El señor Rajoy ha formado Gobierno. Trece Ministerios. Nueve varones y cuatro mujeres para dirigirlos. Y eso que decía en 2008 que lo mejor de su equipo eran las mujeres. ¿Entonces? ¿O era solo para auparlo al poder?
Es probable que mi postura concite la disconformidad e incluso las iras de muchos hombres y de algunas mujeres. ¿Por qué ha de haber paridad en el número de Ministros y de Ministras?, me preguntarán. Si hay mujeres en el Gobierno, tendrá que ser porque se lo merezcan por su preparación, capacidad de trabajo, espíritu de equipo, coherencia ideológica, trayectoria política. etc. Y yo estoy de acuerdo con ese planteamiento si se aplica igualmente dicho criterio a los varones que asumen carteras ministeriales. Si hay hombres en el Gobierno deberá ser porque valen y no por ser varones.
Estaremos de cuerdo en que es necesario que los puestos de elevada responsabilidad deben estar desempeñados por personas capaces, responsables y trabajadoras. Podemos compartir también otra tesis: esa responsabilidad no debe estar condicionada por el género, la raza, la edad o la procedencia… Pero podemos empezar a discrepar si afirmo que las mujeres han sido (y siguen siendo) relegadas a un segundo plano en la asunción de responsabilidades públicas durante largo tiempo. ¿Habría que colegir que valen menos?
No discutiré si alguien me argumenta que algunos nombramientos de mujeres para cargos de elevada responsabilidad han sido equivocados. Se nombró para ellos, por el motivo que fuera, a mujeres incompetentes, con escasa preparación y capacidad. Ahora bien, no porque no hubiera otras mujeres preparadas. Ojo: lo mismo habría que decir de algunos nombramientos de varones (y de barones).
Supongamos que la proporción fuera inversa, que hubiera nueve Ministras y cuatro Ministros. ¿Hubiera dicho alguien si esos cuatro estaban ahí por ser hombres o por su competencia? Si el Gobierno se hubiera integrado de forma paritaria en cuanto al género, ¿sobre qué parte habrían recaído las sospechas y las interrogaciones? Estoy seguro sobre cuál. Y esa sospecha no es inocente.
Nadie me podrá argumentar que en el PP no hay mujeres preparadas, trabajadoras, competentes para asumir cualquiera de las carteras, incluso las que tradicionalmente se han considerado “de primera”, frente a otras que tienen menor categoría. Una cosa es ser Ministro o Ministra de Hacienda, de Interior o de Economía y otra es serlo de Cultura, Educación, Medio Ambiente o Deportes.
Cuando se han escolarizado los niños y las niñas en igualdad de condiciones se ha podido comprobar que las niñas tienen mejores resultados en todos los niveles (desde Infantil a la Universidad). En buena lógica habría que pensar que hay más donde elegir entre las mujeres si nos atenemos a capacidad y rendimiento. ¿Qué sucede? Como expliqué en un artículo titulado “La falla sociológica”, a las mujeres se las traga una terrible falla que, aunque se ha rellenado con mucho dolor y muchas discriminaciones y muchos cadáveres de mujeres, todavía es muy profunda.
Por eso, cuando se plantea el sistema de cuotas, ha de entenderse que no se trata de incluir mujeres porque sí, aunque no valgan, sino que hay que incluirlas en aras de su inteligencia y de su capacidad de trabajo. Se trata de evitar una perversión histórica.
Luego vendrá la explicación del fracaso. Cuando un Ministerio no funciona y esta presidido por una mujer, es fácil escuchar comentarios que atribuyen el desacierto a la condición femenina de la responsable. Pero, cuando el fracaso se produce en un Ministerio ocupado por un varón, se dirá que es un incompetente o un desaprensivo. No que es un hombre.
Hace unos años coordiné un libro sobre estas cuestiones que tiene un título provocativo: “El harén pedagógico”. Diré que tomé la expresión del sociólogo Stephen Ball, al que tanto admiro. La utiliza en su obra “La micropolítica de la escuela”. Viene a decir, y en ello abundo en el libro, que muchos centros de enseñanza están gobernados por varones que tienen a su cargo muchas mujeres. Quien ha visto la excelente película francesa “Hoy empieza todo”, de Bertrand Tavernier, se habrá encontrado con un ejemplo perfecto de lo que digo. Un Director varón y el cien por cien de profesionales a su cargo, maestras.
