siempre querríamos tener.
Te agradezco mucho la invitación, pero me resulta muy complicado asistir a la despedida, pues a comienzos de julio voy a un congreso internacional en la Autónoma de Barcelona referido a Nuevas Narrativas, donde hablaré de las narrativas de la publicidad “pseudocomprometida”, o, dicho de manera sencilla, de aquella que se presenta como defensora de los valores sociales (¡hay que ver lo que se les ocurre a ciertos publicistas!).
Bueno, voy cerrando. Como José Antonio siente por ti una gran admiración, me imagino que le resulta complicado decir que no entiende bien la relación entre la ilustración que has elegido en esta ocasión y el contenido del artículo: el gallo en el pico (pinochiano) de la mujer picoteando a las estrellitas verdes que están en la nariz…
Como él escribe bastante bien, aparte de que necesita comunicar todo lo que nace en su inquieta mente, es posible que lo haga de esto y de las múltiples cosas que acontecen en la docencia y en la sociedad. Y es que no para.
Un abrazo para todos.
Querido Aureliano:
El problema es que el artículo del blog se corresponde íntegramente con el que se publica en papel el sábado.
Ya sé que se podría introducir alguna variación de ese tipo en el blog y no descarto que pueda hacerse.Comparto contigo la idea del gran potencial de la imagen. Estupendo tu artículo, que ya conocía.
Me alegra que hayas disfrutado de la calidad de un grupo bueno. Todo es más agradable, fácil y alentador.
Siento mucho que no puedas acompañarme en ese día, pero estarás presente.
Un gran abrazo.
MAS
Hola. Considero que hay que tener mucho cuidado sobre los mitos, sobre todo si pensamos que los mitos traen por atrás el pensamiento de una comunidad y son reproducidos de generación en generación. Con esto quiero decir que guardan el pensamiento de una generación y si son pasados para las nuevas generaciones representan la cultura de esas personas. Por lo tanto borrar los mitos seria como borrar parte del pensamiento de una generación. Ciertamente la creencia de cada comunidad se reproduce continuamente y sin darnos cuenta nosotros mismos podemos reproducir algunos mitos dado que fuimos desde niños creciendo y escuchando sobre esos mitos.
Querido Gabriel:
Yo creo que tú hablas de otro tipo de mitos.
En el libro de Grimson y Tanti Fanfani (yo mismo había usado el término en este sentido) se considera mito a una opinión sin fundamento que causa perjuicios en la comprensión de la realidad, en este caso educativa y, paralelamente,dificulta la buena intervención para mejorar.
Desde mi punto de vista, es beneficioso desmontar los mitos porque generan confusión, error y malas prácticas.
Saludos y gracias por escribir.
MAS
Acabo de llegar de la aldea. No quiero dejar para mañana la explicación de mi primer comentario. Fíjate en la hora.
1.- Aureliano lleva razón sobre la gran admiración que te tengo. (Para mí no hay admiración sin cariño). Pero se equivoca en mi actitud malévola en la dejada. Cuando cuento lo mío, hago constar que son mis cosas, mis impresiones, y ya sabéis quién soy yo. Aureliano me dijo una vez que no es mala cosa recurrir a especialistas en la materia que sea, que aunque seguro que “están equivocados”, lo estarán mucho menos que yo. Su rigor, profundidad y conocimiento, si les estoy considerando especialistas pues…
2.- Mitomanías sobre educación. Ya la había leído antes del sábado, sin ilustración. Ya estaba pensando sobre mitos y mitomanía.
– Tendencia o inclinación a fabular o transformar la realidad al explicar o narrar un hecho.
– Simplifican, distorsionan, falsean y enturbian el conocimiento.
– Incapacidad de reflexionar y tomar distancia respecto de esas creencias que se convierten en verdades absolutas.
3.- Ves que mi mente, basándome en el artículo, no estaba pensando en cuestiones precisamente positivas respecto a nuestra forma más habitual o cotidiana de proceder. Estamos rodeados por estereotipos y mitos que asumimos de forma automática. Pero todos y todas.
4.- Es sábado. Son las ocho. Cojo el móvil (lo siento Aureliano) (a ti también te quiero) y voy a El Adarve. Me gusta leer el texto ahí. Me gusta leerlo más de una vez. Al meollo del asunto. ¿Qué veo? (yo) Veo a UNA MUJER asociada a “Mitomanías sobre educación”.
