Por qué ganó la derecha

10 Dic

Una semana antes de las elecciones generales españolas publiqué un artículo en este periódico titulado “Por qué votaré a la izquierda”. El artículo suscitó una animada polémica en mi blog “El Adarve”. Como era previsible, los resultados de las elecciones me fueron adversos.

Es cierto que ganó la derecha, pero también lo es que un sector significativo entregó su voto a una izquierda más radical

Me escribe un amable lector pidiéndome que analice las causas que, a mi juicio, han provocado la aplastante victoria de la derecha. Y lo hace en los siguientes términos, muy sugerentes, por cierto: “Según su artículo, la izquierda tiene mayor sensibilidad y hace mucho más por los trabajadores, por la escuela pública, por la sanidad pública, por la igualdad entre hombre y mujer, por una revisión de la historia más ecuánime y un resarcimiento a los políticamente oprimidos durante cuarenta años, por unas relaciones más correctas iglesia-estado, por la acogida social de los homosexuales, por el rechazo de la guerra, etc., etc., etc. Considero que estos valores son de capital importancia en cualquier sociedad. Por eso, a la vista de los resultados de las elecciones, me pregunto: ¿por qué el pueblo español no se ha lanzado masivamente hacia la izquierda?, ¿los líderes de ésta no han sido capaces de mostrar la riqueza de su oferta?, ¿será posible que a la gran mayoría del pueblo español no le interesen estos valores en ese momento?, ¿las masas han sido embaucadas por los líderes de la derecha y los regionalistas –frecuentemente también de derechas-?, ¿o quizá la izquierda no encarne tan bien como usted dice en su artículo estos valores?”.

Bueno, en primer lugar hay que reconocer que la victoria de la derecha española ha sido contundente. Una mayoría absoluta incontestable.

Es cierto que ganó la derecha, pero también lo es que un sector significativo entregó su voto a una izquierda más radical (IU), quizás por entender que la que había gobernado no había sido fiel al ideario de la izquierda y había contemporizado excesivamente con el poder económico, con el poder eclesiástico con el sector “de centro” y por eso no respetó su ideario en el tratamiento de la economía, no denunció el Concordato con la Santa Sede, no desarrolló más la ley del aborto, no legisló sobre la eutanasia, no retiró los restos de Franco del Valle de los Caídos, permitiendo al verdugo compartir espacio con sus víctimas…

Quiero centrarme en la interesante cuestión que me plantea el mencionado lector en sus preguntas concatenadas. Antes de hacerlo, subrayaré mi rechazo a una visión maniquea de la sociedad que divide a los votantes en dos grandes grupos: los “buenos” (que somos “nosotros”) y “los malos”, (que son “ellos”). Por consiguiente, creo que los votantes de la derecha defienden también, a su manera, valores importantes.

Pienso que, en las elecciones del 20N, una buena parte del voto se explica por la situación crítica que estamos viviendo: veinte por ciento de paro entre adultos, cuarenta por ciento de paro juvenil, parálisis de la economía, recortes en prestaciones sociales… Muchas personas han pensado que “así” no se puede seguir, que los que han gestionado la crisis no pueden mantenerse en el poder, que a ver si con otros las cosas cambian… Ha sido, a mi juicio, un voto de castigo a lo que se consideró una política equivocada o falta de reflejos. Y un voto de esperanza ciega en el cambio. Ha sido una reacción de rabia, más o menos reflexiva, un “ya basta”, un “hasta aquí hemos llegado”…

En esta reacción ha influido mucho la repetición que un sector de la prensa ha venido haciendo de manera persistente y un tanto tramposa: “los cinco millones de parados que ha creado el gobierno y, en especial, Zapatero”, “la tardanza en la toma de decisiones”, “la torpeza de los remedios propuestos”, “la comparación (engañosa) con otros países a los que les ha ido mejor en la crisis”…

Creo que no ha habido mucho análisis en esta reacción sino una visceral respuesta a una situación pésima que ha ido metiendo cada día a más personas en el pozo de la pobreza.

Zapatero ha sido objeto de todas las críticas, de todos los insultos, de todas las descalificaciones. Cualquier candidato del partido hubiera caído con estrépito. Prueba de ello es que Rubalcaba tenía una mejor valoración personal que Rajoy. A pesar de ello el partido del gobierno tenía la derrota asegurada.

