Justos por pecadores

7 Jul

Hay un dicho en un nuestro discutible refranero que dice que suelen pagar justos por pecadores. Creo que sucede muchas veces. Lo estamos viendo cada día en esta eterna crisis que padecemos. Unos la han causado y otros la sufrimos. Pagamos justos por pecadores. Pero ese fenómeno no se produce solo a gran escala, también puede verse encarnado en casos de menor dimensión.

Un buen día aparece rota la Regla de Dibujo. Y nadie se presenta como responsable del desperfecto.

Comentaré un hecho de esta naturaleza a través del relato que me hace la familia de una estudiante de Secundaria sobre algo que le ha pasado en su Instituto. Un buen día aparece rota la Regla de Dibujo. Y nadie se presenta como responsable del desperfecto. Ahí comenzó el conflicto. Estas son las palabras de la chica:

“Después, comenzó el suplicio. Según la seño, la normativa de convivencia dice que el material escolar hay que reponerlo y aparece la primera sanción (no, ahora se llaman medidas correctivas de conductas contra la convivencia): todos tendremos que pagar 50 céntimos de euro. Y yo todavía no tengo paga, ¡madre mía!. Todos a una, o casi: seño, que yo no fui, ¿por qué tengo que pagar? La respuesta, sin dudar: porque lo dicen las normas de convivencia, y todos son responsables de lo que pase en el aula”.

El autor o autora de ese desperfecto no se identifica. Se supone que alguien ha sido, porque no se va a romper sola. O sí. Quiero decir que también podría suceder que se hubiera roto por accidente sin que nadie fuera consciente de ello. Pero bueno, supongamos que alguien ha sido. Al no aparecer un culpable, la Jefa de Estudios decide que tienen que pagar entre todos la compra de una regla nueva. Se trata de una pequeña cantidad porque en el reparto tocan a 50 céntimos.

La chica, herida en su dignidad, dice que no ha roto nada y que ella no va a pagar. Sinceramente, creo que hace bien al negarse. No es tanto una cuestión de dinero cuanto de principios. Porque aquí, el principio de presunción de inocencia se convierte en un principio de presunción de culpabilidad. Ella misma dice que los hechos contradicen lo que ha estudiado en la asignatura Educación para la Ciudadanía en sexto, donde le han explicado que todas las personas tienen el derecho a la presunción de inocencia. Y, por otra parte, que nadie debe ser sancionado sin pruebas.

No sé lo que pensaría la dirección del Centro si un buen día apareciese en la prensa la siguiente noticia. Se ha robado una cantidad de dinero al Ayuntamiento. Como no aparece el autor del robo, todos los vecinos van a tener que pagar la parte correspondiente.

No me sirve el argumento de que hay una norma en el Centro que obliga a pagar a todos cuando no aparece el autor de un destrozo. Supone celo por el bien común, pero basado en un principio erróneo. El fin no justifica los medios. Si la norma existe, hay que cambiarla.

Pasado un tiempo aparece un modo de presión en la estrategia de reposición de material por roturas o robos en el Centro, a mi modo de ver inaceptable. Se les presiona a los retrasados en el pago con la sanción anticipada de que si no pagan no se les permitirá asistir a la inminente excursión de fin de cuso, ocasión final para celebrar esfuerzos y disfrutar de buenas amistades. Ella califica esta actuación de chantaje emocional. Yo también. Una alumna no puede ser discriminada en una actividad tan importante.

Esa forma de presión lleva aparejada una invitación a la delación. Induce a que alguien reaccione de esta manera:

– Como no te importa perjudicarnos a todos con el silencio, yo te voy a perjudicar a ti con la acusación.

No sé si esta chica o alguno de sus compañeros conocía la autoría del desperfecto. Si sabían quién fue, se presenta una doble posibilidad: acusar a quien ha hecho algo mal o callarse y así perjudicar al resto de lo compañeros. La fidelidad al grupo suele quedar por encima.

Nadie da su brazo a torcer. Se queda sin excursión. Yo creo que el Centro defiende una norma más que discutible y la chica defiende un principio evidente. Se me dirá que la norma también defiende un principio. Puede ser, pero creo que por un camino equivocado.

Se suele decir que las normas están para cumplirlas. Yo diría que, antes, están para revisarlas y cambiarlas o suprimirlas cuando sostienen algo que no es justo. Por otra parte, ese rigor en el cumplimiento de las normas desaparece, al parecer, cuando se sanciona con una medida correctiva para faltas graves o muy graves, pero se trata de aplicar lo establecido en el caso de faltas leves: sin comunicación a la familia, sin intervención de la Dirección o del Equipo de gestión de la convivencia, sin informe al Consejo Escolar, sin dejar constancia escrita de nada… A los padres de la alumna no se les informa en ningún momento, y hasta se les niega la información que necesitan para acceder a los padres o madres que son miembros del Consejo Escolar, bajo la excusa de que la Ley de Protección de Datos no permite facilitar información personal. ¿No fueron elegidos los representantes en elección pública?, ¿no tienen que facilitar los Centros la comunicación de estos representantes con sus correspondientes representados?…

¿Qué puede hacer el Centro en estos casos? Yo creo que debe preguntar quién ha sido. No da igual que se rompa el material. Debe instar abiertamente a que se diga quién ha sido el responsable por un sentido elemental de responsabilidad. Debe inculcar la importancia que tiene el bien común. Tiene que educar en el respeto a las cosas. Pero no sancionar a los inocentes. Sé que todo esto es difícil. Sé también que tomo parte en un conflicto sin escuchar a una de las partes. Pero creo que el núcleo de la cuestión está claro. Quiero expresar mi respeto absoluto para los profesionales de la educación que han intervenido en el conflicto y mi convicción de que la familia debe ayudar a la escuela.

Lo más negativo de esta historia, a mi juiicio, es la sensación de injusticia con la que se ha quedado esta estudiante. La familia ha optado, creo yo, por seguir el buen camino de apoyar a su hija en su noble reacción.

Creo que algunas veces, al dar el brazo a torcer fortalecemos la autoridad. Sucede lo contrario a lo que muchas veces se piensa, que si cedemos nos debilitamos.

70 respuestas a «Justos por pecadores»

  1. Hay que revisar las normas. Algunas veces no son del todo justas. Generalmente las normas las crean y aplican (si no se cumplen sancionan el incumplimiento) los de arriba. Existe el peligro de abuso de poder.
    Es probable que el Centro se muestre inflexible por un sentido educativo, pero yo creo que se han excedido. La rigidez no es buena.

  2. Creo que el autor se equivoca de un modo absoluto. El encubrimiento no deja de ser una conducta contraria a la norma de convivencia y por lo tanto, susceptible de corrección. La cuestión es enseñar al niño, al adolescente, que la solidaridad (y el silencio cómplice es una forma de solidaridad) para con los que cometen acciones reprobables no sólo es un error sino que además se hacen partícipes del hecho. Por otra parte, la autonomía de los centros al respecto de la corrección de conductas contrarias a las normas de convivencia es uno de los grandes avances educativos, dentro del marco legislativo. Se esté o no de acuerdo, ya es otra cuestión, muy subjetiva, pero la familia de un alumno, cuando se matricula en el centro, acepta explícitamente todas las normas de organización y funcionamiento, así como el ideario del centro educativo. En definitiva: la imposición a todo el grupo de una corrección de conducta contraria a la norma de convivencia es absolutamente correcta, en la medida que ante el silencio cómplice, todos son partícipes de tal incorrección. Pienso que es una valiosa lección para que todos construyan una identidad ciudadana.

    • Estimado Pepe Olemdo, lamento discrepar radicalmente de tu valoración del artículo. Te diré por qué:

      1. ¿Quién defiende el encubrimiento? ¿Quién dice que es una buena postura? Lo que digo es que no se puede forzar la denuncia por modos ilícitos: presión, coacción, chantaje… De lo contrario, se podría justificar hasta la tortura. Otra cosa es dialogar, persuadir, razonar.
      2. ¿Por qué hay que suponer que todos los alumnos y alumnas conocen al autor de la rotura de la regla? ¿No puede darse el caso de que alguno no lo conozca? ¿No puede darse el caso de que se haya roto por accidente?
      3. La autonomía me parece buena, otra cosa es que siempre se utilice fe dorma ranonable o justa. Se puede utilizar la autonomía de forma equivocada. Este es, a mi juicio, el caso.
      4. La familia tiene derecho a participar en el proyecto, no la obligación de aceptarlo sin rechistar. La participación de los padresy madres supone reflexionar y criticar, no solo acatar. ¿De qué participación hablamos, si no?
      5. Nada dices sobre el incumplimiento de normas bien claras y democráticas que el Centro ha incumplido. ¿Esas normas no tienen ue cumplirse? ¿Por qué?
      6. Los alumnos y alumnas tienen que ser artífices de la norma, no solo destinatarios de lo que otros han decidido. En eso consiste la educación. Hay que formår ciudadanos, no súbditos. El argumento de la chica tiene difícil réplica: ¿por qué tengo que ser sancionada si no he cometido ninguna falta? ¿Por qué se me considera culpable de algo que no he hecho?
      7. A tu juicio la actuación del Centro es una valiosa lección. A mí me preocuparía, como educador, lo que ha aprendido de esa lección esta chica. ¿Qué han aprendido los demás alumnos y alumnas? Porque, al parecer, lo importante es lo que enseñamos y no lo que aprenden.
      8. Hay que pensar mucho lo que sucede con los castigos, con sus efectos secundarios. Hay que pensar, sobre todo, en la capacidad educativa y en la justicia de los castigos colectivos. Si consideras que no hay nada que pensar y que todo estuvo bien hecho, a pesar de lo que la alumna manifiesta, creo que hay poco margen parael aprendizaje y la mejora.

