¡Indignaos!

19 Mar
Mientras hay indignación hay esperanza. No todo está perdido.
Mientras hay indignación hay esperanza. No todo está perdido.

He leído de un tirón un pequeño libro de Stéfhane Hessel titulado “¡Indignaos!”. Solo tiene 60 páginas. Es un grito en el silencio, un toque de clarín en la siesta. Está escrito por una persona de 93 años y es de agradecer su estilo sentido y vibrante. Sthéfane Hessel nació en Berlín en 1917, pero vive desde los siete años en París. En 1939, recién iniciados sus estudios superiores, es movilizado. Dos años después se une a la Resistencia y, en Londres, se incorpora a la Francia Libre del General De Gaulle. Apresado por la GESTAPO en 1944, escapa de una muerte segura en Buchenwald al cambiar su identidad por la de otro preso. En 1948 forma parte del equipo redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Defensor de la causa palestina, en los últimos años ha viajado varias veces a Gaza para denunciar la situación de la franja.

El prólogo –titulado “Yo también”- lo escribe otra persona nonagenaria, ésta española, de todos conocida y de muchos, entre los que me encuentro, admirada: el economista y escritor José Luis Sanpedro. Comienza así su prólogo: “Yo también nací en 1917. Yo también estoy indignado”.

Caracteriza a los dos autores una trayectoria vital coherente con el contenido del libro. Esto es mucho decir. Lo que han predicado con sus vidas lo dicen ahora en un documento que pretende ser “un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica”.

Recuerdo mis tiempos de estudiante en las Universidades de Oviedo y Complutense de Madrid. En el seno de las dos sedes bullía una juventud inconformista que se manifestaba con fuerza contra la dictadura, contra la represión en las minas de Asturias, contra la censura de prensa y televisión, contra la intromisión de la policía en el ámbito universitario… Asambleas, manifestaciones, detenciones, huelgas, carreras ante “los grises”… Hoy me encuentro en la Universidad con una calma chicha que no se aviene con la situación que vive el mundo y la sociedad española. Especialmente con la situación de la juventud. Datos como los que de forma machacona baraja la prensa, por ejemplo, el porcentaje elevadísimo de paro de los jóvenes (más del cuarenta por ciento), se soportan con una resignación inaudita.

Existe un adormecimiento de las conciencias que nace, a mi juicio, de tres poderosos manantiales: el individualismo (cada uno está a lo suyo), la desesperanza (da igual lo que se haga porque nada va a cambiar) y la cobardía (no quiero que me pase nada por protestar).

Veo excesivo conformismo, excesiva capacidad de aguante. Ante situaciones generales de injusticia, ante cercanas muestras de avasallamiento. Se mira para otra parte, se quita importancia a las cosas, se practica el curioso deporte de encogerse de hombros…

Hay muchos motivos para la indignación: la falta de respeto a los derechos humanos, el desprecio de los débiles y de la cultura, el imperio del dinero y de los mercados sobre la política, el maltrato y la muerte de mujeres, el trabajo infantil, la competición a ultranza de todos contra todos, la utilización de los medios de comunicación al servicio de la mentira y del dinero, la degradación moral de muchos programas televisivos, la existencia de paraísos fiscales, la corrupción de algunos políticos, las guerras sostenidas, la cada día mayor diferencia entre pobres y ricos…

Sé que se ha avanzado, que se han terminado muchas formas de esclavitud, que se ha producido la descolonización, que el feminismo ha ganado terreno al patriarcado, que se ha destruido el imperio soviético, que ha caído el muro de Berlín, que ha terminado el apartheid, que se ha implantado la Seguridad Social, que se ha alcanzado el Estado del bienestar… Pero siguen vivos muchos motivos para indignarse. Unos de gran calado y extensión. Otros más pequeños y concretos. Ante todos ellos hay que mantener la capacidad de indignación.

Hace poco, pregunté a un grupo de alumnos y alumnas si ya habían comenzado las clases de todas las asignaturas. Uno de ellos me contestó que no todas habían comenzado. Y añadió:
– Hace muy poquito un profesor ha llegado a la clase en cuya puerta estábamos esperando y, sin dirigirnos la palabra, ha colocado una hoja en la puerta del aula. Cuando hemos leído el contenido de la nota, decía: “Hoy no hay clase”.
– Le pregunté: Y vosotros, ¿qué hicisteis?
– Nada. Leímos la nota y nos marchamos.