La cuestión esencial: ¿es la derecha menos sensible a los valores que se enuncian en las preguntas que han desencadenado este artículo?, ¿consideran los votantes de la derecha que se alcanzarán mejor desde las estrategias que se derivan de su ideología? Contestaré a estas preguntas con la limitación de espacio propia de este tipo de artículos:

Los valores enunciados se explicitan de manera más clara y más enérgica en el ideario de la izquierda. Creo que, en la mayoría de las cuestiones planteadas, es innegable que la izquierda está más comprometida, teóricamente al menos. No sería fácil demostrar que la derecha defiende con más ahínco la escuela pública, el matrimonio homosexual o la igualdad entre hombres y mujeres. Pero las cuestiones económicas han dejado ensombrecidas otras dimensiones de la sociedad y de la vida de las personas en un momento de crisis. “Primum vivere, deinde philosophare”, ha sido el lema implícito de estas elecciones.

Muchos votantes, en estos temas sustanciales, tienen posiciones diferentes a las que defiendo: sé que hay quien no solo se opone al matrimonio homosexual sino a los homosexuales, sé que hay quien defiende el derecho a la libertad de elección de colegio sin pesar que hay muchos que no van a poder elegir (con tal de que ellos puedan hacerlo), sé que hay personas que desean una mayor y perfecta unión del poder civil con el poder eclesiástico, que son contrarios a cualquier ley que permita practicar un aborto…

Algunos comportamientos de dirigentes de izquierdas han contribuido a la debacle. Predicar y no dar trigo, como reza un refrán español, lleva consigo consecuencias inevitables en la desafección de los votantes más responsables.

Hay quien dice que la hora de la verdad es la de las urnas. Como si el resultado de las elecciones determinase lo que es bueno y lo que es malo. No siempre es así. Cuando Gil y Gil ganó por tercera vez las elecciones por mayoría absoluta en Marbella (disculpen la comparación), declaró a la prensa: “los números cantan”. Le contesté en un artículo cuyo título era: “Los números desafinan”. Eso mismo digo ahora.

32 respuestas a «Por qué ganó la derecha»

  1. Los votantes de izquierda no esperamos, en balance, nada bueno de la derecha carpetovetónica española. Ni perdonamos a la izquierda la practica de la formula del mal Gobierno (el de Zapatero, por ejemplo): mediocridad, populismo y corrupción. Ineficacia (mediocridad) para gestionar y modernizar los intereses generales; incapacidad (populismo) para lograr grandes consensos y liderar así la nación; corrupción con aprecio de mentiras, injusticias, ilegalidades o intereses personales.

    Por eso no hemos votado al PSOE, y no le votaremos hasta que no practique en su propio partido, transmitiéndonos así confianza en que será capaz de practicarla en el Gobierno, la formula del buen Gobierno: eficacia, moderación y honradez.

  2. Nuevamente, más de lo mismo. Los «dignos intelectuales» (de izquierda o de derecha!!) que, cuando su partido pierde las elecciones democráticas, miran al pueblo con condescendencia («Estos pobres ignorantes no saben votar») como perdonándole la vida.

    Quizá el voto del señor Santos Guerra debería valer 10x, 20x, 50x ¡qué se yo! ¿verdad?

    La izquierda en general suele fracasar en la gestión de la compleja realidad porque vive alegremente asida a la utopía y siempre que gobierna intenta desplegarla con ese cierto aire de superioridad, aunque para ello tenga que arrasar con la economía o con lo que sea. Cuando me encuentro de tertulia con amigos gusto de gente que se recree en la utopía. Pero, ¡rayos! cuando elijo a un gobernante intento huir del alegre utópico, porque es garantía de desastre.

    En este caso se junto esta circunstancia en general de esa izquierda que tanto se adora en este blog con la circunstancia particular de que el enésimo proyecto de la izquierda en España ha venido liderado por un patán mayúsculo, «un tonto que pasaba por allí» (en un intento de emplear un lenguaje lo más preciso y sobrio posible, que conste).

    Y mucha gente, que no es militante feroz de derechas ni de izquierdas, se ha percatado que lo primero es gestionar seriamente y sobriamente la realidad y luego, ya veremos.

    Fdo.: alguien que no votó ni al PSOE ni al PP ni a IU.