      Un cordial saludo y muchas gracias por leerme y por participar.

      Miguel A. Santos Guerra

  3. Pero también es posible, D Pepe Olmedo, que ningún compañero supiera quién rompió la regla o que fuera rota por alguién de otra aula como pasa tantas veces. Yo también creo que esos castigos masivos habría que mirarlos con lupa gorda.

  4. Señor Pepe Olmedo, ¿Podría usted indicarme el hecho o conducta (imputable a ella, constitutiva de falta e, irrefutablemente demostrada) por la cual se ha sancionado a esa chica?
    Un saludo

  5. Todo es subjetivo, Holden y Consuelo, pero la organización y funcionamiento de un centro educativo está consensuado por un Claustro de profesorado, personas que están a diario con el alumnado, auténticos profesionales de la enseñanza, que saben muy bien que la educación, que diria el famoso juez de menores Emilio Calatayud significa educar en responsabilidad democrática. El silencio y el encubrimiento, incluso a edades infantiles deben ser motivo de corrección. No hay que olvidar que estamos educando. Esto, en lo concierniente a grandes espacios de socialización, como son los centros educativos. En casa, que los padres actúen según conciencia, pero recordando que los niños no necesitan amigos, necesitan padres.

  6. Hola a todos/as. Tienes un problema Pepe Olmedo: que tu perspectiva, con la que cualquier docente estaría de acuerdo, dificilmente va a ser comprendida por personas que no lo son. Es el clásico problema del sistema educativo en España y las tensiones en los centros, con frecuencia, si bien afortunadamente las familias, con el paso de los años, están entendiendo que su perspectiva personal y subjetiva nada tiene que ver con la compleja realidad de un centro educativo y la interacción del alumnado en el mayor espacio de socialización actual, como bien tú dices. Y que esta última es la única que debe contar, porque estamos hablando no ya de opinione subjetivas, sino de consenso educativo por los expertos en educación, los/as maestros/as, que debe ser la única voz autorizada en los aspectos pedagógicos y educacionales. Las familias tienen su parcela de participación, a través de los consejos escolares, pero no pueden influir en decisiones que sólo los profesionales de la enseñanza son capaces de dictaminar. Es como el Boson de Higgs: prácticamente nadie sabe lo que significa, salvo los científicos. Saludos.

  7. Señor Pepe Olmedo, parece que está usted acusando y sancionando a una chica, y que lo está haciendo usted, al menos, sin pruebas de la falta cometida: Lo cual, en mi opinión, es una excelente manera de mal-educar. Por lo demás, no pagamos Centros Educativos (ni públicos ni privados) para que participen con incoherencias, contradicciones e injusticias en la educación de nuestros hijos.

  8. Señora Pepa Banderas, con todos mis respetos, “opiniones subjetivas”, “expertos en educación”, “compleja realidad de un centro educativo”; bien, ¿Podría usted indicarme el hecho o conducta (imputable a ella, constitutiva de falta e, irrefutablemente demostrada) por la cual se ha sancionado a esa chica?
    Un saludo

    PD
    Supongo que sus opiniones, al contrario que las nuestras (las de los inexpertos), sí son objetivas.

  9. Llevo 30 años en la enseñanza y formo parte de un claustro. Mi experiencia con adolescentes me dice que la rigidez no es buena cosa, que con la aplicación de las normativas hay que tener mucho cuidado, que sí, que ocultar un delito debe ser motivo de reprobación, pero yo me inclino por el diálogo con el grupo y la búsqueda de la verdad. El enfrentamiento sólo consigue más enfrentamiento y más problemas de convivencia. Hay otros métodos.

  10. No. No porque puede ser que ella no supiera nada. Yo cuando era pequeña nunca me enteraba de una. Por eso precisamente me gusta dirimir este tipo de cuestiones de otra manera. El hablar del tema es primordial para saber la verdad pero no poniendo un castigo sobre la mesa de diálogo sino razonando para que ellos mismos se den cuenta del error cometido y lo asuman. Todos cometemos errores. Mis alumnos saben que cometo una montaña de ellos todos los días pero los asumo y ellos tienen que aprender también a asumirlos. Si los amenazas con un castigo, jamás te dirán una palabra de lo que quieres saber.

  11. Estoy totalmente de acuerdo con el artículo, pero en ocasiones nos centramos más en solucionar el problema que en aprovechar el problema para que el alumnado aprenda algo.
    Yo también en clase asumo mis errores y creo que es un aspecto positivo, pero a mis alumnos y alumnas les resulta muy difícil de asumir, bien es cierto que son alumnos y alumnas de educación infantil, pero eso es lo que debemos enseñar y aprender, a asumir nuestros comportamientos y nuestros actos con las consecuencias que eso conlleva.
    Yo me vi inmersa en dos situaciones similares en 6º de primaria y en 1º de BUP, en ambos casos se sabía quién había sido el culpable, nadie los acusó y creo que todos hicimos lo correcto a pesar de que como en el ejemplo se castigó a todo el mundo por igual. Lo curioso de los casos que cuento es que se resolvieron porque en las dos ocasiones uno de los alumnos más problemáticos de la clase, en ambos casos personas distintas, asumieron la culpa de la falta, sin haberla cometido ellos y siendo dos alumnos con “mala fama” entre el profesorado, “repetidores” y “problemáticos”.
    Eso merece ser analizado para ver como se establece el liderazgo en una clase pues yo cambié mi concepción de mis compañeros en esa ocasión y por otro lado me lleva a formularme preguntas como; ¿se consiguió acaso el culpable saliera a la luz y se responsabilizara de su culpa?, ¿los profesores se llegarían a cuestionar si habían sido ellos realmente los culpables o lo asumirían sin más?.
    Comprendo perfectamente que el profesorado se siente desbordado en múltiples ocasiones puesto que yo misma formo parte de él y todos podemos cometer errores, YO RECONOZCO SER LA PRIMERA QUE LOS COMETO, en ocasiones también asumimos las normas de un centro al que llegamos nuevos y nos tenemos que adaptar, o por muchas otras circunstancias que da la propia vida en el centro. Sin embargo, creo que tanto en nuestra propia labor docente como en lo que se refiere al centro deberíamos de cuestionarnos lo que hacemos , cómo lo hacemos y por qué lo hacemos.
    Respeto la autonomía de los centros y en lo que se refiere a las normas de convivencia deberían ser evaluadas y revisadas como todo lo que compete al proceso educativo. Además, a mi modo de ver, para que estas normas sean más adecuadas deberían ser trasladadas a cada grupo clase en particular y consensuadas con el alumnado de cada aula sobre su modo de aplicación, esta sería la forma más adecuada de conseguir la implicación de todos y la verdadera aceptación de las normas.
    En los casos que yo viví, al presentarse una persona como culpable el conflicto se dio por resuelto, pero en el caso del artículo es la alumna la que puede hacer reflexionar y enseñar al docente, y en muchas ocasiones los docentes hemos de reconocer que el alumnado tiene fundamento y sentido en sus razonamientos.
    La autonomía de los centros es importante

  12. Señora Mª Consuelo, y si estuviera demostrado que la chica sabe quien lo hizo, ¿Esta bien su silencio, o no? ¿Debe (debió) ser castigada por su silencio? Porque, en mi opinión, esta es ‘la pregunta’ y, yo no sé la respuesta acertada. Quizá ésta esté en sus palabras, las de usted, y que yo comparto.
    A mi juicio, la delación, en si mísma, no parece reprochable; pero comprar delaciones es deleznable y, lo que nunca debe hacer un centro educativo.

    Saludos

  13. Señora Mª Consuelo, y si estuviera demostrado que la chica sabe quien lo hizo, ¿Está bien su silencio, o no? ¿Debe (debió) ser castigada por su silencio? Porque, en mi opinión, esta es ‘la pregunta’ y, yo no sé la respuesta acertada. Quizá ésta esté en sus palabras, las de usted, y que yo comparto.
    A mi juicio, la delación, en si mísma, no parece reprochable; pero comprar delaciones es deleznable y, lo que nunca debe hacer un centro educativo.

