La manzana que quería ser estrella

10 Nov

Hace dos meses, en el solemne acto de apertura del X Congreso Federal de Escuelas Públicas de Gestión Privada, celebrado en la ciudad argentina de Córdoba, me llamó poderosamente la atención que una de las cuatro personas que hacían la presentación del Congreso, la pastora evangélica Mariela Pons, subiese a la tarima con un plato de manzanas y un cuchillo. Calculo que habría allí más de mil personas.

Y quedó asombrada al ver la estrella de cinco puntas que aparecía en el corazón de la manzana.

No es habitual, por no decir que nunca lo había visto, una actuación semejante en un acto de tanto boato. Ni que decir tiene que la expectación era grande. Habituados a palabras hueras y protocolarias, pronunciadas muchas veces sin el necesario convencimiento, Mariela quiso captar nuestra atención de forma original para lanzarnos un mensaje cargado de profundidad.

Cuando le llegó el turno, contó la historia de una manzana que quería ser estrella. Mientras hablaba tenía delante el plato de manzanas y, sobre ellas, un brillante cuchillo. Más o menos dijo lo siguiente:

Había una vez una manzana que siempre había querido ser una estrella. Nunca quiso ser una manzana. Se pasaba los días pensando, ilusionada, cómo sería una vida brillando desde el cielo.

Cada mañana, sus compañeras manzanas la invitaban a conversar y a contar divertidas historias. Reiteradamente, ella rechazaba la invitación, obsesionada como estaba con el deseo de ser una estrella rutilante.

Un buen día, viendo a las aves ascender hacia el cielo, la manzana les preguntó:

– ¿Dónde duermen de día las estrellas?

Las aves, sonriendo, dijeron:

– No, querida manzana, las estrellas están en el cielo día y noche, pero la gran luz del sol no nos permite divisarlas. Pero ahí están, en el infinito cielo, siempre con luz.

A la pobre manzana se le avivaron los deseos de ser una estrella en el alto cielo, cargada de una luz inagotable. Otro día la manzana le preguntó al viento, que movía con fuerza las ramas del manzano:

– Dime, viento, ¿las estrellas están fijas o se desplazan recorriendo todo el firmamento? Y si se desplazan, ¿quién las mueve?

– Las estrellas se desplazan recorriendo todo el firmamento y a una velocidad de vértigo, contestó el viento

Nuevamente se avivaron los deseos de la manzana de convertirse en una hermosa estrella. Cuando llegó la época de la maduración, la manzana seguía defraudada porque su sueño no se había hecho realidad. No era capaz de sonreír, ensimismada en su tristeza. No era feliz.

Una familia de vacaciones se refugió bajo la copa del manzano, buscando una sombra protectora de los rayos del sol. En medio de la amena conversación, el padre de familia agitó violentamente el tronco del árbol. Y cayeron varias manzanas, entre ellas la triste manzana que quería ser estrella.

Una de los niñas la cogió y comprobó que estaba madura. Era una hermosa manzana. La niña estaba feliz. Le pidió un cuchillo a su mamá. Ella le entregó uno muy bien afilado, con la inevitable advertencia.

– Cuidado, cariño, no te cortes.

La niña partió con cuidado la manzana de forma transversal, no del tallo al hoyuelo, sino en horizontal. Y quedó asombrada al ver la estrella de cinco puntas que aparecía en el corazón de la manzana. Y gritando, llamó la atención de toda la familia:

– Mirad, mirad, qué maravilla. Aquí hay una estrella.

La manzana había vivido triste toda la vida sin darse cuenta de que dentro de sí guardaba una hermosa estrella y de que, para mostrarla, tenía que abrirse y brindarse a los demás.

Aquella mujer del Congreso, en su didáctica exposición, al hilo de la historia, enarboló el cuchillo y cortó por la mitad una manzana. La pantalla ofreció a todos los asistentes una preciosa estrella de cinco puntas en el corazón de la manzana.

Esa experiencia me hizo pensar en muchas cosas. La primera de todas fue la que explícitamente nos planteó Mariela Pons a los asistentes. La necesidad de buscar en nuestro corazón, dentro de nosotros, lo que tantas veces perseguimos estresados en las cosas. En muchas ocasiones buscamos fuera lo que llevamos dentro. Anhelamos dinero, poder, fama, comodidad, bullicio… para encontrar en todo ello paz, diversión y, en definitiva, felicidad. Pero no buscamos en nuestro interior. También nos hizo ver cómo muchas veces anhelamos lo que los demás tienen o son sin pensar que en nuestro interior tenemos un maravilloso caudal de bondad y de felicidad. El arco iris solo brilla sobre el tejado de nuestros vecinos.