    Saludos.

  3. No sér dónde nos va a llevar esta derecha. Pero no será a ningún sitio bueno.. Tienen que gobernnar los que hyan ganado, porque esa es loa esencia de la democracia, pero me temo lo peor de esos gobernantes que se han mostrado tan porivatizadores, tan neoliberales, que denuncian la ley del matrimonio homoseaxual, que no quieren dialogar con la izquierda abertzale, que son proclives a los dictados de la Iglesia… Ya ha dicho el señor Rouco que el poder poolítico tiene que seguir los principios de la ley de Dios, es decir los suyos… Me temo lo peor.

  4. POR QUÉ PERDIÓ EL PSOE. Creo que éste sería el titular más correcto. El movimiento de «indignación» que nace en España y recorre el mundo aboga por gobernantes eficaces y eficientes y que al mismo tiempo sean ese modelo en el que la ciudadanía pueda verse reflejada: ética, integridad, profesionalidad… no hay colores, ni ideologías y por supuesto, nada más lejos de este perfil que los «políticos profesionales». El ejercicio político, siempre, de ida y de vuelta, algo transitorio que evite esa corruptela que se nos antoja endémica al ejercicio político, tanto hemos visto durante estos años, desde el ámbito nacional, al utonómico y sobre todo en el local. Yo me identifico absolutamente con esta ausencia de ideologías. Considero, que a estas alturas del siglo XXI hablar de izquierdas, derechas, resucitando a rojos, fachas, Franco… solo responde a un interés partidista, electoralista: ganar votos, uno de los errores mayúsculos del PSOE en estas dos elecciones. Si se le pregunta a cualquier persona joven al respecto de «ideologías» según colores, responderá que no e diferencia alguna entre políticos de una formación u otra y propuestas concretas. Sé que apenas nadie lo hace, pero invito a que se lean los programas electorales de las diferentes formaciones políticas: todos son muy parecidos. Discrepo con Miguel Ángel: no he escuchado ni una sola palabra en estas dos últimas campañas electorales al respecto de diversidad afectivo sexual y por lo tanto, matrimonio entre personas del mismo sexo; igualdad de hombres y mujeres… y por descontado ni una sola palabra de medidas económicas al respecto de la crisis económica o del paro que asola nuestro país; solo he escuchado, hasta la saciedad, por parte del PSOE: «qué miedo, que viene la derecha» o similar. No he visto al PSOE defender su programa electoral; quizás, porque durante estas dos legislaturas, del mismo no quedaba ni el recuerdo. Sólo lo he visto incidir, penosamente, en el del PP. De la educación se ha hablado, pero de nuevo, desde un punto de vista absolutamente electoralista y con una movilización insospechada de los sindicatos exclusivamente en aquellas comunidades gobernadas por el PP. Pero vayamos a la cuestión: ¿por qué ha perdido el PSOE, estrepitosamente, las elecciones? Menuda obviedad. Ni eficacia ni eficiencia: ¿cuántas reformas de reformas de contrareformas hemos visto y oido durante estos años, absolutamente ineficaces? ¿cuántos vaivenes, desmentidos y contradicciones entre los miembros del gobierno? ¿que queda, a estas alturas, del Estado del bienestar? ¿qué políticas se han puesto en marcha para incentivar el empleo, con una población en paro que no deja de crecer?… La culpa del estrepitoso fracaso en las urnas no es de la «crisis», así, en abstracto. El ciudadano ha juzgado una labor de gobierno, de decisiones y acciones, de declaraciones que como partido en el gobierno, sus responsables han ido desarrollando con, objetivamente hablando, tal es el sentimiento general, con muy escasa fortuna, no a la «crisis» como concepto abstracto. El resultado no admite lugar a dudas, ni matices, ni sutilezas. Y corresponde al PSOE, en sus momentos históricamente más bajos, ahora sí, tomar decisiones meditadas y consensuadas para generar un proyecto que al menos a la larga, vuelva a recuperar votantes. Las noticias que llegan, en una formación sin liderazgo, no son las mejores, al menos desde mi punto de vista. Que no haya prisas en celebrar un congreso extraordinario que pueda sentar las bases de una urgente renovación, al mismo tiempo que un análisis sincero sobre las causas del mayor de los fracasos y que los/as canditatos/as a líderes sean rostros que a estas alturas han dejado de tener el menor crédito, constituye quizás otro error mayúsculo. He escuchado estos días a representantes del partido hablar de «conjura internacional de la extremeda derecha», nada menos.O aún peor : a vueltas, con la «crisis», como concepto abstracto. Ni una palabra sobre gestión, decisiones, políticas de empleo llevadas a cabo durante todos estos años. No es el mejor de los caminos y dada su semejanza con lo que le ocurrió, en su tiempo, a la UCD, el partido corre un serio pelibro de extinción, al evitar asumir la más mínima responsabilidad de su estrepitoso fracaso electoral. Todo ello, repito, desde mi particular punto de vista. El ciudadano, repito, lo que quiere es la antitesis de ese político mediocre, sin cualificaciones, indeciso y sin liderazgo e incapaz de responder a los grandes retos de una Europa que reclama, con urgencia, dadas las circunstancias, el mayor de los liderazgos. Y tales retos no atienden a colores ni ideologías. Digamos que estos dos conceptos han quedado reducido a los fans de los clubes de fútbol. La política es otra cosa. En fin, ahí queda mi opinión. Un abrazo a todos/as, la mayor de las suertes y con mi saludo profesional a todos los profesionales de la enseñanza. Con nuestro esfuerzo, a pesar de tantas circunstancias adversas y personas mediocres, lograremos transmitir ilusión de futuro a las nuevas generaciones. Un abrazo.

