El pasado viernes, 29 de enero, tuve la feliz oportunidad de participar en un doble homenaje. Uno de carácter genérico, ya que se celebraba el día del Docente en la Comunidad cántabra y otro más específico, ya que en el mismo acto se rendía tributo de gratitud y felicitación a los docentes que se jubilan en el presente curso, casi doscientos, aunque no todos presentes.
La Consejería de Educación, Cultura y Deportes, responsable de la iniciativa y de su desarrollo institucional. tuvo el enorme acierto de elegir el Parlamento de Cantabria como escenario del acontecimiento. No había, a mi juicio, un lugar mejor. El Gobierno y el Pueblo tienen allí su epicentro democrático.
La autoridades políticas (Consejero de Educación que presidió el acto, Vicepresidenta del Ejecutivo y Presidenta del Parlamento), en su papel de representantes del pueblo, respaldaron con su presencia el acto y le imprimieron ese sello que la autoridad confiere a las actividades en las que cree. He visto muchas ausencias significativas y muchas presencias fugaces y meramente protocolarias. En una ocasión vi a una autoridad ¿educativa? dirigir a los presentes unas palabras de Clausura para un Congreso que se encontraba en el acto de Apertura. Las buenas y las malas actitudes se huelen. Algunas veces apestan. Dos presentadoras hilvanaron las diversas partes con soltura, eficacia y simpatía. La cultura de los detalles es fundamental en educación.
Los docentes jubilados eran protagonistas. Durante el acto se proyectó un interesante documento con testimonios autobiográficos de algunos homenajeados. La Consejería les hizo entrega de una bolsa con los correspondientes regalos y yo tuve el honor de añadir el minúsculo obsequio de un libro que publiqué el año pasado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) y que lleva por título “El Arca de Noé. La escuela salva del diluvio”. Dice García Márquez que un libro no se acaba de escribir hasta que no se dedica. Por eso escribí en la primera página: “A los docentes jubilados este año en Cantabria: Enseñar no es solamente una forma de ganarse la vida es, sobre todo, una forma de ganar la vida de los otros”. Les dije que ellos habían salvado muchas vidas surcando el océano proceloso de la cultura neoliberal, que habían sorteado muchos escollos y atravesado olas gigantescas, consiguiendo que la frágil barca de la escuela no zozobrase. En ella habían salvado del diluvio de la ignorancia, de la insolidaridad y de la desigualdad a miles y miles de alumnos. ¿Cómo no sentirse orgullosos de ellos? ¿Cómo no expresarles gratitud después de tantos años de esfuerzo y de valerosa y hábil navegación?
Hablaron las autoridades con palabras certeras y sentidas. Uno nota con facilidad si los discursos están huecos o si, por el contrario, están llenos de sinceridad y de hondura. Uno nota si quien habla se cree lo que está diciendo.
Hubo también música. Excelentes interpretaciones del Dúo ARtCOS que arrancaron aplausos entusiastas. Es bueno que se mimen estos actos, que se ponga en ellos alma, que se elijan interpretaciones de calidad, que se de realce y visibilidad a lo que se hace. Los destinatarios y la causa lo merecen.
Y más música. Ahora de otro tipo. Música arraigada en la tierra cántabra, con guitarra y rabel de Chema Puente. Y el broche de una habanera que aspira a convertirse en himno de la bella ciudad de Santander y cuya estrofa central estuve tarareando el resto de la jornada. (¿Cómo era, cómo era, me pregunto ahora?). Hermosa canción, magníficos artistas.
En la Comunidad es ya una tradición este homenaje. Y lo es también la edición de un libro de hermoso título: “Vidas maestras”. Ya van 11 años. 11 ediciones. Se trata de una obra en la que se invita a participar a los jubilados. Los interesados escriben una breve biografía de su trayectoria profesional. Todas hermosas. Cada una peculiar. Es muy buena la idea de escribir. Porque ese pensamiento caótico y errático que tenemos sobre la educación, a la hora de escribir, tiene que ser disciplinado. Hay que poner unas cosas delante de otras, hay que estructurar, ordenar, explicar, argumentar… Y eso ayuda a comprender. Y, por supuesto, otros pueden leer. El libro está primorosamente editado con pastas y hojas de calidad y numerosas fotografías que encarecen y a la vez engrandecen la edición. Es hermoso leer esas trayectorias vitales. Ese tránsito del comienzo ilusionado hasta el final que acaban de tocar con la mano. Es hermoso compartir la experiencia.
Me concedió el Consejero veinte minutos. Sé lo cuidadoso (casi obsesivo) que es con el respeto de los tiempos. Y me dije: ni un minuto más, ni uno menos. Mi tarea consistió en cantar las excelencias de la profesión docente, en mostrar su decisiva importancia en la sociedad y, también, en hacer patentes las dificultades que sin duda existen. Y, cómo no, en agradecer y felicitar a los jubilados y jubiladas por el largo y decisivo trabajo realizado. No me cabe la menor duda de que Cantabria es hoy mejor por la tarea educativa que han realizado estos profesionales. Lo hice sustentando la alabanza en cuatro pilares fundamentales. Diré algo en cada uno que allí no pude decir, a causa de los límites de tiempo.
