Estructuras de participación

30 Ago

Creo que nadie duda de la necesidad y de la importancia de la participación para que haya responsabilidad, implicación, sentido de pertenencia, motivación y aprendizaje. Son muy valiosos los frutos que produce el árbol de la participación.

Pero es imprescindible un tercer requisito: hace falta poder hacerlo. Y a eso voy en este artículo. A reflexionar sobre la necesidad de crear estructuras de participación.

Hablo de una participación real, no recortada y superficial. De una participación que no se considera un regalo sino un derecho y un deber. Sin participación es imposible aprender. Tomar parte en las organizaciones y en las experiencias es el único camino de alcanzar aprendizajes significativos y relevantes.

Para que haya participación en la sociedad, en los partidos políticos o en las instituciones tiene que haber voluntad de participar. Está muy claro: es imprescindible querer participar. Porque si no se quiere, no hay nada que hacer. Si no se quiere pasaría lo mismo que en aquel pueblo cuyas campanas no se tocaban por ocho motivos. Primer motivo: no había campanas. Pues no hace falta saber los otros siete. Es necesario también saber cómo hacerlo. Hay que tener cosas que decir y saber decirlas con sentido y claridad. Hace falta saber actuar de forma competente. Pero es imprescindible un tercer requisito: hace falta poder hacerlo. Y a eso voy en este artículo. A reflexionar sobre la necesidad de crear estructuras de participación.

En alguna clase lo he explicado mediante un sencillo ejercicio que muestra de forma palmaria cómo la participación depende de la estructura que se emplee para ejercitarla.

Cuento la siguiente historia. Una señora mayor (en adelante una vieja) se encuentra en un autoservicio. Va a la barra, pide un tazón de caldo, lo paga y, después de depositar el tazón, coger una servilleta una servilleta y depositar una cuchara en la bandeja, se dirige a la mesa en la que se dispone a comer. Cuando se sienta, se da cuenta de que se ha olvidado de comprar pan. A ella le gusta migar pan en el caldo. Toma unas monedas del bolso, vuelve a la barra, pide un bollo de pan, lo paga y cuando vuelve en dirección a su mesa, ¡sorpresa!, un hombre de color (en adelante un negro), está tranquilamente tomándose su caldo.

Entonces les hago esta pregunta: ¿Qué harías tú si fueras la vieja? Les digo que tienen que contestar la respuesta de dos en dos. No es que uno sea el negro y otro la vieja. No. Los dos se tienen que meter en el pellejo de la vieja y decir lo que harían en esa situación. Hablan durante unos minutos. Cuesta volver al silencio.

Luego sigo con la historia. Cuando la vieja ve lo que está pasando se dice: No me dejaré robar. Dicho y hecho, va rápidamente al lado del negro, se sienta a su lado, coge una cuchara, miga el pan en pedazos y come con el negro lo que queda de su caldo. Seguidamente el negro se levanta, le pide que espere unos segundos, y vuelve poco después con un abundante plato de espaguettis y dos tenedores. Le da un tenedor a la vieja y le dice que desea compartir con ella los espaguettis. Comen los dos, alternándose. Y, cuando acaban el negro le dice a la vieja que tiene prisa, que tiene que irse, que está encantado de haber compartido la comida y que no puede quedarse a tomar el postre. Se despide de ella y emprende camino hacia la puerta del autoservicio. Cuando el negro a abrir la puerta para salir, la vieja se da cuenta de que su bolso ha desaparecido.

Entonces vuelvo a formular la misma pregunta: ¿qué harías tú si fueras la vieja? Pero, ahora, añado, no se van a decir a quien tienen al lado sino que, quien desee dar su opinión, debe levantar la mano y decirlo a todos los asistentes en voz alta.

Suele suceder que tardan en aparecer voluntarios, a veces no hay ninguno y, cuando los hay, solamente 3 o 4 personas dan su opinión. Muchos callan porque no se atreven, porque han estado distraídos, porque no les interesa la historia, porque no quieren repetirse, porque tienen miedo al ridículo…

Entonces sigo con la historia. Cuando la vieja se levanta para gritar ¡al ladrón”, se da cuenta de que dos mesas más allá hay un tazón de caldo ya frío y delante de la mesa una silla con su bolso colgado. Se había equivocado de mesa cuando volvió de comprar el pan.