He mencionado “El harén pedagógico” porque en él se incluye un capítulo titulado “Yo tengo que hacer la cena”. En él hago referencia a una autoexclusión que algunas mujeres se imponen porque consideran que si se entregan en cuerpo y alma a una tarea, tienen que abandonar las obligaciones familiares.
Las causas del androcentrismo son infinitas. Desde el lenguaje a las costumbres, desde la educación a la moral… Cómo no recordar aquí a una institución como la Iglesia católica que excluye a las mujeres del poder, del episcopado y del sacerdocio por el sencillo hecho de haber nacido mujeres. La explicación básica es que su Fundador eligió solo varones para el apostolado. Olvida luego que esos varones eran casados. Si eligió casados, en buena lógica, también deberían serlo los actuales sacerdotes. Pero ahí se tuerce el argumento porque eso del celibato es harina de otro costal.
Se me dirá que estas son cuestiones del pasado, que ya no es como hace algunos años. Claro que no es igual, en algunos casos es peor. Explicaré a continuación por qué. Todavía queda mucho camino por recorrer en los asuntos relacionados con la igualdad.
¿En qué es peor? La tan cacareada y necesaria salida de la mujer de los espacios privados para ocupar puestos de responsabilidad públicos ha sumido a las mujeres en una tremenda trampa. Ahora tiene que asumir ambos cometidos. Es ama de casa y directora de banco. Es cajera y ama de casa.
He visto hace poco una viñeta que expresa esta idea a las mil maravillas. Un ejecutivo está sentado en el sillón de su casa con el maletín de trabajo a sus pies. Se ve cómo por la puerta entra en la casa la esposa con un maletín de ejecutiva en la mano. El, sin levantarse, le pregunta:
– ¿Qué hay hoy para cenar?
Mi admirada y querida Lola Clavero decía hace unos viernes, en su columna de La Opinión (que siempre es un artículo de primera necesidad), que “cuando un hombre se declara feminista, hay que echarse a temblar, o es un demagogo o un ligón…”. Por una sola vez voy a discrepar de mi excelente compañera de periódico. No estoy de acuerdo. Todos los hombres deberíamos ser feministas. Como todos los blancos deberíamos estar en la lucha contra la discriminación por el color de la piel. Es una cuestión de justicia elemental. El protagonismo de su liberación ha de ser de las mujeres. Ellas deben enarbolar la bandera de la causa. Nadie libera a nadie que no quiera ser liberado. Pero la lucha contra la injusticia y la discriminación ha de ser de todos y de todas.
Téngase en cuenta, además, que el presidente es varón. Hay que reconocerlo. Todavía queda mucha discriminación. Una es de naturaleza más burda y otra más sutil. Lo curioso es que a muchas mujeres les de igual. Es que no hay mayor opresión que aquella en la que el oprimido mete en su cabeza y hace suyas las razones del opresor.
Decir que los hombres tienen mayor ambición y luchan más por esos puestos de responsabilidad no hace más que reforzar el argumento central del artículo. De acuerdo.
Desinformado
A mi hermano mayor Miguel Ángel Santos Guerra
“Qué buen vasallo, si tuviese buen señor”
“¡A la calle!, que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo”.
Solo tengo palabras para ti de cariño y agradecimiento (ni siquiera los adjetivo) en todos los ámbitos. Pero esta reflexión junto a otras pocas que he dejado en esta Casa son contribuciones humildes. Tú, como otros tantos otros, benditos seáis (yo también soy ateo por la gracia de dios) sois muy necesarios. Pero Miguel Ángel, sin que eso signifique suicidarse, llega la hora de dar un paso adelante (impagable el final de “Sostiene Pereira”). Como otro hermano mayor decía, cada vez nos están bombardeando más cerca. Solo hay que analizar “porqué yo votaré a la izquierda” en todo su conjunto para que nos hagamos un retrato muy aproximado de cuál es la realidad. Ya está bien: no quiero ser de pasado mañana.