    Saludos

  14. Sí, yo creo que ese es el quid de la cuestión, que las normas de convivencia deberían ser consensuadas por todos, que el alumnado debería de tomar parte activa en ese consenso, implicarse en las normas y discutirlas para poder aceptarlas y respetarlas.

  15. Sr Holden, supongamos que la chica sabe que su mejor amigo rompió la regla de modo accidental. Por supuesto, no dice nada. Yo tampoco lo haría. ¿Es reprobable su acción?. Hay muchos supuestos en esa pregunta que usted hace. No podemos entrar a valorarlos todos. Vuelvo a repetir: por eso es tan importante razonar, para llegar al fondo de la cuestión y averiguar la verdad de lo que pasó porque pueden haber pasado muchas cosas que no sabemos.

  16. El artículo es magnífico. Invita a pensar y a dialogar. Yo creo que hay una tesis básica difícilmente rebatible. No se puede sancionar sin haber cometido una falta. Lo demás es secundario. La presunción de inocencia es un principio democrático indiscutible.

  17. Qué barbaridad, Pepa Banderas. Decir que la única voz autorizada es la de los profesionales. En primer lugar, ese planteamiento lo niega la realidad. Hay profesores que decimos unas sandeces inconmensurables, y padres que dicen unas verdades de puño. Hay alumnos que dicen cosas muy sensatas. Con ese planteamiento que haces, nunca podrás aprender porque ya lo sabes todo de forma autorizada. Qué barbaridad.
    Así que en este caso, los padres de la niña no tienen una opinión autorizada. Qué barbaridad.

  18. Un saludo a todos desde Chile. Pienso que nuestra labor educativa y de todo el sistema escolar, es formar personas que serán los futuros actores en la sociedad y están ensayando su actuar en la escuela, por lo tanto depende de los modelos que vean los niños en sus maestros (y en sus establecimientos) lo que ellos harán en el futuro. Al parecer el problema no se aborda desde una perspectiva proyectiva, las normas se hacen para cumplir otra norma (ministerial) y no al servicio de las personas, se hacen para que la institución no incurra en falta, para cubrir su actuar, pero no para formar personas. Miguel Angel plantea la situación de una regla y si no somos capaces de resolver una situación tan pequeña no quiero ni imaginarme cómo actuaremos en procesos mucho más complejos. Nos cuesta mirar las cosas pensando en los niños, sólo las miramos desde nuestra adultez y castigamos a una pequeña que lo único que esta haciendo es ser persona. No dejemos que las normas estén por sobre las personas.
    Un gran abrazo, con cariño
    Héctor

  19. Parece una breve historia de una dura realidad, la del ambiente escolar a diario. El ejercicio simplista de una autoridad sancionadora, más preocupada por el control que por la propia educación.
    Dice bien el Maestro, por las prisas en reponer lo dañado se ha dado prioridad a una culpabilidad sin pruebas anulando el principio universal de la presunción de inocencia, que además es Constitucional y obliga a todos los poderes públicos (Art. 53). Y es necesario una explicación, parece, la presunción de inocencia significa precisamente eso, que las autoridades ante la más mínima duda, (recordar del cine USA una duda razonable), deben hacer prevalecer la inocencia. La inocencia no se tiene que demostrar, es la acusación de culpabilidad la que obliga a presentar pruebas concluyentes.
    Dando por hecho que estaba presente, si vió o no vió, si quiere delatar o no, deberá ser una opción personal y voluntaria, nunca forzada por procedimientos coercitivos. Lo mismo para esta chica, que para todos los alumnos.
    Cómo se puede aceptar, y más en un entorno educativo, que como medida de presión para hacer cumplir una sanción colectiva que ya atenta contra la presunción de inocencia, se comunique una sanción anticipada de no participar en una excursión de fin de curso, que es una medida contra faltas graves y que hasta una chica de secundaria identifica con un chantaje emocional. Esta forma de obrar, no parece muy sensata ni educativa, y posiblemente no sea muy legal.
    De las opiniones sobre que el encubrimiento es contrario a las normas de convivencia, que es susceptible de corrección, y que las normas de organización y funcionamiento de los centros, aprobadas con su total autonomía, hay que cumplirlas desde el momento de la matrícula, dichas con marchamo absolutista, creo que son opiniones mal focalizadas para la cuestión tratada. Primero, tanto las autoridades de los centro, como las normas que se aprueben desde su autonomía, deben cumplir con todos los preceptos constitucionales, y las mismas autoridades tienen atribuidas competencias de garantías legales como algo muy prioritario.
    Pero, además, la definición legal de encubrimiento no se ajusta fielmente a esta situación escolar, u otras similares. No por estar simplemente presente en el aula, sin participar directamente en actos contrarios a la convivencia, y querer no contestar a determinadas preguntas sobre la autoría de los hechos se es encubridor, en todo caso se será testigo. Y los testigos, que tienen sus obligaciones legales y morales, no son comparables a los encubridores, que han tenido que tener algún tipo de participación, directa o indirecta, incluso complicidad. Sólo se equipara la situación de testigo a la de posible encubridor ante hechos de máxima entidad penal en nuestro ordenamiento jurídico. El asunto no es baladí.

  20. Absolutamente de acuerdo con Pepe Olmedo, la Sra. Banderas, Consuelo y otros profesionales que a duras penas, están intentando explicar lo que significa un Plan de Convivencia en un Centro, es lógico que personas que no pertenecen al contexto educativo no lo comprendan. En primer lugar, un centro educativo no es un juzgado con Charles Laughton haciendo de juez y James Stewart intentando aportar toda clase de pruebas acusatorias al alumno.No es ésa la cuestión, Holden y Miguel Ángel. Y he ahí el grueso error en que recae el artículo. Un Plan de Convivencia significa que se va a transmitir al alumnado todas las competencias ciudadanas acordes a la edad del alumnado. En un colegio, por ejemplo, supongamos el segundo ciclo de primaria, queremos fomentar valores como ciudadanía activa, participación, solidaridad, valorar la diferencia, trabajo en común y conexión, pertenencia de todos los alumnos al grupo. Porque nada más importante, en el contexto de la psicología evolutiva, que sentirse parte de un proyecto común, madurar haciéndose partícipe de una serie de valores que se van a transmitir, a diario, en el aula. Alcanzaremos dichos objetivos enfrentándonos a todas las situaciones y proponiendo otras muchas. Si un alumno hace algo que no esté bien, toda la clase es responsable, si ése alumno no es capaz de reconocer por sí mismo que lo que ha hecho, simplemente está mal hecho, es un acto que va contra todo el grupo y sobre todo para consigo mismo. Y viceversa: los éxitos individuales son éxitos de todo el grupo. En definitiva: todos somos responsables de todos. Al cabo de un mes, pongamos por caso, los niños adquieren responsabilidad y madurez, sobre todo solidaridad: los que tienen necesidades educativas especiales son ayudados por todos y cada uno. Los que son más tímidos son apoyados por todo el grupo para desihinbirse en las actividas complementarias y extraescolares. Los trabajos de clase que se proponen en grupo participan todos y cada uno. En definitiva: nos ayudamos todos y todas porque en nuestra unidad escolar, nuestro grupo, todos contamos de igual manera y todos somos importantes. Tan importantes que cuando el niño comprende que su acción individual, sea la que sea, es una mala acción y que está influyendo en los demás niños (he ahí el concepto de ciudadanía activa, en el marco democrático de convivencia), sea por esa regla que se rompe, sea por esa libreta deteriorada… ése niño ya ha interiorizado de un modo absoluto la más valiosa de las acciones educativas encaminadas a la ciudadanía activa. Creo que esto no es difícil de entender, como ejemplo de las complejas acciones cotidianas que los/as maestros/as desempeñamos día a día en el aula. En general, recomiendo que este tipo de artículos tenga un asesoramiento por parte de profesionales, para no caer en tópicos desfasados y/o, lo que es aún peor, miradas sesgadas sobre la complejidad de la enseñanza que denotan un absoluto desconocimiento de la misma. Que nadie se ofenda, por supuesto, no es tal la intención. Cualquier maestro/a hubiera podido matizar a Miguel Ángel muchas de las cuestiones que he apuntado en esta mi aportaciòn y que sin duda hubiera enriquecido su artículo.