Esta historia que su protagonista contó en un periódico, se suele utilizar para reflexionar sobre la importancia de los estereotipos. La vieja dijo que hasta que le sucedió esta historia creyó que no era racista. Y, como bien se ve, muestra que no es el negro el que como a costa de la persona de raza blanca sino ésta la que come (primer y segundo plato) a costa del negro. Resulta lógico que el hombre pensase que la viaja estaba muy necesitada al ver que migaba el pan en su tazón de caldo. De ahí que, generosamente, la invitase a compartir el segundo plato.

Yo la suelo utilizar para analizar la importancia de las estructuras de participación. Con la misma historia, en la misma sala, el mismo día, con las mismas personas, la participación es diferente dependiendo de la estructura que se utilice.

Primera estructura: uno solo lee la historia. Nadie más interviene. Con una segunda estructura (pedir la opinión en voz alta ante todos los presentes) participan muy poquitos. Con la tercera estructura (hablar de dos en dos) intervienen todos. Una buena estructura propicia la participación y multiplica el tiempo.

La pregunta tiene la misma dificultad en las dos ocasiones en las que se formula: ¿qué harías tú si fueras la vieja? Pero, en el primer caso provoca una catarata inmediata de intervenciones que cuesta trabajo interrumpir. En el segundo, una oleada de silencio.

Hay estructuras que impiden la participación. Si uno solo cuenta la historia, las personas escuchan con mayor o menor atención. Otras la dificultan: no es fácil intervenir ante quinientas o mil personas. Otras la hacen casi inevitable. Porque, si en el ejercicio que acabo de comentar, una persona está distraída y oye del compañero la pregunta: Bueno, ¿qué harías tú si fueras la vieja? Y él no sabe de qué vieja están hablando, lo pregunta y el compañero se encarga de ponerle en la situación del relato.

Es fácil trasladar la cuestión a situaciones reales. Se puede pedir e, incluso, exigir participación. Pero si no hay tiempos y espacios para hacerla viable, por mucho que se desee, no será imposible conseguirla. Si se pide a los ciudadanos que participen en las decisiones, pero no hay canales a través de los cuales puedan hacerlo, la invitación será un mero señuelo. Si se invita a los padres de los colegios a participar pero no disponen de lugares, tiempos e información adecuada, la participación se convertirá en una mera entelequia.

Crear canales para la participación una exigencia sine qua non para que se produzca. Después habrá que querer y saber utilizarlos. Pero si no existen, hablar de participación auténtica será como hablar de nieve frita.

21 respuestas a «Estructuras de participación»

  1. Querido Maestro!
    Es atractivo y real su comentario como la vida misma.
    Es muy importante participar y mucho más querer hacerlo.El que quiere puede y busca los momentos adecuados para hacerlo.
    Sus comentarios son auténticos pasadizos hacia la reflexión y la actuación de las personas que le leen.Siempre me vienen como anillo al dedo y me hacen comprobar lo importante de la vida.Estoy buscando la manera de participar en una asociación para la integración de personas con discapacidad y ya he dado el primer paso.
    Espero haya disfrutado de un buen verano y que la salud le acompañe siempre.
    Sin más me despido con un cordial y afectuoso saludo.

  2. Querido amigo y maestro:

    Hace algunos años tuve el privilegio de ser alumno del Doctor Laurentino Heras, gracias al cual pude conocer- entre otras- otra obra tuya centrada en la participación.

    Dada su relación con el artículo de hoy -y para poder participar en tu blog- he recuperado una descripción personal de la obra (me limitaré solo al prólogo), la cual constituyó para mí un aprendizaje significativo –tal y como lo concibió Ausubel-. Estas líneas son la prueba, porque si no hubiese sido un libro suficientemente interesante, no lo habría recordado ahora.

    “El crisol de la participación. Estudio etnográfico sobre la participación en consejos escolares de centro” se publica como resultado de una investigación dirigida por Miguel Ángel Santos Guerra en la que participa un equipo de veinticinco investigadores durante más de un curso escolar.