Cada vez estamos cercanamente más lejos: la aldea global dixit MacLuhan. No tenemos nada nuevo que decirnos y nos lo reiteramos continuamente en la vaciedad del mensaje. Hoy, como antaño, se juega al ensayo como la puerta donde se expone la nada: del que nada tiene que decir pero no sabe cómo hacerlo. Lejos del corporativismo, abundan ciertos profesionales de un tinte doméstico, mercenarios de la imagen y de la letra: la voz de su amo. Surgen nuevos modos, nuevas técnicas que lo enmarañan todo: que a la sociedad civil no le falte de nada pregonan los del norte. Redes varias y una araña que, pacientemente espera, cobrar su presa. Plebeyos cariacontecidos: todavía se dan codazos ante ciertas «noticias».Y hoy, como ayer, corren los chismes de boca en boca por la villa y corte, mientras se demora cada día, presa de una obesidad mórbida, arrastrada entre los intereses de unos y otros, sin apenas resuello, “la vendada”, esa que es igual para todos. Proliferan, entonces, los chistes por doquier como una aliviadera sin fondo. A pesar de que el sistema proporciona unas técnicas de conducción muy competentes, de vez en cuando, y si toca, se producen unas filtraciones inesperadas que dejan la pared hecha un asco y que, de no repararse a conciencia, evidencian a posteriori un moho muy desagradable. España y yo somos así, señora: son los riesgos de la democracia. En este país se pasa de la chapuza nacional al certificado de excelencia en un abrir y cerrar de ojos: verbigracia el último mensaje real-navideño y el prietas las filas de sus señorías ante “su señorito y la profesional”. Dicen que la información debe ser el acto de aflorar a la luz lo que unos cuantos se empeñan en que quede bien sepultado. Las conclusiones, las más de las veces, producen unos resultados muy desconcertantes: Pletórico Bush, reconfirmadísimo tras su cruzada petrolífera por ahí; Desesperanza Gil y Biedma por acá; la reiterada presidenta siliconada solloza en lunfardo «que él me lo demande» desde el más allá: finalmente, todo es cuestión de un adverbio de lugar o de un determinante demostrativo. Como ciudadano, el dolor me lo producen todos: algunos más que otros. Salvo alguna entradilla editorial que identifica desafecciones y estar al loro, casi nadie ha resaltado lo que subyace en ese cómputo preciso y medido de los famosos aplausos de opereta: hay que salvar el futuro del niño. El culmen: no hay convite tras la ceremonia. ¡Viva el rey¡ Ya no hay excusas: lejos quedan los tiempos del aggionarmiento obligatoriamente obligado. Con vuestra pose, de común acuerdo – de eso se ha nutrido vuestra casta – habéis proferido el peor insulto: a la inteligencia de vuestro propio pueblo. Se os demandará. Y el patético árbitro, recusado por la federación española de la historia, rehúsa con una «violencia doméstica» muy medida, el brazo de la sonriente consorte: aunque cornuda inmisericorde, se es madre antes que profesional. Corren tiempos aceleradamente convulsos y mucha basca parece seguir a lo suyo: subsistir cotidianamente, amanece que no es poco: cualquier tabla es buena. De este apaño postrero algún día, hoy mismo, pagaréis porque «yo también te vi allí».1 de enero de 2012. Luis Eugenio Utrilla.
Eso es evidente, señor Santos. Y, aunque usted lo sabe (sus palabras del sexto párrafo podrían llevar a confusión), convendría aclarar que, para componer gobiernos paritarios en España, no es necesario que en el PP existan suficientes mujeres preparadas, trabajadoras, y competentes para asumir cualquiera de las carteras; pues ser afiliado a un partido político no es requisito necesario para poder ser nombrado ministro, o ministra. Por lo demás, ciertamente, la afirmación de Lola Clavero no es acertada. (Lola, eso te pasa por acertar tantas veces).
No hay que echarse a temblar cuando un hombre se de declara feminista. Cuando hay que echarse a temblar es precisamente cuando dice que no lo es y que las feministas son radicales Y QUE NO ES PARA TANTO. ENTONCES SÍ.