Ante situaciones como esta me pregunto: ¿es que les da igual?, ¿es que tienen miedo a exigir?, ¿es que han perdido la esperanza de que protestar sirva de algo…?

Les digo que hace falta darse por aludidos y reaccionar, unirse, exigir, perseverar… Y practicar la valentía cívica, que es una virtud democrática que nos hace ir a causas que de antemano sabemos que están perdidas.

No se puede decir que no se conozcan los problemas. En primer lugar porque circula una información que casi nos sepulta de lo abrumadora. No se puede decir que los problemas sean menores porque tienen un calado profundo, extenso y devastador.

Este pequeño libro es una invitación a la ciudadanía, especialmente a los jóvenes, a reconocer los poderosos motivos que existen hoy para sentirse indignados. “Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es un valor precioso”, dice Sthéfane Hessel. Es un valor precioso porque de la indignación nace un compromiso con la acción. Un tipo de acción que Hessel dice que no tiene por qué ser violenta. Con sus palabras: “En la noción de eficacia es necesaria una esperanza no violenta. De existir una esperanza violenta, ésta se encuentra en la poesía de Guillomme Apollinaire: Qué violenta es la esperanza”.

Coincido con el autor cuando dice que la peor actitud es la indiferencia. La actitud del que piensa: “paso de todo, ya me las arreglaré como sea”. El autor termina su alegato diciendo: “A todos aquellos que harán el siglo XXI, les decimos con todo nuestro afecto: Crear es resistir. Resistir es crear”. Pues que así sea.

20 respuestas a «¡Indignaos!»

  1. Enhorabuena Miguel Ángel!!! otra gran entrada, sobre todo resaltando esa conformidad que tenemos el sector estudiantil con respecto a la responsabilidad que nos exigímos y exigimos al profesorado. Tendríamos que estar muy indignados e indignadas.

  2. Señor Santos, el individualismo, la falta (o equivocada) de conciencia colectiva o unidad de acción es un gran problema, creo que el gran problema, o la madre de todos los problemas. Pero, ¿Cómo se combate el individualismo? ¿Cómo se genera, articula, o conforma la conciencia colectiva? ¿Nace de un compromiso y actitud (también aptitud) individual? ¿Por qué estamos tan mal, pudiendo estar tan bien?
    Un saludo, y muchas gracias.

  3. Estupendo texto, que nos remite a la lucha contre el confirmismo, la pasividad y la indiferencia. No da todo igual. Es imprescindible indignarse por las cosas tan terribles que pasan.

  4. Zygmun Bauman en “Modernidad Liquida” analiza el trasfondo inquietande del “indignaos”…dice:

    ” Resulta evidente la escasez de esos potenciales revolucionarios, de gente capaz de articular el deseo de cambiar su situación individual como parte del proyecto de el orden de la sociedad. La tarea de construir un nuevo orden mejor para reemplazar al viejo y defectuoso no forma parte de ninguna agenda actual –al menos no de la agenda donde supuestamente se sitúa la acción política–.
    La “disolución de los sólidos”, el rasgo permanente de la modernidad, ha adquirido por lo tanto un nuevo significado, y sobre todo ha sido redirigida hacia un nuevo blanco: uno de los efectos más importantes de ese cambio de dirección ha sido la disolución de las fuerzas que podrían mantener el tema del orden y del sistema dentro de la agenda política. Los sólidos que han sido sometidos a la disolución, y que se están derritiendo en este momento, el momento de la modernidad fluida, son los vínculos entre las elecciones individuales y los proyectos y las acciones colectivos –las estructuras de comunicación y coordinación entre las políticas de vida individuales y las acciones políticas colectivas (…) Lo que se está produciendo hoy es, por así decirlo, una redistribución y una reasignación de los “poderes de disolución” de la modernidad. Al principio, esos poderes afectaban las instituciones existentes, los marcos que circunscribían los campos de acciones y elecciones posibles, como los patrimonios heredados, con su asignación obligatoria, no por gusto. Las configuraciones, las constelaciones, las estructuras de dependencia e interacción fueron arrojadas en el interior del crisol, para ser fundidas y después remodeladas: ésa fue la fase de “romper el molde” en la historia de la transgresora, ilimitada, erosiva modernidad. No obstante, los individuos podían ser excusados por no haberlo advertido: tuvieron que enfrentarse a pautas y configuraciones que, unque “nuevas y mejores”, seguían siendo tan rígidas e inflexibles como antes.”

