El maestro del biblioburro

23 Oct

Dice la profesora inglesa Joan Dean que, si los profesores compartiésemos las experiencias positivas que vivimos, encontraríamos una fuente inagotable de energía y de optimismo. No lo hacemos por un falso pudor, por pereza o por creer que lo que hacemos no tiene la misma importancia que las iniciativas que otros llevan a cabo.

¿Cuántas experiencias creativas, hermosas y emocionantes llevan a cabo los docentes en los diversos ámbitos de intervención del sistema educativo? ¿E, incluso, fuera del mismo? ¿Por qué no difundirlas y combatir así ese fondo de pesimismo que es tan nocivo y, por otra parte, tan antagónico con la esencia de la educación?

Me han enviado un maravilloso documento pedagógico que quiero compartir con mis lectores y lectoras. Se trata de la iniciativa que hace varios años, diez aproximadamente, está llevando a la práctica un maestro colombiano llamado Humberto Luis Soriano Borges en La Gloria, Departamento de Magdalena (República de Colombia). Se trata de una biblioteca ambulante que se mueve a lomos de un burro y de una burra. La burra se llama Alfa y el burro se llama Beto. “Biblioburro” llama a su biblioteca andante este joven maestro.

Él dice que hay niños y niñas que viven apartados de cualquier tipo de libros, ya que sus familias se encuentran diseminadas por los valles y perdidas en pequeñas aldeas de montaña. No llega allí ningún tipo de vehículo y ellos no tienen posibilidades de acudir a los centros de población en los que hay bibliotecas.

Los fines de semana, el maestro Soriano, carga de libros las alforjas de Alfa y Beto y va con esos humildes tesoros al encuentro de los niños y de las niñas que los reciben con entusiasmo. El dice que pretende cultivar su imaginación, que pretende poner un poco de color en sus vidas grises. Él dice, que esos niños y niñas “atravesados por la violencia”, necesitan asomarse a las maravillas que encierran los libros.

Es emocionante ver las caras de los niños y de las niñas leyendo los libros y haciendo ejercicios diversos después de la lectura. Es emocionante escuchar las opiniones que los padres y las madres de esos niños manifiestan respecto a la iniciativa del maestro..

– Espectacular, dice una niña entusiasmada refiriéndose al encuentro con Alfa y Beto.

– Como los niños no pueden acudir a las bibliotecas, el maestro les trae la biblioteca a los niños, señala una mamá agradecida.

Mi admiración por este maestro que no se somete a su horario ni está pendiente del reloj para medir su jornada. Él acude a visitar a los niños y a las niñas que, alborozados, celebran la llegada de la biblioteca.

Me admira también que no se trate de una experiencia de un día o de dos, ocasional, pasajera, sino de un proyecto prolongado en el tiempo, que se ha hecho parte de la vida de esas personas a las que Paulo Freire calificaba de “los desheredados de la tierra”.

Me pregunto por qué no hace el gobierno la tarea que este humilde maestro realiza en sus horas de descanso. ¿Por qué abandona el gobierno a esas criaturas que necesitan acceder a los bienes de la cultura en mayor medida que otras que tienen a mano muchos medios y recursos? ¿Por qué las ignora y las deja abandonadas a su suerte? Tiene que ser este soñador y sacrificado maestro el que realiza estas labores de rescate. Él tiene que brindar su preocupación, su sensibilidad, su tiempo y su dinero para suplir las carencias del Ministerio de Educación del país. Uno llega a pensar si no es verdad aquella antigua sospecha que muchos albergaban respecto al poder: ¿no le interesará que los ciudadanos y ciudadanos sean ignorantes? De esa manera no pondrán en solfa su actitud y sus políticas. De esa manera no pretenderán desalojarles del poder.

Cuando contemplaba, emocionado, las imágenes a las que remito al lector o lectora (escriban en cualquier buscador la palabra biblioburro), pensaba en la desafección que muchos de nuestros escolares muestrean hacia los libros y hacia la lectura. ¿Qué nos pasa? Creo que la sobreabundancia nos ha saciado y ya no mostramos aprecio a bienes de los que otros carecen y que valoran en muy alto grado. Es muy significativo ver cómo reciben los niños y las niñas de estas aldeas al maestro y a sus burros y comparar esa actitud con el rechazo que algunos de nuestros escolares tienen hacia la lectura.