Ser docente es difícil. Porque la presión social es cada día mayor, esperándose de él, y exigiéndole incluso, que responda a todas las necesidades de formación: para la paz, para el consumo, para las nuevas tecnologías, para la imagen, para al seguridad vial, para el medio ambiente, para la sexualidad, para la convivencia, para los valores… Con parecida formación, peores condiciones y el mismo sueldo.
Ser docente es importante. Porque trabaja con “materiales” delicados, complejos, de altísima fidelidad, como son las ideas, las expectativas, las emociones, los sentimientos, las concepciones, las actitudes, los motivos, los valores… En otros trabajos, el mejor profesional es el que mejor manipula los materiales, en ésta es quien más y mejor los libera. De esa tarea depende el futuro de los individuos y de la sociedad.
Ser docente es hermoso. Porque su tarea se destina a personas y se realiza en equipo, hecho que enriquece a sus miembros y multiplica la eficacia. No hay niño que se resista a diez profesores que estén de acuerdo. Esta es la tarea más importante que se le ha encomendado al ser humano en la historia: trabajar con la mente y el corazón de las personas.
Ser docente es ser inmortal. Presenté algunos botones de muestra sobre las repercusiones beneficiosas de la tarea docente. Ahora añadiré otro que me brinda mi médica de familia en una carta que dirige a su profesor de Lengua y Literatura, recientemente jubilado. Una hermosa carta de la que extraigo este párrafo: “Porque aprendimos de él que una palabra es correctamente usada cuando comunica, dice, reclama, critica, apoya, consuela, discrepa argumenta enamora o maldice, como reconocimos en tantos textos que nos hizo desmenuzar como un azucarillo de café, para después beberlos a sorbitos durante el resto de nuestra vida”.
Hice una propuesta al final: que en la ciudad de Santander hubiese una CALLE DE TODOS LOS MAESTROS. Los que han sido, los que son y los que vendrán. Luego departimos animadamente al buen sabor de unos aperitivos y de un vino español. Honor, admiración y gratitud eterna a los docentes jubilados este año en Cantabria.
Querido Miguel Ángel:
¡Qué magnífica idea que una Comunidad Autónoma, como es el caso de Cantabria, tenga un Día del Docente y que en el acto de celebración se rinda homenaje a todos aquellos que se han jubilado!
Eso es algo a proponer aquí en Andalucía (y en el resto de comunidades), pues, como bien apuntas, es un modo de gratitud hacia todos aquellos, hombres y mujeres, que dedicaron su vida a la hermosa tarea de formar a las nuevas generaciones, atravesando y sorteando toda clase de dificultades y obstáculos para que la nave no zozobrara en ese incierto navegar que es la formación de personas con los mejores conocimientos y valores que la humanidad nos ha legado y tenemos que transmitir.
Nadie mejor que tú para intervenir en ese acto, tras las acciones protocolarias. No solo porque eres un referente de docente que ha entregado con entusiasmo inusitado su vida a esta tarea que, como bien dices, es inmortal, puesto que todos los pueblos, todas las culturas, todas las comunidades tienen que preparar a sus hijos e hijas para que sean miembros de las mismas con las mejores cualidades morales e intelectuales.
Con todo, siempre hay una cierta nota de tristeza y nostalgia cuando se tiene que dar por concluida la tarea que uno ama. Es lo que sentí (sentimos) los que configuramos el viernes pasado por la tarde el tribunal que tenía que enjuiciar la tesis doctoral de Estefanía cuando nos indicaste que era la última que dirigías (aunque tuvieras algunos compromisos fuera de nuestras fronteras).
Sentí no quedarme a la cena para celebrar la brillante intervención que hizo tu alumna de doctorado y compartir con vosotros la charla colectiva que cierra estos eventos, y en la que ya, lejos de los nervios de quienes se tienen que someter a estas relevantes pruebas, se habla de temas próximos y distantes.
Lo cierto es que era la primera vez que se me invitaba a un tribunal de tesis cuya lectura se hacía por la tarde; siempre habían sido por las mañanas, y las comidas eran la continuación, por otros medios, de esos encuentros de compañeros y amigos que tanto me gustan. Pensé que, quizás, se tomarían unas copas después, por lo que saqué billete en el último tren que volvía a Córdoba, lo que me hacía imposible quedarme con vosotros.
Muchas gracias, querido amigo, por el libro “Pasión por la escuela”. Estuve leyendo, de manera aleatoria, las cartas que has logrado recopilar y publicar en una editorial argentina. Como bien apuntas en el título, lo tuyo es verdadera pasión por la enseñanza, que se plasma en cada una de esas misivas que escribes a imaginarios receptores de las mismas.
