Los experimentos de Salomon Asch tienen más de medio siglo, pero siguen mostrando una contundente realidad. Demuestran, de forma palmaria, que las mayorías unánimes tienen una gran influencia en los individuos discrepantes.
La conformidad de las personas con lo que dice la mayoría suele ser alarmante. Es el criterio sociológico de verdad, que podría definirse así: verdad es lo que la mayoría dice que es verdad. Recuérdese que se utilizaba como argumento para explicar la existencia de Dios. El hecho de que muchas personas en muchas culturas y durante mucho tiempo creyeran en un dios era una prueba irrefutable de su existencia. La inmensa mayoría no podía equivocarse. Todos mis lectores conocerán la réplica, un tanto grosera, de aquel grafitti ya clásico: “millones de moscas no pueden equivocarse, como mierda”.
Salomon Asch nació en Varsovia (Polonia) y emigró a Estados Unidos en 1920. Se volvió famoso en la década del 1950 debido a los experimentos que realizó sobre la conformidad. En ellos demostró que la presión social sobre las personas puede inducirlas voluntaria o inconscientemente a error.
Describo brevemente los experimentos del psicólogo de Asch, mundialmente conocidos en el campo de la psicología social. Todo el grupo actúa en connivencia con el experimentador y solo uno como sujeto crítico, desconocedor de las claves secretas del mismo. Antes de comenzar la actividad, el experimentador (en ausencia del sujeto crítico) explica al grupo lo que tienen que responder. Cuando se incorpora el sujeto crítico dice que van a realizar unos ejercicios de percepción visual.
El experimentador muestra al grupo una línea vertical y, al lado, otras tres (A,B,C). Y pregunta cuál de esas tres tienen una longitud más parecida a la primera.
En los dos primeros casos el grupo, según las indicaciones recibidas del experimentador, da la respuesta correcta. Y el sujeto crítico, que responde después de todos los demás, suele repetirl. El experimentador ha pedido al inicio que a partir del tercero den todos sin excepción una respuesta equivocada. Se trata de ver qué es lo que sucede cuando le llega el turno al sujeto crítico, que es el último que opina.
¿Qué sucede? Pues que en un 36% de casos repite la respuesta errónea, dejándose arrastrar por el grupo.
En algunos personas se produce una distorsión de la percepción y el sujeto “ve” como cierta la respuesta equivocada. Confiado en la opinión unánime acaba “viendo” la línea que todos han escogido. Cuando se le pide que se fije con atención se suele sorprender por el error. “Me confié y lo vi así. Es increíble”, suele decir.
En otras, tiene lugar un error de juico. El sujeto ve cuál es la línea de longitud más aproximada, pero piensa que se verá mal desde donde está, que habrá algún reflejo que le impide ver bien, que quizás tenga algún problema de visión…Y da la misma respuesta errónea del grupo.
Hay personas en las que solo se produce una distorsión lingüística. El sujeto ve cuál es la línea correcta, piensa que allí hay alguna trampa, pero repite la respuesta del grupo para no quedar en evidencia. “Yo veía la línea correcta, pero no me atreví a ser yo la excepción”. del arrastre, cer los resultados, a pesar de haber rpetido los experimentos de Asch, siempre me ha sorprendido el fenelegido.
El experimento puede tener muchas variantes. Dan la respuesta equivocada los líderes del grupo o los más amigos del sujeto crítico o los más cercanos físicamente a él. Así se ve el nivel de conformidad del individuo con la respuesta de los demás.
Cuando he realizado en el aula los experimentos de Asch, he podido comprobar que sigue siendo cierta esa influencia peligrosa. ¿Cómo van a estar equivocados todos, aunque la evidencia sea clarísima? Algunas veces la diferencia de longitud de la línea elegida como correcta con la de referencia era tan grande que parecía imposible que alguien pudiese elegirla como la respuesta correcta solo por el hecho de que todos la hubiesen elegido.