Prefiero dejar la política a un lado, a la hora de juzgar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en la sociedad española. En el anterior gobierno recuerdo mujeres haciendo una gestión pésima y defenderse a la desesperada con el argumento de «me atacan porque soy mujer», sin tener en cuenta la reprobación general en el Congreso a su gestión. En los gobiernos, creo que es intrascendente que haya más hombres que mujeres o viceversa, lo que se trata es de grandes cualificaciones profesionales. Y por extensión, ésa es la cuestión, en todos los campos. Creo simplemente en una normalización y una inclusión de la mujer en todas las esferas, al igual que el hombre. Es decir, una socialización que aún no se ha completado del todo, a pesar de los numerosos avances en la materia. Sin ir más lejos, hasta mediados de los ochenta la inmensa mayoría de las mujeres en España ejercían la profesión que rezaba en el dni de la época: «ama de casa». O aún peor: «sus labores», esto es, las «labores asociadas a su sexo», que es el párrafo textual de normativa educativa de los años cincuenta, es sabido la segregación por sexo en los colegios de la época. Los niños: tecnología, matemáticas, etc. Las niñas: croché, ganchillo, etc. Tiempos ya superados, afortunadamente. Estoy de acuerdo con Miguel Ángel: las mujeres tienen mucho mejor rendimiento académico, en todas las etapas educativas, es un hecho fácilmente comprobable, sin más que observar las estadísticas de idoneidad, promoción y titulación, incluida la esfera universitaria. Recordareis una muy reciente encuesta, creo recordar del CIS, donde a preguntas a los/as adolescentes al respecto de roles, todos nos sorprendimos al comprobar que la adolescente asumía un papel sumiso ante el novio, «porque es lo que él espera de su novia» y cosas de este estilo. Luego socialmente, el rol sigue imperante, a pesar de los esfuerzos en los centros educativos por impregnar todo el currículo de valores coeducacionales. Si el sistema educativo es coeducativo por definición, debemos buscar respuestas en las familias (donde la mujer sigue siendo, además de trabajadora, ama de casa) y en la propia sociedad. La publicidad, omnipresente, nos devuelve constantemente el papel de mujer estereotipada, asociada a lo ornamental, nunca a sus capacidades intelectuales. La adolescente interioriza patrones estéticos europeos y los identifica con su femeneidad: ser guapa, según esos patrones y conseguir que el chico guaperas se fije en tí. Ya sé que suena algo retrógado, pero es lo que vino a confirmar la encuesta a la que me refiero. Esto no ocurre en todas las chicas, pero si en un porcentaje considerable. El problema, pues, está en la propia sociedad. Y en el entorno familiar. Hasta que no cambie el rol social que el varón desempeña, esa esfera de lo público y competitivo, no creo que haya nada que hacer. La mujer seguirá siendo, en su casa, no sólo una mujer trabajadora, sino la que lleve el peso de toda la casa, comidas incluidas. He ahí el gran reto. Pero insisto, apenas llevamos en España tres décadas de cambio. La sociedad del futuro será absolutamente igualitaria con los dos sexos, tanto en derechos como en deberes. Saludos,.
Es así. Seguirá siendo así por algún tiempo, a pesar de todos los esfuerzos de tantas mujeres y de algunos hombres. Comparto la idea de que para luchar contra el sexismo hacemos falta todas… y todos.
Este es un símbolo. Basta escarbar en cualquier zona de la cultura y aparecen muestras del androcentrismo, de la discriminación.
Hay que estar atentos porque cuando las discriminaciones son sutiles hace falta dertectarlas para combatirlas.
Y las mujeres del PP, ¿no dicen nada? ¿No les duele este proceder? No por ambición. Por justicia.
No se purde dejar fuera la política en cuestiones de igualdad. Por dos motivos: uno, porque es un campo más y otro porque es muy visible. Los ministros y ministras están muy visibles.
Yo también creo que el futuro será mejor pero solo si lo buscamos. Y, además, mientras ese futuro llega sigue habiendo víctimas. Por eso urgen los avances.
Y que no acabamos de salir del siglo XX. Lástima que en la Comunidad de Madrid tengan 3 mujeres en los puestos de máxima responsabilidad. Estos del PP no tienen arreglo. ¡Jamás aciertan!