    Saludos desde Argentina
    Horacio Muros

  5. ¿Qué está pasando en esta sociedad? ¿Es que la lucha, el esfuerzo y las ganas de aprender brillan por su ausencia? Y la respuesta desafortunadamente es que sí.
    Es que miro a mi alrededor y siento indignación. El individualismo ya es algo omnipresente: adiós a la solidaridad, a ayudar al compañero, a pensar en grupo (yo sólo quiero lo mío, y lo que es mío no es tuyo). La falta de esperanza es triste y a la vez también es cobarde.
    Y con respecto a la diferencia, se me viene a la cabeza una frase de la excepcional película Patch Adams que reza así: “La muerte no es enemigo, señores. Si vamos a luchar contra alguna enfermedad hagámoslo contra la peor de todas: La indiferencia.”

    Muchas gracias, una vez más, por hacernos reflexionar, Miguel Ángel.

  6. Hola a Miguel Angel y a tod@s los que seguis este Blog.

    Seré breve: ¿No hay una causa mayor en este conformismo, en este miedo colectivo a levantar la mano para opinar? Soy maestro de primaria, me da (en ocasiones) vergüenza la escuela, el instituo y la universidad… No se hizo el conocimiento para amansar, sino para crear. ¿Que pretende nuestra educacion hoy dia… amansar o crear…?

    Gracias por la luz maestro.

  7. ¡Claro que hay que indignarse y…actuar! Para indignarse hay que estar informado y aquí el profesorado está como adormecido acatando las órdenes de la evaluación por competencias – y además totalmente engañados creyéndose el novamás de la innovación pedagógica. Lo que no se dice aquí es que Stephane Hessel está apoyando a un movimiento muy extendido en Francia- donde sí están reaccionando previa indignación y mucho debate- de profesores que han decidido desobecer y que se niegan a acatar esta evaluación. Uno de los primeros fue Alain Refalo ( autor de un libro reciente muy interesante “RESISTER et ENSEIGNER de façon éthique et responsable”) que mandó una carta al ministro de educación hace ya un par de años titulada “En conséquence, je refuse d’obeir”, fue sancionado (en la nómina) y sigue la lucha a la que se han unido profesores, padres, sindicatos… Igualito que aquí, en España.
    En esta página veréis como lo están haciendo y qué claro lo tienen. http://retraitbaseeleves.wordpress.com/
    ¿Cómo van a reaccionar los alumnos si no lo hacen los profesores? En fin
    Un saludo

  8. Hace unos meses, leí una reseña en la revista El Viejo Topo del librito de Stéphane Hessel. Pude acceder al original en francés y ahora, por suerte, se edita en castellano.
    Lo más sorprendente es que sea un hombre que superado los noventa años el que realice este escrito de rebeldía; y más aún, que sea una persona tan admirable como José Luis Sampedro el que realice la presentación.
    Le iba a responder a Ana de que tenía razón en lo que decía, reafirmado por mi parte en que estoy totalmente indignado con esta universidad española; pero mira por donde, acabo de comprar el diario Público en el que viene una entrevista con Sampedro que no tiene desperdicio.
    Os transcribo lo que dice ante la pregunta del periodista sobre la universidad española.
    “Esto que se acaba de implantar, la universidad con salsa boloñesa, es la muerte de la universidad. La universidad era un templo de sabiduría. Esto que ahora hacen es una escuela politécnica. Han dado la universidad a los financieros y los financieros lo que quieren es ganar dinero. Eso implica que lo que se enseña es saber hacer cosas, pero no saber cómo son las cosas”.
    Os recomiendo que leáis la entrevista completa: no tiene desperdicio. Solamente una cosa: si algún día yo llegara tan lejos en edad como la suya (cosa que no creo) me gustaría tener la rebelde lucidez que él tiene.