He visto, en alguna ocasión, que al ir avanzando la respuesta errónea, el sujeto crítico ha preguntado al que tiene al lado:
– ¿Tú ves la B como la más parecida?
– Sí, le ha contestado el aludido. ¿Te pasa algo en la vista?
– Creía que no, pero yo no la veo.
Y, a pesar de la evidencia, he visto que ha contestado siguiendo la secuencia de errores.
A pesar de conocer los resultados, a pesar de haber repetido muchas veces los experimentos de Asch, siempre me ha sorprendido el fenómeno del arrastre, siempre me ha llamado la atención la repetición del error por parte del sujeto crítico. ¿Cómo es posible que de más crédito al error repetido que a su propia percepción?
Hago a continuación algunas aplicaciones de este fenómeno a la vida cotidiana. Cada lector o lectora encontrará muchas más.
He visto, por ejemplo, corregir con este criterio algunos ejercicios en clase. El profesor pregunta por el resultado de un problema. Alguien da una respuesta. Y a continuación indaga a cuántos les da la misma cantidad. Y si hay una mayoría que coincide en ella, la da por buena.
Y eso pasa en el manejo de las encuestas. Se busca que la opinión más votada tenga capacidad de arrastre. Algunos políticos utilizan las encuestas como los borrachos las farolas, para apoyarse pero no para iluminarse. Lo decía Churchill: solo me fío de las encuestas que yo he manipulado previamente.
En la vida cotidiana se utiliza con frecuencia ese criterio de verdad: “lo sabe todo el mundo”, “todos lo dicen”, “”lo han divulgado en la televisión o en la radio en la prensa”… Como si el hecho de que todo el mundo sea sabedor de algo, convirtiera ese hecho en una verdad indiscutible.
Dejarse arrastrar por la opinión mayoritaria genera una sensación de seguridad. Como si, al estar solos en la discrepancia respecto a la mayoría hubiese menos garantía de estar en lo cierto.
Los experimentos de Asch han cobrado, a mi juicio, un nuevo relieve, por la presencia abrumadora de los medios de comunicación y de las redes sociales en la vida de los ciudadanos y ciudadanas.
La facilidad que tienen los medios y las redes para configurar un pensamiento único ha de hacernos pensar de forma concienzuda. Somos moldeados por la publicidad, por la reiteración de los mensajes, por la uniformidad del criterio imperante.
Sé que no debemos pensar que somos los propietarios de la verdad, que tenemos que dudar, que es necesario buscar las respuestas correctas sin atrincherarnos en la certeza. Pero, tener como criterio de verdad lo que todos dicen que es verdad es entregarnos a la pereza de pensamiento y a la instalación en el error.
Téngase en cuenta que en el experimento de Asch la respuesta es aséptica, es decir no está vinculada a intereses, a valores, a sentimientos o a expectativas. Cuando entran estos elementos en la elección, el peligro lejos de atenuarse, se agrava. Porque los formadores del pensamiento único están muy pendientes de que los contenidos de la respuesta única sea el que a ellos les interesa.
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Sí que es cierto que la opinión de la mayoría se suele utilizar como argumento de verdad. En política nos hacen creer que la mayoría es la que lleva la razón, y ya sabemos cómo se pueden construir mayorías de pensamientos: basta tener en unas manos la mayoría de los medios de comunicación.
Ya Piaget decía lo que opinaba sobre educación la mayoría, de la que él discrepaba, decía: ” La educación, para la mayoría, significa intentar que el niño se parezca al adulto típico de la sociedad. Pero para mí, significa hacer creadores, tienes que hacer inventores, innovadores y no conformistas.”
La masa suele seguir a las mayorías, pero siempre hay críticos, inconformistas.
Cuántas veces en nuestros políticos oímos decir: la mayoría del pueblo español…como si ese fuera el argumento más contundente.