He contado en alguna ocasión la anécdota que el fallecido y querido Eduardo Haro Tecglen transcribió en su entonces habitual columna de El País. Contaba que, estando haciendo una mudanza, un joven levantaba sudoroso en su casa una pesada caja de libros. Eduardo le dice:

– Siento que tengas que hacer un esfuerzo tan grande. Los libros pesan y, además, la caja es excesivamente grande.

Y el chico le dice:

– No se preocupe por mí, Don Eduardo. Lo mío no es nada. Lo malo es lo suyo que tiene que leerlos.

¿Por qué este rechazo, por qué esta aversión, por qué esta actitud negativa hacia la lectura. Es preciso pensar qué estrategias didácticas utilizamos en las casas y en las escuelas. Y pensar si otros estímulos están conquistando las parcelas de curiosidad innata que tiene el ser humano. Es preciso pensar también si nuestra actitud hacia la lectura arrastra hacia los libros o aleja de ellos a nuestros hijos y a nuestros alumnos. Porque no hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo. Los niños y las niñas actúan como nosotros somos, no tanto como nosotros les decimos que tienen que actuar. Una persona que no ama los libros no puede contagiar el deseo de leer. El maestro colombiano de nuestra historia es una apasionado de la lectura, es un verdadero ejemplo de amor a los libros. Por eso contagia su actitud, por eso transmite tan eficazmente su emoción.

17 respuestas a «El maestro del biblioburro»

  1. Miguel Ángel, de toda la reflexión que nos propone me quedo con lo último. Para que un profesor/a pueda transmitir lo que quiere enseñar debe partir el entusiasmo y del amor por lo que hace.

    A veces no es lo más importante la transmisión del currículo oficial, sino la forma en cómo se transmite, porque esa forma no se planifica, se deriva de la actitud del docente, y forma parte del currículo oculto.

    En un colectivo tan grande como el nuestro, hay de todo, “mercenarios”, como en alguna ocasión le he oído decir, y personas enamoradas de su profesión. No cabe duda que la transmisión de unos y otros repercute de forma desigual en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus alumnos.

    Mi admiración por el maestro Humberto Luis…

  2. !Mi Querido Maestro!
    Me identifico con este Maestro Colombiano, con una gran diferencia por la cual lo admiro desde todo punto de vista. Y por qué mi identificación??? por que en mi Jardín Eclusivo Público(Salas de 4 y 5 Años), ubicado en plena capital de Mendoza, tenemos un proyecto hace alredeor de 10 años más o menos y se llama la “Mochila Viajera” se trata de una mochila de tela con dibujos atractivos que en su interior lleva un libro de cuentos, un cuaderno, y hojas grandes para que el peque si lo desea dibuje. El peque lleva esta mochila y previamente con acuerdo de los padres al incio del ciclo Lectivo: en familia los padres le leen el cuento al peque, escriben lo que el niño entendió y la experiencia de de toda la familia, y si el peque lo desea dibuja lo que desee con respecto al libro. Salta a la vista la diferencia, mi Jardín ubicado en pleno centro de Capital, y el maestro el sacrificio que hace para llevar libros. Pero creo válido ambos proyectos, solo que no entiendo porque de 30 alumnos, tan solo 10 vuelven con las Mochilas y las tareas acordadas para comentarlo en la sala.
    Las otras 20, vuelven como fueron , sin contar las que no regresan más. Pero ante esto, volvemos a confeccionar mochilas, comprar libros, material, etc.-
    Pues yo me pregunto lo mismo que Ud: ¿Por qué este rechazo, por qué esta aversión, por qué esta actitud negativa hacia la lectura? Creo que como diría mi otro Maestro de Cabecera Paulo Freire:
    “Es en la actuali-dad punto de partida para todos aquellos educadores que estamos comprometidos claramente con la perspectiva sociopolítica de la educación que implica una opción sin titubeos por los más pobres, postergados y marginados de la tierra, y con la transfor-mación de esta dura realidad en que nos ha sumido la hegemonía capitalista. El mismo Freire contesto con estas palabras:”Pensar que somos “todos” habitantes de un planeta donde “juntos” debemos vencer nuestro propio desamparo frente a las fuerzas sociales, económicas, políticas y científico – tecnológicas” y creo fervientemente en ese “todos”, pues en la realidad no se da, nos hemos vuelto egoístas y ni hablar de los Gobiernos que aplican nuevas
    Políticas Educativas, que no son de fondo sino de forma; nos encontramos con educandos, más pobres en su forma de hablar, de escribir, de expresarce, etc.-
    Vuelvo a preguntarme como Ud.,querrán que sean los educandos más ignorantes??? Para que no piensen.
    Freire nos enseña:
    “La propuesta pedagógica es una apertura a la diversidad: “En cuanto relación democrática, el diálogo es la posibilidad de que dispongo para, abriéndome al pensar de los otros, no perecer en el aislamiento”
    La propuesta es maravillosa, pero que difícil es ponerla en práctica, cuando las familias y los gobiernos no nos ayudan!!! Leer y Comprender lo que leemos es necesario para
    Pensar con coherencia. Parece que a la mayoría no le importa.
    Gracias Maestro y mi Admiración de siemppre!!!