  5. Ignacio: No comparto en absoluto tu punto de vista. O sea que la utopía te gusta para las tertulias, pero no para gobernar. ¿Qué ideas tienes de la utopía?
    ¡Qué casualidad! Resulta que Zapatero gobierna en sus primeros cuatro años de manera que los votantes le apoyan para un segundo mandato. No le considerarían tan tonto como tú lo consideras. No digo yo, sino los votantes. ¿Qué pasó a tu jucio, después? ¿Entonteció? ¿Ya era tonto? ¿O vino una crisis que obligó a intervenir a Grecia, Irlanda y Portugal? ¿O hubo una oposición que eolo echó una mano… al cuello de quien gobernaba?
    No creo que ningún intelectual quiera que su voto valga más que el de ningún otro. Lo dices tú. Pero no le podrás negar a nadie su derecho a opinar sobre la realidad.
    ¿O no pueden hablar en tu concepción de la democracia?

  6. Ignacio, este blog tiene nombres y apellidos. Que el autor opine lo quiera, esté o no equivado, esa es otra cuestión y debemos respetarnos. Mi punto de vista: hablar del PSOE, a estas alturas, lo veo una inutilidad, una absoluta pérdida de tiempo. Ha tenido su oportunidad y ha fracasado de una manera absoluta; es fácil gobernar en una prosperidad económica pero cuando hay que demostrar talento y liderazgo, lo que hemos visto ha sido un desastre. los analistas hablan de décadas, para que se recupere, si es que lo hace. Lo que toca ahora es confiar en una gestión por parte del PP más exitosa,cualificada y eficiente que lo que hemos visto y aún más, sufrido. Creo que esta es la opinión mayoritaria del ciudadano y ahí están los resultados, que lo confirman.

  7. Con todos mis respetos,Señor Santos, pienso que su blog es sencillamente excepcional cuando sus artículos se centran en temas relacionados con la educación, y que la mayoría de las veces nos invitan a reflexionar. Creo que es la esencia de este blog, y por ello, yo lo sigo todas las semanas.Por ello los artículos en relación con la política desvirtuan un poquito la esencia del blog (y no es una crítica, es una opinión), me gustan mucho más sus articulos pedagógicos que los políticos, puesto que en temas políticos, es muy díficil llegar a acercar posturas, es como preguntarse ¿quién juega mejor al fútbol el Madrid o el Barcelona?. Para gustos colores, y para algunos será mejor una postura y para otros otra, para otros habrá valores positivos en las dos posturas….eso es así, de ahí la libertad de cada uno, y por ello se vota en democracia. Pienso que los debates de este tipo es una perdida de tiempo, que si unos, que si otros…..la realidad es la que es, y hay una cosa clara, estamos en una situación complicada y todos (y digo todos, los de derecha, los de izquierda, los del medio, los de arriba y los de abajo) debemos arrimar el hombre para poder sacar el país adelante. Un Saludo, y siempre un placer leerle, pero sobre todo cuando sus artículos son esencialmente educativos.