Hay una frase de Ayn Rand, que dicha desde Cataluña donde me encuentro, seguro muchos no compartirán, dice así: ” Los derechos individuales no están sujetos al voto público; una mayoría no tiene derecho a votar la derogación de una minoría.” Ahí queda para la reflexión personal. No obstante, la voz de la mayoría siempre se impone a las minorías. Personalmente nos queda la crítica y la reflexión a la que nos invita nuestro Guía cada semana. Gracias por ello y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Cuánta razón te asiste.
Y es cierto que en algunos contextos la presiono social de la mayoría impone casi de forma violenta sus criterios. Hablas de Cataluña. Y ahí se ve de forma clara como el pensamiento único se impone los demás.Vimos como eran golpeadas dos aficionadas a la selección española.
En todos los lugares se produce ese fenómeno.
La verdad no se vota.
Un gran abrazo, querido amigo.
MAS
La frase de Ayn Rand quedó incompleta. Dice: “Los derechos individuales no están sujetos al voto público; una mayoría no tiene derecho a votar la derogación de los derechos de una minoría.”
El artículo es de los que hacen pensar.
¿Por qué tenemos las ideas que tenemos? ¿Cuáles son nuestras u cuáles son fruto de la presión social?
Estos experimentos son muy clarificadores.
Saludos a todos los lectores y lectoras.
¿Cómo puede ser que la presión de la mayoría unánime llegue a modificar un fenómeno físico comeos de la percepción? Resulta casi increíble, El experimento me parece ingenioso y clarificador.
Es necesario reflexionar sobre las influencias que configuran nuestra forma de pensar.
Hay personas más influenciables que otras, pero todas lo somos en alguna medida.
Saludos a todos los lectores y lectoras del blog.
Los mecanismos de influencia de los seres humanos son asombrosos. Lo peligroso es que no siempre se utilizan de forma positiva.
Las personas inteligentes deben estar alerta, deben tener el espíritu crítico para saber cuándo son manipuladas.
No conocía los experimentos de Asch, pero es cierto que tienen ahora plena vigencia, como en las fechas en que se llevaron a cabo.
Gracias a todos los comenoristas del blog y, sobre todo, al autor.
Desconocía los experimentos de Asch, pero la verdad que son muy reveladores.
Los tres motivos por los que se dejan llevar los sujetos son muy claros:
errore en la perceprciòn
error en el juicio
error en la expresión
La imagen que ilustra el texto muestra una linea B que es muy diferente a la de referencia. Parece increíble que se pueda elegir como respuesta verdadera.
Buen finde.
La influencia de los demás es un hecho innegable.
Está bien que estemos vigilantes sobre esos procesos de influencia que pueden estar organizados desde la política, la publicidad, la economía de mercado, las religiones…
Configurar el pensamiento de los demás exige dos elementos complementarios: alguien que quiera manipular y alguien que se deje manipular.
Debemos estar alerta.
Gracias a todos los comentaristas.
Buen fin de semana,
Qué curioso experimento. me ha encantado conocerlo conocerlo y ver cuántas enseñanzas se puede sacar de él. No me sorprenden los resultados. Porque las mayorías unánimes ejercen mucha presión sobre el individuo aislado que discrepa.
Ya me imagino que algunos no se dejarán arrastrar por la mayoría. Pero hay que tener en cuenta que sin reflexionar previamente es fácil entregares a la conformidad de lo que sucede. Una cosa es decir “yo no me dejaría arrastrar” y otra es estar despreocupado o desprevenido y entregarse a la opinión general.
Es curioso imaginarse a uno de esos sujetos críticos que, después de 50 o 100 respondiendo B, diga él solito C. No se puede negar que el choque es grande. Y si ese discrepante tiene una voz atiplada, todavía más.
A mí me ha dado mucho que pensar.
Saludos y buen fin de semana.
¿Por qué pensdamos?
¿Por qué decimos lo que decimos?
¿Qué factores configuran nuestros pensamiento?
En consonancia con lo que se dice en el artículo pienso que hay una buena parte sw lo que piensa la mayoría.
Ser un “bicho raro” no está bien visto.
LO que pasa es que esas influencias se producen de manera no consciente.
