Me preocupan los criterios que se utilizan para seleccionar los conocimientos que hay que transmitir en la escuela. Y me preocupa más la actitud de los profesionales que tienen que realizar esa compleja, difícil y delicada tarea. Una de las que considero más detestables es la actitud cínica de quienes ridiculizan a los alumnos que no aprenden o que lo hacen a un ritmo lento o irregular. ¿No hay muchas cosas que esos profesores y profesoras no saben? ¿No podría ridiculizarles un sabio por la crasa ignorancia de que hacen gala en algunas parcelas del saber? ¿Qué mérito tienen respecto a los alumnos salvo el de haberles precedido en la inmensa caravana de la historia? Es más que probable, por simple estadística, que algunos de esos alumnos que están pacientemente sentados delante del profesor le superarán en conocimientos y destrezas. Sólo falta tiempo. Y algunas oportunidades. El conocimiento académico tiene (o mejor dicho, debería tener) valor de uso. Es decir que debería ser útil para vivir, para comprender el mundo, para trabajar, para ser feliz… Esto es más que discutible, al menos por lo que respecta a algunos saberes que se enseñan y aprenden en la escuela. Y tiene también un indiscutible valor de cambio. Es decir que a quien demuestra haberlo adquirido se le concede una calificación de aprobado, notable o sobresaliente. Me pregunto muchas veces cuántos y quiénes están en la escuela por el valor de uso del conocimiento que se imparte en ella. Y cuántos por el valor de cambio que supone contar con una acreditación.
Ironiza Gelner sobre las obsesión por los certificados contando la siguiente anécdota. Por la afueras de la ciudad de Edimburgo paseaba un individuo excéntrico que se entretenía en detener a los viandantes y les preguntaba:
– ¿Está usted bien de la cabeza?
– Claro que sí, contestaban.
– ¿Me lo puede usted acreditar?
– Pues no sé cómo se acredita eso, le decían.
Y él, muy ufano, contestaba:
– Yo sí puedo acreditar que estoy cuerdo.
Y sacaba de la cartera un documento cuya cabecera decía: «Certificado de alta del manicomio».
¿Es usted culto? Pues sí, aquí tengo el certificado Graduado Escolar, de Bachiller, de Licenciado, de Doctor. Pero, ¿qué sabe realmente? ¿Qué sabe hacer? ¿Para qué le sirve?
Cuando me cuentan que un profesor se burla de la ignorancia de un alumno, cuando observo que, en lugar de animarlo y ayudarlo, le desprecia de forma arrogante, pienso en lo que sucedería si se nos examinase a todos del contenido de las materias que imparten los colegas. Me pregunto también por lo que sucedería si el currículum oficial estuviera integrado por otras materias, saberes o habilidades diferentes a las que actualmente componen el currículum. Por ejemplo:
1. Hacer ejercicios malabares sobre unos patines de cuchilla única y estilo posmoderno.
2. Practicar con habilidad el snowboard sobre una tabla de superficie deslizante o descender en slalom por una montaña helada sobre unos esquíes recién estrenados.
3. Hacer winsurf en días de violento oleaje en una playa abierta al mar.
4. Bailar durante horas ritmos trepidantes de rock en una discoteca abarrotada.
5. Hacer caballito sobre una moto a una velocidad endiablada.
6. Mandar mensajes velozmente a través de un teléfono móvil.
7. Chatear de forma simultánea con más de veinte personas.
8. Tocar la guitarra eléctrica de forma improvisada en un concierto de rock duro.
9. Hacer puenting desde alturas considerables o practicar rapel en la vertiente empinada de una montaña..
10. Practicar parapente en lugares de alto riesgo alcanzado alturas considerables.
11. Patinar sobre hielo interpretando artísticamente una compleja pieza musical.
12. Manejar una moto acuática a velocidad elevada en una día de marejada.
13. Jugar una partida en una game-boy con un contrincante experimentado.
Y así sucesivamente. Imaginemos a muchos profesores y profesoras cursando estas «asignaturas» bajo la exigencia de unos profesores que ridiculizan, comparan y humillan. Se me dirá: Pero todas esas actividades no tienen que ver con los conocimientos o destrezas intelectuales. Bueno, ¿y qué? El currículum podía estar integrado por la adquisición de unas competencias o habilidades de otra naturaleza a las que habitualmente se piden. Los alumnos pueden considerar que lo que tienen que estudiar es inútil o aburrido. Que esas materias que otros han elegido para que ellos las aprendan no encierran interés alguno. Sin embargo esas competencias relacionadas con el deporte, con el ocio, con la habilidad física pueden ser más «útiles» para la vida, para divertirse y para tener éxito en el grupo de iguales.
