La simbiosis es una asociación de dos organismos de diferentes especies que se favorecen mutuamente. Es un concepto procedente de la biología que nos sirve para ilustrar la relación entre la teoría y la práctica, relación que les permite beneficiarse a una de la otra.
Existe un peligroso enfrentamiento entre teoría y práctica. Como si hacer hincapié en uno de los términos del binomio llevase necesariamente el menosprecio del otro. Yo creo, por el contrario, que nada hay más práctico que una buena teoría y que toda práctica es fruto y origen de teorías, frecuentemente implícitas.
El dilema se intensifica cuando se pregunta cuál es el mejor camino que se debe recorrer para la formación: si es mejor ir de la práctica a la teoría o, más bien, desde la teoría a la práctica. Esta cuestión se plantea de forma acuciante en los procesos de formación docente.
He oído muchas veces a estudiantes en prácticas afirmaciones de este tipo:
– He aprendido más en una semana de prácticas en la escuela que durante un año en la Facultad.
Quien esto afirma no se da cuenta de que ese aprendizaje que ha hecho en la escuela ha sido posible gracias a la teoría adquirida en la Facultad. Otra persona, llegada de la calle y no de la reflexión teórica, no hubiera conseguido el mismo provecho durante ese tiempo en la práctica.
Por eso yo planteo la necesidad de ir de la teoría a la práctica y de la práctica a la teoría. Recorrer ese camino en los dos sentidos. Claro que la teoría ha de ser valiosa y la práctica ha de ser analizada con rigor para que propicie el aprendizaje. No soy partidario de que los alumnos hagan las prácticas solo en escuelas innovadoras, cohesionadas y entusiastas con proyectos educativos potentes. Porque lo que tienen que hacer es saber analizar lo que sucede, sea cual sea la riqueza de lo que sucede. Y también porque no saben en qué tipo de escuela van a trabajar. Pudiera ser que les correspondiera una escuela caótica, anquilosada y entristecida.
Hay ocasiones en las que debe anteponerse en el tiempo la teoría a la práctica. No se puede ir a un quirófano a adquirir teoría sobre la anatomía humana. Porque la ética impone unos conocimientos previos a quien va a operar. No se puede acumular conocimiento sobre pilas de cadáveres que ha generado la incompetencia. No se puede ir a un aula a aprender si se tiene toda la responsabilidad de lo que sucede. Hay que tener una formación previa. Nadie subiría a un avión con un piloto que pretendiera aprender a manejar el avión por ensayo y por error.
Otra cosa es aprender al lado de uno que sabe, como sucede en los períodos de prácticas en cualquier campo del saber. La asunción de responsabilidad progresiva exige un ritmo adecuado hacia la autonomía plena.
Hay que saber y hay que saber hacer. El saber es imprescindible para el saber hacer y el saber hacer de forma crítica hace que mejore la calidad del saber e, incluso, que se descubran nuevos saberes. Porque no está todo descubierto. Porque no está casi nada descubierto.
La teoría tiene que ser consistente y aplicable, tiene que destinarse a iluminar y orientar la práctica. Cuando se eluden las teorías es porque se piensa que son ineficaces para guiar adecuadamente las prácticas.
Si me preguntan en qué tanto por ciento considero importante la teoría y en qué tanto la practica digo que 100% la teoría y 100% la práctica. Ya sé que es una respuesta tramposa porque no es eso lo que se pregunta cuando se pretende repartir un porcentaje. Pero con la respuesta quiero expresar que las dos son absolutamente importantes y necesarias. Y la simbiosis de ambas es lo que confiere riqueza al quehacer docente.
Lo que pasa es que se suele identificar teoría con un saber alejado de la realidad, desconectado de la práctica, inoperante y estéril. No tiene por que ser así. Porque una teoría sobre la vida y la realidad hace que una persona consagre su vida a Dios en un Monasterio o que otra se convierta en un terrorista que se lleva por delante miles de vidas, incluida la suya. No se puede decir en estos casos que la teoría no tenga nada que ver con la práctica.
Por otra parte, no hay práctica sin teoría. Lo que pasa es que no se ha explicitado o no se ha desarrollado suficientemente. Quien desprecia la teoría está asumiendo la teoría de despreciarla. Pero la tiene.
He oído a profesores decir, al demandar cursos o recabar formación:
– A mí que no me vengan con teorías…
– Déjate de teorías…
– Eso es muy teórico…
– Esto, ¿para que me sirve?…
Hace unos días, la responsable de una editorial española que no quiero citar me decía que tenía interés en publicar un libro mío con ejercicios prácticos para docentes, pero que no quería libros teóricos porque los libros teóricos no tenían salida. Es una pena. El desprestigio de la teoría como un elemento ajeno y opuesto a la práctica es un error grave.
Un profesor me decía en un debate posterior a una conferencia que yo había impartido:
– A mí no me pagan por pensar, a mí me pagan por dar clase.
¿Cómo puede impartirse una clase sin pensar? ¿Cómo es posible deslindar de una manera tan burda la teoría y la práctica? Para este profesor, dar clase es una acción mecánica que no exige pensar, que no demanda tener teoría sobre lo que hay que hacer. Lo que decía más arriba: un craso error.
La teoría tiene que estar encaminada a orientar por el buen camino la práctica. Teorizamos para poder actuar con más lógica y más ética. Es decir, que la teoría ha de ser manejada en aras de guiar la acción a buen término. Conviene saber aplicar la teoría a la práctica.
Por ese se ha criticado algunas veces el conocimiento universitario como un saber alejado de la acción. Po eso ha desembocado la crítica en un clamor por el aprendizaje de competencias. Lo cual supone saber aplicar, saber hacer.
En el libro “Aplícate el cuento. Relatos de ecología emocional”, de Jaume Soler y M. Mercè Conanglia se cuenta esta sencilla historia debida, al parecer, la pluma de Ernest Kurtz.
Un joven vendedor se dirigió a un agricultor y comenzó a hablarle con entusiasmo sobre el libro que vendía.
– Este libro le explicará todo lo que necesita saber sobre la agricultura, afirmó el entusiasta vendedor. Dice cuándo sembrar y cuándo cosechar, describe los efectos del clima, lo que se puede esperar y cuándo esperarlo; explica todo lo que hay que saber.
– Joven, repuso el agricultor. No es eso en lo que reside la dificultad. Sé todo lo que dice el libro. Lo que encuentro difícil es hacerlo.
El agricultor de esta historia, con su actitud y sus palabras, subraya el refrán tantas veces repetido: del dicho al hecho hay un trecho, un trecho no menor que el que va del hecho al dicho. Hay dificultad en aplicar la teoría a la práctica pero no es menor la dificultad que entraña el hacer teoría que nazca de un modo de actuar inteligente y no mecánico. Repetir lo que hacemos sin interrogarnos, sin investigar, sin cuestionarse nada, hace que jamás surjan nuevas teorías y nuevos descubrimientos. La historia, la ciencia y la humanidad en general han avanzado gracias al diálogo fecundo entre la teoría y la práctica.
Estimado Miguel Ángel.
Yo debo ser uno de esos raros especímenes que cuando va a un curso, jornadas, congreso,… se interesa por la teoría. Generalmente, en estos eventos me hacen pensar, me dan nuevas ideas, me confirman otras que ya conocía, me relegan aquellas que consideraba como sólidas y confirmadas… No me aburren las ideas en las que se basan las teorías, me puede aburrir una persona que no sepa transmitirlas.
Las teorías surgen de la evidencia científica, y ésta última, a su vez, es fruto de la práctica. Ya sea de una práctica de laboratorio o de una práctica en la vida real. En mi centro solemos recibir a personas que realizan estudios científicos sobre nuestros alumnos o de la práctica docente. Es decir, el científico tiene que salir de su despacho y acercarse a la realidad para tomar una muestra de la misma para poder sacar posteriormente conclusiones que den lugar a bases teóricas.
También suelo recibir a alumnos universitarios en prácticas, y observo que muchos de los conocimientos teóricos adquiridos no están en relación con las competencias profesionales que se esperan de ellos en el futuro. No es posible que un futuro maestro no conozca un método concreto de lectorescritura, por ejemplo… o una didáctica de como enseñar las operaciones o los problemas matemáticos… No entiendo cómo alguien que no ha pisado un escuela puede decirle a un futuro maestro como actua un niño o niña de 7, 8 ó 9 años… Ya lo sé, me dirás que para eso están las prácticas…
También es cierto que, como bien apuntas, la práctica no otorga por sí misma sabiduría y conocimiento, hay personas que cumplen años en su puesto de trabajo acumulando siempre la misma experiencia, que por otro lado no tiene porque ser la adecuada. La experiencia es un grado cuando se sabe aprovechar, cuando se pone en tela de juicio y se debate, así vamos como diría la canción “un pasito palante, un pasito patrás…”. Realmente, a veces se da un paso hacia adelante y varios hacia atrás, en otras ocasiones sucede al contrario, se da un paso para atrás y se impulsa varios hacia delante. Y es evidente que se ha progresado en la mayoría de los ámbitos de nuestras vidas, en otros, no es que nos hayamos estancado, sino que se ha empeorado….
En eso consiste el proceso del conocimiento, la teoría y práctica van se interrelacionan y se favorecen mutuamente.
Espero que esta simbiosis se produzca igualmente entre tus reflexiones y la que realizamos los demás.
Un abrazo.
Estimado y madrugador Juan Carlos:
Desde el Hotel donde estoy alojado en Bogotá, donde he participado en un Congreso he leído tu comentario.
Hay una asunto que se deriva de las reflexiones que haces sobre las carencias de los alumnos de prácticas. A mi parece importantísimo el diálogo entre quienes estáis en la práctica y quienes enseñamos en la Universidad. Son clamorosas las evidencias que planteas en tu comentario pero, a veces, los alumnos no transmiten esas visiones que tenéis quienes, desde la experiencia, sabes lo que se necesita y no se da en la teoría académica.
También me parece importantísimo el diálogo de los alumnos que terminan y afrontan la actividad en las aulas. Tendremos que preguntarles qué es lo que sienten, qué es lo que echan de menos…
Un cordial saludo y buen fin de semana.
MAS
Buenos días familia.
¿Por qué resulta tan difícil llevar la teoría a la práctica?
¿Por qué muchas veces las prácticas no responden a la teoría que debe sustentarla?
¿No entendemos o no queremos entender las teorías cuando no se corresponden con nuestra práctica?
¿Qué pasa? ¿Qué nos pasa?¿ Por qué consideramos que la teoría es teoría, y no nos vale en el aula?
Os deseo buen fin de semana desde A Coruña (Galicia, España, Europa) al resto del planeta.
Éstas son preguntas que me surgen a raíz de la lectura del artículo de MA. Sé que él o cualquier lector o lectora podría darme respuestas, y encantado de que así sea.
Yo, por mi parte, he de confesaros que estoy descubriendo internet en esto de la búsqueda de información. Como diría mi abuela ¡canto mundo hai por ahí arriba! Es cierto; hay mucha información; lo difícil es dar con la que nos interesa, con la que nos vale. Yo voy a intentar encontrarla y compartirla.