La segunda fue la necesidad de captar la atención del auditorio a través del ingenio, de la creatividad. Lo que, hace tiempo, expliqué en un artículo titulado “La vaca púrpura”. En él decía que había que poner una vaca púrpura en las cosas, en las clases, en la vida. Es decir, poner algo extraordinario, algo que cautive la atención y despierte el interés. Muchas intervenciones son aburridas y no suscitan curiosidad alguna. Alguien me comentó en una ocasión las palabras de un sensato sacerdote: “Homilía que mueve los culos, no mueve los corazones”.

La tercera es que nos habituamos a las rutinas. Siempre hemos cortado la manzana de forma vertical, no transversal. Al hacerlo de esta segunda forma podemos ver claramente la estrella de la manzana. Pero si cortamos la manzana verticalmente, de arriba hacia abajo, desde el tallo al hoyuelo, solo veremos las pepitas rotas de la manzana. Repetimos lo que siempre se ha hecho de una manera, lo que todos hacen de la misma forma. Sin indagar, sin explorar, sin arriesgarnos a cambiar, Nos hemos habituado al siguiente principio: pudiendo no cambiar, ¿por qué vamos a hacerlo? Me gustaría proponer aquí el principio de actuación opuesto: pudiendo cambiar, ¿por qué vamos dejar las cosas como están? A ver qué pasa.

22 respuestas a «La manzana que quería ser estrella»

  1. Estuve en tu conferencia en Pontevedra, y quería darte las gracias porque fue muy inpiradora, aún siendo yo un pésimo optimista. Hubo dos cosas en tu conferencia que querría comentarte una porque me marcó y la otra porque me hizo mucha gracia. La primera lo que dijiste sobre que los docentes tenemos que estar con nuestras comunidades, ver desde nuestra comunidad hacia arriba y no al revés; y más en tiempos tan aciagos como los que por desgracia estamos viviendo. Esto es algo que con frecuencia olvidamos, paso a contarte, durante cierto tiempo fui interino y visitaba numerosos colegios; y siempre me hacía mucha gracia la expresión de “pertenecer al cuerpo”, en aquellos momentos yo me sentía como el alien de la pelicula. Estaba dentro del cuerpo pero era como un ente invasor, y me prometí que si algún día aprobaba las oposiciones nunca tomaría esa actitud. Pero las aprobé y pasado algún tiempo, un día me di cuenta de que parafraseando otra pelicula yo también estaba “institucionalizado”, en ciertos momentos tambíen miraba a mi comunidad desde arriba.

  2. Qué hermosas y optimistas reflexiones, tanto más necesarias cuando las circunstancias que nos rodean parecen tender más hacia el pesimismo. Sólo el optimismo sacará lo bueno que todos llevamos dentro. El optimismo da alas, el pesimismo nos pone una losa encima.
    He oído a través de internet una entrvista hecha a el Dtor. Mario Alonso Puig referente a su libro “Vivir es un asunto urgente”. Todo es optimismo y esa actitud positiva hace que se desplieguen todas las cosas buenas que llevamos dentro, hasta nuestra salud se ve mejorada.
    Casi todos, por no decir todos, los escritos que nos brinda Miguel Ángel están llenos de positividad. Sólo eso nos hará romper el círculo negativo en que se nos está metiendo.
    Saludos y gracias por esas positivas reflexiones.

  3. Añoche, en una cena homenaje por su jubilación, le dediqué esta historia a la profesora Estrella Hernández, de nuestrs Facultad de Educación. Ella ha sido la otra manzana, consciene de llevar siempre en su corazón la estrella de la pasión por la enseñanza, la estrella de la dedicación esforzada a su tarea, la estralla de una risa cantarina que nunca se ha apagado en la Facultad hasta que ella se ha ido.
    Ella, dije, no persiguió quimeras, siempre quiso ser lo que era, de forma sencilla, generosa, honesta y amable. Enhorabuena por tu trayectoria profesional. Si la hstoria de la humanidad es una larga carrera entre la educación y la catástrofe, ganará la educación porque tú has dedicado la vida a esta tarea.
    Allí dijeste que les comentabas a tus alumnos y alumnas que tú deberías pagar al Ministerio por dar clase y bo recibir un salario por hacer algo que tanto ge gusta. No lo digas muy alto en estos momentos, por favor.
    Que disfrutes de la vida, de tu hermosa familia y de mil actividades interesantes que te esperan.
    Muchas gracias. Muchos besos.