  9. Cierto, maestro, creo que has hecho una buena radiografía del conformismo actual, en especial, el de nuestra juventud que, de por sí, siempre ha sido inconformista.
    Con todo, hoy, la juventud de muchos países árabes nos están dando un ejemplo de inconformismo, de lucha pacífica, de solidaridad, dejando muchos la vida para que otros la tengan mejor.
    Un ejemplo de conformismo frente a la injusticia: tengo un hijo que va a la Universidad (no especifico). Viene a casa quejándose de que un profesor suspende a toda la clase, la campana de Gaus queda hecha añicos. ¿Qué han hecho?¿Han acudido al Rectorado?¿Han pedido explicaciones al profesor? No, miedo, que lo hagan otros…conformismo.
    Quizás necesitemos líderes que nos muevan, que nos saquen a protestar como se hizo frente a la guerra de Irak. La decepción también lleva al conformismo. Para que exigir, se dice, si al final no vamos a conseguir nada.
    Para mí, el conformismo más decepcionante, es el de los que por profesión tienen la obligación de informar, de remover las conciencias y se hacen acomodaticios. Que no me metan en líos, se dice.
    He visto y escuchado al Sr. José Luis Sampedro por la TV. ¡Quién pudiera llegar a esos años con esa energía, juventud y lucidez!
    Gracias, profesor, por no estar conforme con el conformismo.

  10. Hola, ¿Puede alguien decirme cuál (cómo) es el procedimiento o sistema de selección de los profesores universitarios en la universidad pública española?
    Un saludo, y gracias de antemano.

  11. Luis Ricardo, supongo que es por concurso – oposición como para los profesores de instituto y los maestros en los colegios.
    Y respecto a este artículo, que decir; que me considero UNA INDIGNADA debido al conformismo de la gente, que no puedo con la gente que no quiere tener responsabilidades porque le acarrean problemas, y que considero que hay que luchar y no quedarse de brazos cruzados viéndolas venir.
    Un saludo.
    Enhorabuena Sr. Santos Guerra.

  12. Es verdad. Uno no se explica la capacidad de aguante que tenemos. En la vida ciudadana respecto a la actuación de algunos políticos (ni todos son malos ni todos son iguales, he leído en este blog y estoy de acuerdo), en la vida de estudiantes, en la vida laboral… Hay demasiado conformismo, demasiada pasividad. Hay que decir alguna vez “¡¡¡BASTA!!!”

  13. Para Luis Ricardo:
    La selección de profesores y profesoras en la Universidad tiene diferentes modalidades.
    a. Para Profesores Asociados (y otros, todavía no funcionarios) se hace una convocatoria y los candidatos y candidatas presentan un curriculum con sus méritos profesionales: títulos, investigaciones, publicaciones, experiencia profesional… Una comisión del Departamento, siguiendo un baremo que se hace público, puntúa los diversos méritos y hace una lista de la que se van selecionando a los mejores. Una vez que la Comisión presenta los resultados de su proceso de valoración, otra Comisión de la Universidad (ya no del Departamento) revisa las puntuaciones. Una vez publicados los resultados, los candidatos y candidatas pueden reclamar y se hace un análisis de los argumentos presentados.
    b. Para los profesores y profesoras titulares y catedráticos (ya funconarios/as) hay otro proceso más exigente. Necesariamente tinen que ser doctores/as. Tribunales de cinco miembros examinan al candidato o candidata (pueden ser varios o varias, claro) en varios ejercicios. Uno suele ser el Proyecto Docente e Investigador. Otro, una investigación original
    En ambos casos, a mi juicio, faltan otros modos de saber cuáles son las actitudes y las cualidades auténticamente docentes. En el actual proceso de selección se da todo el valor a los conocimientos adquiridos, a las investigaciones realizadas y a la experiencia profesional previa. Pero eso no fefleja las actitudes y las competencias docentes…

  14. Aguantamos demasiado. En todos los sitios. Hay que saber decir “ya está bien”. Sé que por decirlo no se van a solucuionar las cosas. Pero es un primer paso. Luego tendrán que venir los siguientes. Unirse, protestar, exigir. Con perseverancia. Con fuerza. Pero lo primero es indignarse. Si no, no se hará nada.