Completamente de acuerdo con la Sra. Pepa Banderas. La igualdad efectiva entre hombres y mujeres es cuestión de tiempo, pero insistiendo en el esfuerzo a nivel social. Los centros no pueden quedar aislados, en una enseñanza coeducacional, de una sociedad que está dirigiendo, constantemente, mensajes sexistas a los más jóvenes. Veo muy difícil, no obstante, que la omnipresencia de los medios de comunicación deje de lado el mensaje de la mujer como objeto estético. Desde que la publicidad es publicidad, no hemos dejado de ver en múltiples formatos a la mujer ofreciendo sensualidad, glamour y sexo subliminal como estrategia de marketing de ventas. Pero tiempo al tiempo. En cuanto a la política… paso también, por más esfuerzos del autor para que vía igualdad de derechos y deberes se hable en el blog de los partidos políticos. Las elecciones han pasado y los resultados no dejan lugar a dudas. Ayer mismo, algunos países, entre ellos España, pasaban a tener, de nuevo «mala nota» de las agencias de calificación. He ahí el reto para este gobierno, haya más o menos mujeres, creo que es intrascendente dada la situación a la que nos enfrentamos. Abrazos.
BUENAS A TODOS Y TODAS ESTA SEMANA
Un saludo a nuestro Mentor, maestro Miguel Ángel.
Igualdad, paridad, equilibrio, emocionalidad, carisma… conceptos que acompañan frases que son recurrentes hoy en día sobre todo en Política, la sociedad de la información y de las conveniencias funcionan como reloj suizo.
Muy de cerca pues ya tuvimos bajo ciertos preceptos «una» mujer Presidenta de la Nación. – Michelle Bachellete- y si seguimos, en latino_américa hay más como la Señora K–
al leer el artículo intentaba recordar algunos ejemplos de mujeres brillantes,las hay y muchas, conozco de cerca personas notables.
La historia lamentablemente nos muestra una realidad terrible, Juana de Arco, Hypatia…
Camila Vallejos, Dirigente universitaria que lideró la revolución estudiantil, aqui en Chile, y vaya que bien lo hizo!!!!
queda demostrado que la inteligencia no es privilegio de géneros. la diferencia radica en la culturalidad, desde una perspectiva sociológica, La masonería es lo más visible, que se transmite de generación en generación.
El voto femenino» no hace mucho». Einstein no hubiera llegado a su teoría sin el aporte de Emmy Noether,
no podemos negar la labor de Condoleezza Rice, aunque Republicana, es notable y además de origen Afro_ su historial es bastante interesante.
y si seguimos fuera de la elite pública, y en lo personal de cada uno, nos encontraremos con muchos más ejemplos.
Oriente-Occidente / Conquistadores-tercermundistas / sociedades orales y de la escritura.
los cambios sociales son lentos, pero lo son, y aunque nos cueste reconocer y nos duela el ego machista, deberemos bajar nuestro orgullo de hombre y reconocer que si el puesto es para una mujer, es porque tiene los méritos, condiciones, y sabemos que lo hará bien.
pero si es por atraer agua al propio molino, ummmm, mejor no opinar.
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mal que mal, muchos varones dicen tener la última palabra en sus hogares: «si mi amor, lo que usted diga»
saludos.-
Que la igualdad de derechos y deberes no sea aún una realidad en la sociedad es culpa de nosotros, los hombres. Así de claro. Tenemos encima una herencia cultural difícil de quitar: nos educan en la competitividad, para que el espacio público sea nuestro. Y nos siguen educando, a nivel social, como dice Pepa Banderas para que sigamos viendo a la mujer como la hemos visto en otros tiempos: en el espacio privado, al frente de la casa y de los hijos sin que el hombre tenga nada que ver con él. ¿Estamos aferrados, los hombres, a estas posiciones o algo está cambiando? ¿Participamos más en las tareas del hogar, el cuidado de los niños y sobre todo, lo más importante, en concebir a la mujer en el mismo plano laboral? Lo desconozco, no tengo datos. Sí puedo aportar algunos en relación, por ejemplo, a la Administración, en cualquiera de sus tipos y niveles: hay 3/4 partes de mujeres, frente a 1/4 parte del hombre. Creo que la explicación está en que la mujer busca profesiones que le permitan compatibilizar su vida profesional y personal. Y un dato que creo que está pasando desapercibido: la vicepresidenta del Gobierno, Saenz de Santamaría es la mujer con más poder de todo su partido, después del presidente y por descontado, de toda la historia democrática reciente de España, desde el año 1978, conciliando sus responsabilidades con el hecho de ser madre. Un ejemplo a seguir, independientemente de ideologías en las que no creo. Bueno compañeras, por una sociedad donde la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, a corto plazo, sea una realidad.