Desde luego, esto me hace pensar que no se forma, no busca respuestas, no busca teoría, quien no tiene tiempo, quien lo quiere destinar a otros asuntos por el motivo que sea, o directamente no quiere.
Hasta ahora.
Estimado José Antonio:
Ahí estamos. En la búsqueda de respuestas. Pero lo primero que hace falta para encontrarlas es formular las preguntas.
Hay pocas preguntas. Creo que es importante la interrogación, la búsqueda. Suelo decir que la duda es un estado incómodo (algunos y algunas ni pueden dormir) y alado que la certeza es un estado intelectualmente ridículo. No se puede confundir pereza de pensamiento con firmes convicciones.
Yo creo que el desprecio de la teoría obedece a un error tremendo sobre su inutilidad. Y, en segundo lugar, a que muchas veces hemos explicado muy mal las teorías.
Un gran abrazo desde Bogotá.
MAS
Apreciado Dr. Santos,
Soy una alumna del grado de Educación Social de La Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Curso el cuarto año, y otra compañera y Yo estamos realizando un monográfico sobre usted.
Hay mucha información en Internet y he leído su libro ” La pedagogía contra Frankenstein ” que he encontrado francamente revelador. Y en ocasiones me he sentido muy identificada con alguno de sus artículos, como el de “mamá estudiante” ya que tengo 46 años y dos hijos.
Quiero felicitarle por su trayectoria profesional y por su obra. Por su tenacidad y por seguir compartiendo sus ideas y preocupaciones en relación a la vida en este blog.
En referencia al artículo de hoy de como la teoría y la práctica se necesitan y se retroalimentan mutuamente quería preguntarle si recientemente en Cataluña o en Tarragona ha llevado a cabo alguna experiencia para difundir alguna de sus ideas.
O si conoce algún centro educativo o institución o proyecto en qué lleven a la práctica sus fundamentos teóricos. Por ejemplo: ¿cómo evaluar?
Estaríamos muy agradecidas por su ayuda.
Le animo a que siga escribiendo i divulgando su riqueza de conocimiento para que los jóvenes y los que no lo somos tanto podamos aprender.
Un saludo de una mamá estudiante.
Querida María Teresa:
Muchas gracias por tus palabras, tan hermosas.
Gracias también por la inquietud que manifiestas.
Te aconsejo que conozcas EL MARTINET, una escolla pública sita en Ripollet.
Nosotros trabajamos con ellos desde el Departamento de Didáctica.
Un beso y ya me cuentas.
MAS
Buscando respuesta a mis preguntas iniciales, me he encontrado con la profesora Carmen Álvarez Álvarez, y me ha gustado su trabajo que luego he resumido mucho, pero que he querido plasmar por si alguien se encuentra demasiado perezoso para ir al original.
Aun así, se hace amplio, pero un tema complejo como éste no tiene explicaciones fáciles ni cortas. Toda la educación en sí, es compleja. Se lo escuchamos constantemente a Miguel Ángel.
Antes de pasar a Carmen Álvarez, quiero extraer del artículo las ideas fuerza de Miguel Ángel.
La simbiosis es una asociación de dos organismos de diferentes especies que se favorecen mutuamente.
Nada hay más práctico que una buena teoría.
Toda práctica es fruto y origen de teorías, frecuentemente implícitas.
El dilema se intensifica cuando se pregunta cuál es el mejor camino que se debe recorrer para la formación: si es mejor ir de la práctica a la teoría o, más bien, desde la teoría a la práctica.
Yo planteo la necesidad de ir de la teoría a la práctica y de la práctica a la teoría. Recorrer ese camino en los dos sentidos.
La teoría ha de ser valiosa y la práctica ha de ser analizada con rigor para que propicie el aprendizaje.
Hay ocasiones en las que debe anteponerse en el tiempo la teoría a la práctica.
Hay que saber y hay que saber hacer. El saber es imprescindible para el saber hacer y el saber hacer de forma crítica hace que mejore la calidad del saber e, incluso, que se descubran nuevos saberes.
La simbiosis de teoría y práctica es lo que confiere riqueza al quehacer docente.
Se suele identificar teoría con un saber alejado de la realidad, desconectado de la práctica, inoperante y estéril. No tiene por qué ser así.
Quien desprecia la teoría está asumiendo la teoría de despreciarla. El desprestigio de la teoría como un elemento ajeno y opuesto a la práctica es un error grave.
Teorizamos para poder actuar con más lógica y más ética. Conviene saber aplicar la teoría a la práctica.
Hay dificultad en aplicar la teoría a la práctica, pero no es menor la dificultad que entraña el hacer teoría que nazca de un modo de actuar inteligente y no mecánico.
Repetir lo que hacemos sin interrogarnos, sin investigar, sin cuestionarse nada, hace que jamás surjan nuevas teorías y nuevos descubrimientos.
La historia, la ciencia y la humanidad en general han avanzado gracias al diálogo fecundo entre la teoría y la práctica.
Miguel Ángel, eres muy buena persona y mejor docente. Hay tres palabras que usas mucho y te definen (a mi entender): FORMACIÓN, ÉTICA Y DIÁLOGO. Ésta última es fundamental en todo lo que abordas; comunicación, entendimiento, compartir, negociar; justicia, mejora.
NO TODOS LOS PROFESORES, INVESTIGADORES, EN CUALQUIER NIVEL DE LA EDUCACIÓN, SON COMO TÚ. De hecho, y por desgracia, eres minoría. Eso, si pienso en un solo campo, en una sola Facultad (Educación). No quiero ni imaginar cómo se entenderá esto en las otras.
Creo que las dificultades de establecer en el mismo plano la teoría y la práctica, están bien explicadas desde la perspectiva histórica.
Como para otro tipo de problema o tema, nos encontramos con distintos paradigmas que lo abordan: el científico-tecnológico, el hermenéutico-interpretativo (ambos dominantes y enfrentados); y un modelo que trata de superar los reduccionismos de ambos que denominan modelo dialógico de relación teoría-práctica (“construcción de una pequeña pedagogía” de Rozada).
No es necesario que te clasifiquemos, o te coloquemos en un determinado paradigma (tú eres como tú cuentas en cuanto a la clasificación de los alumnos), pero está claro por tu escrito que te colocaría en este último, sobre todo al leer uno de sus principios, y al ser calificado como un paradigma comprensivo que trata de conciliar ambos mundos: respeta la importancia de la teoría y la práctica separadamente. En este modelo, ni la teoría trata de dominar a la práctica, ni la práctica intenta dominar a la teoría, buscándose el establecimiento de relaciones dialécticas y dialógicas entre ambas. Coloca a la teoría y a la práctica en planos de igualdad.
Miguel Ángel. Ya sé que tú eres un investigador y un docente. Tú no eres ejemplo. Tú no eres ni el teórico que tenemos en mente, y menos eres el docente o profesor de una única disciplina, con una formación más o menos teórica inicial y que luego te quedas prisionero de tus prácticas personales de aula, haciendo teoría práctica con más o menos éxito.
Teoría frente a práctica educativa: algunos problemas y propuestas de solución.
Carmen Álvarez-Álvarez*
El artículo plantea los principales problemas que dificultan el establecimiento de relaciones entre el conocimiento sobre la educación y las prácticas reales de enseñanza en España en los últimos años.
Ofrece una perspectiva histórica: la distancia entre la universidad y la escuela, la ruptura fraguada desde el pasado entre la teoría y la práctica, la orientación académica de la formación inicial del profesorado, las culturas profesionales de los centros y la difícil comunicación entre teóricos y prácticos.
En el artículo se aportan líneas de trabajo que contribuyen a superar estas limitaciones desde la formación docente: la creación de ciclos de investigación-acción, los acuerdos interinstitucionales, la construcción de un conocimiento profesional docente, la adopción de un enfoque realista y la construcción de pequeñas pedagogías.
Se concluye con la relevancia del papel que tiene el profesorado para superar esta ruptura.
¿Qué es la ruptura entre teoría y práctica en la educación?, ¿por qué es difícil de salvar?
Primer problema: ¿qué entendemos por teoría y qué por práctica?
Klein afirma que los términos teoría y práctica son polisémicos, lo cual es una de las causas de la ruptura teoría-práctica: “Ninguno de los términos denota un significado claro en cualquier forma cuidadosa y consistente. Esta condición confunde más la comunicación entre los teóricos y los profesionales” (Klein, 1992: 193).
Segundo problema: una mirada a la evolución de las relaciones teoría-práctica.
Es interesante analizar cómo se ha construido la ruptura teoría-práctica en la educación porque el análisis histórico permite entender cómo se ha venido fraguando la quiebra entre el conocimiento y la acción a lo largo de los años, con consecuencias desafortunadas para la investigación y la formación profesional (Callejas, 2002). Hargreaves afirma: Desde una perspectiva histórica, podemos comprender por qué los profesores y los futuros docentes han considerado las facultades de educación demasiado teóricas y apartadas de la realidad de la enseñanza, y por qué, a la inversa, los académicos universitarios han considerado estos mismos cuerpos docentes como poco serios y respetables académicamente en sus esfuerzos y logros (1999: 121).
Tercer problema: la teoría y la práctica en la universidad y en la escuela.
Si pensamos que la teoría se gesta fundamentalmente en la universidad, y que la práctica se desarrolla en centros de enseñanza, tenemos una ruptura que es reflejo de la preocupante separación que existe entre la universidad y la
escuela, instituciones que trabajan en buena medida de espaldas entre ellas.
En ambas hay teorías y prácticas, pero el papel que juegan unas y otras en estas instituciones es bien diferente.
La razón de la distancia existente entre la universidad y la escuela es atribuida a los diferentes objetivos que guían las prácticas académicas (producir conocimiento científico) y los que guían al educador (planificar y ejecutar procesos de enseñanza-aprendizaje).
Pese a las diferentes finalidades de ambas instituciones, sería deseable que la universidad y la escuela trabajaran conjuntamente más de lo que lo hacen; sería deseable que se conociera más en profundidad lo que se hace en ellas por parte del profesorado de una y otra institución.
El profesorado de infantil, primaria y secundaria generalmente desconoce la investigación que las instituciones académicas producen (Klein, 1992; Gimeno, 1998; Broekkamp y Hout, 2007) y el profesorado universitario elabora conocimiento empleando métodos de investigación que no siempre garantizan el acercamiento y comprensión de la escuela con la profundidad que sería deseable (Callejas, 2002; Rockwell, 2009).
Cuarto problema: la teoría y la práctica en la formación inicial y las culturas profesionales.
La formación inicial y las culturas profesionales en las que se inserta el profesorado de cualquier nivel constituyen un problema que también dificulta las relaciones teoría-práctica.
La socialización profesional del profesorado de educación infantil y primaria se produce en las escuelas. La del profesorado de secundaria en los institutos de educación secundaria y la del profesorado universitario en las facultades y escuelas.
Estos tres espacios generan prácticas y culturas en las que el profesorado está inmerso (algunas son comunes a estas tres instituciones y otras son diferentes). Éstas son difícilmente transformables.
Quinto problema: la comunicación entre teóricos y prácticos.
El último problema que agrava la ruptura teoría-práctica es la difícil comunicación entre teóricos y prácticos (Gravani, 2008). Klein (1992: 192) ha señalado que “los teóricos hablan distintos idiomas de los profesionales y el lenguaje de los teóricos no es fácilmente comprensible por el profesional”.
