Limpiar el cristal

8 May

Educar no es obligar a que todos vean la realidad como nosotros la vemos sino brindar criterios para que cada uno la vea sin prejuicios ni condicionamientos. Por eso es muy importante ayudar a discernir lo que se nos cuenta a través de los medios

Se suele decir que las cosas son del color del cristal con que se mira. Y es así. De esa manera se explica que el mismo hecho pueda ser visto einterpretado de manera tan diferente por personas distintas.

Uno de esos prismas es el color político. Basta ver cómo dos periódicos de distinta tendencia titulan cada mañana lo acontecido en la jornada anterior para comprobar que una cosa es la realidad y otra la forma en que cada uno la ve y la cuenta. Basta escuchar la rueda de prensa de los portavoces de dos partidos de tendencia opuesta para cerciorarse de que cada uno lo que desea ver y no lo que realmente sucede. Recientemente el Partido Popular de Andalucía ha presentado el mapa de la corrupción socialista en la Comunidad Autónoma. Y no han visto la corrupción suya. Así de sencillo. Ni un solo caso de corrupción en su mapa. Cuando se le pregunta por ello al ínclito representante del partido que presenta a la sociedad esa obra maestra, dice que “ese mapa” lo tendrán que hacer otros. Pues muy bien. Además, como se podrá comprobar fácilmente, lo que se considera corrupción en los adversarios no lo es en los correligionarios, aunque se trate de los mismos hechos.

Otro filtro de poderosa consistencia es el sentir religioso. Así, los señores obispos consideran, por ejemplo, que las relaciones sexuales son pecado mientras que otras personas entienden que nada hay más sano y placentero. Se trata de los mismos hechos, pero el cristal desde el que se miran hace que unos veas suciedad donde otros encuentran resplandor.

Los estereotipos, las creencias, los prejuicios, los intereses, hacen que veamos las cosas de una determinada manera. Los filtros que nos colocamos para contemplar la realidad hacen que veamos las cosas de una forma determinada.

Ilustraré con una sencilla anécdota este fenómeno tan cotidiano como asombroso. La he leído en el libro “¿Por qué caminar si puedes volar?”, escrito por Isha, una australiana afincada en suramérica, que ha creado un método para el desarrollo personal.

Una pareja de recién casados se mudó a un apartamento en un vecindario muy concurrido. La primera mañana en su nuevo hogar, después de haber hecho café, la joven esposa miró por la ventana y vio que la vecina colgaba las sábanas para secarlas. “¡Qué sabanas tan sucias! Quizá necesita comprar otro detergente. Debería ir a enseñarle cómo lavar adecuadamente.”, pensó. Cada dos días ella le murmuraba lo mismo a su esposo con desdén, mientras veía a su vecina colgar las ropas sucias desde tempranas horas del día.

Pasado un mes, una mañana la joven esposa vio con sorpresa que su vecina estaba colgando las sábanas perfectamente limpias. Ella exclamó:

– Mira, finalmente aprendió a lavar la ropa, me pregunto quién le habrá enseñado.

Y el marido contestó:

– Nadie la ha enseñado. La única diferencia es que me levanté temprano esta mañana y limpié los cristales de la ventana por la que contemplabas las sábanas de la vecina.

Limpiar el cristal es prescindir de prejuicios, de estereotipos, de consignas y de aviesas intenciones. Limpiar el cristal es saber analizar con rigor lo que sucede. Lo que nos sucede y lo que sucede a nuestro alrededor.

Es muy peligroso tener un filtro deformante. Y es más grave que ese filtro nos sea impuesto. Podemos creer que somos libres cuando lo adoptamos pero, lo cierto es que previamente nos han convencido de que esa forma de ver la realidad es la única objetiva, la única verdadera, la única honesta.

Existen tres cristales que se interponen entre la mirada y el juicio sobre las cosas. El primero es la selección de aquello que vemos. Porque no lo vemos todo a la vez. La mujer de la anécdota observa las sábanas y, concretamente, el color de las sábanas. Pero está claro que había muchas más cosas que ver por la ventana, El segundo cristal es la interpretación que hacemos de aquello que vemos: las sábanas están sucias, la ropa tendida no esta bien lavada. El tercero es la explicación, la atribución causal que hacemos mediante la cual explicamos lo que sucede: las sábanas 1stán sucias porque no tienen un detergente adecuado. En definitiva, porque no les importa mucho la suciedad.

En la anécdota que he contado puede verse también otra dimensión interesante. La mujer no es capaz de descubrir la suciedad del cristal de su ventana. Lo tiene tan cerca que no es capaz de verlo. A través de ese cristal deformante contempla las sábanas “sucias” de la vecina, pero no ve la porquería que tiene en su ventana. La joven esposa está obsesionada con la suciedad de la ropa ajena pero no es capaz de percibir la suciedad que tiene delante de las narices.