En ese momento, así lo vi y así lo expresé. (Es cierto, Aureliano; me costó decidirme).
5.- Luego, durante el día, cavilé con más calma, y las posibilidades aumentaban. Hablo de responderme al por qué estaba esa ilustración ahí. ¿Era para contrarrestar o mostrar un mito más, el de las mujeres como chismosas? ¿Era algo mitológico cuyo significado desconocía? En esa línea. Pensaba cosas distintas si era que lo habías elegido tú o no.
6.- “Pues la verdad que hoy defiendo no sé si me va a servir para mañana.” (Quintiliano). Pues eso.
No os quepa duda que esto no acaba aquí. Un beso a todo El Adarve, y a mi namorado, los que él necesite.
(“Pereza de pensamiento”, en este blog, para completar y disfrutar y reflexionar y …)
Querido José Antonio:
Ya ves, un caso claro de connotación. La imagen dice y nosotros le hacemos decir. Nada más lejos de asociar a la imagen nada relacionado con la mujer. De hecho había también en google algunas imágenes de narices mentirosas en hombres, pero eran menos originales, menos atractivas, menos estéticas. La elegí no por la condición de mujer sino por la estética y el tamaño.
Y no creo que las mujeres estén más dadas a los mitos que los hombres, ni que sean más chismosas. Ese sí que es otro mito.
No sabes cómo admiro y AGRADEZCO esa fidelidad al blog. Y el hecho de que leas más de una vez el artículo. ¡Con las prisas que tenemos!
Un abrazo y muchas gracias.
MAS
Hola, hola,
Oh, oh, voy y me asomo y veo esto un poco parado. Vaya. Venga hombre si hay mucho que decir del mito. Ya está aquí Don Quintiliano con la repetida y poco imaginativa brasa de siempre. Una vez más. El mito es una variante del realismo mágico de la literatura. El mito es literatura de calle de primera mano. De incipientes escritores ajenos a las técnicas literarias. Sigamos. A veces nos juzgan negativamente porque mitificamos. Craso error. Qué extraño debo ser, me acuerdo perfectamente de los días inmediatos anteriores a mi degüelle en Monte Arruit en el verano de 1921. Actualmente, de aquella no tengo cicatriz en el cuello. Sin embargo, nací en esta vida con la cicatriz de una herida de bala en una rodilla derecha, en la contienda de Mequinenza (Provincia de Zaragoza) en el verano de 1938. Qué extraño, apenas me acuerdo de esta última campaña.
Yo solo me limito a contar mis hechos vividos. Son de vidas anteriores, pero son tan ciertos como los de mi vida actual. Siendo así, cómo dudar de la verdad que exterioriza quien inicia un mito. No sé medir la verdad o la falta de ésta en el mito. Otros más sembrados, sabrán, supongo.
Los hechos, cuando pertenecen al mundo de lo intangible, a veces optamos por la vía fácil y cómoda de calificarlos como falsarios. Deberíamos comprender que la mayoría de los comportamientos son no medibles. No tenemos parámetros para sus medidas universalmente aceptados. La verdad, la mentira, la ambición, los sueños, la pasión, el amor, ay el amor, nuestros mayores incentivos resultan intangibles.
– Te quiero un montón.
– – ¿Cuánto, hija?.
– Desde aquí hasta el cielo y más arriba del cielo.
– – Ah, caramba, eso debe ser un montón muy gordo.
La joven Remedios voló y se perdió en el cielo. No regresó jamás. En “Cien años de Soledad”.
Qué podemos esperar de ese al que llaman hombre, que transmutó la realidad. Que convirtió en Plaza de San Pedro aquél mensaje del que nació en un corral al calor del estiércol de las bestias. “Bienaventurados los pobres, porque suyo es el reino de Dios” (Lucas, VI, 20).
Tengan buena tarde.
Estimado Quintiliano:
La respuesta de los lectores y lectoras es impredecible. Yo también creí que este tema iba a provocar un aluvión de comentarios, pero…
Ahí está la cuestión: ¿qué es la verdad?
Yo no creo que se la pueda identificar con las mediciones, con los números. porque también los números están cargados de trampas.
Quizá un eje para desmontar los mitos sea desabrir generalizaciones abusivas: “todos los alumnos están desactivados hoy…”. “todos los profesores son…”, “todos losares y madres son”…
En el libro de Grimson y Tanto Fanfani se ve claramente cómo las 63 afirmaciones que elige como verdades son más que discutibles (un<s más que otras, es cierto).