En los mensajes académicos el pensamiento es más abstracto y descontextualizado, y el soporte habitual es el impreso; en los mensajes de la práctica el pensamiento es más concreto y contextualizado, y su soporte habitual es el oral.
El lenguaje de los académicos suele ser más amplio y riguroso y no siempre remite a aspectos concretos de la educación; en cambio, el lenguaje de los maestros suele ser más simple y restringido, y suele estar más contextualizado.
Mientras este segundo es accesible para los primeros, el lenguaje de los académicos suele ser de difícil comprensión para los docentes.
Además, “los teóricos publican sus trabajos en revistas especializadas que no son fácilmente accesibles o leíbles por los profesionales. Los teóricos hablan principalmente a otros teóricos como su mayor audiencia, más que a los profesionales” (Klein, 1992: 192).
La relación teoría-práctica supone romper con muchas de las tradiciones corporativas asentadas en los modos de trabajar de académicos y prácticos, tanto en la universidad como en la escuela.
Si tenemos en cuenta que la finalidad última de unos y otros es mejorar la enseñanza, parece evidente que hay que tratar de hacerles confluir de algún modo. Es posible plantear tentativas de solución, pero no caben respuestas fáciles.
PROPUESTAS PARA RELACIONAR TEORÍA Y PRÁCTICA.
¿Cómo puede intentar salvarse la ruptura teoría-práctica? ¿Desde qué instancias?
Primera propuesta: la creación de ciclos de planificación, acción, observación y reflexión.
Kemmis y McTaggart (1982) elaboraron un modelo comprensivo de relaciones entre la teoría y la práctica que ha sido compartido por los autores vinculados al enfoque de la investigación-acción; se centra en el papel protagonista del docente en todo el proceso educativo como agente fundamental en la mejora de la enseñanza.
Este modelo propugna que el profesorado, a partir de la reflexión sistemática sobre su práctica, puede aclarar y desarrollar sus valores y opciones profesionales, ampliar la comprensión de los fenómenos educativos y comunicar los resultados de su investigación.
Segunda propuesta: la generación de acuerdos interinstitucionales.
Para Huberman y Levinson el principal problema de las relaciones teoría-práctica reside en la desconexión que existe entre la universidad y la escuela, de tal manera que las relaciones teoría-práctica pasan necesariamente por la coordinación y colaboración de modo permanente e intenso entre ambas instituciones.
De los acuerdos tomados se benefician universidades y escuelas porque se refuerza tanto la investigación como la enseñanza y las prácticas pedagógicas (Huberman y Levinson, 1988: 61).
A estos vínculos generados los denominan “acuerdos interinstitucionales”.
El modelo generado por Huberman y Levinson (“acuerdo interinstitucional”) se opone al modelo dominante, al que denominan “teoría de la transferencia”, según el cual los diferentes tipos de conocimiento (el conocimiento artesano de la enseñanza y el conocimiento fruto de la investigación) se comunican desde su lugar de origen (o lugar de “producción”) hasta las personas e instituciones que utilizan estos recursos; es posible descomponer el proceso en cuatro elementos: la generación del conocimiento en el sistema fuente, la transferencia, la utilización de los conocimientos transferidos dentro del sistema usuario y la comunicación de necesidades, preocupaciones y reacciones desde el sistema usuario al sistema fuente.
Cuarta propuesta: la adopción de un enfoque realista.
Korthagen se ha ocupado también de elaborar un modelo de relaciones teoría-práctica que supere los habituales, sobre todo el técnico, que tan insensible se muestra a la cultura escolar, proponiendo un enfoque novedoso, conocido como “realistic approach” (enfoque realista), que trata de superar la ruptura teoría-práctica (Korthagen, 2007, 2010; Korthagen y Kessels, 2009).
En el enfoque realista se parte de problemas prácticos concretos y de las preocupaciones experimentadas por los docentes (convertidos en estudiantes e investigadores) en contextos reales.
Su objetivo es la promoción de la reflexión sistemática de los docentes y de su alumnado, para pensar y actuar sobre su contexto.
El énfasis de este modelo reside en la formación del profesorado y en la capacidad de éste de afrontar reflexivamente su práctica, acogiendo ideas de la teoría que le ayuden en el proceso a crecer como profesional.
Quinta propuesta: la construcción de una “pequeña pedagogía”.
Para Rozada, la forma de relacionar teoría y práctica depende principalmente del docente y del establecimiento de pilares intermedios entre una y otra, lo cual le lleva a reconocer un plano de teoría y otro de práctica que se atraigan, en lugar de repelerse; a estos planos los denomina “teorías y prácticas de segundo orden” (Rozada, 2007).
Para superar la ruptura teoría-práctica el autor plantea que es necesario emprender varios caminos de encuentro entre ambas realidades, es decir, construir una “pequeña pedagogía”: “la región” a medio camino entre la práctica docente en la escuela y la teorización académica; un lugar fronterizo y complejo recorrido por múltiples caminos de ida y vuelta.
Rozada denomina como “pequeña pedagogía” de segundo orden a las relaciones que un docente puede ir estableciendo entre los planos teórico y práctico; esta pedagogía prácticamente se identifica con el desarrollo profesional permanente de un docente.
Se trata de un territorio fronterizo y complejo, recorrido por múltiples caminos que se pueden desarrollar a través del estudio, la reflexión y la acción.
A través de ellos el profesor desarrolla su trabajo al mismo tiempo que se forma y crea las condiciones para evitar la alienación profesional.
Desde este enfoque se plantea la necesidad de un docente cuya racionalización sobre su práctica sea superior a la pura acción cotidiana, y cuya aproximación al conocimiento sobre la enseñanza no lo deje sometido a la lógica universitaria; es decir, un docente que mantenga como exigencia profesional el cultivo de ambas vertientes.
LA RELACIÓN TEORÍA-PRÁCTICA: DIFÍCIL, PERO NO IMPOSIBLE.
Las relaciones entre la teoría y la práctica educativas son posibles, si bien suelen ser más difusas de lo deseado.
En la superación de la ruptura teoría-práctica no hay recetas. Son muchas las causas de la ruptura, no todas se conocen todavía y se encuentran relacionadas dialécticamente entre ellas (Klein, 1992).
No obstante, a partir de los modelos anteriores es posible vislumbrar posibles caminos que nos ayudan a avanzar en la relación entre el conocimiento y la acción y superar algunos de los problemas que tienden a separarlas.
Como dejan entrever los modelos comentados, puede concluirse que el profesorado ocupa un lugar central en la relación entre la teoría y la práctica en la educación; no obstante, también los gestores tienen un papel relevante, como plantea el modelo de Huberman y Levinson que establece la necesidad de generar acuerdos entre instituciones educativas.
Afortunadamente, aunque los problemas existen, también hay posibilidades para hacer posible la relación teoría-práctica.
Siempre será algo difícil, pero no imposible, sobre todo para aquellos profesores e instituciones que se lo propongan firmemente, y si se enfocan en la mejora personal, profesional e institucional, de cara a conseguir la emancipación docente a todos los niveles.
Dados los desarrollos legislativos que se están produciendo en los últimos tiempos, parece pertinente que sean los profesores quienes conscientemente se inicien en procesos de revisión de sus teorías y prácticas.
Los mecanismos de “control” desarrollados para supervisar las labores docentes, lejos de pretender la emancipación del profesorado, estrechan su cerco de pensamiento y acción y fijan su mirada hacia las evaluaciones externas de su desempeño, alienando al sujeto.
Frecuentemente la experiencia de los profesores los vuelve resistentes y los convierte en sujetos rutinarios; a pesar de ello, al construir su pensamiento y su práctica con profesionalismo pueden adentrarse en un proceso de relación teoría-práctica que les lleve hacia el desarrollo profesional y la emancipación.
Al conocer los entresijos de la educación, serán capaces de aprovechar su práctica docente para superar las desigualdades sociales que el sistema escolar impone.
Bien, chicos y chicas. Como suelo pensar después de una larga lectura que me haga pensar, a la vez que me cree muchas dudas nuevas, hasta aquí hemos llegado, esto es lo que hay.
Yo, el lunes, no tengo que ir a clase, por desgracia para mí. Pero, los que sí tenéis que ir, y este curso ya se acaba, yo me preguntaría qué pienso hacer, qué puedo hacer, cómo puedo ser mejor maestro, cómo puedo mejorar mis prácticas, cómo puedo hacer mis clases más atractivas, cómo puedo enseñar mejor, cómo puedo ser mejor persona para mis alumnos y todos los que formamos la institución educativa, …
Os digo una cosa. No hay cosa que más me reviente que seamos los primeros culpables, no los únicos, de que los educadores (maestros y maestras) seamos considerados poco inteligentes (¿cómo se entiende que las administraciones y la universidad piensen que nos lo tienen que dar todo bien masticadito, reduciendo nuestro papel a meros aplicadores de lo pensado por otros).
Mayoritariamente, nunca hay un estereotipo que no parta de un fondo de verdad. Eso es lo que tenemos que cambiar. ¿Cómo? Todos lo sabemos.
Nos dicen que no entendemos los lenguajes de los “teóricos”. ¿Es verdad? Si es así, ya sabemos lo que tenemos que hacer.
Nos dicen que nos encerramos en “nuestras” aulas, y nos ocultamos del exterior, que no sabemos trabajar en equipo o de forma coordinada. ¿Es Verdad? Si es así, ya sabemos lo que tenemos que hacer.
(No sigo, aunque debería y podría. Seguid vosotros y vosotras).
Ante todos los problemas que nos encontremos, creo que es mejor buscar soluciones y respuestas de forma compartida y no individual.
Si pretendemos enseñar a “aprender a aprender”, no me digáis que no podemos hacer un proceso constante y permanente de autoformación buscando respuestas a nuestros problemas prácticos. Hay mucho escrito. No lo desperdiciemos y tratemos de hacerlo nuestro y compartirlo, o criticarlo por no válido, a nuestro juicio, siempre, como nos recuerda Miguel Ángel cada sábado, argumentando a ser posible por escrito, nuestras críticas o dificultades.
Nunca debemos olvidar que nuestros problemas de formación, de llevar nuestras intenciones a la práctica, nuestras deficiencias van a repercutir en los alumnas y alumnos que tengamos a nuestro cargo. No vendemos zapatos. Hemos escogido una forma de ganar la vida de los demás compleja.
Debemos asumirlo. Reconocer nuestras debilidades y ponerle solución. Todo pasa por nuestras manos. ¿Queremos prestigiar la profesión? ¿Queremos ganar autoridad? ¿Queremos cambiar lo que se piensa de nosotros? GANÉMOSLO. NO LES DEMOS LA RAZÓN, MEJOR, NO DEMOS RAZONES PARA PENSAR COMO PIENSAN.
Cierto es que nos suelen dar por todos lados. ¿Están todos o están en todo equivocados?
Bien. Ya que hoy toca teoría (si no quieres taza, taza y media), y es que yo no puedo ofrecer mucho más, no puedo olvidarme de Xurxo Torres y su relación política, sociedad, ciudadanía, escuela. Justicia social.