De ahí la importancia de afinar el sentido crítico.
Me ha llamado mucho la atención este experimento del que nunca había oído ni leído nada.
Sigue siendo totalmente cierto lo que descubrió Asch y, como se dice en el artículo, hoy es más cierto todavía dada pa influencia de los medios y las redes en la configuración de un pensamiento único.
Aquel refrán de “¿Dónde va Vicente? Donde va la gente” tiene un extraordinario apoyo en la realidad.
El problema reside en la educación del espíritu crítico, en la reflexión rigurosa sobre lo que nos sucede.
Es más cómo dejarse llevar por la corriente.
Saludos.
Hay que andar ojo avizor para no dejarse llevar al huerto de lo que quieren que pensemos. Exsten muchas formas de condicionar el pensamiento. Solo la fuerza del espíritu crítico nos puede salvar de ese arrastre a lo que otros piensan o quieren que pensemos.
Mucha suerte a todos y todas.
¡Querido Maestro!
El experimento de Asch me ha dado respuestas a una cuestión que hoy mismo me había planteado como es el no seguir los mismos pasos que la mayoría en cruciales asuntos y mantener un criterio propio aunque este fuera de lo que piensa todo el mundo.
A veces se siente una extraña por pensar y sentir diferente.Parece que no se lleva tener valores como la amistad profunda,el amor hacia los semejantes,los afectos hacía los ancianos,el valor por las personas y no por lo material.
!Se plantea una en que mundo vivimos y que hago yo en este gran circo¡
Me siento diferente y lucho por no dejarme arrastrar por la creencia de las masas;pero mi trabajo me cuesta seguir mis pensamientos,diferenciados y dando valor siempre a los sentimientos y a los afectos.
!Menuda lucha en este espacio tan materialista¡
Mi padre me dice que soy cabezota y tiene toda la razón, soy terca cuando pienso una cosa y la defiendo sin dejarme manipular en ningún sentido.
Pero lleva razón en que la gente quiere llevarte a su camino cueste la que cueste.
Gracias por sus teorías que me aseguran que se puede ser diferente.
Sin más ,e despido con un cordial saludo para usted y todos los comentaristas del blog.
Querida Loly:
Me alegra saber que hay personas como tú, capaces de tener pensamiento propio y de no dejarse arrarar por el el pensamiento imperante. Es verdad que a veces hace falta tener fuerza de voluntad para no perder las convicciones y defender aquello en lo que se cree.
Tu padre, que te conoce bien, sabe que piensas de una determinada manera y que no te dejas llevar por los vientos que soplan en esta sociedad neoliberal que tantas ideas, tantas actitudes y tantos comportamientos negativos ha impuesto a la ciudadanía.
Un beso y gracias por participar.
MAS
¿Por qué pensamos lo que pensamos? ¿Quién conformo nuestro pensamiento?
Hay lecturas, hay reflexiones, hay experiencias… Pero no podemos olvidar ese componente de influencia que se denuncia en el artículo de este sábado. Es decir, que pensamos como todos los demás piensan o como algunos quieren que pensemos.
Es una cuestión fundamental.
No es bueno ser peleles en manos del pensamiento único.
Creo que es una llamada de atención muy oportuna.
Gracias a todos los participantes.
Estimado José Antonio:
¿Dónde andas tan calladito?
Se te echa de menos por estos lares.
Saludos.
MAs
Buenos días familia.
Hola Miguel Ángel. Calladito, calladito creo que solo lo conseguiré cuando me muera. No escribía, pero sí andaba por aquí en busca de nuevas participaciones. Tu escrito semanal, el tema que tratas ocupa gran parte de mis pensamientos, sobre todo, los primeros días después de su lectura. No los plasmo en el Adarve porque no quiero resultar pesado ni acaparador de un lugar donde debemos aparecer muchas más personas.
Mi idea central es coincidente con las de Karina Villa, Lourdes Gonzalez o Loly, por ejemplo.