Ahora los maestros serían otros, ¿Y si esos nuevos maestros fuesen crueles, cínicos y actuasen de forma prepotente, agresiva y humillante con sus alumnos? ¿Y si se exigiese a todos por igual? Igual a los jóvenes que a los viejos, a los hombres que a las mujeres, a los gruesos que a los delgados, a los sanos que a los enfermos, a los mancos que a los ambidiestros…?
Para ejercer el oficio de la enseñanza hacen falta humildad, paciencia y compromiso. Hago válido para los docentes el título del libro que el gran reportero polaco Ryszard Kapuscinski dedica a reflexionar sobre los periodistas: «Los cínicos no valen para este oficio». El se refiere a los periodistas. Pienso que tiene plena validez referido a los educadores. A esos profesionales displicentes, autoritarios, despectivos les viene como anillo al dedo la definición que Oscar Wilde hace del cínico: «Una persona que conoce el precio de todo y el valor de nada». ¿No podrían ser un poco más humildes?
Excelente!!!!!!Bravo!!!!!! Es lo que pienso para que debiera sirvir la educación…solo para poder resolver los temas de la vida…así de simple y así de complejo. Gracias.
Miguel Ángel, conocí tu blog este año, por medio de un amigo de un amigo.
Estoy encantada, estudié magisterio(aunque no lo ejerza) hace años, pero antes de esto, cuando era una joven estudiante, me preguntaba quiénes y por qué habían decidido las materias de las que se componía el currículum.
Cuando tenía reuniones sociales y salía el tema de la educación, me peleaba como una jabata con las personas que me rodeaban, me tachaban de idealista barata únicamente por plantearme la posibilidad de una nueva escuela donde se diese la misma (o más) importancia a la lengua o a las matemáticas, a la historia… como a los valores del ser humano.Siempre defendí la idea de la creación de esa escuela en la que se nos enseñe a valorar a la persona por lo que es,por SER HUMANO,esa escuela en la que se nos enseñe a VIVIR.
En ocasiones llegué a pensar que mis argumentos no eran válidos y que vivía una permanete adolescencia.
Ahora me encuentro con una persona como tú, que tanto en este artículo como en tantos otros he visto reflejados mis pensamientos.
¿Sabes?en ocasiones las personas que no leemos mucho, necesitamos de otras que expresen mediante palabras lo que nos «recorre» por dentro.(Te diré que junto a Benedetti, te tengo como «libro de cabecera»)
Está claro que para llegar a esa escuela lo único que podemos hacer es poner cada uno nuestro granito de arena.
Me siento impotente al oir, ya no únicamente a los profesores y maestros, sino a muchos padres tildar a sus hijos de vagos, únicamente por no aprobar el curso, por no estudiar… Señores, ¿se han planteado el trabajo que ejercen sus hijos cuidando de sus colegas?,por poner un ejemplo.¿qué valor le estamos dando al cuidado de la amistad?¿del amor? ¿del respeto? ¿de la honestidad?¿de la autenticidad?¿qué valor le estamos dando al «ser humano»?.
Uff!!Diría tantas cosas y estoy tan escasa de palabras…!!!
En fin, darte las gracias de corazón por echarme una mano, por cubrir esa necesidad que tengo de reafirmar mis pensamientos, por hacerme ver que somos muchos más los que vivimos esta inquietud,y por aumentar la esperanza y la ilusión de la «creación de la escuela para la vida».
Gracias Miguel Ángel y Gracias Antonio.