Pensemos en sus palabras trasladadas a los conflictos teoría-practicas y recordemos las distintas propuestas para superar nuestros viejos conceptos; pensemos cómo llevar estos pensamientos a nuestra práctica, y recordemos que tampoco se trata de todo o nada; se hace lo que se sabe y puede, ya doy por supuesto que se quiere.
La escuela es una institución clave, para desarrollar las capacidades personales, para pensar críticamente y movernos en este mundo de la sociedad de la información. Nosotros tenemos como ciudadanos que aprender a leer y analizar críticamente.
Para mí hay una dimensión clave en el sistema educativo, que es construir a las personas optimistas.
Una sociedad optimista es una sociedad en la que sabemos diagnosticar los problemas, pero sabemos que esos problemas tienen que tener solución. Y por lo tanto tenemos que dedicarnos todos a buscar soluciones para construir una sociedad más democrática, más justa, mucho más solidaria en la que podamos vivir todos más plenamente como seres humanos.
Sólo tenemos que pensar en el caso de los “papeles de Panamá”. Detrás de ellos debe de haber buenísimos profesionales para poder montar ese entramado financiero pala evadir impuestos, robar y delinquir. Saben mucho de finanzas, de matemáticas y derecho. Pero lo que les falta es ética; no tuvieron formación humanística, no son capaces de pensar en las condiciones y efectos de los actos que están haciendo, en las personas que sufren el hecho de que roben. Y eso no estaba en las materias que miden PISA y las reválidas.
Vivimos en una sociedad en la que nos están diciendo que no se puede hacer otro tipo de proyecto. Los profesores tienen miedo a quedar mal, las evaluaciones externas son tramposas y sirven para construir la privatización.
Estimado José Antonio:
Tú brindas materia para estar todo el día enganchado. Da gusto ver tanta efervescencia de ideas.
Solo unas consideraciones sobre la idea de que las evaluaciones externas son tramposas. ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO.
Hay un interesante libro del sociólogo Julio Carabaña al respecto.
Hace tiempo publiqué un artículo titulado ¿VIENE PISA DEL VERBO PISAR?
– Comparan lo cincomparable.
– No tienen en cuenta el punto de partida.
– No tienen en cuenta el contexto.
– Solo evalúan una parte del currivculum
– Le quitan al docente autonomía
– Convierten el medio en el fin, ya que la finalidad ahora es mejorar el puesto en el ranking
– Se convierten en un gran negocio
– Da mas a quines tienen mas
Quizá dedique un artículo a este tema en las próximas semanas.
Un cordial saludo.
MAS
Llevo trabajando con niños como Tecnico Especialista hace más de quince años. Al principio seguía un método editorial que me organizaba los contenidos, las actividades, hasta la evaluación. Desde luego era muy cómodo. Pero me daba cuenta de que muchas veces las actividades no resultaban como en el método se explicaba y tratando de encontrar la causa tomé conciencia de que no conocía en profundidad la justificación ni el porqué de esas actividades. Durante un tiempo leí mucho, indagué y busqué información por mi cuenta para comprender muchas de las situaciones que se dan en el proceso educativo y de enseñanza-aprendizaje, y poco a poco fui cambiando mi forma de hacer. Pero también me di cuenta de que toda esa información de alguna forma caótica y desorganizada, necesitaba ser ordenada para ser más efectiva. Finalmente decidí matricularme en Magisterio.(Educación Inafantil)
Fui compaginando mi trabajo y mi vida personal con el estudio de la carrera (Yo también he sido mamá-trabajadora-estudiante), y creo que fue una de las situaciones más enriquecedoras tanto para mí como para mis alumnos, que encarna bien la simbiosis entre teoría y práctica que se reivindica en esta artículo.
Los trabajos que había que presentar en cada asignatura los orientaba siempre hacia mi grupo-clase y eso suponía llevar a la práctica lo que estaba aprendiendo en el mejor laboratorio que pueda existir, el aula. Pude darme cuenta de que es indispensable conocer bien la teoría que sustenta la práxis porque conociéndola es más fácil entender qué es lo que no funciona cuando los resultados no son los que uno espera. O conocer diferentes métodos de enseñar un mismo contenido, porque también los alumnos tienen diferentes formas de aprender. O dar más importancia a unos aspectos que a otros según el momento evolutivo del niño. Incluso ofrecer consejos a los padres no con el mero razonamiento “no es bueno que…”, sino explicando la auténtica fundamentación de esos consejos (con lo que conseguía que fueran mejor aceptados).
A su vez los foros de cada signatura nos permitían aportar y poner en común nuestras propias experiencias y enriquecer así la teoría. Otras veces comentábamos algunos de esos trabajos de los compañeros y pude observar que a menudo se proponían actividades muy vistosas pero poco reales en relación a las capacidades al alumnado al que supuestamente iban destinadas. Y curiosamente eran trabajos de compañeros que aún no tenían contacto con el aula. Es decir, nacidos de la teoría pero huérfanos de practica y por lo tanto poco factibles.
Bueno, con todo esta exposición quería refrendar la idea de la necesaria simbiosis entre teoría y práctica. Creo que no sería mala idea que las Universidades establecieran convenios con las escuelas, con los colegios, con los institutos, para que esas prácticas de unos pocos meses se ampliaran bastante más, para realizar investigación educativa en las propias aulas, para que los maestros que llevan tiempo enseñando de forma rutinaria volvieran a ser alumnos entusiastas. Reivindico, como José Antonio, la necesidad de los maestros de seguir formándose y tener actualizados los métodos pedagógicos.
Y apunto algo que me parece importante, y vuelvo a coincidir con José Antonio, derribar los muros del aula y compartir con el resto de la comunidad educativa nuestro saber hacer fruto de la práctica, ( hoy las nuevas tecnologías lo permiten), como hace Miguel Angel y el resto de tertulianos, como hacen las personas que escriben blogs, los que suben vídeos de su trabajo, (una imagen vale más que mil palabras), los que escriben artículos y conceden entrevistas para explicar lo que hacen, etc. Porque ese importantísimo capital experiencial no lo encontraremos ni en los manuales ni en las explicaciones del profesor universitario.
Saludos,
Lucía.
Querida Lucía:
Interesante comentario. Interesantes propuestas.
Creo que sería interesante revisar las prácticas para la formación de docentes. Creo que son cortas y que tienen que estar mejor aprovechadas:
– Tiene que existir un diálogo intenso entre los profesores tutores de las prácticas y los maestros.
– Los tutores universitarios tienen que pisar y vivir también la escuela.
– Deben ser bidireccionales: ir de la teoría a la práctica y de la práctica a la teoría.
.- La teoría de las asignaturas tienen que ir encaminada a comprender las prácticas.
– Las Memorias de prácticas tienen que escribirse y analizarse con rigor.
El problemas de los libros de texto, en ocasiones (como te pasó a ti) no ayudan realizar una práctica rica, comprensiva y ADAPTADA.
Besos.
Buen fin de semana.
MAS
Hermoso artículo. Me ha encantado.
Comparto la idea central de que la teoría y la práctica tienen que realimentarse.
Es un error despreciar la teoría y es una limitación limitarse a ujna práctica mecánica.
Saludpos y buen domingo.
Es verdad que hay sensación sobre la inutilidad de las teorías. Y también sobre la idea de que la formación universitaria es muy teórica (en el sentido peyorativo del término).
Habrá que redimensionar la teoría. Pero la buena teoría.
Porque, claro, el problema consiste en que las teorías sean endebles o inconsistentes.
Saludos a todos los lectores y comentaristas del blog.
Estoy de acuerdo. Ni solo teoría ni solo práctica mecánica. Hay que ir de una a otra. En las dos direcciones.
Me parece mejor ir de la práctica a la teoría que de la teoría a la práctica, aunque veo necesario recorrer los dos caminos.
Saludos y gracias.
Buenos días.
Mi padre siempre está con el maestro en la voca. Yo le pregunto por qué estás siempre que si el maestro esto, que si el maestro lo otro. Me contesta que le gusta esa palabra por lo que significa y porque lo define.
He tenido que ponerle al día, y le dije que si entra en mi clase y dice que es maestro se le ríen a la cara. Va el tío y me pregunta que cómo les llamamos.Ostras, cómo les vamos a llamar, por su nombre. El tío no sé qué me pregunta, siempre me está preguntando. No se aclara. He tenido que decirle que maestro es una palabra antigua.
¡Ay! ¡Padres!
Perdón. ¿Boca es con b?
Estimado Marcos:
Pes a mí, como a tu padre, la palabra maestro me encanta.
Me gusta más que profeso y que docente. Tiene un contendido m´r tico y más profundo.
No creo que sea “antiguo” llamar a quien enseña maestro.
Pudo haber connotaciones peyorativas cuando el maestro tenía una titulación de Diplomara y el profesor de Licenciatura. Pero ahora, no.
Ojalá todos pudiésemos merzecer el nombre de maestros.
Saludos.
Miguel Ángel nos dice: “Yo creo que nada hay más práctico que una buena teoría”. Por eso yo pido:
DADME UN POCO MÁS DE TEORÍA, POR FAVOR.
Pero antes, quiero recordar que hoy se celebró el día del primer beso, y que, mientras comía, escuché en la radio al gran Manolo Rivas; (a ver si me acuerdo de lo fundamental) contó en forma muy poética cómo había sido su primer beso; Instituto, compañera, se gustaban, guateque, apagón de luz, se besan; y dice él, hasta ese momento, nos habíamos tocado con los ojos, pero, en ese momento, nos vimos con la lengua y los labios. ¡Qué bien se ve en la oscuridad!
Una confesión. (nadie es perfecto). Este pasado domingo he pecado; sin tenerlo pensado, he acabado en misa de 11:30, la misa de los niños y niñas. Allí me enteré que era el día de La Santísima Trinidad. Hay que reconocer que la iglesia estaba muy bonita con todas las flores, pues estamos en el mes de mayo, y con el murmullo de niños y niñas mientras esperaban al cura para comenzar. Es uno de los pocos sitios en los que puedo cantar, aunque sea bajito, sin que me tomen por loco o borracho.
Por ahí, debe haber algo escrito que dice que es más difícil reaprender que aprender por primera vez. Debe ser algo así como enfrentar la reforma a fondo de una casa o hacer una nueva. Primero, hay que destruir lo que hay para hacerlo nuevo sobre lo anterior, con materiales adaptados, … más difícil que hacer una construcción nueva con materiales actuales. Esto viene a cuento de que cuando te instalan algo por vena, es muy difícil de destruir, muy difícil de cambiar totalmente. De todas formas, lo pregunté, pero nadie quiso acompañarme. Y si os digo la verdad, creo que la institución iglesia y la escuela, no se diferencian tanto, ni en su organización, ni en sus objetivos (hablo de realidades, no de ideales, sobre todo para la escuela). Para pensar.
Cambio de tercio.
Vamos a la teoría y a la práctica. (Me da un poco de pena ver poca participación, contando con un participante tan aprovechable como es Miguel Ángel, con sus opiniones aclaratorias y educadoras, aparte de muy teoricoprácticas) (Sé que el tiempo es el que es y que estáis saturados de todo tipo de quehaceres profesionales y también debéis tener una vida privada fuera de la profesión; el remate de curso tampoco ayuda o es el mejor momento).