Durante el trayecto, no levanté la vista del libro, y, cuando menos lo pensaba, en el tren se nos anunció que nos acercábamos a Córdoba.
Al llegar a casa, Flora me preguntó: “¿Qué tal ha ido todo?”. Estuvimos charlando largo rato sobre el tema. Le expliqué todos los pormenores. Entre la información que le proporcioné, le manifesté: “La tesis era excelente al igual que la exposición que hizo Estefanía. Pero lo que más me sorprendió fue la soltura, la seguridad y la claridad de ideas con las que respondió a las numerosas preguntas, de todo tipo, que le habíamos hecho… Creo que ha sido la mejor defensa que he escuchado de alguien que tiene que enfrentarse a un tribunal de tesis”.
También comentamos tu jubilación. Y una cosa en la que estuvimos de acuerdo fue que lo que más tristeza produce de todo ello es el momento en el que uno tiene que dejar el despacho, ir quitando libros, apuntes, materiales de trabajo, recuerdos muy queridos que han formado parte de una larga vida dedicado al trabajo que uno ama.
Sinceramente, querido amigo, el día que me toque cerrar la puerta de mi despacho tendré que estar solo, pues, aunque soy persona de pocas lágrimas, creo que en ese momento el rostro se me va a inundar de ellas.
Sé que tu trabajo en este mundo que te apasiona no se cierra con la puerta del despacho, que vas a continuar en otras formas y que El Adarve (muro de defensa y camino de las fortificaciones) continuará floreciendo en esa flor roja que has elegido como símbolo de esas misivas que nos regalas cada fin de semana y que nos sirven para que reflexionemos y hablemos, entre otras cosas, de la escuela y la enseñanza, motivos que nos aúnan a quienes te seguimos.
Querido Miguel Ángel, siempre te tendremos como el maestro y compañero, inteligente, sincero, amable y generoso, que has sido y que nos has ayudado en todas las ocasiones que hemos acudido a ti a pedir cualquier tipo de ayuda. No te quepa la menor duda de que siempre estarás con nosotros.
Recibe un gran abrazo de tu amigo.
Aureliano
Querido Aureliano:
Tu comentario de hoy me ha emocionado.
Tiene tres partes a las que haré alusión brevemente:
La primera se refiere al artículo y al tema que lo ha suscitado. Coincido contigo en la demanda de ese reconocimiento público a la tarea docente, tan necesaria para las personas y las sociedades.
La segunda tiene que ver con la tesis. Efectivamente, Estefanía es una persona excepcional y sus trabajos siempre han merecido la máxima calificación. Le transpiré la valoración que haces sobre su respuesta a vuestras sugerencias y preguntas.
En la tercera hablas de mi jubilación, de la tuya, de la de los docentes en general. es sí, yo estoy lleno de añoranza aunque sé que tengo que mirar hacia el futuro.
Un abrazo, saludos a Flora y MUCHAS GRACIAS por tus sentimientos y tus palabras.
MAS
Querido Miguel Ángel: La pregunta que siempre nos hace este blog es fácil de contestar. Decir “azul” es fácil, porque salta a la vista. Pero todos sabemos que el color del mar es prestado del cielo y también el color del cielo es un tanto prestado de nuestra subjetividad. Hasta después de jubilarnos, nos siguen dando la matraca a los maestros en esta sociedad a la que todavía no le ha dado tiempo a beneficiarse recogiendo sensibilidad de todos los docentes. Es un honor que institucionalmente se haga un homenaje al filo de la jubilación, pero sería interesante saber por qué algunos han declinado la invitación. Quizás, cansados de la falta de empatía de las instituciones, durante toda una vida profesional, les quede un mal sabor de boca y también mental, porque no están sus ánimos para flores.
Puede ser que les duelan los despilfarros en los chiringuitos que se montan alrededor de la política educativa, que les moleste la descalificación de los docentes llevadas a cabo por políticos, sobre todo liberales, cuya única pretensión es acabar con el “despilfarro” educativo en aras de una verdadera igualdad de oportunidades, porque la educación solo puede ser la de ellos, que les incomode el tener que soportar la rebelión de las familias, tan mediatizada, y que en un minuto se tire por tierra el trabajo de muchos días y hasta de muchos años.
Ya hace años dije que por qué no había un programa en TV de “saber educar” como lo había de “saber vivir” (porque ayudaba a que no hubiera tanto gasto sanitario). El conocimiento y la cooperación ayudarían bastante.
Brindo por que se extienda el reconocimiento a los maestros y maestras, pero que sea el broche de todo un proceso de reconocimientos.
Cuando escucho hablar de la palabra jubilación en el ámbito docente se me cruzan pensamientos contrapuestos.
Por un lado, causa tristeza comprobar como alguien con una experiencia extensa y rica se va y deja paso a otro más novel ¡Qué derroche de sabiduría se pierde en muchos casos! Cuando uno está más formado, maduro y templado, te tienes que ir… A algunos os tiene que echar… Se dice que se necesita “savia” nueva, personas que contagien a los niños con sus frescas ideas y sus redobladas ilusiones.