  8. Comparto mucho de lo que se dice en el artículo y en los comentarios, porque creo que las elecciones las perdió el PSOE y son muchas las razones por las que el electorado le retiró el apoyo (recuerden que el PP apenas ha ganado votos, es el PSOE el que pierde una gran parte de su apoyo). En los comentarios se dejan claras muchas de las razones que llevaron a este electorado a quedarse en casa o votar otras opciones de izquierda.
    Hay dos cosas que no comparto:
    1º Los insultos a nadie, y menos aún a un presidente de gobierno, se llame como se llame y sea del partido que sea. Me pareción fantástica la actuación de Zapatero cuando discutió con Chavez al insultar a Aznar. Me gustaría ver reciprocidad en este tipo de acciones.
    2º No es cierto que no exista diferencia entre la derecha y la izquierda. Los valores son diferentes, y Miguel Ángel lo señala correctamente, desde mi punto de vista. Otra cosa son algunos representantes políticos. Invito a leer «Izquierda y derecha» de Norberto Bobbio, que sigue siendo claro y pertinente en la diferencia entre ambas opciones políticas.
    ¿Y quién dijo que hablar de Educación no es hablar de Política? (con mayúsculas, no con las minúsculas de los partidos políticos)

  9. Yo lo digo……una cosa es hablar de Educación (Con mayúsculas, no con las minúsculas de los partidos políticos) y otra hablar de política (con minúsculas, porque cada dia pienso más que la política no vale para nada).

  10. Esteban de las Heras García, ésa (la suya) forma de pensar y ver a la política es justo la que quieren y les interesa a los políticos corruptos para seguir robando. Por lo demás, líbrenos Dios de los que dicen que no hablan de política, pues esos son los peores. (Política es todo)

  11. Resulta evidente que el voto de la gente de izquierda es un un voto mayoritariamente reflexivo, y esto es algo que nunca deberían olvidar los dirigentes de los partidos de «izquierda».
    El análisis de los datos demuestra que el PP no ha ganado las elecciones, sino que el PSOE las ha perdido, y esto tampoco deberían olvidarlo los dirigentes del partido de la derecha.
    Por ello, la campaña mediática, simplista y machacona, cargadno sobre Zapatero y los «corruptos» socialistas las culpas de la crisis no parece que haya hecho mella, principalmente porque sólo ha sido seguida por quienes previamente ya estaban convencidos de ello.
    Por último, mi más profunda desconfianza hacia los que dicen que la política debe estar fuera de la Escuela. Educación es ideología, como la mayor parte de las acciones de la vida, y por tanto se refleja en acciones políticas. No existe la Educación químicamente pura. Otra cosa es la lucha de partidos, que obviamente no debe tener cabida en la Escuela.

  12. Como dice José Ángel, ¿quién dijo que hablar de educación no es hablar de política?. Para muestra, un botón: Aquí tenéis las declaraciones de la Sra. Cospedal justificando el cierre de los CEPs (Centros de Profesores) al ser centros de «implantación de la doctrina»

  13. Ya lo dice Bobbio, cuyo libro vuelvo a recomendar, que la Política se divide en dos «díadas»: derecha-izquierda, por una parte, y por otra libertad-autoritarismo. De la conjunción de ambas obtenemos una izquierda autoritaria (la que representan entre otros los ejemplos de Abuelo), una izquierda democrática, una derecha democrática y una derecha autoritaria (¿hacen falta ejemplos?). Descalificar el todo por una parte, como pretende hacer Abuelo es injusto, tendencioso o ignora la historia (entre otras, la de nuestro país).
    Cada una de las cuatro opciones políticas defiende un modelo de Educación. Yo tengo claro el mío, que comparto con la mayoría de participantes en esta bitácora, que representa perfectamente Miguel Ángel, y que conlleva una serie de valores: igualdad de oportunidades, solidaridad con las personas desfavorecidas, desarrollo integral del alumnado, tratamiento de la diversidad, inclusividad de todo el alumnado, evaluación dentro del contexto… Muchos de estos valores son opuestos a las declaraciones de altos cargos del PP, a su programa electoral en Educación (yo sí lo leí), a las prácticas que está llevando el Partido Popular a efecto en aquellas comunidades donde gobierna, y también ocurre en algunas otras donde gobernaba el Partido Socialista.
    Insisto: ¿quién dice que hablar de Educación no es hablar de Política?