    La intención de promover un clima participativo a partir del trabajo se observa desde el mismo prólogo o, para ser más precisos, prólogos, donde tanto el Director del Grupo de Investigación, como un director de un centro, un profesor y una profesora, la presidenta de una Cooperativa, una alumna y un padre de alumnos, respectivamente, participan en la presentación de la obra representando al conjunto de personas configurado por el equipo de investigación y por la comunidad educativa. Por ello, es significativo el ejemplo que se ofrece ya desde el propio comienzo de la obra donde se muestra una participación real en la que cada individuo –que representa a su vez a los diferentes estamentos implicados en la investigación- expresa, desde su particular prisma, la incidencia de la obra en sus propias vidas vinculadas al ámbito de la educación y su aportación a la misma.

    Un abrazo.

    Saludos y feliz inicio de curso.

  3. Querida Loly y querido Juan Manuel:
    Gracias por vuestros madrugadores comentarios.
    Siempre son ricos y alentadores.
    Es una satisfacción saber que lo que escribes llega a personas que lo utilizan para pensar y para mejorar lo que hacen. MI pretensión (no siempre conseguida, seguramente) es ayudar a reflexionar sobre aquello que hacemos y a que esa reflexión se encamine a la mejora.
    Feliz sábado para los dos.
    Y gracias.
    Miguel A. Santos

  4. Muy buen artículo Miguel Ángel !

    El tema de la participación lo veo muy importante y es un aspecto deseado muchas veces por las organizaciones y especialmente dificil de lograr, pero aquellos que la consiguen se enriquecen con ideas nuevas, frescas e innovadoras que tanto les fortalece.

    El gran reto del líder es la de crear una cultura que fomente participación y donde los colaboradores se vean exentos del temor al “que diran si comparto mis ideas” y se sientan con libertad de expresar aquello que sienten o a las ideas de mejora que puedan tener. Pero del mismo modo hay otros a los que hay que retarlos a salir del área de comodidad del silencio, donde tan a gusto se está dejando que sean otros los que participen. Dos situaciones a corregir igual de importantes.

    Asumir el reto de la participación y lograr alcanzarlo permite sin duda alguna un cambio diferenciador en cualquier organización y permite al mismo tiempo tener equipos más unidos, comprometidos, creativos e innovadores.

    Walter Lippman dijo que “Cuando todos piensan lo mismo, nadie está pensando.”, si no existe la participación no hay mejora que pueda alcanzarse.

    Felicidades por el artículo.

    Un abrazo,

    César Gómez

  5. Estimado César:
    Muy buen comentario, te digo en reciprocidad.
    Estoy de acuerdo en que los verdaderos líderes propician la participación, porque de esa manera mejoran a los demás y hacen progresar a la organización.
    Si uno piensa por todos, los demás acaban por no pensar.
    Si uno se responsabiliza de todo, los demás acaban por desentenderse de todo.
    Si uno pretende hacerlo todo, los demás acaban no haciendo nada.
    Si uno lo decide todo, los demás acaban por no sentirse valiosos para nada
    Un buen líder saca lo mejor de cada miembro de la comunidad.
    Un abrazo y hasta pronto.
    MAS

  6. De acuerdo. Una cosa es querer y saber y otra PODER. El ejemplo es muy claro. Si hay mil personas en esa sala es imposible que participen todas: no hay tiempo, se repiten, no se atreven…
    Es muy importante pensar en las estructuras mejores para favorecer la participación.
    Gracias por el artículo.