A nadie (casi) le apetece ser el raro, el cabezota, el que anda por libre, el “buenoooo”, el “el de siempre”. Claro, si la experiencia, el resultado final fuera a darle la razón, estaríamos ante otro calificativo. Pero prácticamente nada es tan objetivo como para dar o quitar razones. Con lo cual, ser el raro, puede estar bien o mal. Lo generalizable en nuestra sociedad, es estar mal visto. De ahí la falta de innovación, de cambios, de propuestas nuevas de verdad. No digo que no existan. Digo que debieran darse más, ser motivadas y buscadas. Pero somos conservadores aferrándonos a una supuesta seguridad.
En el experimento, vemos que serías el caso único. Estás solo. Solo. No con dos o tres frente a cientos. No. Sólo. Y, para eso, hace falta ser un valiente, un loco, un iluminado, un superconsciente o un inconsciente. Y eso con una respuesta que se basa en la percepción. Si pasamos a cualquier cuestión de opinión, qué os voy a decir.
Ante cualquier cuestión en la que te ves todos contra ti, te lo tienes que pensar muy bien, estar muy seguro. Lo normal sería que empieces a dudar, basándose en lo que dices, Miguel Ángel, en que sabemos que no siempre somos propietarios de la verdad, o casi nunca. En que es bueno dudar, aunque no de todo, todo. Hay mucho miedo al ridículo y preferimos equivocarnos con todos a acertar solo.
El ejercicio es un caso extremo. Todos, todos, casi nunca se da. Creo que en este caso, es humano pensar que te falla algo a ti a que les falle a todos. Mucha personalidad o cierta cabezonería habría que tener para enfrentarse a todos. Y hablo pensando en temas en general. Si concretamos, habría que ver según la cuestión.
Cambiando de tema, o no, yendo a la actualidad política de nuestro país, la cual sigo mucho menos por distintos motivas, enciendo la tele y no sé si es algo en directo o son cosas de hemeroteca. Me da igual si es el Congreso que si es un debate de plató. Me aburren y decepcionan. ¡Si estos son los mejores representantes españoles que tenemos! ¿En qué manos tenemos depositados nuestros destinos?
Llegó septiembre. No solo comienza el curso para docentes y alumnos, sino para toda la familia, pues todo gira alrededor de los más pequeños. Empezaremos forrando libros y a ver qué pasa. Según los expertos, parece que el curso promete. Si juntamos política, gobierno, escuela, LOMCE y rebaño (tema de la semana), puede que así sea.
¡Si es que no me puedo sentar delante de un teclado! Estaría más guapo (si es que es posible) calladito. ¡Pues cuando levante el campamento de verano y me aposente en la aburrida ciudad, no respondo!
Un gran abrazo, Miguel Ángel.
Querido José Antonio:
No. No estás mejor calladito. Ni para mí ni, seguro, para los demás lectores y lectoras. Es el modo de compartir.
Recuerdo que hace unos años pregunté a mis alumnos que explicaran en una hojita (de forma anónima) por qué no habían participado en un debate. Cuando leí las respuestas me encontré con ideas que esperaba: no me atrevo, soy lento, estaba pensando en otras cosas… Pero hubo uno que escribió algo sorprendente: No he participado porque lo que iba a decir ya lo sé y yo lo que quiero es aprender.
Me pareció increíble que alguien, por avaricia intelectual, no quisiese participar.
Ya sé que no es lo que te pasa a ti.
Me parece bien tu sugerencia. No sé lo que pasaría si en lugar de la mayoría UNÁNIME fuese solo relativa, aunque mayoría. Es difícil que odos-todos estén de acuerdo. difícil que de acuerdo.
El sábado escribiré sobre el comienzo de curso.
Estoy trabajando en La Universidad de Costa Rica (San José).
Un abrazo desde tan lejos.
MAS
El experimento es muy elocuente. Resulta llamativa la influencia que ejercen las mayorias unanimes. Como se dice hasta se puede alterar un fenomeno fisiologico como es la vision. Es para estar alerta.