Sé que la anécdota tiene un toque sexista. La he reproducido sin alteración. Pero he de advertir que los papeles que desempeñan las dos mujeres del relato están vinculados a faenas domésticas como si fuesen intrínsecamente atribuibles a ellas. Las mujeres son las que lavan, planchan y tienden la ropa. Como si estuviera escrito en los genes. Afortunadamente cada vez es más frecuente que se compartan esas tareas en función del trabajo que los dos miembros de la pareja realizan fuera de la casa. En la anécdota se reproducen los estereotipos sexistas sin hacer ninguna salvedad.

Las reflexiones precedentes me llevan a realizar una breve reflexión pedagógica. Educar no es obligar a que todos vean la realidad como nosotros la vemos sino brindar criterios para que cada uno la vea sin prejuicios ni condicionamientos.

Por eso es muy importante ayudar a discernir lo que se nos cuenta a través de los medios. La realidad nos llega una vez que ha pasado por uno, dos o más filtros. Puede ser que bienintencionados, pero inevitablemente subjetivos.

12 respuestas a «Limpiar el cristal»

  1. Estimado Miguel Ángel, me voy haciendo fiel a la lectura de sus entradas porque de sus reflexiones, no cabe duda, que se aprende bastante. Procuro limpiar mis cristales, de ahí que no siempre comparta con usted ciertos aspectos de la realidad escolar.

    En primer lugar, aunque pueda que no venga a cuento, quisiera realizar un comentario sobre la política y los medios de comunicación.

    Parece increible que los mismos políticos que promueven en la legislación educativa un papel preponderante a la educación en valores, sobre todos los democráticos, no sean capaces de poner en funcionamiento los mismos.

    En mis clases procuro inculcar un par de valores que quizás sean de los que se deriven los demás, la tolerancia y el acuerdo. Pero no observo en nuestros políticos, sean de la ideología que sean, que se toleren, es decir, se respeten, menos aún que lleguen a acuerdos. En la actualidad los dos partidos con más representación parlamentaria no han podido llegar a un acuerdo global en materia educativa, así nos va, y lo peor es que como cambie el gobierno, sabemos que habrá nuevas normativas educativas, mientras el profesorado a vivir nuevos cambios y reformas. Después dicen que no nos adaptamos, si es que no nos dan tiempo…

    Pero más increible me parece que los medios de comunicación, agentes sociales que debían presumir de objetividad, sean más extremos en sus argumentos que los propios partidos. Así podemos contemplar debates de periodistas más encarnizados, con más intolerancia y con más violencia verbal que en el propio parlamento. Éstos los cristales no los tienen sucios, están ahumados…

    De los primas religiosos no opino, éstos deben estar opacos.

    Y finalmente, en cuanto a la objetividad subjetiva del profesor, me parece que es algo complicado, no obstante en una escuela pública, con docentes de distintas ideologías, diferentes morales o distintas formas de ver la vida, es más fácil que un niño pueda llegar a tener una visión más plural que la que puede tener un alumno que se eduque en una escuela privada, en donde se supone que existe un ideario más o menos unidireccional, quizás esté equivocado.

    Hoy en día, en el mundo de la información, en la era de las nuevas tecnologías, sin duda, hay que hacer un mayor esfuerzo por nuestra parte por tratar que los alumnos analicen esa información y traten de tener una visión propia de lo que nos acontece. Sólo espero que mi objetividad subjetiva me haga ver que mis cristales están sucios antes de comprobar la suciedad de las sábanas de mi vecina.

    Cordialmente.

  2. Qué excelente es ver con los cristales de otros, eso nos ayuda a usar la empatía.Observar distintos puntos de vista.Recordé una frase que dice:”Si la única herramienta que tienes es un martillo, todo lo que te rodea te parecerán clavos”…Por eso como dijo un filósofo:…”he cuidado atentamente de no burlarme de las acciones humanas, no deplorarlas,ni detestarlas, sino entenderlas”…Compartiendo este parecer,como soy docente, siempre me he informado acerca de lo que piensan mis alumnos.Aunque en ocasiones los estudiantes puedan adoptar posturas que parezcan poco convencionales sobre ciertas cuestiones deben ser escuchados, merecen nuestra atención.Informarnos del punto de vista de ellos nos ayudará a comprenderlos,a tratarlos con comprensión y respeto y además nosotros estaremos aprendiendo y enriqueciéndonos como personas…¡Gracias! por tratar estos temas que nos permiten cultivar la tolerancia, el pluralismo y la diversidad.Al fin de cuentas la escencia es ser PERSONAS…

  3. Siempre que oigo alguna radio, como la COPE, pienso en ese tremendo cristal que les hace ver la realidad desde una peculiar visión. Pero, lo que más preocupante, cuando llaman los oyentes, repiten de pe a pa lo que han oído de quienes les informan. Doble cristal: el que tienen lo locutores y el que éstos les ponen a los oyentes. Hay que pensar.

  4. Es la historia de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. La mujer de la historia ve la aparente suciedad en las sábanas de su vecina (casi le obsesiona la cuestión) pero no se da cuenta de tiene la ventana propia llena de porquería. ¿Cuántas veces se reproduce la historia en la vida política y en la vida de las personas?