Creo que con un equipo docente donde se entremezclen ambos tipos de personas se enriquece más el alumnado.
Pero por otra parte, la vida no se queda sólo en la escuela, en el instituto o en la universidad, hay tantas cosas por hacer tras la jubilación, además de descansar… También tiene derecho uno a hacer esas actividades con plenitud física y mental.
Así nos encontramos con muchos colegas se acojen a la posibilidad de jubilarse a los 60 tras muchos años de servicio (a los demás), otros en cambio prefieren seguir mientras tengan fuerzas e ilusión por lo que hacen (la ilusión no tiene edad). Hay que respetar ambas posturas.
Coincido con Josemª en la necesidad de dignificar la labor docente, no sólo a su término, sino en todo momento. Una palmadita en la espalda o unas palabras amables de vez en cuando no vienen mal. Ya sé que algunos dirán que el reconocimiento viene en el sueldo. Están muy equivocados, no hay sueldo que pueda pagar tantas y tantas tareas y acciones que presta un docente (Miguel Ángel ha escrito muchas en su relato) y que no viene en su convenio laboral. Acciones y tareas que se realizan de forma desinteresada, precisamente porque no entran en el sueldo.
Finalmente, Miguel Ángel, los buenos recuerdos que tienen los alumnos de sus profesores valen más que el recuerdo de una calle. Hay muchas calles que la gente no conoce la persona que le da nombre.
Querido Miguel Ángel, tú serás un eterno navegante en los océanos de la vida…
Gracias, amigo Juan Carlos, por recordarme que cuando figura en los corazones de los alumnos el nombre de los docentes, estos tienen el mejor homenaje. Eso mismo les decía yo a los jubilados de Cantabria. Lo que pasa es que la calle tiene un carácter público, que también es necesario. La sociedad tiene un deber con los decentes. Sé que no todos somos excelentes, pero todos somos necesarios para realizar esa tarea tan imprescindible como es enseñar a pensar y a convivir.
Y sí, hay que respetar todas las posturas. La de quieren jubilarse anticipadamente y las que no lo dejarían nunca hasta que les fallasen las fuerzas.
Un gran abrazo en este fin de semana.
MAS
Además de la toponimia y los recuerdos, algo que también vale mucho, por ejemplo, es este intercambio de reflexiones vinculadas casi siempre a sentimientos, reflexiones a las que dan lugar los artículos de Miguel Ángel y de mucha otra gente que va sembrando por la vida y por la geografía. O por la geografía de la vida. Suelo disfrutar y emocionarme leyéndolo. Buena labor.
Una reflexión rápida al hilo de algún comentario respecto a los docentes que declinan las invitaciones o “reconocimientos” de algunas instituciones. Entiendo que muchas y muchos docentes (y ciudadanos) recelen de la Administración. El deterioro que ha sufrido la cosa pública al servicio del clientelismo y de los intereses personales ha sido grande: Valencia, CLM, CyL, Madrid, Andalucía, Catalunya, Murcia, Galiza, Aragón, Extremadura, Cantabria… en todas o casi todas las Comunidades. Cuesta y costará recuperarlo pero debe hacerse. Esperemos que los valores y la presencia de eso que se viene llamando la nueva política, pero que no son ni es nada nuevo, sirva para regenerar la imagen y la confianza en las instituciones. Es necesario pues la deriva no puede ser peor.
El pasado curso, en la Comunidad de Madrid, aquellos docentes que cumplíamos 30 o más años de servicios a la Admon, recibimos una carta de la consejera Sra. Lucía Figar en la que se nos enviaban un “regalito-insignia-diploma” y unas palabras de reconocimiento y coba por la labor realizada en ese tiempo. Yo, y otras compañeras y compañeros, desgraciadamente de forma individual y espontánea, rechazamos dicha carta y regalo, argumentando y firmando nuestra actitud y decisión. Considerábamos que, desde hace muchos años, había una enorme contradicción entre la reiterada falta REAL de reconocimiento práctico de la labor docente y de los derechos del alumnado de la enseñanza pública. Nos referíamos a la praxis cotidiana de esa Admon educativa a la que ella representaba. Su gesto sonaba no sólo a palabras vacías sino a hipocresía calculada. No voy a referir aquí los despropósitos educativos y sociales de la Admon dirigida por la Sra Figar que serán de todos conocidos. Los despropósitos siguen, ahora gracias al respaldo y apoyo de esa parte de la “nueva” política que representa la actual metamorfosis facial del IBEX 35: el Gobierno de Cifuentes sostenido por C’s. Concluyendo, es triste el descrédito generalizado al que ha derivado la imagen institucional y política. Es urgente recuperar la confianza, pero resulta muy difícil, reconozcámoslo también. Suscribo las palabras de Miguel Ángel. Me encantaría, como a la gran mayoría, una Admon de servidores a la comunidad y no de personas que se sirven de lo público.