Voy a sacar unas cuantas ideas de autores, entre ellos nuestro anfitrión en ésta, su casa. Las citas están sacadas de la revista de educación Kikirikí nº 33, del año 1994 (ya llovió, pero los años en educación y en estos temas, son pocos). El tema es “Investigar en el aula: aprendiendo a comprender”.
En su actividad práctica el docente se enfrenta, se una manera mecánica y rutinaria, a complejos problemas en unas situaciones siempre cambiantes.
Si queremos ganar reconocimiento social hacia las prácticas educativas y hacia nuestra profesión, debemos abandonar la concepción positivista de la educación, técnica, irreflexiva, repetitiva, eficientista, subordinada a teóricos ajenos al aula, que mina la comprensión y la autonomía de educador y, por tanto, impide su desarrollo profesional.
La investigación en la acción como paradigma alternativo de investigación es una potenteherramienta que favorece el desarrollo profesional, que ayudará a recuperar la autonomía y a superar la RUPTURA ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA, y la democratización del conocimiento y la toma de decisiones.
El artículo de Miguel Ángel se titula: “La incertidumbre, sendero de la investigación educativa”.
Los investigadores profesionales no son las únicas personas capaces de desentrañar el significado, frecuentemente oscuro, de los fenómenos educativos.
…investigación que realizan los profesionales cuando, preocupados por la calidad de su práctica, se interrogan sobre la misma y comienzan a buscar en la realidad indicadores rigurosos que permitan comprenderla y explicarla.
Esta investigación:
– La realizan los profesionales.
– Surge de la interrogación.
– Se realiza sobre la misma práctica.
– Tiene carácter colegiado.
– Pretende comprender la práctica.
– Trata de mejorarla.
– Busca la racionalidad.
– Desea conseguir la justicia en el desarrollo de la acción.
Es necesaria la chispa de la incertidumbre, focalizada en la propia práctica. La infalibilidad, es una trampa. Los dogmas didácticos, las certezas teóricas llevan consigo rutinas comportamentales.
Responder a las preguntas que nacen de la incertidumbre es investigar. Dar respuestas rigurosas.
La incertidumbre puede situarse en el conocimiento. Puede referirse a las decisiones que se toman para organizar la práctica. Puede instalarse en los resultados de la acción y en la interpretación de los mismos.
Los facilitadores externos no son los investigadores sino auxiliares de los profesores que indagan sobre sus prácticas: De esta forma SE ROMPEN LAS DIVISIONES FUNCIONALES QUE CONVIERTEN A UNOS EN TEÓRICOS Y A OTROS EN PRÁCTICOS. Las relaciones se basan en el intercambio.
Hay, entre otros problemas, uno que es grande, y es el de siempre; el tiempo; la falta de tiempo.
De nuevo, se mete a los profesores en una trampa. (Tranquilos todos, que, de momento, estáis fuera de ella; se vuelve, si es que alguna vez se ha dejado, a ejercer de técnico aplicador de las teorías y demás contenidos educativos pensados por otros. Uf, ¡qué alivio! ¡Ya pensé que teníamos que pensar en la escuela! Además, se usan unos palabrones que nos los entienden ni en su casa. ¡Mientras no me quiten el libro del profesor! (El de las buenas respuestas).
Ya nos contarás, Miguel Ángel, cómo va el asunto de José Antonio Marina y sus compañeros expertos para pensar una reforma para 30 años, acordada o apoyada por todos los partidos con por un acuerdo mayoritario. ¿Sabes algo?
¿Será una cosa “muy masticada” o será muy abierta pensando en que los profesionales en la práctica la vayan llenando de contenido al modo de lo que hemos venido narrando anteriormente? ¿No era que las reformas nacidas o implantadas por teóricos exteriores, difícilmente tendrán el éxito que pueda que se merezcan, si no se cuenta con los protagonistas encargados de llevarlas a cabo? ¿O es que nos son exteriores?
Siempre el tiempo. Mañana sigo, pues es de noche.(Vamos a la cama, que hay que descansar, para que mañana, podamos madrugar)(Para los más veteranos, que seguro que se acuerdan).
Hola querido maestro!
Totalmente de acuerdo. La teoría y la practica son indispensables, co existen, se complementan, se maridan, no funciona bien una sin la otra. Es como en el teatro, si no te sabes la letra, si no estudiaste el libreto, por mas talento y experiencia que tengas es probable que algo salga mal y pases un papelón; pero si te sabés toda la letra y no ensayaste, no te ejercitaste, no repetiste muchas veces tu actuación frente al espejo para ver tus propios errores y tratar de corregirlos, tal vez también hagas un mal papel. Así de sencillo es como lo entiendo, lo comparto y lo he vivido por años.
Abrazo grande desde Córdoba Corazón de Argentina.
Estimada Nancy:
Hermoso ejemplo el del teatro.e ve clara la necesidad de la simbiosis. La interpretación da fuerza al texto y el texto permite y hace posible una buena interpretación. Las dos parte se necesitan, se ayudan, se potencian, se enriquecen…
El problema reside en la atrofia o en el desprecio de una de las partes
Es un error despreciar despreciar la teoría como inútil.
Es otro error no menos grave olvidarse de la práctica y quedarse en la mera elucubración teórica.
Besos desde España.
En junio viajaré a tu (mi) país.
MAS
Personas, buenos días.
1.- Mi teoría es que estoy de acuerdo en todo lo que se ha dicho sobre la teoría y la práctica. Lo mejor de estas reflexiones es, desde mi punto de vista, que se pueden aplicar a todos los ámbitos de la vida, además de a la docencia.
2.- Pero también es mi teoría que éstas por sí solas, aunque no tienen alternativa que las sustituya, hacen que el taburete de la profesionalidad se caiga. Para sostenerse necesitan una tercera pata, llamémosle, la guerra, la realidad, la supervivencia, el ejercicio real de la profesión, el ser un agricultor que entra en el mercado aportando sus productos y que tiene que realizarse como persona y familia viviendo de ello, etc.
3.- En lo que concebimos como práctica, falta el matiz más importarte para imprimir personalidad o profesionalidad, que es el obligado sentido de la responsabilidad. Es lo que he visto, es lo que he vivido. El practicando inconscientemente no espera consecuencias negativas de la posiblemente mala capacidad en las prácticas. No tiene temor a la realidad de la vida, no pierde nada o poco
4.- Como Uds. saben estuve en Monte Arruit (1921) y en el frente de Mequinenza, Provincia de Zaragoza (Julio de 1938). Los soldados que llegaban nuevos a reemplazar a los caídos, caían como moscas. Traían teoría, y práctica, les faltaba la enseñanza y profesionalidad que imprime el silbar de las balas por encima de sus cabezas. Los más veteranos cada vez se hacían más veteranos, morían menos de ellos en las confrontaciones. Es una metáfora, válida para todo en la vida.
5.- Volvamos al ejemplo del agricultor, en un intento más de explicar la/mi teoría. Ingeniero agrícola. Prácticas en laboratorios y fincas, tratando abonados, riegos, insectos, heladas, sol, viento, ph, Alemania, consumo, mercado, todo muy bonito. Ingeniero agrícola sin un céntimo en el bolsillo, el dinero o la falta de él imprime mucho carácter y profesionalidad. Veamos. Solicitar préstamos, subvenciones, ayudas al abuelo y a aquella tía solterona. Arrendar tierras a 0,06 euros/metro cuadrado/año, aquí viene el primer pellizco en el estómago. Comprar semilla, gastos, gastos, gastos. Como caiga la helada de marzo el maíz no nace, otro pellizco en el estómago, otro plus de personalidad, las patas de gallo de los ojos se le agrandan al Ingeniero. Para qué seguir contando, el trato con los mayoristas, con la Administración, el constante pellizco en el estómago por la incertidumbre no se aprendió ni en el TEORÍA ni en la PRÁCTICA, pero son la tercera pata que hacen que el taburete de la profesionalidad no se caiga.
6.- Los Estados de mucho intervencionismo permiten que en el desempeño de la tercera pata sirva o se mantenga en el puesto todo el mundo, hasta los inútiles profesionales (y como saben no hablo de los que tienen alguna particularidad especial de tipo físico o psíquico). El docente del servicio público de enseñanza, o el funcionario del servicio público en general, si quiere lea, y si quiere que haga un reconocimiento de su funcionalidad aplicándose lo que proceda.
Me voy a regar.
Tengan un buen día (en imperativo).
Me parece muy interesante el artículo. Hace pensar y eso siempre es bueno.
Ayuda a profundizar en las teorías que inspiran la práctica y a que pensemos en la práctica para poder entender mejor lo que hacemos.
Yo soy de las que decían: déjame de teorías. Pero creo que es una equivocación, ya que la teoría te ayuda a mejorar la práctica.
Un abrazo y gracias a todos y a todas.
Estimado José Antonio:
Me parece que es interesante lo que subrayas respecto a la división de teóricos y prácticos.
Siempre ha existido una peligrosa separación.
A. Los teóricos/investigadores
– Se les considera más inteligentes.
– Cobran más dinero.
– Se dedican a investigar.
– Tienen más jerarquía epistemológica. Lo que dicen va a misa.
– Les consultan los políticos cuando pretenden cambiar la escuela.
– No están en la práctica.
– Escriben sin parar.
B. Los prácticos/los profesores
– Se les considera menos inteligentes
– Cobran menos dinero
– Se dedican a dar clase
– Tienen menos jerarquía epistemológica
– Los políticos no les consultan
– No se dedican a la investigación
– Nunca escriben.
Creo que esta es una división perniciosa. Porque no es verdad que los prácticos no sean igual de inteligentes, no es cierto que no tengan nada que decir, no es justo que cobren menos, no es bueno que no escriban…
Tiene que mejorar el status de los prácticos. Tienen que tener tiempos para investigar, tienen que publicar sus investigaciones, tienen que ser consultados, tienen que mejorar sus sueldos…
Esta situación es muy nociva. Hay que cambiarla.
Tengo que irme.
Un abrazo.
MAS
Estimado Quintiliano:
Muchas gracias por tu participación. Es de verdad clara, concisa y enriquecedora. – De acuerdo en que las reflexiones sobre la simbiosis de teoría y práctica pueden aplicarse a otros ámbitos.
– Muy de acuerdo en tu visión sobre la “tercera pata”. Es indispensable la experiencia y la responsabilidad en la experiencia.
– Excelente ejemplo el de la guerra.
Buen riego.
MAS
Buenos días familia.
A vueltas con el tema que nos ocupa, voy a tratar de llevarlo todo lo que sepa, al terreno personal.
1.- En primer lugar, me gustaría contaros que estoy muy contento con y por el pueblo gallego. Parece que está dormido pasando de todo y sin enterarse de nada, pero no es así. Ha decidido que no está de acuerdo con la forma de evaluar de PISA, y ha conseguido que, de momento, se paralice. Bien por la ciudadanía, que quiere hacerse escuchar y no deja que la mingoneen.