  3. Señor Santos, todo, o casi todo lo que usted intenta transmitir con sus escritos son evidencias, y como creo alguien dijo alguna vez, “Chungo cuando tienes que explicar evidencias”. Pero siga usted con su labor, yo siempre le estaré agradecido. Un cordial saludo y gracias.

  4. “Ese rechazo, esta aversión y esta actitud negativa hacia la lectura” -también hacia la escuela en algunos sectores sociales- debe tener muchas causas. Desde mi humilde punto de vista, puede empezar en que “otros estímulos están conquistando las parcelas de curiosidad innata que tiene el ser humano”, por supuesto, como vd. escribe, querido profesor. Estímulos más “fáciles”, como la televisión y otros distractores, pero siempre he pensado que la facilidad con la que se consigue la cultura puede ser fuente de rechazo. ¿Se imagina con qué deleite leeríamos si los libros estuvieran prohibidos? (no se me malinterprete) ¿Imagina la presión que harían algunos grupos sociales totalmente absentistas en el sistema educativo si se les negara el acceso a la educación?

  5. Verdaeramente admirable la tarea de ese maestro. Sus alumnos nunca se olvidarán de él, lo llevarán por siempe en sus corazones y podrán transmitir esa sabiduría de vida tan sencilla a sus hijos, esa actitud de servicio, de desinterés, de solidadridad…¡cuántos valores!
    Todos los maestros debiéramos aprender de él ese amor a la tarea de enseñar y aprender, ese desprendimiento de lo material (quién te paga esas horas extras? diríamos la mayoría de los maestros), ese poner la cultura por encima de todo lo demás, de la riqueza y de la miseria, miseria humana en el más amplio sentido de la palabra. Por que es vegonzoso que habiendo en el planeta tanto dinero despilfarrado en maldad, no puedan tener aunque no sea libros, pero por lo menos acceso a internet TODODS LOS NIÑOS DEL MUNDO….Ya sé que es una utopía,me lo han dicho mil veces, pero igualmente me permito soñar con ese día.
    Gracias de nuevo querido maestro por recordarnos siempre cuál es la esencia de la tarea de un maestro.
    Un beso a Ud., y saludos a todos los que compartimos esta “Bibliocompu”

  6. Leer es una actividad tan maravillosa que una no se explica cómo hay opersonas que no se interesan por ella. Se puede leer en todas partes. A mi la lectura me ha evitado siempre el aburrimiento.
    La iniciativa de ese maestro es admirable. Y, sobre todo, me impresiona el que se mantenga tanto tiempo. Enhorabuena.