Un abrazo
Efectivamente, maestro, para dedicarse a la enseñanza son imprescindibles la humildad,la paciencia y el compromiso. Es tarea fácil y cómoda enseñar a quien quiere aprender y tiene capacidades para ello, no es necesario esforzarse demasiado para que aprenda, sea cual sea la materia que se imparta. Otra cosa distinta es, bajo mi criterio, enseñar a criaturas de muy corta edad, a niños y niñas con necesidades educativas especiales, o a aquéllos otros que proceden o viven en ambientes socio-económico-culturales desfavorecidos. La humildad y la paciencia, en estos casos, es necesaria, pero creo que lo es aún más el compromiso verdadero y la sensibilidad para con aquellos niños y niñas que estan en desventaja dentro del sistema educativo, y para los que es muy importante «tropezar» con maestros y maestras comprometidos con la labor de educar y enseñar, que no es equivalente a la de instruir.
Muchas gracias, como siempre, por tus interesantes reflexiones, y un beso grande.
Mª Ángeles Peláez
Miguel Ángel, conocí tu blog este año por medio de un amigo de un amigo.
Estudié magisterio(aunque no ejerzo) hace años, pero antes de esto, cuando era una joven estudiante me preguntaba quiénes y por qué habían decidio las materias que componían el currículum.¿quiénes y en base a qué decidían que una persona era culta?¿y por qué esa «cultura» era la que socialmente estaba mejor valorada?¿por qué era culta esa persona que «chorreaba» conocimientos de historia o matemáticas y no aquella que «chorreaba» conocimientos del cuidado del campo, o de rock duro?
Cuando tenía reuniones sociales, y salía el tema de la educación, peleaba como una jabata con el resto de personas, que me tachaban de idealista barata, por defender la idea de una escuela en la que se diese la misma(o mayor)importancia a la lengua, a las matemáticas, a la historia,… como a los valores del ser humano.
Una escuela que valore a la persona por lo que es, por SER HUMANO, una escuela en la que se nos enseñe a VIVIR…
Por momentos hasta llegué a pensar que vivía una permanente adolescencia.
Ahora, te encuentro a tí, que, o te he entendido mal, o me parece que reflejas perfectamente mis pensamientos, tanto en este como en tantos otros artículos.
¿Sabes?en ocasiones las que no leemos mucho, necesitamos de otras personas para que expresen mediante palabras aquello que nos «recorre» por dentro.(Tengo tus artículos, junto a la poesía de Benedetti, como libro de cabecera).
Está claro que para conseguir esta escuela, lo único que podemos hacer es poner cada uno nuestro granito de arena.
Me siento impotente, cuando oigo, ya no sólo a los profesores o maestros, sino, a muchos padres tildar a sus hijos de VAGOS, únicamente porque no aprueban el curso, porque no estudian, ¿se han planteado el trabajo que conlleva el que sus hijos cuiden de sus «colegas»?, (por poner un ejemplo), ¿eso es ser vago?. Señores…¿qué valor le estamos dando al cuidado de la amistad?¿del amor?¿de la honestidad?¿de la autenticidad?¿del respeto?¿qué valor le estamos dando al SER HUMANO?
Uff!!!diría tantas cosa y estoy tan escasa en palabras…!!!
En fin, darte las gracias por echarme una mano a la hora de cubrir esta necesidad que tengo de reafirmar mis pensamientos, por hacerme ver que somos muchos los que vivimos esta inquietud y por tanto, por aportarme una gran dosis de esperanza e ilusión para la «creación de la escuela para la vida», no va a faltar mi granito de arena,seguro!
Gracias Miguel Ángel y Gracias Antonio.
Un fuerte abrazo.
¡Craso error! ¿Quién es maestro y quién es alumno? Cada día intento, a pesar de haberlos precedido en el tiempo como bien indicas en el post, enseñar a mis hijos cosas nuevas, pero también aprender de ellos. De verdad que tienen mucho que enseñarnos.