2.- Siguiendo un poco con el tema de la evaluación externa, y cuáles deben ser sus finalidades, (ya lo tenemos muy comentado, y, además, Miguel Ángel promete escribir sobre PISA en breve), traigo a colación el tema del trato que debe dar la escuela a la diversidad:
Educar es una tarea moral, ya que implica tomar en consideración dimensiones morales. La enseñanza y el aprendizaje, como prácticas sociales, siempre implican cuestiones acerca de propósitos y criterios para la acción (sean o no compartidos), decisiones sobre la aplicación de recursos (incluyendo autoridad y conocimiento), y acerca de responsabilidades y consecuencias de esas acciones.
Nos aparecen los conceptos de MORAL, PRÁCTICAS SOCIALES, PROPÓSITOS, RECURSOS y RESPONSABILIDAD/CONSECUENCIAS.
– Distingue estos tres modelos para afrontar la diversidad:
1) La asimilación.
2) El pluralismo superficial.
3) La educación multicultural crítica.
– Tratando sobre la tercera opción nos cuenta:
Por consiguiente, comprometerse con una educación multicultural crítica implica asumir como punto de partida que vivimos en una sociedad racista; o sea, que las estructuras económicas, políticas, culturales e ideológicas de nuestras comunidades favorecen más a quienes pertenecen a una determinada raza, la blanca o caucásica, y son considerados por las leyes vigentes como ciudadanos y ciudadanas con plenos derechos. Para tratar de hacer frente a estas situaciones de injusticia, también a la educación se le otorga un papel muy importante, pues se ve en ella la posibilidad de capacitar a las personas para desmantelar los discursos, prácticas y estructuras que reproducen el racismo.
El sistema educativo en todas sus etapas tiene que prestar atención a los niveles de intolerancia que se pueden llegar a promover, en la medida en que se oculten, distorsionen o difamen culturas, creencias, costumbres, aspiraciones de colectivos humanos, cuyos miembros tienen derecho a convivir en cualquier lugar de este planeta.
Es preciso ser conscientes de las limitaciones del sistema educativo para hacer frente a todos los males sociales.
Es imprescindible exigir el concurso de todos aquellos organismos económicos, políticos, culturales y sociales que están implicados en los modos de funcionar de nuestras sociedades. Es importante caer en la cuenta de que la solución de los problemas de marginación, requieren intervenciones simultáneas y coordinadas en diferentes ámbitos y no sólo en uno de ellos. Necesitamos políticas de mayor coordinación entre los distintos Ministerios y Administraciones si realmente deseamos construir una sociedad más humana, justa, solidaria y democrática.
En una democracia, las personas tienden a conseguir aquello por lo que se movilizan y, por el contrario, normalmente no consiguen aquellas cosas que no reclaman.
¿Es esto teoría? Bendita teoría. ¿Creéis que la ciudadanía hubiera conseguido paralizar la injusta o poco ética evaluación, que se pretendía y pretende llevar a cabo sólo con decir que no estaba de acuerdo? Hubo que actuar. ACCIÓN, pero basada en IDEAS. ¿Cuál fue la mejor acción? ¿Es posible una acción razonada y eficaz (eficaz, sí; ¿quién no quiere hacer BIEN las cosas? ¿quién no quiere tener éxito en lo que emprende?), sin unas BUENAS IDEAS INICIALES que la guíen y justifiquen?
Hay profesionales que hacen muy bien su trabajo y pueda que no sepan leer ni escribir. Eso no quiere decir que hagan las cosas al tuntún. Tienen teorías y conocimientos, lo que pasa es que los han adquirido fuera de la forma escolarizada que conocemos. Digamos que carecen de título, pero habría que verlos trabajando al lado de un titulado.
Esto me lleva a lo que quiero tratar a continuación: LA EXPERIENCIA.
Estimado José Antonio:
Gracias por compartir con todos y con todas quienes participan en el blog tus interesantes preocupaciones.
No es posible contestar o comentar todos los puntos que tocas.
En cuanto a la práctica, creo que puede existir antes de la práctica profesional. He participado muchas veces en cursos de formación de tutores de MIR. Durante tres años, de forma progresiva, el médico en formación va asumiendo responsabilidad. Siempre bajo la supervisión del tutor. Trabaja en un Hospital, hace guardias, atiende urgencias… pero con profesional que le ayuda, que le enseña, que atiende sus preguntas…
Hace unos años hicimos la evaluación de la formación de médicos internos residentes en Málaga. Fue una experiencia apasionante.Para ellos y para nosotros.
La parte práctica de la formación es esencial.
¿Por qué no hacer algo semejante en educación?
En Cuba los profesores dr secundaria tienen un 50% de práctica en la formación. El último curso son PROFESORES en un centro de enseñanza con un tutor delInstituto Pedagógico y otro del centro donde enseña.
Quiero decir con esto que puede (y debe) haber práctica de formación antes de asumir riesgos graves en la práctica profesional.
Un abrazo.
MAS
Yo sólo soy un titulado en Educación Infantil y en Psicopedagogía, palabra rimbombante donde las hay;, para mí, ambas forman parte de una misma idea: Quiero ser MAESTRO, si puedo, y por puro egoísmo y comodidad, MAESTRO DE EDUCACIÓN INFANTIL. Y el lugar natural donde trabajan o deberían trabajar los maestros y maestras, es en la ESCUELA. (No pongo colegio a posta. No he indagado sobre ambos términos, pero ya tengo mis hipótesis, de ahí mi elección y significados que yo les pienso; mis ideas principales, en este momento teórico, serían la de justicia social, ayuda y disfrute espiritual (por qué no, también físico, a pesar del cansancio), profesionalidad, responsabilidad, honestidad, …
(No me queda más remedio que estar de acuerdo con el ingeniero Quintiliano cuando habla de responsabilidad y de la experiencia). He dicho que el Estado me considera preparado para trabajar con niños y niñas; creen que estoy suficientemente formado como para confiarme la educación de su infancia. En la parte teórica, pongamos que he superado sus evaluaciones. ¿Y la práctica? ¿Y la realidad? ¿Y el silbido de las balas de Quitiliano sobre mi cabeza? Un trabajador se forma como tal trabajando. No prescindo de lo anterior. Al contrario. Cuanto más, mejor, como en todo, si es “bueno” de lo que hablamos. Pero la guerra es la guerra. La cruda y dura realidad. La leemos, la vemos, la analizamos, la reflexionamos, todo lo que se quiera ante una pantalla de ordenador (y es bueno y necesario), pero NO LA VIVIMOS, NO LA EXPERIMENTAMOS, no vamos adquiriendo CONOCIMIENTOS QUE SURJAN DE NUESTRAS PRÁCTICAS. Es complicado, pues no es posible hasta que tienes ese trabajo, esa responsabilidad.
(ahora que voy en rachado, debo dejaros). Para que no me pase como comentaba Lucía Antolín, que haga unas programaciones más o menos vistosas o novedosas (no son las características que me interesan), pero carentes de realidad o posibilidad de llevarlas a la práctica (como los programas políticos), es necesario realizarlas in situ, con niños y niñas con nombres y apellidos. Si no es así, en qué se diferenciaría una de mis programaciones y un libro de texto para ellos. Contenidos, objetivos, procedimientos, recursos, … todo de ficción. Todo a priori. ¿Y la opinión de niños y niñas reales? ¿Voy a dejar que tiren por tierra mis ideas, mi trabajo previo, mis bonitas actividades?
-Aquí yo digo esto, y me contestan esto otro. Luego yo … y ellos … Todo muy bonito, pero de ficción, por más que me sepa características del desarrollo psicológico, supuestos intereses, unos objetivos muy finos previamente pensados, un montón de chorradas con las que tengo que comulgar, y se contradicen con otras ideas de la ley.
¿Qué hay del trabajo en equipo, las ideas previas de todos los componentes del sistema educativo en su concepción amplia, la concreta situación cocioeconomicopoliticacultural de la escuela (y su localización geográfica, me parecía un exceso meterla en la palabrita), y sobre todo, EL ALUMNADO, NOMBRES, NECESIDADES Y DIFICULTATES?
En este caso o situación, mucha realidad palpable, MUCHA CONCRECIÓN PARA RESOLVER PROBLEMAS O BUSCAR RESPUESTAS y menos literatura unipersonal. Claro está, que detrás de estas ideas que acabo de escribiros ESTÁ LA TEORÍA QUE LAS SUSTENTA, MI TEORÍA.
Hasta más, querida familia de la educación.
Bueno, Miguel Ángel, ya veo que en vez de dormir la siesta te dedicas a contestar a un teórico que busca “quitarse el pellizco del estómago” y darse a “la buena vida” (cómo se nota que no sabe en dónde se mete, lo equivocado que está) (en Málaga ya debe estar haciendo un calorcito…) (el otro día , viendo el tiempo en televisión, dice la presentadora sobre el sur, que 28º era fresquito, y yo, desde Coruña, lógicamente alucinaba; a veces, qué relativas son las cosas; pobreza, dignidad, justicia, trabajo, bueno, alto, grande; en Brasil coge 37 veces España).
Busco ganarme las habichuelas y la educación de mis hijos, de la mejor manera que sé y haciendo algo que, creo, me gustaría y para lo cual sigo preparándome. Como lo tenemos montado, Miguel Ángel, no me es posible ponerme a prueba y poner mis (por ser las que tengo) teorías a prueba; aprender a saber hacer haciendo, en el mar, con toda su amplia gama de circunstancias conocidas y por conocer, mojándose.
No tengo experiencia como maestro, pero el medio ya no me es tan desconocido, aunque sólo fuese por el tiempo pasado en todo el sistema, y, además, distintos sistemas.
Y, es sobre la experiencia, que se me había quedado la última idea, o conjunto de ideas a su alrededor.
Empiezo por la definición del diccionario:
EXPERIENCIA.
Del lat. experientia.
1. f. Hecho de haber sentido, conocido o presenciado alguien algo.
2. f. Práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad parahacer algo.
3. f. Conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas.
4. f. Circunstancia o acontecimiento vivido por una persona.
Bien. ¿Cómo medimos la experiencia? ¡No nos gusta medimos! Vale. ¿Cómo evaluamos la experiencia? ¿Cómo valoramos la experiencia, que se debe tener en cuenta, para la valoración global de un profesional? Fácil. Por los años en ejercicio. No. ¿A más años, más experiencia? Años haciendo lo mismo, en el mismo curso, con los mismos apuntes que dictar o enseñar. Para mí no.
Vemos más arriba que hablamos de experiencia como adquisición de conocimiento, haciendo y para hacer algo.
Surge de la práctica y repercute sobre ella para realizarla mejor cada día (o año). Si el paso del tiempo no provoca nuevas formas de entender y hacer, no acumulamos experiencia, acumulamos sólo antigüedad.
Luego, ¿cómo saber quién tiene o no ese conocimiento que surge de la práctica? Por sus obras los conoceréis.
Me importa esto, porque, para promocionar, pagar, valorar o para utilizarlo como crean oportuno quienes pretendan utilizar la experiencia, van a tener que aclararse sobre el concepto. ¿Tienes experiencia? Sí, 10 años. Y ya está. Tiempo.
Hay trabajadores que, en un año de tiempo, adquieren más experiencia que uno que lleva 10, que está prácticamente como cuando empezó.