  7. Hay experiencias maravillosas en educación. Conviene airearlas y compartirlas para que esa sensación de desánimo que algunos pretenden instalar en la sociedad pueda romperse en mil pedazos. Estoy seguro de que muchos docentes tienen iniciativas que nos asombrarían si fuesen conocidas. Gracias al autor del artículo por hacer visible esta experiencia colombiana.

  8. Sabía del maestro Soriano por los vídeos que circulan por la red. Emocionante ver la ilusión con que le esperan los chavales en los pueblos y cómo disfrutan de la lectura, como absorben las palabras que conforman los libros, las procesan y convierten en pensamientos que van alimentando su inteligencia.
    Diferencia con nuestros chavales a quienes todo se les da hecho, que viven en la cultura de la imagen, poseedores de un lenguaje paupérrimo para quienes la lectura, por mucho que vean a los adultos leer, no es más que un tiempo obligado a la espera de ganarse el tiempo de la play, la nintendo, la televisión o lo que sea que no requiera esfuerzo intelectual. Esta mañana, viniendo hacia mi trabajo, me crucé en un pueblo con el “bibliobús” que será “en fino” lo más parecido a la labor del maestro Soriano. No pude evitar pensar que en el fondo poco tendrá que ver,seguro que nuestros niños no salen corriendo a recibirle.
    Más que pensar en el ejemplo del adulto leyendo, deberíamos reflexionar en cómo evitamos que desde bien pequeñitos nos molesten mientras nosotros en el mejor de los casos leemos: dibujos animados y maquinitas varias. Al llegar a la adolescencia nos preguntamos “¿de dónde ha salido este niño?”.

  9. Querido Miguel Angel:
    He dado por casualidad con tu blog,y me encanta lo que he leído.Estoy volviendo con la memoria a Oviedo,y a la Facultad..¡anda que no llovíó!!
    Te invito a que nos visites en el blog de Chicass10,te sorprendería, bueno, espero que no, lo que se lee y escribe en la cárcel, en esas ciudades invisible habitadas por desheredadas de la tierra.
    Un abrazo
    pilar

    • Pilar: ¿por dónde andas? Claro que entraré en vuestro blog Chicasss10. Sí, ha llovido. Y ha habido días de sol. Y tormentas y más días de sol. Me ha encantado ver tu comentario y recordar aquellos años juveniles. Besos.

  10. Miguel Angel, me agrada leer su blog, como asi tambien los comentarios de los lectores. usted tiene una forma muy particular de contar las cosas y eso me apetece, me alimenta el alma he leido varios de sus libros, como LA LUZ DEL PRISMA, y ahora LA ESTRATEGIA DEL CABALLO, las utilizo periodicamente en mis aulas de trabajo. “Yo cada vez enseño menos para que mis alumnos aprendan cada vez más”. Tal vez, detrás de esa frase se encuentra la clave del sabio, del que ha llegado comprender lo medular de las cosas y no se pierde en la parafernalia de los espejitos de colores.
    Toda la tarea docente debería estar guiada por un proceso de esencialización.
    tal vez eso es lo que cuesta tanto poner en practica. es un gusto leer y compartir con este blog con ustedes.

  11. Como dice Isabel, hay que ver la cara de emoción de los niños y niñas cuando llegan Alfa, Beto y su amo Luis. Y debemos preguntarnos por lo que les sucede a los jóvenes de nuestra cultura que piensan, como se dice en el artículo, que leer es mucho más pesado que transportar los libros.