Es bueno ver que haya educadores que reconocen que los curriculos y muchas otras cosas de la escuela se han quedado en el tiempo… Sin ninguna duda que si se incluyeran la mitad de esos contenidos de la lista que aparece en el artículo no solo los niños y las niñas irían fascinados a la escuela…a los adultos también nos darían ganas de volver… No solo es un problema de los maestros, los contenidos, los métodos y las espectativas. La institución educativa está en crisis. Las crisis son buenas. Son el principio del cambio. Todos queremos un mundo mejor. Empecemos hoy. Busquemos que la escuela enseñe a pensar y a ser felices. Ya se que suena trivial, pero, ¿que mayor aspiración que la felicidad puede tener el ser humano?
No solo somos una inteligencia pensante, también tenemos corazón, una inteligencia emocional que la escuela tiene que contribuir a formar.
Todos somos responsables de ello.
Me encanta como escribes, me encanta lo que escribes.
Encontré tu blog de casualidad hace unos meses, cuando tuve que sacar a mi hija de la escuela en la que estaba siendo sometida a humillaciones varias, con solo 4 años.
Un saludo!
Gracias Miguel Ángel
Me encantan todos los articulos que escríbes…
Un abrazo
Miguel Angel:
Soy de Buenos Aires, Argentina, alumna de la Licenciatura en Educación de la Universidad Nacional de Quilmes. Estudié muchos de tus hermosos libros en mi carrera. Además estuve en el Congreso Internacional de Educación realizado por Santillana. Me pareció hermosa tu exposición, me sentí muy identificada con tus palabras y la verdad, que me levantaste mi autoestima personal y como docente.
En cuanto al artículo de hoy, coincido con vos en que hay muchos docentes que no tienen en cuenta los ritmos de aprendizajes y la gran diversidad áulica. En mi opinión creo ( por lo menos hablo por Argentina)algunos docentes no se capacitan, siguen enseñando como en la década del ´60, creo que porque tienen miedos, conservadurismo y se niegan a trabajar en equipos con otros docentes, porque no saben intercambiar ideas. También ignoran que no todos los alumnos, no sólo no aprenden al mismo ritmo que otros, sino que, tienen diferentes capacidades y destrezas debido a las múltiples inteligencias que se encuentran en el aula.
Me encantó tu artículo y me gustaría mantener contacto con vos. Te quise escribir a tu correo y me devuelven los mails.
Saludos
Verónica Dima
Miguel Ángel lo escuche disertar en buenos aires, Argentina en el 7ºcongreso internacional de santillana hace una semana nada más, soy profesora de nivel inicial y estudio licenciatura en educación.
Me parecio su relato muy conmovedor y vergonzoso en ocaciones, conmovedor porque tengo muchas ganas y orgullo de seguir trabajando en la educación de mi país y vergüenza porque hay COLEGAS que relatan literalmente lo dicho por vos en el congreso, eso me resulta ingrato.
Pero te agradezco de corazón que puedas ser tan explícito y conmovedor en tus charlas, tu humor para dar ejemplos es genial.
Muchas Gracias por el material que brindas a los docentes en tus libros Y ESTE MARAVILLOSO BLOG.
UN BESO ENORME PARA TÍ, MAGGIE
Maestro.:Estoy cumpliendo mis treinta años con la docencia y al participar del 7° Congreso de santillana en Bs As he recibido el mejor de los regalos al tener el privilegio de escuchar tu pone ncia.Agradezco profundamente tus palabras y las orientaciones brindadas a traves de tus libros. comparto lo dicho en el artículo y desde el rol de directora he tratado de transmitir a los colegas la importancia de ser humildes, pacientes y comprometidos . Con afecto Nélida .
Hola Miguel Angel:saludos desde Gran Canaria, por aquí te apreciamos mucho, no me pierdo un articulo tuyo.Pertenezco a una asociación de padres y madres, siempre que sacamos alguna revista ponemos algun articulo tuyo.Muchas gracias por tus palabras.Cuando vengas por nuestra isla avisame para ir a verte.
Miguel Angel… que otra cosa podia esperar de ti.
Digo, a la educacion argentina toda les vendria bien un poco de humildad, de paciencia, de profesionalizacion en su actividad diaria, para darse cuenta en el grado de cinismo que se encuentra inmersa.
Tambien digo que los padres tenemos actitudes similares, como tu has dicho en notas anteriores, es necesario fijar la atencion porque nos distraemos de lo esencial.