Saludos cordiales.
MAS
Seguramente habrá estudios muy concienzudos que nos dirán que lo que defiende este artículo que os dejo, son mitos.
Esto es como cuando en medicina buscamos una segunda y tercera opinión, siempre dentro de la ciencia.
https://ined21.com/otro-topico-educativo-la-jornada-continua/
Querido José Antonio:
Es otro buen ejemplo.
Ha insistido mucho sobre del, con datos y buenos argumentos mi colega y amigo Mariano Fernández Enguita.
Estoy de acuerdo con él.
Mucha parte del error proviene de identificar la jornada del alumno, la jornada del profesor y la jornada de la escuela.
Saludos y gracias.
MAS
Ole, ole y ole.
Ya sé que tú no lo necesitas, Miguel Ángel, pero aquí lo dejo para las y los que te seguimos.
Nos vale para combatir mitos como para la innovación. Estaba esperando esta respuesta.
La izquierda es tan diversa que no se “pelea” solo contra la derecha, sino también entre ella. Y así nos va, viendo cómo gobiernan y deciden.
El amigo, te da un pase al final de su artículo.
http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2017/06/14/hay-vida-e-innovacion-mas-alla-del-neoliberalismo/
(La gente del barrio me temo que esta semana se ha ido de excursión con su alumnado).
Un fuerte abrazo.
Había leído este texto. En breve aparecerá otro en El Diario de la Educación que ha escrito Jaume Carbonell.
Hay una corriente antipedagógica, tan simplista como ridícula, que se apoya en tópicos y mitos verdaderamente chuscos.
Noi le haré propaganda.
Un gran abrazo.
MAS
Me parece un artículo lleno de desafíos intelectuales. Se comentan en él tres mitos u se habla de otros 60 más que hay en el libro. Pero el desafío es pensar en los miles de mitos que utilizamos para referirnos a la educación.
Cada uni arrima el ascua a su sardina para defender su ideología o sus intereses. Pero no importa el rigor de las afirmaciones.
También a mi une sorprende que el artículo no haya tenido más comentarios, más opiniones, más debate.
Saludos.
Ahí va un par de grandes tópicos referidos a la enseñanza (me resisto a llamarlos mitos, porque conviene que estos estén dirigidos o relacionados con el mundo de las creencias).
Uno: quienes estudian para ser maestro (hablo en singular y en masculino) es porque su nivel no es muy alto y (el pobre) no puede aspirar a una titulación que satisfaga a las aspiraciones de sus progenitores que un día soñaron con que fuera arquitecto, ingeniero aeronáutico o de telecomunicaciones, notario, etcétera.
Dos: en consecuencia, es una carrera para clases medias venidas a menos y clases bajas (no se suele utilizar la palabra de trabajadores o asalariados, porque suena como muy de izquierdas).
Tres (me permito una más): el nivel de las asignaturas es muy bajo, por lo que no se necesita gran esfuerzo para superarlas, puesto que para las Humanidades sirve casi todo el mundo; no así en las de Ciencias que son para mentes más brillantes y con mejor porvenir.
Cuatro (me vais a permitir otra más): si tú has entrado en Bellas Artes y tu destino soñado es emular un día a Dalí o Picasso o Miró o Barceló… porque en el fondo eres un genio que puedes triunfar en la sociedad, puedes acudir a la enseñanza temporalmente para “ganarte un sueldo” con el que te puedas mantener a la espera de que la fama empiece a llamar a tu puerta.
Esto no es un tópico (y menos aún un mito):
En algunos trabajos de investigación que llevo con los estudiantes de Educación Infantil y Primaria, junto con las tutorías de algunos Trabajos Fin de Grado, se les suele pedir a los escolares que “Dibujen a un hombre trabajando y a una mujer trabajando” o también en el ciclo superior de Primaria: “Haz un dibujo en el que aparezcas en la profesión o trabajo que te gustaría tener cuando fueras mayor”.
Pues bien, las niñas suelen verse, en gran medida, como maestras o veterinarias, las dos profesiones más representadas por ellas. En ningún caso (y mira que ya he analizado cientos de dibujos sobre estas temáticas), he encontrado que los niños se dibujaran como maestros.