Estoy de acuerdo con las ideas expresadas por Miguel Ángel y prácticamente por todos los contertulios, por lo tanto poco que añadir. Para mí no hay distinción entre hombres y mujeres, me da lo mismo que me mande uno que otra. No estoy de acuerdo en la paridad de hombres y mujeres en cargos o política. Debe estar el/la mejor, el más preparado. Parece ser que las mujeres trabajadoras fuera del hogar llevan todavía la mayor carga dentro del hogar. Personalmente no logro entender que si los dos trabajan fuera no trabajen los dos dentro. Creo que eso es lo justo y eso es el amor, no el decirse «cariño».
Los cambios sociales, de mentalidad se hacen muy lentamente, pero el de la igualdad de sexos creo que va a zancadas en nuestro mundo occidental y también creo que por esta labor están todos los grupos políticos de nuestro entorno.
Para finalizar los hombres y mujeres que hemos participado en el blog y los que lo leen no estaría mal que nos examinásemos cómo llevamos la igualdad en nuestro hogar.
Personalmente a la mujer la tengo en lo más alto, en un pedestal, no en vano nos ha llevado a todos dentro de si nueve meses y ha sido nuestro primer apoyo por el camino de la vida. Saludos
Estoy de acuerdo con lo expuesto por Miguel Ángel y prácticamente con todo lo que dicen los contertulios. Con lo que no estoy de acuerdo es con la paridad de hombres y mujeres en política o cargos de cualquier tipo. Para mí los cargos debe tenerlos el/la mejor prepada/o.
También entiendo que debe ser natural, de justicia y de amor el que si los dos trabajan fuera de casa los dos trabajen dentro, en eso está el amor no en decirse «cariño».
Los cambios sociales, de mentalidad se hacen lentamente y no hay duda que en nuestra sociedad se ha avanzado grandemente en la consideración que se merece la mujer. Todos los grupos políticos de nuestro entorno creo que están de acuerdo en considerar a la mujer en paridad con el hombre, el hecho de que no lo hayan conseguido, a pesar de su preparación, podría llevar a muchas consideraciones.
Lo que no estaría mal es que los que participamos o leemos el blog nos examinásemos para ver si en nuestro hogar hay realmente paridad en los trabajos, pues no puedo entender que si los dos trabajan fuera no trabajen también dentro.
Personalmente mi consideración de la mujer está en lo más alto por su valía y, sobre todo, por ser mujer, pues no en vano hemos estado nueve meses dentro de ella y nos ha guiado en los primeros pasos por esta vida. Con todo, esto no es motivo para ostentar cargos, sino su preparación. Saludos
Juanjo, en mi opinión, no se puede ni debe responsabilizar sólo a los hombrede de la no igualdad. Y creo que Saenz de Santamaría no es la primera desde 1978: la señora Fernández de la Vega también mandaba mucho (y mal por lo que parece).
Juanjo, en mi opinión, no se puede ni debe responsabilizar sólo a los hombres de la no igualdad. Y creo que Saenz de Santamaría no es la primera desde 1978: la señora Fernández de la Vega también mandaba mucho (y mal por lo que parece).