“Evaluar con el corazón”, “El vestido de hierro”, “Agujeros en el queso”, “Luchar por la dignidad”, “Crisis de confianza”, “El niño que se sentó en las rodillas”, “Cómo te defraudaría”. Ejemplos de otras tantas “experiencias” llevadas a cabo y contadas por Miguel Ángel, para disfrute, aprendizaje y uso de quienes lo lean.
No las he vivido o presenciado, pero contadas por él, no puedo decir lógicamente, que no las conozca; más aún; muchas las he sentido con tal fuerza, que hoy no sé si fue algo que me contaron o yo mismo presencié, que yo mismo viví.
De ahí, mi pregunta. ¿Podemos aprender y acercarnos un poquito más a la realidad, a través del conocimiento, reflexión y análisis de la experiencia de los otros? De momento, mi respuesta es que sí. Si no fuese así, ¿qué hace MA escribiendo cada sábado de la forma que lo hace, siempre apoyado en ejemplos reales de lo que nos cuenta?
Voy terminando. Me vienen a la memoria las palabras del compañero Quintiliano, sobre que, en la realidad de hoy, parece que dé igual hacer bien, mal o regular nuestra tarea. Las consecuencias son las mismas. Lo cual quiere decir que puedes preocuparte o no, puedes formarte o no.
Me pregunto qué función tiene un director, una inspección, un jefe de departamento o de ciclo, el ministerio, …
Sí. Ya lo he leído. Ciudadanos propone un MIR. Sin presuponer nada, recuerdo un Artículo del Adarve de MA que se titulaba “Mentir con la verdad”.
Leído, también, cachos del Libro Blanco de JAM, y digo sí, sí, sí, …Lo que pasa es que ya han empezado por cambiarle el título propuesto por él; me imagino que el pensado por los políticos es mejor o más vistoso.
Expertos en educación sí, pero pasando por el filtro de los SUPER expertos políticos, pues los pobres de la educación, en definitiva, son eso, MAESTROS de alto standing. ¡Hay que echarles una mano!( me recuerda a tu artículo en el que comentabas sobre los comentaristas de asuntos de educación sobre la asignatura de Educación para la ciudadanía; por cierto, que el artículo creó un buen debate entre los lectores comentaristas).
Una duda, MA, ¿formabais a los médicos que iban a tutorizar a los alumnos-médicos, o a estos últimos?
Abur familia. (Prometo dejaros tranquilos hasta el sábado, tema nuevo; toda la pizarra para vosotros/as. Ánimo, estudiantes, escribid porfa).
Estimado José Antonio:
Trabajábamos (un médico y yo) en la formación de tutores. Es decir a quienes a los que enseñaban a otros a ser buenos médicos. Ahora bien, siempre que podíamos, trabajábamos con los tutores y con los MIR.
Cuando fui Director del ICE (Instituto de Ciencias de la Educación) hicimos un MIR experimental con profesores de Secundaria. Se formaban en la práctica de un Instituto. Tenían tutores del ICEy del Instituto.
NOTA: Acabo de escribir un Prólogo para un libro sobre Proyectos de Trabajo en Educación Infantil.
Te lo puedo mandar a tu correo personal. Es una curiosidad.
Un abrazo.
MAS
Por alusiones, José Antonio, te respondo a tus preguntas “¿Y la opinión de niños y niñas reales? ¿Voy a dejar que tiren por tierra mis ideas, mi trabajo previo, mis bonitas actividades?”
En principio te diría que las programaciones de un año apenas me sirven para el otro, porque cada año el grupo-clase y el grupo-familia es diferente. Pero si hay una característica que define mis programaciones es FLEXIBILIDAD. Y te pongo un ejemplo.
La semana pasada hemos trabajado los medios de trasporte, y, como lo mejor para aprender es experimentar, organicé una excursión con los peques y los papás, mejor dicho, las mamás. Nos fuimos a la capital en tren y volvimos en autobús, dos medios de trasporte que pasan por el pueblo pero ninguno de mis peques había probado. La consigna que llevábamos era que los niños tenían que pedir y pagar el billete cada uno el suyo (con ayuda de mamá, naturalmente). Ahora ya saben que en el trasporte público hay que ir correctamente sentados y no se puede molestar a otros pasajeros, que hay que pagar para viajar, etc.
Pues bien, en los días siguientes hube de olvidarme de las actividades que tenía programadas porque su interés en ese momento, el de los niños y niñas, era jugar al tren y al autobús, recrear lo vivido en la excursión. Sí, José Antonio, dejé que los peques se salieran con la suya y echaran por tierra mi trabajo previo, las actividades que ya tenía programadas. Ellos se salieron con la suya. Pero yo también con la mía. ¿Cómo? Aplicando flexibilidad pero teniendo muy claros los objetivos, ( las actividades deben responder a unos objetivos, lo contrario sería hacer por hacer). Así, jugamos al autobús, cómo ellos querían, pero a mi modo. Hicimos dos filas de sillas para los pasajeros, una corta y otra larga (lógica matemática). Hicimos sonar el claxon unas veces fuerte y otras débil (cualidades del sonido). Di a cada niño unas cuantas monedas, pero tenían que pagar 3 y solo 3 por su billete (conteo y numeración). Tenían que pedir el billete por favor y dar las gracias (habilidades de autonomía personal). Al terminar entre todos debíamos dejar el espacio recogido (trabajo cooperativo), etc.
No hicimos mis actividades programadas, pero cumplimos mis objetivos. Y todo esto teniendo muy presente el momento evolutivo de mis peques, su nivel cognoscitivo y otras características que solo puedes conocer a fondo si dominas la teoría.
Resumiendo: teoría + práctica = aprendizaje
Saludos,
Lucía
Querida Lucía:
Pues sí, creo que la programación y la planificación están al servicio de los niños y las niñas y NO AL REVÉS. Por eso comparto tu planteamiento FLEXIBLE frente a la rigidez.
Los ejemplos que planteas son muy clarificadores.
Gracias.
Besos.
MAS
Me ha encantado el artículo.
Y estoy de acuerdo con la tesis básica de que hay que ir de la teoría a la práctica y de la práctica a la teoría.
El camino más difícil es el que va de la práctica a la teoría. Porque requiere mucho esfuerzo intelectual.
Saludos a todos los lectores.
Buenos días,
Ay, José Antonio, perdón porque tal vez no te guste este comentario, ay, si canalizaras esa energía que tienes por el correcto camino hacia tus propósitos, cuánto ganarías tú y los que traten contigo. Si cuento con tu anuencia te diría algunas pautas, otro día, con más tiempo. Solo es observar el mundo que te rodea y hacerlo partícipe de tus inquietudes y olvidarte de la esperanza de Papá Estado. Yo hace mucho que dejé de esperarle.
Sra./Srta. Lucía, le he leído con mucho entusiasmo, me parece haber estado sentado en el autobús ese de sillas del aula. Debe ser Ud. una gran maestra. Mi enhorabuena.
Qué diferencia con aquel maestro de escuela rural, Don Antonio, “el orejón”, cuando no te sabías la tabla te levantaba de la oreja. Creo que a pura envidia porque las teníamos más pequeñas que él, en su intento de igualarnos con él, las orejas.
Saludos cordiales.
Estoy de acuerdo con Lucía en que las programaciones tienen que ser flexibles. Hay múltiples factores que aconsejan romper la rigidez de la planificación. Los más importante son el contexto, la evolución de los niños y la valoración del docente sobre el ritmo y la calidad del aprendizaje.
Gracias.
MAS
Ingeniero Quintiliano.
Veo que se toma usted la molestia de leerme, entre riego y riego. Tenga cuidado, no vaya a perder su excelente vocabulario y su afilado sarcasmo.
Tiene usted toda mi “anuencia” para decirme lo estime oportuno, y no sólo lo espero con ansia, si no que le doy las gracias anticipadas.
Me gusta más que me diga usted de lo que carezco y no lo que tengo, si es bueno; si es malo, le agradecería enormemente su crítica.
Nada más quiero que ser, en lo que sea, un excelente “práctico”, sin olvidarme de lo que eso significa para mí.
Para su información, Quintiliano, somos 8 machos de un total de 598 para Coruña. ¿Qué nos está diciendo esto, considerando el machismo de la sociedad?
Un saludo a toda la familia del blog, en especial, como no podía ser de otro modo, a Miguel Ángel, que todavía no nos dijo el título o títulos de sus últimas charlas a los colombianos. Me gustaría asistir a ellas en video cuanto antes fuera posible.
Estimado José Antonio:
– He impartido cuatro conferencias en Colombia:
– Las instituciones que aprenden
– La evaluación como aprendizaje
La investigación en la Universidad-
En La Universidad Externado de Colombia pronuncié otra conferencia con el siguiente título:
– Profesores par el siglo XXI
Además he tenido un desayuno de trabajo, entrevistas, grabación de un vídeo para un programa que se titulo OIGA, PROFE…
Creo que grabaron las conferencias. Si m mandan los enlaces, tse las paso.
Un abrazo y gracias por tu interés.
Buenas noches.
MAS
Buenos dias, para comenzar a comentar esta entrada decir que estoy totalmente de acuerdo con lo aqui escrito, es de un sinsentido pensar en la practica, en realizar una actvidad sin antes conocer el procedimiento o pautas para realizarla.
Es una realidad que la teoria va unida a la practica y que ambas tienen la misma importancia, pues una practica sin teoria no se podria dar, pues seria inventar un camino hacia el hecho que acabaria en fracaso, de igual manera una teoria, sin llevarse hacia una practica, quedaria obsoleta e inacabada.
Por lo tanto no se puede pensar una teoria sin una practica o viceversa, pues estariamos hablando de una enseñanza a medias ya que ambas se complementan.
Querida Ana Isabel:
Por lo que veo, coincidimos en la tesis básica: teoría y práctica se necesitan mutuamente.
Ahora bien, hay que pensar también en los tiempos. Si estamos en un barco y alguien se cae al agua en alta mar no le podemos decir: “TRANQUILO, QUE AHORA TE VAMOS A ENSEÑAR A NADAR”. Ese no es el momento. Habrá que salvarle primero. El momento oportuno para que aprendiese a nadar era antes de subir al barco.
Besos y gracias por participar.
MAS
Estoy aprendiendo a ser un buen político.
El buen político es el que saca más votos, el que gana.
El primer mandamiento de todo buen político es nunca cumplas tus promesas.
Es que tengo una pregunta para usted, como el programa.
¿Le gustaría formar parte del “Consejo Pedagógico del Estado”, que propone el señor Marina, si se llega a un acuerdo entre todas las fuerzas políticas y de la sociedad?
¿Qué le parecen las funciones que le atribuye?
¿No le gustaría que en vez de ser un lugar de expertos a los que consultar, fuese un cuerpo motivante, que te lo pudieses encontrar en el barro de la realidad, acompañando no sé de qué forma, a los protagonistas y sus dificultades o investigaciones?
Más que un político, parezco un periodista. Aunque el arte de preguntar, de ser curioso, deberíamos cultivarlo más todos los mortales, seamos del pelaje que seamos.
Abur, familia, y gracias monstruo, por tu paciencia infinita.