Gracias por estas reflexiones, doctor.
Querida Marta:
Gracias a ti.
Me alegra saber que este artículo te ha hecho estar más alerta ante las manipulaciones.
Esa era la pretensión.
Besos.
MAS
Pensar como todos es peligro. Porque no nos deja ser nosotros mismos, Lo que pasa es que hace falta valor para no dejarse arrastrar.
Quedarse uno solo pensando distintoi a los demas no es nada sencillo.
El problema se agrave cuando hay intentos de manipular el pensamiento de los demas.
Este en texto que nos puede ayudar a pensar.
Saludos a todos los lectrores y lectoras del blog. Y gracias a todos los comentaristas.
El experimento me ha parecido muy ingenioso. Y las conclusiones muy logicas, muy oportunas y muy ricas.
Se podrian poner mas ejemplos de influencias de las mayorias en los individuos discrpenates. En las insituciones hay individuos que parecen raros porque no siguen el sentir y pensar comun. Algunos resultan molestos porque son la conciencia critica que expresa la discrepancia.
Saludos.
Interesante texto.
Me gusta la reflexión que plantea: ¿hasta qué punto pensamos lo que pensamos por nosotros mismos? ¿O pensamos lo que otros quieren y lo que otros piensan?
¿Cómo protegernos de la manipulación?
Lo primero que hay que hacer es ser conscientes de loq ue sucede. Y a eso contribuye este artículo.
Lo segundo estar prevenidos para no recibir influencias indeseadas. Pensar por nosotros mismo.
Y en tercver lugar tener valentía para expresar nuestras opiniones aunque sean contrarias al sentir común.
HARÉ ESTE INTERESANTE EXPOERIMENTO. A VER QUÉ ME SALE. LO QUE SE CUENTA EN EL ARTÍCULO ES MÁS QUE INQUIETANTE.
SI LA GENTE PUEDE CAMBIAR UN FENÉMENO PERCEPTIVO, CAMBIAR EL JUICIO Y NO DECIR LO QUE PIENSA ES PARA ECHARSE A TEMBLAR.
YO VOY A TENER ÁS CUIDADO PARA DECIR LO QUE PIENSO Y PENSAR LO QUE QUIERO.
Querido Miguel Ángel:
Hace tiempo te escuché la frase “Aquí se hace lo que yo obedezco” como expresión de la sumisión y obediencia generalizada que se da en una gran parte de la población ante el miedo a pensar por sí mismo, el miedo a tener propias ideas, la cobardía a rebelarse ante aquello que en el fondo se siente como injusto.
Si pasamos del experimento de Salomon Asch que propones esta semana, centrado en la percepción visual, al ámbito de las relaciones y comportamientos sociales, vemos que el tema se hace más complejo de entender, aunque yo me remitiría al título de un magnífico libro de Erich Fromm titulado “El miedo a la libertad”.
Sí, tenemos miedo a ser libres por los riesgos que ello conlleva y nos parece mejor adaptarnos a la ideología, a los valores y a las ideas dominantes para no sentir la incomodidad y la soledad que supone tener opiniones diferentes, sea en la familia, con los amigos, en el trabajo, en la calle, etc.
En relación a lo expuesto, quisiera traer a colación un ejemplo que tú ya conoces, puesto que te he enviado el artículo, y del que te agradezco tu respuesta.
Se trata de las inadmisibles “burradas” que el señor obispo de Córdoba suelta de vez en cuando y que fomentan el odio hacia los homosexuales, al tiempo que defienden y justifican como hecho natural la sumisión de la mujer ante el hombre. El mismo que inmatriculó la Mezquita por 30 euros, con una ley franquista, actualizada en 1998 por Aznar y que ya ha sido derogada. El mismo que cada dos por tres está apelando a las cofradías y hermandades a sacar en procesión las imágenes para hacer ver que Córdoba “es suya”.