  5. La realidad está ahí y nos acercamos a ella con nuestros prejuicios y con nuestros modos de entender las cosas. La crisis, por ejmplo, está ahí. Y vienen quienes desean derribsr sl gobierno y dicen (no sé si lo piensan ) que todos lois problemas los ha traído el Gobieno. ¿Por qué entonces hay problemas en todo el mundo?

  6. El cristal nos lo ponen y nos lo ponemos. Ese cristal a través del cual contemplamos la realidad son los medios de comunicación. Y ogro nos lo ponemos nosotros mismos alñ ver las cosas, entre ellas los medios. Es necesario que los cristales erstén libres de prejuicios.-

  7. La película Rashomon de Kurosawa nos mostraba, brillantemente, como los puntos de vista, alrededor de un mismo suceso, diferían sustancialmente, según la visión, el interés y la subjetividad de los testigos. La realidad no es única, nunca podrá serlo. Estamos condenados a recibir tratamientos de noticias dispares (o la ausencia de las mismas), según el grupo editorial, con un evidente interés partidista, quizás no tanto ideológico, en la medida que las ideologías pertenecen ya a un pasado muy lejano (¿por qué se menciona interesadamente en el artículo a un partido político en concreto, a todo esto?). Lo cierto es que a estas alturas, creo que el ciudadano está hastiado de aprendices de brujo metidos a la política, en todos y cada uno de los partidos. La religión, a su vez, creo que no es tratada en el artículo, paradójicamente, con un prisma de imparcialidad: cada uno, con su conciencia y sus creencias, simplemente, nada más sencillo. Y en el terreno educativo, el que siempre nos interesa en este foro, las alternativas y los puntos de vista diversos están presentes según la materia. Enseñar a un estudiante física, química o matemáticas, pasa por que comprenda que los teoremas, lemas, corolarios y todo un bagaje formulístico universal pocos puntos de vista diversos puede ofrecer. Por lo demás, creo que cualquier docente es consciente de que la diversidad de ideas debe de estar presente en el aula y que el pensamiento nunca puede estar acotado, sino todo lo contrario. El reto creo que no estaría tanto en que el alumnado adquiriera un prisma multipensamiento como que aprendiera a respetar que todos llevamos encima uno, quizás distinto al suyo y en todo caso absolutamente respetables todos. Esto es, que definitivamente el reto está, como siempre, en saber aceptar, compartir, consensuar puntos de vista distintos, a veces en las antípodas y enriquecernos mutuamente, pero nunca, como es usual, destruirnos recríprocamente. Y esto, más allá de otros tópicos como los establecidos por el artículo, más que un reto, si que sería el TÓPICO.

  8. Gracias, Miguel Ángel, por tus dosis de lubricante mental, porque cada artículo que publicas nos hace pensar. ¿Qué es la realidad? ¿Cómo son las sábanas? En la sociedad actual, cualquier información está publicada por intermediarios y es imposible reconocer la realidad aunque sepamos que los cristales están sucios. ¿Cuál es la verdad en el caso Garzón? ¿Y en el espionaje en la Comunidad de Madrid? ¿Quién tiene la razón en el caso del velo islámico en las escuelas? Es imposible saber la verdad porque no hay cristales transparentes, o quizá mejor porque no hay una verdad, sino tantas como miradas. Podemos enseñar a nuestro alumnado a considerar esto como punto de partida al analizar la realidad, al buscar información en internet, al consultar a cualquier experto (ahora los llamamos sabios), pero no podemos (no debemos) hacerles creer que existe una verdad. Ya lo dice un proverbio chino: si lo tienes muy claro, te falta información.

  9. Señor Santos Guerra, usted, como siempre, lúcido. Lleva mucha razón en lo que dice. Ahora no recuerdo dónde leí que somos prisioneros de un lenguaje y de los prejuicios. Usted lo ha escenificado con maestría. Gracias.

  10. Es increíble cómo se interpreta la realidad y se atribuyen las causas de lo que sucede a lo que cada uno quiere. La derecha atribuye a Zapatero los casi cinco millones de parados, el recorte, la crisis y todo lo habvido y por haber. A pesar de que en Europa y en el mundo esté instalada la misma crisis. Y si aquí hay cosas peores, hay que ver cuál es la historia del país. Habrá hecho cosas mal, cómo dudarlo, pero hombre, todo, todo, todo…

  11. Vienen al caso las palabras de Kafka: “La vida es tan inconmensurablemente grande y profunda como el abismo de estrellas que hay encima de nosotros. Sólo podemos mirarla a través de la pequeña mirilla de nuestra propia existencia, aunque con ella sentimos más de lo que vemos. Por eso es esencial mantenerla siempre bien limpia”

  12. Tal cual.
    Nadie es dueño de la verdad absoluta. Cada situación que vivimos, sea o no conflictiva, tiene muchas facetas, muchos ángulos desde donde mirarlas y no nos muestran siempre las mismas caras. Según desde donde vemos, según con qué anteojos estamos, según cómo le de la lumbre…
    Y por otro lado he recordado aquella parábola del que veía la paja en el ojo aleno y no advertía la viga en el propio.
    Buen fin de semana para todos.

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