  21. Querido Miguel Ángel, blogueros y blogueras, me encanta el debate que ha generado el artículo de ésta semana. El suceso de la regla y la respuesta de la alumna, su familia y el centro es un fiel reflejo de cómo funciona nuestra sociedad, y pone en evidencia lo complejo y difícil que puede resultar el hecho de EDUCAR, esa palabra que tanto utilizamos en nuestro día a día pero que puede adquirir distintas connotaciones según quién, cuándo y cómo.
    La actual crisis que estamos padeciendo y el modo de afrontarla queda perfectamente reflejado en esta historia, y perdón si me alejo un poco del tema principal. Pero los hechos se repiten: todos pagan el error de unos pocos. Y las posibles soluciones siempre se imponen desde arriba.
    Para mí, el asunto de la regla está mal enfocado desde el principio. Sería ideal que puesto que los alumnos/as (no se sabe cuál de ellos) han sido los que han cometido el error, que sean ellos mediante el diálogo y el debate que tanto se ha de fomentar en la escuela y en la sociedad en general los que busquen su reparación. Ellos o digamos algunos de ellos/as saben realmente lo que ha ocurrido con la regla, por tanto ellos/as deben solucionar el problema. Demos una oportunidad a los chicos/as para que demuestren que quizá sean más capaces de actuar de lo que creemos.
    En nuestra sociedad ocurre lo mismo cada instante, por ejemplo, con el problema de los famosos recortes en educación. Pues si hay que reducir presupuesto porque realmente no hay dinero, que sean los propios colegios, dotados de autonomía para autogestionarse, los que decidan en función de sus circunstancia particulares dónde pueden quitar y dónde no. Pero por desgracia ocurre que el problema siempre se suele atajar desde arriba, con desconocimiento de las circunstancias reales en muchos casos, y siempre pagando JUSTOS POR PECADORES.
    Un saludo.

  22. Sí, Esteban, yo estoy de acuerdo. Sea el grupo el que se ponga a dirimir la cuestión o sea el profesor el que induzca a dirimirla, el enfoque siempre tiene que ser el razonamiento, sin chantajes, sin coacciones, con educación y respeto.

    Una parte importante de la educación es el debate, la argumentación. Si va por delante el castigo o la represión jamás lograremos llegar al alumnado y viviremos en dos mundos diferentes cuando de lo que se trata es de bregar todos en la misma dirección.

  23. Soy docente y estoy de acuerdo con el sentir mayoritario de que el artículo está equivocado. Me retrae a los peores tiempos, en la década de los 90, cuando los padres entraban al Colegio o al Instituto gritando y negando cualquier responsabilidad del hijo o de la hija: en sus malas calificaciones, en las observaciones en relación a su conducta, etc. Y en cambio, me parece brillante la aportación de Joaquin Hinojosa para intentar hacer comprender a los ajenos a la enseñanza de que un plan de convivencia es sistemático, diario, constante; yo diría que minuto a minuto, donde el alumnado se va descubriendo a sí mismo gracias al conocimiento progresivo de las norma sociales, entre ellas claro está la corrección de aquellas conductas que no son adecuadas. En caso contrario, la educación no tendría sentido: en vez de educar a ciudadanos, nos educariamos en la ley de la selva. Felicidades Joaquin, magnífico de verdad. E invito a los que son ajenos a la educación a dejar topicazos que nada aportan a un lado e intentar comprender la compleja realidad de un colegio o instituto.

  24. Estimado señor Antonio Hinojosa, es evidente que un centro educativo no es un juzgado (con o sin Charles Laughton y James Stewart). Sin embargo no parece tan evidente que el señor Miguel Ángel no pertenece al contexto educativo (ironía).

    Por lo demás, parece evidente que tanto dentro como fuera de los centros educativos deben imperar principios y derechos -constitucionales (de Constitución española)- fundamentales de las personas que reglan la convivencia, como es la presunción de inocencia.
    Y, en mi opinión, no parece justo -ni legal- que toda la clase se tenga que responsabilizar de la fechoría de uno de sus miembros (por más que no se la hayan -la mayoría- reprochado). Ni tampoco parece justo considerar que los éxitos individuales son éxitos de todo el grupo, por mucho que el grupo los haya favorecido. Más justo parece ponderar entre sus miembros la participación en el éxito (los méritos)., ¿No le parece?. Aunque esto último exige mayor esfuerzo, trabajo y dedicación
    Un saludo

  25. Estimado señor Antonio Hinojosa, es evidente que un centro educativo no es un juzgado (con o sin Charles Laughton y James Stewart). Sin embargo no parece tan evidente que el señor Miguel Ángel no pertenece al contexto educativo (ironía).

    Por lo demás, parece evidente que tanto dentro como fuera de los centros educativos deben imperar principios y derechos (constitucionales [de Constitución española]) fundamentales de las personas que reglan la convivencia, como es la presunción de inocencia.
    Y, en mi opinión, no parece justo -ni legal- que toda la clase se tenga que responsabilizar de la fechoría de uno de sus miembros (por más que no se la hayan [la mayoría] reprochado). Ni tampoco parece justo considerar que los éxitos individuales son éxitos de todo el grupo, por mucho que el grupo los haya favorecido y así se pretenda (como debe ser). Más justo parece ponderar -y valorar- entre sus miembros la participación en el éxito (los méritos), ¿No le parece?. Aunque esto último exige mayor esfuerzo, trabajo y dedicación. (Sin olvidar que a nadie se le puede exigir que dé más de lo que tiene, y que siempre se puede dar un poco más)
    Un saludo

  26. No suelo participar en los debates. Esta vez lo haré porque dispongo de un poquito de tiempo en esta tarde de domingo. La verdad es que me gustaría hacerlo con más asiduidad. En el diálogo siempre se aprende. De cualquier manera a todos y todas los que me leen y hacen comentarios, muchas gracias.

    1. Decir que si un alumno hace algo malo en la clase, todos son responsables, me parece un principio inaceptable. ¿Hasta dónde se extiende ese fenómeno de culpabilidad compartida? ¿Sólo a la clase, al Centro, a la ciudad…? ¿Hasta dónde llegan sus efectos? ¿Me pueden castigar por un robo, un crimen, una agresión que ha cometido otro?…
    2. Pensar que el fenómeno educativo, solo puede ser entendido por los profesionales de la educación es una falacia. Y una actitud peligrosa. Porque parece que esas personas solo pueden enseñar a los profanos, pero que no pueden aprender nada de ellos. Más bien creo que todo lo aprendemos entre todos.
    3. Hay quien está muy interesado en que “cualquier maestro…” me asesore. Y es cierto que me vendría bien. De hecho, en el mismo artículo digo que me hubiera gustado tener la versión de los profesores del Centro. Pero, ¿por qué suponer que no he consultado a maestros? Lo que pasa es que no todos los maestros y maestras piensan lo mismo. Por otra parte he sido maestro, profesor de Secundaria y Director de un Centro educativo durante años. Nunca he perdido el contacto con la escuela. He escrito 58 libros y miles de artículos sobrte educación. Y en casa tengo una Orientadora de Secundaria, con quien comparto la vida, con la que a menudo hablo de lo que pasa en su Centro. También de este artículo hablé con ella.
    4. Me parece peligroso pensar que solo usan “topicazos” quienes no son profesionales de la educación. De hecho este es un topicazo que usa en esta ocasión un profesional de la educación.
    5. No es cierto que quienes están en la educación critican el contenido del artículo y quienes le son ajenos lo aplauden. Hay muchos profesionales que están de acuerdo con las tesis que planteo.
    6. Nadie ha explicado por qué un Plan de Convivencia se puede saltar dos principios tan elementales como la presunción de inocencia y la sanción sin pruebas.
    7. Nadie ha justificado la eficacia del castigo y, en especial, del castigo colectivo y de sus efectos secundarios. ¿Cómo saber los efectos que ha producido? ¿En qué plazo?
    8. Los padres no han ido al Centro gritando, ni ahora ni en los 90. Alguno lo habrá hecho, como algún profesor habrá gritado a un padre. Hay que valorar la presencia de las familias en la escuela. Y no hay que generalizar.
    9. Alguien dice que estos artículos deberían ser asesorados por profesionales de la educación. ¿Es que yo no lo soy? Pero bueno, ¿por cuántos profesionales? ¿Piensan todos lo mismo? ¿A qué debería atenerme? ¿No será mejor que escriba sobre lo que pienso? Desde luego que no me iba a dejar acpoonsejar por quien defienda el castigo colectivo, por quien se salte a la torera la presunción de inocencia, por quien defienda que se castigue sin pruebas, por quien diga que a los padres no hay que darles la informnación que solicitan, por quien defienda que sólo él tiene la verdad…
    10. Los profesores necesitamos hacer autocrítica, ser humildes, pensar que no lo sabemos todo, que a veces nos equivocamos. Deberíamos escuchar más y no pensar que tenemos que explicar a los demás eso tan complejo que hacemos y que los demás -pobrecitos- parecen incapaces de comprender. En resumen: ás humildad, más amor, más autocrítica, más participación de alumnos y familias y… menos castigos colectivos.

    Un cordial saludo y feliz domingo.

    Miguel A Santos

    M gustaría saber por qué Pepe Olmedo, Pepa Banderas, Toñi y Antonio Hinojosa (que se apoyan y alaban con tanto entusiasmo) escriben desde el mismo correo: tarkovski2007@hotmail.com). Resulta, cuando menos, sorprendente.