  14. Dice Bobbio (insisto en recomendar su libro) que la Política se mueve entre dos díadas: izquierda-derecha de una parte, de otra libertad-autoritarismo. De esta forma, tenemos una izquierda autoritaria (algunos ejemplos los pone Abuelo en su comentario), una izquierda democrática, una derecha democrática y una derecha autoritaria (no creo que sean necesarios los ejemplos, algunos recientes en este país). Pretender descalificar el todo por una parte, como hace Abuelo, es injusto y tendendioso o supone desconocer la historia (la nuestra reciente, por ejemplo).
    Insisto: ¿se puede hablar de Educación sin hablar de Política? Yo tengo mi idea de lo que tiene que ser la Educación, muy bien expresada por Miguel Ángel y compartida con la mayor parte de los participantes en esta bitácora. Una educación basada en unos valores, como el desarrollo integral de la persona, la igualdad de oportunidades, la solidaridad con los desfavorecidos, el tratamiento de la diversidad, la inclusividad de todo el alumnado, la evaluación según el contexto, la formación a lo largo de la vida… Todos estos valores son opuestos a la mayor parte de las declaraciones de los altos dirigentes del Partido Popular, a las medidas recogidas en su programa electoral (yo sí lo leí), a los ejemplos puestos en práctica en muchas de las comunidades donde gobiernan, y a las prácticas del Partido Socialista en algunas comunidades donde gobernaban.

  15. Muy lejos la II República. Muy lejos la Guerra Civil Española. Muy lejos la transición. Estamos en otro siglo, nada menos. No podemos ubicarnos en el pasado para intentar dar un sentido, nuestro sentido, al presente, es un error absoluto y la inmensa mayoría de los jóvenes no comparten esa absurda nostalgia de derechas e izquierdas. Un recorrido por la «vieja Europa» nos muestran sociedades donde, por ejemplo, se apuesta por una convergencia europea común, por ejemplo en el terreno educativo, independientemente del color político: una educación de calidad y cualificaciones académicas y profesionales para todos los ciudadanos (equidad). Y los correspondientes Estados, a su vez, convergen en un sólo objetivo: abundancia y equilibrio social. Llámese neoliberalismo, llámese capitalismo, porque en definitiva, ésa ha sido la razón de ser de la economía europea, incluida España, durante estos últimos años. El ciudadano actual, sobre todo las nuevas generaciones, no quiere hablar de ideologías y colores: aspira a un puesto de trabajo digno y un sueldo que le permita desarrollarse como ciudadano. Tan simple como eso. En tal sentido, ¿quién sigue hablando de ideologías en pleno siglo XXI? Algún partido, por supuesto, que quiera sacar rédito electoral al efecto (con resultados estrepitosos) y ciudadanos que o bien están anclados en una suerte de nostalgia que les impide situarse en el presente y comprender lo que los ciudadanos «indignados» claman: eficacia, eficiencia, transparencia, honradez o o bien que tienen intereses (laborales) cercanos al partido correspondiente y están obligados a repetir sus consignas. En definitiva, creo que carecen de sentido estas propuestas de debate «ideológico». Hablemos de la educación del presente, del futuro. En España, es urgente, vital, que se levante cabeza en tal sentido. No podemos seguir año tras año situándonos en la peor de las posiciones de PISA. Animo a Miguel Angel, respetando por supuesto lo que escribe, a que deje atrás esas frustraciones más propias, como dice Pepa Banderas, de los clubes de fútbol y que reemprenda una línea de artículos valientes y exigentes para con nuestros nuevos gobernantes: educación de calidad, de equidad, para nuestros jóvenes. Pero de verdad. Saludos.

  16. La derecha ganó, simplemente, por que obtuvo más votos. Como dice el profesor primero vivir y después filosofar.

    Coincido con Esteban, me gusta leer a Miguel Ángel cuando trata cuestiones de educación y pedagogía, para escuchar de política ya tenemos bastante con los paladines de la patria que se escuchan en las tertulias radiofónicas, tanto de derechas como de izquierdas.