  15. Nosotros los desempleados, los mal remunerados, los subcontratados, los precarios, los jóvenes… queremos un cambio y un futuro digno. Estamos hartos de reformas antisociales, de que nos dejen en el paro, de que los bancos que han provocado la crisis nos suban las hipotecas o se queden con nuestras viviendas, de que nos impongan leyes que limitan nuestra libertad en beneficio de los poderosos. Acusamos a los poderes políticos y económicos de nuestra precaria situación y exigimos un cambio de rumbo.
    Mediante esta plataforma, queremos ayudar a coordinar una acción global y común entre todas aquellas asociaciones, grupos y movimientos ciudadanos que, a través de distintas vías, están intentando contribuir a que la actual situación cambie.
    Convocamos a todos, en calidad de ciudadanos, a salir a la calle el día 15 de Mayo, a las 18 horas, bajo el lema “Democracia Real YA. No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Te animamos a que te unas de forma pacífica y sin símbolos políticos excluyentes para hacer que se escuche una sola voz.

  16. Teneis mucha razón en todo lo que decis, lo que ocurre es que en ocasiones hablamos de la juventud y los propios adultos por no complicarnos la vida tampoco hacemos nada.
    La temática del libro me interesa, pero sinceramente en el fondo creo que interesa a todo el mundo, pues todos queremos mejorar nuestra situación, lo que ocurre es que en ocasiones la realidad no es tan simple como a simple vista parece.
    Yo tuve la fortuna de empezar a trabajar de maestra hace 2 años y mi padre y mi abuelo fueron mineros, por lo que he leido un poco sobre el tema de la lucha de estos por mejorar sus condiciones de vida. De pequeña recuerdo que mi padre se puso en huelga durante unos meses y que me intentaba explicar en cierto modo por qué estaba en casa. Este año también he podido observar como algunos padres de niños como los que tengo en el aula luchaban por exigir aquello que consideraban y es justo, dinero que se les debía de su salario y un puesto de trabajo honrado, todo ello cortando carreteras, haciendo ruido y manifestándose en tiendas de campaña delante de algún ayuntamiento.
    Analicemos ahora la situación de los maestros, yo soy nueva en esto y aunque puedo equivocarme no soy ciega, los sindicatos anuncian huelgas cuando ya están aprobadas las leyes, se pretende evaluar a los docentes y a los centros (de trasfondo mucho ruido y pocas nueces), se plantea una huelga (bien, bien, todos tenemos que ir a huelga, pero a mí que soy el que más protesto “querido director por favor póngame de servicios mínimos”), se convocan oposiciones (Madrid dice que no sacará plazas, luego que si, luego que no y el resto de España temblando “qué si, qué no, qué nunca se deciden”)
    Y el colmo lo observo como la administración de mi comunidad autónoma. Por un error cometido por la propia administración, zarandea a una compañera que pide exigencias a un sindicato donde está afiliada (respuesta del sindicato “pero si no es para tanto “total 2 horas en coche en una carretera malísima, que te salen las vacas a la primera de cambio, y donde tienes dificultades por la nieve en invierno no son nada para una sindicalista sentada en un sillón en la capital”), llegán más sindicatos y por supuesto muestran interés (tenemos las elecciones sindicales a la vuelta de la esquina), pide hablar con el responsable correspondiente en la consejería(le dice que no se preocupe que se cumplirán sus exigencias porque admite el error de la administración, pero llega al nuevo centro y el director le dice que desde la consejería no saben de que habla, eso sí sus intentos por volver contactar con alguien en la consejería son fallidos, nunca está quien tiene que estar en la consejería y cuando se presenta con un sindicato que si la respalda, anda pero si se fueron de vacaciones), todo esto mientras el anterior consejero de educación y sus compinches están encarcelados por robar y a los que este ilustrisimo “señor consejero” les llenó los bolsillos como sienten un poco de pena, le pagan una PEQUEÑA fianza, es que pobre señor ya es mayor (snif, snif da pena ser un pobre trabajador honrado).
    He discutido varias veces esto con mi padre, si los maestros quisiesemos de verdad hacernos escuchar y protestar podemos paralizar el país. Que pueden hacer con todos los niños un lunes lectivo si se cierran las escuelas por huelga y no hacemos servicios mínimos. El problema es que nosotros no somos como los mineros, que tienen que confian unos en los otros porque se juegan la vida cada día, en nuestro caso uno piensa en el partido político al que es fiel, otro piensa en el dinero y yo lo que pienso es que todo es muy triste, que solo me manifestaré cuando observe claramente una injusticia y a pesar de que nadie la apoye yo considere que sería injusto que fuese a trabajar como si tal cosa. Mi padre sin embargo siempre tratará de convencerme.
    En fin, el problema no es que no queramos luchar y ser reveldes, desde luego que hay algo de pasividad en la juventud y eso no trato de justificarlo. El problema es que parece que no tenemos alguien o algo contra el cual nos podamos manifestar claramente y algo o alguien al cual podamos seguir (desde luego ningún personaje de nuestro panorama político me inspira absoluta confianza, solo observo como crecen sus barrigas y cuentas corrientes) y mientras tanto existe la corrupción, altos índices de paro y un largo etc como el que ústed comenta en su artículo.
    E insisto, no critiquemos tanto a la juventud y miremosnos un poco más a nosotros mismos porque en ocasiones también nosotros somos pasivos.
    Bueno una cosa al menos si es cierta, hoy me he quedado más tranquila después de escribir todo esto.
    En cuanto al blog, lo he descubierto por casualidad, y me parece muy bueno, me he propuesto leerlo detenidamente porque me hace reflexionar, ser mejor persona y también más optimista, cosa necesaria dados los tiempos que corren. Por todo ello muchas gracias, de parte de UNA simple MAESTRA DE ESCUELA.