Hola Holden. Pues ya me dirás quién es el responsable. El legislador, hasta tiempos recientes, era un hombre. Justamente el que no permitía el derecho a sufragio de la mujer. El mismo legislador que impedía a la mujer, hasta fechas muy recientes, cuanda se casaba, tener identidad jurídica propia. Esto es: la mujer necesitaba permiso expreso del marido para cualquier gestión ante la administración o incluso para un reintegro en un banco. Su firma por sí misma no era válida. Y en rol tradicional y característico al que estamos acostumbrados a ver en la mujer es´una interpretación muy interesada de las diferencias biológicas, a favor del hombre. En definitiva, según tu opinión, históricamente hablando, ¿quién es el responsable entonces de que la historia de la humanidad se haya caracterizado por una discriminación hacia la mujer? Saludos.
Querido amigo Miguel:
No es sólo que no crea en los hombres feministas, sino tampoco en las mujeres feministas, pues creo que una mujer no necesita que nadie la defienda. Desde tiempos remotos, la mujer que vale se defiende sola, se hace respetar y conquista su espacio. Pensemos en las Isabeles, Isabel La Católica e Isabel I de Inglaterra que consiguieron dar el momento mayor de prosperidad a sus países y nadie se atrevió a poner en duda su poder. En el caso de la inglesa, además, decidió incluso no casarse porque no le dio la gana y su decisión hubo de ser asumida, pues no quedaba otra.
Te digo que sí, he sufrido y sufro, personalmente, las consecuencias del machismo histórico e histérico, pero no me gusta ir de víctima y confío en salir adelante por mí misma sin pedir otra protección. Los hombres comprenden y aceptan cuando tienen que hacerlo -no son monos peludos- y si te ganas su respeto, te lo otorgan. En realidad, hoy por hoy, sufro más el machismo de las propias mujeres que de los hombres, que son la base de casi todos mis comentaristas. Esto sería una cuestión que analizar…
Gracias los piropos, yo también te admiro, como sabes…
Acabo de leer en el periòdico de hoy que ha habido otro asesinato de una mujer en España a mnnos de su marido. Todavía queda mucho camino por recorrer. Qué horrible. Eso de que en un futuro habrá igualdad va a costar muchas víctimas. Hay que ir más deprisa hacia la desaparición del sexisimo.
Hola, regreso para recomendaros lo que podría ser un magnifico marco para conocer la situación actual de la mujer en España. Es una publicación del Instituto de la mujer, que tiene carácter anual. El último tiene el siguiente enlace, de descarga gratuita:
http://www.inmujer.es/ss/Satellite?c=Page&cid=1244651530222&language=cas_ES&pagename=InstitutoMujer%2FPage%2FIMUJ_Generico
«Mujeres y Hombres en España es una publicación realizada en colaboración con el Instituto de la Mujer. Su finalidad es ofrecer, desde una perspectiva de género, una síntesis de los indicadores más relevantes en los ámbitos social y económico, posibilitando un mejor conocimiento de las diferencias en la situación de mujeres y hombres en la sociedad».
Se compone de muchas tabla estadísticas que creo que se pueden analizar sin dificultar. Como ejemplo, en nuestra Comunidad Autónoma, en relación a la tasa de actividad, alrededor del 50% de las mujeres realizan un trabajo remunerado frente al 70% de los hombres. Hay que tener en cuenta los tiempos que corren, pero ya es un dato relevante. El sector con más actividad femenina, a diferencia de otros muchos… el sector servicios. Un dato, sin embargo, muy positivo: a lo largo de los años, la brecha salarial ha ido reajustándose considerablemente.
Abrazos.
Este es un tema de gran calado, a mi juicio. Siguen existiendo muchos patrones sexistas en el comportamiento de la gente, en el lenguaje, en las costumbres, en el trabajo, en la educación… Vistos de uno en uno pueden parecer pequeños o insginificantes pero cuando vemos los daños que causan en las víctimas nos echamos las manos a la cabeza. Por eso hay que reflexionar, denunciar y luchar contra cualquier manifestación de sexismo
Para Lola Clavero:
Creo que el mito de la excepción constituye un error. No es verdad que SI UNA PUEDE, TODAS PUEDEN.Si hubo una Isabel la Católica (que pones como ejemplo) habría miles y miles de «isabeles» que no podían ni hablar, ni votar, ni decidir… No es que guste o no guste ir de víctima. Es que muchas mujeres lo son. ¿Por qué mueres tantas mujeres a manos de sus maridos? No es fruto del azar. Es que hay machismo. Y las víctimas existen.