  27. Sí, yo ahondaría un poco más en la humildad que todos y todas necesitamos, en la autocrítica, en pensar que no poseemos la verdad absoluta, en escuchar a los demás, sean estos alumnos padres o compañeros, en valorarlos y cuando nos equivocamos, porque seguro que nos equivocamos!, en saber decir:” me he equivocado, lo asumo y me disculpo”. Ello no va a mermar nuestra tan preciada autoridad. En un centro tiene que haber normas,eso no se discute, pero deberían ser consensuadas por todos, justas, equitativas y, sobre todo, ante un problema de cualquier tipo, escuchar a todas las partes y hablar con mucha calma de ello.

  28. Hola de nuevo. “Que en un centro debe haber normas consensuadas por todos, justas, equitativas, escuchar a todas las partes y hablar con mucha calma de ello…”, se hace todos los días del curso escolar. Me parece absurdo tener que hacer estas matizaciones, pero creo que es importante de cara a explicar, para los ajenos, en qué consiste un plan de convivencia, una labor tutorial, un aula de convivencia, un reglamento de derechos y deberes del alumnado, unas tutorías que se desarrollan por las tardes, de atención a las familias… Del plan de convivencia ya ha hecho referencias otro compañero. Del resto, cualquier miembro de cualquier comunidad educativa. Y los que no pertenecen a ninguna, es evidente, tras leer las aportaciones, el amplio desconocimiento del día a día de los colegios, de los intitutos. Vuelvo a reiterar que aquel que piense que en una compleja organización como es la escuela, no se recurre a todas las fuentes posibles: padres, alumnado, tutores, delegado/a de clase, etc., antes de aplicar una corrección explícita a cualquier conducta que atenta contra las normas generales de convivencia de un centro y específicas de un aula sencillamente no tiene ni idea de lo que habla. Pero para eso está foro, pienso: para aprender. Y para eso estamos los profesionales de la enseñanza: para explicar a los neófitos la extrema complejidad, de organización y funcionamiento de la escuela. Objetivo: formación integral de la persona. Y uno de los medios: formar ciudadanos. A vuestra disposición en el correo que tan amablemente a publicitado Miguel Ángel, que pertenece a una red profesional de trabajo cooperativo que formamos un amplio colectivo de docentes de Andalucía, para asesorar y enriquecer todos aquellos artículos sensiblemente mejorables.

  29. Acabo de leer segudos los tres últimos comentarios. El de Miguel Angel, el de Consuelo y el tuyo.
    Está visto, Pepa Banderas:
    Tú lo haces todo (y siempre) bien.
    Tú tienes que explicarselo todo a los que no entienden.
    Tú no tienes nada que aprender.
    Tú tienes que mejorar “sensiblemente” los artículos, pro no aprender nada de ellos.
    De eso que ha entendido tan bien Consuelo (“la humildad que todos necesitamos”, tú no necesitas nada porque todo en ti es perfecto.
    ¿Es así todo el colectivo? Porque todos decís lo mismo. Pues vaya.
    Pues no, amiga. A mi me parece que no explicas nada que no esté sabido, que no añades nada positivo a los artículos y que tienes mucho que aprender de ellos y de otros que no opinan como tú. Revisa la ortografía de tu comentario. Es solo un detalle. Para que veas que también los profesores cometemos errores.

  30. Llevo más de 30 años en las aulas. Además cuando fui estudiante de la secundaria vivimos esa misma situación. Nadie delató al autor del hecho en aquella ocasión, pero todos sabíamos quién lo había hecho. Éramos adolescentes que pensábamos que si lo delatábamos éramos “botones”, “chupamedias”, creo que teníamos miedo de sentirnos rechazados por el grupo de pares si “mandábamos al frente a un compañero” y preferimos pagar entre todos antes de ser unos “alcahuetes”. Es lógico que hoy visto 4 décadas después, entienda que procedimos estúpidamente, pero creo que según pasan los años vamos cambiando. A esa edad pensábamos diferente y colectivamente. Por suerte creo que hemos crecido. Pero cuando leí el artículo lo que primero que se me ocurrió fue: La mayoría de estos chicos sabe quién rompió la regla, pero no están dispuestos a romper ese pacto de silencio. Tal vez los profesores que los conocen intuyen eso, y están presionándolos para que alguien tenga el valor de denunciar. Creo en la buena fe de los docentes. Creo que estos chicos dentro de unos años sabrán denunciar las injusticias. Yo lo aprendí. Les diría a esos padres que su hija está creciendo. Que tengan paciencia, que los valores se aprenden a lo largo de toda la vida. Que esto es parte del aprendizaje.
    Es mi opinión.

  31. Gracias Maestro Miguel Ángel por aportar tanto, por enseñar con amor y respeto, por su ejemplo intachable de tolerancia. Es un gran referente para muchos de nosotros, sencillos maestros de escuela que brindamos lo que sabemos a nuestros alumnos y lo dejamos todo en las aulas, y que sin tanta técnica ni palabrerío enseñamos con el corazón. Adelante. Usted nos ha enseñado que mejor que saber, es SABER SER.
    Un fuerte abrazo desde Córdoba de la Nueva Andalucía, Argentina.

  32. Sra Banderas:
    Antes de aprobar la oposición, fui interina durante muchos años y por tanto recorrí muchos centros, le aseguro a usted que no todos tienen normas equitativas, justas y CONSENSUADAS POR TODOS/AS.
    De todas maneras de lo que aquí se trata es de valorar un hecho concreto: ¿Es justo un castigo colectivo? ¿Es justo que se castigue con la exclusión a una actividad?
    Menos mal que sólo se ha roto una regla! Las actividades extraescolares son tan importantes como las propias actividades de aula. ¿Verdad que no castigaríamos a un alumno sin leer un libro? Pues tampoco podemos castigarlo sin una actividad que forma parte del aprendizaje.
    Esas normas están equivocadas y rectificar es de sabios.
    A veces los normas de convivencia son normas muy cuidadosas para dejar de convivir porque cuando se elaboran son una teoría que aún no se ha llevado a la práctica y cuando se ponen en práctica no siempre se amoldan a las distintas problemáticas y personas y hay que revisarlas.
    El caso que nos ocupa es muy sencillo en comparación con otros problemas verdaderamente graves a los que nos enfrentamos a veces, me atrevería a decir que ni se intentó el razonamiento y en lo único que se pensó fue en reponer el material roto amparándose en una norma de convivencia equivocada.

  33. Señora Pepa Banderas, le ruego tenga la amabilidad de proporcionarnos el nombre y ubicación de los centros educativos donde prestan sus extraordinarios servicios los magníficos profesionales Pepe Olmedo, Pepa Banderas, Toñi y Antonio Hinojosa; así como la dirección web donde se pone a nuestra disposición el muy útil correo electrónico de esa red profesional de trabajo cooperativo.

    Un cordial saludo, y muchas gracias por anticipado.

  34. He vuelto otra vez por aquí, y veo ilusionante la profundidad alcanzada por los comentaristas. Con suavidad voy a realizar una aportación más educativa y psicológica, que en la ocasión anterior, en que opté por la vía administrativa, que en todo caso, será la que deba seguir la familia de la chica hasta donde la burocracia le permita hasta que se le restituyan todos sus derechos.

    Mi aporte no es tan original como quisiera, porque ya el Maestro lo insinuó en el mismo artículo, y se me había pasado por alto. Pero, después de reflexionar largo sobre ello creo que merece la pena abordarlo.

    Decía el Maestro el sábado, casí al final del artículo, que lo más negativo era la sensación de injusticia que se le ha quedado a la estudiante, pero en realidad, analizando todo el contexto, quizás no sea ella la que peor sensación se he llevado. Ella, se ha negado primero ante una injusticia, después ante un chantaje emocional, ambos infrigidos por su seño, y finalmente ha encontrado el comprensivo apoyo de su familia, que le ha permitido hacer valer sus principios frente a una injusticia. ¿Pero, y los demás chicos y chicas?.

    ¿Cómo lo habrán sentido cada uno de los inocentes?. Algunos inconscientes aún de muchas cosas, y con dinero de sobra en sus casas, ya habrían pagado al día siguiente, y a otra cosa mariposa.

    Otros, los que protestaron inicialmente, a lo mejor al final terminaron pagando para poder ir a la excursión, tomando el dinero de la hucha.

    Algunos pocos, ni siquiera pagaron, tampoco iban a ir a la excursión. Total un castigo menos y ya vendrá el verano.

    ¿Y los/as autores?. ¡Que bien, todavía no saben quien la rompió, y total a nosotros/as, sólo nos ha costado 50 céntimos de euro. Como si nada.

    Tratando de corregir educativamente, con toda la parafernalia mencionada, el encubrimiento, y además, enseñando profundamente los valores democráticos de la solidaridad, la participación activa, y el compromiso social, se ha terminado dando una clase magistral de civismo, que estos chicos y chichas no van a olvidar, (mejor recordar, con cierta sorna, en su vida.