Proponemos la creación de un “Consejo Pedagógico del Estado”, encargado de:
1. Estudiar las innovaciones educativas internacionales más eficientes y evaluarlas,
2. Atender especialmente a los cambios que se produzcan en la utilización educativa de las nuevas tecnologías y de las neurociencias,
3. Recoger, evaluar y difundir, las mejores prácticas realizadas en nuestro país, identificando a los mejores docentes,
4. Asesorar a las administraciones educativas, a los Centros de formación del profesorado, a los docentes, sobre los procedimientos, currículos, técnicas pedagógicas más adecuadas, gestión del cambio y
5. Como institución de garantía social, informar a la sociedad de los más importantes temas educativos que afectan su presente y van a influir en su futuro.
En Estados Unidos, John Goodlad (33) reclamaba hace años la creación de un “Centro Avanzado de Pedagogía”, encargado de estudiar los cambios curriculares y didácticos, las nuevas posibilidades que ofrece las TIC, la aplicación a la escuela de los avances neurocientíficos, y evaluar su eficacia.
Algo semejante a las competencias de Le Conseil Supérieur des Programmes, institución francesa creada en 2013 por la “Ley de orientación y programación para la refundación de la Escuela de la República”.
Una iniciativa igualmente interesante es la “Iterative Best Evidence Synthesis” en Nueva Zelanda, para “consolidar las evidencias sobre cómo promover el aprendizaje de los docentes de manera que impacte en los resultados de sus alumnos”.
Desde el punto de vista de la arquitectura del sistema educativo este Consejo sería el
lugar de encuentro de los conocimientos de la Universidad y de los conocimientos
emergidos de la práctica educativa.
Debería ser un organismo del máximo prestigio
científico puesto que su utilidad y eficacia como órgano consultor sólo se basará en el
respeto que merezca por su competencia.
Estimado José Antonio:
Los políticos no son intrínsecamente malos, lo que pasa es que tienen tantas invitaciones para serlo que los ciudadanos y ciudadanas tenemos que estar muy vigilantes.
No debemos hacer descalificaciones generalizadas. Hay políticos docentes. Son, por otra parte, necesarios para que funcione la democracia. La alternativa es mucho peor.
Claro que me gustaría star en ese Consejo y allí donde pueda aportar algo. Comparto contigo la idea de que es necesario que tengan voz y voto las personas que están en la práctica.
Cuando el Ministerio puso en marcha ls pruebas de diagnóstico llamó a varios expertos, entre los que me encontraba. Lo primero que dije allí y en el documento que redacté fue:
– ¿Dónde están los profesores y profesoras de a pie?
Mi documento tenía 25 puntos. Un amigo que lo ha leído me ha dicho:
– Caramba, no h¡hicieron caso a ninguno.
Un abrazo.
MAS
Estimado José Antonio:
Hay una idea que me produce cierta desazón. Es esa pretensión de buscar “a los mejores docentes”. Me recuerda eso que hacían antes los colegios en el “cuadro de honor” o eso que hacen algunas empresas para escoger al “mejor trabajador”… Me huele a secuela de la rankingmanía que lamentablemente estamos padeciendo y sobre la que escribiera el artículo de mañana: VÏCTIMAS DE LA RANKINGMANÏA.
Saludos.
MAS
Pues es uno de los puntos fuertes en los que se centra la innovación.
Todo para los protagonistas principales (profesorado y alumnado), pero sin ellos; pobrecitos, qué nos van a decir que no sepamos. Además, son parte interesada (en el mal sentido), demasiado implicados. ¡Pero si no saben ni dar clase a niños pequeños!
Pero, tranquilos, que aquí estamos los expertos salvaintituciones complejas y de difícil catalogación.
Creo que no acaban de comprender a fondo las propias teorías que manejan. Las dicen, y siguen “pa lante”. (En mi antiguo chollo, te podían echar cuando les fueras poco útil, con una mano en cada bolsillo; hasta aquí, bien; es su empresa, y lo mismo te doy que te quito, sin más miramientos humanos. Sabiendo esto, ¿cómo tenían el coraje, como si fuéramos parte de la familia, de pedirnos que trabajásemos todo un mes para arrimar el hombro, por beneficio de todos. Pero, esto, una y otra vez. Y luego, por el otro lado, veías cómo la gente se iba. Ahí no se acordaba nadie de los servicios prestados. Cosas del capitalismo salvaje, deshumanizado, para el que somos un material o recurso de empresa más. Aunque luego la teoría dijese lo que dijese, tú sólo tenías que ver la realidad).
Me estoy refiriendo que las reformas sin tener en cuenta a los protagonistas, están condenadas al fracaso. Lo dicen, y lo hacen. POR FAVOR (de Tonucci), ¡qué locura!
Ya se le ha criticado, por esto.
Los docentes, con ser importantes, no son los únicos que tendrían que mejorar muchísimo.
Yo me pregunto cuánto tendrían que mejorar o cambiar, los profesores de los futuros profesores; creo que sin ser demasiado malo, y con todo el respeto para todo el mundo, hay alguno que, sencillamente, no hay por dónde cogerlo.
Yo disculpo la ignorancia u otras deficiencias de carácter personal; pero hay cuestiones, como la jeta de faltar lo que te da la gana y más, que no tienen perdón. ¡No pasaba nada!
Otra cuestión que no sé qué pensar, y ya ha salido contigo, es la cuestión de incentivos, sobretodo, económicos; me dan un poco de miedo su influencia sobre el comportamiento de los trabajadores. Puede convertirse en un fin en sí mismo. Como tenemos comentado sobre las evaluaciones externas para profesores y centros. Para los alumnos, siempre son externas (prácticamente), y pueden provocar lo mismo. Interesa lo que entra en los exámenes; lo demás, es perder el tiempo.
Ya se le ha criticado que todo alumno necesita (tiene derecho) un buen profesor. El hecho de no tener derecho a incentivos, por malo, no le va a convertir en un profesor mejor.
Los profesionales, con apoyos formativos, motivacionales (que no tiene por qué ser dinero), pueden mejorar. (A veces no distingo si hablo de alumnos o profesores; pienso que toda persona, independientemente de edad, sexo, formación, colocada en situación de aprendiz, necesita y desea lo mismo) (Lo estamos hablando constantemente, semana tras semana: disfrute, atención, reconocimiento, justicia, amor; conocimientos sí, pero también somos un estado de ánimo, emociones de distinta índole)
Estimado José Antonio:
No soy partidario de incentivos económicos. Los más avaros acabarían siendo los mejores profesionales. Lo que no fuera objeto de incentivo económico no habría por qué hacerlo.
Creo que hay otros incentivos que están relacionados con el trabajo bien hecho, con la satisfacción el deber cumplido, con la pasión de hacer las cosas bien y de ayudar a los alumnos y a las alumnas.
El sistema se convertiría en una competición. Sería muy difícil establecer criterios para hacer esas evaluaciones que permitieran discernir quiénes son “los mejores” profesores.
Habría un “sistema” muy caro para hacer esa tarea. Y creo que hay otros destinos mejores del dinero público.
Me tengo que ir.
Saludos.
MAS
Pues es uno de los puntos fuertes en los que se centra la innovación.
Todo para los protagonistas principales (profesorado y alumnado), pero sin ellos; pobrecitos, qué nos van a decir que no sepamos. Además, son parte interesada (en el mal sentido), demasiado implicados. ¡Pero si no saben ni dar clase a niños pequeños!
Pero, tranquilos, que aquí estamos los expertos salvaintituciones complejas y de difícil catalogación.
Creo que no acaban de comprender a fondo las propias teorías que manejan. Las dicen, y siguen “pa lante”. (En mi antiguo chollo, te podían echar cuando les fueras poco útil, con una mano en cada bolsillo; hasta aquí, bien; es su empresa, y lo mismo te doy que te quito, sin más miramientos humanos.
Sabiendo esto, ¿cómo tenían el coraje, como si fuéramos parte de la familia, de pedirnos que trabajásemos todo un mes para arrimar el hombro, por beneficio de todos. Pero, esto, una y otra vez. Y luego, por el otro lado, veías cómo la gente se iba. Ahí no se acordaba nadie de los servicios prestados.
Cosas del capitalismo salvaje, deshumanizado, para el que somos un material o recurso de empresa más. Aunque luego la teoría dijese lo que dijese, tú sólo tenías que ver la realidad).
Me estoy refiriendo a que las reformas, sin tener en cuenta a los protagonistas, están condenadas al fracaso. Lo dicen, y lo hacen. POR FAVOR (de Tonucci), ¡qué locura!
Ya se le ha criticado, por esto. Los docentes, con ser importantes, no son los únicos que tendrían que mejorar muchísimo.
Yo me pregunto cuánto tendrían que mejorar o cambiar, los profesores de los futuros profesores; creo que sin ser damasiado malo, y con todo el respeto para todo el mundo, hay alguno que, sencillamente, no hay por dónde cogerlo.
Yo disculpo la ignorancia u otras deficiencias de carácter personal; pero hay cuestiones, como la jeta de faltar lo que te da la gana y más, que no tienen perdón. ¡No pasaba nada!
Otra cuestión que no sé qué pensar, y ya ha salido contigo, es la cuestión de incentivos, sobretodo, económicos; me dan un poco de miedo su influencia sobre el comportamiento de los trabajadores. Puede convertirse en un fin en sí mismo. Como tenemos comentado sobre las evaluaciones externas para profesores y centros. Para los alumnos, siempre son externas (prácticamente), y pueden provocar lo mismo. Interesa lo que entra en los exámenes; lo demás, es perder el tiempo.
Ya se le ha criticado que todo alumno necesita (tiene derecho) un buen profesor. El hecho de no tener derecho a incentivos, por malo, no le va a convertir en un profesor mejor.
Los profesionales, con apoyos formativos, motivacionales (que no tiene por qué ser dinero), pueden mejorar. (A veces no distingo si hablo de alumnos o profesores; pienso que toda persona, independientemente de edad, sexo, formación, colocada en situación de aprendiz, necesita y desea lo mismo) (Lo estamos hablando constantemente, semana tras semana: disfrute, atención, reconocimiento, justicia, amor; conocimientos sí, pero también somos un estado de ánimo, emociones de distinta índole).
El amigo podría responder a MIPG.
(puede que salga repetido, pero no importa, ya es viernes y , mañana, MA promete. A Mí también me van a RANKIGMEAR, pero es una necesidad).
Bueno, pues nada; ya saldréis. La máquina manda.
Espero que no me meen.
Era RANKINGNEAR.
Estaba claro. Pero, bueno, la rectificación lo confirma.
Respecto al número de maestras y de maestros en infantil, cuando fui director del 80 al 84 pusimos mitad y mitad.
Al buscar los argumentos que justificaban esta tradición, ninguno tenia consistencia:
– Las mujeres son más sensibles, decían algunos y algunas. Otros y otras lo discutíamos. Por otra parte, las mujeres no sensibles no podrían estar.
– Los padres y las madres quieren maestras. Pero si se les explica que está bien que se compensen los sexos tanto en la casa como en la escuela, pensarán que quizás sea mejor que estén compensados.
– Los estereotipos tienen su justificación, decían algunos. O no, respondíamos.
El caso es que la experiencia fue muy positiva.
Un abrazo y suerte en esa “lotería académica”.
MAS