    Desgraciadamente, estos paladines de Educación hablan poco y cuando lo hacen no suelen tener ni idea, por ende me hace pensar que sobre los demás temas tampoco tendrán mucha…

  17. Yo creo que hay que hablar de política. Decían los atenienses «que solo los idiotas se sienten desconectados de la política». De ella hablamos cotidianamente. Y la educación está impregnada de política. ¿Qué es eso de que la política se parece a los clubes de fútbol? Y, por lo que he visto en este mismo blog, el artículo que más comentarios ha tenido (64) ha sido el que el autor dedicó a explicar sus posiciones políticas. ¿Es igual para la educación que gobierne la izquierda o la derecha? Prestemos atención a la Comunidad de Madrid, por favor.

  18. Bufff (resoplido de hartazgo). Me niego a perder un solo segundo hablando del PSOE versus PP. En las tertulias nocturnas aparecen freaks de uno y de otro partido realizando «análisis» de todo tipo. Me permito reseñar a una tal María Antonia Iglesias, sin hacer más comentarios, salvo que la gran mayoría de las aportaciones a este blog, escuetas y sin argumentos, parecen imitar el estilo de esta señora, dicho con todos los respetos, por otra parte. Dejemos de imitar a nuestros «politicos», por llamarlos de algún modo («y tú más», «no, no, porque lo digo yo»…) y hablemos, sobre todo nosotros, los profesionales de la enseñanza, de lo que realmente nos importa: la educación en una Europa que, a ver si nos enteramos, se está hundiendo por culpa de una pésima gestión, en muchos países, entre ellos España, de una crisis global económica pero también de valores. ¿Cuántos jóvenes no habré visto desertar de los estudios para irse «a la obra» y ganar, paradojas del neoliberalismo creciente en estos últimos ocho años, más dinero que yo, profesor de un IES? ¿Qué está siendo de estos jóvenes? Estos son los temas candentes, entre tantos. Comparto la idea de que hablar de política es como hablar de los clubes de fúbtol. Las frustraciones se curan trabajando.

  19. Me gustan estos articulos que traen al blog los debates de la calle y de la vida. Hay que hablar de politica. Como no. Porque la politica esta condicionando toda la vida de la gente. Y tambien la educacion. No da igual quien gestione la educacion en un pais.

  20. Estoy de acuerdo con la opinión de muchos: la política está presente en todas las facetas de nuestra vida, en la educación, en nuestra vida diaria, en todo. Como nuestras ideas sobre la vida, sobre el quehacer diario, sobre los valores que deben regir la sociedad son diferentes, de ahí brotan los diversos grupos políticos donde se aúnan las personas que tienen una visión parecida sobre la sociedad y el modo como creen que debiera ser gobernada. A este respecto estoy totalmente de acuerdo con los planteamientos de Miguel Ángel, pues pienso lo mismo. También voté al perdedor, pero eso no quiere decir que mi idea de la sociedad y de cómo gobernarla sea equivacada. Quizás me pase a Rajoy si como tantas veces en la oposición se opuso y criticó la bajada del salario a los funcionarios y una exigua congelación de pensiones por un año, ahora que está en el poder devuelve ese 5% a los funcionarios y, a los pensionistas, lo que les congeló Zapatero. Eso simplemente me indicará que hablaba convencido y no como un oportunista del poder.
    A mí me parecían excelentes las propuestas de los comunistas, pero en el mundo de hoy, inviables.¿Por qué? Porque hoy no mandan los políticos, manda el dinero más que nunca. Ya hace mucho tiempo Quevedo nos dijo que «poderoso caballero es Don Dinero». Por cierto, los dineros que mandan son de ideología derechista, no porque tengan ideología sino porque se unen y apoyan a quienes les favorecen y hunden a quien se les opone.
    Es curioso que en esta crisis nadie hable de las duplicidades de trabajos y de sueldos, de los paraísos fiscales, que parece que se han olvidado, pero ahí están, de los ejércitos nacionales cuando formamos una Europa. ¿No sería mejor un ejército europeo que en caso de necesidad nos defendiera a todos? Pienso que sería más eficaz y más barato.
    Termino deseando que Rajoy nos dé mejor vivir que Zapatero a los parados y a la mayoría que trabaja o disfruta o pena de su jubilación. Ya veremos…