    Sin embargo, la chica del relato estará hoy, ya de vacaciones, disfrutando de una experiencia inolvidable. Creo.

  35. Apareció otro de la pandilla de los perfectos, de los que desprecian a los “neófitos”.
    Por no saber, ni siquiera sabéis (puedo hablar en plural porque parece que todos pensais lo mismo y ya se sabe: donde todos piensan igual, nadie piensa mucho) que lo opuesto a un profesional no es neófito sino un profano. Usad el diccionario.Ya se os ha pedido que digais el nomre y la ubicación de los Centros donde podamos aprender los profanos y los neófitos.
    Otra vez ese terrible división: NOSOTROS, los que sabemos, los OTROS, los que no tienen idea.
    Yo creo que lo que asusta son las opiniones de algunos profesionales…

  36. Neófito: del griego néos (nuevo) y phytón (planta), ha quedado en nuestro idioma como “novato”
    Profano: del latín pro (fuera de) y fanum (templo), originariamente, que no tiene relación con lo sagrado. A partir de ahí surgen varias acepciones, entre ellas: que es ignorante en la materia o tema que se trata.
    Como profesora y latinista no soy novata, pero me considero lo suficientemente profana como para seguir aprendiendo hasta la tumba.
    Nos hemos salido del tema.

  37. RAE: Persona adherida recientemente a una causa, o recientemente incorporada a una agrupación o colectividad. María Moliner: Un ignorante en la materia correspondiente.

    Y absolutamente cierto, menudo ejemplo estais dando algunos/as, absolutamente lamentable. Se pide un poco de cordura y que se hable del tema: argumentaciones, explicaciones, ejemplos, etc. No es tan difícil.

  38. Nadie es “profano” en educación, obviamente todos hemos tenido contacto con la misma, cuanto menos de pequeños. Por lo tanto, en cuanto a opiniones se refiere,es más adecuado el uso de neófito para aquellas personas que sin ser profesionales, toman contacto con este foro y de manera espontánea emiten dichas opiniones. Pero, más allá de terminologías, por otra parte evidentes, lo que se trata es de aprender, unos de otros. Que el artículo es más que discutible, creo que nadie puede ponerlo en duda, después de todos los comentarios aquí escritos. Pero lo importante realmente es la siguiente cuestión, reiterada hasta la saciedad: en los centros educativos la convivencia es un reto diario. Un trabajo que tiene en cuenta a todos los sectores de la comunidad educativa. Negar esta evidencia o desconocerla, es señal de un profundo desconocimiento y no creo que esta obviedad deba ofender a nadie. Lo que se trata es de aprender, unos de otros, vuelvo a repetir, pero sobre todo, de los profesionales, que son los que más saben de educación. ¿Tan insólitos resultan estos planteamientos?

  39. Una pequeña aportación para tratar de mejorar la comprensión de todos, y esquivar algunos desatinos.
    Desde la preocupación por la buena educación, que me enseñaron ya mucho tiempo, con algunos reglazos y algún que otro coscorrón, que también hubieron, pero que hoy, para mi alegría y la de muchos ya no se estila, he ojeado las primeras líneas de la LOE de 2006, y entre los principios y fines del preámbulo y del titulo preliminar, esos que casi nadíe lee, pero que están para justificar todo el resto del articulado, hay algunas joyas aplicables al caso:

    Fin de transmitir los valores que favorecen la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, lo solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, que constituyen la base de la vida en común.

    Fin del pleno desarrollo de la personalidad y de la afectividad, de la formación en el respeto de los derechos y libertades fundamentales.

    Fin del ejercicio de la tolerancia y de la libertad, dentro de los principios democráticos de convivencia y la prevención de conflictos y la resolución pacífica de los mismos.

    La relación completa de principios y fines permitirá asentar sobre bases firmes el conjunto de la actividad educativa.

    Y también resulta muy interesante, ver como se graduan la aplicación de estos principios y fines entre las distintas etapas: En Primaria, con conocer y apreciar los valores y las normas de convivencia, … y prepararse para el ejercicio activo de la ciudadanía… En Secundaria, con asumir responsablemente los deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto a los demás. Y ya en Bachiller, con ejercer la ciudadanía democrática, desde una perspectiva global y adquirir conciencia cívica responsable, inspirada en los valores de la Constitución Española así como por los derechos humanos, que fomente la corresponsabilidad en la construcción de una sociedad justa y equitativa.

    Algo extenso, lo siento. Pero estimo importante no olvidar estos referentes, porque ante el caso planteado, parece evidente que algo se ha quebrado.

  40. Creo que algunos nos estamos evadiendo, tratando de defendernos los unos de los otros sin aportar nada constructivo y olvidando lo más importante de la cuestión . Es curioso, porque esa es la imagen que dan muchos políticos de este país (me refiero a España), que sin aportar nada nuevo solo tratan de aferrarse a sus ideas y defenderlas a capa y espada, sin escuchar y sin tratar de hablar con los otros, aspecto fundamental de la democracia.
    Yo no tengo mucha experiencia como maestra pero mi opinión por ello no vale más o menos que la de cualquier persona que se precie, porque simplemente es una opinión y creo que se aprende de las opiniones de todas y de todos.
    Me gustaría apuntar 4 aspectos que considero fundamentales y a las que algunos ya habéis hecho referencia en múltiples ocasiones:
    1º Respeto totalmente la forma de protestar de la chica y es total y absolutamente aceptable porque gracias a ello no solo protesta de forma justificada sobre algo que inicialmente siente y es injusto, sino que hace ver a quienes imponen las normas que “esa norma” y “esa forma de proceder” no tienen sentido. Los PLANES DE CONVIVENCIA son también susceptibles de mejora y los maestros deberíamos de tener esto en cuenta. Si aceptamos que todo lo que hacemos es perfecto nunca tendremos la oportunidad de mejorar aquello que hacemos, por este motivo creo que todas las críticas son buenas y de todas las experiencias incluso las negativas se aprende.
    2º La chica que protesta también está actuando democráticamente al protestar, todos tenemos derecho y en cierto modo el deber a quejarnos ante los que nos parece y es injusto, y si la sociedad al completo siguiese el ejemplo de esta chica, quizás no se nos recortasen gran parte de los derechos que en la actualidad se nos están quitando. Es decir, no solo no repruebo su conducta sino que dada su juventud la aplaudo.
    3º No acepto la idea de que “TODOS SOMOS RESPONSABLES DE TODOS” como afirma Antonio Hinojosa. Creo que cuando alguien hace algo bien tiene que ser reconocido y cuando alguien hace algo mal tiene ser consciente y asumir las consecuencias de lo que ha hecho mal. En este caso más que de psicología evolutiva me gustaría hablar de psicología social.
    Si yo estoy castigada por imposición y por algo que no he cometido, difícilmente me llevaré bien con el que ha cometido el daño, puedo no acusarle porque creo que es su deber el responsabilizarse del mismo, pero no creo que me lleve bien con él. A su vez, la persona que comete la infracción no se responsabiliza y puede aprender que es positivo evadirse de sus actos y que puede hacerlo siempre que le plazca, total… “como todos somos responsables de todos”. Así no generamos un buen ambiente en la clase, hacemos que todos se tengan recelos y envidia y que se lleven mal.
    Otra forma de actuar sería la siguiente, darles la oportunidad de que ellos mismos resuelvan el conflicto, hablar entre todos del conflicto moderando la conversación, tratar de consensuar las responsabilidades, darles a todos la oportunidad de defenderse, de ofrecer sus opiniones, explicarles el castigo y como este debe y puede ser asumido, que traten de ver como se siente la persona a la que le han roto la regla y también como se siente tras el debate el que ha cometido la infracción, etc. De este modo tratan de entender a los otros y les ayudamos poco a poco a que ellos mismos tengan pautas en la resolución del conflicto. Así, si generamos un buen ambiente en la clase, y entonces y solo entonces, la clase estará unida y aprenderá a convivir junta.
    4º Y ahora habrá quién diga que no esto no es viable, porque hay que impartir muchas materias y no disponemos de tiempo suficiente para todo y menos para perder el tiempo en estos temas. Ahí es donde está la diversidad de opiniones desde el punto de vista educativo, yo entiendo la educación desde la concepción del desarrollo integral de las personas, en ocasiones nos centramos más en transmitir conocimientos y lo más importante de la educación no es la instrucción. Robándole esta idea a Miguel Angel “entre los dignatarios nazis que decidieron crear los campos de exterminio más de la mitad tenía un doctorado”. No trabajamos con máquinas sino con personas, la ética es importante, no solo la del alumnado sino también la nuestra (con nuestra me refiero a toda la sociedad).
    Por último, a mí me gustaría señalar que considero el lenguaje un instrumento de comunicación, simple y llanamente . El lenguaje sirve para comprender las ideas y hacerlas entender, simple y llanamente. PARA MÍ, un buen hablante de una lengua no es aquel que más sabe, sino aquel que se adapta al nivel de su interlocutor,que se hace entender con la mayor claridad posible y sin llegar a equívocos, al mismo tiempo que comprende sin dificultad las opiniones de los otros sin llegar a tergiversarlas. Para hablar, también es necesario saber escuchar, querer comprender y querer hacerse entender.
    Un saludo a todos, gracias a Miguel Ángel por el artículo y gracias a todos por hacer interesante el debate.