Mientras tanto, seguiremos trabajando en los centros con interés, dedicación, cariño e ilusión y apoyaremos desde todas las tribunas a quienes se encargan de dignificar la política a pesar de las campañas mediáticas feroces y constantes en su contra.
Estimado JMMR:
Estoy totalmente de acuerdo en el planteamiento que haces sobre la hipocresía que, en ocasiones más que frecuentes, se puede descubrir en la política educativa. Me pareció coherente el gesto de devolver los regalos y de denunciar las palabras halagadoras de quien, en la práctica, está maltratando a quien felicita. Y, estoy de acuerdo contigo, en que el gesto hubiera tenido más fuerza si se hubiese realizado de forma colectiva. Razonando la decisión, no como simple despecho.
Resulta intolérable que la persona que realiza el gesto de homenajear a unos profesionales, sea la misma que castiga con su política su práctica profesional cotidiana. Es razonable y justo denunciar esa trampa y negarse a participar en el engaño.
Un abrazo.
MAS
Hermosa iniciativa.
No siempre la administración tiene sensibilidad para hacer estos homenajes. Claro, sería una hipocresía hacer regalos y homenajes a los jubilados y maltratar a los docentes en ejercicio.
Cuando esto pasa, los actos de este tipo resultan un insulto a la inteligencia y a la ética.
Por lo que se dice en el artículo no es el caso.
Me ha gustado que se haya realizado el homenaje a los docentes en la sede del Parlamento. Es todo un símbolo.
Los cuatro puntos del discurso son decisivos. Lástima de que no haya podido desarrollarlos el autor con más extensión.
Ese reconocimiento a los docentes lo debe expresar no solo la administración sino todo el pueblo.
Gracias a ellas las nuevas generaciones van a aprender y van a desarrollarse intelectual y emocionalmente.
Ese reconocimiento debe llevar aparejado el cuidado en condiciones de trabajo, sueldos… Sería una contradicción alabar la importancia de su trabajo y maltratar el modo de hacerlo.
No digo que todos los docentes sean excelentes y que no tengan nada que mejorar, Esa es otra cuestión.
Me parece estupendo lo que se cuenta en este artículo. Para imitar.
¡Magnífica idea la de Cantabria! Estaría bien que esas buenas ideas las tomarán en cuenta las otras Comunidades.
Ese homenaje me ha hecho pensar en mis largos tiempos de educador: no todo fue bueno, mis limitaciones que la naturaleza me ha concedido, sin duda, también habrán sido limitaciones en mi labor. No obstante hay algunas cosas de las que sí me siento satisfecho: la primera que siempre amé a todos mis alumnos. La segunda que siempre fui defensor implacable de los débiles, ( de esos de los que hoy en día se habla como víctima se del acoso escolar) y tercera que siempre he tratado de evitar el sufrimiento de mis alumnos. Creo que los suspensos que he tenido que poner me dolían a mí tanto o más que a ellos.
No parece muy correcto hablar de uno mismo, pero ya que el articulo habla de homenaje a educadores jubilados, me he permitido esa licencia, o indecencia dirá alguno.
Ahora estoy jubilado y totalmente jubilado y disfrutando de aquellos Jubilados en ley, pero no del todo, como es tu caso, querido Miguel Ángel, que nos sigues alimentando con tus escritos y conferencias, y te deseo, egoístamente, que sigas así por muchos años.
Un cordial saludo para ti y para los otros comentaristas que me asombran por su valía.
Me gustaría escuchar lo que dicen los docentes que no acudieron al acto por decidida voluntad de no acudir. No sé si la filiación política de los docentes influirá en esa actitud. Es decir, que un docente jubilado del PP, acaso prefiera no dar cuerda al gobierno integrado por el Partido Regionalismo de Revilla y el PSOE.
LO que quiero decir, es que estas cuestiones deberían estar por encima de la dimensión partidista. Es decir, que se tendría que valorar la educación y a sus profesionales por la convicción de que esa tarea y esa profesión son imprescindibles para la mejora de la sociedad.
Me ha parecido preciosa la idea, el lugar, el acto, el libro y la propuesta de la calla.
Creo que ese boato institucional da realce a una profesión humilde y hermosa que tiene escasa proyección social.
Creo que la iniciativa debería ser imitada en otras Autonomías porque es una manera de dar visibilidad a la educación y a los profesionales que dedican su viuda a ella,
La idea del libro es estupenda. Imagino que no participarán muchos en ella porque el proceso de la escritura y de la edición es complicado: hace falta tiempo, ganas, dinero…
Pero creo que plasmar en un escrito las vicisitudes de una historia docente puede ser un magnífico ejercicio para quien la hace y un estupendo aliciente para quien la lee,
Animar a escribir es bueno y también animar a leer.
Excelente iniciativa la de Cantabria. Ojalá existiera en todas las comunidades autónomas.
