Federico Axat
Editorial Destino
Bienvenidos a un thriller de los que te sacan de tus casillas. Bienvenidos a la nueva novela de Axat que ha sabido conjugar con maestría la novela policíaca con la psicológica. Bienvenidos a esta reseña que intentará explicar lo menos posible de las páginas de este libro para que sean los propios lectores quienes encuentren la clave de los misterios que se plantean.
Nuestro protagonista, Ted, lo conocemos nada más empezar, sentado detrás de su mesa de despacho a punto de suicidarse. Una situación especial le frena en la consecución: recibe una visita y una nota que le intriga.
A partir de aquí, Federico juega con nosotros de forma maestra al gato y al ratón. Es cierto que en su primera parte –la trama está estructurada en cuatro secciones- el lector está absolutamente confundido porque no entiende nada. Pero ha de ser así, Federico lo hace con premeditación absoluta, casi rayando en la locura y en la paranoia, les sacudirá esquemas mentales para que se sientan totalmente perdidos. En las siguientes partes comienza el despiste de pistas y de giros para que el lector nunca esté seguro de quién es quién.
Los personajes, pocos en realidad, los veremos pasar desde protagonistas a antagonistas y viceversa. En la búsqueda de la verdad unas veces estarán en un bando y en la página siguiente los pondrán en el otro ustedes mismos, sólo al llegar a la cuarta parte, verán como ellos se posicionan ante sus ojos en el lugar concreto y adecuado para que todas las piezas encajen.
Ted, el protagonista, es un personaje construido completamente. Está pensado y repensado, otra cosa es como se nos muestra pues sólo al final reconoceremos el trabajo del autor y la exactitud de todos los detalles, siempre y cuando seamos capaces de leer con tranquilidad y no con la ansiedad que produce la línea de tensión.
Lo cierto es que no se puede decir mucho más de la novela sin adelantar demasiado. Sólo puedo afirmar que el ritmo es trepidante, que la maestría de Federico es excepcional y admiro en cómo nos manipula o en como juega con las huellas de tal manera que el lector no sabe si tiene el puzzle completo o tiene piezas de menos.
Si el principio fue sorprendente y el desarrollo excepcional, el giro del final te deja sin aliento. Pero no se confíen, que tiene epílogo, y donde pensamos que había acabado no es el punto final. El autor aún puede dar un doble giro mortal en el aire y asombrarnos.
Recomendada para los amantes del thriller, de la novela policíaca y de la psicología y en especial para aquellos que ya conocían a Axat que nos muestra un registro aún mejor que el de sus novelas anteriores. No bajen la guardia porque los indicios están entre las páginas de su novela.