  7. En el ámbito educativo no se favorece la participación cuando el profesor dirige de forma exclusiva la clase: decide cómo se organiza el espacio y el tiempo, cuando la información, la demostración y la evalaución es competencia únicamente suya,… A ese estilo de enseñanza, en Educación Física le llamamos mando directo (definición de Miguel Ángel Delgado Noguera). Afortunadamente en esta asignatura específica (denominación LOMCE) existen múltiples cauces y estructuras que favorecen la participación, pero en el resto de asignaturas del currículo no es tan fácil crear estos canales y estructuras por múltiples circunstancias: aulas con pocas posibilidades de distribución de pupitres, horarios sumanente rígidos, tareas que presentan situaciones de aprendizaje cerradas y sin variantes, escasez de recursos o poco apropiados, las expectativas de las familias sobre sus hijos y la escuela, la falta de una formación específica en el docente…

    Es curioso cómo la organización en Educación Infantil que favorece la participación del alumnado rápidamente se cambia cuando se inicia la primaria. El aprendizaje de contenidos teóricos somete a los procedimientos y a las actitides. De la enseñanza secundaria o de la universiaria ya ni cuento.

    Blog como éste no cabe duda que favorece la participación y el aprendizaje.

    Feliz vuelta al cole a todos los miembros de la comunidad educativa!!!

  8. Querido Juan Carlos:
    Bienvenido de nuevo.
    Gracias por tu aportación.
    A mí también me preocupan los pasos de nivel, lo que yo llamo “las bisagras” del sistema educativo.
    Hace unos meses impartí una conferencia sobre el paso de infantil a primaria. Es cierto lo que dices. La participación, intensa en infantil, se recorta en Primaria. ¿Por qué? Me preocupa la escasa participación del alumnado en la selección de contenidos, en la metodología, en la evaluación y en la elaboración de normas y la toma de decisiones.
    Hay que pensar y hay que actuar.
    Mientras más participación, más motivación.
    Mientras más participación, más responsabilidad.
    Mientras más participación, más aprendizaje.
    Un cordal saludo y feliz curso.

    Miguel A. Santos

  9. Muy buen artículo y te cuento Miguel que me viene muy bien para el curso de directores que estoy realizando. Tenemos que hacer un trabajo teórico donde desde nuestro rol de director, resolvemos una situación de la escuela y el concepto de participación es clave en las líneas de acción que realicemos.Gracias por tu aporte.
    Con respecto a la participación coincido en todo en tus conceptos.Llevado al ámbito escolar creo que debemos fomentar la participación genuina de los niños y los padres. No es fácil. En primer lugar tenemos que aprender a participar nosotros para así promover la participación de los demás.

  10. Hermoso ejemplo de como uno puede ser un objeto pasivo ante una situación o , por el contrario, participativo.
    Yo creo que de ordinario, en muchas actividades sociales, cuando se pide participación, se pide participar para reafirmarse en el propio pensamiento y no con un espíritu crítico o discrepante. Lo vemos en los debates televisivos, ¿se busca de verdad encontrar y reafirmarse en lo que el ser humano considera lo mejor o, más bien, se busca retorcer, si es necesario, el discurso para llevar el agua, como se suele decir, a su molino?
    Las ventajas de la participación frente a la no participación son muy claras. El artículo nos las expone.
    Participar los alumnos en el aula depende en gran medida del profesor. Participar los ciudadanos en su municipio depende de querer hacerlo el ciudadano y que la autoridad facilite los medios para hacerse.
    Un nueva movimiento ha surgido, Podemos, en que considera clave la participación ciudadana. No todos los que se dicen demócratas quieren la participación ciudadana, yo diría que más bien la temen.
    Gracia, Miguel Ángel, por tus reflexiones siempre tan enriquecedoras.

  11. Querido Maestro:

    Agradecer una vez más por su valioso escrito, las circunstancias de la vida, muchas veces nos crean las condiciones para caer en el abismo de la segregación, digo esto, por que no cabe la menor duda que es el virus instaurado en aquellos que hoy nombro como los “sin voz”. ¿Que hace un niño catalogado como vulnerable en un centro educativo donde no se reconoce su voz?, pues difícilmente podrá si quiera llegar a pensar en levantar su desvalida mano, cuando la estructura no se ha preparado para ello, por eso querido maestro coincido plenamente en abrirnos al mundo de la participación, y desde la intimidad del aula, donde profesor y estudiante se sientan a esperar que algo suceda, creo preciso y vital que este profesional de la educación incorpore a su perfil competencias que le permitan abrir espacios de comunicación efectiva y de estrategias que propendan a generar participación, finalmente de esta manera no solo estaremos propiciando a terminar con la segregación, sino que también aportaremos a la inclusión, haciendo que en la mente de ese niño se derriben las barreras de la vulnerabilidad.