Posiblemente, la educación emocional, basada en el cuidado y la atención hacia los demás, y con especial significación hacia los pequeños, sea un elemento que a ellas les induzca a verse como maestras en el futuro.
Querido Aureliano:
Cuestión importante y tantas veces traída y llevada la de la feminización de la profesión docente. Porque una profesión que se feminiza se envilece en el sentido social. Se valora menos, se paga menos…
Pensé mucho en estos temas cuando coordiné El harén pedagógico. Perspectiva de género en la organización escolar.
Saludos y gracias.
NAS
El artículo es de los que hacen pensar.
Voy a buscar ese libro y, además de esos 63 mitos, yo misma voy a ponerme a buscar más. De esos que se instalan como verdades en la conversaciones y en los debates y en los artículos de opinión.
Los tres que se ha elegido como ejemplo son clarísimos. Eso de la que la privada es mejor que la pública es una gran mentira.
Saludos.
Otro tópico (en este caso referido a la enseñanza superior): “Las plantillas de las universidades españolas están envejecidas”.
Esta es una cantinela que de vez en cuando escucho, especialmente por parte algunos miembros del equipo rectoral de la Universidad de Córdoba.
Hoy, por ejemplo, en un diario digital podemos leer: “Los años de recortes dejan las plantillas universitarias envejecidas y precarizadas”.
Ves, Miguel Ángel, por tu culpa la Universidad de Málaga no cuenta con sangre joven que dinamizaría enormemente la Facultad de Educación. Si, por ejemplo, hace una década te hubieras jubilado, hoy habría un profesor o una profesora (eso sí, muy precarizados) que rejuvenecería las asignaturas, daría nuevos aires a las clases, estaría al tanto de todo lo que impera en las redes sociales y las debatiría en clase, se comunicaría por “whatsapp” con el alumnado y hasta estaría al tanto de los ídolos que encandilan a los jóvenes.
Por tu parte, te habrías librado de tantos aviones que tomas en tus desplazamientos a países de la América hispana y, ahora, estarías bronceándote en alguna de las numerosas playas malagueñas. Incluso, en un acto de compañerismo, podrías hacer viajes en el Imserso para conocer rincones españoles que aún no conoces (cosa que lo dudo).
Bueno, no sigo porque si algún estudiante de Córdoba entra en El Adarve, puede soltarme la misma monserga a mí (que, por cierto, no me la han dado todavía directamente).
Querido Aureliano:
En el libro de Grimson y Tanto Fanfani hay un capítulo, como habrás visto, destinado a la Universidad.
Este que citas es un burdo mito también. Nos permite seguir a quienes se jubilan. Lo sabes muy bien porque está a punto de pasarte.
La jubilación debería ser un derecho pero no una obligación. En mi Departamento de Málaga hay muchos profesores y profesoras asociados y asociadas on un contrato miserable.
Contratos de pocas horas, muy mal pagados.
Es una lástima.
Un gran abrazo.
MAS
Artículo magnífico para despertar la reflexión de quienes nos dedicamos a esta tarea.
¡Cuántas frases hechas sin fundamente alguno1
Cuántas trampas en la argumentación!
Yo creo que cada uno podría hacer un catálogo de mitos superior en número a los que se proponen en ese libro que se cita.
Saludos y hasta mañana en la nueva cita.
Interesantísimo artículo Miguel. Ha sido un gusto coincidir con usted en mi más reciente vuelo.
De más está decir, ha sido el vuelo más “literario” de todas las millas que llevo voladas.
Agradezco éstas coincidencias que nos trae de regalo la vida porque nos ayudan a mirar mucho más allá de nosotros mismos, nos permiten adentrarnos en una suerte de horizonte propio de ideas pre-establecidas, ampliándolo con el intercambio a bordo del magnífico viaje del conocimiento. Aprendiz tú, aprendiz yo; compartiendo aprendemos unos de los otros, crecemos, expandimos nuestra visión, la potenciamos.
Vemos las ventanas en donde las nubes solían esconder la luz del amanecer.
Gracias.
Querida Cecilia:
Ya no esperaba encontrarte por aquí. He enterado varias veces para buscarte entre estas líneas. Al fin, has aparecido. Y no sabes cuanto me alegro.
Hay personas que prometen leer y comentar, pero que luego se olvidan de hacerlo. No ha sido ese, afortunadamente, tu caso.
Y no sabes cuanto me alegro.
Fue un viaje enriquecedor.
Besos.
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