Un abrazo a la distancia.
Miguel Angel:
He tratado de mandarte varias veces un mail y me lo devuelve. Me gustaria si me podes contestar al mail que te dejo abajo porque capaz que tome mal o tiene un error de tipeo.
Te lo agradeceré mucho.
Cariños
Verónica Dima
veronica1177@yahoo.com.ar
Hola Sr. Migel Angel, soy profesora del nivel de primaria con 4 años de servicio, pero por azares del destino empecé a trabajar en el programa nacional de actualización permanente a maestros en serivicio lo que me ha dado un panorama mucho más amplio de las diferentes problemáticas que enfrenta la educación y el magisterio en mi estado Guerrero y en mi país México, es muy triste encontrar a colegas que como atinadamente lo dice su artículo no tienen vocación de servir ni de enseñar para la vida a miles de pequeños que su unica culpa es no tener otra opción para educarse que porse en las manos de estas personas sin vocación.
A pesar de ser la primera vez que acceso a su blog, me encantó!!! Agradezco la oportunidad que me brindó el portal de Maestrossinfronteras al poner el vinculo a este artículo en uno de sus foros de discusion, porque de aquí en adelante será una de mis paginas favoritas a visitar y difundiré en medida de mis posibilidades sus mensajes para que, a igual que en mí, sean un punto de reflexión y realicemos una práctica pedagógica más acertada a los intereses de nuestros peques, y en vez de crearles un disgusto o pavor por aprender, provocar el gusto y el placer por cada uno de los temas que abordamos en las aulas diaramente y que les sirva para ser mejores en sus diferentes facetas como seres humanos.
Reciba un cordial saludo.
«Los cínicos no sirven para este oficio»… e muitos deambulam por estes caminhos, julgando-se senhores e senhoras de um universo, que na avareza das ideias e na pobreza das relações adulam a sua própria sombra. Idolatrando as conversas de corredor e abraçando a difamação do próximo como estratégia, pensam eles e elas, de dignificação do seu ser, cuja essência, ainda que escamoteada, brota de uma “santa” ignorância, é deprimente!
A Escola e em particular a Educação necessitam de mulheres e de homens que simplesmente saibam partilhar sorrisos: sinceros, simples, humildes. Tudo o resto é acessório; quinquilharia!
Hola Dr. Miguel Ängel.
Una vez más estoy disfrutando de sus relexiones y enseñanzas. Y una vez más coincido con usted en eso de que todos somos buenos para algo, aunque no siempre sea lo que se nos exija en las escuelas.
Le cuento lo que he reflexionado en estos días:
Lo primero que se me ocurrió cuando mi hijo me dijo: «Mamá, me voy a España», fue comprarme una computadora, poner internet y aprender a manejar esto.
La verdad, he transpirado mares. Es ésta una máquina infernal. He tenido que realizar un gran esfuerzo, con mis 25 años de docencia y mis cincuenta de edad para aprender, con ayuda de mis hijos, jóvenes y adolescentes,y gracias a su paciencia, lo que ellos hacen con tanta habilidad y destreza.
Y he pensado: ¡Qué sería de mí sin la enseñanza de los jóvenes! ¡Cuántas cosas que sirven para la vida diaria ignoramos! ¡Cuánto tiempo hace que mis alumnos de 12 años, distraídos a veces en una clase, «hacen de goma estas máquinas».
Y cuán necios seríamos los docentes si ridiculizáramos a un niño porque no hace su trabajo al ritmo que nosotros pretendemos.
Sí, definitivamente, el honor de llamarnos maestros, no es para los cínicos.
Es para aquellos que con amor y humildad luchamos día a día por llegar al corazón de cada uno de los alumnos que los padres y los designios de Dios nos han confiado.
Es enseñar dsde el alma, con el alma y para el alma.
Un abrazo.
Nancy Mansur – Córdoba-Argentina.
Estimado Sr.
Vaya primero mi enhorabuena por su blog y por este artículo, con el que estoy de acuerdo, pero (siempre hay un pero), al que creo hay que hacerle varias puntualizaciones que enumero:
1.- Por supuesto que hay que aspirar a mejorar la educación y, por ende, hay que actualizar, transformar, cambiar los curricula, y al profesorado, que actualmente tiene un papel anacrónico, como mínimo.