  41. Estoy de acuerdo y claro que es viable!! Jamás se pierde el tiempo cuando se trata de hablar con los grupos para mejorar la relación de aula. Para mí es tan importante como impartir la materia y si voy apurada de tiempo busco otros momentos fuera de clase. Si todos habláramos cuando hay un problema y supiéramos escuchar, la mitad de los problemas que hay en los centros no llegarían a jefatura.

  42. Hola susanaap. Los planes de convivencia se revisan continuamente. En general, el Proyecto Educativo y el Reglamento de Organización y Funcionamiento, los dos grandes documentos del Centro: consensuados por el Claustro de Profesorado y el Consejo Escolar. Su revisión es prácticamente trimestral, en virtud de los análisis que se hacen en el ETCP de los resultados de la convivencia. El conjunto de documentos que crean el marco de funcionamiento de un centro nunca son documentos inamovibles, todo lo contrario: es la experiencia la que los va perfeccionando y por lo tanto, van cambiando continuamente. Y que todos seamos responsables de todos es un hecho inevitable en un contexto absoluto de socialización como es una escuela, por ejemplo. Alguien ha mencionado irónicamente a Charles Laughton y esas películas americanas de juicios, abogados entogados y jueces estrella. No es el caso. Hacemos pedagogía y formamos ciudadanos. A ciertas edades, el alumno debe tener como referente su grupo: sus acciones individuales, si no son las adecuadas influyen sobre el resto del alumnado. Si el niño o la niña interioriza algo que nos parece tan elemental a los mayores, la semilla de la convivencia y la ciudadanía democrática ya ha florecido en ese proyecto de futuro que puede ser un alumno de tres años. Si el castigo es individual, el alumno sólo interioriza que la acción que ha cometido lleva consigo un castigo, pero nada más. En la escuela se persigue un objetivo mucho más ambicioso y de ahí ese trabajo constante teniendo en cuenta el desarrollo psicológico de los niños, según sus edades. Son cosas que iras aprendiendo susanaap y sólo hay una manera de hacerlo: delante de un grupo de alumnado, día a día. Que tengas suerte: ésta es, no sé si la más, pero al menos de las más hermosas de las profesiones.

  43. Buenas a todos y todas, estimado Maestro Miguel Ángel;

    Lo primero que se me viene al recuerdo es el relato de “las cuatro ranas sentadas en un tronco…” claro, insistir en nuestra teoría, lo segundo que se me viene al recuerdo, es una escena en que un estudiante(de mala reputación) es golpeado y acusado por un robo de dinero al Director del internado… escena posterior el dinero aparece(otro chico el culpable), y no menor aquella escena en donde el primer acusado- a esa altura ya expulsado, prende fuego al centro(orfanato) “los coristas”.
    Han sido tantos e interesantes algunos comentarios y al respecto, que tomar posiciones frente a los mismos sería relativamente fácil, “la normativa”, “sentido común”, “doctrina”, “principios”… tanto concepto que cobra vida y utilidad para satisfacer las ideas propias o ajenas, ganar-perder, ganar-ganar, perder-perder, desde la teoría de sistemas, si mal no recuerdo, debe haber un encuadre, un propósito definido, las “reglas” para cumplirlas, si se ha roto una…justicia para ello. esta regla como instrumento de medición y trazado(material y plástico de seguro) cobra más interés y valor que la propia utilidad que tiene, y como tal, habrán muchas y mejores que la puedan reemplazar, la idea es cómo mejoramos mediante la práctica y las situaciones emergentes, todo cuesta, todo tiene su precio y valor, pero en la vida y formación de los estudiantes, nos recordarán por la forma en que les hemos educado, formado, en cómo les enseñamos el camino sin ir nosotros delante de ellos. y que no se vuelva en aquellos tiempos en donde se usaba literalmente reglas de madera, para castigar físicamente, desafortunadamente yo y muchos recibimos “reglazos” en las manos o en la cabeza. para rectificar y poner en regla los mandamientos educativos, que en aquel entonces se predicaba. educa con el corazón y con el cariño, más que con reglas.

    saludos desde el frío Chile.

  44. Mis disculpas, me quedaba en el tintero, en nuestro caso chileno, para estudiantes en condiciones de vulnerabilidad, en que sus padres tienen escasos recursos y apenas alcanza para alimentarse, ¿Será relevante para ellos o prioridad pagar una regla, en desmedro de no tener el pan del día? si el estudiante no tiene los materiales, no tiene derecho a trabajar y aportar? puede ser mal calificado por ello? creo la escuela y el estado en algunos casos debe disponer de ello.

    gracias.

  45. Veo, Miguel Angel, que este artículo ha creado afluencia de opiniones !!!
    A mí, personalmente y como profe, me parece un caso de rigidez desmedida y desproporcionada.
    Las ” seños y los ” profes” estamos para educar y enseñar con el ejemplo, para quitar hierro a los asuntos desagradables, para no crear situaciones injustas etc..etc…
    Yo creo que esta seño, esta jefa de estudios y este Centro tienen que buscar otras soluciones ( y las hay…)a algo tan cotidiano y tan normal, como es
    !el que se te rompa algo sin querer!

  46. No disiento con el autor ni con los vehementes opinantes. La respuesta a todo no está ni en las normas de convivencia ni en el pago de justos por pecadores (como suele suceder. Creo que como docentes y padres hemos errado al adoptar conceptualizaciones como la de educar para la calidad, educar como ser integral o enseñar siendo modelos. A mi modo de ver, la cuestióin es simple: educar en la honestidad. Honestidad del educador para consigo mismo y con sus estudiantes y honestidad del estudiante para consigo mismo y la sociedad.

  47. Siento la necesidad de agradecer al Maestro por las profundas cavilaciones, con su enseñanza y aprendizaje consecuentes, que durante toda la semana me ha ocupado con este maravilloso artículo, así como a todos los comentaristas que han ido enriqueciendo el ameno debate.

    Desde el principio sentí que algo gordo se había quebrado en ese centro, y que algunos de sus alumnos, incluida la chica del relato, habian sufrido las consecuencias de un error, que nunca se tenía que haber producido.

    Por mi experiencia personal he tratado de aportar elementos de reflexión desde la perspectiva de la reglamentación administrativa, al entender del contexto descrito que la cuestión había desbordado lo meramente educativo, y que la familia afectada, en legítima defensa de sus derechos como tutores de su hija, ha estado intentando la reparación del abuso,y que probablemente, con todo derecho, podrá continuar. Parece que algunos comentaristas, sólo desean circunscribir el tema a lo meramente educativo, con ansias manifiestas de exclusión a la participación de otros componentes de la comunidad educativa, que erróneamente suponen ajenos a la realidad diaria de la vida en los centros educativos, sin derechos de opinión y menos aún de discrepar.
    Por ello, estimo de interés facilitar el siguiente enlace de la red educativa, REEDUCA, (http://www.reeduca.com/convivencia-disciplina-escolar-sanciones0.aspx), que al tratar sobre la convivencia y la disciplina escolar, trata el tema de las sanciones desde una perspectiva psicológica y educativa, (artículo de la Dra. en Psicologia Vidal Lucena), donde indica con total claridad:

    “Las sanciones escolares, o las sanciones disciplinarias en la escuela, tienen que preservar siempre los derechos del niño, por encima de la sanción o castigo están los Derechos del Niño. Eso quiere decir que las sanciones tienen que ajustarse a las leyes y derechos que protegen al menor, siempre.

    Lo que quiere decir que no puede existir una sanción, ni una, que entre en contradicción con los derechos reconocidos del niño.”

    Del resto del artículo se tienen otros detalles muy esclarecedores, que de seguro permitirán a los profesionales de la educación, de otras redes profesionales, obtener una visión más amplia del tema.

    Saludos, y muchisimas gracias reiteradas.

  48. Siempre habrá alguién que pierda al tomar una decisión aunque esta sea buscando el bien común.Por eso nos dice Rousseau que el hombre primigenio al nacer es un ser sin maldad, en el que predominan dos sentimientos básicos: el amor de sí, es decir el instinto de autoprotección, y la piedad, pero a medida que se va desarrollando e interaccionando dentro de una población, esa población crea falsas necesidades, para cubrirlas el hombre inventa la agricultura y la ganadería, pero cuanto más tiene el hombre más desea, y ciertas personas acumulan riquezas, éstos sufriendo por sus vidas y por sus riquezas debido a los recelos creados promueven un pacto, este pacto será el primer código jurídico. Ese codigo que hace que cada ser humano sea afectado directa o indirectamente en su persona. Ahora solo debemos aplicar esos derechos humanos que son ver, oir y callar.