  4. Hace algunos años, con chiquillos de unos 9 años, les propuese que contasen la historia de una manzana, tan brillante como la que ilustra el comentario, pero que, por algún motivo, estaba “adornada” de una tirita sanadora.
    ¡Todos, todos la salvaron!
    ¿En qué momento somos incapaces de que mantnegan esa actitud? ¿Qué hacemos mal para que eso ocurra?
    ¡Gracias!

  5. Su reflexión me ha llevado a realizar un comentario que por su longitud lo he publicado en mi blog. Si alguien le interesa puede leerlo en:

    http://juancamef.blogspot.com.es/2012/11/la-atencion-la-clave-del-aprendizaje.html

    Visto desde otra perspectiva, el hueso de la manzana, como elemento opaco, la mayoría de las veces no está en el interior de la manzana, sino que la recubre por el exterior y no nos deja ver la realidad.

    Buen fin de semana a todos…

  6. Hermosa historia.
    Estoy de acuerdo en que muchas veces buscamos fuera la felicidad que solo podemos encontrar dentro. Para pensar. Y para actuar.

  7. Es verdad. Hay que ser creativos, hay que poner algo extraodinario para captar la atención. Hay mucho aburrimiento en las intervenciones. ¿Para qué sirve hablar o explicar si nadie escucha, si nadie se interesa?
    Este es un buen ejemplo de cómo hacerlo.

  8. La educación es precisamente eso: ayudar a que las personas descubran ese tesoro interior, esa estrella que está en el fondo de nuestro ser. La búsqueda de la felicidad por el exterior nos distrae de la verdadera fuente de la felicidad.
    Conocernos, desarrrollar un buen autoconcepto, respetarnos, valorarnos… y no mirar soslo hacia el exterior deseando ser lo que otro son.

  9. ¡Qué chula la historia de la estrellas! Cuantas veces he asistido a cursos de formación y al final, con el paso del tiempo, de lo único que me acuerdo es de las historias y las anécdotas que nos contaron para acompañar las explicaciones. En el fondo somos como niños que abrimos los ojos como platos al escuchar el Erase una vez… Al final lo que nos queda, lo que recordamos es el conocimiento emocional, el que engancha directamente con las emociones. Saludos maestro!.

  10. A la mariposayelelefante:
    Estoy de acuerdo. Las historias tienen un gran poder de seducción. A mi también me encantan.
    Yo las suelo utilizar en las clases. Son magníficas para expresar algunas ideas y a los niños les resultan muy divertidas e inteteresantes. He ido coleccionando muchos libros de cuentos.

  11. Las tres conclusiones del artículo me parecen interesantes e importantes. Me referiré a la rutina. Es una verdadera lacra que nos impide pensar. ¿Cómo hacemos esto o lo otro? Pues como siempre lo hemos hecho.
    De esa manera nunca podemos mejorar lo que hacemos.
    Lo primero que hay que hacer es cuestionarse.
    Lo segundo cambiar para hacerlo mejor.
    Y después preguntarnos si ha merecido la pena.

  12. Maravillosa historia. Nos viene muy bien a todos los maestros/as para reflexionar. Como yo siempre digo: ¡Creatividad al poder! un abrazo a todos.

  13. Esta es una hermosa historia. Estoy de acuerdo con Esteban. Yo creo que las historias no solo ayudan a reflexionar sino que mueven el corazón. Llegan a las dos esferas con igual intensidad.
    Las historia son propiedad del pueblo. Hay muchas versiones, a veces, de la misma, comn variantes muy sugerentes. Digamos que son de todos y de nadie en particular.

  14. Veo que hay varios comentaristas que hacen referencia a los cuentos, las historias y las ábulas como instruments interesantes para ayudar a pensar y para invitar a sentir.
    Me voy a permitir hacer referencia a mi libro “La estrategia del caballlo y otras fábulas para trabajar en el aula” (3ª reimpresión en 2010). Está editado en Argentina por la Editorial Homo Sapiens de Rosario.
    En la parte introductoria se hacen algunas sugerencias didácticas para el mejor aprovechamiento de las fábulas.
    También aparecen algunas historias en mi libro “La pedagogía contra Frankenstein. y otros relatos contra el desaliento educativo”. Está publicado en 2008 por la Editorial Graó de Barcelona.