Ya sé que eso solo no es suficiente. Ya sé también que lo más importante es atender con eficacia las necesidades de los docentes.
Como dice JMMR sería una “hipocresía calculada” el volcarse en este tipo de actos y dar la espalda a las necesidades de la “praxis cotidiana”.
Hay que reivindicar la coherencia.
Me está sorprendiendo no ver ningún comentario de Cantabria. Y no sé cómo interpretarlo. Porque el silencio puede encerrar una actitud crítica hacia el acto y el artículo o un refrendo de las dos cosas.
Claro que no bastaría un solo comentario, en un sentido u otro, para saber cómo interpretar ese silencio.
También puede suceder que no hayan leído el artículo los asistentes al acto o que lo hayan hecho quienes no participan con sus comentarios en los blogs que siguen.
Todavía hay tiempo, de todos modos, para que expresen su opinión.
Querido Joaquín:
Qué magnífico testimonio.
los tres principios que citas como ejes de tu trabajo te definen como educador y constituyen un programa de acción que ojalá fuese el de todos los educadores del mundo:
– Amar a los alumnos.
– Ayudar a los débiles.
– Evitar el sufrimiento de los alumnos.
Te honra decir que los suspensos te dolían a ti más que a ellos.
Creo que te has ganado una larga y feliz jubilación. Ese trabajo que has realizado durante toda la vida merece el homenaje no solo de tus alumnos sino de la sociedad.
Un gran abrazo.
MAS
Miguel ángel, me vas a permitir que te felicite por el artículo, considero que tú sí que has sabido hilvanar todo lo que aconteció ese día en el Parlamento de mi región.
Comparto contigo la afirmación de que la cultura de los detalles es fundamental en educación, tanto que las presentadoras del acto no éramos presentadoras como tales sino compañeras de vocación y profesión y aficionadas al teatro: María López,orientadora y Asesora del CEP de Cantabria y una servidora, maestra de EP y LE y Asesora Técnico Docente de la Consejería que colaboramos gustosamente con la presentación de tan significativa celebración.
Queridas Alicia y María;
Enhorabuena por vuestra participación en el acto. Parecíais profesionales no de la educación sino de la escena. Fueron muy importantes vuestras palabras y muy encantadora vuestra sonrisa.
Me ha encantado que escriba alguien de Cantabria haciendo referencia al artículo. Echaba de menos a alguien vinculado a la experiencia.
Gracias por estar ahí, por leer y por escribir.
Un beso.
MAS
La jubilación es una etapa importante en la vida de lo docentes. Tanto si se mira para atrás como si se mira para adelante. Hacia atrás quedan tareas y recuerdos y hacia adelante quedan proyectos e ilusiones.
Lo que me parede importante e ese acto es su carácter institucional, el valor público del homenaje.
Ojalá cunda el ejemplo.
Y, como dicen algunos comentaristas, es importante que hay coherencia entre ese tipo de actos y la atención cotidiana a las necesidades de los docentes.
El docente tiene que ocupar un lugar destacado en la sociedad. Me parecen muy oportunos los cuatro pilares de la alabanza que ha hecho MAS en el artículos: ser docente es difícil, es importante, es hermoso, es inmortal.
Ese lugar destacado ha de tener no solo un carácter privado sino que tiene que tener una dimensión pública.
Por eso me parece estupendo el homenaje del que se habla en el artículo de este sábado.
Hola amigos y amigas de este fenomenal lugar para opinar y encontrarse con ciudadanos con preocupación por la educación.
– Toda celebración-homenaje a los profesionales bienvenidos sean, si son sinceros y no buscan otros propósitos que prestigiar, valorar el trabajo del educador, del maestro.
– Yo, yéndome a la actualidad de estos días, referentes al acoso, abuso sexual de un niño en los colegios por parte de sus profesores, siento que son temas que tienen que salir más, seguro que se denuncian poco respecto a lo que ocurre. Lo que me preocupa es que de nuevo se puede generalizar, que se oculta por parte de los colegios por propio interés, como los partidos políticos con sus trapos sucios.
– Para mí es un problema social grave. Se debería tratar en los colegios con los alumnos, educarles en esos riesgos para que no teman contárselo a alguien. Al igual que la violencia hacia la mujer en los hogares. Me preocupa la forma de tratar la noticia en los medios, que no perjudique a los buenos maestros. Me lleva a pensar de nuevo al caso de la semana pasada.
– La educación es muy importante. Que se vea en los que toman decisiones sobre ella en todos los niveles, desde el político hasta el maestro en el aula-colegio.
-Un abrazo a todos. No hagamos de los colegios un lugar de sufrimiento, de angustia, de tensión para todos, sino un lugar de disfrute con el aprendizaje de todos, un lugar donde prime la felicidad, el gusto por aprender, por jugar, por leer, por curiosear…. si no es así debemos mirárnoslo.
Estimado José Antonio:
De acuerdo en que las escuelas no deben ser lugares de sufrimiento.
