¿Y si tu familia tuviera un reloj de pared que anuncia las muertes de sus miembros y nunca da la hora exacta? ¿Y si ese reloj hubiera pasado de generación en generación, qué sería capaz de contar?
Diamante azul (Destino) es la historia de una saga familiar. Prácticamente dos siglos de historia con sus vicios, pecados, sinsabores, alegrías, valentía y sobre todo con hombres emprendedores y mujeres avanzadas a su tiempo.
Así es como Care Santos ha recuperado viejas historias familiares y anécdotas para escribir un relato que nos llevará desde Olot a Mataró y hasta la propia Barcelona de la década del siglo 20 pasado. Por todo ello seremos testigos de épocas –dos siglos, exactamente– de profundos cambios, innovaciones, nuevas empresas, fábricas, de una iglesia hasta cierto punto retrógrada, de la llegada del cine, de la revolución industrial y los derechos de los obreros y en consecuencia de la modernidad desterrando corsés y misales a partes iguales.
El linaje de los Pujolá llega desde Olot a Mataró para crear un nuevo negocio de tintes. Este negocio llegará a lo más alto en poco tiempo, pero también y en la misma generación verá su cierre y su ruina, en parte provocada por la suspensión de pagos del Banco de Barcelona, las huelgas de los trabajadores y los socios desafortunados.
El argumento global sería este, pero no se dejen engañar, no es una sola historia, sino varias porque la estructura del relato es muy peculiar, valiente y arriesgada. Para quien no conozca a la autora puede que incluso desconcierte al principio, pero las buenas hechuras de Care le guiarán. Conformada por capítulos muy cortos, leeremos hasta tres y cuatro generaciones de los Pujolá a la par, en continuos saltos en el tiempo. Estructurada en dos partes más prólogo, la primera es el conglomerado de historias, mientras que la segunda, es un repaso donde si quedó algún cabo suelto, será cerrado.
El marco de la novela es exquisito, podrán veranear en Argentona, pasear por Mataró, por los campos y masías de Olot o perderse en las calles y mercados de Barcelona. En esta escenificación encontrarán a unos personajes perfectamente delineados incluso los secundarios para destacar sin duda los personajes inanimados –como el reloj– o los animales, como Gato.
No olviden fijarse también en los diferentes registros que utiliza la autora, tanto en estilo como en el tiempo narrativo que se adaptan perfectamente a este relato tan familiar y tan costumbrista.
Recomendada para los amantes del costumbrismo, de la revolución industrial, la burguesía catalana y aquella ciudad, pero sobre todo a los amantes de las sagas familiares.