  17. GRACIAS POR EMOCIONARME Y QUE ME LLEGUEN A SALTAR LAS LAGRIMAS. NO QUIERO PRACTICAR ESE DEPORTE DE ENCOGERME DE HOMBROS, ES UN DEPORTE MUY NOCIVO PARA MI SALUD MENTAL Y ESPIRITUAL Y FISICAMENTE NO ME APORTA NADA, SALVO UNA CARA DE INDIFERENCIA QUE NO PUEDO SOPORTAR. POR FAVOR HAGAMOS REALIDAD ESA PRECIOSA FRASE ” DE LA INDIGNACION NACE UN COMPROMISO CON LA ACCION”. QUIERO PRACTICAR LA VALENTIA CIVICA DESDE EL MAXIMO RESPETO AL PROJIMO MEDIANTE EL DIALOGO Y EL UNICO FIN DE MANTENER LA ESPERANZA EN UN MUNDO MEJOR. ESPERO NOTICIAS. GRACIAS.

  18. Lo que dice esta letra de Barón Rojo, es hoy más que actual

    Criminales disfrazados,
    seres sin razón ni piedad
    No hay palabras en el mundo
    que definan vuestra maldad.
    Por dinero asesináis.
    por placer aniquiláis.
    Por poder nos destruís.
    Suciamente mentís.
    Aunque siempre vigiléis
    y mis datos proceséis.
    No es tan fácil hacerme callar.
    Resistiré.
    Resistiré hasta el fin.
    Resistiré.
    Resistiré hasta el fin.
    Ordenáis a los profetas
    que hablen de la guerra mundial.
    Lleváis siglos maquinando
    el final de la humanidad.
    Y queréis hacer creer
    que os importa nuestro bien.
    Pero culta en el disfraz
    hay un arma mortal.
    Nos Habláis de sumisión.
    Nos pedís resignación.
    Pero no me dejaré engañar.
    Resistiré.
    Resistiré hasta el fin.
    Resistiré.
    Resistiré hasta el fin.
    Yo maldigo vuestro crimen.
    Sé que lo tendréis que pagar.
    Y no os servirá el dinero
    para remedir tanto mal.
    Contra vuestra coacción.
    Surgirá la reacción,
    La sangrienta cuenta atrás
    se tendrá que parar.
    Aunque siempre vigiléis
    y mis datos proceséis.
    No es tan fácil hacerme callar.
    Resistiré.
    Resistiré hasta el fin.
    Resistiré.
    Resistiré hasta el fin.

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