Cuando hay acoso, el sufrimiento se hace extremo.
Me preocupa que las familias hagan manifestaciones de apoyo al Colegio sin que se dilucide antes lo que ha pasado. Si hay responsabilidad o descuido o delito lo que hay que hacer no es apoyar sino exigir. La mejor forma de ayudar al Colegio no es cerrar los ojos o batir las palmas. Es exigir responsabilidades.
Saludos y gracias por tu colaboración.
MAS
¿Habéis pensado lo que sucedería en el mundo si no hubiese docentes en ningún nivel del sistema educativo?
Me puedo imaginar bien el mundo sin ejércitos, pero no sin escuelas.
Interesante experiencia con un significado político importante.
Me parece una idea estupenda agradecer a los docentes el trabajo realizado y rendirles un homenaje que tenga un carácter público.
Creo que lo que ha dicho algún comentarista anterior es muy lógico: esa administración que ahora honra a los docentes ha tenido que ser generosa y honesta con el profesorado. No tendría sentido tratarles de cualquier manera durante el ejercicio profesional y luego hacerle un gran homenaje en la jubilación.
Hola atod@s y buenos días. Acabo de escuchar en el coche una entrevista de Pepa Bueno. Ya lo he dicho en este lugar y me reafirmo. ES MI OPINIÓN, MI PARECER. BUENA, con esa serenidad que dan los años de experiencia acumulada y la inteligencia, EDUCADA, HUMANA, comete errores y más que va a cometer en un puesto de tal envergadura y tan expuesta a la lupa de todo tipo de profesionales adversarios, ( políticos y comunicadores ), DIALOGANTE con todo el que quiera dialogar, sin vetos, que juega en una liga de profesionales que no es propiamente la suya ni tenía por qué jugarla ( creo que poco que ganar y mucho que perder), pero es PERSONA DE RETOS Y COMPROMETIDA CON SUS CONCIUDADANOS, de las que no se jubila. De las pocas personas que se dedican a la política APLAUDIDA POR LA CULTURA. Es la alcaldesa de la capital del país, QUE CREE EN LOS EQUIPOS ESTABLES Y DIALOGANTE, MAL EJEMPLO PARA LOS MALOS POLÍTICOS “PROFESIONALES”, PORQUE LOS DEJA CON SUS MISERIAS AL AIRE, PERO MUY BUEN EJEMPLO PARA LOS NUEVOS Y FUTUROS POLÍTICOS, Y, EN GENERAL, PARA TODA LA CIUDADANÍA, NO SÓLO LA MADRILEÑA: ES MANUELA CARMENA, MIÑA NAMORADA. SE QUE NUNCA ME SERÁ INFIEL NI TAMPOCO AL RESTO DE CIUDADANOS DE BIEN.
Un coruñés, que algo también me toca. Copia Xulio Ferreiro, copia, que aquí pódese copiar. Un político es programa, pero también mucho diálogo para gobernar para todos. Suerte.
¡Qué gran ocasión, querido y admirado profesor!
El acto del Día del Docente en el Parlamento estuvo cargado de sentido: el lugar, la fecha (tras cuatro años de oscuridad y sinsentido) y… tu charla, tan sutilmente didáctica a la vez que entretenida.
Siempre aprendo oyéndote, y habría de darte de nuevo las gracias. Pero también he de hacerlo por la mención que ahora haces de Vidas Maestras, que me lleva a lo más íntimo de los últimos años de mi carrera profesional en el mundo de la educación; dichos desde el adarve del castillo de Grajal, esos elogios llenan de orgullo.
Tengo pendiente, no lo olvido, una visita a la torre de las cinco esquinas y sus alrededores, mientras que espero otra tuya por Valdivielso, donde no se olvida tu valiente ayuda en tiempos difíciles.
Un abrazo, maestro.
Querido Juan:
Recuerdo con nitidez la explicación sobre las cinco esquinas de la torre de San Miguel de Grajal. :Las personas inteligentes aprenden siempre. Yo digo que las otras tratamos de enseñar a todas horas.
No sabes qué emocionante fue para mí la jornada en Santander. Y lo agradecido que estoy a Ramón y a quienes hicieron polog en esta entrada y que hayas sible mi presencia en aquel acto que tanto me gustó.
Me alegra que tre hayas asomado al blog en esta entrada y que hayas decidido participar.
Sé que fuiste la piedra angular sobre la que giró la obra VIDAS MAESTRAS durante muchos años. Soy miembro del Consejo Escolar de Andalucía y llevaré la iniciativa a la próxima reunión.
Queda pendiente la visita a Valdivielso. Cuántas emociones.
Un gran abrazo.
MAS
Hola Miguel Angel,
Soy brasileña, hija de españoles y prima de su admirador Jose Antonio Romero Lema, y convencida a leer un poco sobre su trabajo por la educación en España.
Es admirable saber que hay personas que luchan por la dignidade y el futuro de nuestros niños por todo el mundo. Aquí en Brasil, esta lucha es aún más difícil y muy, muy insuficiente.