    Un fuerte abrazo querido Maestro…

    Siempre significativas e iluminadoras sus palabras.

  12. Querer no es igual que poder.
    Hace falta disponer de las condiciones, que pueden conseguirse de cuatro formas:
    – El poder genera las estructuras, consciente de su importancia.
    – Los súbditos demandan esas condiciones.
    – Los súbditos imponen esas condiciones, actuando con fuerza
    – El poder y los súbditos consensúan la creación de estructuras.
    Me ha parecido una reflexión muy necesaria.

  13. Yo creo que la participación es fundamental, pero que no es del gusto del poder. Quienes lo ostentas creen que saben más que nadie y que lo hacen mejor que nadie.
    Por eso prefieren decidir y, en el mejor de los casos, exigir que otros hagan lo que ellos han pensado y decidido.
    Pero esa participación ciudadana es de segundo grado.
    Saludos.

  14. La anécdota es muy sugerente, pero me ha parecido especialmente interesante cómo la ha aprovechado el autor para ejemplificar la importancia de las estructuras de participación.
    Se ve claro.
    Lo importante es, siempre, llevarlo a la práctica.
    Ahí está la cuestión.

  15. Estimado Ronald:
    Gracias por tu aportación, tan llena de sensibilidad.
    Me parece fundamental esa preocupación que muestras acerca de aquellos y aquellas que bien pueden calificarse, como tú haces, de “sin voz”.
    Es especialmente aplicable todo lo que digo a esas personas que han sido condenadas al silencio.
    Nosotros debemos ser la voz de los que no la tienen para que puedan expresarse con libertad.
    Un gran abrazo.
    Miguel A. Santos

  16. Lo importante no es participar sino hacerlo en cosas importantes y sin cortapisas.
    Muchas veces solo existe participación recortada y tramposa.

  17. Conocía la historia del negro y la vieja, pero no se me habría ocurrido utilizarla para ilustrar esta cuestión que aquí se plantea.
    Creo que funcionaría con cualquier relato o con cualquier tema. Hay situaciones en las que la gente no se decide a participar.
    Por eso estoy de acuerdo con la tesis básica del artículo.

  18. De acuerdo con la tesis básica del artículo. No bastan dos patas para sostener la mesa de la participación (querer y saber). Hacen falta las tres (poder).
    A veces se olvida esta cuestión, a pesar de estar tan clara.
    Saludos a todos los lectores y lectoras.

  19. En breve publicaré un artículo sobre LAS FALACIAS DE LA PARTICIPACIÓN.
    No toda participación es deseable, ni toda participación es auténtica.
    Hablaré de varias falacias:
    participación regalada
    participación recortada
    participación condicionada
    participación aplazada
    participación trucada
    participación formalizada
    participación feminizada
    Creo que no basta que haya participación, es necesario que ésta sea auténtica.

  20. Mi amigo Juan Miguel Habla de un libro que coordiné titulado “El crisol de la participación”. Se trataba del informe de una investigación etnográfica sobre la participación de las familias en los Consejos Escolares.
    Quiero comunicar a mis lectores y lectoras que este año he coordinado con la profesora Lourdes de la Rosa un libro titulado “La participación de las familias de alumnos inmigrantes en la escuela”. Está editado por Aljibe.

  21. Querido amigo y maestro:

    Muchas gracias por esta información. Desconocía este reciente trabajo tuyo y de la profesora Lourdes de la Rosa.

    La participación de familias de alumnos inmigrantes en la escuela está sujeta a múltiples variables y resulta un tema importantísimo para los docentes. El enfoque multicultural se hace cada vez más necesario en las escuelas y se apuesta en estos últimos años por las enseñanzas bilingües y plurilingües como vehículos de comunicación entre culturas.

    Estoy convencido de que esta publicación de Ed. Aljibe me resultará interesantísima.

    Muchas gracias y un fuerte abrazo.

    Saludos.

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