  12. Mi muy estimado Prof. Miguel Angel:
    Qué excelente combinación de temas uno encuentra en su blog. El tema de la lectura se ha constituido en una problemática general en todos los niveles educativos, hoy día. Aprovecho y comparto una experiencia, enseño en el nivel universitario, pues para promover el hábito lector he dicho a mis alumnos que seleccionaran un libro de su interés, lo lean y compartan la temática abordada, además de emitir una opinión crítica de lo leído y realizar un coloquio a partir de esta actividad.
    Me sentí feliz, porque han leído de todo, “el príncipe” de Maquiavelo, “Ángeles y demonios”, “El último tango en París”, “el alquimista”, “el poder de la mente”, “la náusea”, etc., desde textos literarios hasta historias y filosofías,en verdad parecía que competían. Por ello concuerdo con usted en que todo depende de la mediación del docente,pues tengo que amar la lectura para contagiar el deseo de leer a mis alumnos. Gracias por otorgarnos la posibilidad de contar nuestras vivencias pedagógicas con otros colegas, admiro al maestro colombiano, admiro a usted y admiro a quienes se han dedicado a enseñar, como yo. Éxitos por siempre. Concepción- Paraguay

  13. Estimat mestre!
    Gracias por compartir su saber,su sentir, su pensar y su tiempo.
    Leyendo el artículo presente vienen a mi memoria los esfuerzos e ilusiones para fomentar el gusto por la lectura tanto en la escuela como en casa y las mil y una dificultades que también encuentro en el camino.Quiero compartir con ustedes alguna idea.
    Hoy en dia la imagen dejó de valer mil palabras, vale más que un libro o dos e incluso vale más que una biblioteca fantásticamente dotada.Lo constato dia a dia cuando intento acercar a mis alumnos y alumnas a ese universo mágico;lo constato también cuando asisto a los conciertos “pedagógicos”(soy maestra y músico)y observo como en muchos de ellos y con más frecuencia, la imagen va restando espacio y fuerza a la música.
    Es necesaria la reflexión y la busqueda de nuevas estrategias, quizá mucho más sencillas de lo que imaginamos,
    para transmitir este amor por los libros.
    Una búsqueda entusiasta, que empiece por la acción en primera persona, que no confunda y que sea capaz de recuperar la fuerza y la emoción de la palabra sola, de la palabra desnuda, la esencia de la palabra y la importancia de la escucha.
    Creo también en mejores horizontes si camimamos y educamos con lentitud y como dice el gran Saramago “utilizar las palabras sencillas” porque son las que comprenden los niños.
    Hace ya tiempo que me di cuenta de ello y pasé a la acción.
    Mi estrategia, cada mañana ,es el fragil gesto de abrir un libro,un cuaderno, dar los buenos dias y leer: una poesía,un pensamiento de alguien sabio e importante,un pequeño fragmento de un maravilloso libro o la reflexión que dejó escrita una compañera hace unos días; a veces traen libros de casa.Los viernes es especial “Poesía susurrada” nos susurramos al oído algún poema , algunos lo preparan concienzudamente porque es para alguien especial, otros lo trabajan emocionados con su mamá y nos lo cuentan con un sonrisa.Otros incluso lo memorizan, los menos me piden ayuda,pero desde luego conseguimos hacer de ese día un momento único.
    Después, comentarios o silencio; en ocasiones alguien evoca un recuerdo que necesita expresar, instantes de calma y de magia cargados de realidad que los niños expresan con esa naturalidad que sólo ellos tienen.Momentos en los que lo intangible, la emoción y el sentimiento se hacen protagonistas sin medirlo, sin cuantificarlo ,sin calificarlo.
    Instantes en los que la poderosa imagen , diosa en otras artes no nos invade y en los que la palabra y el sonido sirven unicamente para llegar a esos pequeños corazones.

    Buena lectura a tod@s!
    Aprovecho profesor para preguntarle si tiene previstas jornadas o conferencias por mi tierra.Saludos.
    Laura Torrent (València)

    • Gracias por tu comentario.
      Tengo que viajar a Murcia el 16 y 17 de este mes para impartir (cada día) una conferencia. En el mes de febrero (día 2) tengo que dar una conferencia en el IES Lluis Vives de Valencia. Un beso.

      MA Santos

  14. Medio pan y un libro
    Locución de Federico García Lorca al Pueblo de
    Fuente de Vaqueros (Granada). Septiembre 1931.

    “Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado,
    recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del
    espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta
    es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.
    Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.
    No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
    Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
    ¡Libros! ¡Libros!
    Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía:
    ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma
    no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida
    Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.”
    Septiembre de 1931

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