No tenéis idea del sufrimiento de nuestro pueblo en tener un poco de dignidad en, solamente, saber leer y escribir. Tenemos niños que no son capaces de hacer una cuenta de 2+2 porque, o van a la escuela o tienen que trabajar muy joven para ayudar a sus padres.
Esta parte, me recuerda a las historias de mi madre, que nació en un pueblo muy pobre de Galicia y que solo tubo la oportunidad de estudiar hasta sus 14 años porque tenía que ayudar a sus padres y a sus 9 hermanos a ordeñar, labrar, plantar… Pero sus padres, mismo que poco tiempo, siempre a apoyaron a ir a la escuela. Sabían de la importancia de los estudios, mismo que para ellos, su futuro fuese ser labradora o una ama de casa. Ella me cuenta que le encantaba ir a la escuela, que tenia una maestra muy buena, que le daba, no solo educación, le daba cariño y atención. La recuerda con amor.
Estamos hablando de 50 años atrás… Mucho ha evoluído en la educación en España, y eso hay que comemorar. Pero, muy diferente de lo que pasó con ella, los niños en Brasil aún no tienen la misma oportunidade de evolución por la educación. Los maestros en Brasil no son valorizados, admirados como orientadores, y tampoco son remunerados lo suficiente por el importante trabajo que hacen. Por eso, los pocos que hay, son luchadores que buscan cambiar nuestro pueblo. Son personas que trabajan solo por amor.
Y los niños, son sobrevivientes del horror de vivir en un país corrupto y pobre de educación. No son capaces de admirar a sus maestros, pues en la escuela no encuentran educación y mucho menos, encuentran amor. Escapan, prefieren la calle que es donde pueden ganar dinero (robando o limosneando) y son aducidos a vivir en la criminalidad que a vivir por los estudios o por el trabajo, pues tarda más en conseguir el dinero que desean. Pero también acortan la vida en el crimen.
Y eso, no es solo “culpa” de las escuelas que no tienen maestros suficientes o estructura educacional efectiva. El mayor problema está en su propia casa, donde sus padres tampoco saben que hacen sus niños mientras trabajan. Y muchos dellos hasta os exploran para que vayan por las calles a pedir limosnas y así, no tienen ellos que trabajar. Crecen así y si tornan adultos como a sus padres. Es un circulo vicioso.
Por eso, creo que si no han cambios desde la infancia, no hay como cambiar el futuro de nuestro país. Un país más democrático, más igualitário, menos violento y menos negligente con su pueblo.
Admiro mucho que lográis el reconocimiento de los maestros, pues sois vosotros que pueden cambiar el futuro de una nación!
Querida Susana:
Qué importante comentario el tuyo. He visitado muchas veces tu país y conozco sus necesidades educativas. Cuando mi hija no quiere algún día ir al Colegio le hablo de la inmensa suerte que tiene de poder hacerlo.
Estoy de acuerdo contigo en la importancia que tiene para un país la educación. Es en la escuela donde se pueden superar las desigualdades sociales.
Habría que formar en Brasil buenos maestros, darles escuelas dignas, pagarles bien su trabajo y conseguir la plena escolarización.
Me alegra que José Antonio te haya abierto la puerta de esta casa a la que son bienvenidas vuestras reflexiones sobre la educación.
Un beso.
MAS
En la vida de los docentes tienen lugar fen menos de una gran complejidad. Cada curso el maestro va a adiendo un a o a su experiencia mientras los ni os siguen teniendo la misma edad. As , poco a poco, imperceptiblemente, un maestro que comenz a los 19 a os con ni os de 6, se convierte en un veterano maestro de 65 que sigue ense ando a ni os de 6. Muchos rellenan de sabidur a y entusiasmo ese abismo generacional. Otros se infantilizan para no perder distancia y algunos se alejan definitivamente a trav s de la amargura y el escepticismo. Por otra parte, el maestro tiene que abrir cada a o su coraz n ante un grupo receloso y, a veces, hostil. Cuando ya los tiene conquistados, cuando ya saben que ese profesional los quiere, los alumnos se van y el maestro ha de empezar con un grupo nuevo, con otros alumnos que de nuevo desconf an. Otra vez a empezar. A todos nos llega el final. Y es hermoso encontrarse con una Administraci n educativa sensible al esfuerzo, al cansancio acumulado y a la ilusi n mantenida. Una Administraci n que rinde homenaje a quien durante muchos a os ha trabajado con tes n. La Consejer a de Cantabria invita a todos los jubilados a escribir una especie de Memoria de su experiencia profesional. Aceptan algunos, otros no. Con el conjunto de los relatos edita, en esos tres ltimos a os, a libro por a o, una obra titulada “Vidas maestras”. Tengo delante la edici n de 2008. Una hermosa obra de casi cuatrocientas p ginas, que recoge la biograf a de 53 docentes jubilados.