  49. Al leer el artículo inmediatamente me remonté a mi salón de clases y confirmé que cuando el docente hace el encuadre de su asignatura y marca las reglas ha seguir debe ser totalmente claro en lo que se puede y lo que no se puede hacer en la clase para evitar que “paguen justos por pecadores”. Creo firmente que todo docente debe no solo instruir en alguna rama a sus estudiantes sino que también debe educar en valores y llevarlos a la práctica de manera cotidiana.

  50. Es imperante en la actualidad que la palabra de las personas sea cada vez menos valida para sus semejantes, si desde niños no creemos en la verdad y no comprendemos su valor y el de la honestidad, la interacción futura en la sociedad corre riesgo constante de estar involucrada en estas situaciones de “justos pagan por pecadores” y sera aun peor si mostramos este ejemplo a los niños y jóvenes con los cuales se convive día a día.
    En las familias jóvenes es determinante el dialogo y la reflexión sobre lo importante que es enfrentar y asumir las consecuencias de cada acto que se haga y sobre todo que la verdad siempre encontrara salida para darse a conocer y la honestidad nos identificara como seres humanos buenos y considerablemente nos habrira caminos de tranquilidad y éxito.
    Como profesores debemos también enfrentar un reto complicado, como apoyar a nuestros alumnos para enfrentar sus acciones y como apoyar a los que sabemos que son honestos, creo que la respuesta se encuentra a veces en el dialogo y persuacion pero sobre todo en ejercitar la reflexión con actividades que involucren el fomento de valores humanos.

  51. La palabra responsabilidad va más allá del primer concepto de cumplimiento…Asume la posición de la consecuencia que a su vez implica la afectación compartida… Dentro de la educación , por lo menos en México, el problema es el sentido individual que tenemos arraigado, se nos dificulta pensar en los demás como eje de la sociedad, como docentes nos enfrentamos al reto de compartir y fomentar el ejercicio pleno de valores universales, lo cual se complica por nuestra ya deteriorada imagen…

  52. Al leer su articulo recorde alguna situación muy parecida; el aplicar las normas, reglas; y con ellas han pagado “justos por pecadores” Es muy importante hoy en día
    Educar con valores, para que los jovenes cuando se enfrenten a este tipo de situaciones asuman su responsabilidad, que todo acto tiene una consecuencia; conozcan sus derechos pero tambien sus obligaciones para que sean mejores personas.
    Es importante establecer normas que sean claras y entendidas para aplicarlas.
    La convivencia escolar es una tarea necesaria y compleja

  53. Creo que la situación de que pagan justos por pecadores es muy común en la educación en ocasiones las normas establecidas por la institución no dan los resultados que pueden esperarse, en realidad tratando de hacer justicia se es injusto con la mayor parte del grupo, que en la mayoría de los casos, no es responsable de la acción un caso muy especifico es cuando algo se pierde en el aula, hay sanciones como “entre todos tendrán que reponer lo que se ha perdido” esta es una situación que debe revisarse puesto que la acción la realiza una sola persona y es todo el grupo el que tiene que responder por ella, otra de las sanciones en esta misma situación es “nadie puede salir del gruypo hasta que aparesca lo que se perdio” en la mayoria de los casos no se encuentra el objeto desaparecido y en el aula se presenta un silencio que parece no se va a terminar. Coincido con la sugerencia de revizar las normas que aplicamos al resolver una situación.

  54. Día a día vivimos esta situación en un aula de clase, las autoridades educativas como los docentes hemos dejado de lado la confianza en la palabra de los demás nos dejamos llevar por las acciones que consideramos inaceptables sin percatarnos de que algunas de nuestras acciones son incongruentes con aquello que tanto predicamos es decir en la puesta en practica de valores, en la mayor parte de las situaciones el docente es injusto con los alumnos, no somos capaces de predicar con el ejemplo y afectamos a nuestros alumnos al poner en duda su pàlabra.

  55. Esta situación de que pagan justos por pecadores se presenta en infinidad de ocasiones dentro de las instituciones, la realidad que se vive en el aula en ocasiones dista mucho de la impartición de justicia, recuerdo los casos cuando en el aula “se pierde un objeto” la sanción que corresponde según las normas de las institución es “nadie sale hasta que aparezca el objeto, en el 90% de los casos no aparece el objeto y el aula se llena de un silencio interminable, en otros casos peores se dice “todos deberán reponer la cantidad o el objeto perdido” y me pregunto porqué todos tienen que cubrir la falta que ha cometido una sola persona, coincido con el autor que es necesaria una revisión de las normas.

  56. Es triste pero es una realidad el hecho de que la institución lejos de fomentar y practicar los valores estamos manifestando actitudes que para nuestros alumnos carecen de la practica de valores, es muy común que en las instituciones y en el aula se juzguen las acciones de los alumnos sin tomar en cuenta su versión de los hechos , hemos dejado de lado la confianza a la palabra del alumno, en verdad si es necesario revisar y analizar las normas establecidas y si no satisfacen la necesidad planteada es mejor cambiarlas o solo modificarlas.

  57. es muy cierto existe ese refran, pero tambien es muy cierto que hastadonde somos justos nosotros, y hasta donde somospecadores, no hemossidonosotros quienes hemos sido complicesde la delincuencia, mo hemos ofrecido alguna mordida en algún momento dado o hemos sido observadores y no lo hemos denunciado. Tambien, no hemos sido nostros, nuestra sociedad que hemos cambiado las reglas del juego y le hemos dicho a nuestros jovenes que no pasa nada, que no hay una consecuencia por sus actos, no les hemos dicho actualmente que pueden tener rerlaciones sexuales sin proteccion y que si queda enbarazada la mujer aborta y y, y las consecuencias de sus actos. no le permitimos a la burocracia que haga lo que quiera y que se sientan dueños del poder, no somos nosotros la sociedad la que ha roto las reglas y normas por evitar injusticias y sin darnos cuenta hemos reforzado este dicho. entonces la pregunta es ¿que tan justos somos? y ¿que tan pecadores somos?, nuestro primer pecado es permitirlo.

  58. La convivencia con alumnos es muy difícil y mas en etapa adolescente o de cambio entre niño y joven, mas laborioso es fortalecer el dialogo con los mismos yaque las reglas y normas son como una piedra que cargar; como docentes es necesario ir más allá de el guiar el proceso enseñanza aprendizaje en una clase de 45 minutos, realmente cada minuto, cada segundo es determinante en la vida de el alumno. Las reglas son difíciles de aplicar cuando no se ha accesado a la esencia permitida por el alumno por medio de la cordialidad y la confianza,que en estos tiempos se ha perdido debido a la confusión del alumno y maestro sobre nuestro papel social y laboral. Estamos actuando por impulsos, por temor, por la falta de conocimiento, de la legalidad y el poder, de lo que se ve y lo que es en realidad y de como entendemos las diversas situaciones que se nos presentan en nuestra labor cotidiana, es necesario fortalecer los valores y las normas aplicadas con toda claridad.

  59. Las normas precisamente han venido a fortalecer el libre hacer asumiendo responsabilidades por parte del ser humano, es necesario aplicarlas a pesar de los riesgos que se corran, como la perdida de autoridad siempre y cuando sea lo correcto lo que se hace y es obvio que yo no voy a asumir un delito compartido mientras hay un irresponsable que solo pagara una parte de su error y que posiblemente seguirá sin asumir su culpabilidad. Los maestros hemos incurrido en situaciones donde ya no se sabe si somos victimas o victimarios del alumno, se requiere precisamente reiniciar constantemente muestro quehacer en el aula y con los valores como bandera.

  60. El papel del profesor es complejo pero para eso debe de estar preparado el docente por medio de estrategias de aprendizaje y de enseñanza que entre el dominio de su labor y actividades sea capaz de ser un buen negociador, sociólogo; los seres humanos somos tan diversos y cambiantes en nuestra forma de actuar que somos capaces de encontrar cual es el camino para desarrollar y fortalecer buenas actitudes en nuestros alumnos y mejor si son de preescolar ya que es el momento mas importante para aprender normas y valores.

  61. en el comentario anterior les decia de la importancia de la educación preescolar y la reafirmo pues me siento muy bien como educador por experiencia se que es una etapa para cimentar los valores y las normas en una mente avida de conocimientos…

  62. siempre lo he dicho, en un mundo tan cambiante, existe algo que no debe cambiar, y esto es precisamente: LOS VALORES,recordemos el trabajar con personas y sobre todo educar a seres humanos es una tarea retadora y compleja, en especial los adolescentes, quienes se encuentran en busca de una identidad, y obviamente de ejemplos para seguir. Si formamos a nuestros alumnos en un ambiente donde la pràctica de valores tales como la honestidad sea constante, quizás en un futuro lograremos que no siempre paguen justos por pecadores…

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