  21. Joaquin Alvarez, si «los dineros que mandan son de ideología derechista», ya me dirás a que ha quedado reducido el PSOE durante estos ocho años, síntoma de lo que aportan muchos en este foro: olvídemonos de la derecha y de la izquierda (y de rojos, fachas, Franco…)y seamos realistas: el neoliberalismo, practicado con saña por todas las formaciones políticas en el conjunto de Europa, no entiende de ideologías. Y menos el ciudadano que ha jugado a ser rico sin dejar de ser pobre. Una cosa es la nostalgia (que siempre es un error) y otra cosa, el siglo XXI.Ya no hay lugar para las utopías, es tiempo de supervivencia. Saludos.

  22. La derecha lleva ganando es este país desde la Transición ¿o a estas alturas todavía hay gente ingenua que piense que el PSOE es de izquierdas? Vamos a ver, cuando en la calle se dice eso de PPSOE, o que PP y PSOE «la misma mierda es» ¿por qué creéis que es? En lo políticamente importante, PP y PSOE son uña y carne, aunque en los mass-media nos intenten vender que son tan opuestos y se tiren los trastos a la cabeza. Eso es puro espectáculo.
    Hablando, por ejemplo, del tema que nos concierne ¿Quién ha estado implantando los imperativos neoliberales en educación en este país? El PSOE

  23. Estoy absolutamente de acuerdo con Pepa Banderas, Antonio, Juanjo y Ana. Los ciudadanos, a pesar de la pretensión de algunos partidos políticos, no somos tan tontos. La primera victoria socialista transforma el mapa político de España y al mismo tiempo impregna de neoliberalismo al ciudadano español. Una proclama de la primera huelga general en España: «yo quiero ser, como el perro de Boyer» (cuya caseta tenía aire acondicionado). Es el tiempo, a muy corto plazo, de la extensión de la corrupción en la clase política española. La expansión de neoliberalismo y corrupción llega hasta el presente, como es bien sabido. En el terreno de la educación… comienzan a sucederse, sin parar, leyes educativas, unas tras otra, simultaneámente a una degradación del sistema educativo: malos resultados escolares, violencia en las aulas, cifras indescriptibles de fracaso y abandono escolar, resultados pésimos en PISA… situación que se prolonga, a su vez, hasta el momento presente. Recuerdo una frase, en un claustro, de una compañera de cierta edad, nunca se me olvidará: «… ¡Se han cargado la educación»…». Cercana su jubilación, gritaba su desencanto absoluto, siendo como era, la mujer más vocacional que había conocido. Pero bueno, como dice Pepa más arriba: a trabajar, aunque sea soportando pedrada tras pedrada, nosotros, los docentes. El futuro de las nuevas generaciones, que ojalá tengan más suerte que las actuales, está en nuestras manos.

  24. Para Paco:
    Todos los que y las que ahora opinamos estamos en el siglo XXI. No solo están los que peinsan de una determinada manera.
    ¿Por qué no hay lugar para las utopías? Ser persona es tener una utopía, decía Ernets Bloch. La utopía tiene un fondo de disconformidad con la realidad existente, pero tiene una pulsión hacia una realidad mejor. Son las utopías las que nos han hecho avanzar. ¿POr qué pensar que estamos en un pozo del que no podemos salir?

  25. Como ha ganado la derecha yo solo puedo decir aquello de Dios nos coja confesados. Para echarse a temblar. Sobre todo quienes estamos en las escalas inferiores de la sociedad. Me refiero a las escalas económicas.

  26. POR QUÉ NO GANÓ «LA IZQUIERDA». Porque se convirtió en la derecha más radical. Porque defraudó a todas sus bases. Porque se olvidó del trabajador y se vendió a los poderes fácticos: banqueros, empresarios, constructores. Porque nunca hemos visto en democracia tal desfile de ministros y ministras con tan nula cualificación. Porque, como trabajador, me siento humillado y sobre todo, explotado: los servicios básicos y no los bienes imprescindibles de consumo crecen y crecen. Porque se cargaron el Estado de Bienestar de un plumazo. Porque ha mentido hasta la saciedad. Porque nuestro sistema educativo es de los peores de los países democráticos. Porque el ciudadano no es el idiota visceral que ellos pensaban.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.