2.- Ese nuevo contenido para el currículo: puenting, surfing, chateo, etc., ¿supongo que lo propone también para la universidad y no sólo para la educación básica y el bachillerato? También podrían incorporarse otros contenidos tales como: preparación para el ingreso en «operación triunfo»; para contertulio/a en un «reality show»: candidato/a a representante de España en Eurovisión, etc.
3.- A tenor de lo anterior, no deberíamos reclamar que nuestro país tuviera buenos médicos/as, arquitectos/as, ingenieros/as, maestros/as… sino surfistas, chateadores, jugadores de game-boy, motoristas acuáticos, etc.
4.- Y, por último, sus reflexiones en el artículo anterior son muy acertadas en su conjunto y sobre las que expreso mi total acuerdo, pero (siempre hay un pero…)¿Por que los pedagogos y/o teóricos de la educación cuando hacemos nuestras propuestas para mejorar, para transformar, para cambiar, etc. la educación o el sistema educativo, en vez de tocar tierra, damos la impresión de estar en una pista de circo, confundiendo al resto de los mortales? es una pregunta larga, lo sé. Pero (siempre hay un pero), no se preocupe, no espero respuesta.
Muchas gracias.
Como siempre querido Miguel, con todo el cariño del mundo, tienes las palavras ciertas…
Si todos nosotros tuviesemos, la palavra RESPETO, como una norma diaria, conseguiriamos valorar todo y a tod@s sin distincion, pues todo y tod@s somos necesarios en esta vida, basta mirar com respeto así a estas personas y cosas y natualeza enfin..
Somos un ciclo necesario para la sobrevivencia, cada uno tiene su importancia en esta vida, un ejemplo, el médico necesita de un enfermo, para poder ejercer su profision, el panadero no deja de tener importancia, pues el medico necesita del pan para comer, y así seguiriamos infinitamente dando varios ejemplos,,,Todos somos útiles en esta cadena circular de la vida…
Pero vuelvo a repetir tenemos que mirar a todo y a tod@s con los ojos del corazon, con el devido RESPETO.
EL RESPETO SIEMPRE POR DELANTE..
Siento un profundo RESPETO POR VUESTRAS LIENEAS DE TODOS LOS VIERNES..las sigo durante todos estos años..
SEPAS QUE TE ESPERAREMOS SIEMPRE DE BRAZOS ABIERTOS EN RUTE-CORDOBA, Y CON EL MAYORES DE LOS RESPETOS…
Un fuerte abraço…
Dayce Aviles, la brasileña ruteña…jejejeje.
He llegado a este blog mediante recomendaciones entusiastas de una amiga. En general, me parece bien escrito e interesante, si bien algunos de los artículos, como el presente, esconde, desde mi particular punto de vista, un punto de partida erróneo. Esto es, si la esencia de todo el artículo radica en una suerte de tesis del estilo «el profesor ridiculiza al alumno que no sabe» debemos creer, antes de comenzar la lectura del artículo que tal hecho se sucede, en efecto, en los ambientes académicos. Desde mi amplia experiencia didáctica, nada más lejano de las aulas actuales que hechos semejantes al que da sentido dicho artículo. Si que existe, como es sabido y ampliamente comentado desde todos los sectores sociales, una ridiculización sistemática, desde el contexto adolescente en el marco de los IES (esa red de centros poco conocida por los pedagogos) a los propios docentes, generada quizás por una sociedad que ha socializado la violencia desde la incorporación sistemática de la mujer al mercado laboral y la desaparición de la estructura familiar que caracterizaba, hasta mediados de los ochenta, a las familias en España. Sería muy interesante, en este sentido, estudiar el nuevo rol del profesor en los IES y de las nuevas generaciones de estudiantes adolescentes. Se descubriría, a poco que se investigara sobre ello, y estoy seguro que sería muy provechoso para los que quizá solo tengan una concepción teórica de la enseñanza, que la violencia y la ridiculización tiene una sola dirección y no precisamente del profesor para el alumno. Buenas tardes.