Son los residuos de una concepción medieval del poder religioso y que los miembros de Córdoba Laica (junto a otras asociaciones) nos hemos posicionado en lucha abierta para parar definitivamente.
Este es el enlace para acceder al artículo:
http://www.montilladigital.com/2016/08/aureliano-sainz-la-bomba-atomica.html
Por cierto, ayer estuvimos reunidos los miembros de Córdoba Laica en el centro social Rey Heredia, magnífico lugar que fue ganado para la ciudadanía tras años de lucha y reivindicación. Puesto que algunos somos docentes, salió el tema de la religión en la escuela pública. Fue largo el debate, y casi llegamos a entender que en nuestro país se logre que no se adoctrine en las aulas de los centros públicos se convierte casi en una utopía… Pero hay que ir detrás de ella.
En fin, no me quiero extender mucho, pero me gustaría saber, si es posible, la opinión de los lectores y lectoras de por qué cambian la apreciación y el significado de unas frases cuando son dichas por unas personas o por otras. El por qué se mantiene (mayoritariamente) un silencio tan grande cuando son dichas por un eclesiástico y esas mismas frases expresadas por un ciudadano cualquiera serían motivo de escarnio.
Bueno, quisiera cerrar saludando a los lectores y lectoras de El Adarve deseándoles buen curso que comienza. Para ti un gran abrazo que llegue a Costa Rica.
Querido Aureliano:
Hace muchos años hice una exploración en clase en la que pedía a los alumnos su valoración de un pensamiento (el mismo, yo me lo había inventado) que en una hoja estaba firmado por Felipe González y en otra por Manuel Fraga. Era curioso ver cómo el pensamiento era lo de menos. LOimportante era
Querido Aureliano:
Hace muchos años hice una experiencia en clase sobre la cuestión que planteas. Escribí un pensamiento y, a la mitad de la clase, se lo entregue en una hoja indicando que la autoría era de Felipe González.En otra hoja, el mismo pensamiento, estaba firmado por Manuel Fraga. Lo de menos era el contenido del pensamiento.Lo importante era el autor. (Para quien me lee de otros países diré que Felipe González era un reconocido político de izquierdas y Manuel Fraga un político muy de derechas. Ellos se sorprendían de lo poco que había prdsaod en ello para decir si estaban o no de acuerdo el contenido de la frase, que era idéntica en ambos casos.
Es el argumento de autoridad.
Me adhiero a tu indignación sobre la locuacidad de los obispos cuando se trata de cuestiones relacionadas con la sexualidad. Me remito a aquel artículo en el que criticaba su intromisión en la vida pública y que titulé de esta manera: SALGAN D ELA CAMA DE LA GENTE.
Es que yo no sé por qué tiene que opinar de todo, por qué tienen que hacerse públicas sus opiniones y por qué se les da tanta chance. No acaban de entender que una cosa es la ética universal y otra la moral de su credo. No deberían intentar imponerla a todos.
Y, respecto a las barbaridades que dicen yo también soy partidario (como comentas en tu artículo) de denunciarlo ante las tribunales.
Un abrazo y feliz comienzo de curso.
Gracias por tu lúcido comentario.
MAS
Que interesantes experimentos. Nos ponen contra las cuerdas de la reflexion.
Nos llevan a pensar cxomo poensamos por que lo hacemos. Es facilisimo dejarse arrastrar por lo que otros piensan, Unas veces por miedo, otras por persuasion y la mayor parte por pereza.
Meterse en ese laboratorio sociologico es muy aleccionador.
Estimada Beatriz:
El verdadero laboratorio es la vida.
Ahí donde se producen las influencias y los condicionamientos más contundentes.
No podemos olvidar que hay personas que saben mucho sobre cómo persuadir a los demás. Y tienen muchos intereses en juego.
Hay que pasar, como decía Paulo Freire, de la mentalidad ingenua a la mentalidad crítica.
Besos.
MAS
Sencillamente, me ha hecho pensar.
Estimada Angeles:
Sencillamente, gracias.
MAS