    Un abrazo

    Miguel A. Santos

  15. A mi me gusta mucho escuchar historias. Y también contarlas. Creo que tienen un alto potencial didáctico.
    Esta historia me parece maravillosa. Gracias por compartirla,

  16. Hola.Hoy estuve en Santiago, en el curso de directores y te quiero felicitar porque has conseguido emocionarme, lo cual no es muy meritorio porque soy de lágrima fácil, pero sobre todo me has ilusionado tanto que cada vez estoy más convencido que tenemos la profesión más maravillosa del mundo.
    Me gustaría saber tu opinión acerca del sistema educativo que tenemos,un sistema en el que el profesorado no se encuentra motivado porque el sistema nos asfixia.Currículos cerrados donde somos meros transmisores de conocimientos y no nos damos cuenta que tenemos que tomar parte del propio proceso y aprender con nuestros alumnos y compañeros de profesión, para que la tarea nos resulte más enriquecedora, motivadora y gratificante.
    Un saludo y enhorabuena.Estuviste brillante.

    • Estimado Nano:
      Muchas gracias por tus generosas y emotivas palabras.
      Yo también me sentí feliz de estar con vosotros y vosostras en esa mañana de otoño en Santiago.
      Pudo observar que muchos asistentes conectaban con el discurso que defiende una dirección de los centros de rango más educativo que empresarial, más humano que burocrático, más optimista que pesimista. Gracias de nuevo.

  17. Y… mientras vuelve a las noticias de esta España moderna, el último suicidio de una chica de dieciséis años por acoso escolar. Ella también tenía dentro su estrella, sus emociones, sus potenciales como persona válida para muchas cosas. Pero seguramente no supimos transmitirle a esta muchacha que tenía que buscar en su interior y que allí encontraría sus tesoros,que seguro que los tenía y, entre todos le cerramos las puertas para que pudiera abrirse a los demás y demostrar que ella también era una estrella.Todos somos responsables socialmente de estos dramas y, sin embargo, siempre acudimos tarde y “mirando para otro lado”.
    ¿Hay algo más preciado que la vida de un niño o niña? ¿Hasta cuando? Gracias Profesor por hacernos reflexionar el mal uso que hacemos de nuestra inteligencia y pido disculpas por comentar con tanto retraso.¿Dónde esta la educación de las emociones en las escuelas y en los institutos? En el fondo del……

    • Yo también recabo la necesidad de la educación sentimental. Por eso escribí el librito “Aerqueología de los sentimientos en la escuela” (Editorial Bonum. Buenos Aires).

  18. Nuestro interior es la respuesta a las preguntas y cuestiones sin resolver, y, entre éstas están las dificultades que nos plantea a diario la enseñanza. La socieda está preocupada por la educación, pero, muy pocos se plantan a pensar sobre qué podemos hacer para mejorar…simplemente nos quita el sueño aquello que es diferente, y ¿por qué no, por qué lo diferente no puede ser el éxito?

  19. Miguel Ángel, hoy estuve presente en la charla que brindó en Rosario, Argentina. Hoy, día del maestro, hermoso homenaje brindó. Tuve al posibilidad de conocerlo hace dos años, gracias a mi docente Soledad. Desde entonces lo leo, lo admiro, si me permite, tomo sus palabras como sugerencias. Esta historia en especial ha marcado un rumbo en mis pensamiento y en mis actitudes a tomar como futura docente, junto a todas las historias del libro “La Casa de los Mil Espejos”. Gracias por sus escritos, me emocionan. Y quiero decirle que a partir de hoy comenzaré a ver la hoja blanca, y no el punto negro que usted dibujó en ella. Gracias., un placer escucharlo.

    • Querida Antonela:
      Hermosa para mí la experiencia de esta tarde. En un día festivo y de descanso es admirable tener la presencia de tantos docentes que quieren aprender y mejorar.
      No sabes cuanto agradezco la generosidad y el sacrificio que hacéis al renunciar a una tarde descanso, de ocio y de presencia en la familia.
      Gracias por tus palabras y por la valoración que haces en ella de las mías. Ojalá, como dices, sepamos apretar siempre lo positivo de las personas y de la realidad.
      Besos y gracias.
      MAS

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